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El rol de la Medicina Integrativa en la restitución de la Salud.

La medicina integrativa dejó de ser una tendencia para consolidarse y transformarse en el nuevo
paradigma de la medicina. Hoy en día ya no se discute la relación entre el cuerpo y la mente y su
impacto directo sobre la salud o la enfermedad. No solo contamos con publicaciones y libros de
texto sobre medicina integrativa , sino que centros de prestigio mundial cuentan con activos
programas de medicina integrativa, como ser la Mayo Clinic, el M. D. Anderson Cancer Center o el
Memorial Sloan-Kettering.

La medicina integrativa combina lo mejor de la medicina convencional con lo mejor de la medicina


complementaria, teniendo muy presente la relación mente cuerpo y su impacto directo en nuestro
organismo.

Según define el Dr. David Rakel en su tratado de medicina integrativa: “La medicina integrativa
está orientada a la restitución de la salud y resalta la importancia de la relación entre el médico y
el paciente como un aspecto central. Se enfoca en los métodos menos invasivos, menos tóxicos y
menos costosos para tratar de facilitar la salud al integrar tanto las modalidades del tratamiento
convencional como modalidades complementarias. Sus recomendaciones están basadas en una
comprensión de los aspectos físicos, emocionales, psicológicos y espirituales del ser humano”.

Los pacientes que se benefician con este tipo de intervención son los portadores de enfermedades
crónicas como el cáncer, las enfermedades autoinmunes, los procesos degenerativos y las
enfermedades cardiovasculares.

La restitución de la salud es el primer objetivo. Pero no siempre será posible conseguir la remisión
completa, en cuyo caso centraremos todos nuestros esfuerzos en prolongar la supervivencia del
paciente, colaborando para tratar de transformar la enfermedad en un proceso crónico, poniendo
el énfasis en preservar una buena calidad de vida para el paciente y su entorno familiar.

Las neurociencias han aportado numerosos conocimientos en los últimos años. Es por ello que
sabemos que el cerebro, con su plasticidad, necesita tres meses para establecer nuevas
conexiones neuronales y consolidar de este modo nuevos circuitos saludables. La neuroplasticidad
se basa en el modo en el que las neuronas de nuestro sistema nervioso se conectan entre sí. Tal y
como descubrió el médico español Santiago Ramón y Cajal, el cerebro no está compuesto por una
maraña de células compactadas que forman una sola estructura, sino que son cuerpos
microscópicos con autonomía y físicamente separadas las unas de las otras que, van mandándose
información sin llegar a unirse entre sí de manera definitiva. Son, en definitiva, individualidades
morfológicas.

Cuando un grupo de neuronas se activan a la vez, estas tienden a mandarse información entre sí.
Si este patrón de activación se repite con cierta frecuencia, estas neuronas no solo se mandan
información, sino que tienden a buscar una unión más intensa con las otras que se activan a la vez,
volviéndose más predispuestas a mandarse información entre ellas. Este aumento de la
probabilidad de activarse juntas se expresa físicamente en la creación de ramificaciones
neuronales más estables que unen a estas células nerviosas y las vuelven físicamente más
próximas, lo cual modifica la microestructura del sistema nervioso.
Por ejemplo, si las neuronas que se activan cuando reconocemos los patrones visuales de una
tableta de chocolate se "encienden" a la vez que las que se activan cuando experimentamos el
sabor de lo dulce, ambos grupos de células nerviosas se conectarán un poco más entre sí, lo cual
hará que nuestro cerebro cambie aunque sea un poco.

Lo mismo ocurre con cualquier otra experiencia: aunque no lo notemos, constantemente estamos
experimentando vivencias (o, mejor dicho, pequeñas porciones de vivencias) que se dan
prácticamente a la vez y que hacen que unas neuronas refuercen más sus lazos y otras debiliten
más los suyos. Esto ocurre tanto con las sensaciones como con la evocación de recuerdos y de
ideas abstractas; el Efecto Halo puede ser considerado como un ejemplo de esto último.

Así es como creamos nuevas herramientas para que el paciente pueda afrontar lo que suele
suponer el reto más importante de su vida, asumiendo el rol protagónico de su propia historia
personal. De esta manera su organismo estará preparado para colaborar con los tratamientos
convencionales que tenga que afrontar, llámese cirugía, radioterapia, quimioterapia o
inmunoterapia, o una combinación de todos ellos.

La investigación en salud, ha aportado muchísimo al enseñarnos los mecanismos intrínsecos del


estrés, y como éste afecta en forma negativa a nuestro sistema inmunológico y que dicho sistema,
contrario a lo que se creía antes, es muy dinámico y está perfectamente interconectado con el
cerebro y con el sistema endocrino. Pero fundamentalmente ha aportado la claridad necesaria
para establecer las bases bioquímicas de la relación entre la mente y el cuerpo.

Desde la medicina integrativa se enfoca en los conocimientos necesarios para reeducar al


paciente, entrenándolo en el campo de la alimentación, en la correcta gestión de sus emociones y
en cómo combatir el estrés, creando así nuevos y saludables hábitos de vida.

DR. JOSE ISRAEL JIMENEZ RIVERA

SOCIO FUNDADOR SAMYNA

www.samyna.net

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