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Para Manu, espero que te


guste mucho esta historia.

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Sabes, en mi casa siempre me enseñaron que:
“tener miedo, es de prudentes, saberlo vencer,
es de valientes”; y la historia que te contaré a
continuación, lo demuestra; dijo la cuentera
señalando al público que estaba reunido en la
plaza.

Este relato que se desarrolla a la orilla del


gran pantano ubicado en el bosque de
Terrápolis del planeta Biomundus, le pasó al
cerdito Pink, su amigo Igor el águila y a la tía
Tina, la caimán.

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Pink, el cerdito, es valiente y buen amigo,
como tú; exclamó la cuentera mirando
fijamente a uno de los niños sentados entre el
público. Ya verás por qué te lo digo.

Igor, el águila, su mejor amigo es curioso,


divertido y algunas veces desobediente.

Tina, la caimán es la tía favorita de Pink; ella


vive en un pantano y le encanta que su sobrino
el cerdito la visite.

Cuando Pink e Igor jugaban, Tina, siempre les


advertía que debían permanecer cerca del
pantano, pues el bosque era peligroso.

Un día de vacaciones, Pink e Igor, estaban


distraídos jugando a los “buscatesoros”; Tina
desde la orilla del pantano, los vigilaba
mientras se asoleaba.

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Imagínate…, a Tina el calor la adormeció; cerca
de ella, Pink e Igor buscaban objetos brillantes
o raros.

Un lobo, oculto en el matorral, vigilaba al


cerdito y al águila; susurró la cuentera para
crear suspenso.

Igor vio algo brillante y desobedeciendo las


recomendaciones de Tina, entró al bosque para
recoger un trozo de vidrio de colores e invitó a
Pink a unírsele.

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El lobo, vio acercarse a Igor y se quedó quieto
esperando que también llegara Pink;
saboreándose, al imaginarse el banquete que
se daría con el águila y el cerdito.

Pink e Igor, sin enterarse del peligro que


corrían; se reían, intentando atrapar el arco
iris que salía del vidrio cuando le daba los
rayos del sol.

El lobo, al verlos tan distraídos saltó sobre


Igor, que era quien más cerca estaba, le dio un
zarpazo y el águila quedó tendida en la hierba.

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Pink, al ver al lobo, trató de correr y gritar, pero
el miedo se lo impidió. Al ver a su amigo tendido,
hizo un esfuerzo…; es más, yo no sé cómo hizo,
pero cuando se pudo mover, corrió hacia un
arbusto para protegerse; ¿puedes creerlo?
Preguntó la cuentera.

Tina, ajena de lo que sucedía, estaba


profundamente dormida.

Pink veía como el lobo se acercaba; tenía que


hacer algo, pero el temor le impedía pensar.
Sabía que si salía el lobo los atraparía a los dos
y si llamaba a Tina el lobo huiría llevándose a
su amigo, que estaba desmayado.

Pink decidió distraerlo y así ganar tiempo hasta


poder idear un plan.

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El cerdito, desde el arbusto, recordó que Tina
le había enseñado un silbido que usaba con sus
hermanos para comunicarse y Pink chifló
suavemente, pues temía que el lobo lo
escuchara.

Pero…, no me vas a creer, Tina continuaba


dormida sin saber el riesgo que corrían Igor y
Pink. Afirmó la cuentera.

Como el lobo era muy grande, no pudo entrar


al arbusto y con sus patas intentaba alcanzar
al cerdito. Pink sentía como las ramas del
arbusto le pinchaban, pero a pesar del dolor se
movía esquivando las garras para mantenerse
a salvo y continuaba chiflando.

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Tina, entre sueño escuchó el silbido y cuando
abrió los ojos, no vio a Pink ni a Igor, lo cual la
dejó inmediatamente despierta.

A lo lejos observó al lobo con medio cuerpo


entre unos arbustos; estaba tan ocupado que
no se dio cuenta de la presencia de Tina.

Silenciosamente, la caimán llegó hasta donde


el lobo y con sus afilados dientes lo agarró por
la cola. El lobo sorprendido se volteó chillando
y mostrando sus dientes; pero al ver a Tina,
haló hasta soltarse, perdiendo parte de su
rabo.

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Y el lobo aullando del dolor se alejó, evitando
enfrentarse a la caimán, pues sabía que
llevaba las de perder.

Cuando Pink vio al lobo huyendo, salió del


matorral y se acercó a Igor, quien apenas
comenzaba a recuperar el conocimiento.

Después de verificar que Pink e Igor estaban


ilesos; Tina, los regañó, pues ella les había
advertido que debían mantenerse cerca de la
orilla del pantano donde ella podía cuidarlos;
ellos aun asustados y arrepentidos le pidieron
disculpas a la caimán.

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Y por supuesto... después del susto, Pink e
Igor, siempre que juegan en el bosque, se
mantienen cerca del pantano donde Tina
puede protegerlos.

También son más obedientes y cuidadosos,


pues saben que por no escuchar consejos de
quienes los quieren, puedes tener malas
experiencias, como lo que les sucedió a ellos
con el lobo; dijo la cuentera saludando al
público e indicándoles que en poco tiempo
iniciaría una nueva historia.

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Sabes…, esta y otras historias las podrás
disfrutar, también, como videocuento en mi
canal de YouTube:

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Gracias

La cuentera

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