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Análisis de “Niñas araña”: Una historia real de marginalidad y delincuencia juvenil

chilena surgida en una toma de Peñalolén llevada al cine


I
El presente ensayo busca generar un análisis sobre uno de los casos policiales que
alcanzó gran notoriedad el año 2005 cuando una banda compuesta por alrededor de cinco
jóvenes de sexo femenino fue arrestada mientras robaban un edificio que se encontraba sin
sus dueños ubicado en el barrio alto. Lo particular de este caso es que eran jóvenes
adolescentes que no superaban los 13 años de edad, quienes habitaban en la toma de terreno
“Modelo” ubicada en la comuna de Peñalolén y empleaban todas sus habilidades tanto
sociales para engañar a conserjes y a la vez físicas al trepar edificios de grandes alturas.
Vidas de jóvenes con historias de familias disfuncionales, abandono, marginalidad y
carencia afectiva es una realidad muy presente en la sociedad chilena, décadas tras décadas
y parece que no hay solución real a las necesidades de la gente pobre.
En primera instancia esta historia fue llevada al teatro por el dramaturgo Luis
Barrales en el año 2005, para luego volver a ser retomada esta tesis social en una película el
año 2017 por el director Guillermo Helo, la cual analizaremos sobre las problemáticas
presentes y que pueden ayudar para generar reflexiones y sea un aporte a la formación
socio-histórica dentro y fuera de las salas de clase.
II
La historia comienza con la puesta en escena de tres adolescentes de sexo femenino:
Avy, Cindy y Stephany, a quienes se muestran transitando sus vivencias en una toma de
terreno, calles de tierra, casas de material ligero conocidas como mediaguas, que dentro de
cada una de ellas se viven diferentes historias, pero con el factor común, la pobreza. Cada
una tiene sus aspiraciones y dilemas existenciales; La líder de este grupo vive con su madre
y padre, ambos viven el alcoholismo como parte de su rutina y que por no pagar la cuota
del comité de la toma sus días están prácticamente contados viviendo allí; Su amiga Cindy
se encuentra embarazada y eso le causa emoción, aspira a ser una buena madre y darle una
vida diferente a la vida que tiene en su vientre; Por ultimo esta la vida de Stephany quien es
quien es totalmente abierta en manifestar sus ansias por ser una modelo como esas
“famosas de la tele”. Sin más deberes o responsabilidades – como la de ir al colegio -
decide Avi salir en busca de sus amigas para proponerles la idea de que salgan a dar una
vuelta, pero de esas que dejan – en relación a alguna cosa material de valor que puedan
reducir en el mercado negro- . Van y toman una micro dispuestas a arrojarse a otras
realidades de la ciudad, llena de edificios, calles pavimentadas, autos de alta gama, centros
comerciales, todo lo que uno puede encontrar en una sociedad moderna capitalista por
medio de la televisión sin importar la condición social del que uno provenga. Pasan por
fuera de un kioko esquina donde se quedan viendo las revistas que en primera plana
muestran a modelos – lo que hoy se conocen de mejor manera como influencer- personas
de la farándula, ostentando sus viajes por el mundo, sus vidas totalmente llenas de
satisfacción económica y material – los lujos y el dinero-. Una de las participantes queda
por así decirlo embobada con una modelo, a lo que su amiga – la líder- le dice: “ya oh, deja
de fantasear si nosotras nunca vamos a poder ser como ellas, aparte no tienes el mismo pelo
o color de piel que tiene”, a lo que responde su amiga: “aay que erí pesá, si solo la encontré
bonita nomá”. Con este pequeño parafraseo de la película podemos ir afirmando que la
película toma como trama principal la necesidad de salir de su realidad brutal para evadirse,
aunque sea un solo momento – o más bien lo que dure su estadía en los edificios que roban
en el barrio alto de Santiago- con el bombardeo constante de la cultura de consumo de este
sistema capitalista. Se adentran en los edificios y más allá del delito mismo, se busca
transmitir al vidente las emociones de los rostros que van experimentando al ir trajinando
las cosas de los ricos, acostándose, aunque sea unos minutos en sus camas con almohadas y
colchones confortantes, viendo las noticias en teles demasiadas gigantes, que si estuvieran
en sus casas de la toma ocuparían todo el espacio. Así comienza su puesta en escena de los
robos, que primero partieron por ser robos hormigas en tiendas donde sustraían esas
prendas que las hacen fantasear en sus vitrinas hasta llegar la comisión de sus robos más
osados al saltar los balcones de los edificios a grandes alturas.
Uno de los pasajes que me gustaría reflexionar es cuando están dentro de unos de
esos edificios, donde las tres amigas se explayan totalmente sobre sus apreciaciones y
autopercepciones de la vida de los pobres – ellas – y la vida de los ricos – los habitantes del
sector oriente – ya que al ir deteniéndose en las cosas que son muestra de las vivencias, la
intimidad y cualidades de la familia, Cindy se detiene en un collage de fotos donde
aparecen las vacaciones y relaciones amorosas de los miembros de la familia, donde se
percata que la persona de la persona se llama Cristopher al igual que su pololo de quien
espera un hijo en su vientre. Realizan comentarios como “las medias vacaciones de este
lili” – lili una forma no tan peyorativa para referirse a alguien poco ascurrido debido a que
ha tenido todo en su vida y que goza de poca experiencia- y “más encima se llama igual que
mi pololo, me gustaría tener unas vacaciones así, y hablar dos idiomas, es más, como que
me gustaría poder traspasarle el alma de él a mi pololo, si mi Cristopher fuera más educado,
no se anduviera pescando a combos con el primer hueón que se le atraviese”; con la frase
que expresa Cindy me logró transmitir esa impotencia que encarna el personaje en su vida
misma, y más allá del miedo que puedan sentir al estar en el departamento, una de las
protagonistas termina por rematar la idea de la frustación de sus vidas al decir “no tengo
miedo, tengo pena”.
Por otra parte, la estigmatización de la televisión al dar a conocer públicamente de
los robos que estaban ocurriendo en el sector oriente no se hizo esperar. Comienza a correr
el rumor en la toma entre los demás jóvenes de que Cindy, Avi y Stephany son las que
conocen en todo Chile como “Las Arañitas”. Esto fue peor, ya que causó un doble rechazo
y estigma hacia ellas y sus familias por parte de los dirigentes del comité de la toma, ya que
la familia de la Avi estaba ya sentenciada a ser expulsada por no pagar las cuotas, ahora
tenían mayor razón al echarla por ser la familia de una de las arañitas. En una escena que se
encuentra el dirigente de la toma, el que se desempeñaba laboralmente como taxista, va a
darles el ultimátum del tiempo que pueden estar en la toma. Avi presenciando en todo
momento la situación, ya harta del problema familiar y de la toma decide sacar un fajo de
billetes y se los pasa directamente al dirigente, a quien le dice “tome aquí tiene la plata, eso
es lo que quiere, ya está”; no contento con esta salida del problema, el dirigente aparte de
estar sorprendido de la plata en efectivo les dice que ya no se trata de eso respondiendo “ a
estas alturas no se trata de la plata que deban, ustedes ya no pueden estar más acá en la
toma, nadie de los de la toma ya está contento con ustedes, no soy tan solo yo, lo único que
están haciendo es que con la presencia de ustedes, las arañitas viviendo aquí en la toma no
nos dará el gobierno la aprobación del proyecto de la toma para que tengamos por fin
nuestras casas, las que tanto hemos peleado, así que no hay más remedio, deben irse”;
cierra categóricamente.
En conclusión, me gustaría terminar con un extracto ya al fin de la película, cuando
ya están totalmente estigmatizadas y rechazadas por todos hasta por la gente de la toma
misma, ya que habían ido en reiteradas veces la policía en su búsqueda y periodistas en
busca de algun testimonio de las arañitas, deciden tomar la decisión de ir a un edificio del
barrio alto para sentir por una ultima vez como es vivir como un rico. Al ya estar en el
edificio y además en alerta de que ha llegado la policía por su presencia, deciden llamar al
mismo dirigente que trabajaba como taxista, quien se lleva tremenda sorpresa de que las
pasajeras que habían llamado para solicitar su servicio eran las mismas arañitas, se genera
automáticamente una tensión dentro del taxi, por que en primera instancia el taxista quería
que se bajaran y que iba a poner fin a todo esto entregándolas a la policía que se encontraba
a metros de ellas. Avi, quien siempre desempeño sus características innatas de líder, toma
la palabra y lo pone en una encrucijada al decirle “ya llevamos, no teni otra opción, si
quieres entregarnos vamos a soltar toda la verdad, de que tu un viejo verde nos ha estado
utilizando para realizar los robos, y además, a quién le van a creer, a ti un viejo, o a
nosotras, unas niñas menores de edad que no saben de nada”; el taxista no encuentra
respuesta ante tajante acusación y totalmente resignado asume ahora su nueva condición de
chivo expiatorio. Terminando con las últimas palabras de Avi “a la toma, por favor” como
una doble lectura, la de poder escapar luego de lugar del delito, y por otra parte, la de
volver a su origen, a su verdadero nicho etiológico.
III
Un tema importante que me gustaría abordar es el cómo se construye la historia, con
qué elementos se empieza a construir, a base de que relatos, si son estos relatos de sus
propios protagonistas, o bien son interpretaciones que se pueden hacer alejadamente desde
la academia y del mundo de la creación artística, como directores de cine, artistas, entre
otros. Ya que el año 2015, exactamente diez años transcurridos los hechos que marcaron la
crónica crónica roja del país por parte de la banda de las arañitas, lamentablemente una de
sus integrantes de 23 años decide quitarse la vida ahorcándose en su casa luego de volver
de una fiesta en la madrugada. Hasta ese momento ella estaba totalmente alejada de los
hechos delictuales y se encontraba totalmente entregada a la vida y crianza de su hijo. Esto
causó pólemica ya que la madre al ser entrevistada por los medios de comunicación narra
como transcurrieron los hechos dolorosos para su familia, ya que en todo momento
decidieron no contarle la verdad al hijo que había quedado sin su madre, diciendole que ella
se encontraba de viaje fuera del país, e inclusive no quisieron que asistiera al velorio ni al
funeral, manteniéndolo alejado. En una entrevista que se puede encontrar en un medio de
comunicación (CHV) ella dice que no saben el daño que hacen con hacer una pelicula de
este tipo, sin saber la verdadera historia de su hija, ni todo lo que han sufrido, ya que su
nieto quien hasta ese momento tenía los recuerdos cariñosos y de amor de su madre, va a
llegar a saber sobre el pasado que tuvo su madre y todo el estigma que tuvo que llevar en
sus hombros. Es así que evaluaba una posible querella contra todos quienes sean
responsables de la realización de esta película.
Aquí existe un tema bastante profundo, donde se entremezclan las ganas de exponer
un caso con demasiado revuelo en aquella época, los robos en los edificios del sector
oriente, y que sinceramente afirmo que cuando un rico es victima de un robo, saldrá en
todos los noticiarios, dejando en un ultra segundo plano la historia del victimario, que en su
pasado fue victima de una desigualdad brutal producida por el sistema capitalista, y que
peor aún, solamente vuelve a tener visibilidad en los grandes medios de comunicación al
momento de morir, medios de comunicación que en todo momento se refieren a la historia
criminal de la persona y no ha su propia historia de vida con nombre y apellido.

Linkografía
https://www.youtube.com/results?search_query=ni%C3%B1as+ara
%C3%B1as+pelicula+completa
Film
Título original: Niñas Araña. País: Chile. Año. 2017. Duración 93 minutos.
Dirección: Guillermo Helo.
Guión: Daniela Aguayo; Ticoy Rodríguez; Guillermo Helo (basado en el texto teatral de
Luis Barrales).
Fotografía: Mauro Veloso
Montaje: Javier Estévez; Juan Carlos Macias
Música: Angelo Pierattini
Reparto: Michelle Mella; Javiera Orellana; Dominique Silva; Francisca Gavilán; Pablo
Schwartz; Pablo Macaya; Patricio Contreras;

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