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Todos tenemos un panda rojo interior

 Una de sus mejores historias Originales en mucho tiempo, apelando más a la


diversión, combinada con equilibrada inteligencia, una moraleja que no se siente
forzada, humor adolescente y algunos momentos de cotidianeidad que harán
recordar a algunas espectadoras los lazos familiares con sus familias, es más a
todos. La Ganadora del Oscar Domee Shi elabora un argumento que tanto tiene
su mensaje de unión familiar como también en medio de los estragos de una
´maldición milenaria´ se toma el tiempo para mostrar una evolución física de sus
personajes, tratar la menstruación de la manera en cómo lo hace la directora y en
un filme animado es una muestra clara de un Pixar que se puede atrever a
explorar tópicos más allá de juguetes, peces, carros, hormigas, emociones,
monstruos o aún en su punto más bajo con la música y la muerte. Además,
sumamos la exploración de la sexualidad, ese libiido que se genera cuando el
grupo de chicas pasa fuera de la miscelánea y observan ´discretamente´ a Devon
o cuando se encuentran en el campo de prácticas y lanzan piropos a los
deportistas (algo que en Twitter resultaría en un acto condenable, como unas
jovencitas pueden dirigirse así a unos chicos sin pensar en su vulnerabilidad,
fragilidad…) Y el panda, una metáfora impecable sobre esos cambios físicos y
hormonales propios de la adolescencia. Ya habíamos visto una transformación en
un personaje principal en la Ganadora del Oscar Pixar´s “Brave” (2012) pero el
tratamiento que Domee Shi es más liberador que el que Mark Andrews y Brenda
Chapman usaron. Y es ahí lo importante de saber jugar bien con las sutilezas y no
solo echar mano de ellas sin una base sólida argumental.

Quizá esté de sobra decirlo, pero en términos de producción Pixar no nos


defraudó en ningún aspecto. De principio a fin, la línea narrativa es preciosa, muy
acertada e inteligente. Los detalles que acompañan el guion hacen a Mei un
personaje muy identificable para muchas de nosotras. La animación es
verdaderamente un trabajo artesanal, cada rayo de luz, cada sombra y textura
hacen de la experiencia visual un deleite. El reparto de las voces funciona
maravillosamente y el diseño sonoro es fenomenal. Y como la cereza del pastel,
de la mano de Ludwig Göransson, Billie Eilish y Finneas O’Connell musicalizan
esta cinta.

Lo que hace tan divertida y emocional a Red es que tiene diferentes


interpretaciones dependiendo de la persona que la vea. Para los mayores, nos
recuerda a lo que fue el inicio de la adolescencia, que fueron tiempos terribles de
grandes cambios, hicimos cosas muy extrañas en nuestra intimidad y en general
el mundo parecía estar en nuestra contra. Red nos hace voltear a ver esa etapa
con una honestidad que nos permite reírnos de esa vergüenza con la que
cargamos.

Por otro lado, está su público principal, los que apenas están por llegar a la
pubertad. Para ellos será muy divertido ver Red, pero si logran ver más allá de su
belleza, se encontrarán con una advertencia de lo que está por venir, no en un mal
sentido, más bien como una advertencia de que no deben dejarse subyugar por la
vergüenza que generaciones pasadas cargamos y que ha llegado hasta deshacer
relaciones.

Red es una película muy especial, incluso dentro del repertorio de Pixar, pues creo
que muy pocas películas dirigidas a un público infantil se atreven a hablar de
temas como la adolescencia con tanta franqueza, sin pudor. Necesitamos más
películas así y por lo mientras, Red se volverá un clásico.

Shi, D. (2022). Turning Red. Estados Unidos: DC Entertainment.

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