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CAPÍTULO V

LA ESTRUCTURA DEL ESTADO

SUMARIO: Sección fJT177lPTn"" La personalidad del Estado. Sección segun·


da: Las ínstituciones Sección tercera: Estructura del Estado
moderno.

Sección primera: LA PERSONALiDAD DEL ESTADO

L Los SUJETOS DE LA RELACIÓN JURÍDICA

Persona es todo ente al que la reconoce una


de Derecho. Sólo el hombre es persona y
tomando en cuenta su racionaL En este
ría puro" pág. 83) que persona es sólo una expresión unitaria personífi­
cadora para un haz de deberes y facultades jurídicas, es para un com­
plejo de normas".
Cuando a un animal se le reconoce, por como d;: Dere­
cho, el verdadero del Derecho es el pues a él le favorece
o interesa la relación jurídica que se establece y siempre es el sujeto activo o
pasivo.
Un antiguo principio de Derecho incorporado principalmente a la
lación civil, reconoce que: son personas todos los entes de
derechos JI de contraer
En Roma el de persona se refería a la máscara de teatro usada
para el volumen de la voz, de donde viene la relación entre el
y la persona. La personalidad jurídica es algo : "una
dad o sello que el orden jurídico atribuye allí donde lo considera conve­
niente." (Ferrara, Teoría de las personas Madrid, 1929,
Se consideran dere.chos de la a toda la suma de
que la le reconoce. Las la se resumen en
todas las cargas y deberes que la ley ordena sean a su cargo, y que respon­
den siempre a propósitos de interés
La relación jurídica es un que une y hace al sujeto
activo con el pasivo en la cosa del Derecho, de
Savigny. De esta se deduce que en toda
ten varias personas, qu~ son el activo de un
del deber a cumplir.
En el campo del Derecho público se sitúan diversos entes como el Es­
tado, las entidades federativas, los municipios, organismos
193
194 ANDRÉS SERRA ROJAS

o -desconcentrados con person~lidades jurídicas y las empresas de partlClpa­


ción estatal y otras entidades como las empresas privadas de interés público.
La relación jurídica, cuya naturaleza determinaremos más adelante, se
establece entre esos órganos que asumen el carácter de sujetos activos o pasi­
vos, según la índole de dicha relación.
El Estado tiene una sola personalidad, la cual se manifiesta en formas
jurídicas muy diversas, sea como un ente al que se reconoce capacidad para
ser sujeto de Derecho en las relaciones internas de un país, sea como per­
sona de Derecho internacional, como sujeto de Derecho y obligaciones deri­
vados de la comunidad internacional.
"Todas estas entidades cuya realidad social no negamos, sino solamente la
realidad personal, son de hecho empresas a las cuales han sido afectados los
bienes y recursos necesarios para realizar un fin considerado por el Derecho
como lícito y cuya administración está confiada a verdaderos sujetos de Dere­
cho: gobernantes, administradores, consejeros, secretarios, funcionarios, etc.
&tos son los agentes jurídicos que son los verdaderos titulares de las com­
petencias especialmente cuando él obra." (León Juliot de la Morandiere, In­
troducti.on a l'étude du droit, pág. 30.)
El mismo autor reduce su criterio de la naturaleza de esas entidades en
los términos siguientes:
"Nosotros sostenemos, por lo tanto, que no hay más persona jurídica real
que los individuos humanos, únicos agentes jurídicos dotados de competen­
cias. Todas las actividades jurídicas de las que se dicen personas morales se
reducen, en buena técnica, a actos de voluntad de los agentes dotados de com­
petencias especializadas para administrar sus bienes y realizar sus finalidades.
Pero parece difícil de renunciar, en técnica jurídica positiva, a la utilización
de la ficción de la personalidad moral. Lo importante es recordar que no se
trata más que de una ficción y de considerar los medios para evitar los in­
convenientes. "
Los autores modernos han acabado· por reconocer la personalidad jurídi­
ca del Estado. Se robustece la idea de un centro de imputación jurídica, que
mantenga la unidad, la organización, la continuidad de las múltiples tareas
que se le asignan al Estado.
Tanto en el campo del Derecho privado como en el del Derecho público
la noción de personalidad debe situarse en su naturaleza jurídica, punto de
partida de todo problema relacionado con ella. León Michoud (La theorie
de la Personalité MOTale, París, 1932, t. 1, pág. 7) afirma: "Para la ciencia
del Derecho la noción de persona es y debe ser una noción puramente ju­
rídica."

2. LA PERSONALIDAD MORAL

Tradicionalmente, algunos autores emplean la expresión "personalidad


moral" en lugar del concepto de personalidad jurldica.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 19~

El artículo 25 del Código Civil para el Distrito Federal se refiere a ellas


al decir: "Son personas morales" y enumerarlas. Los artículos 26, 27 Y 28
también se refieren a las personas morales.
Sin embargo, la expresión persona moral es rechazada por autores que
consideran que es erróneo su empleo y que se presta a confusiones o a des­
virtuar el sentido de las instituciones jurldicas, que hacen suponer que las
demás personas son inmorales.
Desde luego afinnamos que el Estado es una personalidad jurídica, mas
no es una personalidad moral. Para hacer del Estado una entidad moral,
y no un centro de imputación jurídica, sería necesario que tuviera atributos
semejantes a los de las personas físicas o naturales, los cuales desde luego,
no existen. La ley tiene un contenido moral que no es atribuible a la perso­
nalidad pública.
El Estado y los demás entes de Derecho público, no constituyen Unida­
des psicológicas, capaces de detenninarse por sí mismas y de realizar por actos
intelectuales propios, los valores que corresponden a los seres humanos. 1
El mínimum ético que contienen las leyes y que deben revestir los actos
de los funcionarios, son autoprotecciones de una sociedad, para hacer posi­
ble el ejercicio del poder público, que sin ("sas fuerzas morales, sería ingo­
bernable y peligroso para la convivencia humana.
"La organización misma se nos ofrece como sujeto de las acciones propias,
personificándose para ostentar la titularidad de las acciones realizadas por
sus órganos. La organización se dota con voluntad, reflexión y responsabili­
dad propia. Debe constatarse esta tendencia a la personificación del orden
jurídico, sustantivándose como una personalidad jurídica que actúa a través
de sus órganos, pero junto a ella debe afinnarse que esta personalidad nunc;a
se realiza agotadoramente. Nunca logra absorber en la abstracción de su per­
sonalidad todas las voluntades vivas en la o'rganización ... " Sánchez Agesta,
Luis, ob. cit., pág. 363.
Contra el pensamiento tradicional debemos invocar, a su debida refle­
xión, la teoría de Felice Battaglia (Estudios de Teoría del Estado, págs. 71
y sigs., Publicaciones del Real Colegio de España en Bolonia), quien al es­
tudiar "el dogma de la personalidad jurídica del Estado", fonnula estas ideas:
a) La opinión dominante fonnula una objeción decisiva al afinnar que
la noción de personalidad jurídica del Estado es la de ser una ficción .. Lla­
mar al Estado persona jurídica equivale a atribuirle una capacidad de que­
rer y de obrar, a reconocerle un querer. ¿ Pero dónde está esa voluntad del
Estado? El querer es sólo del individuo, ya que los individuos obran y son
los protagonistas de la vida. A ellos es a quienes conocemos y no al Estado.
A esto Battaglia contesta:
"Es necesario distinguir el querer individual, del interés total de los súb­
ditos. hte, otorga un contenido cualificado a su querer, y por lo tanto, a su
1 Bastid S. y otros, .La p6rsoruditl moral tlt ses limites, Lib. Gral. de Droit et de
Jur., PUÚ, 1960, 1 voJ., 260 p~.
196 ANDRÉS SERRA ROJAS

aCCIón. Sin embargo, no se da cuenta que con esto introduce una distirición
en el querer, por lo cual, lo convierte en individual y económico, en univer­
sal y ético, formando al mismo tiempo, una superación de lo aidáforo en lo
necesario."
a) Los sociólogos aspiran a encontrar las bases reales del Estado en la
acción psíquica recíproca que se ejercita entre sujetos coexistentes. Los hom­
bres no sólo viven juntos, sino que además se asocian. Ahora bien, al asociar­
se, en atenciórt a los fines de la vida al trabajo común, actúan y se compe­
netran y, por lo tanto, actúan y se compenetran también sus mentes y sus
quereres. Esto se denomina el fundamento psicológico de la subjetividad jurí­
dica del Estado.
b) La voluntad no se agota en el solo acto del individuo cuando procede
en atención a un fin contingente y económico con miras exclusivamente in­
dividuales. Por el contrario, puede ensancharse e investigarse, al mismo tiem­
po allí donde convierte en universales las finalidades ajenas, de tal modo que,
transformando en ético su fin, aparezca como ética, ella misma.
e) "Entendemos que la política debe resolverse en la ética. La política
es el drama que vivimos y del cual sentimos plenamente el patbos."

3. PERSONA FÍSICA Y PERSONA JURÍDICA

Las personas morales o jurídicas son creaciones de la ley que reconoce


a ciertas formas jurídicas, la posibilidad de realizar determinados fines.
En unos casos para realizar un simple interés particular y en otros, para
hacerse cargo de fines de interés general.
Estas personas son centros parciales de imputación jurídica, seres idea­
lesa los que convencionalmente se les reconoce la posibilidad de ser titulares
de derechos y obligaciones.
Estas personas no son visibles, porque son creaciones legales; en otras
épocas se les ha llamado incorporales, personas ficticias y otras expresiones
análogas. En una persona moral o jurídica acreditamos la presencia de seres
humanos que se reúnen a realizar determinados fines, adquieren muebles o
inmuebles, mas la personalidad jurídica sólo se refleja en el orden jurídico
que las reconoce, fija su desenvolvimiento y señala su término o liquidación.
Las personas han sido clasificadas en dos grupos: a) La persona física o
natural, de existencia visible, es decir, los seres humanos en general. Los
seres provistos de razón y de inteligencia, de voluntad y swtimiento, con
figura humana; y a los cuales protege la ley desde que son concebidos por
seres de su misma naturaleza.
b) Las personas morales, llamadas también jurídicas o civiles, de existen­
cia ideal, que son creaciones artificiales del hombre para su vida de relación.
La voluntad de acuerdo con la ley las crea y la misma voluntad las des­
truye o transforma.
No debemos llamar a las personas físicas, personas jurídicas, porque esto
implica problemas y confusiones que pueden evitarse en una clasificación
LA ESTRUCTUItA DEL ESTADO 197

más precisa. A las personas morales se les reconoCe una existencia jurídica
propia, pero a merced de la voluntad del legislador que puede reflejarst' en
la legislación.
También las personas juridicas han sido clasificadas en algunas legisla­
ciones en dos grupos que son: a) De u~a existencia necesaria como el Es­
tado, las entidades federativas, los municipios. Ellas son ajenas a la volun­
tad d-:! las personas que las constituyen, porque su existencia depende de
circunstancias históricas, y b) De una existencia posible como 105 bancos
privados, las fundaciones, los establecimientos de utilidad pública. Ellas de­
penden de la voluntad de los particulares que las integran y deben ser auto­
rizadas por el gobierno .

.1. CLASIFICACIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS

U na importante clasificación reconoce dos grupos de personas morales


o jurídicas:
1. Las personas juridicas de Derecho privado; y
2. Las personas jurídicas de Derecho público.
1. Las personas morales o jurídicas de Derecho privado son aquellas
tntidades que persiguen intereses particulares, sea de asistencia social, o cul­
tural, o científica, o deportiva; o que persiguen un interés de lucro, una acti­
vidad encaminada a obtener un interés o beneficio.
El artículo 2670 del Código Civil para el Distrito Federal ordena: "Cuan­
do varios individuos convinieren en reunirse, de manera que no sea entera­
mente transitoria, para realizar un fin común que no esté prohibido por la
ley y que no tenga carácter preponderantemente económico, constituyen
una asociación."
El artículo 19 de la Ley de Sociedades Mercantiles reconoce diversos ti­
pos de sociedades mercantiles, que se caracterizan así por su propósito de
lucro. Otras leyes reconocen a las sociedades cooperativas, a las sociedades
d~ responsabilidad limitada de interés público y a las fundaciones.
Estas sociedades una vez inscritas en el Registro Público de Comercio,
que es una institución administrativa, en la que se advierte la presencia del
Estado, tienen personalidad jurídica distinta de la de los socios. Las socie­
dades irregulares o que tengan un objeto ilícito o ejecuten actos habitual­
mente ilícitos, son acreedoras a las sanciones que la legislación establece.
2. Las personas morales o jurídicas de Derecho público son aquellas a
quienes la ley reconoce como tal-es, les asigna una organización pública y les
encomienda la realización de fines de interés general.
En la práctica, dice Rivero, son los individuos -los agentes públicos-,
los que obran por cuenta de la administración que se encuentra comprome­
tida por ellos, pero los actos que hacen pasan a su propia persona. Es la
colectividad que demanda sus servicios.
198 SERRA ROJAS

El Estado es la persona jurídica de a


su vez, de todas las personas jurídicas de Derecho público. El es el
centro total de jurídica, está integrado por todo el orden jurí­
dico vigente. Los demás entes de público son centros particulares
de imputación
El de las personas principalmente
el Estado y el Municipio, es histórico y
o antecedentes necesarios que se imponen reconocimiento del
por su continuidad y su necesidad. son
creaciones directas del legislador, sus actividades se relacionan con los fines
de interés general del Estado y sus recursos son públicos y por pro­
pósitos de utilidad pública.
La de goce fija los límites de actuación de un órgano del po­
der ; la de ejercicio señala pre,cisamente son las personas que
pueden actuar.
El tiene una esfera de pero la ley señala cómo de­
ben actuar las que determina.
Aurelio (Instituciones de Derecho privado, U. Ed. Hispa­
no Americana, México, pág. 47) afirma:
"El sujeto ser de dos clases: la persona física hombre) o bien
la persona a saber: a) Un conjunto de personas físicas, al cual el
ordenamiento atribuye ciertos efectos, los caracteres de una
solo, en cuanto se unen voluntariamente en colectividad para
una finalidad de carácter o extrapatrimonial, o cuando
en aquella unidad están congregados para la acción de fuerza o situaciones
externas, que por lo menos hasta cierto punto, fuera de su voluntad
(es el caso de las entidades públicas mayores, como el Municipio, la Provin­
cia, el ; o bien, b) Un conjunto de bienes que, separándose de
a través de un procedimiento formal deter­
reconocimiento estatal, un destino dado (por un
un asilo infantil, una casa para ancianos, una .casa de para ar­
tistas, una obra en general). A, las se les da nombre de
corporaciones; a segundas, de fundAciones."

5. CAPACIDAD JURÍDICA y LA CAPACIDAD DE OBRAR

Un problema que ha despertado vivo interés en el campo del Derecho


público relacionado con la naturaleza de las personas jurídicas, es la deter­
minaci6n del significado de la capacidad jurídica y la capacidad de obrar.
Indudablemente que no puede en los mismos términos que en
el Derecho porque el público titular de las atribuciones
oficiales se en una situación diferente a la de los particulares.
La jurídica es la idoneidad para ser de derechos o te­
ner jurídica participar en una relaci6n de la misma natura­
LA ESTRUCTURA DEL· ESTADO 199

leza. En Derecho privado el hecho mismo del nacimiento determina esa ca­
pacidad o posibilidad de derechos. En el Derecho público moderno, hay una
capacidad política del ciudadano que le da la posibilidad de participar en
la vida pública. Casos e excepción serían aquellas legislaciones dan
a una persona la posibilidad de ser monarca, heredar un cargo o si­
tuación análoga.
En la para obrar no se reconoce la idoneidad señalada sino
a una persona "ser sujeto del ejercicio de los derechos de po­
der actuar personalmente facultades que constituyen su contenido". Esta
materia se extiende en el camo del Derecho público a la realización de las
y de los casos de delegación de facultades para actuar.
El Estado como persona jurídica tiene capacidad para realizar la esfera
de competencia la ley le señala para actuar, a través de sus órganos
se actualizan en voluntad de los funcionarios subordinados a la ley.
jurisdicción es una potestad derivada del mandato que entre­
ga al Estado el conocimiento un gran número de asuntos.
Hay una jurisdicción administrativa y una jurisdicción contencioso ad­
ministrativa. La es la potestad que reside en la administraci6n, la
~"<J'"T1,rl" resuelve o revisa los actos administrativos.
Mas hay una jurisdicción como una jurisdicción en materia
La para elaborar las normas, la segunda para declarar el
Derecho.
La es la medida de la que delimitar
la jurisdicción del Estado. Ella marca el limite dentro del cual al funcio­
nario como titular de un órgano le actuar.

6; LAS TEORÍAS SOBRE LA PERSONALIDAD DEL ESTADO

Numerosas han sido las teorías emitidas para explicar la naturaleza de


las personas jurídicas. La doctrina clasifica esas doctrinas en dos grupos:
a) Las teorías tradicionales inspiradas en la tradici6n pri­
vatista, y b) Las teorías modernas. Entre las más importantes te.orías tradi­
cionales podemos citar: La teoría de la ficci6n, la teoría de la realidad de
las personas morales y la teoría del patrimonio de afectación.
La teoría de la ficción es la teoría clásica del jurisconsulto Savigny, el
cual afirma que el legislador, guiado por un propósito de interes
"fingía la personalidad", es decir, utilizaba la ficción de considerar a las
personas morales provistas de una voluntad.
La teoría de la realidad de las personas morales tiene como exponentes
a Gierke y a Michoud. Es una teoría antagónica a la teoría de la ficci6n,
pues considera que las personas morales son instituciones que existen ver­
daderamente y son una realidad innegable por formar parte del mundo
rídico.
200 ANDRÉS SERRA ROJAS

Para la teoría del patrimonio de afectación de Brins, es suficiente un


patrimonio afectando un fin para explicar la naturaleza de la persona mo·
ral. En la fundación por la voluntad de un persona se destina un patrimo­
nio a la creación de una persona jurídica.
En las teorías modernas, Ferrara sostiene "que la personalidad es un sello
jurídico que viene a sobreponerse de fuera a estos fenómenos de asociación
y de ordenación social".
Para Kelsen es una expresión unitaria para un conjunto de normas. La
persona jurídica es un ordenamiento jurídico parcial.
Una importante teoría es la de la personalidad como simple procedimien­
to de técnica jurídica de Saleilles: Los autores de esta teoría se niegan a
admitir cualquier otra realidad que la de las personas físicas. La persona­
lidad moral no responde a ningún fundamento real y debe ser rechazada
como una ficción inútil. En cambio, la personalidad jurídica, responde a
una necesidad evidente de la técnica jurídica. Los intereses colectivos, que
pueden diferir de los intereses particulares, deben recibir una protección
jurídica adecuada. La personalidad jurídica aparece como un expediente
para realizar dos fines: asegurar la permanencia de numerosos actos jurídi­
cos realizados por sus representantes a nombre y en interés de la colectiYi­
dad y asegurar sus beneficios a esta última y no a sus autores materiale.>.
Otro grupo al que haremos referencia más adelante es el que correspon­
de a • las teorías que niegan la personalidad jurídica de León Duguit, Ber­
thelemy y Planiol. Para esta teoría es inútil y peligrosa la personalidad ju­
rídica.
Las personas morales o jurídicas han ejercido una influencia decisiva en
la concepción del Estado moderno y han dado paso a las teorías de Derecho
público de la personalidad.
En primer término debemos mencionar a los dos grupos más importan­
tes de teorías sobre la personalidad del Estado en sus relaciones con el con­
cepto de nación: a) La escuela alemana representada por Jellinek que
distingue el Estado de la nación, en la que el Estado aparece como una per­
sona jurídica diversa de sus miembros, pero como expresión de la realidad
de su organización; y b) La escuela francesa representa por Maurice Hau­
riou, que identifica a la nación con el Estado, siendo éste personificación de
aquélla.
Ambas teorías han perdido actualidad en el desarrollo de las teorías po­
líticas, sobre todo al entrar en una franca crisis el tema de la nación y reafir­
man la idea del poder del Estado.
En segundo lugar aludiremos a las teorías que afirman la personalidad
del Estado y a las teorías que niegan la personalidad del Estado, de las cua­
les nos ocuparemos por separado.
Entre las teorías que afirman la personalidad del Estado, nos vamos a
referir a las siguientes: 1. Teoría de la doble personalidad del Estado; 2.
Teoría de la personalidad única que se exterioriza en dos voluntades.
LA ESTRUCTURA DEL EST¡\DO 201

En la teoría de la doble personalidad, el Estado aparece con dos perso­


nalidades: una de Derecho público como titular del Derecho de soberanía
y otra de Derecho privado como titular de derechos y obligaciones de ca­
rácter patrimonial.
Esta teoría tiene importancia porque es la que se refleja en la juris­
prudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en la legislación
vigente.
Mencionaremos la siguiente tesis jurisprudencial: (Tesis Núm. 87, 2~ Sala,
pág. 108, Jur. 1917-1965). Cuando es procedente el amparo promovido por
el Estado:
"El Estado, cuerpo político de la nación, puede manifestarse en sus rela­
ciones con los particulares, bajo dos fases distintas: como entidad soberana.,
encargada de velar por el bien común, por medio de dictados cuya observan"
cia es obligatoria, y oomo entidad jurídica de Derecho civil, porque poseedora
de bienes propios que le son indispensables para ejercer sus funciones, lees
necesario también entrar en relaciones de naturaleza civil, con los poseedores
de otros bienes, o con las personas encargadas de la administración deaqué­
llos. Bajo esta segunda fase, esto es, el Estado como persona moral capaz de
adquirir derechos y contra~r obligaciones, está en aptitud de usar de aquellos
medios que la ley concede a las personas civiles, para la defensa de unos y
otras, entre ellos el juicio de amparo; pero como entidad soberana, no puede
utilizar ninguno de esos medios, sin desconocer su propia soberanía, dando
lugar a que se desconozca todo el imperio, toda la autoridad o los atributos
propios de un acto soberano; además, no es posible conceder a los órgan05
del Estado el recurso extraordinario de amparo, por actos del mismo Estado,
manifestados a través de otro de sus órgarios, porque se establecería una con­
tienda de poderes soberanos, y el. juicio de garantías, no es más que una
queja de un particular, que hace valer contra el abuso del poder."
Jurisprudencia definida. Tesis número 70, 4~ Sala, pág. 83 Y s:gs., Jur.
1917-1965. El Estado patrón puede pedir amparo contra el Tribunal de Ar­
bitraje.
"No existe razón para negar en forma absoluta el derecho de ocurrir a
la vía de amparo a los órganos del poder público, cuando ellos, en realidad,
por actos del propio poder, que autolimitando su soberanía, creando dere~
chos públicos subjetivos en beneficio de los particulares, con quienes tienen
relaciones de carácter jurídico, se han colocado en el mismo plano que los
propios particulares, para dirimir sus conflictos de intereses, litigando ' ante
un organismo que en rigor es jurisdiccional, aunque con jurisdicción especial,
como sucede tratándose del Tribunal de Arbitraje, de acuerdo con las dis­
posiciones del Estatuto jurídico para los Trabajadores al Servicio del Estado.
En otros términos, cuando el Estado no hace uso libre de su soberanía, sino
que, limitándola, sujeta la validez de sus actos a las decisiones de un orga­
nismo capacitado para juzgar de ellas, resulta equitativo, lógico y j'lstoque
tenga expeditas las mismas vías que sus colitigantes, para · ante la jurisdicción
creada en defensa de sus intereses y así hay que concluir que puede US:.lI" de
202 ANDRÉS SERRA ROJAS

los recursos, tanto ordinarios como extraordinarios, equivalentes para ambas


" Esta tesis se ha reflejado en la legislaci6n.
Una corriente cada vez mayor de se muestra contraria a esta
teoría que destruye la unidad del creando la dualidad de personas
innecesariamente. Frente al complejo de los fines estatales, siguiendo con la
de esta teoría, bien pudieran crearse todas las personas-Estado que
se consideren necesarias o llamar pequeiíos Estados o fragmentos de J.j~'''','''V,
a todas las personas de Derecho. como son la
Petroleos Social o los Ferrocarriles Nacionales de Mé­
públicos y forman parte de la
la unidad del que para la realización
de sus fines, puede crear las personas públicas que considere necesarias y
hacerlas desaparecer si no llenan su cometido. Con el criterio de la doble per­
sonalidad o de la múltiple de de una persona
sería tanto corno que desapareciera una del Estado, lo cual
en otro sentido, con sus mismas finalidades. cuales puede encauzar
por medio de otras
El-Estado no tiene necesidad de complicar sus instituciones, con el des­
doblamiento innecesario o de la personalidad, y no sería remoto que esta
teoría pronto pasara a la. historia de las instituciones político-administra­
tivas.
La. teoría de la de una visión integral y
del Estado. Corno un que no necesita
¡¡arrollar sus fines. El impone unitariamente su
car su personalidad. Es esta voluntad de mando la que le permite crear un
no sea de Derecho público, sino de Derecho privado. 'El Estado
necesidad de crear una persona especial, iuze:a conveniente mantener un
jurídico.
En la teoría de la personalidad única del Estado no es una voluntad
con caracteres diferentes, ni una voluntad inferior. El Estado
tado v le da a su lef!islación las modalidades necesarias para su
de la Sala Administrativa de la Suprema Corte re­
llamada a sustituir a la teoría de la doble

"El Estado puede asumir dos posiciones: una, en que advierte su índole
de entidad soberana; otra, la cual obra de modo análogo a como lo ha­
cen los particulares. Está está reconocida por la Suprema Corte
en su Jurisprudencia. número 450, pág. 867 del apéndice en
1955.) Se ha llegado a afirmar que el Estado tiene dos distintas
dades: una, de Derecho cuando actúa corno entidad soberana
; otra, de cuando obra corno los
-U1inología adolece de el Estado es entiuao puollca
no tume dos personalidades, sino sólo una, que es de Derecho páblico en
dos los casos. Aún así, la distinción es real, hay dos aspectos
versos dentro de la nersonalidad única del la mayor
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 203

un aspecto el cual obra en de su sobe·ranÍa


de mando, y usa d<! su facultad de imperio, es
decir, unilateralmente como de los particulares, quienes, por
ello, le están subordinados; pero en otras ocasiones, sin dejar de
de Derecho público, trata con los sobre bases de
virtud de un concierto espontáneo, y no impuesto; sin hacer uso
de sus atributos de mando, en suma, de una manera o como obran
entre sí los particulares. En el caso, sus actos son de autoridad, y
contra ellos procede el juicio de en el segundo son
actos de autoridad para los efectos del amparo y contra eHos no
cio constitucional." (Sem. Jud. de la VI época; 2" t.

7. TEORÍAS QUE NIEGAN LA PERSONAL1DAD DEL ESTADO

ha planteado el de la negación de la
Estado en estos si se reconoce que el conc.epl'o
pe:rsoinaLllclaJ jurídica es indemostrado e indemostrable, y no res;pondle a nln­
guna realidad directamente por qué es el empeño en mantenerlo.
no es de ninguna manera para fundar y 'GAfJU'C.<U la
de las situaciones colectivas.
esto aplicar una de D.!recho objetivo
vez la de solidaridad social y el sentimiento de
formular así : todas las veces que nos encontremos en
tU"...." " " , cualquiera que ella sea, por de una afectaci6n de riqueza
a un cierto fin, cuando el objeto y el fin de esta situación, de esta afectación
son ellos deben ser y lo son, en las socÍedades modernas, socialmente

necesario desentendernos de todas las nociones metafísicas que


den el desarrollo de la ciencia del Derecho.
En el grupo de las teorías que la personalidad
tado debemos mencionar a Hans al identificar Estado
recho limi ta la idea de personalidad. d2 la
en la teoría kelsenÍana una estrecha relaci6n con las
jurídico y del Derecho El concepto de persona jurídica
--definida ésta como sujeto de derechos subjetivos y deberes res-
a la necesidad de imaginar a un portador de tales derechos. La
no es realmente una entidad separada de sus deberes y
chos, smo sólo su unidad personificada o -puesto que los deberes y los
derechos son normas jurídicas-, la unidad personificada de un de
nonpas.
i;:ti,nm" .. dos tipos de pelrsolrlaS IUIIUl'~a.;:j: a) Las personas
personas .wrtllu"..
() natural es el ser en cuanto titular de dere­
de obligaciones. Decir que un ser humano está sujeto a deter­
204 ANDRÉS SERBA ROJAS

minado deber, o tiene un deber determinado, únicamente significa que cierta


conducta. del mismo constituye el contenido de un deber jurídico. El mismo
que el Derecho se encarga de regular.
Hombre es un concepto -de la biología y de la fisiología, es una palabra
de _las ciencias naturales. Persona es un {;oncepto de la jurisprudencia, una
noción derivada del análisis de normas jurídicas.
La persona jurídica es únicamente la expresión de un orden jurídico par­
cial, cuya yalidez procede de un orden jurídico más complejo, que comprende
a todos los órdenes jurídicos parciales. 2
La personalidad jurídica del Estado repre!ienta el orden jurídico total,
el cual, personificado" {;onstituye la voluntad colectiva o la perSona colectiva
compleja.
En la idea de una supremacía del orden estatal, en la convicción de que
la voluntad del Estado no tiene sobre sí ninguna voluntad sup~rior, y no
deriva su validez de ninguna otra, revela el concepto de soberanía, su sen­
tido puramente forma1. La roberanía es una cualidad del Derecho de la vo­
luntad del Estado, conocida como orden jurídico en su esfera específica de
validez; pero no una propiedad de esa fuerza o poder del Estado dada en la
naturaleza como un efecto de ciertas causas, por más que sea demasiado
corriente esta hipótesis de la metáfaca de la voluntad jurídica del Estado,
indebidamente trasplantada al dommio psicológico.
Se dice que el Estado es soberano cuando el conocimiento de las normas
jurídicas demuestra que el orden personificado en el Estado es un orden su­
premo, cuya validez no es susceptible de ulterior fundamentación como or­
den jurídico total. No se trata, pues, de una cualidad material, ni por tanto,
de contenido jurídico. El problema de la soberanía es un problema de impu­
tación y puesto que la persona es un centro de imputación, constituye el
problema de la persona en general y no sólo el problema de la personalidad
del Estado. El mismo problema se presenta en la persona física como pro­
blema de la libertad de la persona o ,de la voluntad.
"Por las rarones aducidas, dice Garrido Falla (ob. cit., pág. 335), nos
mostramos decididos partidarios de la admisión de la tesis de la personali­
dad estatal, como pieza clave para la explicación de las relaciones jurídico­
.administrativas y jurídico-privadas."

8. LA PERSON..\ LIDAD J uRÍmCA DEL ESTADO EN LA CONSTrrUCIóN

La unidad de las instituciones políticas es un hecho que se manifiesta


históricam::nte, como una necesidad imprescindible de considerar a las for­
mas políticas desde un punto de vista unitario de acuerdo con los fines.

2 Hans Kelsen, TeoTÚz General del Derecho 'Y del Estado, Imprenta Universitaria,
México, 1950, 1 vol., 424 págs. Cap. IX. La persona juddica, pág. 95.
Hans Kelsen, TeorEa General del Estado, Editorial Labor, S. A., Barcelona, 1934,
núm. 15. El EsttuJo como persona jur¿dica, pág. 93.
LA ESTRUCTURA DEL ESTAOO 205

En esta etapa no es el Derecho el que realiza esa labor de síntesis, sino


razones políticas y sociales, derivadas de la necesidad de crear, desarrollar y
mantener un orden que no siempre es estrictamente jurídico.
El Estado es una creación artificial de las comunidades humanas y se
integra y se unifica en un largo proceso histórico, en el que el Derecho -ins­
tituciones jurídicas-, ha tenido y tiene una singular importancia.
Un proceso de fuerza obligaba a mantener la unidad de una forma polr­
tica concentrada en el gobernante -dictadura, tiranía, oligarquía-o Pero los
pueblos se esfuerzan por encauzar su vida política, restando facultades al
gobernante o limitando sus funciones, en forma tal que se distribuyan entre
órganos que también pueden ser de emanación popular. Es entonces cuan­
do surge el Estado Constitucional, precursor del Estado de Derecho.
Nuestra Constitución alude a las personas jurídicas de Derecho público
en numerosas ocasIOnes y establece, además, el régimen jurídico de algunas
de ellas.
En primer término debemos señalar al propio Estado, que es la más
importante personalidad jurídica y fuente a su vez de las demás personas
jurídicas. Artículos 27 fracción VI, 4{) y 41 de la Constitución.
La Federación es el órgano más importante de la vida política y admi­
nistrativa y se regula por los artículos 39, 40 y 41 de la Constitución. En
numero~as ocasiones la Constitución alude al concepto de nación como sinó­
nimo de Federación y por excepción, de Estado.
La personalidad del Estado es única. El hecho de que la administracióri
pública actúe con personalidad jurídica diversa en el cumplimiento de sus
fines, sólo hace referencia a que dispone de la misma personalidad del Es­
tado para realizar la esfera de su competencia. La administración pública
en su sentido orgánico se entiende como el Poder Ejecutivo Federal o con­
junto de órganos que realizan las tareas administrativas.
En nuestro régimen federal nos encontramos con importantes personas
de Derecho público: las entidades federativas o Estados, la Federación y los
Municipios.
Nuestra Constitución alude a importantes organismos centralizados, como
el Departamento del Distrito Federal, y en la legislación de numerosos ot­
ganismos descentralizados, que son las formas más recientes de atención de
algunos servicios públicos, tales como la Universidad Nacional Autónoma
de México, el Seguro Social, Petróleos Mexicanos, los Ferrocarriles Nacio-­
nares de México, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Tra·
bajadores al Servicio del Estado y otros.
Han surgido también numerosas empresas de interés público que man­
tienen un régimen mixto: de Derecho privado y de Derecho público.

9. NUEVAS TENDENCIAS SOBRE LA PERSONALIDAD DEL ESTADO

Correlativo al problema de la personalioz: d jur:dic. 3 d el Estado, en opi­


n;ones tradicionales !1n se re'~ onoció la pe ,ol ,al idild de !.a adm :n · s ~racjón, la
206 ANDRÉS SERRA ROJAS

cual, para su actividad disponía dé la personalidad del Es­


tado. Esta que poco a poco va abandonando el adminis­
trativo actual, se apoyaba en que "la funci6n administrativa es una funci6n
del Estado como personalidad jurídica".
Estas ideas se han venido superando dado que "para el Derecho admi­
pública es una y aun se dis­
de la misma. fiuemas se reconoce la ",,,,,,,,ron,,,
creados por el
medio de la Ley o por un Decreto del Ejecutivo, o por el Derecho
en las empresas de participación estatal.
Garrido Falla (Tratado de Derecho administrativo, t. 1, pág. 5~

edici6n), afirma, por una parte que· "la personalidad del Estado es única
y se desde luego, al conjunto de sus funciones"; por otra
ga: "Esto es cierto desde el punto de vista
pero desde el de vista interno, la doctrina per­
sonalidad estatal sólo tiene práctica normalmente en cuanto
nalidad de la Administración Pública."
La Lev de jurídico de la administración pública man­
: "La Administraci6n del constituida por
nos para el cumolimiento de sus
con pejrsonallaaa
De acuerdo con nuestra estructura constitucional, artículos
41 y 115 de la Estado o República representativa, democn'i
federal, popular se con tres entidades o personas
dicas diversas: la las Entidades Federativas y los Municipios.
Por lo que se refiere a la Federación ésta actúa por medio de sus Po­
deres fundamentales. El más importante del Poder Fe­
deral es la Administración Pública conjunto de entes personalizados, regi­
dos el Derecho administrativo. Por eso s610 hay Derecho administrativo
cuando está presente la administración o los particulares actuando
por la en los casos señalados por
De los órganos de la la Administraci6n Pública de
varias personalidades en su actividad. Los demás Poderes; el Legislativo y
el Judicial, como no mantienen relaciones directas con los que
exijan la de una jurídica definida, son de naturaleza
ya que no la
Comentando una situaci6n constitucional cercana a la nuestra, Brewer-
Carías (Derecho administrativo, t. 1, pág. Caracas)
"Pero cada una de estas tres personas jurídicas-territoriales que confor­
man el en el ámbito interno actúan como jurídicas entran­
do en relación con los particulares como sujetos de titulares de un
interés público, que gestionan, a través de sus administraciones De
ahí que haya dicho que sólo cuando el Estado actúa como administración
es verdadera y propia persona jurídica. Sin si bien ello es cierto,
de ahí no puede concluirse que el Estado no tenga personalidad jurídica.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 207

En Venezuela la tiene en sus tres personas territoriales (La República, los


Estados y los Municipios) aun cuando dicha personalidad jurídica se con­
cretice o materialice, normalmente a través de sus Administraciones PÚ­
blicas."
La personalidad jurídica d~ la administración pública o con mejor expre­
sión de las administraciones públicas, es ya un principio generalmente acep­
tado, sin que por ello se destruya la necesidad de una personalidad junaica
internacional del Estado, de acuerdo con los principios const:~ucional~s.
Por lo que se refiere a otr.ls entidades públicas, el artículo 27, párrafo
nueve, fracción sexta, parte final, dispone : " . . . Los Estados y el Distrito
Federal, lo mismo que los Municipios de toda la República, tendrán plena
capacidad para adquirir o poseer los bienes raíces necesarios para los servi­
cios públicos." De esta manera el patrimonio guarda una estrecha relación
con la personalidad.

Sección segunda: LAs INSTITUCIONES POLÍTICAS

1. LA TEORÍA DE LA INSTITUCIÓN

El propósito d:: estas reflexiones es analizar el sistema, la estructura, orga­


nización y funcionamiento de las instituciones políticas que envuelven la ac­
ción cotidiana del hombre, de una maneJ;(l general y para señalar su influen­
cia en la vida pública nacional. Para tal efecto, ha: de determinarse, con
brevedad, el concepto de Institución, como un todo coordenado u orgánico,
que las sitúe en el cuadro de las entidades contemporáneas, pero enfatizando
nuestras propias caract.ecisticas.
Nos interesa el estudio del Derecho Constitucional como un orden dinámi­
co, renovador y trascend:!nte, pero sin olvidar el valor real y efectivo de las
instituciones políticas, que son las fuentes auténticas de la realidad política
y en las cuales necesariamente se deben apoyar los cambios sociales. Sin ellas
no es posible lograr la identidad nacional, la unión de todas las fuerzas rea­
les de poder, los objetivos de nuestro nacionalismo apoyado en la Consti­
tución, entre los que destaca la democracia institucional y una justa distribu­
ción de la riqueza pública.
El Derecho Constitucional definido por su c.ontenido, es el Derecho que
se aplica a las instituciones políticas y tienen por objeto la organización ge~
neral del Estado, la modificación, y el funcionamiento de sociedad política.
Este Derecho se sitúa en el mundg del deber ser, de lo que se anhela realizar,
algo que se debe difundir y aplicarse para consolidar un orden. La ignorancia
en torno a la Constitución provoca graves problemas para el desarrollo de
la nación, al restarle un apoyo popular. Millones de personas desconocen su
texto a pesar de que ·se divulgan profusamente sus principios, no son debi­
damente comprendidos. La educación cívica de los pueblos S<! ini€ia en esa
comprensi6n.
208 ANDRÉS SERRA ROJAS

Las instituciones políticas por el son las que efectivamente mo­


delan a las estructuras forman su elemento vital, la fuerza
reguladora de la sociedad política en la que se generan los hechos políticos,
en cuyo estudio se la Ciencia Política contemporánea y se proyecta
sobre las demás Sociales. La Ciencia Política actual da mayor ¡m­
al estudio de la con sus datos, conducta
tica, principios e instituciones que al estudio del Estado.
Además, no centra toda su atención en el estudio del como lo ha·
cen autores de esta porque como afirma David Easton
moderna, 148): "La lucha por el Poder no describe el fen6meno cen­
tral de la política, más bien se refiere solamente a un secun­
dario, aunque vital", y agrega: "necesitamos reconocer que
la vida política consiste en acciones relacionadas con la distribu­
ción terminan te de valoreS".
Por lo que se refiere al campo de acci6n de las
éste rebasa sistema constitucional, que a compren
vida social pues numerosos hechos que no son regu­
lados por el Derecho. que se esfuerza por in­
corporarse al orden general, tal es el caso de los grupos de presión.
Los esfuerzos de los gobiernos para introducir la Constitución en las re­
sociales es un hecho evidente. Pero el hombre de la calle se muestra
sobre los resultados de la suprema, sobre todo cuando
se' vIven sistemas de gobierno un poco y estructuras estatales que
desembocan en verdaderas utopías. En la mayor parte de los casos la vida
política no coincide con los textos constitucionales y en ocasiones crea situa­
ciones contrarias al texto que se supone debe ser supremo. Algo semejante
sucede con el Estado que ha a convertirs~ en el Gran Fantasma de
la vida política.
El dilema del mundo actual es el siguiente: o se vive con la libertad o
se prescinde de ella. Cuando se fortalece la libertad las instituciones ad­
quieren realidad, se fácilmente a la normalidad cotidiana. "La
libertad es el testimonio de nuestra la de nuestra ra­
zón. Cada individuo debe ser dueño de su conducta, su pensamiento, de
su " (Michel Debré,) Pero no hay lugar para la libertad en un sis­
tema totc1Jitario, porque ésta tiende a limitar, racionalizar y equilibrar el
de los f!obernantes a través de mecanismos institucionales inspirados
en altos valores humanos.
El término institución menciona diversos los cuales recoge­
mos de los autores esp~ializados que se han ocupado de esta materia. En­
tre las principales que nos interesan se mencionan las siguientes:
a) Al establecimiento o fundación de una cosa. En el pasado Littré dijo
que "la institución es todo lo que: es inventado y demostrado por los hom­
bres, en oposición a lo que es natural".
b) La Ínstitución alude a la cosa establecida o fundada, pero dewe lue­
go, no es una persona ni un grupo, es decir, "una instituci6n es una confi­
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 209

guraciól\ o combinación de pautas de comportamiento compartidas por una


colectividad y centradas en la satisfacción de alguna necesidad básica de
grupo". Ficter . (So()ciología, pág. 259.)
c) Por último, se refiere a cada una de las organizaciones fundamenta­
les de un Estado o sociedad, como las instituciones republicanas, el Federa­
lismo, el régimen democrático, la división de Poderes y otros; y en el pasado
el feudalismo, el régimen absolutista o el sistema liberal.
Entre los autores que se han ocupado del estudio de la institución el de
significación y divulgación fue Maurice Hauriou (Theorie de finstitution et
de la fundation, París, 1925), que expresa: "Una institución es una idea de
obra o de empresa que se realiza y dura jurídicamente en un medio social;
para la realización de esta idea, un poder se organiza y le procura de ór­
ganas; por otra parte, entre los miembros del grupo social interesados en
la realización de tal idea, se producen manifestaciones de comunión dirigi­
dos por los órganos del poder y reglamentadas por procedimientos."
Maurice Duverger (Instituciones políticas y Derecho Constitucional, Eds.
Arjel~ pág. 6), considera que "esta teoría es bastante oscura, se basa en una
insuficiente observación de los hechos: da un papel demasiado grande el
factor racional y consciente, así como a los fenómenos jurídicos".
Tomando como base la discusión doctrinal, es conveniente anticipar un
concepto genérico de institución, cuyos elementos se explicarán más ade­
lante:
Las instituciones -como parte esencial de la cultura de un pueblo-,
comprenden las formas y condiciones de conducta, es decir, un conjuntt> de
odos: usos, creencias~ principios regulado()res o los propósitos sociales que
desemp eñen las personas, originados por la actividad social y aceptados o
impuestos cO'mo pautas organizacionales definidas, con carácter permaTUinte,
uniforme y sistemático, las cuales se objetivan y cons.olidan en instituciones.
Completando esta explicación, Cazenueve y Victoroff (La Sociología,
Eds. Mensajero, Bilbao, pág. 300) nos dicen: "Toda institución tiene su
mapa, vinculado a las mitologías, doctrinas religiosas, principios morales
y jurídicos del grupo social. Este mapa contiene la definición, la estruc­
tura y la finalidad del grupo institucionalizado, así como las reglas a las
(¡ue el grupo ha de obedecer. Toda institución tiene, igualmente, sus nor­
mas, sus actividades propias, su persona y su aparato material. Todas estas
nociones implican la de función, porque la institución está destinada a satis­
facer una necesidad."
Al estudiar las instituciones sociales, Eisenstad (Enciclopedia interna­
cional de las Ciencias Sociales, vol. 6, pág. 15), considera tres aspectos prin­
cipales de la institución:
"PRIMERO, las pautas de conducta que son reguladas por medio de las
instituciones (institucionalizadas), se refieren a problemas perennes y esen­
ciales de toda sociedad.
"SEGUNDO, las instituciones suponen la regulación de la conducta de los
individuos en una sociedad según pautas definidas, continuas y organizadas.
210 ANDRÉS SERRA RO] AS

"TERCERO, estas pautas entrañan una ordenación y regulación normativa


definida; es decir, la regulación es mantenida por medio de normas y de san­
ciones que están legitimadas por tales normas."
La doctrina sociol6gica ha clasificado los grupos de la manera siguien­
te: a) Grupos no institucionalizados, y b) Grupos institucionalizados.
"El complejo no institucionalizado es el que se halla constituido por in­
dividuos en relación o acción reciproca, sin la explícita intermediación de
normas externas obligatorias. Es el complejo formado por la interinfluencia
inmediata de seres humanos o el coajuste de sus actividades, sin la inter­
vención explícita de una instancia normativa u organización reguladora,
por ejemplo, una multitud, una clase social.
"El grupo institucionalizado, por ejemplo, la nación, una asociación, etcé­
tera, es el que resulta de la coexistencia de seres humanos que desenvuelven,
además de relaciones no reguladas, relaciones reguladas por normas esta­
blecidas, y que posee, en cuanto grupo, unidad funcional y estructural, o
sólo la primera." (Luis Recaséns Siches, Sociología, Ed. Porrúa, S. A.,
pág. 431.)
Otra clasificación útil de las instItuciones las clasifica en instituciones
principales e instituciones subsidiarias. Las primeFas se definen por su uni­
versalidad, necesid~d e importancia. En ellas concurre el mayor número de
personas, son esenciales a la sociedad y revisten una -partioular importan­
cia para el individuo y para el bienestar social. Las segundas ofrecen ca­
racteres diwrsos a los mencionados, son instituciones contertidas en las pri­
meras.
Ejemplo de las instituciones principales o mayores, son:

L Las instituciones sociales o familiares. Se fundan en las rela~iones


sexuales y en la proaeación de la prole. Comprende el matrimonio, la fa­
milia, la parentela y la. socialización inicial de los nuevos miembros de cada
generación.
2. Las instituciones económicas, las cuales regulan la producción, la dis­
tribución y consumo de bienes y servicios dentro de la sociedad, "por me­
dio de reglas de comportamiento u organismos establecidos en el seno de
un grupo social, reconocidos por él y teniendo vocación a la generalidad
y a kl. permanencia". Son numerosas las instituciones subsidiarias que se
ligan a éstas. Colli (Dice. Econ. y Finanzas, Seuil, pág. 692} comenta: "Las
estructuras del medio en que se desalTollan los hechos económicos, está esen­
cialmente constituido por las instituciones en el sentido más amplio del tér­
mino, es decir, el conjunto de las reglas legislativas o de comportamiento,
~critas o no escritas, que observan los agentes económicos de una colecti­
vidad y el conjunto de los organismos, estableciendo grupos sociológicos o
administrativos que concurren a formar la estructura del medio."
3. Las instituciones políticas, Estado, Gobierno, Administración, Poderes,
Funciones, etc., se refieren al control y uso del poder, a la realización de los
fines del Estado y a los objetivos y articulación y fijación de ciertas metas.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 211

4. Las instituciones culturales :v tratan de la de las


condiciones facilitan,' la creación y conservación de ,artefactos culturales)
religiosos) de su distribución diferencial entre los dis­
tintos grupos de la socidead. institución educativa es fundamentalmente
el proceso sistematizado de socialización informalmente en el
hogar y en el cuadro cultural en la
zación docente de la sociedad. se
hallan las organizaciones subsidiarias de "A'''W'''U''~, calificaciones y grados, del
trabajo en casa y del sistema de títulos." ob. 265.
No podemos concebir la vida social sin
tituciones. Ellas forman la trama en la que se desenvuelven todas nuestras
acciones y las orientan hacia derroteros Cuando más atrasado es
un pueblo, más débiles e inestables son sus instituciones.

2. LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS

En la definición de institución anteriormente, entre sus di­


yersos sentidos, se aludía a que la "son las cosas establecidas o
fundadas", es decir, es una actividad de los hombres, una actividad social.
"Las instituciones políticas establecidas por los hombres en
el campo de la vida Derecho constitucional e ins~
tituciones políticas, Ed.
El concepto de institución que nos ofrece la literatura política,
es difícil y de sentido por lo que es prudente afirmar que nos mo­
vemos en un terreno inestable.
Pablo Lucas Verdú (Sobre el de Institución Política> Rev. de
Es!s. Políticos, Madrid, núm. 108, , dice: "Si no yerro, resulta en­
tonce;; que podemos definir la política como la entidad jurídico
social que y asegura duraderamente la realización del proceso de
orientación "
Tierno Galván Salamanca, 1958,
pág. define la institución como la un conflicto por un
sistema de y reiterable" y "toda institución es
un ~istema
Joseph H. Fichter Barcelona, 1967,
gina 265), dice: "La actúa primariamente para
farer la necesidad de y de orden público en la 50­
ciedad. Dentro ella como la legislativa, la
de:>lgna,cló>n y elección para los cargos pú­
con países extranjeros."
mantiene una estrecha relación con el
Derecho Constitucional. Dice a este respecto Maurice Duverger (1n.stitutions
politiques et droit P.U.F., pág. 1): "El término 'institución
política' tiende pn:w·esllva.mc~nt;e a: sustituir a la expresión 'Derecho constitu~
212 AN~S SERRA ROJAS

cional', muy utilizada en Francia y en los países latinos después del siglo XlX.
Esta evolución semántica amerita de ser precisada, porque ella aclara la
noción de instituci6n pública, y los cambios de concepción a su manera de
ver."
Todo ello se realiza mediante medios o instrumentos que aseguran el con­
trol y realización de una función que satisface necesidades sociales. "Las
instituciones aparecen como los medios por los que la influencia específica
de la sociedad, actúa sobre el individuo." Kardiner. (The individual and his
society, Nueva York, 1939.)
Por una parte, .la institución se refiere al establecimiento o fundación
de una cosa, es decir, a las costumbres domésticas, econórrucas, religiosas,
sociales, que han adquirido fijeza en el transcurso del desarrollo.
La institución política se integra con una serie de órganos que estruc­
turan el poder público. Esos órganos son de carácter jurídico, económico,
militar, religioso, etc. De este modo la institución aparece como una orga­
nización de carácter público o semipúblico que supone una dirección y or­
ganización destinada a servir los fines socialmente reconocidos.
Se puede observar que la noción de institución se liga a la de estructura
y se implican en el análisis de las ideas y de las formas políticas.
En su sentido inicial que emana de otras disciplinas, el concepto de es­
tructura se refiere a organización o disposición ordenada de las partes. En
términos generales la estructura social comprende la organización interna y
permanente de un grupo social determinado, es decir, al conjunto de las
relaciones entre las personas entre sí y con el grupo al que pertenecen.
Marx hace referencia a la vida social formada por estructuras o infraes­
tructuras económicas, jurídicas, políticas e ideológicas.
Como obra humana la institución puede ser suprimida o modificada por
los cambios sociales. Así hemos visto la transformación de las instituciones
democráticas, en los países socialistas, por otras instituciones que le son an­
tagónicas o irreconciliables.
De todas maneras, el régimen de las instituciones se mantiene relativa­
mente inalterable y sujeto a las condiciones y modos de una sociedad deter­
minada. "El institucionalismo es una tendencia a mantener en pleno vigor
las instituciones tradicionales más estimadas en cada momento por su arraigo
sentimental o por su proyección ideológica sobre las conductas sociales."
Se dice entonces que un sistema social, político, económico, está insti.tu­
cionalizado "cuando se mantienen en forma organizada y permanente, las
relaciones sociales subordinadas a los principios del orden social reconoc~do".
Las instituciones fundamentales de nuestra estructura constitucional tie­
nen orígenes y causas muy diversas, que han surgido de los procesos políticos
originados, principalmente, a partir de la consumación de la independencia
nacional.
La etapa precortesiana nos eIlseña una diversidad notable de institucio­
nes en cada uno de los grupos indígenas, cuyos pueblos señalan variaciones.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 213

de una cultura a otra, de acuerdo con su marco geográfico y las diferentes


influencias que sufrieron.
Con la etapa colonial}' el establecimiento de la Nueva España se ImCla
el proceso de transculturacióll d.:! algunas instituciones hispánicas como la
propiedad, el Municipio y otros.
En la etapa independiente han surgido numerosas instituciones, unas
derivadas de nuestra propia vida nacional, otras se han creado o adaptado.
El ritmo de multiplicación de las instituciones se ha acrecentado en las
últimas décadas y el mantenimicpto y estabilidad de las mismas depender:\
de los complejos factores de la evolución histórica.

3. LAS CORRRIENTES IDEOLÓGICAS EN LA ESTRUCTURACIÓN


DE LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS

En un mundo inseguro y cruel, cuando los indicios del destino del hom­
br.:! sobre la Tierra, no ofrecen, lamentablemente, ninguna duda, una vio­
lenta y despiadada lucha ideológica nos envuelve desesperadamente. JOh!1
Luckacs (El fin de la Edad M odema, pág. 266), nos dice: "Debido a mu­
chos acontecimientos (y especialmente debido al 'progreso' de la ciencia y
la tecnología) el fin del mundo, mediante nuestra propia capacidad para
destruir toda vida humana, se ha convertido, por primera vez, en la historia,
en una posibilidad razonable. Por lo tanto, ya no es irracional supon~r que
la duración de la vida humana en este planeta pueda ser mucho menor de lo
que nos han estado diciendo el darvinismo y el cienticismo, y que en reali­
dad, puede acabarse en unos cuantos milenos después de Cristo." (Historical
Consciousness, Nueva York, 1968, págs. 271-272.)
En la doctrina moderna "la noción de estructura está ligada a una teo­
ría de la ideología". (Cazeneuve, Dice., pág. 184.)
La palabra ideología viene del griego: "idea, concepto, }' logos, teoría".
Comprende el conjunto de ideas de un sistema filosófico o doctrina social,
que se propone la explicación crítica de la sociedad y la necesidad de su
transformación.
La ideología es un conocimiento que estudia y clasifica las ideas desde
un punto de vista objetivo, como un conjunto coherente de ideas, creencias
y modos de pensar, propias de un hombre, un grupo social o un ~istema de ­
terminado. Es, además, la manera de pensar y sentir políticamente.
La inquietud humana se refleja en las condiciones de vida de una. socie­
¿;:ld. de su estructura interna y trata de explicarse cuál debe ser la situación
de ur: individuo frente al medio social que le rodea. Definido el propósito
en teoIÍas, sistemas) surgen Jos intereses de los diversos grupos para luchar
por esa idea, se elaboran medios de acción y tácticas y se proyecté!. en una
tendencia encaminada a buscar prosélito ...
L;¡~ ideCtlogías S~ manifiestan act~.r lmente en el campo internacional en
ur<2. lucha irrec.onóli3bl~ y pelio.osa para la paz del mundo, entre los E t;;.,
214 ANDRÉS SERRA ROJAS

dos .llamados del "mundo libre" 'y los Estados comunistas. Ningún escapa
a la influencia de estas ideologías. Este fenómeno, y es el
se refiere a la frenética lucha ideológica actualmente a toda
humanidad. Sentimos el de las que no
ofrecen resistencia a los vientos de fronda del presente. Así vemos la ame­
naza constante a instituciones como la el la
y otras, algunas de las cuales han desaparecido o transformado en

moderna ha desquiciado todas las


instituciones sin que las que se establecer sean lo sufi­
cientemente maduras y seguras para afrontar el cambio total de la cultura
occidental.
los sistemas y las instituciones sean
des corrientes. se disputan la hegemonía mundial: el
y los Estados comunistas, que mantienen un proceso de
yos resultados son difíciles de prever en estos momentos.

4. LAS INSTITUCIONES INTERNACIONALES

Paul Reuter (1 nstitutions 1 nternationales,


13), afirma: "En un sentido amplio, las instituciones son las
las tradiciones y las fundamentales que caracterizan a una sociedad.
Son instituciones internacionales las instituciones relativas a una sociedad in­
ternacional. "
El mismo autor explica el estudio de las instituciones implica nece­
~ariamente desarrollos históricos, políticos, económicos y
coso En un principio había dedicado su atención sobre los aspectos
pero considera que la Ciencia Política puede el estudio de la
sociedad internacional bajo otros de vista, como los "International
relations" en los Estados Unidos, y concluye los estudios recientes se
orientan hacia los problemas de método de la Política a la
sociedad internacional y en otras hacia la concreta de la socie~
dad internacional contemporánea, y en otras las relaciones de la
tica internacional y el Derecho.

5. HACIA NUEVAS METAS INSTITUCIONALES

En nuestra vida de relación nos encontramos y nos sometemos, a una


red intrincada de instituciones, ya formadas, instituidas y reconocidas. Ellas
están preestablecidas por la acción gubernamental o se originan como pro­
ductos de una evolución determinada.
Factores negativos a todo proceso de institucionalización son el paupe­
rismo social, el analfabetismo, la falta de vivienda y de medicina. la educa­
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 215

clOn en todos sus grados, la carencia de una conciencia definida y


la aplicación artificial o irregular de las mismas instituciones.
Las instituciones son como las vivas, necesitan de un medio fértil
para que se desarrollen y se fortalezcan. Las que se manifiestan en un medio
subdesarrollado, se muestran a veces como
el el sistema división de poderes, la admi­
nistración pública, el Municipio; aunque las instituciones sociales se muestran
más definidas y estructuradas. En nuestro país, instÍtucíones viven
en crisis desde que se incorporaron a nuestro sistema político.
Ellas no han alcanzado un desarrollo por los vicios, errores o
incomprensiones del sistema. La institución es un simple adorno de un
men, y se mantiene bajo la falsa idea de cubrir un expediente, es dar
la de una vida política superior. De todas maneras no todos los pue­
blos tienen el mismo grado de evolución y sus condiciones varían
de un Continente a otro.
La más impresionante se formula es la de saber si
blo y debe encontrar su camino, en medio de este
debate, y que se libra en todos del Orbe, por potencias que se
han en rectoras supremas del orden internacional. El Veto en las
Naciones Unidas es un edificante de esta actitud. Cuando las Ins­
tituciones nacionales sean firmes y podrán resistir el embate de las
ideologías que s~ les opongan.
Una buena tarea gubernamental eS la de vitalizar sus propias
algunas de las cuales aún no han encontrado su plena realización. Partiendo
de estas bases no resulta difícil afrontar el futuro.
Entre tanto acomodarse o librarse de esta conflictiva situación
surgen las de las doctrinas e ideas ocasionales o de
momentos, los de la vida política, que se tra­
ducen en situaciones o con estatismos o inter­
vencionismos más o menos radicales, con presupuestos ideológicos no arrai­
gados en la masa y en instituciones válidamente sólo pueden
catalogarse como ensayos, tentativas o modus
Un país en vías de desarrollo debe hacer esfuerzos enormes para iniciar
de:spf~guie institucionaL Esto puede mediante una transformación
que revise sus estructuras, viejos sistemas r
dé paso a una nueva sociedad.
Las instituciones nacionales se relacionan directamente con el desarrollo
de las instituciones internacionales. Ciento cincuenta países forman parte de
la "Organización de las Naciones Unidas", la ONU, nacida en San Fran­
cisco, California, el año de Lo que habría preguntar es:
¿ Cuántos de sus miembros podrían con Nación?
Nos encontramos con una extraña mezcla de Estados o por
obra de las circunstancias históricas se han visto en
un Pacto, que es un "Pacto Militar", la
216 ANDRÉS SERRA ROJAS

Guerra Mundial. No fue un orden internacional el que se


sino un verdadero desorden mundial.
por lo tant~, un camino de liberación.

Sección tercera: ESTRUCTURA DEL ESTADP MODERNO

1. LA ESTRUCTURA SOCIAL Y POLÍTICA

a) La nra/1"t1171l del Estado

de la organización política
La política o público institucional es una creacIón so-
por finalidad la realización del bien común, a través del poder
coactivo del que se manifiesta en el conjunto de las instituciones,
poderes, funciones y demás estructuras estatales. 3 El orden y el Derecho son
factores esenciales de una vida civilizada.
dice Pcter M. Blau, nace en el momento en que se
para coordinar las actividades de un gru­
po con mIras a la conseCUCI(m de objetivos Las tareas colectivas
que realizan los hombres someterse a una bien
porque todos ellos tengan unos intereses comunes, o bien porque un sub­
grupo proporcione incentivos a los demás para operar en pro de sus inter;::...
ses. Los de una fábrica se entre ellos en sindicatos
para negociar colectivamente con la dirección, mientr:ls que esta última or­
las tareas de los obreros con el fin de producir bienes cuyo comercio
rinda. un beneficio. Los sindicatos y las fábricas de estas orga­
nizaciones fonnales, corno lo son también los de un gobierno, los
partidos los ejércitos o los "
En el orden social comorende todas las relaciones humanas y sus
creaciones, tales como las estructuras, los y la repar­
tición de los derechos y deberes. Por ello "siempre
de hombres con otros, entre ellos
una orgamzaclon sOCIal; pero no toda colectividad cuenta con una
zación fonnal", por otra parte, "inevitablemente la estructura social que se
desarrolla no coincide por entero con las fonnas
Mas debernos insistir con sentido crítico en esta acepción;

a Administración Pública ')1 DesarroUo} Rev. Mexicana de Ciencia Política, núm. 68,
abril-junio de 1972.
Alejandro Carrillo La refo'l"l'Tla administraliva en México, Instituto de Ad­
ministraci6n Pública, 1975.
Ponencias de M¿xico al Congreso Internacional de Ciencias Administralivas,
Inst. de Ad. Pública, México, 1974.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 217

"El orden es el funcionamiento sin roces, en el seno de una sociedad, de


la acción recíproca de los individuos, que por eso encarna valores de efica­
cia, coherencia lógica, belleza y moralidad; es una situación a la de
la salud en el individuo. No es lo mismo que paz, porque lucha puede
ser ordenada, no es lo mismo que porque la lleva
consigo cierta que no se encuentra necesariamente en el orden."
(Diccionario de Ed. pág. 207.)
Hemos visto la limitación del concepto estricto de orden frente al
de organización crea un integrado de relaciones
funcionales dentro del todo". (Id. 207.) En la actualidad la "organización de
masas", que son organizaciones obreras, de la juventud, de mu­
jeres, núcleos económicos, culturales, necesarios mantener la hegem~:mía
política de un y un poderoso medio de política. El mun­
do moderno internacional se caracteriza por ser una extensa
de por los diversos Estados e instituciones

necesita del orden y político para integrarse, o


sea, es necesario el conjunto de normas que forman el Derecho positivo para
crear los diversos órganos que forman la estructura del Estado. De este modo
esta red de públicos, realiza sus propósitos por medio de los
nantes.
El Estado ha sido creado para asumir elevados fines para encau­
zar la vida social por senderos de desarrollo y progreso. La amplitud del
concepto "bien común", entrega a la política una
sabilidad como es la de velar por la supervivencia y
social.
Al referirnos al Poder político, necesario y a un
cer humano, renovado al impulso de las luchas un constante
y deshacer, con los naturales sufrimientos de toda transformación. 5
Como el orden estrictamente social se manifestó llevar a la
sociedad hacia designios superiores, fue necesaria la política o

• "El Derecho es en realidad creado individuos humanos y éstos


dudarlo, hallarse sometidos a su más, 0010 en cuanto obran de
las normas de la que desempeñan, son 6rganos
y el Derecho es creado el Estado UUJlcalme¡'l(e en cuanto emana de un
tal, esto es, en cuanto es creado de acuerdo con el Derecho. La allHUal:liUIl
de que el Derecho es creado por el Estado, "/5"""'" simplemente que el Derecho re­
gula su creación," Hans Teoría del Derecho y del Estado, Im­
prenta México, pág.
Por vía de ejemplo pueden verse estos organismos internacionales: Organización
de las Naciones Unidas; Consejo Económico y Social; de Asistencia Técnica;
Fondo de la ONU la Comisión Juridica ; Comité de Pro­
blemas Colectivos; Internacional; Comisión Económica para la
América de las Naciones Unidas.
6 e instituciones. La transformación de
la 1977.
218 ANDRÉS SERRA ROJAS

poder coactivo del Estado, o sea el poder político, que más tarde ha de dar
paso al poder político internacional.
"El organizar es un obrar encaminado a promover y realizar aquellas
acciones (omisiones) necesarias para la existencia actual y constantemente
renovada de una estructura efectiva y ordenada (organización). La indaga­
ción fenomenológica descubre en toda organización tres 'elementos' que se
reclaman recíprocamente: 1. El obrar social de un conjunto de hombres
basado en una conducta recíproca, cuya cooperación; 2. Se orienta regular­
mente en el sentido de una ordenación normativa, cuyo establecimiento y
aseguramiento; 3. Corre a cargo de órganos especiales. Todo grupo capa7.
de obrar y decidir, toda unidad colectiva de acción es una estructura orga­
nizada de efectividad, ordenada conscientemente, por medio de órganos, a
la unidad de la decisión y de la nación." (Hermann Heller, Teoría, pág. 257,
Fondo de Cultura Económica, 1942.)
El poder social nació en forma espontánea y natural, como consecuencia
de las estructuras sociales primitivas -el hombre como obra de las circuns­
tancias responde al medio humano que lo envuelve--. ¿ Cómo explicar que
un pequeño grupo -los gobernantes- sometan a todo el grupo social -los
gobernados-? Rousseau diría: "el hombre nace libre y en tódas partes vive
encadenado. Algunos se creen dueños de los otros, pero no por eso dejan de
ser menos esclavos".
La sola idea dél poder político evoca al Leviatán, el monstruo que dis­
pone de vidas y haciendas, que pervierte y destruye, que hace la paz y la
guerra a su antojo.
Las generaciones del pasado y del presente han dedicado sus mejores es­
fuerzos en someterlo, encauzarlo dentro de la moral y el Derecho, el asignarle
fines como el bien público, que lo expliquen y justifiquen: "El poder político
es una libre energía que, gracias a su superioridad, asume la empresa del
gobierno de un grupo humano por la creación continua del orden y del De­
recho." Hauriou, oh. cit., pág. 162. La réplica es inmediata: ¿ Por qué esa
libre energía no se encauzó en un orden social superior? El hombre es un
animal al que hay que domesticar, domeñarlo dentro del marco de un orden
político superior. Sólo la fuerza despiadada lo obligó a vivir en un orden nue­
vo, que no fue el de la naturaleza que le correspondía. Sólo la antropo~
logía podría decirnos algo nuevo sobre este tema.
_ Limitar el poder político, amarrar al monstruo es el grito claudicante de
los inconformes. ¿ Cómo hacerlo? Se invoca a Dios (Bossuet), a la sobera­
nía (Bodino), al DereCho (Jellinek), a la voluntad General (Rousseau) y
otros más; o en nuestros días se desencadenan poderosas fuerzas materia­
les, ante el fracaso de las espirituales. La verdad es que el hombre no sabe
qué camino tomar y las soluciones que se le ofrecen, que siguen axaltando
al poder político, se convierten de meras utopías, en fascinantes realidades.
No es de extrañar, porque el hombre ha vivido entre ilusiones y alucina­
ciones.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 219

La realidad es· que el poder existe y no habrá de desaparecer por obra


de circunstancia alguna. ¿ Pero, podrá sobrevivir el poder sin autoridad, tal
como acontece hoy; o se mantendrá la autoridad sin poder, como pretendida
ambición humana?
Bertrand Roussell considera que el motor único de la ciencia social es el
apetito de poder. "Nacido del fanatismo que le atribuye, se convierte en tra­
dicionalismo que lo consolida y se acaba mediante la representación en poder
demudo." Max Weber esgrime su trilogía de la legitimidad del poder: tradi­
cional, racional o carismático. "Encuentra la fuente del Poder en la profecía,
en el don de gracia, en el poder del embrujo, de la conjuntación y del arras­
trar las masas desde d taumaturgo hasta el conductor de hombres, de Moisés
a Ho Chi-Minh." (Lacouture.) Y se concluye que la personificación del Po­
der es uno de los fenómenos de nuestro tiempo.
En resumen y de acuerdo con Hauriou: el poder político es una liber­
tad, una energía y una superioridad, realiza una empresa de gobierno y go­
bierna creando orden y gobierno.

Origen de la teoría del órgano

El Estado necesita, al igual que todas las asociaciones encaminadas a la


consecución de fines comunes, una serie de órganos que obren en su nombre
y sustenten y ejecuten la voluntad colectiva; el concepto de órgano es un
concepto metafórico, la palabra órgano está tomada del orden biológico, que
supone en el Estado una realidad orgánica viva; en sentido social, el órgano
es una institución que sirve para alumbrar y mantener perenne la voluntad
del Estado; el Estado es una persona jurídica que no puede concebirse; ni
existir sin órganos que lo hagan funcionar. Un órgano es una esfera de com­
petencia, una posibilidad jurídica.
La idea representativa no es nueva, ya existía en los Estados antiguos;
S~ desarrolló en la Edad Media, en Inglaterra y más en Francia. El princi­
pio de representación es más antiguo que la idea parlamentaria; en muchos
lugares a los diputados se les llama representantes; en los Estados democrá­
ticos es muy raro que el pueblo ejerza sus poderes directamente en asam­
bleas o comicios populares. Nace el Derecho pero sin un órgano del Estado
no serviría; y así surgen la autoridad y el Estado. El Estado está constituido
por un conjunto de órganos; ejemplos: el presidente de la República se vale
de muchos órganos para que lo auxilien en l¡t tarea administrativa. La vo­
luntad del pueblo se observa a través de sus órganO$ representativos; el Es­
tado es a. manera del árbol genealógico, está constituido por muchos órganos.
De la propia naturaleza del Estado, esto es del hecho de tener el carácter de
una asociación organizada, se sigue necesariamente la existencia de órganos
del Estado, un Estado sin órganos es una representación que no puede psico­
lógicamente llegar a existir, es decir, equivale a anarquía; el Estado moderno
requiere una pluralidad de órganos, ordenarlos y reducirlos a tipos fijos es
220 SERRA ROJAS

una necesidad que no puede menos la ciencia. La actividad del


Estado se manifiesta por medio de de sus
afirmamos dentro del Estado que su función es llevar a
tales, y que son los que denominamos VL,"-"''''''',
la misma categoría, tienen diversa que ten­
gan distinta estructura.
"La idea de que las acciones de un hombre no sólo valen como acciones
de tal, como acciones de una a la cual Of'rtf'T'U""P
que hubiesen alcanzado un alto I!"rado de cul­
tura, sino que el a un
no, el cual es el de los y aún hoy las populares
están muy influidas por esta idea a causa del ascendiente en ella tienen
las nociones primitivas. toda acción con exterior lle­
vada a cabo por un se como acción
del grupo mismo" presente este
hecho histórico y que, mediante la concepción
de los órganos de modo nos colocamos en el te­
rreno de las ficciones jurídicas, cual ha sido abandonado por
la jurisprudencia. La idea de que la de los puede ser repre­
sentada por los individuos, el fundamento actividad asocia­
tiva y precede a toda " (Jellinek, Teoría, pág. 442.)

La teoría del órgano


Entre las múltiples que se han elaborado para fijar la naturaleza
de los órganos del Estado debemos detenernos en las opIniones modernas q~
destruyen y nos presentan este interesante pro­
blema político.
Desde luego que no hay otra la de los hombres, ni otro
espíritu o alma, que el que anida en ser humano. Cualquier con­
cepción creando en jurídicas, es caminar en ua
mundo de lal1ta.smlagorias.
Problema diferente es el que se refiere a los fenómenos psíquicos que re­
sultan de la acción y reacción Estos fenómenos aunque seanestimu­
lados por los acontecimientos externos, no son otra cosa que actitudes psico­
no individuales sino sociales. una notable psicología social que
nos enseña los procesos del considerado como ser social.
En verdad hemos de otra psicología que ésta, porque el
hombre no debe s=r las relaciones sociales.
que no otra que la voluntad del hom­
expresar otra voluntad que la que el funcio­
puenuo con la
el

les denomina
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 221

En Derecho público, el órgano puede ser una persona, una institución,


una unidad administrativa a quien se encomiendan par<;iales de
la ley. Es un término tomado de la medicina para señalar una parte del
de llenar una función. También el 6rgano, en este len­
"F>"........ v, es un conjunto de del Estado a Se asigna una

se ramifica y acuerdo con su importancia.'


es un medio de acción realizar finalidades sociales. Esta-
a quien se va a encomendar la
Si los seres humanos no concurren
con su voluntad personal como una buena intención.
El órgano es una esfera de co~petencia que se con dos elememos
importantes:
1. En la persona o conjunto de personas o Titular llamadas funciona-
tienen a su cargo con los mandatos de la ley en el
de su
2. El segundo elemento es la unidad a la que la le asigna una fina­
lidad. Esta unidad se forma con diversas posibilidades o capacidades
cas: derechos, limitaciones, etc.
Podemos relacionar ambos o sea: el
El jurídica abstracta y
misma El órgano perdura mientras está
la cuando ésta es derogada o cae en
desuso y se transforma cuando la ley sufre una variaci6n.
El titular de un órgano es una un ser humano llamado
a expresar la voluntad que una ha vertido en una ley.
El de órganos que forman la del Estado
es a manera de un árbol o quizá a manera de un árbol de Na­
vidad con esferas grandes o que revelan la importancia del ór­
gano. A cada órgano una o varias personas físicas.
El árbol de Navidad con sus esferas es una cosa estática, sólo
para y luego Los del Estado así serían
si no la voluntad del hombre que dota de acción y realidad al es­
quema
El requiere de los titulares para manifestarse; sin ellos se.ría sólo
un conjunto de normas irrealizables merament~ literarias. LM personas sin
el carecerían de la necesaria capacidad para actuar; ella es la que
le titularidad para cumplir con los propósitos del orden jurídico.
El órgano permanece en la vigencia de la en tanto que sus titulares
se van renovando bajo el de la política o de las cirCuns­
tancias. Cuando muere un rey en las se dice: "El Rey ha muer­
to, viva el , o "el Rey no muere". Con esto se indica que la persona
física que ocupa el trono peró la institución real le ~()!,r.."""f'
para ser ocupada por otra persona física y así sucesivamente.
222 SERRA ROJAS

Condición jurídica de los

"El dice Kelsen General del Derecho y del lé.s&aao,


235) en cuanto que de sus órganos, el Estado como
sujeto de imputación o es la personificación de un orden
jurídico. Más tarde propiedades permiten a los
órganos jurídicos que tienen el carácter de Estados de aquellos que no lo
tienen. Aquí trataremos de resolver solamente la muy debatida cuestión de
cómo el Estado -siendo sólo la personificación del orden iurídico a través
del cual se establecen determinados deberes y derechos-,
corno persona tener derechos y óbligaciones."
Es a través del Derecho corno se crean los órganos, en situaciones jurídi­
cas det:,rminadas, que contienen la intención del para encomen­
darles tareas de interés El conjunto de órganos forma un sistema
jurídico, que no es sino un del sistema jurídico total.
Un acto de voluntad órgano la función que se le
y son los propios seres humanos los se encargan de
realizar esos No se trata humanas a un
Éste es una

El hombre no es un jurídico, pero dentro de una


es creador de órganos medio de la ley. Los é\"""''''TV,.
representados en un circunferencias de diferente tamaño, a
manera de un árbol o de un árbol de Navidad. Es la personifi­
cación del Estado la que da la necesaria unidad a este de órga­
nos, que nacen o u.c:>aIJa"<;;L.<::U al conjuro de la uiO"pru.,ie>

Clasificación de los

La clasificación y frecuente de los r.r'Y"'TV'.


ucmos a Jellinek 444); El Estado de una
pluralidad de órganos que se clasificar en los (J) Los ór~
ganos inmediatos; y Los mediatos. Todo ello de acuerdo con la
proximidad a la estructura del
"Se llaman órganos inmediatos porque su carácter de es una
consecuencia inmediata de la asociaci6n misma. Es decir, que cualquier
suerte que se establezcan estas asociaciones, estos órganos no están obligados,
en virtud de su cualidad de hacia nadie sino sólo y de un modo inme~
diato con respecto al Estado mismo. Su situación radica en la organización
de la propia a tal punto que, sólo mediante puede la aso­
ciación advenir activa."
Siguiendo con la clasificación del mismo autor, afirma los órganos
inmediatos Dueden ser los individuos. Un solo hombre reunir en .si
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 223

todo el poder del con exclusión de las demás personas. El tipo de


Estado que sólo tiene un órgano inmediato es la absoluta.

Los V'I~"U'V~ inmediatos son susceptibles de su subclasificación:


L Órganos de y órganos creados; 2. Órganos y secun­
~. Órganos simples y potenciados; 4. Órganos sustantivos o indepen­
dientes y organos ; 5. nonnales y óI'l!;aIl0S extraordi­
narios.

1. Los inmediatos del Estado son creados por otros que


por ese sólo reciben el nombre de órganos de creación.
2. Los órganos secundarios son aquellos que se encuentran con respecto
a otro, en una relación y lo de una manera inmediata.
El primario sólo exteriorizar su voluntad por me­
dio órgano que es un primario, expresa
su voluntad por medio del órgano
3. Órgano simple es el que, por su calídad misma de individuo se ve
Iiamado a ser titulár de un potenciado a aquel que lleva aunada su
cualidad de órgano de un pennanénte a la de ejercer funciones de
de modo que reúnen en su jurídicamente, varios órganos;
casos en que para ser un órgano se ser antes otro
4. Los órganos independientes son aquellos que exteriorizar una
voluntad que tiene fuerza para inmediatamente al Estado ya sus
súbditos; en cambio los órganos dependientes carecen de esta fuerza obli­
gatoria.
5. Los órganos normales son aquellos que regulannente su acti­
vidad digamos el ejercicio continuo y nonnal del Ejecutivo
el órgano extraordinario sólo en determinadas circunstancias
actúa como una o la Comisión Permanente del Congreso de la
Unión.

Según son órganos mediatos del Estado aquellos cuya situación


no descama de un modo inmediato en la Constitución, sino en leyes secun­
darias en una comisión individual: Son y están subordinadas a
inmediato de una manera o indirecta. Su actividad en
en este sentido es siempre tienen his­
tóricamente su en formarse por individuos que al asociarse forman
un órgano inmediato para la satisfacción de su necesidad social, ese
.e5 inmediato en relación con el de individuos que se asociaron, pero es
mediato en relación con la del Estado.
Estos órganos mediatos también clasificarse los linea­
mientos que utilizamos al clasificar Y así hay tam­
bién órganos mediatos dependientes e independientes; y de compe­
tencia múltiple pero, además, pueden clasificarse en facultativos y necesa­
224 ANDRÉS SERRA ROJAS

ríos, y esta clasificación es de gran trascendencia; en el desarrollo de sus


funciones el Poder Ejecutivo puede libremente crear órganos mediatos que
lo ayuden en su actividad. Son los árganos mediatos facultativos cuando el
Ejecutivo tiene a su arbitrio el crear esos órganos que han de auxiliarlo en
el desarrollo, de sus funciones; por el contrario, en ocasiones, la estructura
jurídica del Estado le obliga a desarrollar sus actividades dentro de deter­
minada esfera de acuerdo con sus órganos cuyos lineamientos se fijan en ese
mismo orden jurídico; no queda al arbitrio del Ejecutivo formarlos, sino
que el orden jurídico mismo establece sus lineamientos disponiendo que ese
órgano inmediato del Estado tiene que ser auxiliado por órganos mediatos
en ese sentido, estos órganos mediatos también significan un nuevo reparto
de la soberanía, un nuevo reparto del poder que evitan la preponderancia
excesiva de los órganos inmediatos del Estado; para mayor claridad vamos
a examinar un caso de órgano mediato; un órgano mediato creado por el
orden jurídico, digamos : el Municipio es un órgano m ediato puesto que auxi­
lia al Poder Ejecutivo, el administrativo, el desarrollo de sus funciones den­
tro de determinada esfera espacial, dentro de la demarcación territorial que
corresponde a un Municipio pero no queda al arbitrio del Ejecutivo el crear­
lo sino que su estructura está fijada por el orden j1,lrídico; entonces el Eje­
cutivo para desarrollar su actividad dentro de esa esfera especial del Muni­
cipio, ha de servirse de este órgano mediato del Estado, por otra parte dentro
de los órganos mediatos del Estado en su estructura particular puede distin­
guirse también la existencia de órganos inmediatos y de órganos mediatos de
ese especial organismo estatal; por ejemplo, el régimen municipal en sí mis­
mo dentro de su propia estructura particular tiene órganos mediatos y órga­
nos inmediatos para realizar sus funciones. Dentro del Municipio son órganos
inmediatos las actividades ejecutivas del mismo, digamos : el presidente mu­
nicipal, en cambio serán órganos mediatos los constituidos por las actividades
y por los titulares de esas actividades que corresponden a funcionarios de se­
gundo orden de ese mismo Municipio dentro de sus especiales esferas de
com petencia.
La teoría constitucional contemporánea formula numerosas clasificacio­
nes d(: los órganos del Estado: Aludimos en primer término a los llamados
órganos supremos o constitucionales y los órganos dependientes; entre los
primeros se cuenta el Presidente de la República, los Secretarios de Estado,
Ministros de la Suprema Corte y otros; entre los segundos mencionamos a
los Directores, Jefes de Departamentos y de oficinas, agentes, etc.
Otras clasificaciones aluden a estos órganos: órganos representativos y no
representativos; órganos individuales y órganos colegiados; órganos simples
y órganos complejos; órganos primarios y órganos secundarios; órganos or­
dinarios y órganos extraordinarios; órganos externos y órganos internos; órga­
nos legislativos, órganos ejecutivos y órganos judiciales; órganos exclusivos
de un Estado y órganos comunes de dos o más Estados. (Véase Groppali,
ob. cit., pág. 216.)
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 225

Relaciones entre los " .."",.",",C del Estado


Por lo que se refiere a las relaciones entre los órganos y los
indpendientes no ofrecen problema, pues su estructura misma es la
que los establece y los en cambio, cuando se trata no de una re­
lación entre un órgano independiente y un dependiente, sino de rela­
ciones de independientes entre sí, entonces hay que los lími­
tes de cada uno para que no interferencia entre sus
de acción y para que no exista lucha entre los
inmediatos característicos del Estado moderno son el Ejecutivo, Legislativo,
Judicial; históricamente se ha desarrollado una lucha entre estos poderes,
entre los inmediatos del Estado, pues ha habido la tenden­
cia de alguno de ellos a colocarse en al de los demás;
ejemplo, en es típica la lucha entre el Parlamento y la
lucha que se decidió de manera decisiva en favor de la
lamento sobre el de los reyes, pero lo conveniente
tes de la soberanía es que ésta se encuentre repartida en su
ningún órgano del Estado se coloque en situación de: dominar a los
en el Estado mexicano es de la conciencia de todos que no obstante que den­
tro del orden constitucional no existe supremacía d:c ninguno de los
del Estado sobre los de hecho el Poder Ejecutivo tradicionalmente
se encuentra colocado en un plano superior a los otros pero teniendo
la soberanía. repartida conservando la independencia no sólo la teórica sino
real de los del Estado, se asegura el mejor del poder, el
desarrollo de la soberanía y con ello no se destruye la unidad del Es-
con ello no a crearse una de voluntades del
político, simplemente se establecen diversos sentidos jurídico y político, go­
bernante no tiene otro sentido jurídico qu:c el que expresa la que él
de cumplir, mas en lo político él puede no identificarse con
y seguir su propia convicción. El gobernante aparece entonces
con una noble calidad "De esta manera, la noción de
respeta el lugar eminente que corresponde al hombre en la dirección
vida sin romper con la estabilidad y la continuidad del " Bur­
deau.
y concluye el autor:

"No es cierto que el Estado sea la personificación de la voluntad nacio­


no es cierto que la soberanía y el poder del Estado se confundan. El
Estado es una forma del y el poder estatal es el
reviste la fuelza del cuando está institucionalizado.
~ .•,~.w~ del Estado entiendo ellos los órganos del
dios por los cuales esta fuerza energía de la
a expresarse, exteriorizarse
mandatos" (pág. t. JI 1) •
Hemos insistido en que el órgano es una esfera de competencia, es de­
cir, un centro de jurídica. El órgano es una entidad
226 ANDRÉS SERRA ROJAS

que por sí misma no tiene vitalidad, ella re!lre:seJlta un sentido de voluntad


social que encierra ciertas normas jurídicas.
Un individuo que asume la tarea de realizar los propósitos contenidos
en un conjunto de normas, es una persona física, que viene a
la función para servir a una que tiene trazado su pro­
grama en orden jurídico.
"En el cuadro de la institución estatal, los gobernantes son Defi­
nido el órgano como el individuo o colegio voluntad vale por la de la
institución, es evidente el papel por el 6r­
gano en la formación las ideas que incorporan a la institución es consi·
derable, en el hecho, la la voluntad, la decisión son humanas. (Burdeau,
Tratado, t. 1, pág. 341.)
En el Derecho administrativo mexicano el conjunto de que in­
tegran la Administración Pública, mantienen su unidad y coordinaci6n me­
diante un régimen de jerarquía administrativa; el cual se manifiesta: "por
la unidad de dirección de las distintas actividades a través de los varios ór­
ganos unidos entre sí por una subordinación". (Concepto doctrinal.)
Zanobini ha expresado que "la jerarquía únicamente se da entre 'verda­
deros órganos; los meros oficios internos que no gozan de una competencia
con sentido técnico preciso, no se encuentran relacionados por vínculos
rárquicos". Por su Vallina, agrega: que se dé la jerarquía entre
los distintos órganos de ·la administ.ración, se hace necesario que los mismos
tengan una idéntiCa competencia, funcional y material, y que la voluntad
del órgano superior prevalezca sobre la del inferior en relación con un mis­
mo objeto". En resumen: en el de la centralización administrativa
se realiza la concentraci6n de las tareas esenciales de la administracioo pú­
blica en las manos de las autoridades administrativas centraleS.

Las bases de la organización del Estado

Al estudiar las teorías de las funciones del Estado nos vamos a referir a
la estructura de los del Estado en sus dos diversos : en un
aspecto, atendiendo órgano que realiza la función, y a su aspecto material,
es decir, consideranCÚJ a la función en sus propios y 16gicos elementos, con
independencia de cualquier órgano que la realice.
y en la estructura del Poder Ejecutivo debemos referimos a la
organizaci6n y funcionamiento de este poder, en sus importantes v necesarias
m gobierno " la administración pública.
público o autoridad es un factor necesario que una socie­
sus fines, principalmente la realizaci6n del público. El or­
den, la coordinación y unidad de una sociedad sólo se logran por la obe­
diencia de los gobernados cumpliendo las órdenes de los gobernantes.
La primera tarea del gobierno es de dirección o de orientaci6n en el
encauzamiento general de las actividades públicas y privadas. Consiste en
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 227

fonnular mandatos y exigir que se realicen actividades encaminadas a la sa­


tisfacción de las necesidades colectivas. 8
La tarea de la administración se traduce en organizar los servicios pú­
blicos y los fines que se traduzcan en satisfacción de necesidades colectivas.
Gobierno y administración guardan relaciones estrictas y necesarias, el
gobierno necesita de la administración para que sus propósitos alcancen rea­
lizaciones prácticas; y la administración requiere que el Gobierno asuma la
dirección y orientación del Estado. La autoridad es Gobierno y es adminis­
traci6n.
"La expresión Gobierno es susceptible de dos acepciones: en el sentido
amplio designa la realización de la soberanía en el Estado. Es de este modo
que los Estados Unidos utilizan esta fórmula tópica: las tres ramas del Go­
bierno Nacional. En su sentido estrecho, Gobierno, es sinónimo de Poder
Ejecutivo o para hablar, como Juan Jacobo Rousseau de "Suprema Admi­
nistración", cuyo arte consiste en reducir la ley a actos particulares." André
Hauriou, Cicquel y Gelard, Droit Constitutionnel et Institutions Politiques,
Ed. Montehrestien, 1975, París, pág. 14l.
El Gobierrw dirige la vida de una nación, por medio de mandatos, reco­
mendaciones y con la cooperación de los gobernados. El Gobierno manda
por medio de leyes y demás disposiciones de carácter general; pero también
puede tomar decisiones de carácter particular como decretos, acuerdos, ór­
denes, instrucciones y decisiones administrativas. El Gobierno tiene a su car­
go la. tarea de crear el orden jurídico.
La fuerza material de que dispone el Estado es un medio para asegurar
la ejecución o . el cwnplimiento de sus determinaciones. La principal fuerza
de que dispone el Estado está en la adhesión de los gobernados -que inte­
grando la opinión pública-, orientan la acción pública de los gobernantes.
La fuerza material es necesaria, pero es una medida transitoria y de excep­
ción. Un gobierno apoyado en la fuerza siempre es un gobierno inestable y
tiránico.
La administraci6n pública es la acción del Estado encaminada a con­
cretar sus fines. Administrar es proveer por médio de servicios públicos a los
intereses de una sociedad. La administración selecciona, coordina y orga­
niza las actividades del Estado con medios materiales y con el personal ade­
cuado. Personas y bienes son los elementos indispensables de una eficaz ad­
ministración, tanto pública como privada.

8 "Nuestra Federacón no nació lógica y fatalmente como la nortea'llericana, sino


que nuestro Primer Congreso Constituyente pudo haber perfectamente organizado un
Estado Central, o un Estado Federal, a su arbitrio, lo que sin duda ya. no pudo hacer
el Congreso Constituyente de 1917, sin haber ocasionado una catástrofe poUtica de
consecUencias incalculables, y sin que a la JXl'tre se hubiera impedido el restableci­
mic:nto, tarde o temprano, del ~gimen federal que ya hoy es una necesidad impre¡.
cindible del pueblo mexicano." Miguel Lanz Duret, Derecho constitucional mllxicano,
México, 1936, pág. 29.
228 ANDRÉS SERJlA ROJAS

La administración selecciona al personal técnico y se dirige siempre a


las cosas, es decir, a velar por los intereses de una comunidad.
El Gobierno es irremplazable si tomamos en cuenta los caracteres reales
de una sociedad. La administración, en cambio, puede suponerse en manos
particulares, como en el caso de los servicios públicos atendidos por empre­
sas privadas.
Con anterioridad hemos analizado los elementos que caracterizan a la
administración pública. Debemos, a continuación, referimos a la adminis­
u'ación pública mexicana, enunciando los organismos federales que la inte­
gran y son los siguientes: 1 Centralizados, desconcentrados y Sector Paraes­
ta tal: Artículo 90 de la Constitución:
Las doctrinas jurídicas posteriores han combatido la teoría de la repre­
sentación aplicada al órgano del Estado, y como veremos, el planteamiento
actual es de diversa naturaleza.

Los 6rgano.f no tienen personalidad jurídica propia

Debemos insistir que el Estado con relación a sus órganos, es el úmco que
tiene. personalidad jurídica. Podrán existir en el Estado otras entidades a
las que se reconozca personalidad jurídica, mas no tendrán la categoría de
órgallos del Estado, ,como las descentralizadas y empresas mixtas.
Los órganos no tienen a su cargo fines propios, porque los que ellos rea­
lizan son fines del Estado. Por definición, el órgano es un medio o instru­
mento de realización de los fines del Estado,
No debe perderse de vista que el Estado se integra con órganos públicos
~~ los actos de éstos son actos del Estado. Cuando la ley reconoce una esf~ra
de competencia, no está creando un Derecho para el órgano, es simplemente
un mandato legal, una obligación jurídica.
"Si cada uno de los órganos del Estado tuviera una personalidad propia
-afirma Burdeau-, la unidad de poder del Estado quedaría comprometida,
mientras que considerados como simples instrumentos de una voluntad úni­
ca, nada se opone a que sean distintos, ya que, a pesar de su variedad ori­
ginaria de {acto, sus decisiones jurídicas serán siempre las de un sujeto único,
el Estado organizado."

Situación de los órganos del Estado

Es indudable que hay relación tanto jurídica como política entre la ac­
ción del gobernante y el órgano que él asume. El órgano tiene sus propios
problemas sociales que lo rodean, Desde el punto de vista jurídico esto de-­
manda la organización de estructuras o formas que coordinen, den unidad y

7 Davis Haro!d Eugene, Government and Politics in Latin Americana, The Ronald

Prcss C., New York, 1958, 1 vol., 539 pág',


LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 229

eficacia a un conjunto de órganos que se nos presentan a la manera de un


árbol genealógico. s
Es a través de la idea de persona jurídica como se logra la unidad y la
acción, tanto del Estado en su conjunto, como de numerosas instituciones
u organismos públicos, que son pequeños o grandes círculos de competencia,
que se reparten o distribuyen la competencia total del poder público.
Desde sus orígenes, el poder en las altas magistraturas, se ha ejercido
por un pequeño grupo, que ha centralizado toda la fuerza de una organi­
zación, en 10 político y en 10 administrativo. Sólo por excepción la historia
contemporánea nos ofrece pequeños oasis de realización democrática. A par­
tir de la Revolución Francesa, el poder tiende a descentralizarse, aspirando
el régimen democrático a la adopción de ciertas formas desvinculadas del
poder central. Es un hecho que las democracias con vinculaciones liberales,
están o aspiran a estar bajo la tendencia descentralizada administrativa.
1. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Artículo 80 y siguien­
tes de la Constitución.
2. Reunión de Secretarios de Estado. Art. 7 LOAPF.
3. Secretarios de Estado. Artículos 90 al 93 de la misma Carta.
4. Departamentos administrativos. Artículo 92.
5. Procuraduría General de la República. Art. 102 de la Constitución.
6. Gobierno del Distrito Federal. Art. 73, fracción VI Consto
7. Instituciones centralizadas y desconcentradas.
8. Empresas privadas de interés público.
9. Comisiones administrativas intersecretariales.
10. Comisiones internacionales administrativas.
11. Tribunal Fiscal de la Federación.
12. Tribunal de Conciliación y Arbitraje de los servidores públicos.
13. Tribunal de lo Contencioso Administrativo del D. F.
14. Instituciones del Sector Paraestatal.
15. Instituto Federal Electoral. Tribunal Federal Electoral. Colegios Elec­
torales.
Estos organismos federales corresponden, como en seguida se estudia,
unos a la organización centralizada, y otros a la organización descentrali­
zada.
El Estado moderno se desenvuelve en formas cada vez más complejas,
ante la apremiante satisfacción de las necesidades colectivas y los grandes
órganos a través de los cuales ha de exteriorizarse la soberanía de acuerdo
con sus funciones correspondientes.

Organoí y representación
Muy importantes son los conceptos de Loewenstein, Teoría de la Consti­
tución, Ariel, 1976, pág. 60, sobre la representaci6n política:
8 Garda Trevijano, José Antonio, Principios jurldicos de la organización adminis­
trativa, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1957, 1 vol., 259 págs.
230 ANDRÉS SERRA ROJAS

"Retrospectivamente, aparece claro que la invención o desclibrimiento


de la representación ha sido tan decisiva para el desarrollo político de Occi­
dente y el mundo, como ha sido para el desarrollo técnico de la hurilanidad
la invención del vapor, la electricidad, el motor de explosión o la . fuerza
atómica. Un gobierno es siempre indispensable para una sociedad estatal or­
ganizada. Pero fue la técnica de la representación la que hizo posible la ins­
titución del parlamento como un detentador del poder separado e indepen­
diente del gobierno. La independencia de los tribunales fue el complemento
lógico de todo un sistema de detentadores del poder independiente entre sÍ.
Sin la introducci6n tkl principio de representación, el poder poUtico hubiese
peTtmanecido monolítico indefinidamente."
Los órganos del Estado fueron considerados en otras épocas como órga­
nos representativos. La representación se usó como explicación de la natura­
leza de las relaciones entre ellos.
El Estado absolutista estimó que la relación entre titulares de los órga­
nos y el monarca, se definía a través del mandato. Los titulares eran manda­
tarios o representantes del monarca.
Cuando el Estado fue considerado como una persona de Derecho públi­
co, se pretendi6 extender la teoría de la representación, tomada del Derecho
civil, a las nuevas ·situaciones jurídicas.
A pesar del auge de esas últimas formas, hasta mediados de este siglo,
el Estado moderno vuelve a estar dominado por la fuerza centralizada -po­
lítica y administrativa-, tratando de fortalecerse con entidades de acción
eficaz y directa. Nada podríamos asegurar sobre esas formas políticas y ad­
ministrativas del futuro, porque cada pueblo las empleará en la medida de
sus propios intereses y de acuerdo con las circunstancias hist6ricas que las
rodean.
y esta tendencia centralizadora se ve estimulada por la planificaci6n · glo­
bal de la economía, que da al Estado una fuerza sorprendente. En su obra
lntroduction á la politique, Maurice Duverger (pág. 370), afirma:
"Tres hechos masivos se desarrollan, de los cuales los occidentales no
parecen medir las consecuencias: la superioridad técnica de la producci6n
planificada sobre la producci6n capitalista; la imposibilidad de construir una
verdadera comunidad humana sobre la base de los principios capitalistas; en
fin, la desvalorización misma de estos principios." "Los mismos economistas
americanos tienen conciencia de la inferioridad del capitalismo en este ter­
cer sector. Muchos servicios no pueden ser asegurados convenientemente más
que por la colectividad, abandonando la regla de la rentabilidad ; es decir,
por métodos socialistas."
Sin embargo, la administración pública en los Estados U nidos ha alcan­
zado un progreso sorprendente, que los demás Estados repiten sin la efica­
cia técnica de ellos. Mas estamos conformes con Duverger cuando afirma:
"Únicamente, el poder político, el Estado, puede aplicar las técnicas de
cálculo y. de previsi6n a toda la colectividad y basar sobre de ellas un plan
de conjunto.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 231

b) Los elementos del Estado

Análisis de los llamados elementos del Estado

Al aludir a elementos hemos de ref-erirnos a· un concepto genenco que


comprende las entidades últimas de las rosas, sobre todo materiales, es decir,
los componentes indivisibles de los cuerpos comPlejos, tanto materiales, como
en las elaboraciones técnicas o espirituales. Se ha afirmado que "en la ac­
tualidad en las ciencias se utiliza el término elemento para designar cual­
quier objeto vinculado en cualquier relación a otros objetos en cierto com­
plejo global o sistema. Al nexo existente entre los elementos del sistema se
le da el nombre de estructura" (Blunderg). Como se observa es muy discu­
tible, como veremos, el empleo del término elemento para aludir a las enti­
dades últimas que integran al Estado, ya que mantienen una relación de
naturaleza muy diversa.
De acuerdo con la teoría tradicional el Estado se compone de tres ele­
mentos: El territorio del Estado; la población del Estado;. y el Poder del
Estado. Jellinek en su notable obra: Teoría General del Estado (Ed. Alba­
tros, Buenos Aires, pág. 321) analiza la situación jurídica de los elementos
del Estado, la cual ha sido el punto de partida para el desarrollo de esta
materia.
Otros autores han llevado sus investigaciones a precisar la verdadera
naturaleza de estos llamados elementos del Estado. Tal es el caso de Marcel
de la Bigne de Villeneuve en su obra: Traité Général de L'Etat (Ed. Sirey,
París, 1936). Para este autor, para que el Estado surja se requieren de dos
condiciones a lo menos indispensables: la existencia de una comunidad hu­
mana y la absoluta necesidad de un aire territorial, en el que se manifieste
su dominio y su independencia. !stos son los elementos de orden extrínsecos,
o condiciones de la existencia material del Estado. Para determinar los ele­
mentos verdaderamente esenciales es necesario precisar que entre la pobla­
ción y el espacio se mantenga una relación fija y constante. Pero esto no
basta aún. El Estado es esencialmente una cosa inmaterial, una entidad per­
cibida por la inteligencia, pero que no se podría captar por los sentidos. Los
elementos del Estado deben ser inmateriales. Lo que manifiesta la existen­
cia de este ser inmaterial, político jurídico, que nosotros llamamos el Estado
es el establecimiento en las diversas comunidades sociales, de una cierta
organización unificante, general, que requiere de un fin común, de un orden
jerárquico único y estable. Un orden jerárquico con un poder de mando y
el fin que implica, la unidad y permanencia. !stos son los elementos de orden
interno np.cesarios para la formación del Estado.
Nuevas teorías jurídicas y sociológicas se abren paso en la complejidad
de los problemas estatales.
Hans Kelsen afirma que el Estado es un orden jurídico, un ordenamien­
to normativo coercitivo, pero a esta consideración estrictamente jurídica que
232 ANDRÉs SERRA ROJAS

pretende que todos los atributos del Estado tienen que ser
ser presentados como propiedades del orden jurídico, unimos una
ción necesariamente complementaria, de los factor~s sociales que animan la
vida jurídica.
Hay "un haz de reflexiones y de reacciones colectivas" que explican y
dan vida movilidad a las estructuras jurídicas. Sin ellas el Estado es un
ente una criatura del espíritu, una mera divagación intelectual. Y
el Estado es algo más que todo eso, una unidad de
La sociedad creadora frente al Estado, actúa o activamente, so­
portando las inconsecuencias del que su elevada fina­
lidad, o benefici ;ndose y sús actos para el beneficio social.
Entre el y el exIstieron formas políticas rudi­
mentarias, existe el Estado como forma de convivencia. Ambos,
y gobernados son seres humanos, que ponen en movimiento
el orden jurídico. El Derecho seguirá sirviendo para encauzar y controlar el
poder material.
La sociedad no es el son dos órdenes que a finalida­
des diferentes. La sociedad es un hecho un complejo de procesos,
de acciones y de reacciones sociales. El Estado "es el orden de la conducta
humana que llamamos orden jurídico, el orden hacia el cual se orientan
ciertas acciones del hombre, o la idea a la cual los individuos ciñen su com-
El Estado servirá a la sociedad creadora ésta
mañana encontrar otra forma política más desarro­
que la que actualmente nos domina.
¿I,,¿ulere deCIr esto que una vez obtenido el Estado como resultado -no
de una explosiva y circunstancial creación, sino como resultado de una lar­
ga evolución social-, se desliga de su creador -que es la sociedad-
y se le considerar con entera de él hasta formar un
conocimiento autónomo?
"Los elementos esenciales de la estructura son el la PQOlaCIOl
el poder y el Derecho. Los elementos modales son la soberanía y
de la ley. Todos esos -elementos constituyen un todo articulado que sólo por
abstracción se fragmentar, dividirse o descomponerse en partes. Cada
elemento se encuentra relacionado con todos los demás. De ahí que s610 pueda
ser aislado un proceso de abstracción, comprendiéndolo en su
conexión de sentido dentro del todo de la estatal. No podemos
co:mt>re:ndier la realidad estatal sin comprender la función que tienen sus ele­
mentos estructurales; tampoco comprender la naturaleza de los
elementos estructurales sino con relación a su función dentro de la realidad
estatal:' (Carlos S. Fayt, Derecho Político, 2¡¡. edición, pág. 175.)
En la comprensión de los elementos del Estado el DereCho los
los sitúa dentro de la estructura del Estado y fija una de sus características.
El pensamiento a través de la sociología política
considera que debe mantenerse esa sin necesidad de con­
fundir los y los objetos de la relación que deben actuar en sus res­
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 233

pectivos campos. El orden jurídico que es el Estado resulta incomprensible


sin las fuerzas que lo sustentan. Aun el déspota o el dictador pueden apr~
vecharse de ellas si llegan a dominarlas. O en otras palabras, el orden jurí­
dico como orden de la conducta humana, no puede prescindir de la nece­
saria relación Sociedad-Estado. Por eso Carré de Ma!berg señala a la. nación
cerno el elemento constitutivo por excelencia.
La teoría tradicional ·;e los elementos del Estado señala que siendo el
Estado la organización política de una sociedad, deben considerarse los si­
guientes elementos es:nciales: un territorio, una población, los fines que se
propone atender y un orden jurídico general que enlaza a todos sus ele­
mentos.
En otros téiminos, el Estado dehe compcnder un grupo social impor­
tante, localizado sobre una porción de la superficie terrestre, dotado de un
poder de mando soberano y un orden jurídico general encaminado a alcan­
zar determinados fines.
Desde luego el factor que da unidad a todos estos elementos es el orden
jurídico unitario, que tiene en su base una estructura constitucional de la
cual emanan los principios de su organización.
Los autores se muestran inconformes con la opinión de Donati que con­
sidera a la persona estatal como elemento constitutivo del Estado. "No
podemos seguir a esa autorizada opinión, dice Groppali, ante todo porque
como veremos en seguida, nos parece una hipótesis hacer un ente del Estado
en el conjunto de sus funcionarios, y en segundo lugar, porque no creemos
fundado contraponer por su recíproca interdependencia y LOnsiguicntc indi­
visibilidad, al Estado, entendido como colectividad de personas establecidas
sobre un territorio, al Estado considerado como organización de oficios y de
personas que representan al gobierno en sentido lato:'
También algunas opiniones hacen intervenir la idea de justicia como ele­
mento determinante del Estado. ¿Hasta qué punto puede servirnos de base
el aforismo de Justiniano (Inst. 1, 1), de que "la justicia es un firme y cons­
tante deseo de dar a cada uno lo que le es debido", cuando el dualismo de
los tiempos que corren nos aleja de una justicia meramente privada y nos
conduce a una justicia social, cuando no a una justicia colectiva universal?
Ya Sófocles en Electra (V. 1042) señalaba que hay ocasiones en que la jus­
ticia misma produce entuertos.
Por hoy el orden social del Estado no puede prescindir de los valores
morales, en particular de la justicia, porque lo contrario nos conduciría,
como afirma Platón, a afirmar: "Yo declaro que la justicia no es otra cosa
que la conveniencia del más fuerte." Estas palabras de La República cobran
actualidad en el mundo desordenado que nos toca vivir. Los pueblos de la
Tierra se han acostumbrado a la injusticia como el pez en el agua. El temor,
la inseguridad y la injusticia, son elementos perturbadores del orden social.
Negar la justicia es darle la razón a De Galles "¿Qué son los reinos sin
justicia sino un gran latrocinio y pillaje?" O coincidir con San Agustín cuan­
do afirma: "Si preséÍndimos de la justicia ¿ qué será una banda de ladrones
234 ANDRÉS SERRA ROJAS

sino una sociedad política en ~ueño y qué será una sociedad política sino
una gran SOt'iedad de bandidos?" Mas no debemos olvidar que la justicia es
un valor inherente a las instituciones públicas.
El concepto de Estado pone de manifiesto los siguientes factores o ele­
mentos, subordinados al Derecho, que intervienen en su determinación, bajo
muy singulares relaciones.
a) Una limitada región del planeta que se denomina genéricamente el
territorio del Estado, en el cual se asientan en forma permanente y seden­
taria los grupos humanos.
Estos elementos han aparecido sucesivamente en la historia de nuestro
planeta y en la vida social humana. Primero fue el territorio; en segundo
lugar apareció el hombre y con él la sociedad o comunidad; en tercer lugar,
necesidades ineludibles de supervivencia y autodefensa originaron la dife­
renciación entre gobernantes y gobernados, estimulados por la división del
trabajo, dando paso a la organización del poder público; en cuarto lugar
aparece la subordinación de la fuerza al Derecho, expresión de un huma­
nismo más depurado y correlativamente la unidad de las instituciones; en
quinto lugar, se alcanzan las características de ese poder come> ~on la socie­
dcd y los fines del Estado.
b) Una asociación de grupos humanos unidos PO[ la fuerza de la socia­
bilidad, que forma la población del Estado. Estos grupos se mantienen uni­
dos por la convivencia y por los lazos de la solidaridad, .:}ue al alcanzar sus
formas superiores de desarrollo forman la nación.9
e) El grupo político supremo, dominante y coactivo denominado poder
o autoridad del Estado, se integra con órganos del poder {>úblico ~o esferas
de competencia derivadas de la ley, que fracciona la competencia total del
Estado y por los titulares de esos órganos, que son personas físicas a quienes
se encomienda el ejercicio del poder.lo
d) Una organización jurídica soberana, con personalidad jurídica que
es un elemento básico, bajo la cual se crean y funcionan las instituciones so­
ciales, políticas y económicas y se delimita la ación del poder público. El
poder de mando supremo es la característica del Estado.
e) Los fines sociales que el Estado se propone realizar, los cuales se de­
terminan por circunstancias históricas. l l

9 Abbagnano, Dicciona1'io, pág. 832.

Alberoni, Francesco, Cuestiones de Sociología, Ed. Herder, Barcelona.

10 Alfred Pose, Philosophie du Pouvoir, Presses Universitaires de France.

Manuel Pedroso, La. relaci6n entre Derecho 'Y Estado 'Y la idea de SoberanEa, Rev.

Fac. de Derecho, abril, 1950, núm. 46, pág. 123.


Bodino, Los seis libros de la República.
]. ].Chevalier, Los grandes textos poUticos desde Maquiavelo a nuestros dEas, Eds.
Aguilar, S. A., Madrid, 1954, pág. 138.
11 Hans Kelsen, ob. cit., pág. 52. "Desde el punto de vista de la Teoría General
del Estado, el orden coactivo estatal aparece como un sistema cerrado, lógicamente
..utárquiep que no necesita de ulterior fundamentación o justificación ante una instancia
situada fuera de ese orden."
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 235

f) El tiempo como elt:mento del Estado.12


,En resumen, los elementos del Estado o "condiciones" según la denomi­
nación de Heller, como supuestO necesario para su conc<!pción, son los si­
guientes:
a) Elementos físicos ele ordm externo. El territorio es un elemento im­
prescindible para la condición geográfica determinante del ambiente estatal.
b) Los el.emen,t.os étnicos o antropológicos. La población es un agrega­
do numérico de individuos. El pueblo es una unidad coherente. La nación
se apoya en una evolución superior. La plena identificación social.
c) Elementos pslquicos. La¡dea de' Estado como suprema forma de or­
ganización social a través de los fines que realiza.
d) Elementos culturales. El soporte de una nación se finca en la comu­
nidad de tradiciones y de cultura.
e) EleTMntos polítiros. El t:stado es la sociedad política perfecta que
organiza la autoridad política.
Las doctrinas modernas no han reducido el número de los elementos del
Estado a los elementos tradicionales o clásicos, por el contrario, se refieren
a la soberanía, personalidad jurídica del Estado, representaci6n popular, li­
bertades fundamentales, Estado de Derecho, división de poderes.
Sin embargo, no podemos llamar elementos del Estado a las formas, ins­
tituciones o derechos fundamentales, que son consecuencia de la propia
organizaci6n del Estado, un conjunto de técnicas para que se puedan reali­
zar los principios generales del Estado moderno.

La tesis de Hans Kelsen sobre los elementos del Estado

Hans Kelsen (ob.' cit., pág. 124) impugna la teoría de los llamados ele­
mentos del Estado, que los considera como una realidad natural, como una
cosa corp6rea: "El Estado es un orden, dice el autor, toda cuestión ulterior
en torno a la esencia del mismo, no es más que una cuestiÓn acerca de la
forma y del contenido esenciales de un orden. El Estado c(¡nstituye un orden
coactivo normativo de ' la conducta humana."
Es necesario insistir en este punto de vista del autor: Si el Estado es un
orden jurídico, entonces todos los problemas que surgen dentro del ámbito
de Wla teoría general del mismo, tienen que ser reducidos a problemas que
tengan sentido dentro de una teoría general del Derecho. Todos los atributos
del Estado tienen que ser susceptibles de ser presentados como propiedad del
orden jurídico. ¿ Cuáles son, pues, las propiedades características del Estado?
12 El tiempo como elemento del Estado es considerado por Kelsen, oh. cit., pág.
229. Es el Derecho Internacional el que delimita los ámbitos temporal y espacial de
validez del orden jurídico de cada Estado.
Lorenzo CarneUi, Tiempo '1 Def'echo, Lib. Jur. Buenos Aires, 1952, 1 vo!., 22:!
páginas.
Hans Ruchenbach, El sentido del tiempo, UNAM, 1959.
236 ANDRÉS SERRA ROJAS

La doctrina tradicional, dice Kelsen (Teoría General del Derecho )1 del


218), tres "elementos" estatales: el territorio, la po­
blación y el poder. Se supone que es de la esencia del Estado el ocupar un
cierto territorio. La existencia del Estado, dice WilIoughby, "depende de la
de parte del mismo, de tener un territorio propio". El Estado,
concebido como una unidad social efectiva, implicar igualmente una
unidad : un Estado -un Un examen más detenido
revela, sin embargo, que la unidad del territorio estatal en modo alguno es
una porción de tierra.
El Derecho positivo no existe aparte del cuando en verdad es
el Estado mismo. Los de la Teoría General del Estado son cues­
tiones a toda consideración sociológica. Simules cuestiones
en torno a la validez o vigencia del orden jurídico.
El· territorio, em. considerado por la mayor de los autores como
un elemento es sencillamente la espacial de la validez
del orden jurídico, es decir el dentro del cual tiene validez un sistema
jurídico El pueblo, que era también tenido por una de las realida­
des del es pUI'<l y la esfera humana de validez del De­
recho. La soberanía queda a una cualidad lógica de un orden
dico supr::mo y total, cuya validez positiva no es derivable de ningún otro
orden normath'o superior. a un sistema jurídico como soberano
i~'lmente que se le hacer valer como un orden total. Sólo
con pleno la soberanía al poder del o mejor,
al si se le concibe con sentido normativo como validez de un orden
ideal: el orden jurídico estatal." (Kelsen, Teoría General del Estado, Ed. La­
123. )

El Esíado como unidad de acción


U na exposición original sobre los elementos del Estado es la expuesta
por Ekkehart Stein (Derecho Político, Ed. Aguilar, Madrid, 3 y
cuyas ideas resumimos a con tinuación:
El Derecho político se refiere al Estado, mediante el cual se
mismo. Para comprenderlo es nec~ario un conocimiento exacto del
Donde el Estado se hace más visible es en el aparato estatal represen-o
del poder. En el vértice se encuentra la dirección
en donde se toman las decisiones políticas fundamen­
tales o cuerpo del Estado son los órganos administrativos y judí­
que deciden sobre la obs2rvancia de la ley y finalmente el poder del
ajJarato estatal se extiende a un determinado territorio y a su población,
esta última como mero del poder estatal.
Esta estática cambia cuando observamos el funcionamiento del
aparato estatal. "Junto a la pirámide de poder hemos descubierto un siste­
ma de canales de que nacen en cada uno de los ciudadanos y qUe,
a tra\'és de los medios de comunicación, de las asociaciones y de los
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 237

dos confluyen en unidades cada vez mayores hasta desembocar,


finalmente, en los del Estado. A través de aquellos fluye
la que sostiene el estatal lo mantiene en movimiento. De
ahí que, para su comprensión, no sea limitarse a estudiar las rela­
ciones que existen en el ámbito del estatal, sino que deben conside­
rarse también los aspectos .s.ociales de problema."
Es cierto que el Estado tiene que ver con un determinado territo­
rio, con los hombres que en él viven y con el poder. La teoría de los tres
elementos recoge, pues, importantes aspectos del fenómeno estatal.
esta teoría no permite explica:r es lo hace de un territorio
el territorio de un pueblo el pueblo de un poder el poder
estatal y de los tres elementos heterogéneos una unidad. Menciona las partes
aisladas, sin decir lo que las une. El Estado es una unidad. El territorio es
sólo el sobre el que esta unidad se . el pueblo, Jos hombres
que la sostienen; y el estatal, la fuerza que de ellos nace. Pero la
unidad estatal no es de naturaleza territorial ni étnica, ni identificable tam­
poco con el concepto de poder. La teoría de los tres elementos no logra ex­
plicar al Estado en sí mismo.
Dos teorías son expuestas por Stein para determinar la naturaleza del
Estado: a) La teoría de la integración de Rudolff y b) La teona
del Estado como unidad de acción.
En la teoría de la la unidad buscada es de naturaleza
ritual. "El Estado es una relación un sistema sentido en
la voluntad y en la vivencia de cada ciudadano, es decir, un comPlejo psi­
quico y social. Su subsistencia depende de que los ciudadanos y los órganos
estatales lo afirmen y sostengan constantemente con S1L conducta. De hecho,
el Estado presupone en sus ciudadanos una cierta tendencia comunitaria y
una voluntad de trabajar en común. Smend ha investigado detenidamente
cómo se puede alcanzar y mantener esa unidad. Su teoría de la integración
ilumina el proceso social en el cual se forman las corrientes de voluntad que
sostienen el aparato estatal e influyen en sus decisiones."
Stein fonnU!a esta crítica: el Estado no se identifica con su base
n.fllfll,!U:,Q-.I'Of':!í1L. Su unidad no es un fenómeno anímico; sino una dura reali­

dad del mundo exterior. Por eso, para fundar un Estado no basta estar de
acuerdo sobre las cuestiones políticas fundamentales. Para es mu­
cho más transformar la vnluntad comunitaria en una realidad
del mundo exterior. El problema de la naturaleza de esta realidad
nece alÚn sin resolver.
La teoría citada por Stein es la de del Estado como Un/­
dad de La relación material que produce la unidad del con­
siste en que los individuos, de coordinan sus actividades hacia metas
comunes. No se hablar de Estado hasta que, sobre la base de una
sociedad se llega a una actuaci6n conjunt~, a la coordinación dlJi
las conductas de cada uno de sus miembros mediante la formación de ór­
ganoso
238 ANDRÉS SERRA ROJAS

Un criterio adicional fonnula Heller para diferenciar a los Estados de


las demás agrupaciones. Lo encuentra en el dominio territorial soberano. El
Estado domina en su territorio a todas las demás unidades de poder, pre­
tendiendo para sí, nonnalmente con éxito, "el monopolio de la aPlicación del
poder de coacción ffsiea.

Clasificación de los element"os del Estado en el pensamiento tradicional

Para el profesor Jean Dabin (Doctrina general del Estado, Ed. Jus, 1946,
pág. 17), se puede definir el Estado desde el punto de vista fonnal como
la agrupación política por excelencia.
El análisis de la definición propuesta sugiere, dice el autor, en seguida
una distinción entre elementos anteriores al Estado y éste viene a detenni­
nar (naturalmente en función de su propio sistema) y elementos determinan­
tes, únicos verdaderamente constitutivos de la esencia y de la noción del
Estado.
Los elementos anteriores al Estado son dos: en primer lugar, cierto nú­
mero de hombr~, que fonnan la materia de la agrupación estatal, después
un "territorio delimitado, fonnando el marco y la base" de la agrupación.
El Estado, dice Dabin, puede definirse desde el punto de vista fonnal,
como la agrupación política por excelencia. El análisis de la definición pro­
puesta sugiere en seguida, una distinción entre elementos anteriores al Estado
y que éste viene a detenninar (naturalmente en función de su propio siste­
ma) y elementos determinantes, úilicos "verdaderamente constitutivos de la
esencia y de la nación del Estado. Los elementos anteriores son dos: en primer
lugar, cierto número de hombres que forman la materia de la agrupación
estatal;" después, " un territorio delimitado,fonnando el marco y la base de
la agrupación. A estos elementos el Estado añade una fonnación nueva, uni­
ficadora, y en cierta manera superior, constitutiva de una sociedad jerarqui­
zada, que tiene por fin especifico un bien que se denomina público y,de
manera más precisa" (desde la distinción cristiana de los dos poderes, espiri­
tual y tempoi'al) El bien público temporal, pág. 41, ob. cit.
Los elementos del Estado nos revelan su verdadera naturaleza. "En defi­
nitiva, nos dice Maurice Duverger, Introduction a la palitique, 1964, pág. 21,
la esencia de la política su naturaleza propia, su verdadera significación es
que ella es siempre para todos ambivalente. La imagen de Jano, el Dios de
la doble cara, es la verdadera representación del Estado: ella expresa la reali­
dad política más profunda."
En síntesis, podemos decir que los elementos del Estado se pueden clasi­
ficar en elementos esenciales o constitutivos del Estado y elementos determi­
nantes o modales, que son atributos del poder y del Derecho. Los elementos
esenciales son: el territorio, la población, el poder y el orden juridico. Los ele­
mentos detenninantes son la soberanEa y para algunos autores se agregan los
fines del E.ttado.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 239

En este proceso no debemos olvidar que el Estado se transfonna al am­


paro de etapas pacificas o de revoluciones que aceleran su desenvolvimiento.

2. LA POBLACIÓN DEL ESTADO, PUEBLO Y NACIÓN

Los Q,ntecedentes de la población


Las primeras edades del hombre se caracterizan por una comu­
o agregado homogéneo, indiferenciado, unidos por el instinto
sin las particularidades culturales, que son obra de la evolución
factores espirituales, estimulados en un constante proceso de adaptación,
el desarrollo inician el de diferenciación social, es decir,
tránsito propiamente dicho hacia sociedad. "Los grupos humanos han po­
dido vivir durante siglos, sin que la reflexión del individuo sobre sí
y sobre el conjunto ocupe un lugar importante en el de sus miem­
bros." Burdeau. (Traité, 2'1> edición, 1, pág. 48.) decir, un grupo que ha
adquirido conciencia social y se dispone a la lucha por la existencia con sus
atribu tos pu,,,, 1'"" I",~
El punto de arranque de la vida social es la actuación consciente de los, se­
res humanos para contrarrestar los excesos de la animalidad y crear los
vínculos de solidaridad, necesarios para la supervivencia, la autodefensa y
la realización de propósitos sociales comunes. Puede decirse que la sociedad
nace cuando aparece rudimentariamente la conciencia social, hasta sus for­
mas más desarrolladas, estimuladas por factores materiales y El
grupo se hace sedentario y el hombre comienza a escribir su historia. lB
Cuando nos referimos al hombre hacemos referencia a la humana
en g~neral y no al adulto masculino que forma parte de. esa especie. Como
lo afirmó Aristóteles en su Política., "el hombre es el único animal que posee
razón", Es esta característica suprema la que distingue a los seres humanos
los demás seres del
Los elementos que nutren la naturaleza humana son: animalidad, racio­
nalidad y sociabilidad. La animalidad integra la estructura material del hom­
bre, la racionalidad lo subordina a su inteligencia que le permite conocer y
razonar; la sociabilidad lo hace vivir en una comunidad que acaba por con­
dicionar toda su existencia y se complementan con la personalidad.
La anatomía y la fisiología de la sociedad marcan un cuadro indestruc­
tible de la naturaleza humana. El hombre, en gran vive al servicio de
sus dominado por las fuerzas que en él se concentran. La razón y
la lo convierten en la criatura predilecta del el ser di­
ferente a los demás seres. Dijo Pascal: "El hombre no es más que un junco,
el más débil de la naturaleza, pero es un junco pensante." Es este podr>r de
razonar el que convierte al hombre en un creador de símbolos, "la vida 50­
13 Martin Sube!', es el hombre?, Fondo de Cultura Econ6mica, México,
Breviario número 10.
240 ANDRÉS SERRA ROJAS

cial no es más que un bosque de símbolos". Así ha podido decir Cassirer en


su Antropología filosófica que el hombre es un animal simbólico, porque es
un animal que habla.
La sociedad es lá suprema reguladora d~ nuestra vida espiritual . Por ello
repetimos las palabras de Aristóteles:
"El que no puede entrar a formar parte de una comunidad o el que no
tiene necesidad d~ nada, bastándose a sí mismo, y no es parte de una ciudad:
o es una bestia o es un dios." Son los atributos sociales los que determinan
el curso de nuestra existencia, los que dan al hombre la posibilidad e:;cep­
cional de autoproyectarse. El mundo social será lo que el hombre quiera que
sea, porqu,e en sus manos está modelarlo, en sus manos está forjar lo que Sar­
tre (El ser y la nada, pág. 540) ha llamado "el proyecto fundamental del
mundo".
Después de estudiar laS constituciones de 158 ciudades griegas y de otras
regiones del mundo entonces conocido, Aristóteles se esforzaba por encon­
trar las leyes de la vida en sociedad, tal situación es analizada en su obra
La Constitución de los atenienses. Su concepción de la sociedad se resume en
estos términos breves: "El hombre es, por natural~a, un animal político."
(Pol. 1, 1253, a, 3.) Partía del supuesto que la ciudad es una comunidad
moral y su organización debe responder a elevados propósitos espirituales.
La población de los Estados modernos aparece concentrada en pequeñas
unidades que se denominan "familias". La familia es un pequeño grupo per­
manente y estable del padre, la madre y los hijos. Estos últimos a su vez se
desligan del grupo familiar para constituir su propia familia. Se ha definido
al Estado como una Federación de familias.
El Estado, por consiguiente, agrupa una verdadera federación de fami­
lias, que sufre las variaciones sociales como impactos sociológicos, pero sin
destruir su unidad permanente. Es la familia la más importante institución
social, que aparece como una consecuencia de la naturaleza propia del hom­
bre y de la sociedad que la ha creado, mantenido y fortalecido.
Los tres conceptos: hombre, familia y sociedad, guardan una estricta rela­
ción y subordinación. El hombre no es sino un reflejo de la vida social mani­
festada en prim~r término en el seno de su propia familia y luego en la coor­
dinación de las demás familias que forman la estructura s61ida de la sociedad.
Desde la aparición de la teoría kelseniana, formalista y jurídica, y en opo­
sición a ella, todos los esfuerzos ~e la Ciencia Política se han encaminado a
demostrar que el Estado no es sólo un orden jurídico p03itivo en un terri­
torio y época determinadas.
La sociedad es la creadora de todas las formas políticas, entre ellas la
más importante es el Estado, culminación de un largo y complejo proceso
político.
Hay un fon.do social, una indiscutible realidad humana, que nutre a las
instituciones políticas; una forma que da unidad a las instituciones jurídicas.
Kelsen afirma que el Estado no es otra cosa que un sistema normativo,
es decir, el sistema del orden jurídico vigente que concebimos personificado,
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 241

unificado, en forma de la p2rsona jurídica. Estado y Derecho son la mIsma


cosa, dos palabras para designar el mismo objeto.
Es evidente que el Estado es un ordenamiento normativo coactivo y que
no lo podemos comprender más que a través del sistema del Derecho posi­
tivo. Pero el Estado es, además, algo que es necesario determinar: un con­
junto de instituciones que se traducen er¡ acciones y reacciones sociales, en­
caminadas a regular el poder público, a sustentar las estructuras sociales,
económicas y políticas y a animar con procesos anímicos la evolución política.
En la concepción exclusivam<':nte normativa del Estado aparece como "un
todo jurídico", pero en forma tan "frb.mente" expuesta que se nos imagina
una relación comparativa Entre el hombre y el traje que porta. El traje ha
sido hecho por el hombre con una finalidad para protegerse del medio exte­
rior y también con un sentido moral. El traje no está unido al hombre sino
sobrepuesto, puede, incluso, cambiar de trajes en formas y colores diversos.
El Estado no es un traje normativo que una sociedad construye, sino algo
más sólidamente vinculado a ella; no sobrepuesto como la tela, sino sem­
brada, fortalecida, mantenida y desarrollada por la acción social. Son los
procesos sociales los únicos que nos pueden explicar las variaciones polític3s,
ya sea del gobernado al gobernante o viceversa.
"Son, pues, necesarios, un pueblo y un territorio para que exista el Esta­
do. No faltan ciertamente teorías que, debiendo definir la realidad del Estado.
afirman que el Estado es real en su pueblo y en territorio, en cuanto consta
de un cierto y determinado número de personas y de un espacio de tierra
habitable, limitado geográficamente e incluso geodésicamente. El Estado, se
dice, es el pueblo y en el pueblo se concreta el concepto que intentamos defi­
nir, integrándose en su plena realidad. 'Quitad el pueblo' y aquél quedará
vacío', afirma Battaglia." (Estudios de la Teoría del Estado, 1966, pág. 47.)
y concluye expresando esta opinión del Estado social: "La realidad del Es­
tado no reside, pues, en el presupuesto nacional de los hombres que forman
parte del Estado, sino en el pueblo que es resultado de un proceso cualifi­
cativo del espíritu, es decir, que reside, podemos ya afirmar sin duda, en la
actividad del espíritu en cuanto resuelva y eleve en sí aquel presupuesto
material."
La sociedad es la unión de los hombres basada en los distintos lazos de
solidaridad.

Concepto de población H

El concepto de población del Estado hace referencia a un concepto cuan­


titativo o sea el número de hombres y mujeres, nacionales y extranjeros, que

1-4 Carrillo Flores, Antonio, Diálogos sobre población, Col. de Mex., Francisco
Alba, La población de México: evolución y dilemas, Col. de Mex., Comisión Económi­
ca para la América Latina, Conferencia Mundial de Poblaci6n, Fondo de Cultura
Econ6m:ca, Pressat Roland, Introducción a la demografía, Ed. Ariel, Barcelona.
242 A~DRÉS SERRA ROJAS

habitan en su territorio, cualquiera que sea su número y condici6n, y son


registrados por los censos generales de población. La demografía, demos, pue­
blo y graphier, dibujar, describir, es el estudio científico y cuantitativo de
la poblaciól'.
El artículo 31 de la Constitución se refiere a la población como objeto
del poder público. La población es el número de habitantes de un Estado.
La historia nos enseña los momentos de esclavitud del hombre, su some­
timiento a degradaciones, limitaciones y restricciones a su personalidad. El
hombre es un animal social que sufre y actúa en su lucha por la supervi­
vencia. 15
La población mundial se encuentra repartida entre los diversos Estados
que forman la comunidad internacional.
El hombre se nos presenta en todos los tiempos, dominado por un pro­
fundo sentimiento idealista, al luchar por su libertad. Desde los regímenes
políticos primitivos hasta las llamadas formas políticas avanzadas de hoy -que
a pretexto de mejores situaciones de convivencia-, preconizar indebidamente
que el hombre es un servidor del Estado.
El Cristianismo, como más tarde lo hizo el Renacimiento, devolvió a los
hombres el valor de la vida humana, su dignidad y su elevada misi6n. El
valor del hombre se mide por sus acciones y por sus creaciones "si el vaso
no está limpio, lo que en él se derrama s.e torna acedo", dijo Horacio. Tema,
por otra parte, ampliamente desarrollado por la filosofía política.
La comunidad humana, de la cual la familia, en las diferentes formas
que ha f>xistido, en su expresión más importante, se constituye naturalmente
impulsada por diversos factores entre los cuales se encuentran los genésicos,
económicos, políticos, jurídicos y otros.
Para determinar la naturaleza de la población debemos precisar las rela­
ciones entre la sociedad y el Estado. Los cambios sociales es necesario dedu­
cirlos como causa y efecto de su medio social. La sociedad es la cread.ora
del orden jurídico nacional. El Derecho como el Estado son fenómenos o
creaciones sociales. Desde las prim~ras formas sociales aparece en ellas la di­
ferenciación entre gobernantes y gobernados.
La población aparece en la doctrina tradicional como un elemento del
Estado, con esto se hace referencia a los seres humanos formando tina uni­
dad social. Para Kelsen "el pueblo del Estado son los individuos cuya con­
ducta se encuentra regulada por el orden jurídico nacional: trátase del ám­
b¡to personal de validez del orden jurídico".

15 "La sonrisa es, según el texto aristotélico, lo que distingue al hombre de la


fiera, como es el mando de la razón lo que marca su ambición de dominio. Sólo al
hombre -dijo en Trento, Alfonso Salmerón- le dio Dios la risa, signo de alegría:
los que no ríen nunca 'parece que no existen como hombres'. La sonrisa muestra la
virtud. Paul Valéry afirmaba que el Estado no sÓk> es la menos virtuosa de las cria­
turas, sino que practica y explota en su provecho casi todos los vicios, miraba hacia
las forrna~ antisociales." Juan Beneyto, Los contornos del Estado social, Atltántida,
núm. 5, Ed. Rialph, 1963, pág. 496.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 243

Pero debemos aclarar que los "llamados elementos del como la


el territorio, el poder público, condiciones o supues­
tos actuantes, que son indispensables para la d,el Estado.
En la tesis kelseniana el ámbito de validez del orden jurídico
nacional se encuentra determinado por el Derecho internacional, lo mismo
acontece con el ámbito
"De acuerdo con el internacional, el acto coercitivo establecido
por el orden únicamente puede contra individuos que se
encuentren dentro del territorio esto es, dentro del que el
Derecho internacional considera como ámbito territorial de del orden
jurídico nacional."
Formando naturalmente el grupo, éste asume las finalidades ta­
les como la satisfacción de las necesidades colectivas, la autodefensa d~1 gru­
el mantenimiento de la vida social y la adaptación constante al medio.
determinar la población· a un es necesario "calcular
el número de habitantes que convenga un fin dado".
El es el maestro de errores, Luis Vives, mas entre esos
errores y aciertos la la sigue el grupo vencedor con en-
y mixtificaciones ingeniándose para hacer creer al pueblo mismo que
él gobierna.
Cuando nos vamos acercando al siglo XXI de la era cristiana no observa-
muchedumbres dóciles al halago y a la mentira, cré­
para conservar el poco bien de sus tradiciones.
Estado debe reunir determinados caracteres, que son
el evolución las sociedades humanas: 16

a) Por su sen tido ~~"""h' o cuantitativo;


b) Por su unidad política y económica;
e) Por su sentido der.nohJgl(:o y
Por la cohesión cultural.

La población ya en la aparece como un


en el que se mezclan las razas, la las la
política. Una entidad abierta a influencia universal. Sus produc­
tos fundamentales correrán su destino histórico como la cultura, la
las tradiciones y las instituciones.
La unidad se en el de personalidad
del cuyo estudio formulamos por dada su
La cohesión o solidaridad cultural es el resultado del
d:?1 ser de su sociabilidad. El hombre es un ser social, es decir, un

16 Alfred Teorla General de la Población, Ed.. Biblioteca de Cien­


cías Sociales, 1 634
El objeto de "es medir y descubrir uniformidades en e1 bá­
sico de los movimientos de la población, estos
fen6menos en sus marcos ,uC!Ut:cU! y bioI6gicos", Ene. Int. C. Socs., 1. 8, pág. 233.
244 ANDRÉS SERRA ROJAS

ser que integra grupos o comunidades gobernados por los factores espiritua­
les que radican en ellos.
Con mucha frecuencia se pretende llamar Estado a la horda, al clan, a
las tribus o a las ciudades o regiones primitivas. Nada más inexacto porque
el Estado representa la culminación de un largo proceso social, si bien es
cierto que tiene a esos grupos como antecedentes no por ello puede confun­
dirse con los mismos. Ellas se refieren a las formas políticas iniciale3.
La división injusta del trabajo, el egoísmo de los grupos, las luchas socia­
les, son factores que contribuyeron a la creación de las clases sociales.
Una clase social se identifica por los vínculos patrimoniales y tradicio­
nales que la mantienen unida. El orden o número de personas del mismo
grado, calidad u oficio, se ha originado en los procesos sociales y en la cons­
titución del poder que los ha mantenido y justificado.
Toda la historia, dice Engels, ha sido una historia de luchas de clases,
de bchas entre clases explotadas y clases explotadora:;, entre clase3 dirigidas
y clases dirigentes. Por su parte Marx afirmó: "Lo que hic~ de nuevo fue:
l. Demostrar que la existencia de las clases no está ligada sino a fases de
desarrollo histórico determinado de la produción; 2. Que la lucha de cla­
ses conduce necesariamente a la dictadura del proletariado; 3. Que esta mis­
ma dictadura no constituye sino la transición a la abolición de todas las clases
y a una sociedad sin clases."
El Estado democrático moderno se apoya en la división d~ las clases so­
ciales, principalmente en su aspecto econ6mico. Las distancias que separan
a la clase baja y a la clase media, con las clases aristocráticas o capitalist:Js
son inmensas.
En bs encíclicas de los últimos Papas se obs~rva su inquietud "por la
creciente movilidad social y la consiguiente reducción de las distancias entre
las clases". M<1s los documentos pontificios apuntan lo que puede ser un
principios de solución de las calamidades socialeS:
I. "El des2rrollo econémico debe ir accmpañado y proporcionado con
el progreso social, de suerte que de los aumentos productivos tengan que
particiPar todas las categorías de ciudadanos."
II. "Es necesario vigilar atentamente y emplear medios eficaces para que
las desigualdades económico-sociales no aumentan, sino que atenúen lo más
posible."
No podemos n€'gar la raz6n que asistió a Su Santidad Juan XXIII cuan­
do en su notable encíclica l'.f ater et M agistra revdó las incongruencias socia­
les de la época y volviendo a los viejos ideales del Cristianismo, que en más
de una ocasión salvaron a la h!lmanidad, invoca principios de jmticia social
y de carid2d.

La d ensidad de la población del Estado


Se necesita un número importante de personas para integrar la población
del Estado. Este número es un elemento relativo y nos hace reflexionar que
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 245

unas cuantas personas no podrían integrar un Estado, lo cual no es obstáculo


para que el mundo contemporáneo, registre Estados grand~ y pequeños, con
enormes extensiones territoriales y grandes poblaciones; y Estados pequeños.
de reducida extensión y JX!queñas poblaciones.
Para Aristóteles, la Polis -la ciudad de su tiempo- debería tener un
mínimo de diez mil ciudadanos, que participaban de la vida política, en una
democracia directa; una población mayor hacía imposible el ejercicio de la
vida cívica. En este número no se contaban a los esclavos que no tenían
derechos políticos. Aristóteles justificó la esclavitud, tomando en cuenta la
inferioridad natural del esclavo, o d:'! su naturaleza racial. (Diversos pasajes.
de la Política y de la ittica a Nicómaco.)
En Platón el número de ciudadanos era menor y por otra parte, com­
bate las ideas de Aristóteles sobre la esclavitud.
La Edad Media no se preocupó por la densidad de las formas políticas.
La extensión territorial y la demográfica, eran de una importancia secun­
daria.
Es necesario llegar al nacimiento del Estado nacional -los grandes Esta­
dos nacionales de Occidente-, para ver vinculados en forma definitiva el
territorio, la población, la nacionalidad y el orden jurídico.
Son las circunstancias históricas las que determinan el número de su po­
blación. Los procesos históricos desintegran a los Estados, los dividen y sur­
gen pequeñas unidades estatales como Andorra, San Marino, Luxemburgo
cuyo número de habitantes es muy reducido.
Por supuesto que se establece un contraste entre Estados con más de
doscientos millones d~ habitantes como la Unión Soviética y los Estados Uni­
dos del Norte y aun poblaciones numerosas como la República Popular Chi­
na, el Japón o la India, con los Estados pequeños de limitada población.
Ellos es encierran en los marcos estrechos del Estado nacional, el cual se en­
cu.;;ntra en crisis en la actualidad, ante las tendencias universalistas y ar
rompimiento tradicional de la Nación y el Estado. La historia que sigue es
difícil que se desenvuelva en los marcos de un Estado nacional, que ya ha:
realizado su misión original.
Con relación al número de habitantes en un país detenninado, los Es­
tados modernos deben advertir los problemas que puede originar una insu­
ficiencia o exceso de población, que son dos fundamentalmente: el de la
subpoblación y el de la sobrepoblación.
En el caso de la subpoblación, en el que la población sea deficiente, los.
peligros son diversos, y sólo señalaré los más importantes: en primer lugar,
al disminuir la población disminuye la mano de obra, se vuelve escasa y se
produce un ilusorio aumento en los salarios que viene aparejado al aumento
de los precios; además disminuye la producción de bienes y servicios; en ter­
cer lugar, se limitaría la especialización y aun la misma produccif-n, con lo
cual las industrias tendrían que desaparecer, esto sucedería por el lado de
la emprf>sa, y en cuanto a los consumidores o demandantes, constituirían un
número tan pequeño, que no tendría sentido para empresario llevar a cabo
246 ANDRÉS SERRA ROJAS

una producción de artículos que tengan una demanda muy baja. La con­
cen.ración ha sido un poderoso estímulo para el desarrollo
cultural.
Tratándose de no son menos graves, entre
ellos tenemos, aumenta la mano de obra, la
que se vu~lve abundante y en consecuencia
la población necesariamente tienen que aumentar
de las mismas requiere forzosamente de una
bienes y por último, con un aumento en la surgir
un aumento en la y al encontrarse saturado' mercados, los
se verían obligados a dejar de producir, y el que pre­
aumentar su producción debido al aumento de debe contar
con aumentar su capital, a fin de crear nuevo trabajo, o de lo
contrario fracasará.
Todos estos y otros más, deben ser analizados por el Estado,
con objeto de esto sólo se mediante la intervención que
deben tener los Estados modernos, dentro de la vida económica de un país
cualquiera, lo que a la política económica del Estado. dentro
de la administración
La se realiza por vía lSlanva, con
humanos y por admi­
unidas a progra­
mas y campanas de convenClnuento para reducir el número de miembros de
una familia y mantener una relación adecuada con sus ; otros aspec­
tos son el control de la fecundidad, la autorización del y la esterili­
zación.
Al estudiar el problema de la población no debemos
autores de las leyes sobre el crecimiento de la po­
Para este autor la población aumenta en una pro­
porción mientras que la producción de bienes aumenta en propor­
ción aritmética.

Pobldci6n y pueblo
al poder estatal y no tolera intromisiones indebidas
ellos se vinculan los de la soberanía.
Soberanía interna señalando los límites de su y
el ámbito de . b) Es también el límite de su sobera­
nía exterior o con respecto a otros Estados.
HU na de las conclusiones más profundas de la nueva a[irma
op. 161, es en la que no existen frnot~ras natura-
las fronteras políticas son zonas y lindes arbi­
trarios es aeclr, queridos por los hombres, nacidos de las relaciones
de poder y de las manifestaciones de voluntad de los que trazan las fron­
teras."
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 247

El concepto de población es un concepto cuantitativo, aritmético, estadís­


tico, con el cual expresamos el total de los seres humanos que viven en el
territorio de un Estado.
En las estimaciones del Censo General de Población -sujetas a rectifica­
ción-, en la actualidad se cuenta con una población superior a 80 millones
de habitantes, hombres y mujeres, nacionales y extranjeros, siempre en cons­
tante crecimiento, que aumenta necesidades y carencias frente a los limitados
recursos de la administración.
Estudiando Sartori (Aspectos de la democracia, pág. 32) el significado de
pueblo, analiza cinco interpretaciones: El pueblo como pluralidad, como
muchísimos; como pluralidad integral, todos como entidad, como un todo
orgánico; como pluralidad expresada por un principio de mayoría absoluta;
y como pluralidad expresada por un principio de mayoría limitada. El autor
concluye: "llegamos a la conclusión de que sólo el último significado de
ueblo, el que reconocido el dominio de la mayoría, protege sin embargo
los derechos de la minoría, pued·e considerarse como la interpretación c()­
rrecta y como una solución eficiente".
La significación del término "pueblo", se nos presenta en aspectos impor­
tantes referidos a una parte de la población, que goza de los derechos civiles
y políticos que se le reconocen legalmente y constituye el "Cuerpo Electorál".
Al pueblo corresponde la sustentación de las instituciones públicas popula­
res, en un abierto proceso democrático; participando en su integración y
mantenimiento y el necesario apoyo económico. Puede ser considerado el
pueblo, en dos niveles.
a) El pueblo como formación natural;
b) El pueblo como formación cultural " . .. o conjunto de personas que
tienen una tradición común".
G. Leibholz comenta: "El pueblo es, en realidad, algo que existe por na­
turaleza. Los pueblos, en oposición a las naciones. han existido tanto en la
antigüedad, como en la Edad Media y en la llamada Edad Moderna."
El concepto de pueblo, aunque con frecuencia se emplea como sinónimo
de población, es un concepto jurídico que determina la rdación entre el
individuo y el Estado: "el pueblo comprende sólo a aquellos individuos que
están sujetos a la potestad del Estado ligados a éste por el vínculo de la ciu­
dadanía y que viven tanto en su territorio como en el extranjero". No for­
man parte del pupblo los extranjeros y los que no mantienen la relación
jurídica señalada. El pueblo es el sostén de las instituciones nacionales.
El concepto de pueblo mexicano S~ extiende no sólo a las personas antes
señaladas, sino a todos los que en el pasado, en la actualidad y en el futuro
se vinculan a la nacionalidad mexicana. Es costumbre, en estos casos, diferen­
ciar el concepto meram:!nte material de población del concepto del pueblo
como un grupo humano compacto y solidario de una nacionalidad.
Es muy importantp. la variación del concepto de pueblo en los Estados
democráticos y en las organizaciones comunistas. Mao Tse-tung (IV tomo
248 ANDRÉS SERRA ROJAS

de las Obras escogidas, pág. 432) afirma: "¿ Qué se entiende por pueblo? En
China, en la presente etapa, por pueblo se entiende a la c1l1~C obrera, el
campesinado, la pequeña burguesía urbana y la burguesía nacIOnal. Dirigi­
das por la clase obrera y el Partido comunista, estas clases se unen, forman
su propio Estado, eligen su propio gobierno y ejercen la dictadura sobre
los lacayos del imperialismo, es decir, sobre la clase terrateniente y la clase
capitalista burocrática, así como sobre sus representantes, los reaccionarios
del Koumintang y sus cómplies, los reprimen. sólo les permiten actuar en
la forma debida y no les toleran que se extralimiten, ni de palabra ni de
hecho. Si se extralimitan de una u otra forma, se los reprime y se los cas­
tiga inmediatamente. La democracia se practica en el seno d::-I pueblo, el cual
goza de las libertades de palabra, de reunión, de asociación, etc. Sólo el
pueblo goza del Derecho electoral y no los reaccionarios. La combinación
de estos dos aspectos, democracia para el pueblo y dictadura para los reac­
cionarios, constituye la dictadura democrática popular." Y concluye: "¿Por
qué es preciso proceder de esta manera? La razón es bastante clara para to­
dos. Si así no se procediera, la revolución fracasaría, el pueblo sufriría y el
Estado perecería."
Un término muy empleado en los últimos tiempos es el de masa, para
referirse a una muchedumbre que forma una multitud amorla como "hojas
que van a la deriva", según la expresión de Ortega. Véase también la psico­
logía de las multitudes (Ed. Ercilla, Santiago, 1932) y José Ortega y Gasset,
La rebelión de las masaJ: (Revista de Occidente, Madrid, 1932).
Un Estado necesita de una población que es el ámbito humano al que
se va a aplicar el orden jurídico. Una población está constituida por un
número de personas que conviven en un territorio para realizar sus fines
sociales.
La voluntad de vivir en común constituye un elemento básico de la vida
social. Un conjunto de circunstancias de diferente naturaleza concurren para
darle cohesión al grupo humano que integra la población del Estado.
Elementos dt: vecindad, g,::;ográficos, históricos, etnográficos y otros aná­
logos convierten al ser humano en un ser arraigado a un grupo social deter­
minado.
En resumen: el pueblo designa aquella parte de la población que tiene
derechos civiles y políticos plenos.
El hombre tiene que luchar para proporcionarse los elementos económi­
cos que requiere la satisfacción de las necesidades de él y de su familia. Los
lazos espirituales crean vínculos de adhesión, reconocimiento, de similitudes
en actos y costumbres. Los lazos económicos vinculan a los seres humanos en
el cotidiano proceso de lucha por la subsistencia.
El Estado, en su consideración social, aparece estructurado como una
organización de familias. La familia es -el núcleo social o elemento humano
cuyas finalidades deben ser siempre la honda preocupación de cualquier or­
ganizJci6n social, política o jurídica.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 249

En los tiempos que corren la población, en sus múltiples unidades fami­


liares, crea vínculos poderosos de coh::5ión, suEdaridad, unidad y conciencia
plena de un mismo destino histórico apoyado en su propio desarrollo histó­
rico. La Patria y la Nación son elementos indispemablc:; dentro elel Estado
nacional, cuya crisis actual es evidente. Esta ha sido la pn~ ocupaciú n d.~ los
constituyentes nacionales, principalmente en el Congreso Constituyente de
1917, y en los constituyentes de otros países, princjpalm~nte en 1918 y 1945.
En 1917 el ideal de una nación dominó el pens:tmiento del constituyente,
marcándolo de este modo en numerosos preceptos de la Constitución vigen­
te, en particular en el artículo 27 constitucional. "La nación" es la entidad
en · la que se depositan los derechos fundamentales dd pueblo mexicano. La
nacionalidad alude a los caracteres específicos y afines que se identifican a
un grupo.
A qué entidad se refería el constituy-:nte de 1917 al aludir ",1 concepto
de "nación". Desde luego, no es un concepto sinónimo de "Federación", que
una intcrpretación jurídica obligada ha deformado. La nación mexicana se
exp!'~sa en todo nuestro pasado, en la obra inmensa del pueblo construyendo
las pequeñas y grandes cosas de nuestro vivir cotidiano, las cosas materiales y
también las inmateriales. Todo aquello que nos une, nos identifica, nos dig­
nifica, cae en el campo de este concepto d~ nación.
En el mundo internacional se ha considerado que los pueblos que han
adquirido a través de largos siglos de evolución su plena madurez política,
pueden propiamente llamarse una nación. Cuando se han congregado las
naciones del mundo, han tenido que hace!'Se concesiones para llamar tam­
bién Ilación a pueblos subdesarrollados o en proceso de integridad social y
política. Ello no ha sido obstáculo para que la reunión de Ginebra se 1Ia­
mara "Soci;:dad de Naciones", y que la actual organización se denomine
"Organización de las Naciones Unidas".
La gravedad de los sucesos mundiales ha acelerado el desalTollo de los
pueblos y sus lazos de vinculación son cada día más fuertes y poderosos. Lo
que no hizo la paz lo está haciendo el temor a la guerra.
Mas debemos hacer algunas reflexiones sobre la posición del hombre en
la sociedad. Más de cinco mil millones de seres se vienen multiplicando so­
bre la Tierra, el espectro del maltusianismo parece reaparecer con toda su
fuerza ante la limitación de las zonas productivas.
Much ~dumbres y masas en las cuales vivimos inmersos, sometidos a sus
reacciones y acciones no siempre prudentes, por lo regular peligrosas e in­
congruentes. Debe recordarse que los sistemas filoséficos han conquistado la
dignidad humana, para no considerarnos como cosas materiales, sino pro­
fundamente espirituales. No aportamos a la vida social tantos "kilos de peso",
sino la acción de nuestro espíritu, que unida a otros, es lo que constituye
la verdadera fuerza social. Para Ortega y Gasset, masa es todo aquel que no
se valora a sí mismo.
El signo de esta época que vivimos de "muchedumbr~s mudas", es la del
"hombre cualquiera", "el hombre-masa" o "el hombre-muchedumbre", mas
250 ANDRÉS SERRA ROJAS

no el "hombre-pueblo". Este es un elemento consciente, energIco en la exi­


gencia de sus derechos, responsable en cualquier lugar que él desempeñe una
misión, toda tarea es importante por humilde que ella sea. El hombre-pueblo
no se identifica con los holgazanes, con la clase que ha hecho de la vida un
harén, un centro de vicio o una destructora indolencia. Se lucha para vivir,
pero vivir con los demás. La democracia se pelVierte cuando silVe a una
clase social, o el hombre-masa es despreciable cuando sÍlVe ciegamente a
una causa innoble. El hombre no es una máquina, ni un animal doméstico
de labranza, es un ser provisto de inteligencia, única explicación y justifica­
ción de este mundo cultural de nuestros afanes.
Lo que valemos o significamos, no es un elemento individual, personal
o egoísta, ualemos c.omo part'e de una sociedad, que es alfa y omega de nues.­
tro uiuir.
El artículo 31 de la Constitución se refiere a la población como objeto
del poder público.

Los lazos espirituales y económicos de la poblaci6n

Hay un instinto de sociabilidad que obliga al hombre a la formación de


las comunidades humanas. La sociología zoológica no es sino un capítulo pre­
vio de los grupos que viven en sociedad. Provisto de inteligencia, el hombre
ha superado a los animales creando sociedades muy desarrolladas, pero con
los mismos elementos de especialización, solidaridad, estímulo y continuidad.
El progreso material conduce al bienestar humano, pero se aleja del mundo
de los valores.
La cultura es el rasgo distintivo del hombre, sin que por ello renuncie a
sus atributos animales. La cultura se ha afirmado con precisión, es el modo
humano de satisfacer las exigencias biológicas.
Se ha definido a la cultura como aquello que el hombre añade a la natu­
raleza, los frutos magníficos del cultivo de su espíritu. Para E. B. Taylor
(Primitiue culture, London, Ed. Murray, pág. 1) la cultura "es un complejo
que comprende conocimientos, creencias, arte, moral, leyes, usos y otras ca­
pacidades y usanzas adquiridas por el hombre en cuanto que es miembro de
una sociedad".
No podemos negar que toda cultura se enlaza con la naturaleza. Pues
las creaciones del hombre deben hundirse en las raíces mismas del complejo
de fenómenos que forman la naturaleza cuyo conocimiento lo lleva al per­
feccionamiento de su propio ser.
Este acelVo cultural de ideas, valores, conductas, principios técnicos, cien­
tíficos, artísticos, religiosos, éticos, todo queda comprendido en el mundo
de la cuftura, y se refi!'.'re a lo que el hombre es y hace. La política, el len­
guaje, la economía, todo ello es cultura.
Toda cultura tiende a ser un sistema de valores que aspira al perfeccio­
namiento de la naturaleza del hombre, a la d~terminación de la esencia del
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 251

hombre. oEste mundo de valores, conocimientos, creencias y demás creaciones


humanas dan al hombre una explicación de su posición en el cosmos y le
po!rmiten un desarrollo social favorable a sus intereses humanos.
La cultura acaba por formar una verdadera red de creaciones espirituales
que oenvuelven y dominan al hombre. El espíritu sedentario se detiene en
ellas, pero el espíritu rebelde mira hacia °el futuro y en todo momento inten­
ta dar el paso siguiente, acabando con todos los obstáculos que se le opo­
nen. La ocultura une y desune al mismo tiempo, une a los que la asimilan
conve~ientemente en un apretado haz de voluntad~ inconformes; pero de­
sune a aquellos que sufren traumatismos individuales y sociales. Hay una
subcultura y una seudocultura, las primeras viven y medran al amparo de
resentimientos sociales, de superposición de clases inconformes, de un de­
saliento o derrotismo provocalo por las asperezas de la vida en común. La
seudocultura es fácil distinguirla porque todo lo que ella contiene va en
contra de la esencia del hombre.
Si los lazos espirituales de una sociedad le dan consistencia o apoyo para
una proyección futura, la solidaridad económica domina la casi totalidad de
la existencia. Primero es vivir y lo demás se dará por añadidura. El espiri­
tualismo se opone al materialismo, al defender la realidad del espíritu y
considerar que las cosas reales poseen una afinidad o dependencia que les
define y explica.
Si para Hegel la única realidad es la idea, para Marx es la materia, y de
este modo nos dice:
"Mi investigación me condujo a pensar que las relacion~s jurídicas y las
formas políticas no pueden ser comprendidas por sí mismas, ni pueden ex­
plicarse por el seudodesarrollo general del espíritu humano. Esas relaciones
y esas formas toman sus raíces en las condiciones de la vida material cuyo
conjunto constituye 10 que Hegel llama, con los ingleses y franceses del si­
glo XVIII, la sociedad civil." (Crítica (lI la economía política, Pro 1859, Ed.
Atlante.)
Las relaciones económicas de la producción y del cambio es 10 que expli­
can las relaciones sociales. La comunidad no es sino una superestructura de
la sociedad. "La economía misma depende del desarrollo de las fuerzas pro­
ductivas materiales, es decir, de la utilería", y agrega: "El modo de produc­
ción de la vida material determina, de una manera general, el proceso social,
político e intelectual de la vida. No es la conciencia del hombre, lo que
determina su existencia, sino su existencia social lo que determina su con­
ciencia." (Id., pág. 10.)
Ya Durkheim había señalado que la división del trabajo genera un fondo
de ideas y sentimientos comunes. En todas las formas políticas la división
del trabajo genera un proceso de osimpatía y de solidaridad entre los hombres.
La formación de las grandes concentraciones de población en las ciuda­
des y la multiplicación de sus necesidades obedece a que estos grupos mul­
tiplican sus relaciones y su dependencia es cada vez más estrecha. Estos fe­
nómenos generan otros... en el orden económico, político y social. El lujo de
252 ANDRÉS SERRA ROJAS

las grandes ciudades se construye con la miseria de los grupos de población.


La riqueza, la justicia y la cultura se matizan de este sentido citadin9 del
hombre, mientras que ellas son diferentes para el hombre del campo, que
tiene otra justicia o no tiene ninguna, y carece en altos índices de la ri­
queza y la cultura. Al vislumbrarse los albores del siglo XXI el hombre sigue
siendo tan enemigo del hombre, como lo fue en los primeros estadios de la
civilización.
La economía sigue dividiendo al hombre en todas las latitudes, lo mismo
en las incongruencias del Estado capitalista, que en las utopías del Estado
comunista. Y al cabo de millones de aííos de existencia, el hombre moderno
no sabe qué camino seguir, no siente cuál es la ruta verdadera y por ello ha
acabado por renegar de su propia existencia.

La idea de patria

El concepto de patria del latin patria, de pater, padre, es un lazo esencial­


mente emotivo que identifica a un ser humano con un grupo aseutado sobre
un territorio. La patria lo es todo, hasta el aire que respiramos, el suelo que
pisamos, la abnegación de las madres y las ideas que nos dominan.
"La patria no es solamente la tierra de los abuelos, en la que las nuevas
generaciones continúan la vida, sino ese conjunto de tradiciones, pensamien­
tos y sentimientos comunes, inclusive de prejuicios, que hacen que todos los
de un país se sientan hermanos." Gustavo Le Bon.
El ser humano profundamente espiritual simboliza en la patria el re­
cuerdo de sus tradiciones, de sus héroes, de sus victorias y de sus derrotas.
La patria une a los seres humanos en una aspiración como es la convivencia
social permanente y se estimula con el recuerdo de las cosas pasadas.
La bandera, el escudo, el Himno Nacional, son símbolos magníficos del
s~ntido de la patria, que naturaliza el sentido de la mexicanidad. La patria
es la síntesis de los más nobles sentimientos de un ser humano.
En ocasiones la idea de patria se ha pervertido y se ha ligado a una fre­
nética exaltación de la nación, para colocarse en hostilidad hacia otros pue­
blos. El nacionalsocialismo, el fascismo y otras aberraciones han conducido
a una falsa interpretación dd concepto de patria. Ellos han olvidado que
la patria no es un concepto negativo, sino eminentemente pos:tivo que trata
de exaltar y ligar a los hombres en comunidades de id-~aies:
La vecindad es "la razón o calidad que uno tiene en un pueblo por la
habitación o domicilio en el tiempo determinado por la ley". El hecho ma­
terial d ~ la vecindad crea una solidaridad social, una comunidad de intere­
ses que se traducen en servicios comunes.
El hombre se vincula en lazos efectivos no s6lo al suelo que lo vio nacer,
sino también en todas las cosas materiales y espirituales que lo rodean. La
vecindad cre<,_ vínculos de simpatía, y una clara conciencia d~ pertenecer a
un grupo humano determinado con el cual comparte sus más caras aspira­
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 253

ciones. Es pues, un factor que contribuF a la integración de la conClenCla


de grupo.
Con la palabra patria aludimos a nuestra propia naClon con un sentido
emotivo que alude a la suma de las cosas materiales e inmateriales, pasadas,
presentC:'s y futuras que cautivan la amorosa adhesión de los patriotasY
La ¡::alabra aparxe así como el todo de nuestra vida nacional, que forma
una entidad espiritual a la que nos referimos en sentido posesivo y emocio­
nal. ~!erecer uno el bien de la patria es hacerse acreedor a su gratitud por
nuestros actos significativos.
La patria cerno el hogar lo es todo, desde el territorio hasta el firma­
mento que lo cubre, desde el más humilde hasta el más sabio o poderoso.
Todos somos parte de esa suprema fuerza espiritual que vive en nuestras
conciencias, y por la cual ofrecemos todo lo que somos, incluso nuestras pro­
pias vida~ . Esos vínculos de solidaridad y adhesión nacen en todas partes. En
el territorio que es la tierra de nuestros ancestros y el lugar en que nacimos,
o el sitio de nuestras g~tas o sufrimientos.
La patria no es el territorio, afirm6 el héroe del Resurgimiento italiano,
Mazzini, "éste no es más que. la base; la patria. la idea que brota sobre aquél,
es el ¡::ensamiwto de amor, el sentimiento de comunidad que estrecha en uno
a todos los hijos de aquel territorio".

Población. )' raza

Muy variadas son las formas sociales y políticas dentro de las cuales el ser
humano ha desarrollado sus finalidades.
La forma social más general y conocida es la sociedad y ella nos permi­
tirá compararla con otras formas de menos contenido.
Aristóteles afirmó que el hombre es un animal social, }' agn'gó que la
p8rsona incapaz de participar en la vida ordinaria se encuentra o pcr encima
o por debajo del resto de la humanidad, "o es una b~tia o es un dios". Es
este sentimiento natural de sociabilidad el que ha servido a través de los si­
glos para integrar la sociedad o comunidades humanas.
Los atributos sociales del hombre constmyen la sociedad, desde una forma
primitiva o mdimentaria hasta las m;'i ~ complejas sociedades modernas.
La sociedad, por lo tanto, I es una organización perdu1'3ble en constante
interacción, en la cual los hombres desarrollan sus fines encaminados al bi.:n
común. La sociedad es una suprema modeladora de b conducta humana,
guarda y transmite el acervo de la cultura y forma un sistema de costumbres
y procederes, siempre en transformación y animados por los valores e ideales
con los cuales se puede hacer más placentera o llevadera la vida social im­
pulsados por el espíritu de sociabilidad, la necesidad de vivir y la conci ~ncia
de la esp::cie.

17 Jean Paulhan et Dominique Aury, La Patrie se fq.1 10l/s les 101lrs, Les editions de
Minuir, París, 1947, 1 vol., 500 págs.
254 ANDRÉS SERRA ROJAS

Necesitamos, una vez más, precisar el concepto de algunos términos a los


cuales nos referimos a menudo en este estudio, tales como población, pue­
blo, raza, nación.
Con la palabra población aludimos a un término cuantitativo que nos
sirve para aludir a la totalidad de los seres humanos que viven en un deter­
minado Estado, o circunscripción territorial. Así decimos que de acuerdo con
la estimación actual de la población, México es una República con 80 millo­
nes de habitantes. Al hablar de la población de México, indicamos todos los
seres humanos que actualmente conviven en nuestro territorio. El crecimien­
to demográfico natural del país arroja un millón de nuevos mexicanos cada
año.
La palabra pueblo es un término de contenido estricto, ya que con él sólo
aludimos a las personas que están sujetas a nuestra soberanía y ligados por
los vínculos de la ciudadanía. y la nacionalidad.
La palabra pueblo comprende a todos los ciudadanos cualquiera que
sea el lugar en que se encuentren. Así decimos que en el vecino país del
norte hay una fracción muy importante del pueblo mexicano. La población
que no tiene esa característica, como la población extranjera, no forma parte
del pueblo.
Estamos en presencia de un concepto jurídico, porque las características
de nuestra ciudadanía están determinadas en la Constitución y en sus leyes
reglamen tarias.
Con la palabra pueblo, comprendemos, además, a la ciudadanía en cual­
quier tiempo que se le considere. Hablamos del espíritu heroico del pueblo
mexicano en las guerras de Intervención durante el siglo pasado o de las
gestas gloriosas del pueblo mexicano durante la Revolución de 1910, o del
espíritu de sacrificio de nuestro pueblo en los tiempos que corren o de nues­
tras esperanzas en el pueblo del futuro.
La palabra raza nos sirve para indicar el complejo de los caracteres so­
máticos que caracterizan a un determinado grupo humano y que se trans­
mite por la herencia. La biología y la antropología, han discutido -con grande
amplitud el significado de raza, para clasificar a las diversas comunidades
humanas. Histórica y políticamente el concepto de raza ha servido para apo­
yar las aberraciones de sistemas políticos decadentes pero provistos de un
poderío militar implacable.
El mundo actual vive en todas partes un profundo mestizaje o hibridismo
y lo que ayer sirvió para caracterizar a un determinado grupo humano, hoy
es común a cualquier población. El concepto de raza debe relegarse al cam­
po de la zoología, pero no de la sociología, porque es una buena doctrina
para dictadores, que a falta de nobles propósitos, se escudan en una teoría
de laboratorio "como es la de maÍltener la purga de la sangre". .
La dignidad humana es la única que debe prevalecer, sin tomarse en
cuenta, como factores de división o enhentamiento, las razas, culturas, color,
religión o modas. Todos los hombres son iguáles, en cualquier lugar del mun­
do en que se encuentren.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 255

"Resumiendo, afirma Hermann Heller (Teoría del Estado, pág. 174), que
no hay camino alguno científicamente transitable que conduzca desde la raza
primaria o natural al Estado. La raza, como unidad del modo de ser cor­
poral y psíquivo invariable a través de siglos y aun de milenios, no es un
hecho de la naturaleza y, mucho menos, una realidad cultural o una unidad
política de acontecimientos, sino exclusivlUJlente una ideología encubridora
nacida en los últimos decenios a fin de servir a determinadas exigencias po­
líticas. La teoría racista es completamente insuficiente, incluso como ideolo­
gía de legitimación, ya que viene a dividir el Estado y, a causa de la diversa
valoración que hace de los habitantes, no lo podría legitimar como unidad
política del pueblo."

La nación

"El papel de la naClOn en política, por otra parte, es un tema de con­


troversia. La verdadera legitimidad de la introducción del concepto de na­
cionalidad y todos sus derivados en el mundo de la política sigue siendo
tema de debate". B. Akzin, ob. cit., pág. 7.
A esto se agrega la fidelidad de la persona hacia el Estado y la ideología
de un tipo de Estado.
Para George Burdea la nación es el sentimiento de solidaridad y lo espe­
cífico se encuentra en un sueño futuro compartido.
Estamos en presencia de un concepto polémico, impreciso y de rico con­
tenido sociológico, que toma diferentes matices o condiciones en cada Estado
y aun en cada región y autor. Sabemos genéricamente que las Naciones más
desarrolladas que se llaman orgullosamente "Naciones", han logrado integrar
una unidad de vida política, económica y social dominadas por un proceso
cultural determinado, frente a Estados que no han alcanzado el mismo de­
sarrollo, lo cual no es obstáculo para que la "ONU" se llame Organización
de las Naciones Unidas, llamando naciones lo mismo a Inglaterra o Francia,
que a cualquiera de los Estados Africanos o Latinoamericanos. "El momento
en que el grupo étnico entra en nuestra campo especial de interés es aquel ero
el que ha excedido las dimensiones puramente locales y ha cobrado impor.:
tancia política. Es en ese momento cuando el apelativo de nación o naciona­
lidad se le puede aplicar", B. Akzin, Estado y Nación, pág. 35.18
Con justa razón la sociología moderna ha sostenido que el elemento so­
cial es el grupo, en particular, la familia y los demás grupos que intervienen
en todos los procesos de una comunidad. El elemento población no hace re­
ferencia a individualidades, sino al hombre considerado en el grupo del cual
forma parte, y a la nación como una comunidad de conciencia, fruto de una

18 "El papel de la naci6n en política, por otra parte, es tema de controversia. La


verdadera legitilllidad de la introducci6n del concepto nacionalidad y todos sus deri­
vados en 61 mundo de la política sigue siendo tema de debate, B. Akzin, ob. cit., pág. 7.
256 ANDRÉS SERRA ROJAS

larga evolución, qu ~ alcanza grados mayores de cultura, al impuho de im­


portantes factores sociales. Por ello repetimos que "cuando un pueblo s~ dota
de una vocación política común, trasciende a la idea de nación, auténtico
soporte humano de la rca!idad estatal". Cotarelo, ob. cit., pág. 76.
La nación ha sido definida por Jorg~ Carpizo, como "el grupo tle hom­
bres, generalmente grande, unidos por sentimientos de solidarirlad y de fide­
lidad que ayudan a crear una historia común y por datos como la raza, la
lengua y el territorio y que tiene el propósito de vivir y de contiDuar vivien­
do juntos en el futuro". Dic. JUT. Mex., t. VI, pág. 223.
La nación alude a la suma de individuos o serie de generaciones sucesi­
vas con un mismo carácter nacional.
Es una abstracción de las características especial es que distinguen a un
grupo de hombres. Un hecho social que puede o no darse dentro del Estado.
España es un mosaico d ~ nacionales, en donde coexisten catalan:\s, vascos,
castellanos, andaluces, gallegos, asturianos y otros. En Suiza s~ manifiestan
regiones francesas, alemanas e italianas.
Cuando aludimos al concepto de población en Estados muy desarrollados
o en desarrollo ascendente, debemos considerar el concepto de nación, como
un término producto de un2- larga evolución de un determinado grupo so­
cial, aunque sus elementos no sean inmutables, ya que la raza, el lenguaje,
la religión, las costumbres)' otros, sufren variaciones importantes. A pesar de
ello la Nación es uno de los conceptos clave de la Ciencia Política, un fac­
tor d~ solidaridad, de unidad y de armonía de las comunidades humanas. A
mediados del siglo XIX con Giuseppe Mazini se alcanza la fusión d ~ Nación
y Estado.
La Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas y en este siglo el sen­
timiento anticolonialista, han sido factores importantes para divulgar los
ideales nacionalistas e identificar los conceptos de Estado y de Nación, aun­
que éste es más amplio que el primero.
Para caracterizar la Nación se han tomado como base diversos elementos
que han servido de tema y de acción a la formación de los Estados en pleno
siglo XIX. como Italia y Alemania. En principio Nación se toma como sinó­
nimo de Estado, de pueblo o de Estado soberano.
Esos diversos factores son: la raza, la comunidad de lenguas, las creen­
cias religiosas, la comunidad o tradici6n histórica, la solidaridad económica,
la voluntad actual de vivir juntos, la conci~ncia de la especie. Mazzini sinte­
tiza esos diversos elementos diciendo que "la nación es tilla sociedad natural
de hombres, de unidad de territorio, de origen, de costumbre, de lengua,
conformados a una comunidad d~ vida y de conciencia social".
Dos grandes grupos de teorías intentan definir la esencia de la na.cÍo­
nalidad:

a) Las teorias naturalistas, y

h) Las teorías espiritualistas.

LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 257

Las teorías naturalistas consideran que la esencia de la naci6n consiste


en una cosa natura!: como la sangre, la raza o un determinado territorio de
fronteras bien definidas o el cuerpo material de un idioma.
Todos esos caracteres serían suficientemente importantes como para im­
primir a las comunidades humanas un conjunto de caracteres que llegarían
a constituir la NacÍón, aunque ellos no la determinan.
Desde luego esta opinión debe ser criticada porque todas esas cosas que
se seíialan, pertenecen a la naturaleza, y la Nación es, sin duda, sup:rior a
ellas. "Las teorías naturalistas de la nacionalidad, dice Garda Morente, son,
pues, en su fondo radical, erróneas. Desde el primer instante cometen el
error de considerar a la Nación como una cosa, como una cosa natural, cuya
explicación, por lo tanto, tendría que hallarse a su vez, en cosas naturales.
Ahora bien; la nacionalidad no es cosa, y menos cosa natural. La Nación está
por encima de las realidades naturales y de toda cosa concreta; porque la
Nación es creación exclusivamente humana, con todos los caracteres típicos
de lo específicamente humano, es decir, de lo antinatural."
Debemos insistir en que la Nación no se funda en realidades naturales o
biológicas, surge como un proceso ideológico fundamental que asegura el
funcionamiento del Estado. Como asegura Carr, la Nación se refif're a cif'r­
tos períodos de la historia y a ciertas partes del mundo. En la actualidad
una gran parte de la población mundial no siente fidelidad en ninguna
Nación.
En la doctrina política moderna se hace referencia a la Nación como ideo­
log!a, como ideología de un tipo de Estado o a la Nación como ideología del
Estado burocrático centralizado. Esta última supone la desmitificación de la
Nación. Notberto Bobbio (Dic., pág. 1080) comenta:
"Es entonces previsible que la historia de los Estados nacionales está lle­
gando a término y estd por iniciar una fase en la cual el mundo estará orga­
nizado en grandes espacios políticos federales. Pero si el federa)ismo supone
el fin de las naciones en el sentido ahora definido, ello significa también el
renacimiento o la revigorización de las nacionalidades espontáneas que el es­
tado nacional sofoca o reduce a instrumentos ideológicos al servicio del poder
polític.o y, por tanto, el retorno de aquellos auténtic.os valores comunitarios
de los que la ideología nacional se ha apropiado transformándolos en senti­
mientos gregarios." .
Pocos conceptos suscitan tan variadas y contradictorias significaciones
como el de Nación entre otros, el de emplearlo como sinónimo de Estado o
pueblo.
A esto debemos agregar ciertos conceptos, muy usuales, que guardan una
estrecha relación con el concepto de Nación, como nacionalidad, o pertenen­
cia a un Estado, o el amor y lealtad a la Nación propio o deseo de formar
y sostener a un Estado nacional; nacionalismo o vinculación estricta a un
Estado nacional; nacionalización o transferencia de una propiedad particu­
lar al control del Estado; nacional o Cosa propia de una Nación; o Intoma­
258 ANDRÉS SERRA ROJAS

cional O relación entre Estados scber<!.nos y otros semejantes, cuyo alcance


trataremos de aclarar.
La palabra Nación viene del laLÍn nasci, tribu, pueblo y d~ ahí necere,
naotus y de éste natio, nationis o conjunto de personas que tienen una tradi­
ción común, una sociedad natural, con unidad de territorio, costumbres, len­
guas, vida y ciencia comunes.
No toda comunidad constituye una Nación. Un pueblo constituye una
Nación cuando sus vínculos de unidad y solidaridad son lo suficientemente
enérgicos para fijar actuaciones y caracteres semejantes de un grupo. La Na­
ción surge cuando la comunidad adquiere plena responsabilidad social.
El Estado es una persona jurídica, una abstracción de todo el orden jurí­
dico positivo de un país, en tanto que la Nación es una realidad social, que
puede matizar a la población del Estado. Por ello surgió el Estado nacional,
y en nuestros días se afirma el Estado plurinacional, en contraste con el
Estado de clase, que supedita a la Nación a sus propósitos como la elimina­
ción de las clases sociales y del propio Estado.
Djversos elementos concurren a la formación de la Nación. Los autores
discrepan en cuanto a su significación, digamos como el concepto de raza.
La identidad racial o predominio de una raza ha servido para elaborar una
tesis de dudosa veracidad.
En términos generales se dice que una comunidad constituye una Nación,
cuando posee identidad de cultura, unidad histórica, similitud de costum­
bres, unidad religiosa y lingüística. Cuando se agrupan para las tareas coti­
dianas y aportan su inteligencia y trabajo, cuando luchan por un destino
pacífico y libre de violencias, al amparo de los altos valores de la cultura.
En unas cuantas palabras: cuando se proponen una tarea constructiva y la
proyectan hacia el futuro, pensando que no están solos en el mundo y que
muchos pueblos merecen de su atención.
A este criterio es necesario agregar, que la población formando una Nación
ha de estar asentada sobre un territorio delimitado por frontera,> definidas.
Sin embargo, el Estado implica una estructura política determinada, la
Nación es una unidad soci.al o prepolítica. El Estado nacional surgió cuando
la Nación comenzaba desarrollarse.
En cuanto a los términos cercanos al de Nación decimos que nacionali­
dad, es la relación que se estabfece con una Nación determinada principal­
mente por el hecho de nacer en su territorio. Esta relación se manifiesta ya
sea por la herencia que dota al hijo de la nacionalidad de los padres, jus
sanguinis, o se establece por el hecho del nacimiento, jus solio
El nlIlCionalismo señala una tendencia que tiende a la exaltación de los
valores locales, con exclusión de la influencia extranjera. La nacionalización
es acción y efecto de convertir una cosa en nacional a una persona. Cuando
el Estado opera esta nacionalización en su provecho se llama estatificación.
Nacional es una referencia a las cosas, personas o relaciones propias de un
país determinado.
LA ESTRUCTURA OEL ESTADO 259

La idea de Nación cultural

El profesor Cotarelo, ob. cit., pág. 82, hos habla de una Nación cultural:
"La idea de Nación que tiene su fundamento en una realidad cultural reclama
pues como indispensable esta realidad prepolítica que es el grupo étnico.
Determinar cuál es el elemento clave que garantiza la existencia d~ éste,
estará en función de las circunstancias de cada momento de la posibilidad
de singularización que mejor garantice el objetivo de diferenciación perse­
guido por los nacionalistas." Como escribe Busquets (Introducción a la socio­
logía de las nacionalidades, Madrid, Edicusa, 1971, pág. 63): "Al no existir
un hecho sociológico único como base de la nacionalidad, cada nacionalismo
crea su propia teoría de los valores, en la que siempre tiene valor primario
el hecho sociológico que le sirve de base ( ... ). El nacionalismo crea una
teoría de los valores distinta en cada nación y eleva a la categoría de mito
el hecho diferencial que es básico para su propia teoría nacioTUlI. JJ
Nos ocuparemos ahora de las teorías espiritualistas de la nacionalidad.
Estas teorías buscan la esencia de la nacionalidad en un acto espiritual,
cuya naturaleza es discutida por distinguidos filósofos como Renan, Ortega
y Casset, Carda Morente y otros.

a) L,! teoría de Ernest Renan 1~

En el año de 1832 Ernest Renan pronunció una conferencia que deno­


minó: ¿ Qué es una Nación?
Este notable autor después de desechar las teorías naturalistas se propo­
ne encontrar ese acto espiritual que exPlica o define la Nación.
Asegura que la Nación es el acto espiritual colectivo de adhesión, que
en cada momento verifican todos los partícipes de una determinada nacio­
nalidad. "Una Nación es un plebiscito cotidiano", la voluntad de vivir juntos.
"Una Nación es un alma, un principio espiritual, una se halla en el pasa­
do, la otra en el presente. Una es la posesión en común de un rico legado de
recuerdos, la otra el consentimiento actual, el deseo de vivir en común, la
voluntad de continuar haciendo valer la herencia indivisa que ha recibido,
la culminación de un largo pasado de esfuerzos, sacrificios y devoción, como
el culto a los antepasados. El pasado heroico, grandes hombres, la gloria. La
Nación es una gran solidaridad. La existencia de una Nación es un plebiscito
de todos los días, como la existencia del individuo es una afirmación perpe­
tua de la vida."
A esto se agrega la fidelidad de la persona hacia el Estado y la ideología
de un tipo de Estado.

19 Ernesto Renán, ¿Qué es una Nación?, Editiorial Elevaci6n, Buenos Aires, 1967,
vol., 234 págs.
260 ANDRÉS SERRA ROJAS

b) La teoría de José Ortega y Gasset 20

Censura como Renan la tesis de la teoría naturalista y se encamina a en­


contrar el acto espiritual que constituya la Naci6n.
"Es también un acto de adhesión plebiscitaria que se tributa a la unidad
de la patria, que recae, no sobre el pasado histórico colectivo d~ la tesis ante­
rior, sino que esa adhesi6n recae sobre el porvenir hist6rico que va a reali­
zarsc. La Nación es, primero, un proyecto de convivencia total en una em­
presa común; segundo, la adhesión de los hombres a ese proyecto iniciativo."
Supervivencia y proyección hacia el futuro.
. Para Georges Burdeau la Nación es el Sentimiento de solidaridad y lo
específico se encuentra en un sueño futuro compartido.

e) La teoría de Manuel Garda Morente 21

Para este distinguido filósofo, la adhesión espiritual plebiscitaria hacia el


pasado de Renan, o hacia el porvenir de Ortega y Gasset, no constituye la
esencia última de la Nación. En realidad la Nación, no es, pues, el acto de
adherir, sino aquello que adherimos. La realidad de la Nación está en lo que
hay de común entre los tres momentos, el pasado, el presente y el futuro,
que hace que los tres sean homogéneos, que los liga en una unidad de ser,
por encima de la pluralidad en el tiempo.
Una Nación es un estilo; un estilo de vida colectiva. La Nación es justa­
ment2 unidad fundamental de estilo en todos los actos colectivos.
La Nación es el estilo común a todo lo que el pueblo hace, piensa y quie­
re y pu.ede hacer, pensar y querer. Cuando en la vida de un grupo humano
a lo largo del tiempo existe unidad de estilo en los diversos actos, en las em­
presas, en las producciones, puede decirse que existe una Nación.
Hay una comunidad de estilo, que es la que produce y mantiene entre
sí cierta homogeneidad especial, un aire de familia, un carácter común im­
palpable, invisible, indeleble, que es la comunidad de estilo.
El propio autor nos indica qué debemos entender por estilo como ele­
mento propio de una Nación. El hombre a diferencia del animal, es el in­
ventor y autor de su propia vida y el responsable de eHa. Esto quiere decir
que cuando hacemos algo, y vivir es hacer algo, imprimimos a todo lo que
hacemos, a nuestros actos y a las cosas que nuestros aJctos producen una de­
terminada modalidad peculiar que la naturaleza misma no nos enseña, sino
que se deriva de nuestra personal participación en el espíritu de la inmorta­
lidad. Así, cada uno de nuestros actos y cada una de nuestras obras puede

"0 José Ortega y Gasset, ob. cit.


21 Manuel García Morente, Idea de la hispanidad, 3. edici6n, Madrid, págs. 40
y sigs.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 261

considerarse desde dos puntos de vista: como medio para conseguir y obte­
ner un determinado fin y como expresión de un conjunto personal de pre­
ferencias absolutas.
El ser humano deja la huella de su ser ideal a todo lo que hace y
Esa huella indeleble es el estilo. Esas modalidades que expresan la
tima del y no la realidad del acto o son
las que el
Para Carlos Marx, la Nación era un -los vínculos na­
cionales crean los vínculos que pone en peligro la solidaridad
internacional del proletariado; pero Lenin aceptó el concepto ante la fuerza
del nacionalismo.
Si sentido lógico debe darse al nacionalismo es no referido a la
de una Nación, concepto falso y absurdo que prolifera en los
>"U'C;'''''V'', sino robustecer en lo interno la comunidad histórica, en armo­
nía con los demás Estados de la comunidad internacional.

La teorW de la Nación-persona y de la Nación-órgano

Si las consideraciones han sido insuficientes para proporcionar-


Nación, las teonas subjetivas se van a es­
forzar por considerar el en su totalidad, en su integridad a través
de la teona y de la teoría de la
La doctrina francesa de la Nación-persona ha tenido una influencia con­
siderable en el campo de las doctrinas políticas. Ella asienta que la Nación
es una persona moral distinta a los individuos que la componen, y es la titu­
lar de la soberanía originaria tiene su mejor en la voluntad
general. Los conceptos de y Estado deben considerarse con sus res­
pectivos contenidos.
El absolutismo confundía al Estado con el monarca, porque todo el
der se concentraba en sus manos. El Estado era el resultado
la voluntad real sin limitaciones de ninguna =f";'~"'"
cambió los titulares de la soberanía y en lugar del monarca aparece la Na­
ción como representativo de la voluntad nacional.
Juan Rousseau afirma la tesis del pacto social como base y fun­
damento Nación. El contrato social genera la Nación con una perso­
nalidad y diversa de los individuos que la forman.
Las fases del proceso de la culminan en unos casos
con la identificación del Estado y Nación; o mantenimiento de estos con­
como que se implican pero no se pv,r"'IUP'n
doctrina alemana de la Nación-órgano tiene como exponente
fico al 'George Jellinek en su obra Teoría General del Estado.
Parte esa doctrina de la afirmación de que no hay más voluntad que la
voluntad de los seres humanos. Sólo ellos tienen los atributos anímicos y es­
pirituales para el manejo de la razón y de ia voluntad.
262 ANDRÉS SERRA ROJAS

La integra con -esferas de jurí­


por carecer de los elemen­
tos psíquicos Se necesita el concurso los seres humanos, las
personas físicas. a los expresar de acuerdo con la
ley, la voluntad que se atribuye al jurídico.
Los del Estado tienen a su cargo expresar la voluntad de éste,
de la voluntad del funcionario actúa no como un
sino como el medio para la expresión de

Al estudiar la institución política de la nos dimos cuenta


de que el popular guarda una estrecha relación con el cuerpo
electoral que 10 designa, y le un mandato político especial: ex­
presar la voluntad de una de los ciudadanos o de un partido polí­
tico de acuerdo con la última reforma electoraL En los casos citados el repre­
sentante es una diversa de los En _
laciones europeas el cuerpo electoral que tiene el derecho hasta
revocar el mandato político, sí el cumple las finalidades
del problema que se consideró.
La aparece como el elemento básico de la organizaclOn
democrática. Es ella la que el orden la que define la orien­
taclón política, la que apoya en procesos de pública a la acción

U n Estado puede varias naciones y varias naciones pueden


radicar en distintos Estados. El Estado plurinacional mantiene su importan­
cia ante los conflictos sobre reivindicaciones nacionalistas, como los vascos
y los catalanes en España.

La idea de Nación de la Constitución Mexicana

La Constitución Política Mexicana emplea en numerosas el tér­


mino Nación, que ha sido objeto de numerosas entre los autores.
El doctor Jorge Dic. Jur ..Mex.) tomo VI,
estas acepciones; sin contar las contenidas
cíón VIII y 123 fracción que se refieren a Estados extranjeros, ni las
de Suprema Corte de Justicia de la Nación y Poder Ejecutivo

Nación tiene dos "",>,-""",,"'0


, Nación como sinónimo de la unidad del Estado federal, de México
y de la República. Por artículo párrafo tercero, artículo 37
fracción V y artículo 51 de la Constitución.
b) La Nación como sinónimo de Federación. Art. 27 constitucional. Lo
mismo se emplea en diversos casos el término nacional.
La Corte de de la Nación ha interpretado el término
Nación en diversas ejecutorias, citadas por el doctor Carpizo:
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 263

a) Ejecutivo Federal. Tiene un doble carácter: como representante de la


persona moral que se llama Nación, o sea de la Federación Mexicana y como
representante de uno de los tres Poderes en que el pueblo deposita su sobe­
ranía. Juicio sumario contra la Secretaría de Agricultura y Fomento, Com­
pañía Constructora Richardson, S. A., 23 de enero de 1922.
b) El artículo 27 al hablar de la Nación se refiere a Federación. Amparo
civil en revisión. Carlos Robles, 17 de mayo de 1929.
c) Modalidades corresponde al Gobierno Federal la expedición de leyes
sobre las mismas. López Burgos y Hnos., 13 de septiembre de 1930.
d) La Nación no puede ser confundida con una entidad federativa y los
funcionarios de un Estado no son, por consiguiente, los que representan a la
Nación, que es única y está representada por sus órganos federales. Amp.
Adm. en revisión. Manuel Iturriaga, 26 de marzo de 1935.
e) En esta época reciente se ha venido hablando en nuestro país de na­
cionalidad revolucionaria para expresar la vinculación de la Nación con los
postulados de la Revolución de 1910 y la Constitución de 1917.

La nacionalidad y la ciudadanía

La nacionalidad es el lazo jurídico, calidad, pertenencia o vínculo que une


a los seres humanos, en un Estado determinado por haber nacido en el te­
rritorio nacional, o los que adquieren este status, por naturalización. Es por
lo tanto, la adhesión a nuestra nacionalidad y por ello queda sometida a la
soberanía del Estado, como unidad política independiente.
La Constitución también considera mexicanos por nacimiento: a los que
nazcan en el extranjero de padres mexicanos, . de padre mexicano y madre
extranjera, o de madre mexicana y padre desconocido, y, a los que nazcan a
bordo de embarcaciones o aeronaves mexicanas, sean de guerra o mercantes.
(Art. 30 Consto Fracs. II y III.) 22
La razón y fundamento de la nacionalidad surge del jus sanguinis o del
jus solio El primero se determina por la herencia que confiere al hijo la na­
cionalidad de sus padres; el segundo determina la nacionalidad por el lugar
de nacimiento.
De acuerdo con nuestra legislación se sigue un sistema ecléctico, entre el
jus soli y el jus sangllinis.
Algunas veces, como resultado de un criterio marcadamente nacionalista,
la ley se muestra exigente como en el caso del artículo 82 tracción I de la
Constitución, que requiere para ser presidente de la República: 1. Ser du­

22 Peter G. Earle, La nacionalidad mexicana, Cuadernos Americanos, 6, Nov.-Dic.,


1964, pág. 167.
Trigueros S., Eduardo, La naciontzlidad mexicana, Jus, 1940.
Arellano García, Carlos, Derecho Internacional Privado, Ed. 19 ...
Pérez Nieto Castro, Leonel, Derecho Internacional Privado, Harla, 1980.
264 ANORÉS SERRA ROJAS

dadano mexicano por nacimiento, en goce de sus derechos e hijo de


mexicanos por nacimiento.
Los artículos 55 y 58 de la ser
ciudadano rnexu.:,ano, por nacimiento
El artículo 116 constitucional en el respectivo: ordena que "sólo
podrá ser gobernador constitucional de un Estado un ciudadano mexicano
por nacimiento y nativo de él, o con residencia efectiva no menos de cinco
años inmediatamente anteriores al día de la elección ... "
En los estudios sociológicos se han fijado otros caracteres a la naciona­
lidad:
a) Es una conciencia unida al deseo de realizar una vida
en común, particularmente en los vínculos que
al hombre a una comunidad.
b) La nacionalidad representa el supremo ideal del progreso y
cionamiento de una comunidad de la libertad y de la cultura. Una
común animada los ideales de nuestras tradiciones.
c) La es el vínculo que establec2 las relaciones de un
individuo con el Estado.
d) Las entidades federativas no pueden atribuir una nacionalidad.
e) Se reconoce la nacionalidad a las personas morales.
f) Para la naturaleza jurídica de la nacionalidad se consideran
dos tesis: la contractualísta que supone un pacto entre el Estado y el indi­
viduo; y la unilateralista que considera al Estado como único determinante
de la relación establecida.
_ . La necesidad de una nacionalidad ha sido reconocida en la Declara­
ción Universal de Derechos del Hombre de París.
h) La nacionalidad es cuando se relaciona con el
es derivada en los casos de cambio de nacionalidad.
Nuestra legislación administrativa los diversos C:lSOS y problemas
sobre la nacionalidad.
Por lo que se refiere a la ciudadanía como atributo de la nacionalidad,
alude a la calidad y derecho de los ciudadanos. En Ileneral comDrende al
conjunto de los ciudadanos de un con facultad
electoral y consecuentemente para intervenir en la
La ciudadanía es la condición jurídica de una persona con relaci6n al
Estado, que le faculta a intervenir en la formación de la voluntad del Es­
tado y participar en las decisiones fundamentales del mismo.
La ciudadanía natural o básica se refiere a la calidad de ciudadano
se nacer en el territorio nacional, lo cual determina el jus
o bien por de por el principio del jus sanguinis.
Juan Jacobo Rousseau en el "Discurso sobre el de la desigualdad
entre los hombres" consideró que "en cuanto a súbditos las personas que in­
tegran la población se encuentran sometidas a la autoridad política y por
tanto, forman el objeto del principio del poder; en cuanto ciudadanos, par­
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 265

ticipan en la formación de la voluntad general y consecuentemente, son suje­


tos de la actividad del Estado".
NuestraConstituci6n considera tanto el jus sanguinis como el jus solí, en
sus artículos 34 a 38.
Según Savigny "todo individuo precisa de una nacionalidad,por no con­
cebirse el apátrida; la nacionalidad como el domicilio han de ser únicos".
En la sociología política se insiste en el principio de las nacionalidades
que se funda en un "pretendido derecho de un grupo de individuos, que
tienen un origen, un pasado y aspiraciones comunes y viven en un mismo
terri torio, a erigirse en Estado indepenliente".
Por su parte Jaime Maria de Mahieu (Diccionario de Ciencia Política, 2~
edición, pág. 245) al analizar el principio de nacionalidades como un prin­
cipio de la política liberal que confunde Nación y comunidad y concentra
su atención en un único Estado, agrega:
"La aplicaci6n, en el siglo XIX y después de la Primera Guerra Mundial,
del principio de nacionalidades provocó la destrucción de varias comunidades
históricas de Europa, sea por unificación, como en el caso de Italia, sea por
desmembramiento, como en el caso del imperio Austria-Hungría. Constituyó
un poderoso factor de conflictos, tanto por sus éxitos como por sus fallas.
Por un lado, en efecto, incentivó los antagonismos entre comunidades por
reivindicaciones territoriales y, por otra, suscitó tales reivindicaciones al no
conseguir trazar entre las comunidades fronteras que siguieran estrictamente
la distribución geográfica de los conjuntos nacionales. El principio de nacio­
nalidades constituye independientemente de sus efectos históricos, un factor
de regresión política al promover la centralización estatal y al prohibir la
convivencia armónica, bajo un mismo Estado, de comunidades nacionales
cuyas mismas diferencias enriquecerían el conjunto en lugar de provocar con­
flictos."

Los conceptos de población, pueblo y Nacíón en la Constitución


Dos corrientes etnográficas impetuosas se unen en el transcurso de nues­
tra historia para constituir la Nación y la nacionalidad mexicana. 23
La Nación mexicana se circunscribe en los límites desde la historia de la
antigua Nueva España hasta el México independiente.
De la fusión de los grupos étnicos o razas precortesianas con los grupos
hispánicos se originó el tipo social del mexicano.
La mexicanídad o elemento espiritual que caracteriza al mexieano y a
todo lo que lleva impreso el sello de nuestra manera de ser, constituye un

23 Gilberto Loyo, La política demográfica de México, 1935, Ed. Tnranzas, 1 vol"

485 págs.
Gilberto Loyo, La población de México. Estado actual y tendencia, 1950-1980, Mé­
xico, 1960, 1 vo!., 151 págs.
Alired Sauvy, El problema de la población en el mundo de Malthus ti ,Mao Tsc­
tung, Ed. Aguilar, Madrid, 1961, 1 vol., 364 págs.
266 ANDRÉS SERRA ROJAS

proceso social de :--.tegración, cuyas notas características lo distinguen de


otros pueblos.
No debemos incurrir en errores de los cuales después nos lamentemos.
No hemos llegado a un proceso definitivo de nuestra nacionalidad, ni los
demás Estados latinoamericanos, que se ufanan de constituir una Nación.
Esto no quiere decir que cada día se acelere el proc~o de "gestación e incu­
bación de la nacionalidad mexicana".
Analizando este problema ha afirmado Hermann Heller (ob. cit., pági­
na 178): "Sólo en muy raros y breves momentos de la historia es cuando
la Nación es capaz de obrar como unidad política y aun en esos momentos la
unidad nacional no coincide nunca con la totalidad del pueblo."
Los grupos de nuestra población llamados a integrar el concepto de "Na­
ción", se encuentran en grados de evolución desigual, que sería un error
equiparar. El esfuerzo educativo y económico debe, sin duda, encaminarse a
borrar las distancias culturales dando oportunidad a todos a alcanzar formas
superiores de vida. La esencia de un régimen democrático consiste, no en
ahondar las distancias, sino en estimular las oportunidades. Véanse las opi­
niones contradictorias expresadas por don Antonio Caso (Sociología, 2'" edi­
ción, pág. 1936 y Leopoldo Zea, Conciencia y posibilidad del mexicano,
Cap. II.)
Los largos siglos de formación del Estado nacional no condujeron sino
a formas políticas egoístas que explotaron la devoción y el patriotismo de
los pueblos, no precisamente en causas justas. Mas luego se extendió el Es­
tado nacional y fue un móvil de provocación, de inquietud, de constante
incertidumbre. Dividió lo que siempre s~ había mantenido unido. El nacio­
nalismo, afirma Amold J. Toynbee, "es una fuerza política que disgrega a
la raza humana en un número cada vez mayor de unidades cada vez más
pequeñas". (El Mundo y el Occidente, pág. 33, Ed. Aguilar, Madrid.)
Mas en la actualidad el Estado nacional va quedando relegado por no
ajustarse a los nuevos ideales políticos, que ya no se pueden ver en posturas
limitadas, sino en proyeccion~s universales y tratando de lograr una efectiva
convivencia universal. 24

La t'eoría de las clases sociales

La clase social se puede definir, de una manera general, como un deter­


minado tipo de agrupamiento o categoría de personas que se diferencían por
condiciones diferentes, y agrupan por el mismo grado, posición social u ofi­
cios semejantes, en el interior jerarquizado de un orden económico y social,
por su posición profesional o por su fortuna. Todo ello referido a la época

24 "Clases son las vinculaciones basadas en la igualdad de intereses económicos o,


más concretamente, las vinculaciones económ:cas basadas en una misma ltituación eco­
nómica, que se halla determinada necesriamente, a su vez, por el mercado." Freyer,
Introducc-i6n a la sociología, Eds. Nueva Época, Madrid, 1947, pág. 178.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 267

moderna, en que la diferenciación de clases sociales determina la estructura


de la sociedad contemporánea.
Se trata, dice Lucio Mendieta y Núñez (Las clases sociales, Ed. Porrúa,
S. A., 1967), "de un grupo casi organizado en el que sus miembros están
unidos por vínculos económicos y culturales idénticos y en tanto que tales
tienen un nivel de vida semejante, costumbres y maneras análogas y una
mentalidad común".
También podemos precisar el concepto de clase social en un sen ~ido es­
tricto, que es el más referido en la actualidad. De esta manera, clase social
es un estrato social que se caracteriza por ciertos constitutivos sociales como
la posición económica de las familias que la componen, o con base en la
riqueza o en la posesión de los medios de producción, en los modos de vivir,
la estima social de sus miembros, etc .2~
De este modo las clases sociales designan a los grupos de familias que
se diferencÍan por su nacimiento, posición social o por su condición económi­
ca, es decir, sus miembros se encuentran comprendidos dentro de una deter­
minada categoría o se engendran intereses económicos comunes.
Es indudable que la complejidad del Estado liberal capitalista señala a
los medios económicos y a las relaciones económicas, como uno de los fac­
tores fundamentales en la composición de las clases sociales.
Una clase es "el orden o número de personas del mismo grado, calidad
u oficio", o "el orden en que, con arreglo a determinadas condiciones o cali­
dades, se consideran comprendidas diferentes personas o cosas". (Dicciona­
rio de la Lengua Española.) Se expresa también que una clase "es la tota­
lidad de personas que tienen una o más características comunes; unidad
homo~énea dentro de una población; categoría, dentro de una serie, por
la cual pueden ser clasificadas las personas. La clase puede o no denotar la
existencia de una escala jerárquica de prestigio social. Hay clases de edad,
nacimiento, profesi6n, industriales, sociales, ideológicas y rentísticas". Faü-­
child, Diccionario de Sociología.
Tener conciencia de clase es darse cuenta de la clase a la que se perte­
nece, lo cual implica un proceso psicológico de identificación, de pensa­
miento común, de actitudes homogéneas, del grupo de familias con las que
se siente uno vinculado en un plan de igualdad, principalmente por la con­
dición económica.

25 Mendieta y Núñez, Lucio, Las clases sociales, Inst. de Investigaciones Sociales,


UNAM, 2" edición, 1957 : "La clase social está determinada por una combinaci6n de
factores culturales y económicos", pág. 41.
M. Halbwachs, Las ciares sociales, Fondo de Cultura Econ6m;ca, México, Breviario
número 32.
Milovan Djilas, La nueva clase. Un análisis del régimen comunista, Ed. Sudame­
ricana, Buenos Aires, 1957.
Pogolotti, Marcelo, La clase media en México, Ed. Di6genes.
Las clases medias en México, Revista Mexicana de Ciencia Política, núm. 65, julio­
septiembre de 1971.
268 ANDRÉs SERRA ROJAS

Frecuentemente se alude a las siguientes clases sociales: la clase alta (aris­


tocrática y capítali~ta), la clase media e inferior llamada trabaja­
dores de corbata como profesionistas, pequeños industriales y
otros) la clase baja que va desde el indigente hasta el modestÍsimo arte­
sano. clase se sitúa desde el trabajador manual de sueldo
mínimo h;¡sta el obrero calificado de la clase media.
Desde l'l1 punto de vista histórico el concepto de clase se como
siílónimo de casta., y es una que subsiste aún en los pueblos pri­
mitivos. En un dominado sistema social de castas como la India,
ésta aparecía como un grupo y endógamo, con sus rituales carac­
terísticos en materia religiosa. Sin en la actualidad, no podemos
identificar a las clases sociales con las cosas, porque éstas son inaccesibles
y est Micas.
Antiguamente la clase aludía "a un grupo de ciudadanos definidos por
la naturaleza de la función que cumplen en la vida social y por la medida
de las que de tal función obtienen".
ideal de Platón se aludía a tres clases sociales: la de los
o filósofos, la de los guerreros y la de los agricultores o artesanos.
(La República, III. )
Por su porte enumera hasta ocho clases diferentes:
res, artesanos, siervos, agricultoreS, guerreros, jueces, ricos y
magistrados. (La capítulo IV.) Para algunos autores este filósofo
redujo a en con exclusión de los esclavos: los constreñidos
:11 manual y Jos que se han liberado de tal necesidad.
La noción de clase se manifi"sta durante la Revolución Francesa y en la
que la antecede del enciclopedismo.
(Diccionario de Filosofía, 174) formula esta in­
teresante observación:
"En el rigor de la verdad, ya los economistas ingleses, Malthus y Ricardo
habían reconocido la de entre las clases como conse­
cuencia del funcionamiento de las económicas. Marx acepta de estos eco­
nomistas el concepto del fundamento económico de la lucha de clases y de
Hegel el carácter necesario (esto es, históricamente para toda socie­
dad no comunista) de la división en clases."
(Filosofía del Derecho, pág. 200), un estudio severo
de las clases sociales, las cuales obedecen Ha una articulación necesaria de
la sociedad civil, debida sea a una inmediata base particular, es decir al ca­
pital, sea a la actitud de los individuos a su vez condicionada el
fin, a circunstancias debidas a la de las
y de las n'?cesidades materiales y espirituales. Las clases desem­
una importante función de mediación entre el gobierno y el pueblo".
Es indudable que estas ideas de fueron utilizadas por Carlos Marx
y Federico Engels para fundamentar las bases económicas d:::l materialismo
históric0. Desde 1852 Marx adopta estas ideas que resume en una célebre car­
ta cuyas conclusiones son indiscutibles:
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 269

"1. La existencia de las clases está simplemente ligada a fases históricas


particulares del desarrollo productivo; 2. La lucha de clases conduce inevi­
tablemente a la dictadura del proletariado; 3. Esta dictadura misma no cons­
tituye más que el paso a la abolición de todas las clases y a la sociedad sin
clases." (Marx-Engels, Correspondence a Weydemeyer, 1852.)
De acuerdo con las ideas marxistas, la lucha de clases aparece como el
motivo esencial de toda la historia. La conciencia de la dependencia a una
clas~ crea la conciencia de clase; estas contradicciones de los grupos divi­
didos en clases conduce inevitablemente a la lucha de clases. En la descrip­
ción de la sociedad, el Estado aparece en manos de la burguesía, que vive
a expwsas del proletariado. De este modo el Estado es un Estado de clases,
un instrumento del cual se vale una clase para el dominio de toda la co­
munidad. No puede negarse lo inestable de las barreras que dividen a las
clases sociales.
El manifiesto del Partido Comunista es uno de los documentos básicos
en el pensamiento marxista. Sus antecedentes son: La liga de los comunis­
tas, que era una asociación secreta, en el campo obrero e internacional en­
cargó a Marx y a Engels r<Xlactaran un programa detallado del Partido.
Pocas semanas antes de la Revolución de 1848 en Francia fue enviado a
Londres para su publicación y su primera edición fue publicada en alemán.
La afirmación del manifiesto es contundente: "La historia de todas las
sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases." 26
En una nota de Engels a la edición inglesa de 1888 aclara el sentido de
las palabras burgueses y proletarios:
"Por burgueses se comprende a la clase de los capitalistas modernos, que
son los propietarios de los medios de producción social y emplean trabajo
asalariado. Por proletarios se comprende a la clase de los trabajadores asa­
lariados modernos, que, privados de los medios de producción propios, se ven
obligados a vender su fuerza de trabajo para poder subsistir."
"El sistema de producción, condición de la vida material, condiciona el
proceso de la vida social, política e intelectual. Toda la historia humana,
hasta el día, es una historia de lucha de clases. Libres y esclavos, patricios y
plebeyos, barones y siervos, maestros y oficiales; en una palabra, opresores
y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida,
velada unas veces y otras franca y abierta; es una lucha que conduce en cada
etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social, o el ex­
terminio de ambas clases beligerantes."
"La sociedad burguesa será, pues, una sociedad desgarrada por la lucha
de clases. Lucha en la cual el elemento negativo (a saber, el proletariado)
representa a la vez el elemento humanamente más empobrecido (alineación)

u "Las clases son siempre obra de los modos de producción e intercambio, en una
palabra, de lás condiciones económicas de la época", Federico Engels, Socialismo: uto­
pian and scientific, Nueva York, International Puhlishers, 1926, pág. 51.
270 ANDRÉS SERRA ROJAS

y el elemento de más porvenir (por su dinamismo revolucionario)." C . Marx,


Préfase de la Critique de l'economie politiqueo
Por su parte Lenin afirmó:
El Estado es el producto y la manifestación del antagonismo irreconci..
liable de las clases. El Estado aparece donde los antagonismos de las cl.ases
no pueden conciliarse objetivamente y en la medida en que no lo pueden ser.
E inversamente, la existencia del Estado prueba que las contradicciones de
clase son irreconciliables.
"La lucha de clases, dijo Marx, conduce necesariamente a la dictadura
del proletariado; esta dictadura en sí misma constituye solamente el perío­
do de transición hacia la supresión de todas las clases y hacia una sociedad
sin clases." 2'
"La primera etapa en la Revolución obrera es la Constitución del prole­
tariado en clase dominante." (Manifiesto Comunista.) "Desaparecidos los
antagonismos de clase en el curso del desarrollo, estando toda la producción
concentrada en manos de los individuos asociados, el poder político pierde
entonces su carácter político. El poder político, propiamente hablando, es la
fuerza organizada de una clase para la represión de otra clase."
Las ideas de Marx son combatidas por el pensamiento social de la Iglesia
en diversas Bulas pontificias. En una sociedad bien constituida se debe man­
tener la diversidad de clases, sin figurarse ni pensar que son unas clases de
la sociedad por su naturaleza enemigas de las otras. La solución del proble­
ma social no consiste en la lucha de clases, sino en la justicia y la caridad,
en definitiva, es necesario vigilar atentamente y emplear medios eficaces
para que las desigualdades socioeconómicas no aumenten, sino que se ate­
núen lo más posible.

La idea de Nación cultural

El profesor Cotarelo (ob. cit., pág. 82) nos habla de una Nación cultural:
"La idea de Nación que tiene su fundamento en una realidad cultural re­
clama pues como indispensable esta realidad prepolítica que es el grupo
étnico. Determinar cuál es el elemento clave que garantiza la existencia de
éste, estará en función de las circunstancias de cada momento de la posibili­
dad de singularización que mejor garantice .el objetivo de diferenciación per­
seguido por los nacionalistas, como escribe Busquers (Introducción a la Socio­
logía de las nacionalidades, Madrid, Edicusa, 1971, pág. 63): "Al no existir
un hecho sociológico único como base de la nacionalidad, cada nacionalismo
crea su propia teoría de los valores, en la que siempre tiene valor primario,

27 Emile Baas, Introducción crítica al marxismo, Eds. Nova Terra, Barcelona, 1962.
Aron Raymond, La lucha de clases, Ed. Seix Barral, S. A., Barcelona.
Blázquez y otros, Clases y conflictos sociales en la Historia, Editorial Cátedra, S. A.,
Madrid.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 271

el hecho sociol6gico que le sirve de base. ( ... ) El nacionalismo crea una


teoría de los valores distinta en cada Nación y eleva a la categoría de mito
el hecho diferencial que es básico para su propia teoría nacional."

3. EL TERRITORIO DEL ESTADO

El territorio del Estado

Una comunidad es un grupo social coherente unido por fuertes lazos de


solidaridad, que exige una porción geográfica en la que se desenvuelve la
vida de relación. Los factores geográficos como el suelo, el clima, la topogra­
fía del terreno, las regiones montañosas, la naturaleza de su suelo, las pra­
deras y bosques, los litorales marítimos, las tierras frías y calientes, las llanu­
ras o desiertos ejercen una influencia determinante sobre la vida social, sobre
todo, cuando el grupo se hace sedentario, permanece estable y se fija en un
lugar determinado. Nos dice Burdeau (Método de la Ciencia Política, Ed.
Depalma, 1964, pág. 281): "El suelo es para el hombre un verdadero maestro
de la vida; le impone leyes y orienta sus deseos." Jellinek nos dice, ob. cit.,
pág. 44, que el Estado es aquel que posee una extensión territorial y dotado
de un poder de mando originario.
El territorio o marco territorial es el área geográfica que le sirve de asien­
to, o como ha afirmado Kelsen "no es en realidad otra cosa que el ámbito
espacial de validez del orden jurídico del Estado". (Hans Kelsen, Teoría
General del Derecho JI del Estado, Imp. Un. México, 1949, págs. 218 y sigs.).
Bajo otro punto de vista para Hermann Heller (ob. cit., pág. 295), "el tlJrri­
torio es la condición geográfica del obrar estatal, es decir, el territorio esta~
blece la c.omunidad de destino en la Tierra".
Esto quiere decir que ese orden jurídico es limitado y que "las medidas
coactivas, las sanciones establecidas por ese orden tienen que ser aplicables
únicamente en ese territorio y ejecutarse dentro de él".
La palabra territorio viene de terra patrum, la tierra de los antepasados.
Por su parte el profesor Groppali asegura "que no deriva como se cree co­
múnmente de 'terra', sino de teTrO territo, que significa espanto, atemori­
zación".
Algunas opiniones afirman que no podemos considerar al territorio como
un elemento del Estado, como no podemos considerar el suelo que pisamos
o los alimentos que ingerimos, como formando parte de nuestra propia per­
sonalidad.Hay una connotación política del territorio que es necesario de­
terminar, pues no existe un Estado sin territorio. Una población n6mada,
puede tener un poder organizado, pero no es un Estado.
Mas debemos ponernos de acuerdo en nuestra terminología. El territorio
es fundamental para la concepción del Estado, mas no como un elemento o
ingrediente del mismo. El aire es un factor indispensable de nuestra vida, mas
272 ANDRÉS SERRA ROJAS

no afirmamos 'que es un elemeot:o del hombre. Nos concretamos a establecer


la relación que se mantiene entre el territorio y el orden jurídico relativo.
Todo Estado debe poseer un territorio como un supuesto imprescindible
de su organización, de las funciones que le corresponden, de los servicios
que atiende y de su competencia para regularizar, co'o rdinar y controlar la
acción administrativa, ya que no hay Estado sin territorio. El territorio no
es inmutable pues puede variar y aun pasar al dominio de otro Estado, total­
m~nte o en partes. Los ejemplos que se han puesto de Estados sin territorio,
corresponden no a esa forma política, sino a grupos sociales que se dispersan
sobre la Tierra anhelando formar su propia organización como en el caso,
del Estado de Israel, en que una Nación milenaria realiza por fin su anhelo
de establecerse sobre el territorio de P.alestina.
CarrédeMalberg, ob. cit., pág. 1920, nos dice:
"Una comunidad nacional no es apta para formar un Estado, sino mien­
tras posea un suelo, Una superficie de tierra sobre la cual pueda afirmarse
como dueña de sí misma e independiente, es decir, sobre la cual pueda, al
mismo tiempo, imponer su propia potestad y rechazar la intervención de toda
potestad ajena."
Hay 'territorios que no suponen necesariamente la existencia de un Es­
tado, pues son simples formas políticas que no han evolucionado lo suficiente
para constituir un orden jurídico superior y soberano. "La existencia del Es­
tado depende de la pretensión, de parte del mismo, de tener un territorio
propío.'; (WiIloughby, Fundamentals concepts o{ Public Law, pág. 64.)
Ejemplo de todo lo anterior son las jóvenes comunidades africanas de nues­
tros días, que poco a poco se van transformando en Estados, e ingresan a la
comunidad deola organización de las Naciones Unidas.
Por lo que se refiere al territorio nacional, es aquella porci6n de la super­
ficie terrestre en el Continente nacional, en la cual el Estado mexicano ejer­
ce en forma exclusiva su soberanía y sirve de apoyo y unidad a nuestras ins"
tituciones; sujeta a la población al poder estatal y no tolera ' intromisiones
indebidas de otros poderes.
El Derecho internacional moderno sigue afirmando al' territorio como
uno de los elementos esenciales del Estado, en sus dos aspectos generales:
como una cosa sobre la que el Estado tiene derecho exClusivo y como asiento
de las relaCIones de autoridad. Nunca han sido tan celosos los Estados como
en los problemas relacionados con la integridad de su territorio, pues a ellos
se vinculan los problemas de la soberanía. En ocasiones hasta el vuelo equi­
vocado o intencionado de 'un avión es suficiente para desencadenar una con­
tienda mundial. El territorio fija el límite dentro del cual se ejerce la com­
petencia de los órganos del Estado y es un factor indispensable para su
desarrollo.
Mucho ha evolucionado el concepto de territorio desde las formas polí­
ticas primitivas en que el territorio no tenía importancia alguna, hasta el
mundo moderno en que no se concibe un Estado sin temtorio para su de­
senvolvimiento. La geografía se vincula al territorio, la cual realiza la descrip­
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 273

ción de la Tierra para dar paso a la ciencia de la superficie terrestre y de


todo .10 que en ella ·se origina como su influencia en las institucio11es políticas.
Por su parte el profesor Cotarelo, ob. cit., pág. 39, comenta:
"Tradicionalmente, ~e ha venido concediendo al territorio del Est:1do, las
notas de unidad, indivisibilidad, impenetrabilidad e inalienabilidad; aunque
en lo dicho hasta aquí se ha aludido ya a estas 1l0ta~, ,·amos a decir unas
brevísimas palabras sobre ellas. La nota de unidad no hace referencia a la
continuidad material dd territorio e,tatal ni a la oblig:1toria existellc;;} de
idénticos regímen;:s administrativos, sino a la unidad jurídica que Si" debr.
producir en el mismo. La indivisibilidad se opone a la libre parcelacir';lI del
territorio por voluntad del soberano, como podía ocurrir en las monarquías
tradicionales que entendían aquél como un patrimonio a ~lJ libre disposición;
a este tipo de indivisibilidad no hac;: referencia al tema. La i71l!Jenetraúilidad
hace referencia al carácter excluyente, que antes se indicaba, del poder de un
Estado sobre su territorio, lo que autoriza a ese Estado a rechazar cualquier
intf~rvención externa salvo supuestos especiales (extraterritorialidad. ocupación
militar, etc.). Por inalienabilidad se entiende la prohibición de, rn palabras
de Pérez Serrano: 'la cesión patrimonial del territorio, al menos la que ori­
gina d ~ strucción del Estado, y cortapisa y dificulta con trabas legales cual­
quier otra minoración del territorio mismo' ."

Las fronteras del Estado

Las fronteras son las delimitaciones territoriales, naturales o utificialcs,


de un Estado o de cualquier otra forma política. Las fronteras naturales son
los mares, ríos y montañas entre los países o los signos mat~ri:lies que prec:­
san los límites como los monumentos, mojoneras, zanjas, etc.
Las fronteras de un Estado se demarcan por medio de tratados interna­
cionales r las convenciones sobre arreglos de límites, cuando colindan con
otro Estado, o en general en su propia Constitución y las leyes que fijan las
características de esas fronteras. Históricamente es un concepto relativam;:nte
moderno, acrecentado por las luchas de los pueblos. Las fronteras son un
medio para caracterizar la personalidad del Estado.
Un doble interés s~ deduce del concepto de frontera: a) Por una parte
fija la porción de la corteza terrestre en la que se ejerce exclusiv:1mente la
soberanía interna de un país, señalando los límites de su competencia y el
ámbito de protección de los súbditos. b) Es también el límite de su sobera­
nía exterior o independencia con respecto a otros Estados.
"Una de las conclusiones más profundas de la nueva geopolítica, afirma
Hermann Heller (ob . cit.) pág. 161), es en la que no existen fronteras natu­
rales del Estado, sino que todas las fronteras polít!cas son zonas y lindes arbi­
trarios artificiales, es decir, queridos por los hombres, nacidos de las rela­
ciones d~ poder y d.e las manifesiaciones de voluntad de los que trazan las
fronteras."
274 ANDRÉS SERRA ROJAS

Algunos afirman que el territorio es un objeto indirecto de dominio.


En definitiva el Derecho sobre el territorio no es sino un reflejo del rm­
perium sobre las personas.
Los problemas de límites territoriales entre los Estados asumen propor­
ciones de gravedad y son fuente constante de mala vecindad y de conviven­
cia violenta.
Las fronteras del Estado mexicano con Estados Unidos de Norteamérica,
con Guatemala y con la Gran Bretaña están determinadas por tratados in­
ternacionales.
El 22 de febrero de 1819 se celebró un tratado de límites entre España
y los Estados Unidos de América. Durante el México indep~ndiente se cele­
bró un tratado análogo firmado en Washington el 12 de enero de 1828, de­
clarado insubsistente.%8 El Tratado de Guadalupe Hidalgo de 2 de febrero
de 1848 y el Tratado de la Mesilla de 30 de diciembre de 1853 sirven de base
definidora de límites entre ambos países. Arreglos posteriores han compren­
dido el tratado de aguas, la devolución del Chamizal, el problema de la
salinidad del río Colorado, y sus efectos en el valle de Mexicali, la zona
de la Agostura y otros arreglos de las Comisiones de Límites. 29
Las fronteras del Estado mexicano comprenden: las fronteras terrestres
7784 kilómetros y las fronteras fluviales 1946 kilómetros.

La medida y la ubicaci6n del Estado

Los Estados modernos son desiguales en cuanto a su extensión territorial


y se ofrecen contrastes entre las enormes extensiones territoriales de la Unión
Soviética, Jos Estados Unidos de Norteamérica o China y las pequeñas exten­
siones de la Ciudad del Vaticano, San Marino, Mónaco o Luxemburgo.
El tránsito del nomadismo a la sedentariedad social, señala el inicio del
desarrollo del territorio por razones económicas, militares, sentimentales y
otros de diversa ~aturaleza. El territorio es entonces "la tierra de los padres",
Terra PatTum, lugar que nos proporciona el sustento y encierra nuestras más
caras tradiciones. Siempre acompaña a la vida del hombre el recuerdo del
lugar en que nació. Los apátridas son los huérfanos de la humanidad, fruto
de las luchas e incongruencias sociales.
Hasta el siglo XVI, era de la constitución de las grandes nacionalidades
europeas, el territorio se precisa y deslinda y van desapareciendo aquellas

28 Carlos Bosch García, Historia de las relaciones entre México y los Estados Unidos,
1810-1848, Esc. Nac. de C. Pol6., UNAM, 1961.
Carlos Bosch García, Material para la Historia Diplomática de México, México y
los Estados Unidos, 1820-1848, UNAM, 1957.
29 TrtJtados y Convenciones vigentes entre los Estados Unidos Mexicanos y otros
países. Diversas publicaciones, Secretaría de Relaciones Exteriores.
César Sepúlveda, La frontera norte de J.Uxico, Ed. Poma, S. A.
- Raúl A. Fernánde:z:, La frontera Mlxico-EUA, Ed. Terra Nova, 1980.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 275

zonas imprecisas, indelimitadas que hoy llamaríamos "la tierra de nadie"


Las cartas goográficas inician el parcelamiento de los territorios y el hombre
hace entrar a su vida efectiva y no sólo econ6mica, aquel pedazo del planeta
que él llama con emoción profunda su "patria".
A partir de ese momento el territorio sufrirá todas las vicisitudes de las
contingencias históricas. El Estado es uno, cualquiera que sean los aumen­
tos o disminuciones de su territorio. Francia ha visto perder y vuelto a re­
cuperar los territorios de Alsacia y la Lorena en varias ocasiones. Ha visto
invadido su territorio por fuerzas extranjeras, sin que se hubiera destruido
la unidad y espíritu de este pueblo excepcional.
El territorio ejerce una influencia evidente en la manera de ser de los
pueblos, que se ven obligados a adaptarse a las condiciones territoriales, cuan­
dos los envuelven los acéanos, los rodean dos grandes macizos montañosos o
se benefician de los ríos, lagos, praderas y bosques. Las civilizaciones han
florecido junto a los ríos y las grandes ciudades d~ todo el mundo, con fre­
cuencia las localizamos en las márgenes de ríos importantes.
La tierra sigue señalando el drama del hombre y su apropiación o apro­
vechamiento, es fuente de profundas desavenencias sociales. La tierra es una
y las necesidades sociales enormes, mas el hombre no ha podido encontrar
una fórmula social para dar a todos lo que no es posible que posean unos
en particular. El hombre, suicida de su destino, sigue haciendo suntuosas
obras urbanas, y al olvidar la riqueza de los campos y los derechos de sus
hombres, añade un elemento más a las incongruencias políticas y sociales que
caracterizan a esta época qu~ nos ha tocado vivir.

La Constitución Política y el territorio nacional

La Constitución Mexicana de 1917 consagra en su articulado todos los


principios políticos del mundo moderno, encaminados a la realización de
los postulados de la Revolución de 1910, y los posteriores consignados en sus
enmiendas.
La Constitución reconoce los elementos o supuestos del Estado. Por lo que
se refiere al territorio éste aparece como una propiedad del Estado, un De­
recho real público que tiene su origen desde la época de la Colonia en la
Constitución del real patrimonio. Nuestra Constitución fija los caracteres
del mexicano, del ciudadano, del extranjero y determina su posición frente
al Poder del Estado. Por otra parte, la Constitución establece la división de
los poderes, sus funciones, sus limitaciones y establece los procedimientos
efectivos, juicio de amparo, para que el ciudadano goce de las garantías que
la Constituci6n le otorga.
La superficie total del territorio nacional es de 1 972 546 kilómetros cua­
drados.
El desarrollo de las costas y fronteras de la nación mexicana es de 13 098
kilómetros.
276 ANDRÉS SERRA ROJAS

El Estado más extenso de la República es el Estado de Chihuahua con


245612 kilómetros cuadrados y el más pequeño es el Estado de Tlaxcala
con 4027 kilómetros cuadrados; en tanto que el Distrito Federal ('uenta con
1483 kilómetros cuadrados.
Decía magistralmente Francis Bacon en sus ensayos y a propósito del
imperio: "Miserable es el estado de ánimo de aquel que tiene pocas cosas
que desear y muchas que temer."
Las entidades federativas mexicanas han nacido bajo el designio de la
incomprensión, del olvido y de la injusticia, frente a un centralismo político
desmedido que ha aniquilado la vida de la provincia. La política de los go­
biernos revolucionarios han emprendido una labor de inmensas proporciones
para acerca la periferia al centro, por medio de grandes obras viales, edu­
cativas, hidráulicas, etc. El progreso en las comunicaciones ha acercado con­
siderablemente los problemas lejanos, que son objeto de ambiciosos sistemas
de planificación, desarrollo e integración.
Cuando en 1824 concurren las provincias al Congreso constituyente para
dar forma al Estado federal que habían reconocido en declaraci6n anterior,
esas entidades federativas lo eran sólo de nombre.
Las antiguas intendencias, imprecisas, irregulares, ingobernables, de enor­
me exte-nsión territorial no habían alcanzado ni la madurez política ni la
madurez económica.
En .aquellas regiones incomunicadas, mal gobernadas y peor administra­
das vivía un pueblo fruto del mestizaje de dos razas : la indígena y la hispá­
nica. La primera había conservado todos sus problemas y el indolente ma­
c,ehualli no se hacía el ánimo de construir otra cultura o el medio que las
rodeaba era insuperablemente hostil para lograr una evolución más rápida.
Allí quedaban para siempre en pirámides, palacios, reductos, casas, las ruinas
de un mundo que pudo ser emporio de civilización y de riqueza.
Por otra parte, el hispano con sus vírtudes y defectos, era dominado por
un profundo idealismo, un misticismo religioso y una tendencia conserva­
dora que como en el Ecce horno de Arturo Graf, ven la vida como un nego­
cio de tal índole que nunca se hace en ella una ganancia que no vaya acom­
pañada de alguna pérdida.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos alude al terri­
torio nacional en el título segundo, capítulo segundo de la misma, denomi­
nado: "De las partes integrantes de la Federación y del Territorio Nacional",
artículos 42 a 48.
El territorio nacional comprende:

1. El de las partes integrantes de la Federación;


11. El de las islas, incluyendo los arrecifes y cayos en los mares adyacentes;
III. El de las islas de Guadalupe y las de Revillagigwo situadas en el
Océano Pacífico;
IV. La plataforma continental y los zócalos submarinos' de las islas, ca­
yos y arrecifes;
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 277

los mares territoriales en la extensión y términos que


internacional y las marítimas
AJ"""'-UV y
situado sobre el territorio nacional, con la extensión
modalidades que establezca el Derecho internacional. Artículo
de la Constitución.

Artículo 43. Las integrantes de la Federación son los Estados de


Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Coahui­
la, Colima, Chiapas, Duranyo, Guerrero, Hidal­
go, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nuevo León,
Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Tabas­
co, Tamaulipas, Veracruz, Zacatecas, Distrito FederaL
Artículo 44. El Distrito Federal se del territorio que actual­
mente en el caso de que los federales se trasladen a otro
lugar, se en Estado del Valle de con los límites y extensi6n
que le Congreso General.
Artículo 45. Los Estados de la Federación conservan la extensión y límites
que hasta hoy han tenido, que no haya dificultad en cuanto a éstos..
Artículo 46. Los Estados que tuviesen pendientes cuestiones de
las arreglarán o solucionarán en los términos que establece esta Constitución.
Artículo 47. El Estado de Nayarit tendrá la extensión territorial y límites:
que actualmente el Territorio de
Artículo 48. Las islas, los cayos y arrecifes de los mares que
al territorio la plataforma rnntl:n"'n los zócalos sub­
marinos de las de los cayos arrecifes, los mares las aguas
marítimas interiores y el espacio sobre el territorio
df'rán directamente del gobierno de la con
islas sobre las que hasta la fecha hayan jurisdicción
Hemos indicado que el territorio es una porción delimitada de la corteza
terrestre, mas es necesario insistir en todos los elementos que concurren a una
determinación del territorio.

Estudios de los dominios del Estado

Tanto la Constitución como el orden jurídico en enumeran los


diferentes dominios que el territorio. Ellos son los

a) El dominio terrestre;
b) El dominio marítimo;
e) El dominio del subsuelo;
El dominio
e) El dominio de las aguas;
f) La plataforma continental y los zócalos submarinos;
278 ANDPÉS SERRA ROJAS

g) Las playas marítimas;

h) La zona marítima;

i) La zona exclusiva.

a) El dominio terrestre

El dominio terrestre comprende la extensión limitada de la superficie só­


lida y descubierta del territorio nacional.
El artículo 27, párrafo 1 de la Constitución ordena: "La propiedad de las
tierras yaguas comprendidas dentro de los lEmites del territorio nacional co>­
rresponde origina~mente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de
transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad
privada."
Un Derecho excepcional de soberanía de la Nación sobre su territorio de­
termina el enunciado del artículo 27 párrafo tercero de la Constitución: "La
Nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada
las modlllidades que dicte el interés público así como el de regular el apro­
vechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación para ha­
cer una distribución equitativa de la riqueza pública y para cuidar de su
conservaclOn ...
a , "

De acuerdo con estos preceptos debe distinguirs2: a) La propiedad pú­


blica o propiedad del Estado; y b) La propiedad privada subordinada al
interés general.
Debe observarse que el precepto constitucional distingue entre "tierras"
y "territorio nacional". Las tierras son la parte superficial de nuestro terri­
torio, que no es ocupada por el mar o por las aguas internas, que tienen su
propio régimen jurídico; es decir, es esa capa superficial de materia inorgá­
nica desmenuzada de que principalmente se compone el suelo nacional.
El concepto de nuestra Constitución se acerca en mucho a la teoría del
territorio objeto, con su lógico antecedente medieval del "dominio eminente"
concepto divulgado por los españoles en la Colonia.

b) El dominio marítimo o mar territorial, marginal o mar litoral


Este concepto fue estudiado con anterioridad por el padre Vitoria y por
Hugo Grocius.
El mar territorial está constituido por la faja de mar que se extiende
desde las playas hasta el alta mar libre, una extensión marítima que abar­
ca desde las costas hasta el límite del mar abierto. Antiguamente esta distan­
cia se señalaba por un tiro de cañón, pero el adelanto técnico de la artillería,
no permite adoptar este criterio. A este concepto debemos agregar el espacio
aéreo, el lecho y el subsuelo marítimo.
El mar es una vasta aglomeración de agua salada que cubre la parte más
grande del globo. Estas aguas bañan los litorales de los Estados con excep­
ción de aquellos que no tienen salida al mar como Suiza o Bolivia.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 279

El Estado mexicano es bañado por diversos mares en un largo recorrido


de más de diez mil kilómetros de playas. Los más importantes de esos mares
son el Océano Atlántico que se interna en el Golfo de México, el Mar de
las Antillas, el Océano Pacífico y el Mar de Cortés.
El enunciado del artículo 27 párrafo quinto de la Constitución ordena:
"Son propiedad de la Nación las aguas de los mares territoriales en la exten­
sión y términos que fije el Derecho internacional; las aguas marinas interi<>­
res; las de las lagunas y esteros que se comuniquen permanente o intermi­
tentemente con el mar", etc.
También el artículo 42 fracción quinta de la Constitución señala como
parte del territorio nacional: "Las aguas de los mares territoriales en la ex­
tensión y términos que fije el Derecho internacional y las mari timas in te­
riores."
Los antecedentes legislativos sobre el mar territorial en nuestra legisla­
ción parten del Tratado de Paz, Amistad y Límites realizado con los EVA
en 1848, lo mismo que el Tratado de la Mesilla de 1853.
La primera ley que alude al mar territorial es la que figura en el Esta­
tuto Provisional del Imperio mexicano de 10 de abril de 1865. El artículo 51
del mismo expresa: "que forman parte del territorio de la Nación, el mar­
territorial conforme a los principios reconocidos por el Derecho de gentes y
salvas las disposiciones contenidas en los tratados". Este texto no estuvo vi­
gente por la desaparición del Imperio.
La Constitución de 1857 no hace alusión al mar territorial.
La Ley de Bienes Inmuebles de la Federación de 18 de diciembre de 1902
en su artículo 4 fracción 1, estableció: "Son bienes de dominio público o de
uso común dependientes de la Federación, los siguientes: 1. El mar territ<>­
rial hasta la distancia de tres millas marítimas, contadas desde la línea de
la marea más baja en la costa firme o en las riveras de las islas que forman
parte del territorio nacional ... "
El proyecto de Constitución del presidente Carr-anza estableció en el ar­
tículo 42: "El territorio nacional comprende el de las partes integrantes de
la Federación y, además, el de las islas adyacentes en ambos mares." El ar­
tículo 48 ordenó: "Las ideas adyacentes de ambos mares que p;!rtenecen al
territorio nacional, dependerán directamente del gobierno de la Fed"ración."
Ambos preceptos fueron adicionados y reformados por el Constituyente
de 1917. Al artículo 42 se le adicionó: " ... Comprende, asimismo, la isla de
Guadalupe, y las de Revillagigedo, y la de La Pasión, situadas en el Océano
Pacífico." En cuanto al artículo 48 se ordenó: "Las islas de ambos mares que
pertenezcan al territorio nacional dependerán directamente del gobierno de
la Federación, con excepción de aquellas sobre las que hasta la fecha hayan
ejercido jurisdicción los Estados."
Por reforma constitucional al artículo 42 de la miSIIJa publicada en el
Diario Oficial d~ la Federación de 18 de enero de 1934 se eliminó la men­
ción de la ISla de la Pasión, a consecuencia del laudo del rey de Italia que
pasó al dominio de Francia.
280 ANDRÉS SERRA ROJAS

En la Constitución de el artículo 27 párrafo quinto ordenó: "Son


de la Nación las de los mares territoriales en la extensión
que fija el D::recho internacional ... "
Por reforma constitucional del 20 de enero de 1960 el articulo
detallado en los términos: El territorio nacional """,,,,,,,,,,,.1
de las integrantes de la Federación: Il. El de las
arrecifes y cayos en los mares
y las de Revillagigedo situadas en el Océano Pacífico;
continental y los zócalos submarinos de las islas, cayos y
aguas de los mares territoriales en la extensión y limites que el Derecho
internacional y las marítimas . y VI. El espacio situado sobre el te­
rritorio nacional, con la extensión y modalidades que establezca el propio
Derecho internacional.
La Ley General de Bienes Nacionales (D.O.F., del 3 de julio de 1942, re-
en el D.O.F., del 26 de de 1944 en su artículo fracción II.
señala entre los bienes de uso común: Art. 17. n. El mar territorial. Éste

1'l Las aguas hasta la distancia de nueve millas marítimas


16 668 metros), desde la línea de la marea más en la costa
en las riberas de las islas que forman parte del territorio en
los esteros que se comunican con el mar, permanente o intermitentemente
yen los ríos que desembocan en el mar; y
29 Las aguas interiores que se extiendan desde el límite de las áreas mar­
hasta tierra firme. En las aguas adyacentes al mar territorial. hasta
distancia que fijen las especiales, la Federación
medidas de policía o para su defensa que estime oportunas.
La Ley General de Bienes Nacionales vigente, D.O.F., del 8 de enero
de en su artículo 29 fracción s~ñala entre los bienes de uso común:
"El mar territorial hasta una distancia de doce millas marinas 224 me­
... ", la fracción del mismo precepto alude a las aguas marítimas
interiores.
La Ley de Vías Generales de del 28 de sepueIIlOI
de 1932 que ha sufrido diversas artículo 1Q al enumerar las
Vías Generales de Comunicación señala: Los mares territoriales en la ex­
tensión y términos que establecen las leyes y el Derecho internacional.
También la de de Propiedad Nacional al señalar en el artícu­
lo 1Q las Aguas de Nacional: enumera 1. Las de los mares territo­
riales en la extensión y términos que fije el Derecho internacional.
Debemos señalar que los libres que facilitan el comercio entre
los y el desarrollo económico de una zona, son meras tolerancias de
un sin que en caso prescinda del de su soberanía.
El gobierno mexicano suscribió la Convención sobre el mar territorial
y la rona contigua, la Convención sobre la alta mar y la Convención sobre
pesca y conservación de los recursos vivos de la alta mar, normas que esta­
b:ecen nuevos tratamientos iurídicos internacionales a estas materias.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 281

Hasta hoy no se han detenninado en fonna unánime las nonnas interna­


cionales de la extensión mar pues en tanto que Mé­
xico, Venezuela y los paísc. africanos fijan el límite máximo de las
territoriales en doce millas y dentro de ese límite serían libres para
cer la extensión que juzgasen conveniente; los Estados Unidos y Canadá re­
ducen el máximo a seis con seis donde los Estados
costeros en exclusividad el Derecho de pesca.
El Derecho administrativo que es el que actualmente hasta
que el Derecho internacional fije en fonna la extensión d"l mar
territorial, contiene una disposición expresa ese límite, o sea el citado ar­
tículo ·18 párrafos y de la fracción II, extendiendo a doce
millas marinas la anchura del mar territorial.
Muy importante es la nueva Convención sobre los derechos del mar,
aprobada un numeroso grupo de Estados, con excepción de los EUA
y otras D.O.F. del 1Q de de 1983.
También hemos de mencionar zona económica exclusiva regulada por
el artículo 27 constitucional.

e) El dominio del subsuelo


El subsuelo es la inmediata tierra vegetal.
El artículo 27 cuarto de señala cuáles son las
materias que comprende el subsuelo:
"Corresponde a la nación el dominio directo de todos los recursos natura­
les de la platafonna continental y los zócalos submarinos de las islas; de to­
dos los minerales y sustancias en vetas, mantos, ¡-:-lasas o yacimientos, cons­
tituyan cuya sea distinta de 10$ componentes de los te­
rrenos, tales como los minerales de los que se metales y metaloides
utilizados en la industria; los de piedras preciosas, de sal de gema
las salinas formadas directamente por las los productos
de la descomposición de las rocas, necesite
trabajos subterráneos; los yacimientos minerales u orgamcos
de ser utilizadas como fertilizantes; los combustibles minerales
. el petróleo y todos los carburos de hidrógeno líquidos o gal¡eO!¡OS,
y el espacio situado sobre el n:1cional, en la extensión y
que fije el Derecho internacional."

d) El dominio aéreo
aéreo la columna de alre encerrada en el
elevadas como decían los romanos us que ad
sidera.
Numerosas han sido las opiniones para la naturaleza oel espacio
aéreo y los límites hasta donde pueda extenderse la soberanía de un Estado,
principalmente en lo que respecta a la aplicación de la nacional.
282 ANDRÉS SERRA ROJAS

Entre las más importantes opiniones podemos señalar las siguientes: a) La


tesis que admite la completa libertad del espacio; b) La que divide el espacio
aéreo en dos porciones: la primera formando parte del territorio de un Es­
tado; la segunda la que corresponde al espacio libre no sujeta a la legisla­
ción nacional del Estado subyacente, sino regulada por principios de Derecho
internacional; e) La tesis del dominio absoluto del Estado sobre el espacio
aéreo que cubre su territorio.
El artículo 27 párrafo cuarto de la Constitución señala entre los bienes
de dominio directo de la Nación "el espacio situado sobre el territorio nacio­
nal, en la extensión y términos que fije el Derecho internacional".
El artículo 42 fracción VI de la Constitución señala como parte del terri­
torio nacional: "El espacio situado sobre el territorio nacional, con la exten­
sión y modalidades que establezca el propio Derecho internacional."
Sin embargo, aunque existen numerosas opiniones sobre lo que debe en­
tenderse por dominio aéreo o espacio aéreo, los esfuerzos de la Organización
de las Naciones Unidas no han logrado poner de acuerdo a los Estados sobre
la naturaleza y extensión de este dominio.
El artÍCulo 29 fracción I de la Ley General de Bienes Nacionales men­
ciona entre los bienes de uso común: El espacio situado sobre el territorio
nacional, en la extensión y modalidades que establezca el Derecho interna­
cional.

e) El dominio de las aguas

El artÍCulo 27 párrafo quinto de la Constitución hace un amplia enume­


ración de cuáles son las aguas propiedad de la Nación.
De acuerdo con este precepto, las aguas se pued~n clasificar: en a) aguas
públicas; y b) aguas privadas.
Las aguas públicas comprenden la casi totalidad de las aguas disponibles
en el territorio nacional.
Las aguas privadas son aquellas a que alude el artículo 27 en su párrafo I
de la Constitución, las aguas del subsuelo que pueden ser libremente alum­
bradas mediante obras artificiales y apropiarse por el dueño del terreno en
los casos señalados por la Constitución y las aguas pluviales que son propie-­
dad de la persona sobre cuyo fundo caen.

f) La plataforma continental y los zócalos submarinos

El artículo 27 párrafo cuarto de la Constitución s~ñala entre los bienes


de dominio directo de la Nación: "todos los recursos naturales de la plata­
forma continental y los zócalos submarinos de las islas".
También el artÍCulo 12 fracción cuarta señala como parte del territorio
nacional: "La plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas,
cayos y arrecifes."
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 283

La plataforma continental o submarina está constituida por el lecho y


subsuelo de las áreas submarinas a la costa, pero fuera del mar
territorial hasta una de doscientos metros o, más allá de ese
límite hasta donde la profundidad de las aguas que la cubran la
de dichas áreas, (Convención sobre la plataforma continental,
también adoptada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Dere­
cho del mar, en Ginebra en artículo 19 ,)
También la continental o el lecho y
subsuelo de similares áreas submarinas a las costas de las islas.
El mexicano suscribió recientemente la Convención sobre la
plataforma continental en la que se establece el y condiciones de
la continental.
acuerdo con dicha convención la continental
a) El lecho del mar y el subsuelo de las zonas submarinas adyacentes a las
costas pero situadas fuera de la zona del mar territorial, hasta una profun­
didad de 200 metros o, más allá de este hasta donde la profundidad
de las permita la de los recursos natura­
les de zonas; b) El lecho del mar y el subsuelo de las sub­
marinas análogas, a las costas de las islas.
El 20 de octubre de 1945 el Gobierno de México formuló la siguiente
declaración: la cual reivindica toda la o zócalo continental
adyacente a sus costas y todas y cada una de riquezas naturales conocidas
e inéditas que se encuentren en la misma, y a la aprove­
chamiento y control de las zonas de pesqueras necesarias a la con­
servación de tal fuente de bienestar. En 1958 México participó en la Confe­
rencia de Ginebra sobre el Derecho del Mar. Estas reuniones se han venido
celebrado

Las playas marítimas


Las marítimas, entendiéndose tales las partes de tierra que por
virtud marea cubre y descubre desde los límites del mayor
reflujo hasta Jos límites del mayor ,,,,,,,,,,:;;:,. Art. 29 frac. IV. LGBN.

h) La zona marítima federal terrestre y los terrenos ganados al mar


La zona marítimo-terrestre forma parte de los bienes de dominio público
de la Federación la ley los clasifica también como bienes de uso común.
o-t.f'rl'f'_'1trf' es la de veinte metros de ancho de tierra
firme contigua a las playas del mar o de las riberas de los
desde la desembocadura de éstos en el mar, hasta el punto río arriba donde
llegue el mayor flujo anual. Art. 29 frac. V. LGBN.
También la considera como zona marítimo-terrestre las riberas y zo..
nas federales.
Diversas jurídico de la zona marítimo-terrestre, des­
de luego el V de la Constitución; lo mismo que la Ley
284 ANDRÉS SERRA ROJAS

General de Bienes Nacionales, la Ley de Aguas de Jurisdicción Federal, y la


Ley General de Vías de Comunicaci6n.
El artículo 54 de la LGBN alude a los terrenos ganados al mar.

La doble funci6n del territorio

a) La funci6n negativa: como límite de competencia territorial en fron­


teras, espacio, mares, costas, tierras, frente a los otros Estados y dentro de la
cual se ejerce el Poder.
b) La función positiva: como asiento del poder, tanto desde el punto
de vista interior como exterior para realizar sus fines fundamentales.
Es frecuente reconocer una doble función al territorio. En primer término
el territorio es una delimitaci6n política, porque señala el ámbito dentro del
cual se ejercer el poder del Estado.
También hay un aspecto negativo del territorio que señala el dominio
o zona prohibida para los demás Estados. Un Estado soberano no puede
tolerar intromisiones indebidas en su territorio, como él se encuentra obli­
gado a respetar la integridad territorial de sus vecinos o el territorio de cual­
quier otro Estado.
Debe señalarse la impenetrabilidad del territorio que relaciona a un Es­
tado 'Con su soberanía, es decir, en un territorio s610 puede existir un Estado,
aunque la doctrina menciona numerosos casos que pueden alterar este prin­
cipio, por m~dio de tratados, ocupaciones violentas y otros.
En el interior de un Estado circunscrito territorialmente el poder público
nacional ejerce su soberanía. Los artículos 42 al 48 de la Constituci6n preci­
san qué es lo que comprende el territorio nacional.
Esta soberanía interna se traduce en el gobierno de una población a cargo
de la cual corren obligaciones de Derecho público como la de pagar los im­
puestos, subordinarse al régimen de policía, cumplir con los deberes políticos,
som"terse a los tribunales, y en general, cumplir con lo que dispongan las
leyes. Hay un aspecto de la actividad del Estado que se rige por disposiciones
de orden internacional. Ningún Estado puede violar la soberanía de otro, si
no es con su pleno y expreso consentimiento.
El principio de reciprocidad y de convivencia internacional obliga a los
Estados a una cordial colaboración. Si un individuo comete un crimen en
un país y hUF a otro país, los tratados de extradición que se celebran de
acuerdo con las normas constitucionales, permiten el arresto del delincuente
y su traslado al país que corresponda para que sea juzgado de acuerdo con su
legislación.
Oro caso es el que señala el artículo 27 párrafo VII fracción primera,
tercer inciso de la Constitución: "El Estado, de acuerdo con los intereses
públicos internos y los principios de reciprocidad, podrá, a juicio de la Se­
cretaría de Relaciones, conceder autorizaci6n a los Estados extranjeros para
que adquieran, en el lugar permanente de la residencia de los Poderes Fe­
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 285

derales, la propiedad privada de bienes inmu~bles necesarios para el servIcIo


directo de sus embajadas o "

El Dcruho o ultraterrestre

El hombre da los nriY'Y!"r,,~ trascendentales en la del es­


pado La inquietud traspone la Tierra para llevar a otros
planetas la ciencia y la técnica, que tal vez abrirán nuevos horizontes para
la acción humana.
En la medida que los éxitos se van sucediendo, otros problemas vienen
...,'r....,I"'t" a..'U~;U'C. Las grandes que realizan las pruebas cósmicas que
implican cuantiosas inversiones, no realizables por otras se apresu­
ran temerosas de que los mundos nuevos que se abren a la experiencia pue­
dan convertirse en bases o en que pongan en
la y la paz universaL
"El Derecho aeronáutico, afirma Bauza Araujo (Hacia un Derecho astro­
náutic.o, 81), es la rama del Derecho que estudia la calificación y regu­
laci6n de todos los factores intervinientes en la actividad astro-
o espacio astronáutico, vehículo o astronave, y personal
fJ~'~,aH<''''UV o gente del espacio extraatmosférico), así como todas las relacio­
o nacionales o internacionales que surjan
como de la mencionada actividad."
Es evidente que el nuevo Derecho astronáutico es una rama del Derecho
público, pero la doctrina que lo y da bases a sus media­
tos o inmediatos debe caer bajo severas prescripciones del orden
na!. a las Unidas desde luego ir
mlen deberá ser objeto de un
o de un estrictamente nacional.
La h~toria está plagada de errores, y el irregular mundo que VIVImos
ha perdurar a pesar de que el hombre jamás se puso de acuf'rdo en
las cosas del futuro. Al no desinteresadamente a el egoísmo,
el intert!s la desbordaron la vida social y hubo que
un Derecho a la medida de esas fuerzas de la vida social.
Ver el futuro racionalmente es caminar juntos en una empresa común. No
deseames un cosmos bajo la bandera de ninguna en particular, sino
al servicio de la humanidad. La reunión de dos naves de EUA y de la URSS
en el puede augurar una nueva e~pa. tanto la ONU piensa
que, por hoy, no debe crearse ningún organismo internacional para esta
materia.

La

El Estado moderno debe necesariam·.;nte poseer un porque des­


de no concebimos un Estado sin territorio, ni un orden jurídico total
286 ANDRÉS SERRA ROJAS

que no esté delimitado por un ámbito espacial. Los factores man­


tienen una importante relación con el Estado en un constante proceso de
al medio físico.
casos diversos de la doctrina tradicional había señalado de Estados
sm territorio obedecían a causas anormales: y Francia invadidas por
los alemanes no pueden ser ejemplos un Estado sin territorio.
Esas naciones en ningún caso habían perdido su territorio, ya que restable­
cida la normalidad política su soberana sobre ellos.
PUede una fracción de un territorio incorporada en forma per­
manente o en forma transitoria a otro Esas pueden o no
perderse definitivamente. México una considerable de su terri­
torio con la invasión de los Estados Unidos de en 1847. Fran­
en cambio, recobró los territorios de la Alsacia y la Lorena en 1917.
El territorio con todos sus elementos un papel de importan­
cia sobre la población.
La vida económica política de un Estado tiene una inmediata
relación con las condiciones su suelo. Por ello la al
estudiar las condiciones del" medio se afana por precisar las
que
Lo reducido territorio de la Gran Bretaña colo­
nial del Imperio, para obtener las materias indispensables para su
El aislamiento de los Estados Unidos durante el siglo XIX de una auto-
as! como el aumento df~ la pobla­
al mantenimiento de relaciones económicas con
de materias.
constante de la ciencia moderna el determinar
y las organizaciones poHticas. El ale­
mán F. Ratzel (Polistrache GeograPh) 1897), inventó el Geo-
para señalar la influencia geográfica sobre los hechos políticos y
"la interdependencia de los datos y los acontecimientos po­
. abstracción hecha de las causas humanas de acontecimientos".
Según la definición de Kjellén, la geopolítica es la ciencia del Estado
y significativamente como soberanía. En tiempos
más recientes Arturo Dix en su Política afirmaba que ésta es la
ciencia que estudia la morada y la de de Jos Estados. Su cam­
po de observación es la superficie de la Tierra, contemplada como lugar de
actividad de las sociedades humanas y escenario donde se desarrolla la vida
de los pueblos en Estados. por de las
relaciones de las colectividades políticas con espacio que habitan y el área
de tráfico.
vital. Resume los resultados de
la histórica y de la polltica en una síntesis
que intenta aplicar a la de los sucesos políticos y
No pertenece propiamente a la ciencia
Vicens Vives, Tratado Genttral de GeopoUtica, Universidad
LA ESnUCTURA DEL ESTADO 287

edición, 1956, Teide, Barcelona.) Y Cortada Ruis (ob. cit., pág. 5) agrega:
"No hace falta ser una potencia industrial, ni poseer un vasto imperio mer­
cantil para que el influjo exterior se deje sentir fuertemente; hoy, más que
nunca, los fenómenos económicos tienen un alcance mundial al que difícil­
mente un país puede sustraerse."

Derecho del Estado sobre el territorio: el Estado tiene un Derecho real


y de dominio sobre su territorio

La determinación de la naturaleza del Derecho que el Estado tiene sobre


su territorio ha sido objeto de una especulación en la doctrina política mo­
derna, por las graves implicaciones que tiene este problema en el orden in­
ternacional, por constituir el límite a la soberanía y al Derecho del Estado.
¿De qué especie es el Derecho particular del Estado sobre su territorio?
Diversas opiniones han sido emitidas para determinar la vinculación te­
rritorial al Estado. Las más importantes son las siguientes:

a) La opinión del territorio objeto


La opinión del territorio objeto, llamada también de la propiedad o do­
minio o teoría patrimonialista, supone al territorio como una cosa sobre la
cual el Estado establece una relación jurídica, como la que existe entre un
propietario y un inmueble.
Esta opinión tiene antecedentes en la época medieval en la que el mo­
narca era el dueño de las tierras que poseía. En algunos casos se estableció
la dualidad entre dominio eminente que corresponde al monarca y el domi­
nio útil y derecho a aprovecharse de ellas bajo las condiciones que se esta­
blecen por el propio soberano.
En la Bula del Papa Alejandro VI se establece la propiedad del real lJa­
trimonio sobre las tierras que se descubren, delimitando los derechos de los
monarcas de España y Portugal.
La teoría del territorio objeto fue impugnada por el pensamiento liberal
del siglo XIX y más tarde por la escuela alemana.
La Constitución mexicana en el artículo 27 párrafo 1 acepta esta tesis
del territorio objeto al afirmar que "la propiedad de las tierras yaguas com­
prendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde original­
mente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el
dominio de ellas a los particulares constituyendo la propiedad privada". Esta
última parte del párrafo citado y el párrafo III del propio artículo que fa­
culta al Estado "para imponer a la propiedad privada las modalidades que
dicte el interés público", desvían la tesis del territorio objeto hacia la pro­
piedad como una función social.
Se ha impugnadO' esta teoría afirmando que la relación entre el Estado
y su territorio, no es semejante a la relación que mantiene el propietario con
288 ANDRÉs.. SERRA: ROJAS

su inmueble, pues éste es una cosa externa y en cambio el territorio fonna


parte del concepto mismo de Estado. La relación territorio-Estado no puede
ser de naturaleza real, sino de carácter personal. Algunos afirman que el
territorio es un objeto indirecto de dominio.

b) La opinión del territorio

La opinión del territorio sujeto define al territorio como un elementn


de la personalidad del Estado. El poder del Estado no se puede
cer más que sobre un territorio subordinado exclusivamente a su soberarua. El
territorio aparece como el soporte del poder público sin el cual resulta inex­
plicable el propio orden jurídico. Tesis defendida por Kelsen.
Leon Duguit afirma· que el territorio es un elemento constitutivo de la
n .. ""~~,, Estado, sin el cual no se le es decir, el Estado que posee el
no puede sino con la condición de que haya un te­
rritorio exclusivamente : "cuando se dice en
lenguaje corriente, que el no se pre­
tende decir más que esto: sobre todas las personas
que se encuentran sobre su territorio y el ejercer su
sobre que se hallen fuera de su territorio". Duguit,
de constitutionnel, t. par. 7,
El territorio es una del Estado considerado como afirma
Jellinek y agrega el Derecho al territorio de que habla el Dere­
cho político no es, pues, sino un reflejo de la dominación sobre las personas,
es decir, es un Derecho reflejo, no un Derecho en sentido subjetivo".
Para apoyar sus ideas afirma: "que no ni puede haber un dominio
sobre las personas distinto del dominio sobre territorio; más bien debe de­
cirse que todos los actos de dominio realizados dentro del Estado, mantienen
necesariamente una relaci6n con el y éste por
de fundamento real del total del poder del imperium. Todo acto de
mando solamente alcanzar su plenitud dentro del propio territorio,
o en territorio extraño en virtud de la extensión que el Derecho
internacional al propio poder. Lo que se llama pues, superioridad del terri~
torio, no es, como ha dicho Gerber de un modo clásico, una funci6n sustan­
tiva del poder del Estado, sino que más se confunde esta desde
el punto de vista del Derecho político, con la totalidad del poder del Estado,
considerado dentro del territorio. No es, por tanto, el territorio un objeto
del poder del Estado".

e) La opinión del territorio Umite

Se afirma en esta opinión que el territorio no es otra cosa que el limite


de la soberanía de un es decir, el marco que encierra la facultad del
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 289

Estado para realizar actos de poder público, de 'TY1npr'A


personas que están en el territorio dd Estado a su jurisdicción.
Dentro de estas opiniones señalamos la del Kelsen que afirma
que el territorio no es otra cosa que el ámbito de validez del orden
estatal. En definitiva el Derecho sobre
del imperium sobre las personas.
El maestro vienés afirma: "El espacio, al que se circunscribe la validez
del orden jurídico estatal es lo que se llama territorio del Estado; bien enten­
dido que se trata del espacio de la 'validez', no del ámbito de la eficacia del
orden estatal. Este carácter completamente normativo se revela advirtiendo
que sólo es 'territorio' el espacio en que 'deben' realizarse ciertos es-
los actos coactivos regulados por el orden . no el eSI)a(:lO
en el que de hecho se realizan, como se afirma corrientemente se
es el territorio en que el Estado actúa su General del
~o ~~, Ed.
••• 1934, 180 Y '''F.'AH..' .......''.

aceptada por el Derecho internacional moderno

El Derecho constitucional y el Derecho internacional moderno sostienen


con evidente razón que el Estado tiene un pleno Derecho de sobre
su territorio. autores sostienen que es un Derecho propiedad sui

Estado se concibe en la actualidad sin un territorio y los proble.­


mas que él suscita son de una notable gravedad. Es suficiente el vuelo de
un avión sobre un territorio nacional para que desencade­
nar una contienda.
Autores modernos han emitido opiniones sobre la naturaleza del
Derecho tiene el Estado sobre su territorio. Para Laband este Derecho es
real de naturaleza pública.
Dabin ou le Politique, Essai de
, ensaya una explicación de la naturaleza del Estado sobre su
territorio que se del criterio tradicional:
"Teniendo por una cosa, se vería sin razón un Derecho de sobe­
ranía porque la soberanía implicando el HI':I.ll'll""V,
cerse más que sobre las personas, no sobre las cosas.
territorial' encierra un equívoco: toda soberanía es pers(m~ll
llamada territorial más que en tanto que ella
cuentren sobre su territorio. Llevándolo sobre el m re
corporali), este Derecho del Estado, no puede ser, por
Derecho de dominio (d()minium), que se traducirá por por el Dere­
cho de de inmuebles por causa de utilidad pública o el
Derecho con fines de defensa nacional (teoría llamada te­
rritorio
290 ANDRÉS SERRA ROJAS

Dentro de este criterio el Derecho del Estado sobre su territorio es un


Derecho real especial, o institucional mas no un Derecho de To­
dos los derechos el Estado tienen una finalidad funcional, no pu­
<liendo tener esos bienes se a un servicio de inte­
rés
En nuestras largas controversias internacionales se han esgrimido las di­
versas teorías que la naturaleza del Derecho que el Estado tiene
'SObre su territorio, la tesis del dominio eminente hasta la propiedad
del Estado que consagra nuestro orden constitucional.
Hemos considerado como un de soberanía el legítimo
Derecho del Estado mexicano para fijar el jurídico al que debe estar
'SOmetido nuestro territorio.
Debe señalarse la impenetrabilidad del territorio que relaciona a un Es­
tado con su soberanía, es en un territorio sólo existir un LSlauo,
la doctrina menciona numerosos casos que alterar este
por medio de tratados, violentas y otros.

Ultraterritorialidad .Y extraterritorialidad

En principio las surten sus efectos en relación al territorio donde han


sido dictadas. El ",..."".,ntA de territorialidad de la se liga estrictamente
al área que tienen su asiento los legislativos
timos.
El de extraterritorialidad del supuesto que un Estado
extender el campo de de una ley más allá de su
extranjero es de Derecho penal en un territorio
también un Estado sancionar delitos cometidos en
por sus súbditos; delitos que atenten contra su seguridad.
Se ha estimado que un buque en alta mar del territorio de
la nación que ampara su pabellón, en un se someten a la
legislación del lugar, con de los se rigen
por su de origen.
Un Estado puede extender su dominio más allá de su territorio original,
{;uando tiene colonias o ·territorios sobre los que dominio. Las
formas de Estado en la actualidad ofrecen problemas muy complejos.
La era presente una campaña universal devolver
a los pueblos y su soberanía. La ofrece
numerosos se van constituyendo en Estados inde­
pendientes.
En los tratados originados con motivo de la terminación de las dos gran­
-des guerras mundiales pasadas, las se vieron facultadas para ocupar
determinados territorios hasta que éstos llegaran al punto necesario, eco­
nómico y cultural, de 10lrrar su libertad.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 291

El régimen que se llama de capitulaciones, permitió, en Estados


de Oriente, gozar de para conocer de ciertos delitos de los na­
cionales de su
La ultraterritorialidad se ve limitada en el orden internacional moderno
por el ansia de libertad de los y a cada instante revoluciones o
turbaciones son síntomas manifiestos de ese proceso constitutivo de un
estatal.
El extraterritorialidad tiene otro sentido. Resulta de la COl'­
f.1L1JU'.<::U'''''' que
los Estados encuentran formas
afectan por sí mismas el
y la sustitución de otro extraño.
Los cónsules asumen en otros países de oficiales del
registro civil con rp<nPl't() a sus nacionales. Los navíos de guerra y sus
laciones gozan de extraterritorialidad en los puertos que así lo
reconocido.
Con anterioridad hemos señalado una disposición del artículo 27 consti­
tucional, para que un extranjero adquiera la de
bienes inmuebles para el servicio directo de embajadas y
Los históricos de los últimos siglos han
ves perturbaciones territoriales: en el mundo de los propios territorios nacio­
nales europeos o el desarrollo expansivo del colonialismo.
Los tratados o las mismas situaciones de hecho que en­
gendran las luchas sociales y de conquista, traen
tuaciones cuya solución siendo grave
paz universal.
En esos LV:ll v,="'v,,. las poterlcl,,,"S se han visto de gran­
des extensiones un Derecho ultraterritorial o modus
vivendi internacional tener sometidos territorios de escaso d~sarrollo
econ6mico o cultural.
En la Conferencia de la de las Naciones
Francisco, el criterio de que estos territorios,
riamente potencias en tanto que; ellos
capacidad política y social.
Algunas naciones han tenido la habilidad de asimilar a su vida
nacional esas extensiones territoriales incorporándolas a su
política como en el caso de u otorgándoles su autonomía o in­
dependencia. Esta gran nación se ha enfrentado con decisión al problema
político de estos creando nuevos Estados o transformando sus for­
mas políticas.
Hermann Heller (ob. pág. 162, 4'" edición) concluye:
"Encierra extraordinaria importancia para la posibilidad de
tración de los medios de poder, la disposición
torio. En este el ideal sería, tanto por motivos como
económicos, que las fronteras presentaran una forma
292 ANDRÉS SERRA ROJAS

emplazada en el centro y las provincias menos importantes en la


Las fronteras sobremanera dilatadas, y por eso difíciles de controlar y defen­
como las de Prusia aun Federico n, pueden ser políticamente muy
desfavorables, y también serlo el de de importancia
económico-militar en la frontera, como sucede con la industria pesada ale­
mana. Pero la misma Prusia federiquiana es, a la vez, un claro ejemplo de
eómo la unidad del Estado no se basa en la unidad o geopolítica
de su territorio y de cómo no existe una nacida de leves natu­
de la actividad del Estado respecto a condiciones geográficas.

4. EL PODER

El poder del Estado

El poder del Estado o relaciones de es un aspecto de


un sistema político, que distingue la de cualquier otra actividad hu­
mana. El poder es un medio poderoso que el Estado pueda realizar sus
o la capacidad de imponel
Cuando observamos el
das-Estados C01:1teml)Or'á
de Repúblicas con poderosas economías que se pro­
yectan sobre todo el mundo, haciendo temblar y desquiciar las frágiles eco­
nomías nacionales; con sus arsenales atómicos para atemorizar a la
humanidad y para poner en al planeta, en una desenfrenada y ab­
-suma. lucha por la mundial, renace en nosotros la idea de un
Leviathan, que soñara Hobbes, de tal
En resumen y de acuerdo con Hauriou: el político es una
una y una superioridad, que realiza una empresa de gobierno y go­
bierna creando orden y gobierno.
Si observamos a los demás Estados de hoy, dominados por la inflación,
el desempleo, la inestabilidad de sus monedas, lo mistificado de sus liberta­
des, lo ilusorio de su régimen democrático, y otras calamidades, vemos apa­
recer como tema. y dominante el de las relaciones de poder
euyos resultados actualizan aquel de Rousseau: "El hombre
nace y en todas partes vive Algunos se creen dueños de los
otros, pero no por ello de ser menos esclavos." Un Estado por peque­
ño que se le considere la vida de otro Estado.
Todo esto es una historia que viene del Desde la antilrile­
dad se ha venido explicando la política en hmción de las relaciones de
Para Laswell la Ciencia Política "como una disciplina es el estudio
de la configuración. :Y reparto del . Es cierto, que "la
Ciencia Política sin el Derecho es un fantasma", pero, debemos agregar, por
nuestra cuenta, que la Ciencia Política sin el poder de la comunidad y en
particular, sin el poder del Estado, carece de toda sustentación.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 293

La teoría tradicional señala como tercer elemento del Estado: el poder


del Estado. Los problemas y relaciones en torno al poder público constitu­
yen aspectos fundamentales de la política y sobre todo del sistema político.
No hay duda de la preeminencia del poder en la política. En cualquier sis­
tema político que domine la vida del Estado, aparece como su mejor forma
de expresión la autoridad, poder político o poder del Estado, que tiene por
finalidad organizar la vida política. El concepto de poder se reviste de va­
rias acepciones, haciendo difícil la formulación de una teoría de esta mate­
ria. Queremos insistir que lo importante no es sólo la discusión del poder,
sino la integración, cauces, usos y limitaciones del poder. La teoría moderna
señala que el poder debe ser soberano, en consecuencia, sólo el poder del
Estado es soberano, sin que se toleren otras entidades soberanas que aquellas
que el propio Estado provee de soberanía.
"Toda unidad de fines en los hombres, dice Jellinek (ob. cit., pág. 349),
necesita la dirección de una voluntad. Esta voluntad, que ha de cuidar de
los fines comunes de la asociación, que ha de ordenar y ha de dirigir la eje­
cución de sus ordenaciones, es precisamente el poder de asociación. Por esto,
toda asociación por escasa fuerza interna que posea, tiene un poder peculiar
que aparece como una unidad distinta de sus miembros."
Autoridad, poder originario, influencia, organización política y poder del
Estado son conceptos que, tanto en la historia como en la realidad de las
insti tuciones, guardan una estrecha vinculación. Algunos au tores como el
P. Luis Izaga, S. J. (Ele<mentos del Derecho político, t. 1, pág. 129, 2~ edición),
nos hablan de autoridad como "un principio director que eficazmente ordene
y regule los actos de los ciudadanos hacia el bien común". Sin embargo,
habremos de hacer distinciones sustanciales entre el concepto de poder pú­
blico y el de autoridad, aunque guarden estrechas relaciones. 3o
Nos dice J acques Maritain (El Hombre y el Estado, Ed. Kraft, Buenos
Aires, pág. 148):
"La autoridad y el poder son dos cosas distintas: poder es la fuerza por
medio de la cual se puede obligar a obedecer a otra. Autoridad es el Derecho
a dirigir y a mandar, a ser escuchado y obedecido por los demás. La autoridad
pide poder. El poder sin autoridad es tiranía."
En su acepción general el poder se refiere al dominio, imperio, facultad
y jurisdicción, que se tiene para mandar o para ejecutar una cosa. "La ca­
pacidad de crear o destruir un Derecho u obligación legales, u otra fu~rza
legal." 31
Como indicamos, el fundamento del poder es la facultad de tomar decisio­
nes políticas. Son ellas las que implican las más graves responsabilidades para
los funcionarios públicos. "El poder puede definirse por la capacidad que

30 Jorge Moreno Collado, Introducci6n al estudio del Poder del Estado, 1, Invs.
Socs., UNAM.
al Jacques Van Offelen, PoulJoir et Liberté, Ed. Du centre Hymans, Bruxelles,
1 vol., 220 págs.
294 ANDRÉS SERRA ROJAS

posee un actor de la vida para obligar a otro a realizar un acto deter-


U"U",'UV' se diferencÍa de por su carácter obligatorio, por el even­
tual recurso de la coacción y se distingue de la autoridad por la ausencia de
toda precisión en cuanto a su carácter de " (La Politique, Director
Luc Parodi; 382.)
Para Max Weber: "Poder es la probabilidad de que un actor dentro de
de realizar su propia voluntad, a pesar
de las resistencias, im:letlerldienlteIlClex1te de las bases en que resida tal
lidad." De esta manera a su concepto de que tanta Ínuuencla
ha en los estudios políticos: "Una política coactiva con
una organización será llamada Estado
rato administrativo mantener con éxito su ",,.,,t,,m;f.n
uso legítimo de la fuerza física para el de su orden."
Nuestra Constitución consagra en el artículo 39, el principio fundamen­
tal del Doder: "todo Doder dimana del y se instituye para beneficio
de
En el Derecho moderno el se refiere a la autoridad
tienen los órganos Estado en quienes deposita el
su soberanía. Autoridad es el poder que es respetado, reconocido y
Un poder
"Llamaremos autoridad al Derecho a y mandar, a ser escuchado
y obedecido por los demás y llamaremos a la fuerza medio de la
cual puede obligarse a los demás a escuchar y obedecer. . . el límite
en que es poder, la autoridad desciende al nivel material; en cuanto es auto­
ridad, el poder se eleva al nivel moral." Maritain, Democracia; y
autoridad.
Por su parte Hauriou (ob. cit., pág. 181), al hablar del de Derecho
indica:
elementos internos están de tal manera dl!m'lles'tos
de dominación a la autoridad y a la cOlmpete:nci
resulta el poder de sí mismo y así consagrarse a su
El poder de dominación, poder creado o tolerado por una sociedad para
su autodefensa, es un poder irresistible. "Dominar quiere decir mandar de
un modo incondicionado y poder ejercitar la coacción para que se
los mandatos."
El poder es a la vez una fuerza moral y y una fuerza material.
La primera lo encauza y 10 justifica, la organiza y la tercera le'
- - - , . - _____ 1:- y realizar los fines de una comunidad Esta fuerza
es la que permite mantener la de un
que manda sobr<: los demás poderes. El de dominación está ligado
al principio de autoridad. Mas históricamente no todo poder dimana del
pueblo, sino de complejas circunstancias en que la fuerza y la arbitrariedad
han jugado un papel importante. Detcrmin:3.f el fundamento del poder es
tema básico de nuestra materia.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 295

La presencia del Estado la encontramos en todas partes. Su autoridad


se hace sentir bajo diversas formas: en forma de colaboración, de asistencia,
en forma coactiva y otras análogas.
El orden jurídico que integra el Estado es inconcebible sin el poder del
que se le provee para su efectividad. Estado y poder mantienen una estrecha
relación, siendo difícil en ocasiones señalar cuál es aquella parte del Estado
que no se manifiesta como poder, o cuál es el aspecto del poder que no sea
totalmente regulado por el mismo Estado, en un proceso de autolimitación
y autodeterminación.
Como el factor determinante de la vida moderna es la economía, ha sido
necesario transformar el sentido liberal del Estado, para hacer de esta insti­
tución un poderoso instrumento de la vida económica. Poder y economía se
enlazan de tal manera que ningún Estado puede prescindir de una adecuada
política económica. El Estado democrático apoya su acción en una política
económica de intervencionismo de Estado, moderado o radical según los ca­
sos, en tanto que los Estados comunistas mantienen el control total de la
economía. Ya Marco Aurelio afirmó con sabiduría: lo que no es útil al en­
jambre, no es menos útil a la abeja.

Poder dominante político y poder no dominante

El profesor Luis Sánchez Agesta (Principios de Teoría Política, 2~ edición,


pág. 47) afirma:
"La acción política como acción libre y polémica se proyecta como una
actividad que crea, desenvuelve y ejerce poder en una comunidad", y agrega:
"El poder es una energía que se proyecta sobre la vida social por la obedien­
cia que encuentra en los hombres, por temor, persuación o aceptación de una
superioridad."
Por su parte el profesor Georfes Burdeau (L'Etat, Ed. Seuil, pág. 21) nos
dice:
"Toda sociedad políticamente organizada no es un Estado. No se pueden
tener por válidas las definiciones que la asimilan por el hecho de la dife­
renciación entre gobernados y gobernantes. Lo que esta jerarquía. revela, es la
existencia de un poder. Sin embargo, si el fenómeno del poder es universal,
existen formas que no son estáticas."
Para los fines de nuestro estudio debemos distinguir dos clases de poder:
El poder dominante o político que es el que corresponde al Estado en gene­
ral, es un poder total, que dispone del monopolio de la coacción y se im­
pone a todos; el poder no dominante o social al cual nos referimos breve­
mente: "Un poder discutido se hace prontamente tiránico." Alain.
El poder no dominante o social se manifiesta en las diversas entidades
sociales del Estado. En la familia, el sindicato, la comunidad agraria, la agru­
pación patronal, los colegios de profesionistas, las entidades culturales, o eco­
nómicas y otros tantos ejemplos más, ponen de manifiesto la existencia en
296 ANDRÉS SERRA ROJAS

ellos de un poder social limitado, temporal y de naturaleza diferente al po­


der dominante político. 32
Los medios de que se valen ambas entidades son diversos y sus consecuen­
cias también difieren por la finalidad que ellas persiven. La sociología nos
enseña el modo como el poder de esos grupos se manifiesta principalmente en
su estructura interna.
Los grupos de referencia también se manifiestan como grupos de pre­
sión, como factores que se relacionan con las actividades estatales y son ellos,
los que presentan el frente de lucha o el frente de colaboración en la acción
gubernamental. Por ello, el poder es necesario para que el Estado pueda al­
canzar sus fines.
En relación con este tema afirma Jellinek (Teoría del Estado, pág. 349) :
"Hay dos órdenes de poderes: poder dominante y poder no dominante. ¿ En
qué consiste la distinción entre ambos? El poder simple, el poder no domi­
nante de la asociación, se caracteriza por serie posible dar órdenes a los miem­
bros de la asociación, pero carece de fuerza bastante para obligar con sus
propios medios a la ejecución de sus órdenes. Todo miembro, de una asocia­
ción que no posee poder de autoridad, puede en cualquier ocasión sustraerse
a ella. ¿ Debe permanecer en la asociación, o debe, en virtud de los estatutos,
y a pesar de su salida de la asociación, satisfacer siempre las obligaciones
respecto a ésta? Para lo segundo sería preciso la autorización o la orden de
un poder autoritario que estuviese sobre la asociación misma."
Pedro Lain Entralgo (Revista de Occidente, 1, 2~ época, núm. 4, pág. 18 )
nos dice:
"Claro que la ciencia no da poder al hombre privado en cuanto tal: nada
hubiese podido hacer el mismo Einstein frente a un gunman cualquiera dis­
puesto a agredirle. El poder lo otorga el hombre en cuanto éste pertenece a
una comunidad capaz en medida suficiente de hacer ciencia y técnica, y do­
tada a la vez de firme vocación de mando: de ahí que las fórmulas científi­
cas que garantizan el ejercicio violento del poder sean por hoy preciadísimos
arcana impcrii, genuinos 'secretos de Estado' ."
El poder del Estado para ser legítimo y eficaz debe apoyarse en el poder
social, en las fuerzas reales de poder de una comunidad. Ningún poder es
sólido y estable cuando se gobierna para esclavos. No hay gobiernos ni go­
bernantes perfectos en el mundo, pero los mejores han sido aquellos que han
contado con el pueblo y han respondido a sus ambiciones. Los pueblos no
se gobiernan solos, pues la democracia directa es un mito, porque malo o
bueno el poder público es el único camino para alcanzar objetivos guber­
namentales. Dice Maurice Druon: "No hay gobierno ideal. Hay formas de

32 El poder de dominación puede definirse como un poder de la vohmtad que se


hace obedecer por la disposición y el empleo de una fuerza d e coacción material. Hay,
pues, en él, un elemento espiritual que es el poder de voluntad, y un elemento material
que es la fuerza de la coacción. Hauriou, Precis, pág. 182.
Política y Poder, Rev. Mexicana de Ciencia Política, núm. 80, abril-junio de 1975.
Id. núm. 63, enero-marzo de 1971 , El Poder Internacional.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 297

gobierno mejor apropiadas que otras a los caracteres particulares de una


sociedad, a las condiciones generales de su existencia, a las diferentes esta­
ciones de su evolución. Roma comenzó con reyes y acabó con emperadores.
Pero su tiempo de más grande vigor, es aquel en que construye 8U poder y
adquiere una cabeza de capítulo en la Historia del mundo, que es el tiempo
de la República, que era en verdad una oligarquía."

Por qué se manda y por qué se obedece

El fenómeno del poder y del mando son fenómenos esencialmente sociales.


Aparece en todos los grupos sociales y es difícil imaginarnos en el futuro, una
sociedad que pueda prescindir de él, ya sea que se apoye en la fuerza mate­
rial o en el consensus social.
La doctrina política alude a elementos materiales e ideol6gicos que ori­
ginan la obediencia, o sea cumplir la voluntad de quien manda . Como ele­
mento material se señala el Derecho del Estado a aplicar sanciones físicas. así
como la facultad para regular los recursos económicos, otras atribuciones
administrativas y asegurar el prestigio y honor social.
También el Estado genera actitudes ideológicas que sirven para legitimar
el control del poder del Estado. La legitimidad se diversifica en racional,
tradicional y de orden carismático. Max Weber.
Por su parte George Jellinek (ob. cit.) expr-csa que el poder del Estado
es poder de dominación:
"La dominación es la cualidad que diferencÍa al poder del Estado de to­
dos los demás poderes. Allí donde hallamos el poder de dominación, bien sea
en una sociedad inserta en la vida del Estado o en un individuo, es porqu e
procede del poder del Estado ."
Mas hay un poder social distinto a todos los poderes socialeS : el poder
que produce efectos políticos. Se manda porque así lo ha aceptado una socie­
dad o porque así se ha consagrado en normas jurídicas facultando a un
grupo de personas físicas para que manejen ese pod ~r: o se manda porque
un grupo asume por la violencia o el engaño el ejercicio del poder, ya sea
creando una situación de hecho, o bajo la apariencia d e legalidad o contra
la misma voluntad social. 3 3
Para el liberalismo del siglo XIX la idea de poder va implícita en el con­
cepto de libertad. Los poderes naturales del hombre son las fuerzas genera­
doras y transformadoras del desarrollo social. El Estado no puede hacer otr:1
cosa que despertar y estimular esos poderes que como fuerzas de la natura­
leza se proyectan en la sociedad para beneficiarla.
Se debe al socialismo moderno haber puesto de relieve que esos poderes
naturales del hombre, visto aislada y egoístamente, no sirven para otra cosa
que para acentuar la división de las clases sociales, intensificar el afán de­

33 José Luis de hrtaz, Los que mandan, Ed. Universitaria.


298 SERRA ROJAS

sorbitado de lucro del hombre y.mantener a una clase social opulenta frente
a. las grandes carencias sociales.
Es necesario, por encauzar el de la sociedad, para
que no sean pequeños grupos los aprovechados, sino toda la comunidad bajo
U1\_lplV;:' diferentes a las ideas liberales. El hombre no nació para explotar

al aprovechándose de las desigualdades materiales y sino


para unir todos sus poderes para hacer más armónica y la vida social.
Un mundo social armónico es que dignifica al hombre y no lo es­
claviza.
La sociología moderna se ha empeñado en estudiar las causas del fenó­
meno d2. la obediencia, tan y naturalmente realizada por el hom­
bre. La explicación debe encontrarse en los sociales
que mod2.1an la conducta individual y colectiva. Se obedece por necesidad,
por temor, por agrado o porque racionalmente es útil. Se ha llegado a pen­
sar que la obediencia a un proceso de creencias o de fe, que obli­
gan al hombro:: a someterse al público.
Cuando el ser humano a la razón se ofrece desde luego la
diferenciación de gobernantes y gobernados. Todo grupo necesita de una di-
de un grupo que asuma las tareas que individualmente
atender los hombres.
Mandar y obedecer forman el binomio primario de las formas políticas
lo mismo en la horda, en la tribu o en el clan. Es razo­
opmlon de Durkheim, en la medida que el
inevitablemente el principio de la división del
rrero, el surgen en un lento proceso de diferenciación social.
Todo proceso de mando un proceso de obediencia. El poder es
sin la sumisión, adhesión, la la aceptación
consensual. La historia ha hecho una tremenda jugarreta a la sociedad al
convertir en un fenómeno lo que sencillamente se reduce a servir
a los demás.
Los hombres que asumen el no se reducen sólo a con una
misión social. La historia nos con ejemplos de en el poder",
",;uuu..u, goce de materiales y otros casos más.
O'l'lh",rn»no entrega su sumisi6n en variados procesos: por el temor y
quien lo amenaza con la fuerza pública; por simple hábito
o conformismo; por ignorancia, por pobreza. En la medida que el grupo
es más ignorante y miserable en esa misma medida es más fácil mandarlo
y alejarlo de la vida política. La es una aCClOn grupo gober­
nante, disfrazada unas veces de democracia y otras de dictadura. La política
la hace y la dirige el grupo por por opresión
o por sumisión. Obedecer es la voluntad qUe manda. Así
lo la colonia el virrey marqués de Croix: "el deber
del vasallo es callar y obedecer".
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 299

Los del poder público

"La. del poder es bárbara, inhumana y absurda filosofía", dijo el


doctor Eduardo Benes. El del poder se manifiesta de acuerdo con
el adelanto de un . el es primitivo o rudi­
mentario o el del orden constitucional
del Estado Tn""','"""",,,
Nace el como una necesidad apremiante de asegurar la constante­
mente amenazada convivencia humana. El poder ha luchado en con­
tra del para mantener la hegemonía del grupo vencedor.
Los que asumen hist6ricamente el se han esforzado
por encontrar la justificación del mismo. En todas las no han faltado
idealistas o que han dominada por los
sentimientos nobles del no dominadas
por el material.
Para unos el poder es de de Francia deben su
poder a Dios y a su espada." San Pablo.
Para otros el poder aparece como una creada por los
vencedores para imponerse a los vencidos. 34
"Los individuos que parecen mandar y que en todo caso están en aptitud
de a los demás a someterse a su voluntad, son los gobernantes, los in­
dividuos a aquellos parecen mandar y a los cuales imponen un
de son los Se por decir en todas las
TW"Tn,it.,,·u o existe una
diferenciación entre gobernantes y gobernados, a la que exclusivamente se
reduce lo que en el fondo se llama el poder político. En la acepción más ge­
neral de la se puede decir que hay un Estado allí donde exista, en
una determinada, diferenciaci6n política, rudimentaria o com­
plicada y desenvuelta que ella sea. La palabra ya los
nantes o el poder público, ya la sociedad misma donde aquella dife­
político. Duguit, TraitJ de
394.)
aparece en sus una necesidad inelu­
dible. La defensa del grupo y
las concentraciones de en una persona o en un grupo.
Mas esa fuerza excepcional en manos de un hombre o de un grupo hizo
nacer la creencia y ella fue fomentada por sus de que el poder
era d~ divino y se enlazaba con las artes de la autoridad.
Los dioses clan, de la tribu y aun de la horda, no son los dioses del
grupo, sin la justificación del de su tenía el

84 . . . . . Cada monarca mantiene en pie todos los que podría tener si su


pueblo estuviese en peligro de ser exterminado y llama paz a este estado de esfuerzo de
todos contra todos. Montesquieu, El esplritu de las Ill'1es, 1, Cap. XVII.
300 ANDRÉS SERRA ROJAS

no s610 reflejaba la autoridad divina, sino que su propia sangre ya era del
mismo origen y podía a sus herederos.
En los Brahmanes el absolutismo llega a su máxima expresión: los reyes
se consideran Paul Janet (Historia de la Ci.encia Política, pág. 54,
tomo l.) El temor a lo divino, el efectivo del través de
una fuerte consolidan la abso­
luto: el rey puede todo, nada se opone a su voluntad.
El absolutismo europeo es más racional y coherente que los regímenes
de El Cristianismo proporciona una base s61ida a las monar­
quías, que pretenden derivar su poder de un divino: "los reyes de
Francia deben su poder a Dios y a su . N o hay sino de Dios,
«omnis potestas a Deo" y los reyes vincularon su a "la de
Dios". Mas cemo lo apuntaron eminentes figuras Cristianismo, la justi­
ficación del poder que hacían los reyes no se desprendía literalmente de los
textos bíblicos, más bien delimitaba los dos campos: el espiritual y m!.tp"¡::.
"al César lo es del César y a Dios lo que es de
Los aristocráticos de la se fuertemente en
el concepto teocrático del Derecho divino, que hacía reyes "ministros
de Dios o sus sobre la Tierra", según la expresión de Bossuet.
Thomas Hobbes en Leviathan (Fondo de Cultura Económica, pág. 167)
expresa las razones de la obediencia real, por haber depositado en el rey sus
derechos naturales y por un mandato divino. Es señalar que en
Hobbes ya encontramos un camino que debe a las tesis democrá­
ticas de que todo debe emanar del pueblo.
Finalmente también se considera que la naturaleza humana, en
lar la naturaleza social es la que impulsa a crear la autoridad, a ,."h.. ot.." ....
el Doder y a asegurarlo en los límites de la ley.
poder primitivo fue grotesco e inhumano y se fue transformando
convertirlo en un instrumento de la vida mediante la acción benelll.:<t
de la cultura y de sus valores morales.
Las normas consuetudinarias por el se fueron transfor­
mando en normas escritas, más firmes y seguras para mantener los principios
de un grupo social.
La misma sociedad fue la que armó el brazo del gobernante y lo proveyó
de la mayor fuerza social posible. Mas el ejercicio del poder S2 vio rodeado de
y Se conquistaba el poder para dominar al
hombre y para acumular riquezas y otros podelres.
más tarde la fuerza se subordinó al Derecho. Y cuando surge el Es­
tado de Derecho, el hombre se enfrenta a otros problemas derivados de la
misma naturaleza del poder.
"El Estado no es otra cosa que una de opresión de una clase
por otra, y todo eso es de la misma manera que en una monara
Federico Engels. La Guerra Civil, 1891,
Un fenómeno mantenido a través de los siglos es el acrecentamiento de
la fuerza material de los I!obernantes. En la medida que ésta crecía. en la
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 301

misma nr()nr.r"" crecía su acción sobre sus propios gobelrmld<)s y sobre otros

Los pueblos bárbaros de la antigüedad mantenían poderosos ejércitos de


U"'JL>;;lJ~a..
de conquista, de opresión. Los ejércitos del pueblo contrastaban con
los ejércitos mercenarios al servicio de las dictaduras de las tiranías.
Ya en fenómeno era observado por Montesquieu y
no era otra cosa que la materia

La teoría del poder político en el de Hans Kelsen


Desde Kelsen no acepta que el del Estado sea un elemento
de éste como pretende la teoría tradicional. se le ofrece
con varias significaciones, de acuerdo con sus
El único concepto que acepta es el siguiente:
"El poder del Estado a que el pueblo se encuentra sujeto, no es otra
cosa que la validez y eficacia del orden jurídico, de cuya unidad se deriva la
del territorio y la del pueblo. El del Estado tiene que ser la validez del
orden nacional, si la ha de considerarse como una cuali­
dad de tal orden."
La soberanía es pues, la cualidad del poder, es la cualidad de un
orden nonnativo considerado como autoridad de la que emanan los diversos
derechos y
Volvemos a nuestra imagen crítica inicial: el o la camisa no son el
cuerpo aunque los podamos considerar en forma separada. El jurídico
estatal tiene validez por el proceso histórico social que le dio
no sólo por la validez de la norma Orden jurídico y fuerza material
sólo se explican como creaciones sociales.
Cuando el ilustre fundador de la escuela normativa estudia la
también la reduce a un jurídico. (Kelsen, ¿ Qué es la l1HHf:WJ
Nac. de es, ante todo, una característica
ble no necesaria de un social. Sólo una
del . pues un hombr:: es justo cuando su conducta concuerda con un
orden que es considerado justo." Para nosotros la es una consecuen­
cia necesaria del orden social. Lo justo es una noción elaborada una
sociedad y o no en el orden jurídico. Cuando Estado
liberal se a una superestructura individualista, convierte al orden
rídico en un instrumento de opresión, que en ninguna manera lla­
mar un orden justo.

La teoría del poder en la doctrina sociol6gica-jurídica

La sociedad creadora ha constituido un conjunto de poderes, reconocidos,


tolerados o en personas o entidades que influyen sobre la conduc­
ta de sus Estos poderes son fuerzas de la acción sociaL
302 ANDRÉS SERRA ROJAS

Si la sociedad fuese perfecfa -una socied:ld no de animales racionales,


sino de filósofos, ángeles o semidioses- hubieran sido suficientes las propias
fuerzas sociales para crear un mundo más armónico, dominado por elevados
principios o valores humanos.
El ser humano es un centro o complejo de instintos, pasiones, intereses,
egoísmos e insensateces. Son esas fuerzas negativas, las que han formado el
mundo primitivo de la violencia y las que han llevado al homini lupus, a la
destrucción y a la intolerancia. Hemos repetido con frecuencia, que son más
lógicos los animales irracionales frente al mundo de la naturaleza y en sus
acabadas estructuras sociales, como la abeja, la hormiga o el castor, que los
seres humanos dominados por sus inconsecuencias pasionales.
El principio de autodefensa es eminentemente social. Razonemos de cuán­
tos miles de años fue menester para que el hombre reconociera ciertos prin­
cipios elementales, como el principio de "no matarás", o "no robarás" o los
demás de nuestro tradicional Decálogo bíblico. El origen de esas nóciones
generales fue consuetudinario y ellas dieron paso a principios más generales
y eficaces.
La autodefensa social es la protección interna del grupo, frente a sus
mismos componentes y la protección externa frente a los demás ¡pupos hos­
tiles o antagónicos.
Ante la insuficiencia de sus propios poderes naturales, la sociedad se vio
obligada a crear: primé'ro un orden espontáneo de fuerzas y coacciones sobre
los que amenazan su subsistencia; en segundo lugar, y en largos siglos de ex­
periencia, un orden político artificial amparado en las fuerzas materiales.
De este modo nace y se desarrolla el poder como un orden social provisto
de una dirección que integra, más tarde, el poder del Estado. Es pues, el
poder, un fenómeno social "exclusivamente humano", una creación de la
propia sociedad para poder subsistir protegiendo a sus miembros y a su pro­
pia integridad.
En forma simbólica esto nos recuerda la tela de Penélope, la mujer de
Ulises y la madre de Telémaco. En la ausencia que juzgaban definitiva
de Ulises ella se ve asediada por los pretendientes. Mas ella ha prometido
que al terminar la tela que bordaba haría una elección. Mas ella deshacía
en la noche todo lo que hacía durante el día, como un trabajo que no se
termina jamás y como un símbolo de fidelidad. El hombre, en cambio, des­
truye lo que hace lo mismo en el día que en la noche y no siempre es fiel
a sus convicciones "en un trabajo que no se acaba jamás".
La naturaleza de ese orden social, que toma por sus propios caracteres
el nombre de orden político, nos lleva a una nueva estructuración o jerar­
quización de la sociedad al aparecer la fuerza o autoridad a la que se le en­
comienda el cuidado o dirección de ese orden, el Gobierno, o sean los que
mandan, y los gobernados, los que se someten a esa autoridad. Los someti­
dos o subordinados que obedecen los mandatos de un pequeño grupo que
ordena, manda o somete.
LA ESTRUCTURA DEL ESTA::lO 303

El poder del Estado en la Constituci6n Mexicana


El que se OejpDSHa en los y en sus titulares es un Derecho
expreso que al pueblo de nuestro Estado.
El punto de de constitución de entidades que asumen el
cicio del radica en un democrático en las personas que
viven y actúan en el Estado y a se reconoce el Derecho indiscutible
de velar por la que ellos reciben y por la superación de las ins~
tituciones.
"La soberania nacional reside esencial y l~llld,UW=lH.'''' en el pueblo. Todo
poder público dimana del pueblo para beneficio de éste. El
pueb~o tiene en todo tiempo el Derecho de alterar o modificar
la forma de su Gobierno." Artículo 39 de la Constitución.
constituirse en una repre­
s~ntativa, de Estados libres y soberanos en
todo lo concerniente pero unidos en una Federación
establecida los ley fundamentaL" Artículo 40 de la
Constitución.

Poderes y IU,'U;Z,fJW<.\ del Estado


El poder del Estado ha sido creado la misma sociedad, como una ne­
cesidad en las relaciones Sin el poder la vida social
seria caótica e intolerable. El hombre es rebelde por naturaleza y debe ser
encauzado los senderos del bien.
En las y sociales más rudimentarias se advierte una di­
ferenciación entre gobernantes y O'nhp,m~.rlc,,', atribuir a una
sola causa el de esta relación de ,,"U"""", obediencia, lpr"'r''',,'''' y direc­
ción del grupo que detenta el poder
Aun en esas formas primitivas, el resulta de un
muy diverso de que se acentúa en el Estado moderno. Una
de poderes que se y se vinculan en relaciones muy
La Ciencia Política moderna se en un trabajo en
la dirección del Estado es tan difícil no podría afrontarla un
humano o un de la acción de numerosas per~
sonas y concentrada o unificada en
una sola persona, entonces, decimos es el de la nación
y a eso se refería Montesquieu que la libertad se destruía.
cuando una sola persona concentraba todo el poder público.
Cuando hablamos del poder de un de Estado estamos haciendo refe­
rencia a una pirámide de poderes que se escalonan en diversas
En la medida la fuerza concentraba en una persona o
dina más al aparece la de en su sentido o sea
una entidad a se le provee de un esfera de COlnpetenclla que
304 ANDRÉS SERRA ROJAS

puede abarcar la totalidad de una fase de la acclOn del la


elaboración de la ley, su ejecución o la resolución de las controversias que
la aplicación de la ley.
El poder público resume la unidad de una competencia
ción por el contrario implica el m~dio para realizar esa misma r"rn",,!pnri
Las funciones del Estado son el medio técnico para realizar sus fines.

El poder como institución social


La sociedad es la que crea al Estado corno un orden jurídico y social y lo
reviste de la fuerza material suficiente para qUe no sea solamente
una construcción literaria o Un orden jurídico total sin su sistema
coactivo, no se concibe ante las imperfecciones humanas.">
Hemos insistido, en que todo grupo humano que se propone determina­
dos necesita entregar la dirección del mismo a una persona o grupo
de personas a los que reviste de la suficiente "autoridad" o "poder", para
imponer sus resoluciones.
Ni aun en aquellas democracias directas en las que la participación del
pueblo es mayor
guías de los
cíal para la continuidad histórica de una comunidad.
El público se ha manifestado en la historia en dos formas: l. Como
un de hecho; y 2. Corno un de Derecho.
primero proviene de una situación anormal o irreJ!ular corno
una revolución, o un desarreglo sociaL
El se y se apoya en la voluntad del grupo en relación
con su jurídico.
Es la sociedad la que crea el lo reconOce y justifica, pero al mismo
tiempo es la creadora y de otros sociales. La historia
nos va enseñando cómo un grupo va eliminando o subordinando esos pode­
res. El poder de dominación concluye por ser exclusivo del grupo vencedor.
A partir de ese momento, todo parece subordinado al poder del
Estado o como una delegación del mismo.
La más pura teoría rl .. "",,,,,r., se enCierra en el artículo 39 de nuestra
Constitución:
soberanía nacional reside esencial y en el pueblo.
público dimana del pueblo y se instituye de éste.
tiene en todo tiempo el inalienable Derecho modificar
b forma de su Gobierno."
durante largos siglos de la historia el
tra el pueblo", no dimanó de éste. el
35 "El poder es una libre energla que, gracias a su superioridad
del gobierno de un grupo humano por la creací6n continua del orden y del uerecno.
Maurice Hauriou. Principios de Derecho público y constitucional, 1927, pág. 162.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 305

mecanismo de las formas primitivas originales, afirmando que el poder es


social porque en una u otra fonna es el pueblo el que lo hace, el que lo
deforma y el que lo sufre.
Las ciudades italianas del Renacimiento eran grupos dominados por cla­
ses aristocráticas poderosas. No podemos negar la importancia del pueblo en
esas fonnas políticas, porque él sustentaba las instituciones y aun las situa­
ciones políticas de hecho. Los Médicis fueron populares por su continu,? ha­
lago a la población, por su riqueza y por su relación popular.
"Basta echar una rápida ojeada a la historia de los siglos anteriores, para
persuadirse de que, después de haberse derrumbado el edificio del Imperio
Romano, quedaba descartada toda posibilidad inmec.::áta dd renacer intelec­
tua l. Los pueblos bárbaros que habían inundado a Europa, tenían que absor­
ber su barbarismo : los fragmentos de la civilización romana que sobrenadaban
en aquel naufragio tenían que ser destruidos o asimilados : las naciones ger­
mánicas tenían que recibir la cultura y la religión de manos del pueblo por
ellas sojuzgado; había que crear la Iglesia y dar nueva forma a la vieja ide,,­
del Imperio. Era necesario, además, que las nuevas nacionalidades se defi­
niesen, que las lenguas modernas se plasmaran, que la paz se asegurase hasta
cierto punto, y la riqueza se acumulara, condiciones todas ellas indispensables
para el resurgimiento del libre espíritu d~ la humanidad. Por eso la primera
nación en que estas condiciones se dieron, fue también la primera en inaugu­
rar la nueva época. Italia pudo encabezar la era del Renacimi-ento, porque
este país poseía una lengua, un clima propicio, un régimen de libertad polí­
tica y una cierta prosperidad comercial, cuando otras naciones permanecían
todavía en un estado de semibarbarie. Allí donde el espíritu humano había
sido enterrado con la decadencia del Imperio Romano, allí volvía a surgir
sobre las ruinas de este Imperio. Y el Papado, a quien Hobbes ha llamado
el esp'O ctro del Imperio Romano muerto, asentado, entronizado y coronado
sobre sus cenizas fue, en cierto modo, el puente tendido sobre el golfo que
se abre entre los dos períodos." ]ohn Addington Symonds. (El Renacimiento
en Italia, F.C.E., México, pág. 13.)
No podemos afirmar que la sumisión del pueblo a una forma política
detenninada, la justifique y la defina como una instituci6n popubr. Las
monarquías absolutas emanan del "poder social", porque es el principio y
fin del poder público; pero son instituciones antidemocráticas porque apartan
o alejan la acción del pueblo para sustentar las instituciones políticas. No
interesó nunca a los Luises de Francia, principalmente a los más poderosos:
Luis XIV y Luis XV, convocar a los Estados generales, para definir su polí­
tica gubernamental, ni apoyarse en el consentimiento del pueblo, para llevar
adelante una reforma administrativa. Absolutismo es dictadura, oligarquía,
negacién de libertades, acción ilegal no subordinada a ninguna limitación.
El poder organizado ha existido en todas las épocas de la historia, ya sea
en forma rudimentaria o imperfecta o acusando un mayor ad~l a nto. El poder
del Estado, como poder social, se presenta en casos aislados en la historia de
las ideas y de las formas políticas. Gobernantes que gobernaron para el
306 ANDRÉS SERRA ROJAS

pueblo o que buscaron su y su consejo fueron casos por­


que el ejercicio se manifestó en forma brutal, propia de seres huma­
nos que venían de un mundo de oscuridad lo mismo el que el
gobernado.
"La autoridad es una energía debida a una cierta calidad o va­
lor de la voluntad y de la inteligencia y que a una élite política asu­
mir la empresa del gobierno de un grupo, obedecer por los demás
hombres en nombre del orden" (Hauriou, pág. 181.)

La legitimidad del

de legitimidad una estrecha relación con el orden


en un país, a calidad de lo es en el
conforme a la con la justicia, con razón, en unas oalabras. lo
que se conforma con el Derecho.
La legitimidad del es la relación del proceso de mando con los
que sobre un territorio determinado.
este problema esencial de la vida moderna en el Estado
lejos, por lo que los autores tratan de por
!<::¡';H1UlV, o analizan si éste tiene alguna finalidad que no

realización del bien público de Jouvenel,


Madrid, 1958, 325), comenta: "El poder es una necesidad so-
cia1.Por el orden que y el concierto instaura, a los hom­
bres el alcanzar una vida mejor. Estos han hecho una impresión tal
sobre la de los autores, y la idea de la ausencia estatal (Hobbes,
Ihering), les causado tal no han encontrado un fundamento
suficientemente fuerte para los del poder, ya sea que lo sacasen
de Dios, ya sea que lo sacasen de la sociedad, de la cual sería la pYn""",,';n
(Kant) o el predestinado "
numerosos autores se han de este terna, se clasi­
ficar en dos : a) autores que han sostenido la del
poder; y b} autores que han sostenido la ilegitimidad poder. Estas
ideas que vienen desde épocas principalmente del siglo XIX, siguen
presentes en las irreconciliables discusiones de los democráticos y los
comunistas.
Hemos de comenzar por hacer referencia a los autores que expresan al­
guna justificación de la existencia del Todas ellas de
común, no hay sociedad oerfecta sin la oresencia de una auto­
pública.
Es muy interesante señalar la de la doctrina clásica española
sobre la del poder según lo señala Paul Janet (Historia
de la Política, 1, 111, c. , sin duda la más acertada y
da que hemos hallado en la historia de la ciencia". En su exposición aparecen
notables fil6sofos corno Suárez. Vitoria, Soto, Molina, Covarrubias y otros.
LA ESTRUCTURA DEL ESTAVO 307

Todos en genera] parten de la misma afirmación: Todo poder dimana de


Dios (Omnis potestas a Deo). Las normas del vivir social encáminadas a la
sociedad se apoyan en el Derecho natural, en los vínculos de unión
en la realización del bien moral. Todos estos valores no podrían reali­
zarse sin la de una autoridad púplica, una dirección que coordine y
armonice los esfuerzos en un proceso de mutua colaboración y de ideales
comunes.
La justificación de una autoridad moral y legítima se hace patente
como un principio común a todos los : "La República no puooe ser
de ningún modo, de esa potestad de defenderse a sí misma y de ad­
ministrarse contra las injurias de los propios y ]0 cual no podría
hacer sin los públicos. Por lo tanto, si todos los ciudadanos convi­
niesen en de las autoridades, para no estar obligados a ninguna
y no tener que obedecer a nadie, el sería nulo e inválido como anti­
natural." (Vitoria, Reelección de la potestad civil, núm. 10, 1934.)
Es indudable que estas ideas emanan originalmente de Aristóteles y de
San Pablo. Se apoyan en la afirmación de la naturaleza social del hombre
y de la necesidad de una dirección en los asuntos comunes. La sociedad y la
organización política son ideas se presuponen y completan en
el transcurso de la historia.
Pero hay otro principio genuinamente democrático que es el consenti­
miento de la comunidad a quien Dios ha dotado del poder necesario para
formar sus como título de autoridad.
Otro grupo de autores de tendencia radical sostienen la ilegitimidad del
poder público.
Ha sido Juan Jacobo Rousseau el que ha dado los mejores argumentos
a las tesis radicales, principalmente al anarquismo negar la justifica­
ción del poder, y afirmar la injusticia de un orden del Estado
de naturaleza. "Con Juan Jacobo Rousseau, dice Pierre Janet, naci6 el odio
contra la propiedad y la cólera contra la desigualdad de las riquezas que tan
terriblemente persiste en las sectas modernas."
Aunque Rousseau se muestra contradictorio con sus propios
siones se muestra partidario de la eliminación de la propiedad In­
siste en la idea de la soberanía del pueblo, el único que puede otorgar un
que el Gobierno no tiene ningún derecho en sí. Niega
la representación popular, porque la única democracia verdadera es la que el
pueblo directamente.
"Con la democracia más perfecta no se puede ser libre", afirmó Proudhon,
líder socialista francés y teórico del anarquismo. Es 1840 aparece su célebre
obra: Qu'est-ce que la propieté (¿ Qué es la propiedad?) en la que aparece
su célebre "La propiedad es el robo."
Este autor trató de encontrar un justo medio entre el socialismo
beralismo. Mirmó que la propiedad la opresión de los por
los fuertes; pero el cemunismo es la de los fuertes sobre los débiles.
Descartando el y el dinero, el orden económico sería una mezcla
308 ANDRÉS SERRA ROJAS

de un sistema y otro. Se recuerda a este prop6sito la racci6n de Carlos Marx


ante las ideas de Proudhon en su célebre obra: Las contradicciones económi­
cas o la miseria de la filosofía.
Proudhon rechazó el socialismo la intervención del r.,~Lauu,
la de un Estado democrático. Una de sus obras tal vez ~
actualidad fue: El siglo XX iniciará la era las federaciones. Aunque
quedó relegada al olvido, su influencia es indudable y forma parte de la
historia de las ideas políticas y econ6micas de más relevancia.
Como hemos afirmado Carlos Marx es el siste­
mático y científico de los de un nuevo socialismo encaminado a
la transformación de la sociedad. Estado no tiene ninguna justificación y
habrá de para dar paso a la sociedad nueva, la sociedad co­
munista.
El Estado clasista y
tección de intereses de una sola que
Jos medios de producción. El poder es una superestructura
esas relaciones que mantienen la opresión de las clases asalarla<
Kropotkin es otro de los autores que han sostenido la abso­
luta de toda clase de Este autor ha sido considerado como la cabeza
espiritual del La tendencia (del carencia de
gobernantes) sostiene la abolición del Estado y la formación de una sociedad
libre desvinculada de todo lazo con la organización a la que consi­
dera como mala y tiránica que sea la forma que revista.
El Estado o todo que se constituya a su son formas tirá­
nicas y antinaturales que coaccionan la voluntad por ello
no sólo del Estado sino de todas las fomlas políu=~
que no

una sociedad en que los hombres vivan


en armonía y racionalmente de acuerdo con su El nuevo
orden que se establezca se basará en la más
William Goodmin, Max Pierre Joseph Proudhon, Miguel Baku­
nin, Pedro Kropotkin, León y otros, son de los dife­
rentes aspectos que ha asumido el anarquismo, y tenido una influencia
relativa en la historia del obrerismo, y en los sectores más radicales del socia­
lismo y del c.omunismo internacional.
En la actualidad el de la del público ha
perdido valor. Ya no se si un gobierno es o no Lo mismo en
los sistemas democráticos que en los comunistas se una verdadera
indiferencia sobre la significación del
El gobierno aparece como una en tidad a la que
sidad se debe soportar. pero no se tiene el
dad. La

y aunque
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 309

esta última se adorne con los notables descubrimientos de la era nuclear y


electrónica. El problema moral de ayer adquiere nueva y más fuerte signifi­
cación en nuestros días.
Cómo pensar en la legitimidad de un poder que pretende obligarnos a
actuar de acuerdo con una métrica espiritual determinada. En verdad, es
ilegítimo todo poder que menoscabe la libertad, destruya la dignidad del
hombre o cultive nuevas y más refinadas formas de esclavitud.

El hombre frente al poder del Estado

Al constituirse el poder, el hombre queda desamparado a merced de la


voluntad de los gobernantes. A partir de ese momento el hombre habrá de
preguntarse repetidamente: ¿ Quién custodia a los custodios?
Las formas polític.as primitivas enseñan cómo se ejerció ese poder en for­
ma. violenta y despiadada en contra del hombre. Éste fue bestia de carga,
esclavo, siervo, siempre en una constante capitis diminutio.
Mas el hombre luchó por su libertad, combatió déspotas y tiranos, formó
instituciones y paulatinamente conquistó principios que limitaron la acción
del poder público.
De este modo se ha llegado a un concepto más desarrollado del poder deT
Estado en que la validez normativa apareée como poder del Estado. "El
llamado poder del Estado no es sino el Derecho del Estado, desde el mo-­
mento en que el objeto de una teoría jurídica sólo puede ser el Derecho; una
simple etiqueta gramatical ha hecho variar totalmente su contenido." Hans
Kelsen, Teoría (ob. cit., pág. 126.)

Las tareaJS del poder público: orden, cultura y progreso

Aunque hayan existido épocas de la historia en las que el gobernante asu­


mió el poder "como una cosa propia", como un Derecho que recibía o que
heredaba, en la raíz misma de la Constitución del poder está la de servir a la
comunidad que lo constituye.
Todo poder público se instituye para beneficio del pueblo, sin que nin­
gún grupo político social, pueda esgrimir un Derecho mejor que el que origi­
nariamente le corresponde al pueblo.
El Estado y las instituciones que de él se derivan han sido instituidas.
para servir a la sociedad; cualquier agrupación política, social o espiritual,
que pretenda sojuzgar al hombre esclavizándolo en el engranaje de una orga-­
nización abrumadora, es contraria a la misma naturaleza humana.
La sabiduría de un grupo social reside en que todos colaboren en propó­
sitos comunes, con el beneficio de los mismos derechos y con la realización
de las mismas aspiraciones.
La paz es un factor esencial de la vida social que debe estar siempre apo­
yada por el poder público. No una paz de tregua, de espera, de transición,.
310 ANDRÉs SERRA ROJAS

sino la paz permanente en un mundo total de seguridad total, sin amenazas


futuras, sin solapadas políticas internacionales.
La cultura es otro factor de la vida social necesario para que el hombre
aspire al descubrimiento de los muchos mundos, que se esconden en su alre­
dedor. Los pueblos cultos son siempre pueblos responsables, aunque a veces
la historia nos enseña que la cultura es el medio para construir los "grandes
monstruos" de la vida política del mundo moderno. Mucho saber entristece
a los pueblos, pero en el saber se encierra el secreto de una vida mejor.
El progreso social necesario como superación moral y material, debe enca­
minarse hacia un objetivo determinado: dominio sobre la naturaleza física,
para lograr algún día la transformación de la naturalez ahumana. El sentir
democrático que domina nuestro pensamiento nos hace presentir que los gru­
pos humanos con altos niveles de cultura, encontrarán los valores necesarios
de la vida social, para hacer otro mundo, que, desde luego, debe ~er radical­
mente diferente a este inmenso basurero de nuestros afanes.
La organización de nuestra conducta permanentemente dirigida a un in­
terés social nos lleva a la idea de institución, a diferencia de otros conceptos
de institución usados en el Derecho público y privado.
El poder público como fuerza organizada, para apoyar el orden estatal es
un orden institucional del cual emanan otras instituciones de muy diversos
-sentidos. Más adelante nos ocuparemos de la organización política y admi­
nistrativa del Estado para realizar sus fines.
"Las instituciones sociales son la suma total de las pautas (Dicciona:rio de
Sociología, F.C.E., pág. 157), relaciones, procesos e instrumentos materiales
estructurados en torno a un interés social de importancia. Toda institución
puede comprender tradiciones, costumbres, leyes, funcionarios, convenciones,
juntamente con instrumentos físicos como edificios, máquin3s, sistemas de co­
municación, etc. Las instituciones sociales de reconocimiento más general son
la familia, la Iglesia, o religión, la escuela o enseñanza, el Estado, el sistema
-económico y aqueJIos otros elementos menores como el recreo, el arte; etc. Las
instituciones son las principales componentes de la cultura." (Fairchild.)
El desarrollo de las instituciones nace y se estimula con el nacimiento del
Estado moderno. El Estado moderno es un Estado institucional, que al estimu­
lar al individuo como parte integrante de una sociedad, ve en ésta el objeto
inmediato de su actividad.

Las formas del poder político

Hemos indicado que el poder del Estado es una fuerza material y jurídica
-que una sociedad concentra en una organización política detenninada. Esa
fuerza corresponde al órgano y aunque sea una persona física la que lo ejer­
za, no es a ella en su calidad particular a la que s:! le asigna el Derecho de
~jercer el poder. El poder tiene una misión y es la de realizar el bien público.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 311

El poder aparece como "una o autoridad para dominar a los


homt>res. refrenarlos y controlarlos, obtener su obediencia y encauzar su ac­
tividad en direcciones determinadas". (Dic., pág. 224.)
Una sociedad que ha a la forma política superior que es el Es­
tado, engendra todo un sistema de relaciones de poder que se contienen en
la organización político administrativa del Estado. poder es superior
al poder del Estado, porque éste es el resultado de una lucha de varios siglos.
entre que trataron de reducir el poder del monarca, luego el poder
del mismo Estado. el Estado tiene el monopolio del poder legalj pero
aun así necesita apoyarse en la opinión pública y en los principios justos de
su actuación.
Sin el Derecho el poder del Estado sería una fuerza
indominable. Hechos de fuerza engendran procesos de V1lJ1CJl11.-''''
y la sociedad no elabore directamente el
dico estar apoyado en la sociedad que lo soporta. 36
Sin el el Estado no tendría la autoridad suficiente para
llT'es¡:)()r:tsa~ble:s. a los a los a los incon­
formes. El poder Estado se vierte en la ley en la forma de una coacción
material, o de un sistema de sanciones proporcionadas a la magnitud de la
orden o de la violación. "La fuerza militar es un
del poder político. pág. En la democracia el po­
der político es la resultante de la lucha de los partidos y de las orga­
nizaciones políticas. En realidad, el poder principalmente, en una mi­
noría de líderes que dominan el parlamento y otras y que de
esa suerte las reacciones políticas ante las económicas im­
nn,rt~¡n 1"",,"
El fenómeno social del poder se ha manifestado bajo diversas formas y de
acuerdo con el desarrollo cultural de cada pueblo.

El poder público y las instituciones jurídicas

La necesidad de un orden aparece como un suceso natural en eT


desarrollo social. Desde las formas políticas hasta el su úni­
ca justificación es servir a fines de la sociedad que lo creó.
Pero la historia orientada la voluntad de los hombres ha otro'
derrotero. Constituido el pronto desvió el de hombres que Jo.
detentaban, sus propósitos verdaderos. Las luchas la acumulación de
"..._. ___ , el ejercicio mismo del mando, originaron las clases sociales y la or­
ganización política en de servir a la se puso al servicio de esos

36 Para el maestro Antonio Caso, "el Estado totalitario lo es todo, lo abarca todo,"
todo 10 incluye en su reivindica sí la vida social Íntegra y plena. No admite
fuera de su ser otro ser. el de los principios y el fin de todos los fines. Er
principio y el fin
312 ANDRÉS SERRA ROJAS

a formar grupos de que se


ampararon en nquezas, hlasones, tradiciones.
Paralela a esta deformación de la sociedad y del la so­
y apoyando el orden jurídico injusto; y el segundo protegiendo esos

corrió la lucha del hombre por su libertad. Ríos enteros de sangre

servían para unas cuantas líneas de reconocimiento de un Derecho.

Europa presencia el advenimiento de las nacionalidades y los Estados ita­

lianos presiden el nacimiento del Estado.


El orden se convierte en un orden más extenso, más
-con nuevos elementos de protección del sistema de El
de la vida social domina toda la pero su mayor intensidad
en los absolutistas del XVlll.
No es una lucha contra las formas de gobierno y contra las ideas políti­
cas esta tarea corresponde a los filósofos. Es una lucha
de personas determinadas que han prostituido el ejercicio del
la Revolución Francesa. Mientras el pueblo de París muere de
realeza derrocha el dinero arrancado al pueblo. La lucha contra
nante, lleva a la lucha en contra de las instituciones que deforman
el ambiente. Y surg.::n las constituciones y las declaraciones de los derechos
-del hombre y del ciudadano.
Mas en otros aspectos dominando el Derecho el que carac­
teriza va la del Estado. Y la doctrina llega a negar h caracte-
Estado a los que establecen y mantienen el orden injusto. Un Dere­
resume en la Declaración Universal de los Derechos Humanos

Pero no una métrica adecuada para medir la justicia o la


-de los principios Países conservadores se encierran en
ciones y soportan un decadente o . en tanto que
otros, como los norteamericanos con la Constitución de Philadelphia de 1787,
apenas si formulan las muy indispensables reformas para deducir del texto
"casi eterno y casi inviolable" las nuevas soluciones que exigen los aconteci­
mientos de actualidad.
y a la conclusión más terminante: el Estado en verdad
el mundo del deber ser y éste la mayor de las veces no a la
realidad al auténtico desarrollo los hechos de la vida cotidiana.
El Estado aparece como un fantasma en su proyección y como una trágica
Tealidad cuando se interna en los complicados de la vida social.
Imaginarnos al poder como una fuerza material es desvirtuar su
de ser un social, institucional o constitucionaL La fuerza
debe radicar en el en los principios de social
en un Estado se concreten en su orden jurídico. En la tesis de
Derecho justo luchar con el orden in justo. ¿ Mas cuál es la métrica que
ser útil para delimitar el campo de lo y de lo injusto aplicado
a la vida social? No hay otra referencia que clamor que ante los
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 313

sufrimientos colectivos demanda nuevas formas sociales, económicas y polí­


ticas. El poder que no sirve al pueblo es un poder ilegítimo.
"El poder político se institucionaliza en las sociedades modernas", afirma
Cotarelo, oh. cit., pág. 99. Y agrega: "El poder político personificado en el
Estado se caracteriza además, como subrayan Maurice y André Hauriou, por
su carácter de superposición y centralización, de poder político (exclusión
de la base patrimonial y en su capacidad de imponer obediencia), y de poder
civil y temporal. Una característica del fin del poder del Estado será la de
su carácter soberano."
El poder se traduce en la concentración de la fuerza material y de la fuer­
za jurídica, es decir, es una posibilidad de dominio, de imperio o facultad o
jurisdicción para mandar y ejecutar una cosa. Mandar es una consecuencia
del poder: manda el superior al inferior, le impone su voluntad que puede
ser la propia o la voluntad social contenida en una norma.
Se puede tener poder y no mandar como en el caso del que tiene una
posibilidad de hacer una cosa y no la realiza por circunstancias diversas.
Normalmente poder y mando son correlativos: se tiene poder para mandar
o exigir u ordenar. El mando es asumir autoridad y poder del gobernante
que se traduce en la sumisión del gobernado. Dijo Druon: "Voto, elección,
plebiscito son los aspectos más evidentes del consentimiento. Pero el abando­
no, la aceptación, el silencio pueden ser también formas de sufragio."
Todo ser humano tiene algún poder y asume algún mando, como el padre
sobre los hijos, el maestro sobre el discípulo, el comerciante o industrial so­
bre sus trabajadores y así podríamos multiplicar los ejemplos de numerosas
posibilidades de mandos sociales. Todos ellos son aspectos parciales o limita­
dos de la vida social. Los llamados así en general: fenómenos sociales de
poder y mando. Es propio del ser humano manejar esta energía espiritual y
material scbre determinadas personas. Se puede disponer de un poder como
ejercicio de un legítimo Derecho; o los casos anormales. Manuel Fraga Iri­
barne, Prólogo a la obra de J. Blanco Ande, Teoría del poder nos dice: "La
sociedad humana funciona a b3,Se de organizaciones cada vez más complejas,
a lo que obliga al crecimiento de la población, la densidad de sus asenta­
mientos, y la creciente tecnificación de las relaciones humanas. Esas organi­
zaciones producen Podcr<!s enormes de base económica, militar, informativa
y política propiamente dicha. El poder de los dueños de la General Motors o
de los dirigentes de un gran sindicato inglés, o del Pentágono, o de una ca­
dena de televisión o del Secretario General del Partido Comunista de la
URSS, son enormes. Este libro analiza cómo surgen los problemas que exi"
gen soluciones de autoridad, cómo se articulan los Poderes sociales, en dife­
rentes funciones; y la resultante de todo ello para el Poder del Estado y su
ejercicio."
"El Poder se ejerce con distintas fórmulas de legitimación; pero es siem­
pre la alternativa el caos. Esto no qUIere decir que el Poder no pueda ser
objeto d~ abuso; el clásico tema de la Ciencia Política es cómo hacer a la vez
que el Poder sea eficaz y responsable."
314 SERRA ROJAS

Un Estado por que sea o se le considere puede la vida


de otro Estado.
Por su parte ob. pág. 181, al hablar del
indica: "es . elementos internos están de tal manera dIspuestos que,
subordinándose al de dominación a la autoridad y a la co:rn¡:.etlmc:ia.
resulta el poder de sí mismo y puede así consagrarse a su

5. EL DERECHO

Estado y Derecho como productos sociales

El Derecho es un fenómeno, se manifiesta


la forma de un de reglas sociales, asegurauas un mecanis-
mo de coacción socialmente organizado, que traduce las exillencias~ de una
cQmunidad encaminada a ordenar y la conducta de los
hombres. 31
El Gobierno o grupo crea el que es un Derecho jus­
to o injusto su contenido y condiciones, con base a que es un poder
exclusivo y soberano al se le encomienda tomar las decisiones políticas
fundamentales, sin que implique que una sociedad deba renunciara decir
la última palabra sobre su normal mantenimiento. La "brutal" o
arbitraria del Derecho es la negación de la libertad y de la humana
y el a sus más nobles valores. El Estado de es el adalid
de los. indiscutibles como la justicia, la libertad, la el bien
común y otros. Su ha significado el tránsito de la acción tiránica
del poder institucional de los sistemas contt'mporáneos.
El Derecho como realidad social es la más disciplina norma­
tiva que ofrece varias acepciones importantes, cuyo emoleo debe cuidadosa­
mente utilizarse para no incurrir en errores.
Podemos citar estas aceociones bajo las cuales se la terminología

a) Con la Derecho aludimos a lo que es o recto, en una


a lo que es mío o me pertenece, pero a lo que oertenece a
l>V'L;II~ua'u. o a un grupo social determinado.
b) La Derecho se refiere a la ley como constante de la
conducta, en esta hablamos del Derecho u ordenamiento
jurídico o en a un conjunto de normas creadas los hombres, en
una sociedad para regir obligatoriamente la La posi.
tividad del Derecho se apoya en su efectiva aun cuando algunos
autores, la hacen depender de su eficacia o facticidad. Kelsen afirma que el
Derecho es creado y anulado por actos de los hombres.

31 Arnaldo SocÍ4dad y Estado en el mundo moderno, Editorial Grijalvo,


1976.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 315

el cambiante según
el e por el , se alude a un ilu­
sorio y Derecho natural, a quien se llama "un Derecho mayor,
más elevado, inmu table en el espacio y en el tiempo e independien te del
legislador". (K. Knipers.) Ante esta exaltada proclamación del Derecho na­
tural, nos obliga a esta afirmación : no que el Derecho
py,.rp'",('m de la ley natural.
el Derecho que impone facultades, derechos y
nes, es una facultad de hacer o no en esta se alude al Dere­
cho como un de relaciones que tienen por fina­
lidad en forma una conducta humana determinada.
Es indudable que al Derecho le corresponde una elevada misión como
es la del mantenimiento de la armonía de la paz, de la tranquilidad,
de la entre los y sobre todo, el de realizar la
social.
Las condiciones reales del mundo frente a las grandes carencias colectivas
--de hombres e provocan numerosas encona­
dos y universales. La lucha del en particu­
se transforma en la lucha por la existencia de
Derecho, en el ámbito nacional y en el interna-
es capaz de crear un orden de de intereses colectivos y de
realización de elevadas finalidades para condicionar la conducta
de los y de los Por lo que se refiere a es crear
un
El Derecho en nuestros días no es más que voluntad del
Estado de robustecido con las libertades reconocidas
por la Revolución no es más que la "obra , porque la ac­
tividad estatal ha acabado por dominar la vida humana en todos sus
La filosofía del Derecho -como parte importante de la filosofía de la
ria- es también filosofía política, porque siendo el Derecho una norma de
y de medio" en el debate ella no tener
validez sin un orden político fuerte y eficaz que la envuelva y
Podemos describir la evolución del Derecho y del Estado en los términos

a) La sociedad es la creadora del Derecho, bajo la forma de exigencias


normativas; morales y Por ello el viejo
"donde Derecho", ubi societas Habremos
de referirnos a una idealidad normativa que cobra especial realidad merced
a la acción social. La sociedad sus redes "la red sm cos­
turas" para en ellas y para encaminarse a formas
de vida.
El orden y el Derecho son factores esenciales de una vida civilizada.
b) A través del Derecho se realizan importantes finalidades con
el Derecho se construir órdenes instituciones en­
316 ANDRÉS SERRA ROJAS

tre ellas la institución de instituciones que es el orden político supremo o


Estado y la realización del bien común, llamados los fínes existenciales del
hombre.
e) Ante la insuficiencia del orden social como anteriormente los primi­
tivos ordenamientos religiosos, para encauzar la conducta humana, la socie­
dad emplea el Derecho para crear un orden coactivo diferente, que es el or­
den político.
d) Con el Derecho se estructura el Aparato del Estado, como un ente
real esclavado en el mundo de la cultura. El sistema de normas es el creador
del orden institucional político. No concebimos en la actualidad el Derecho
sin el Estado y viceversa. Diferente en su esencia Estado y Derecho enlazan
estrechamente en propósitos análogos. Como toda obra humana y en el trans­
curso de la historia, el Derecho se empeña en formas jurídicas y políticas
cada vez más perfectas, luchando por transformar las formas de organización y
se empeña en desterrar las formas injustas, arbitrarias y tiránicas.
e) Ninguna fuerza exclusivista o egoísta crea el Derecho pero la sociedad
la emplea para asegurar la obligatoriedad de las normas. El poder puede apa­
recer como una fuerza ciega, pero una sociedad civilizada sólo puede aceptar
el poder jurídico, que es la fuerza subordinada o utilizada por el orden
jurídico para mover a los remisos al cumplimip.nto de la ley. El poder coac­
tivo del Estado es un elemento fundamental para la eficacia del Derecho.
Las teorías anarquistas resultan inconcebibles porque no podemos imagi­
narnos una organización social, con la total ausencia de toda forma de Estado
o de Gobierno. Tampoco podemos pensar, en el estado actual de nuestro
medio social, en una norma carente de coacción que sólo incite a actuar por
medio de una hipotética persuasión o reiterado convencimiento. Es muy im­
portante el valor práctico de la fuerza social, pero ella debe combinarse con
todos los posibles medios de aceptación pacífica, en comunidades a las que
previamente debe convencerse de su utilidad. En una sociedad altamente
desarrollada el empleo de la fuerza es menor que en los países atrasados.
El comunismo que se funda en el principio de la propiedad pública de
103 medios materiales de producción y de servicio público, económico, no
puede prescindir del orden jurídico y del propio orden coactivo. El más so­
mero análisis del orden constitucional y administrativo de la Unión de Repú­
blicas Socialistas Soviéticas nos ofrece un conjunto de normas, cuyo creci­
miento es incontenible. Pero la comprensión del Derecho es diferente a la del
mundo democrático occidental. Para Vhysinsky el Derecho es una categoría
al servicio de los intereses económicos y políticos de los obreros y campesinos.
Someterse al Derecho no tiene otra significación que participar en la cons­
trucción del socialismo comunista.
Hay profundas diferencias entre el socialismo democrático y el comunis­
mo, sobre todo porque éste repudia el reformismo estatal, los principios del
desarrollo social, las medidas económicas fragmentarias o de evolución lenta.
Sin embargo, tenemos la impresión de que el comunismo soviético se acerca
más en puridad a las tesis socialistas --{;on las cuales señala un retorno--, que
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 317

con el sistema comunista chino, enemigo de la coexistencia pacífica, que as­


pira a una transformación radical de la sociedad, vale decir, de su orden
jurídico integral. Si el Estado democrático vive su propia ansiedad, no le
van en la zaga los Estados socialistas. 38 El mundo camina hacia un socialis­
mo racional y humano, alejándose de los sistemas liberales imperantes. El
próximo siglo XXI será una continuación de estos graves problemas.

La evolución jurídica

Hemos indicado con anterioridad que el D~recho pertenece al mundo de


la cultura, es decir, al mundo de las creaciones sociales.
El profesor R. Stammler (La génesis del Derecho, pág. 7) formula esta
consideraci6n: "Si suponemos que hubo un tiempo en siglos remotos en que
no existían ni Derecho ni leyes, podemos preguntamos cuándo ha desapare­
cido tal estado de cosas o en otros términos, cómo apareció el primer orden
jurídico."
Después de analizar diferentes opiniones, él concluye que "lo único que
cabe afirmar con seguridad es que dondequiera que a-parecen seres humanos,
encontramos siempre una ordenación jurídica". En el curso de la historia no
dejan de manifestarse desde el primer momento fenómenos de carácter jurí­
dico indiscutible, sin que existan los fundamentos de un Estado en sentido
moderno. "El problema está en saber como sea posible y realizable la forma­
ción y desenvolvimiento de un orden jurídico en tales territorios."
Stammler, afirma que "la noción del Derecho no es más que un aspecto
del problema de la voluntad. No se trata de un objeto físico con existencia
real, ni de un método para reducir a ordenación las percepciones de nuestros
sentidos corporales. El Derecho es pura y simplemente una voluntad que
tiende a la consecución de determinados fines, valiéndose de aquellos medios
que pueden servir para su realización. La génesis psicológica de la noción de
Derecho, debidamente esclarecida radica en el germen común de toda vo­
luntad. Es propio de la naturaleza del hombre recoger en su espíritu ciertas
impresiones que son base psicológica de su conocimiento, mientras que su
voluntad tiene por resorte psicológico los fines que se propone y persigue".
El hombre es un animal social por naturaleza; donde se encuentre se
manifiesta el Derecho. La teoría de Juan Jacobo Rousseau, de un estado
de naturaleza desprovisto de un principio jurídico es inaceptable e ilógica.
La misma unidad del grupo social se explica por la existencia de ciertas
formas jurídicas rudimentarias, principalmente aquellas que mantienen la
supervivencia individual o la protección de la comunidad.
La venganza, el hábito y la imitación son elementos que surgen en los
primeros grupos para mantener la vida de relación. El poder rudimentario

38 Henri Chambre, L'Unwn Souiétique. lntroduction a ['elude dlJ ses institutions,


París, Lib. Gen. de Droit et de Jur.
318 ANDRÉS SERRA ROJAS

inicial no individualizado señala una larga etapa en la que el hombre vive


dominado por sus instintos. Muchos han de transcurrir para que el
se se individualice y se subordine a un principio de direc­
ción consciente y a una acción del grupo más intencionada en cuanto a la
misma de una autoridad.

del aparece en la legislación de Hammurabi, y en el Anti­


guo Testamento, es un elemento que nos permite conjeturar sobre el estado
anímico de seres colocados en una linea divisoria entre lo racional
y lo meramente instintivo.
Otras instituciones rudimentarias se sucedieron como la compo­
sición, los hasta la definición misma de una autoridad ru­
dimentaria o es otra cosa que la capacidad de unos hombres
para influir sobre subordinarlos a la obediencia. "Es difícil, dice
Stammler, determinar cuál sea la mecánica del influjo de la
amenaza. y si reflexionamos un poco sobre ello vemos que lo mismo acon­
tece con toda influencia Los resortes, y las presiones que mueven
la conducta del hombre una trama inexplicable para nuestro es­
píritu."
El hombre se ha muchos dominando "las malas
de las bestias". Hasta entonces la vida social no ha sido "más que un mero
subsistir", ahora el hombre con como son un buen cere­
bro en el que desarrolla el conocimiento y la inteligen­
se dispone a una nueva y noble tarea: "la de coexistir socialmente".
La historia que nos interesa apenas si comprende los últimos diez
mil años, en que la vida social comienza a manifestarse en grupos nómadas
muy
En toda sociedad una vinculación que le da unidad, que
hace depender a los seres unos con respecto a otros. Aparece la so­
ciedad como una unidad sui en forma simbólica "como un todo
vivo compuesto de Mas la sociedad como el propio Estado no
son organismos, sino entidades de muy diferente naturaleza.
Si no existieran fuerzas que aniquilan o perturban al
el orden social hubiera sido el desarrollo de una comunidad.
El hambre, el sexo, el el interés, el temor y otros tantos
factores de discordia, de de desavenencia hacen que la propia
sociedad construya sus elementos de defensa internos y externos.
La norma moral establece un límite de nuestras acciones indebidas, erige
a nuestra conciencia en su no sin antes reconocer ciertos
principios o valores que no s?r traspasados por el hombre en perjui­
cio de los demás. Podemos "un hombre integralmente moral",
lo suficientemente fuerte del mundo un lugar civilizado.
Mas no hay estos en el fondo todo hom­
bre actúa, con frecuencia y las mejores eco·
n6micas y como no son en su realidad otra cosa
que el reconocimiento de personales y sociales. Con esto
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 319

no negamos el valor de las fuerzas positivas, sin cuya presencia el mundo


hubiera sido un caos.
¿Por qué hay pobres y ricos? ¿Por qué una sociedad se divide en clases
sociales antagónicas? ¿ Por qué la fuerza es la suprema reguladora de la vida
social? ¿Por qué la sanción hace posible el mantenimiento del orden jurídico?
La explicación la encontramos en el desarrollo de la misma vida social,
creando continuamente vencedores y vencidos, luchas sociales interminables,
profundas injusticias humanas. Dos de las más grandes actividades hwnanas
como son el comercio y la industria, se basan en el espíritu de lucro, en el
ansia de riquezas, en un franco propósito de explotación, las más de las ve­
ces con finalidades antisociales.
Ante la insuficiencia del orden social surge el orden jurídico y el orden
político. Esos fenómenos son coetáneos o muy cercanos en su manifestación.
El orden jurídico primitivo surge con las primeras prácticas consuetudina­
rias, usos, hábitos, recomendaciones o procesos de autodefensa colectiva. Ellas
son el fiel reflejo de la mentalidad de la horda, la tribu, el clan totémico,
la fratría, con sus vestigios indudables de normas consuetudinarias y de un
régimen autoritario.
El orden jurídico en la etapa siguiente, corresponde al mundo de la ley
escrita, que S2 combina con la situación jurídica anterior, en una evolución
que va de la Ley de las Doce Tablas hasta el COTPUS JUTis Civilis Y los glo­
sadores, del Código de Napoleón a la Declaración de los Derechos del Hom­
bre y del Ciudadano; de la aparición del constitucionalismo hasta el Estado
de Derecho moderno de bienestar y de justicia social.
El orden jurídico se desarrolla en largos siglos de evolución de la costum­
bre y de la norma, hasta llevarnos a las nuevas formas jurídicas. En este
estadio el Derecho aparece como una norma de conducta social externa, con
finalidades sociales precisas, que se elabora y se mantiene por el Estado. El
Derecho constantemente está renovando su contenido ideológico.
El orden político surge con la primera diferenciación entre gobernantes
y gobernados. Ningún orden jurídico o político se mantiene por sí mismo,
es indispensable la presencia de la autoridad o poder público. La evolución
consistirá en subordinar esa fuerza social al Derecho, hasta constituir su for­
ma más elevada que es el Estado, un orden coactivo jurídico superior. Por
ello autores tan eminentes como Hegel, afirman "que únicamente en el Es­
tado y por el Estado realiza el hombre los más altos valore~ de su exis­
tencia".
En esta última fase el Estado no es como "la epidermis" al cuerpo hu­
mano, porque ni la sociedad ni el Estado son organismos. Aunque son fenó­
menos externos a nosotros, sin embargo, ellos adquieren conciencia en nues­
tro propio espíritu, que los mantiene por el beneficio que le reporta, por
nuestra constante y tácita adhesión o por la fuerza de las circunstancias.
El Estado es a manera de "un ropaje" que se vincula a los fenómenos
sociales de nuestro vivir social. Es una creación artificial de la sociedad que
se forma paulatinamente en un constante trabajo social. Pero que adquiere
320 ANDRÉs SEMA ROJAS

vida por la voluntad misma de los seres humanos, como gObernantes o go­
bernados, empeñados en que lo inerme se anime y cobre una vida material
y que a la postre se reduce a conducta humana.
Podemos imaginarnos, como lo hacen las tesis socialistas, que el Estado
puede dar paso a otras jurídicas y políticas.
La sociedad ha al ella Para ello
la sociedad necesita al grupo
de seres humanos que y
renunciado de ser la creadora, la defínidora v la sancionadora del orden

Naturaleza del Derecho

La observación de las comunidades humanas nos revela en todas ellas la


¡encia de un orden jurídico, inicialmente o hasta
modernas estructuras jurídicas en la ciencia del Derecho y las
nuevas técnicas jurídicas.
El orden jurídico se determina por una necesidad social, unida a los
beneficios que la coordinación de las actividades humanas. Una
voluntad colectiva se ha manifestado para crear normas
en beneficio de una colectividad.
Como toda creación humana ella ha estado sujeta a los múltiples fac­
a desajustes derivados de la forma como los gobernantes co­
a la creación y aplicación de ese orden jurídico; o la misma acción
sociales para aceptar o rebelarse en contra del Derecho
o InCOnvemente.
se mantiene por un de coacciones
en otros casos por la el hábito, la conveniencia o por la indo­
lencia colectiva.
El sistema jurídico lo mismo que la comunidad política a una
que sufre embate de los
colectivas de
ataques a la libertad o a la wgmuau Humaua.
A través de toda la historia Derecho y Política corren en una evolución
Cada gobierno trata de imponer sus propias ideas y los
mientas para realizarlas. Pero el orden jurídico anterior no desaparece total­
mente porque va quedando un residuo de sistemas, teorías o principios que
tarde o temorano desaoarecerán o se transformarán. frente a la. acción de las
nuevas
La norma de las condiciones sociales y de
un pueblo, ella se o traduce el sentimiento medio social, en tanto que
de existir jurídicos, traducidos en leyes, que pueden re-
una imposiclOn gobernante, o una medida caprichosa o arbi­
traria que acaba por formar parte de un Derecho en transición o que
pronto caen en desuso.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 321

Son las condiciones mismas de la vida social las que determinan el em­
pleo de la coacción. Un orden superior equilibrado y consciente, podría
c!iminar la coacción y hacerla desaparecer como característica general del
Derecho, mas esto resulta difícil de realizar por el complejo de problemas de
las modernas sociedades. Por hoy la eficacia de la norma jurídica depende
de la fuerza coactiva del Estado.
En una época de profunda transformación como la que atravesamos, la
organización estatal debe disponer de la suficiente fuerza material y moral
para hacer cumplir sus determinaciones. El mundo contempla cómo se han
perfeccionado los órganos de coacción, como el ejército, la policía, y otras
fuerzas similares.
El problema de la naturaleza del Derecho se liga estrechamente al pro­
blema de la legitimidad de los gobiernos. En principio todo gobierno que
ejerce el poder público encarna en la persona de los gobernantes la legiti­
midad del mismo. Dos problemas se presentan: la legitimidad del origen del
cual emanan los titulares, y la justificación de sus actos encaminados al man­
tenimiento del orden jurídico. Las tentativas de subversión de la sociedad
moderna tienden a contradecir estos propósitos.
El significado de la legitimidad se concreta en determinar la estrecha
relación entre la acción política y la conformidad al orden jurídico. El cum­
plimiento estricto del orden jurídico electoral mantiene la legitimidad de­
mocrática. Esto da una sólida base a la acción gubernamental, que requiere
en el transcurso del mandato, verse apoyada en la opinión pública nacional
lo cual indudablemente sobrepasa al mismo orden jurídico. La sociología
política actual se empeña en desentrañar esas corrientes de opinión que ex­
plican, en las naciones más desarrolladas, el mecanismo de sus instituciones
políticas.
Raymond Poli n (en la obra L'idee de legitimité, Presses Universitaires de
France, pág. 17, capítulo relativo al "Análisis filosófico de la idea de legiti­
midad") nos dice:
"El problema de la legitimidad no parece haber existido entre los griegos.
Si se toma la palabra legitimidad en su sentido débil de conformidad a las
leyes del Estado, ella se reduce al sentido de legalidad, que era ciertamente
de uso corriente. Pero si se toma la palabra de legitimidad en su sentido
fuerte, cuando ella designa la legitimidad de un poder, de una autoridad,
muy particularmente la legitimidad de la autoridad suprema en el Estado,
ninguna palabra, ningún problema no I~ corresponde aún. Podríamos decir
solamente que Aristóteles en su distinción de los buenos y de los malos go­
biernos, demuestra que los primeros obran en el sentido de la justicia y del
bien común, se ha aproximado un poco al problema. La idea de legitimidad
parece aparecer más tardíamente a consecuencia de una convergencia de
preocupaciones: la investigación por los juristas romanos de una fuente últi­
ma de autoridad (populus imperium et potestatem con/erat, dice Ulpiano);
aparición, en los cristianos, sobre todo con San Gregorio el Grande, de una
teoría de Derecho divino; costumbres germánicas en fin, en el siglo XIX, en
322 ANDRÉS SERRA ROJAS

las cuales la costumbre de la s,ucesión hereditaria se provee de una elección


por los grandes y por el pueblo."
Las grandes transfonnaciones jurídicas y políticas del mundo moderno
y contemporáneo acuden a las ideas democráticas para sustentar el Derecho y
la Política. Estas son las palabras de Rousseau frecuentemente citadas: "El
más fuerte no es jamás bastante fuerte para ser siempre el dueño, si él no
transfonna su fuerza en Derecho y la obediencia en deber." Es decir, la base
más segura de todo gobierno es siempre apoyarse en el pueblo, a falta de él,
en las grandes mayorías.
Las grandes convulsiones sociales, políticas y económicas de nuestras ideas
son ataques frontales a las instituciones, en particular a las instituciones jurí­
dicas. Sin embargo, hasta hoy no podemos prescindir de un cierto número
de leyes que ordenen la convivencia. Aun en los países comunistas no se ha
prescindido del Derecho y de la ley como elementos necesarios de su organi­
zación. P. Romashkin (en la obra Fundamentos del Derecho Soviético, Aca­
demia de Ciencias de la URSS, Moscú, 1962, pág. 19) nos dice a este respecto :
"Luego de tomar el poder en sus manos la clase obrera y los campesinos del
país soviético no sólo crearon el Estado socialista de los trabajadores, sino
que establecieron asimismo su Derecho socialista. Por su esencia, el Derecho
socialista es la voluntad erigida en la ley, de la clase obrera y de todos los
trabajadores, cuyo contenido está determinado por las condiciones materia­
les de vida de la sociedad soviética. Condicionado en definitiva por la eco­
nomía socialista, el Derecho soviético consolida las grandes victorias del pue­
blo soviético en el terreno económico y cultural y el desarrollo progresivo del
Estado socialista. Al mismo tiempo, el Derecho influye activamente en la eco­
nomía. El Derecho soviético es un sistema de normas, establecidas por el Es­
tado soviético, llamadas a contribuir al afianzamiento del orden público,
que impulsa el desarrollo de la sociedad por la senda del comunismo. El
Derecho y la legalidad socialista fijan y defienden el régimen social y estatal
y su base económica: el sistema socialista de economía y la propiedad socia­
lista, los derechos y las libertades de los ciudadanos soviéticos, aseguran el
desarrollo y el fortalecimiento de las relaciones sociales socialistas."

Relaciones entre el Derecho y el Estado


Cualquiera que sean las doctrinas elaboradas para explicar la natura­
leza de las relaciones humanas, es inconcuso que en el largo proceso de la
historia el hombre aporta, en mayor o menor escala su libertad para hacer
posible la vida socia1. 89
Cada organización política maneja este sistema de libertades limitándo­
llas, restringiéndolas o tolerando un relativo goce de esas libertades, que en

39 Luis Legaz Lacambra, Humanismo, Estado y Derecho, Bosch, Casa Ed., Bar­
celona, 1960, 1 vol., 412 págs.
Rudolf Starnmler, Doctrinas modernas sobre el Derecho y el Estado, Compañía Ge­
neral Editora, 1941, México, 1 vol., 220 págs.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 323

de la vida en so­
ciedad severas para el mantenimiento
del orden, ya sea por nuestra voluntad o por medio de la opresión.
El Derecho es el orden que envuelve la conducta al aparecer
como un conjunto de normas de moral social provistas de una sanción polí­
tica. Estado y Derecho son dos de la vida social, creadores del or­
den d~ntro del cual se sitúan nuestras acciones.
No nada escrito sobre el destino del hombre desde aparece éste
sobre la Tierra. Con el respeto debido a todas las teológicas y
apartándonos de toda tesis evolucionista, lo que nos interesa es que la historia
nos enseña que el hombre es el constructor de su propio mundo culturaL
Acción y reacción contra el mundo de la no para vencerlo sino
para a esa cámara de acero que es el mundo de las leyes natu­
rales. El Estado democrático en lo interno del federalismo y
en cambio se acentúa en las de los Estados. El camino de la demo­
cracia conduce en el futuro a una enorme federación mundial. En esta tarea
el Derecho tiene una misión directa y eficaz en tratados
y en las convenciones internacionales una principios que
tan penosamente va el mundo.
Cada día son en mayor número los preceptos del Derecho inter­
no en los que domina el interés o interés "Mi derecho" sufre
la transformación extremosa de Derecho", Como no la
idea de un Derecho natural, es necesario encontrar en la fecunda acti,'idad
humana. el hilo orientador de un mundo nuevo en que todos vamos en el
mismo barco y no podemos ponerlo en peligro.
Debemos reflexionar con serena intención que el Derecho no es
sino la solución que una o han dado a un sociaL
La ley no es eterna y su contenido va cambiando estimulado por las grandes
carencias sociales.
"El Derecho sin la fuerza es llUIJVC<O' pero la fuerza sin el Derecho es
barbarie:" D:ce Leon Duguit.
"Hay, ante que implantar o conservar el Estado de . y or­
denarlo conforme al criterio formal de la justicia. El Estado de Derecho
nifica que la social es de este tipo: se ha desterrado el arbi­
los apetitos la casualidad, el antojo
individual del " Afirma Luis l:\.t:caseIlS

El Estado de Derecho

Entre las numerosas I-'HHVll1C~ que se han elaborado para precisar las rela­
ciones entre el Derecho y el debemos comenzar por examinar ~'F>"'"'~J
de las posiciones debatidas.
Desde luego nos muy adecuado el planteamiento que hace el pro­
fesor Pablo Lucas en su obr3.: La lucha por el Derecho, Bolonia, pá­
324 ANDRÉS SERRA ROJAS

en estos términos: el es mucho más


ceñirse enteramente la actividad de los estatales al
¿ Es capaz el Derecho de satisfactoriameste a las exi\len­
cías sociales? Si el Estado se acomoda a normas jurídicas, ¿
salvar el hiatus que le separa de la realidad social? ¿ Cómo se las
Estado para resolver los acuciantes sociales sin violar
del Derecho y los derechos ¿Es posible desarrollar una política
sf'cial a la altura de los tiempos actuales sin salirse de los cauces jurídicos?
¿ Cabe una sumisión estricta a la parte de la Administración, ante la
de determinados asuntos o complejidad de casos que rá­
y solución? A estas cuestiones nos referiremos en ge­
nerales."
Es un hecho indudable las necesarias e relaciones que
existen entre el Estado y el Jo que no obsta a considerarlos con in­
de,pendenCl<l. ya que son entidades diversas.
. un de fuerza o dominación a través de toda la historia. El
hombre al por su libertad, en por lo que ha luchado es
el imoerio del Derecho y de la el mantenimiento de un es
sometido al Derecho. Estado no sometido al Derecho es la
arbitrariedad y la negación de la libertad. Es en las tiranías en las que se
manifiesta la arbitrariedad.
Es necesario analizar varias de
L La etapa de confusión en la que la fuerza se manifiesta como
una dominación coactiva del grupo sociaL Esto no excluye que ciertas co­
munidades se relacionen socialmente en forma pacífica y por vínculos de
o de necesidad económica.
2. En una etapa las formas
sos de fuerza o pero en el
la que el hombre emplea el Derecho como un elemento ¡mn".t.,reY'>
vida y cuyo valor se mide o determina en función
grupo social. A una sociedad un Derecho
formas Dolíticas primitivas. Afirmamos las formas políticas nacen en un
proceso sociaL El orden es coetáneo del orden y
orden económico.
formas no son fen6menos anteriores a la vida social sino
\"V.U;":;I...U.CUI...La. directa de ella. El hombre no ha sido nunca ni en
ni aun en la vida moderna. Lo que llamamos Iiber­
polí tico y social. Cuando las
cartas fundamentales aluden a esta libertad se refieren a una Iimitaci6n indi­
vidual. La más hermosa y la más necesaria de las utopías es lo que se llama
la libertad.
3. En una tercera etapa que al mundo moderno, el Derecho
ha evolucionado principalmente el Derecho privado, y las formas de
los clanes a los imperios, se transforman en la suprema institución por exce­
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 325

lencia que es el Estado. La Revolución Francesa confirma el desenvolvimien­


to del Estado de Derecho, que luego se desarrolló en las naciones occiden­
tales.
El Estado nace en un orden jurídico anterior, porque es el producto
o la consecuencia de la evolución simultánea del Derecho y de las formas
políticas iniciales. Es en el Derecho Penal del que arranca el proceso de ga­
rantías para limitar la acción arbitraria del Poder Público. Es un momento
histórico en que esos factores se unen, y como una consecuencia de la apari­
ción de las naciones, la reestructuración de la vida social europea, culmina
con formas políticas superiores: el Estado como un orden jurídico total.
El Estado elabora su propio Derecho, es el creador de todas las institu­
ciones nuevas que reclama la vida social. La lucha entre un Derecho que
nace espontáneamente de las relaciones y el Derecho positivo concluye. Aho­
ra es el Estado el que interpreta esa vida social, la encauza o acepta lo que
debe entrar al campo de la juridicidad. La normación jurídica es una nor­
mación exclusivamente estatal.
La concepción actual del Estado de Derecho ha sido precisada en estos
términos por la Comisión Internacional de Juristas de La Haya en dos cam­
pos o aspectos:
l. El Estado de Derecho dimana de los derechos del hombre, según se han
desenvuelto históricamente en la lucha eterna del hombre en busca de li­
brtad. 2. Los medios de hacer efectivo el respeto a estos derechos son: inde­
pendencia del poder judicial, responsabilidad de la administración por sus
propios actos, Derecho del ciudadano a elegir abogado y sistema policial con­
trolado por la ley. (Francisco López Nieto, El procedimiento administrativo,
Ed. Bosch, Barcelona, 1960, pág. 13. )
Como hemos de confinnar más adelante, el Estado de Derecho se carac­
teriza por el imperio de la ley, el principio de la división de poderes, el man­
tenimiento del régimen de legalidad de la administración y el reconocimiento
a nivel nacional e internacional de los derechos fundamentales del hombre.

Crítica a la teoría social de Romano

Se debe a Romano la teoría de la pluralidad de los órdenes jurídicos, cuyo


planteamiento ha provocado vivas discusiones y una interesante crítica del
profesor Groppali.
El Derecho no es un producto exclusivamente estatal, pues así se ~ani­
fiesta en todas las organizaciones vigentes. Todas estas entidades son produc­
toras de normas jurídicas, que crean y mantienen su propio Derecho.
¿ Hasta qué punto los órdenes de esas entidades tienen eficacia como crea­
doras de jurídicas? El Derecho antes de ser norma, afirma Romano, es ante
todo posición, organización de un ente social, y es éste el que comunica a la
norma como a un producto o derivación suya, su naturaleza jurídica y no
viceversa. El orden jurídico es una entidad que se mueve como piececilJas
326 ANDRÉS SERRA ROJAS

en un tablero del las nonnas mismas que así representan más bien
el medio de su actividad y no un elemento de su estructura.
Groppali se muestra en desacuerdo con la de Romano porque en
la base de toda institución existe, contemporáneo con su misma constitución,
un complejo de nonnas disciplinan al menos su organización, en cuanto
que con el nacimiento un ente, se establecen también las nonnas que re-
su estructura y sus actividades fundamentales: la institución e~ por
consiguiente el el posterius de una o más nonnas que la fundan
y la : y no la causa, el prius de o nonnas. Y agrega:
"Quien dice institución, dice orden,
im:pUica.n un conjunto de relaciones entre varios
su comportamiento. Cualquier for­
ma convIvencIa socIal, ae la más simple a la más no puede nece­
sariamente sino dar lugar a la producción de nonnas o a través
de la costumbre o mediante acuerdos en fonna contractual o el trámi­
te de imposiciones de un superior y observadas por los " Alessan­
dro (Doctrina del Estado, III.)

La tesis de la identidad de Hans Kelsen

Debemos a Hans su teoría de la identidad entre el Estado y De­


recho. Estamos en de un autor que ha una influencia nota­
ble en el conocimiento del Estado moderno. En canítulos anteriores de esta
obra hemos hecho referencia al sistema kelseniano, y a su slgIllllcaclOIl en la
Ciencia Política actual.
El Estado es pura y un sistema nonnativo, a saber: el siste­
ma del orden jurídico vigente. Si pretendo detenninar cuál es el Estado me-
no otra referencia más directa y eficiente que acudir al orden
jurídico que actualmente está. en los Estados U nidos Mexicanos. cons­
tituido por su Constitución y por las demás disposiciones en
Este orden es el único nos puede resolver todos los pDobllenlas
que se susciten en tomo al Estado. Constitución, por cuál
es el es decir, el ámbito espacial dentro del cual
las nonnas de la legislación la misma Carta precisa cuáles son
los mexicanos y los extranjeros, a los les va a aplicar ese orden
los poderes, las la
tiva, la situación del individuo frente al y en general, cualquier pro­
blema en torno al Estado necesariamente debe ser un problema jurídico.
es el Derecho el el contorno de la vida social y
el perímetro; el Derecho es que viene a trazar las fronteras de lo estatal.
Las nonnas jurídicas trazan la fonna geométrica del Estado.
La persona jurídica del Estado representa una shitesis o sistema unitario
de un conjunto de nonnas que regulan la conducta recíproca de una serie de
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 327

hombres. El Estado aparece como la personificación metafórica de la totali­


dad del ordenamiento jurídico positivo.
Uno de los temas más discutidos por la teoría sociológica es el que se
refiere a la naturaleza del poder, enjuiciado por esa teoría como una fase
del proceso social, un substrato real del Estado ajeno al Derecho. Kelsen ha
afirmado definitivamente que eso que se llama poder del Estado no es una
fuerza material sino una fuerza psicológica. Consistente en el hecho de que
ciertos hombres, funcionarios, se comportan de determinada manera, a saber:
se conducen cumpliendo normas jurídicas.
La relación entr<! Estado y Derecho es una relación de identilad, son una
r la misma cosa, dos palabras para designar el mismo objeto.
Para que haya norma jurídica es preciso que haya también una instancia
de imposición coercitiva de la misma, porque de 10 contrario no tendríamos
una norma de Derecho, sino otra clase de norma. Esta trabazón entre la con­
ducta conceptuada en la norina y la imposición coercitiva de la misma, es
10 que constituye la estructura lógica esencial del Derecho.
El Derecho positivo no existe aparte del Estado, sino que es el Estado
mismo. La identidad es manifiesta y su relación es notoria como dos cosas
idénticas. Todos los temas de la Teoría General del Estado son cuestiones
en torno a la validez o vigencia del orden jurídico.

La preeminencia del Estado cerno creador del orden jurídico

Entre las numerosas opmlOnes que se han elaborado para definir las re­
laciones entre el Estado y el Derecho, queremos destacar dos tesis importantes:
1. Aquellas que suponen que el Estado es el creador del Derecho y que
todo el orden jurídico es una expresión de la voluntad del Estado, el cual
es soberano para someterse al orden que él ha creado, limitando su acción.
2. Aquellas tesis que suponen que además del Estado existen otras fuen­
tes sociales de creación del Derecho, que constituyen entidades que compar­
ten con el Estado el ejercicio del poder como los grupos de presión.
Para el profesor Giorgio del Vecchio (Teoría del Estado, pág. 245, Ed.
Bosch, Barcelona), "el primero de tales errores, consiste en suponer que el
Estado es el creador del Derecho, y con él Íntimamente enlazado, figura otro,
el de que el Derecho halle su fundamento en el poder y en el querer ad libi­
tu-m del Estado exclusivamente. La verdad es, por el contrario, que el Dere­
cho brota del espíritu humano y que las espontáneas y múltiples manifesta­
ciones de las mentes individuales se tienden a compaginar y coordinarse en
sistemas, convergiendo en aquel centro común de referencia que es precisa­
mente el Estado. ~ste consigue así la cualidad de persona jurídica supraindi­
"idual, y en calidad de tal, siempre que encuentre el suficiente consentimien­
to de la voluntad social preponderante, puede también producir normas
jurídicas, así como dar el sello estatal a aquellas otras que han surgido inde­
pendientemente de él, por ejemplo, bajo la forma de costumbre".
328 SERRA ROJAS

. "El del Estado no es, sin embargo, nunca mera relación


de fuerza, sino que siempre su fuente y su límite en el concurso real de
aquellos factores que han determinado su génesis, que le aportan de continuo
las propias y las siempre renovadas No conviene olvidar
en modo este efectivo y perenne proceso, si se admite que,
un aspecto meramente todas las normas que un orden
positivo son válidas en cuanto resultan 'queridas por Estado', como
fuesen irradiaciones suyas. Tal es la simple y habitual construcción UV~Ul"'­
tica de un sistema que halla, por lo demás, raíces mucho más complejas tanto
en la realidad histórica como en la " (Página
Otras opiniones establecen Estado con respecto al Derecho.
Derecho natural consideran derechos son anteriores
al mismo por lo que éste no tiene para destruirlos, elimi­
narlos o transformarlos.
La escuela racionalista y la escuela histérica parten del reconocimiento
de los derechos del hombre, alcanzados como conquistas humanas que ponen
un valladar a la omnipotencia del Estado.
La escuela moderna de los derechos sociales reconoce estos derechos como
graves limitaciones a la acción del Estado.

EsfataJidad del Derecho


Se ha afirmado que todo Derecho emana del Estado y se ha
como ejemplos en que el Derecho internacional y en otros
el Derecho canónico, no son creaciones del Estado.
El Derecho internacional aparece todavía como un Derecho en proceso
de formación. Los Estados aún no son muy fieles y respetuosos a los conve­
nios internacionales. Por el contrario, el cuadro actual del mundo interna-
antagonismo y discrepancia entre las naciones.
Aun cuando es el conjunto de normas contenidas en
la Carta de San Francisco. que croo la las Naciones
sobre de tipo interna-
llamarse con propiedad normas jurídicas per­
fectas porque adolecen de numerosas imperfecciones, bastaría señalar la ausen­
cia de un medio coactivo internacional, que hoy, s610 se intenta aplicar
a las naciones pequeñas y que no tiene alguna cuando se refiere a
las potencias.
Derecho de recomendaciones no tiene la calidad de un auténtico
orden a lo más son normas precursoras de una futura organización
en la que la igualdad de las naciones sea un hecho.
Por otra en nuestro orden los tratados que el Estado ce­
lebre "deben estar de acuerdo con la Constitución" según el artículo 133
constitucionaL Lo cual quiere decir que nuestro orden jurídico interno no
pude ser destruido o limitado por un tratado, lo cual le resta a la norma
constitucional su facticidad.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 329

El Derecho canónico es un Derecho restringido a las comunidades reli­


giosas, presentándose el problema de diversa manera según los países. En
nuestro país el artículo 130 constitucional dispone que "la ley no reconoce
personalidad alguna a las agrupaciones religiosas denominadas iglesias". De
todas maneras en su organización este Derecho tiene eficacia pero no trascien­
de al orden jurídico general.
Nuestra posición nos obliga a definirnos rompiendo con toda concepción
jusnaturailsta y apegándonos a un sentido realista de las relaciones sociales.
Todo Derecho debe' estar orientado hacia un ideal de justicia que se deri,'a
de .la misma vida social y no de fantasmagorías ilusorias que no hacen sino
deformar la verdadera naturaleza del fenómeno político.
"La justicia es primeramente una posibilidad, mas no una cualidad necc­
saria de un orden social regulador de las relaciones mutuas de los hombres",
afirma Kelsen (¿Qué es la justicia?, p. I.). Sentir que la justicia es un valor
social que se va infiltrando en nuestros actos, en nuestra propia experiencia,
a manera de una brújula segura que se empeña en no desviarnos de la ruta
que necesariamente deben trazar y seguir las comunidades humanas. No de­
bemos desilusionarnos de una entidad como la justicia que no parece estar
en el campo de la realidad sensible, porque hay un conjunto de realidades
espirituales que actúan en nuestra vida y le dan sentido.

Relaciones entre el poder y el orden jurídico y el Estado

El Estado es un orden integrado por el Derecho pero debe concebirse


como unidad, como totalidad, como fuerza integradora. El Derecho es la fun­
ción específica del Estado, digamos la diferencia que debe existir entre "el ele­
mento ordenador" y "el elemento ordenado".
U na sociedad puede o no estar de acuerdo con el orden jurídico positivo,
pero sólo es en el mecanismo de ese mismo orden como puede transformarlo
o llegar por la violencia a una revolución. Siempre en la sociedad hay un
orden superior de valores ideales, por los cuales lucha e invierte sus mejores
talentos, pero no siempre el poder público se muestra propicio a tales adqui­
siciones, porque frente a una filosofía social hay una actividad política, siem­
pre mezquina y torpe, que el gobierno debe sobrellevar o tolerar o mostrarse
preocupado ante la provocación de otros problemas mayores, La política se
traduce en transigir, tolerar, demorar, mistificar y aun destruir, las causas
que son perjudiciales al bien público.
"El ejercicio del poder mediante la promulgación y ejecución de unas leyes,
sin otro sistema valorativo, como pretendía la Teoría pura del Derecho, de
Kelsen, no basta para calificar al Estado como un Estado de Derecho. En
realidad, los poderes más despóticos y tirániws se han ejercido a través de
unas leyes que, en ocasiones, no sólo conferían estabilidad a tal sistema de po­
der, sino que pretendían fundar en ellas su legitimidad; y, generalm~nte,
además, se trataba de una normatividad muy elaborada y de alto nivel too­
330 ANDRÉS SERRA ROJAS

r!Co y dogmático (como la kelseniana). Baste a1


polos simétricos en la Historia de la en el
Hammurabi, en piedra, en la que el rey recibiendo las
del dios el año 1950 antes de Cristo, el perfecto sistema jurídico
elaborado por la alemana, en unas leyes que tenían
un nivel técnico no superado y que fueron el instrumento 'legitimador' de la
barbarie hitleriana (1933-1945, después de "
Desde luego el Estado es un orden coactivo. La norma sin la coac­
ción establecería un hipotético Estado realizar, para ser efectivo se nece­
sita que el orden establezca para su realización y
un conjunto de que den vida y los postulados :.. ""~:~~ 40
El Estado v Derecho se implican en una relación de

que se puedan concebir el uno con

otro. "En contra de tesis, dice Del basta observar que toda
sociedad tiende a establecer su propio y así también tienen carácter
jurídico las de tipo familiar, anteriores al Estado, aunque in­
dependientes acaso también adversas al mismo así como otras que
incluso trascienden límites del Estado mismo.".n
"Ni el Derecho es una cosa que esté por sí misma, fuera y encima del
Estado, porque el y la forma a de la cual
el Estado se y manda, ni el Estado otra parte, obrar in­
dependientemente del Derecho, porque a de éste se forma, manifiesta
y realiza su voluntad." Groppali, 111.
El Estado de Derecho aparece como la culminación de una de
arbitrariedades abusos del poder público, eliminados o réducidos a través
de las luchas que a su triunfo, van concretando en normas jurídicas
un orden cada vez más creciente, hasta alcanzar el principio de le!ralidad o
sea la total subordinación del Estado a su orden jurídico.

Normo.tividad versus Sociología Política

El Estado es una organización hecha Jos hombres y para los hombres.


El Estado cn sí mismo no significaría si no estuviera y forta­
lecido por los grupos de presión y de tensión de una sociedad, por la opinión
pública
Los son seres humanos que presencian el drama ellos
no tienen más elementos que la gran fuerza coactiva y la fuerza moral de

4(1 "El Poder de la Administración tiene que ser esencialmente es decir,


limitado la "R. Fernández de Velasco.
<11 misma de la seguridad que llama al Estado a su
propia sujeción a las leyes. El Estado ha sido Llamado a legislar s610 con de
que él mismo se por sujeto a su, El detentador del Poder deja de estar jus­
tificado en su a legislar, tan pronto como él mismo rehuye el cumplimiento de
sus leyes." G. ob. cit., pág. 237.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 331

que dispone el Estado. Gobierno es dirección, pero dirección de seres huma­


nos a los que hay que convenCer por todos los medios de difusión del pensa­
miento de que dispone el poder público, y en general por los factores reales
de poder.
Hay grandes procesos políticos encaminados a afectar de una manera o
de otra la acción gubernamental. Ésta es más segura, más firme y decidida,
si detrás de ella cuenta con la opinión general favorable; y será más indicaz,
irregular y violenta si ella le es desfavorable.
El poder público puede emplear la fuerza de que dispone el Estado en
contra de las libertades y derechos del hombre, puede destruir y pervertir el
sentido de las instituciones, puede en una palabra, abusar de su fuerza. Mas
con ello lo que hace es minar su propia organización, destruir las fuerLas
naturales y sociales que le dan vida al Estado, que no es una cosa muerta o
materializada o petrificada, sino un todo que vive en la conciencia de cada
uno de sus ciudadanos.
"La ley suprema de la justicia, dice Del Vecchio, que da normas a la ac­
tividad del Estado, vale también para señalar las bases de las relaciones entre
Estado y Estado" y agrega: "Los dos ordenamientos jurídicos, el estatal y el
interestatal, que derivan de un mismo principio, están en realidad estrecha­
mente conexos entre sí. Cuando más actúe y cumpla un Estado en su propio
interior la justicia tanto más se sentirá lógicamente y naturalmente dispuesto
a participar en un sistema más amplio y elevado de unión internacional, de
acuerdo con esa misma idea de la justicia."
"El crecimiento inmoderado de los poderes y funciones del gobierno, es el
carácter más alarmante de la época moderna. En muchos aspectos nos halla­
mos, en este sentido, peor que bajo el Imperio Romano y en condiciones
parecidas al despotismo de los pueblos asiáticos. A medida que el Estado se
adueña de la economía nacional, se consolida un despotismo semejante al de
las épocas más negras de la historia. Y la nueva situación encontraría alguna
excusa si el régimen del Estado totalitario acabase con la pobreza, pero lo
que enseña la experiencia es que un Estado dominante, cargado de militaris­
mo y burocracia, aumenta la pobreza general en vez de disminuirla." (Cris­
topher Dawson, Religion and the Modern State, pág. 65.)
No debemos, en ningún caso, desvincular el orden jurídico de la sociedad
que lo crea y fortalece o lo acepta. Precisando los conceptos de validez y vi­
gencia del Derecho, afirma Legaz:
"La validez pertenece a la esencia del Derecho; la expresión Derecho vá­
lido es un juicio analítico y a priori; la vigencia, en cambio, es un accidente;
Derecho vigente es un juicio sintético y a posteriori, extraído de la experien­
cia ... Validez del Derecho significa exigibilidad del mismo mientras no es
formalmente derogado ... nació como un valor indisoluble unido a él y con
independencia completa de la vigencia." Pero cuando la vigencia no se pro­
duce absolutamente, "la validez queda en el aire yen realidad se evapora y
se desvanece romo un fantasma . .. Una norma que, hipotéticamente fuese
desobedecidi'l por todos los súbditos, aun cuando fuese siempre aplicada por
ANDRÉs SERRA ROJAS

los jueces, perdería su validez.no porque su vigencia, sino porque en sí


misma no reuni6, o perdi6 si alguna vez tuvo, todas las condiciones para
ser Derecho válido: pues a éste le corresponde servir al bien común y no es
del bien común lo que todos o la mayor parte, rechazan como inútil o per­
tubador".

RESUMEN DEL TEMA EL ESTADO y EL DERECHO

El Estado es una realidad amplia y compleja en el ámbito de la convi.


vencia humana.
Un hecho social, un poder organizado y supremo. Una institución dotada
de una teleología y un fenómeno jurídico.
En la a:ctualidad vivimos el Estado de Derecho. Se . _
arbitraria y despótica a la institución jurídicamente regulada y limitada.
El Estado es fuente de las nonnas juríJicas. Sus tribunales interpretan las
leyes.
Estado y Derecho: fonnan un binomio indisoluble.
El Derecho es una norma constante que regula la conducta del hombre
en sociedad, se origina en la naturaleza propia del hombre. Al regular el oro
den brota en el dominio de los fines existenciales del hombre.
Supone la cooperación social y la promueve, requiere el consentimiento
para durar.
La coercibilidad: la naturaleza humana asegura su eficacia.
del Derecho: autonomía del individuo. Contrato social. La insti­
tución. La voluntad del pueblo. El poder efectivo de mando. La forma de
produción. El espíritu objetivo. El sentimiento del Derecho. Los valores de la
personalidad. La hipótesis jurídica fundamental.
El origen del Derecho en los fines existenciales del hombre.
Otros: que concretiza la ley natural.
El Derecho es el conjunto de normas que la convivencia humana.
Con poder coactivo. Para la realización de los fines existenciales de los
hombres.
Históricamente no hubo fronteras entre la costumbre. La moral y el De·
recho.
Dike: Todo lo que es recto.

Dikaios: El hombre que cumple la

En la Edad Media se confunde la moral y el Derecho.

Ta:rdó en aparecer la característica del Derecho.

Hoy predomina su objetivo, normas bilaterales que rigen impera­


tivamente.
Rige la conducta externa del hombre. Detrás del Derecho está un poder
organizado.
La seguridad en las relaciones sociáles.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO 333

Fin~ del Derecho: La utilidad común o bien común, o sea las condiciones
materiales y espirituales que permiten al hombre la perfección plena de su
naturoleza racioTUll.
Persigue la seguridad y la justicia. Está al servicio de fines superiores.
Un instrumento para alcanzar el bienestar humano.
Derecho, política y poder del Estado. El Derecho aparece vinculado al
poder político que lo define y garantiza.
Vivir el orden jurídico. Concretiza el orden. O lo institucionaliza.
El Derecho positivo es el vigente en un momento determinado. Con vali­
dez y eficacia inmediata. El Derecho justo.
El Derecho no queda reducido a una mera manifestación del poder pú­
blico. Se irwolucra en la trama entera de la vida social.
El mismo Estado está sometido a las normas jurídicas. No es la autoridad
del Estado la que hace la ley. Muchas fuerzas concurren.
Consentido por el pueblo. Tácito o expreso.
El Estado y el Derecho: el problema de sus mutuas relaciones.
La acción del poder público, el Derecho señala los cauces estrictos de la
actividad y da origen al orden.
¿Cuál debe prevalecer? ¿O cómo deben armonizarse?
Derecho: carácter cons~rvador, normativo, regulador:

Actividad política: creador, innovador, libre.

El Estado debe definir. Aplicar y sancionar. Saber si el Estado puede con­


vivir con el Derecho.
Estado y Derecho: son entes distintos, pero relacionados. Es sola o idén­
tica cosa. Coinciden. Relaciones entre el Estado y el orden jurídico. Se im­
plican. El Derecho es una mención o refer~ncia al Estado.

BIBLIOGRAFÍA SUMARIA

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Rodríguez Paniagua, José María, Ley y Derecho, Ed. Tecnos.
Tamayo y Salmorán, Rolando, Sobre el sistema jurídico y su creación, UNA~f,
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