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DISCURSO

Nuestros jóvenes, nuestros niños deben saber que se debe honrar la memoria de los
caídos por la patria, porque además, hubo gente que sin estar obligada, sin estar convocada,
fue a dar su vida por la patria, porque los ejemplos enseñan más que mil discursos o mil
historias.
Los argentinos debemos saber diferenciar las cosas que ocurrieron, poder separar
quienes gobernaban bajo formas no democráticas, del hecho en sí que es el ejercicio de la
soberanía nacional y el rechazo al colonialismo que aún avergüenza a la humanidad en el
siglo XXI.
Las Malvinas son argentinas y no cejaremos en nuestro reclamo y convocar a todos
los argentinos a la buena memoria, a la memoria de los que dieron sus vidas, a la memoria
de los que luego no pudieron superar los traumas de la posguerra y perdieron también la
vida.
Siempre que la Nación estuvo dividida, fue derrotada desde afuera y desde adentro.
Las grandes gestas liberadoras, la de Manuel Belgrano, que no era soldado pero que ese
hizo combatiente de la libertad, la de San Martín, la de Mariano Moreno, la de Castelli, la
de Monteagudo, la de los hombres que también durante el siglo XX lucharon por lograr la
unidad de los argentinos.
En la Constitución de la Nación Argentina se ratifica la legitima e imprescriptible
soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur por ser parte integrante del territorio
nacional. La recuperación de dichos territorios se realizará respetando el modo de vida de
sus habitantes y conforme a los principios del derecho Internacional. No debemos olvidar
las palabras de Juan Bautista Alberdi “la guerra es un crimen”
Este siglo va a ser de aquellos países que logren desarrollar conocimiento,
inteligencia y mantenerse unidos para poder seguir creciendo junto a los otros países de la
región
POESIA

Juan Carlos Distéfano “Yo no calcé tu bota, compañero” (escrito un 20 de junio de


1982)

 “Soldado de mi Patria, muchacho de mi pueblo, mi criatura dormida, heredero del


viento. Qué cunas te faltaban, qué trincheras te vieron, qué fosas insondables albergaron tus
sueños. / Soldado de mi Patria, retazo de mi pueblo, misil de los ensueños. Te nombro y no
te olvido, te busco y no te encuentro, te lloro por las noches y al alba aún me acuerdo.
/Porque sos la memoria de mi Patria, y yo apenas tengo tu recuerdo. Porque sos la
conciencia de la Patria y apenitas tengo su pañuelo”.
“Yo no calcé tu bota ni anduve a tu costado. Perdóname, te juro que lo siento. Yo no
calcé tu bota de soldado, hermano y compañero. Me guarecí en el hueco de mi casa. Te
supe afuera y me quedé adentro. Me fui a barajas… y te escribí estos versos”.
“Y tuya fue la niebla y los kelpers. Y mío el capote de repuesto. Yo, confortado en
la cama de mi casa; vos, compañero, sin aliento. Yo no calcé tu bota, quedé en mis
escritorios.”

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