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TRANSMISORES DE SEÑAL

Si se ha elegido una termocupla o una termorresistencia como el sensor apropiado para una
aplicación dada, hay dos formas de transportar la información de temperatura hasta el lugar de uso.
La primera es conectar directamente el sensor, es decir, prolongar el propio alambre del sensor o
utilizar un alambre de extensión compatible hasta el punto de uso y transmitir sobre esta línea la
salida real del sensor.
La segunda opción es transmitir la salida real del sensor hasta un transmisor cercano que produce
una señal eléctrica amplificada que puede ser transportada al lugar de uso a través de un alambre de
cobre común.
El cableado directo de una termocupla o termorresistencia tiene cierto atractivo. Pero es importante
tener en cuenta que este enfoque presenta al menos tres inconvenientes: la exactitud, la estabilidad
de la señal y el costo.
La instalación de un alambre de termocupla requiere mucho cuidado. Se deben tomar precauciones
para evitar el corte del alambre o someter los conductores a distintas temperaturas. Estos aspectos
afectan la exactitud de la medición y el costo de la instalación.
Si se utiliza alambre para transmitir las mediciones, es inevitable que éste actúe como una antena
gigante y por lo tanto capture interferencias electromagnéticas y de radiofrecuencia, o sea ruido
eléctrico. Ya que la salida eléctrica de la propia termocupla es muy pequeña (la tensión en muchos
casos es menor que 0,000036 V por ºC de cambio de temperatura). La exactitud y la estabilidad de
esta señal de temperatura se verán afectados por el ruido. La captación de sólo 0,01 V puede
significar un error de medición de 28°C.
Tal interferencia es generada por muchas fuentes, incluyendo motores eléctricos, líneas de corriente
alterna y wailkie-tailkies. Como referencia, observe que un metro de longitud de alambre colocado
cerca de un wailkie-tailkie puede generar un potencial electrónico de 5 V. En muchos casos, el ruido
es intermitente y resulta difícil de seguir y eliminar. El uso de un alambre blindado ayuda pero esto
adiciona costos y no ofrece garantías.
El tercer inconveniente del cableado directo es el costo, ya que se trata de una tarea difícil y por
consiguiente cara.
La termorresistencia no requiere alambre especial pero, tal como se mencionó anteriormente, cada
instrumento necesita de tres o cuatro conductores. Ellos también están sujetos al ruido eléctrico,
aunque no en tal alto grado como las termocuplas. Para las termorresistencias se recomienda un
cableado blindado, que se suma al costo de cableado y de instalación.
Finalmente: el cableado directo también resulta caro en lo que hace a mantenimiento y reparación. El
personal de reparaciones no debe recurrir a técnicas de empalme ya que los empalmes son fuentes
conocidas de error de señal.
Por las razones ya apuntadas, el uso del cableado directo debe estar limitado a distancias cortas. En
consecuencia, se debe pensar en transmisores si la información de temperatura debe ser enviada a
más de 30 metros de distancia; incluso se deben preferir transmisores para distancias más cortas si
el ambiente es eléctricamente ruidoso o si se necesita una inusual exactitud o consistencia en las
mediciones. Los transmisores son capaces de enviar señales amplificadas de la salida del sensor a
miles de metros sin degradación.
Los transmisores pueden clasificarse como dispositivos de dos o cuatro alambres, lo que depende del
número de alambres necesarios para proveer la entrada de alimentación y para enviar la señal de
salida. Los transmisores también pueden dividirse según la salida del transmisor varíe con la tensión
o con la corriente. Y hay una tercera diferenciación entre transmisores aislados y no aislados.
Finalmente, el usuario puede elegir entre versiones analógicas o digitales. Recientemente, ha surgido
una nueva clase de transmisores de temperatura basados en microprocesadores y computación
digital. Comúnmente se los conoce como transmisores "inteligentes", habiendo sido diseñados con
muchas características previamente no disponibles en los diseños analógicos.

Dos alambres vs. Cuatro alambres


En los transmisores de dos alambres o bifilares, la energía eléctrica que alimenta al dispositivo
proviene de una batería u otra fuente en el circuito de salida del transmisor. Los únicos otros
alambres adosados al dispositivo son aquellos que provienen del sensor. Estos transmisores de dos
alambres son considerados generalmente como instrumentos de baja potencia; su salida varía de 4 a
20 mA según la temperatura medida, y el transmisor debe ser diseñado de modo que funcione aún
en el extremo inferior de ese rango.
En los transmisores de cuatro alambres o tetrafilares, la fuente de alimentación no se encuentra en el
circuito de salida; en lugar de ello; el dispositivo está conectado a una fuente independiente. En
consecuencia, los transmisores de cuatro alambres no se consideran normalmente como dispositivos
de baja potencia.

La razón más obvia para utilizar un transmisor de dos alambres es el ahorro en el costo del alambre.
Los transmisores de dos alambres por sí mismos raramente cuestan más que una versión de cuatro
alambres y consumen menos potencia, de modo que el argumento a favor de los transmisores de dos
alambres es muy fuerte.
Los dispositivos de cuatro alambres se siguen usando por haber sido los primeros disponibles en el
mercado. También son imprescindibles en ocasiones cuando, para ciertos equipos receptores, se
requiere un rango de señales de base cero desde el transmisor (por ejemplo, de O a 5 V)
En lo que hace a la elección entre salida basada en tensión o en corriente, esta última es la mas
común. No está sujeta a pérdidas en la transmisión: la corriente que circula a lo largo de un lazo es
siempre la misma en cualquier lugar. También es más exacta, ya que la salida de tensión está sujeta
a pérdidas de potencial eléctrico asociadas con la resistencia del alambre, la corrosión de las junturas
de los terminales y otros factores similares.
Aislados vs. no aislados
Tal como se mencionó anteriormente, las termocuplas suelen usar un sensor de juntura conectada a
tierra para mejorar el tiempo de respuesta. En una planta típica, hay varios circuitos eléctricos
conectados a tierra. Desafortunadamente cuando dos tierras están ubicadas a cientos de metros de
distancia una de otra, su potencial eléctrico puede ser bastante diferente y una conexión directa entre
ellas hará circular una corriente eléctrica. Este fenómeno se denomina lazo de tierra. La pequeña
corriente de un lazo de tierra puede causar un error significativo en una señal eléctrica.
Para evitar este problema, se dispone de transmisores con circuitos especiales que aislan la salida de
la entrada; estos transmisores deben usarse siempre con las termocuplas de juntura conectada a
tierra.
Aunque los sensores de termorresistencia por lo general no están conectados a tierra, tal aislación es
una buena garantía contra lazos de tierra parásitos.

Inteligentes vs. Analógicos


La familia relativamente nueva de transmisores de temperatura basados en microprocesadores o
"inteligentes" ofrece numerosas ventajas sobre los transmisores analógicos.
Una ventaja clave es la versatilidad. Un transmisor inteligente típico recibe entradas de cualquier tipo
de termocupla y acepta a la mayoría de las termorresistencias. .
(Si bien los sensores de temperatura industriales, particularmente las termocuplas, son dispositivos
significativamente no lineales, los transmisores inteligentes linealizan la señal).
Los transmisores de temperatura inteligentes tienden inherentemente a ser muy estables ante
cambios en la temperatura ambiente. En la figura 5 se compara el desempeño de los transmisores
analógicos y los inteligentes ante cambios en la temperatura ambiente.
Algunos Fabricantes mejoran esta estabilidad calibrando los transmisores a diversas temperaturas. Y
otros han ido más allá incorporando autocalibración automática en sus transmisores. Estos últimos
cuentan con tensiones de referencia internas que se actualizan periódicamente para la temperatura
ambiente prevaleciente; los ajustes internos permiten compensar cualquier deriva a largo plazo. La
autocalibración elimina virtualmente el mantenimiento periódico asociado con transmisores
analógicos.

Todo es digital
Todos los transmisores basados en microprocesador realizan operaciones matemáticas digitales y la
salida de prácticamente todos ellos es digital. La comunicación digital simplifica la configuración de un
transmisor, pero suele requerir una terminal de mano propietaria. Sin embargo, la salida de algunos
dispositivos se basa en la norma RS-232 y por lo tanto, puede ser leída por una computadora
personal.
Los fabricantes de algunos transmisores de temperatura inteligentes también ofrecen un método para
la puesta a punto de un transmisor sin el empleo de una terminal. En este caso se usa un menú
"analógico” para subir o bajar la corriente de salida del transmisor en pasos definidos, cada uno de
acuerdo a un parámetro de puesta a punto.
A la luz de todos estos atractivos que ofrecen los transmisores inteligentes, ellos serán la elección
frente a los transmisores analógicos en la mayoría de las aplicaciones. La única excepción quizás sea
la situación antes mencionada donde la señal de salida del transmisor debe ser de tensión con 0 V en
el extremo inferior del rango.

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