Viajando

por chile

Ribaldo era un niño que vivía en Brasil un país muy grande del sur de América, ya
habían llegado las vacaciones y su familia decidió y viajar a conocer chile, ribaldo
estaba muy emocionado porque le habían dicho que chile era hermoso.
El día del viaje llegó, pero se habían quedado dormidos, y les quedaba muy poco
tiempo para llegar al avión. La mama de ribaldo les gritaba Corramos rápido para
alcanzar el avión.
El avión aterrizó en el norte del país ese lugar era súper caluroso y tenía muy
pocos árboles, pero lo que sí había eran cactus y estos tenían muchas espinas
largas por lo que ribaldo y su hermana jugaban al pasar debajo de ellas haciendo
volteretas evitando así pincharse.
Después de conocer el norte de nuestro país, subieron a otro avión que los llevaría
al centro de Chile, le contaron que ahí había muchas casas y edificios y mucha
gente vivía en esa zona.
Al bajar del avión ribaldo apenas podía caminar el centro estaba lleno, quería
pronto llegar a su casa a descansar así que rápidamente esquivó a las personas y
los autos que se interponían a su paso, ya en casa no quiso salir ese lugar no le
gusto, solo quería que llegara el otro día para viajar al sur.
Cuando llegó al sur quedó maravillado porque habían muchos árboles, flores, ríos,
animales, pero hacía mucho frío y Ribaldo no estaba acostumbrado al frío.
Comenzaron a recorrer los bosques del sur pero de pronto comenzó a soplar un
viento muy fuerte se avecinaba una tormenta, buscaron entonces un refugio ya
que el viento los llevaba de un lugar a otro y cuando caía la lluvia se metían dentro
de alguna cueva que encontraban así estuvieron hasta que terminaron el recorrido
por la zona sur.
Ahora solo les faltaba conocer la isla de pascua, allá habían unas playas fabulosas,
moais, cerros, flores, árboles, ese lugar les encantó así que apenas llegaron
corrieron a la playa y junto a su hermana hicieron una competencia de quien
nadaba más rápido sin chocar con las rocas… adivinen quién ganó….
Ya cansados de tanto viajar se tiraron a la orilla de la playa y así se quedaron
dormidos escuchando el sonido del mar.