introducción: El objetivo principal de la Resistencia de Materiales es el de proporcionar al ingeniero los medios para analizar y diseñar estructuras o componentes capaces de soportar las cargas y acciones a las que Estos estén o pueden estar sometidos durante su vida ˙tal. Tanto el análisis como el diseño de cualquier componente estructural conlleva la determinación de tensiones y deformaciones. Los conceptos de tensión y deformación son, por tanto, básicos en la exposición de esta materia. La Resistencia de Materiales y la Teoría de la Elasticidad, como partes integrantes de la Mecánica de Salidos Deformables, son dos disciplinas con objetivos comunes: ambas abordan el estudio de la resistencia (estado de tensiones) y la rigidez (estado de deformaciones) de cuerpos sólidos deformables sometidos a la acción de sistemas de fuerzas en equilibrio estético. Asimismo, ambas parten del principio de linealidad entre acción y respuesta; esto, como se ver· en lo que sigue, implica que el comportamiento de los materiales es elástico y que los movimientos que se producen son pequeños. La Resistencia de Materiales limita su campo de aplicación a ciertos tipos de elementos estructurales (vigas, columnas, etc.) sustentados de ciertas maneras predeterminadas (apoyos simples, articulaciones, empotramientos, etc.) y sometidas a ciertos tipos de acciones (fuerzas puntuales y repartidas, generalmente, y otras acciones venidas de forma adecuada). Esta restricción previa en cuanto a las geometrías, condiciones de apoyo y acciones consideradas permite la formulación de ciertas hipótesis de partida y de un planteamiento implicado apto para la resolución analítica de multitud de problemas de ingeniería.
La Teoría de la Elasticidad, por su parte, afronta el problema
mecánico en su forma más general en cuanto a geometrías, condiciones de contorno y tipos de acciones consideradas. Esto conlleva un rigor que precisa de un planteamiento matemático que impide obtener soluciones analíticas, salvo para un número limitado de casos, requiriendo el uso de métodos numéricos aproximados (diferencias Emitas, elementos Anitos, etc.) para la resolución de la mayor parte de problemas de interés práctico. Dados sus objetivos (y principios) comunes, la Resistencia de Materiales y la Teoría de la Elasticidad siguen caminos paralelos pr·cticamente desde sus inicios y, a partir de la sistematización de ambas, no es fácil delimitar de forma nítida los ·ámbitos respectivos. Desde la perspectiva actual, es habitual considerar a la Resistencia de Materiales como una parte subordinada de la, más general, Teoría de la Elasticidad. En cualquier caso, ambas disciplinas manejan multitud de conceptos comunes, tales como los de fuerza, desplazamiento, tensión, deformación, equilibrio, compatibilidad, linealidad, etc. En este Capítulo se presentan y desarrollan los conceptos de tensión y deformación, que serán utilizados a lo largo de los temas posteriores. La noción de tensión como fuerza aplicada por unidad de superación y su relación con la resistencia estructural se debe indudablemente a Galileo. La definición moderna de deformación ingenieril como alargamiento unitario se atribuye a Cauchy, aunque ciertamente debía manejarse con anterioridad.
La Resistencia de Materiales puede considerarse como aquella parte
de la mecánica de solidos Deformables que resulta de aplicar la Teoría de la Elasticidad a un tipo restringido de problemas que se plantean en el día a día de la Ingeniería Estructural para posibilitar su resolución de forma analítica. Esta categoría de problemas viene definida, fundamentalmente, por: La restricción en la definición del problema elástico. Así, la Resistencia de Materiales se aplica a piezas prismáticas (vigas, columnas, barras, ejes, etc.) que están apoyadas, articuladas o empotradas y sometidas a la acción de fuerzas puntuales o repartidas, descensos de apoyos, cargas térmicas, etc. La adopción de ciertas hipótesis fundamentales. Estas hipótesis permiten, por un lado, definir un problema lineal y, por otro, abordar un problema inicialmente tridimensional (las piezas tienen longitud, altura y anchura) como un ensamblaje de problemas básicamente unidimensionales (las piezas se representan como líneas). Se presentan en este Capítulo, en forma breve, los fundamentos de la Resistencia de Materiales. Se introducen, primero, conceptos elementales como el de pieza, estructura, apoyo, enlace, etc., y después otros de importancia fundamental como los de esfuerzos sobre una sección, estructuras isostáticas e hiperestáticas,
Objetivo de la Resistencia de Materiales
La Resistencia de Materiales, como parte integrante de la mecánica
de Estructuras, tiene como objetivo fundamental determinar la respuesta de las estructuras cuando
Estas se ven sometidas a las diferentes acciones que deben soportar
durante su construcción y vida útil. Por respuesta estructural se entiende, básicamente, la determinación de los estados de tensión y deformación a los que la estructura va a estar sometida por efecto de los diferentes estados de carga que se consideran.
La determinación de los estados de tensión es necesaria para
comprobar la satisfacción de los criterios de resistencia que establecen las correspondientes normativas y los usos de buena práctica, de cara a garantizar la seguridad de las estructuras. Por su parte, la determinación de los estados de deformación suele ser necesaria para satisfacer los criterios de rigidez, que están a menudo ligados a requisitos de funcionalidad de las estructuras. Por tanto, la Resistencia de Materiales pretende establecer las condiciones de resistencia y rigidez de las estructuras analizadas. Ambos aspectos se abordan en los dos tipos de problemas fundamentales que se plantean en la práctica ingenieril: el dimensionamiento y la verificación de estructuras. El proceso de construcción de una estructura empieza por la concepción de Esta. En esta fase se determina su tipología y se idéntica las acciones que actuarán sobre ella. En ese momento entra en juego la Resistencia de Materiales para evaluar la respuesta estructural del correspondiente prediseño estructural. En función de los resultados obtenidos, se procede al dimensionamiento de los elementos estructurales, es decir, a dar valores concretos a las dimensiones de Estos. Después, se pasa a la fase de definición del proyecto, en la cual se persigue satisfacer los requisitos previstos. En esta fase se pueden medicar o ratica las diversas decisiones tomadas en la fase previa. En cualquier caso, se definen y concretan la tipología estructural y las acciones a considerar (peso propio, cargas vivas, etc.). Se pasa entonces a la verificación del modelo estructural resultante. Si esta comprobación a posteriori del diseño estructural es satisfactoria, se elabora el proyecto definitivo; si no lo es, es necesario volver a la fase de definición. Se procede, pues, de forma iterativa hasta que se satisfacen adecuadamente todos los requisitos necesarios. RESUMEN
En la realización de toda obra civil se requiere seguir una serie de
procesos que van desde el diseño del proyecto hasta su presupuesto y ejecución. Desde la perspectiva del diseño estructural, es necesario seguir un conjunto de lineamientos y parámetros para su desarrollo, de manera que resulte satisfactorio para el propietario y que cumpla con los requisitos de seguridad, economía y estética. Tales lineamientos y parámetros a tomar en cuenta en el diseño estructural, se deben fundamentar en procedimientos establecidos en normativas locales y especificaciones actualizadas para lograr con sus objetivos; en este sentido las estructuras de techo se encuentran en un segundo plano, ya que en el ámbito local no se cuenta con la reglamentación y cantidad de información necesaria para definir esos parámetros a seguir en un diseño de este tipo de estructura.
En la práctica común, si no se cuenta con suficiente información
acerca del diseño estructural de estructuras de techo, el encargado de la construcción asume ciertos detalles y procede muchas veces con la experiencia empírica para completar la información faltante, ya que por la falta de tiempo o conocimiento del tema se hace muy difícil completar adecuadamente el diseño. Esta práctica genera como resultado estructuras de techo deficientes en el aspecto estructural, ocasionando que los componentes fallen bajo ciertas condiciones de carga para las cuales no ha sido diseñados; por otra parte, si la solución está sobredimensionada, genera costos de ejecución mucho mayores a los que se pueden lograr siguiendo un proceso de diseño estructural optimo. El presente estudio consiste en brindar los lineamientos generales para establecer un adecuado proceso del diseño estructural de estructuras de techo a base de perfiles metálicos, basándose en una investigación de las formas estructurales más comúnmente utilizadas y comercializadas en el país, el comportamiento estructural del sistema de techo y cada uno de sus componentes y el dimensionamiento adecuado de los elementos y sus conexiones según la metodología de diseño por resistencia última. Adicionalmente se incluye el procedimiento de análisis y diseño de una estructura de techo utilizando un software de aplicación y por último la evaluación del costo directo generada por dicha estructura. DEFORMACIONES DE LAS ESTRUCTURAS
Todo elemento estructural sometido a la acción de cargas se
deforma. En la mayoría de los casos las deformaciones son imperceptibles, y deben ser medidas con el auxilio de instrumentos. Podemos definir la deformación de un elemento estructural como una alteración del estado físico debido a una fuerza mecánica externa, a una variación de temperatura, a un crecimiento de apoyos, etc. La deformación puede ser elástica, cuando desaparece al cesar la acción que lo produce, por lo que las partículas elementales del cuerpo vuelven a su posición inicial; y permanente, cuando persiste después de desaparecer la causa que lo ha producido. El elemento en el primer caso tiene un comportamiento elástico y en el segundo un comportamiento plástico o inelástico. En la Naturaleza no existen deformaciones exclusivamente elásticas o exclusivamente permanentes, pues cualquier cuerpo estructural, después de ser deformado, al cesar la acción, no vuelve nunca a las condiciones iniciales; así, aplicando un esfuerzo pequeño a un cuerpo muy poco elástico, la deformación tiende a anularse al menos en parte. En la práctica diremos que el cuerpo se comporta elásticamente cuando la deformación permanente que sufre es casi imperceptible. Para extendernos sobre las deformaciones de los elementos estructurales, vamos a clasificar los mismos y las cargas que originan las deformaciones. ELEMENTOS ESTRUCTURALES Definimos como elemento estructural a uno cualquiera de sus componentes, viga, losa, columna, etc. Pues si bien la estructura debe funcionar, y lo hace, como un conjunto, para un correcto análisis debemos conocer el comportamiento de cada uno de los elementos.
Podemos clasificar los elementos estructurales según su forma: -
elementos con una dimensión dominante; por ejemplo: vigas, columnas, pilares, pilotes. - elementos con dos dimensiones dominantes; por ejemplo: losas, tabiques antisísmicos, láminas, bóvedas, etc. - elementos con las tres dimensiones semejantes; por ejemplo: bloques de cimentación, cabezales de pilotes. Los elementos también pueden ser clasificados según el material que lo constituye, atendiendo a que la calidad del material usado es decisivo en la importancia de las deformaciones: - Acero - Hormigón armado - Hormigón pretensado - Hormigón simple o en masa - Madera - Mampostería de ladrillo o piedra CARGAS Las cargas que actúan sobre los elementos estructurales pueden ser: - Cargas concentradas: son cargas en las que el total de la fuerza está aplicada en un área muy pequeña, que idealmente se puede asimilar a un punto. - Cargas repartidas uniformemente: se trata de cargas que actúan a lo largo del elemento con un valor uniforme; cuando la carga repartida, lo es sobre un elemento de dos dimensiones dominantes, tenemos una carga repartida uniforme extendida una superficie. - Cargas repartidas variables: se trata de cargas repartidas que actúan sobre la barra, pero con valores variables a lo largo de la misma. El mismo concepto se extiende a las cargas extendidas a los elementos estructurales de dos dimensiones dominantes. El origen de una carga puede ser: - Peso propio: es la carga originada por el peso del elemento resistente. - Cargas permanentes: son las cargas debidas a partes de la construcción que no son estructurales, pero están fijadas a la misma permanentemente. - Cargas de servicio o sobrecargas: son las cargas de uso, son las que debe resistir la estructura diseñada. - Cargas por fenómenos meteorológicos: son las originadas por el viento a la nieve. - Cargas sísmicas: son las originadas por un sismo, tectónico o volcánico; inclusive sismos originados por la acción humana (sismos inducidos). - Presiones o empujes: cargas originadas por el empuje de suelos, líquidos, con dirección predominantemente horizontal.
ELECCIÓN DEL TIPO ESTRUCTURAL
Al analizar el comportamiento de una estructura, y de sus elementos
componentes; para diseñarla es importante que el tipo de solución estructural no sólo esté en función de las cargas y luces libres, sino también del material a utilizar. Para un mismo edificio, el tipo de solución más adecuado no es necesariamente el mismo cuando el material es hormigón armado, en vez de hormigón pretensado. Cada material tiene un comportamiento diferente y diferentes soluciones en los detalles constructivos. Estas diferencias van a influir, en gran medida, en el proyecto de instalaciones, terminaciones, etc., inclusive en las tareas de mantenimiento del edificio durante su vida útil. El proyectista debe considerar en el diseño del edificio las alternativas que ofrecen los diferentes materiales, la modalidad de uso del mismo, costo, uso de sistemas constructivos patentados, disponibilidad de mano de obra calificada, movimiento de equipo a la ubicación de la obra. Es importante considerar los puntos citados al seleccionar el tipo estructural a usar. Seleccionados los materiales y el tipo de estructura a utilizar, el especialista en estructuras determinada las cargas previsibles sobre la estructura.
Hablamos de cargas previsibles, porque las cargas que debe
soportar una estructura a lo largo de su vida útil, pueden estimarse usando valores mínimos especificados por los códigos, o mediante un estudio más detallado cuando el destino no se encuentra contemplado en los códigos. Pero, estas cargas pueden variar si se modifica el destino o uso del edificio. Por supuesto, se espera que en caso de un uso diferente del edificio, se verifique la capacidad de resistencia de la estructura bajo las nuevas cargas. Esta verificación es recomendable, incluso, cuando el cambio de destino implica una disminución de las cargas de servicio. En el proceso de cálculo de las cargas es importante contemplar la combinación o superposición de cargas con distintos orígenes.
Por ejemplo: un muro de sótano está soportando carga vertical (del
entrepiso) y un empuje horizontal resultante de la presión lateral del suelo. Otro caso frecuente, es la superposición de cargas verticales y cargas de presión y succión en cubiertas de edificios industriales o grandes depósitos, originadas por el viento.
En zonas de actividad sísmica, como es el caso de la provincia de
Mendoza, se analiza la acción combinada de las cargas estáticas más las cargas dinámicas producidas por los sismos. Habiendo definido el tipo estructural y seleccionado el material estructural, según el destino se conoce las cargas previsibles. La etapa siguiente será calcular numéricamente la magnitud de los esfuerzos en cada elemento estructural. De este proceso se
obtienen los valores de las solicitaciones de flexión, corte,
compresión, tracción y torsión para cada uno, según su función. Salvo casos ideales teóricos, todos estos esfuerzos están presentes en cualquier elemento de una estructura, pero afortunadamente, generalmente sólo uno o dos de ellos tienen una magnitud decisiva para verificar la capacidad de resistencia del mismo.
El proceso de verificación se realiza con las dimensiones prefijadas de
la estructura, se verifica la capacidad de resistencia en las secciones más solicitadas, ya sea para un solo esfuerzo o para una combinación de ellos, por ejemplo: flexión y compresión en columnas, flexión y corte en vigas. Si los esfuerzos superan su capacidad de resistencia será necesario ajustar las dimensiones de los elementos, hasta que alcancen la capacidad de resistencia necesaria. Ello implica, por supuesto, un control de los valores de los esfuerzos con las nuevas dimensiones.
DEFORMACIONES Y CONTINUIDAD EN UNA ESTRUCTURA
Todo cuerpo sobre la Tierra está sometido a la acción de fuerzas. Una de ellas es intrínseca al mismo cuerpo, es su peso, y salvo que el cuerpo sea alejado de la Tierra no puede abstraerse a esta fuerza. Al peso del cuerpo, se le suman otras fuerzas, y los elementos estructurales en una obra de arquitectura, están ideados para resistir esta suma de fuerzas. Por la acción de las cargas (fuerzas) un elemento estructural se deforma. Esta deformación en magnitud y sentido, depende de la fuerza que la origina, de las dimensiones del elemento y del material usado. Las deformaciones responden a las siguientes relaciones: - a mayor carga, mayor deformación - a mayor dimensión longitudinal (luz), mayor deformación - a mayor sección resistente, menor deformación - a mejor material (mayor módulo E), menor deformación
PROCESO PARA EL DISEÑO Y CÁLCULO DE UNA ESTRUCTURA
Una vez verificada la capacidad de resistencia de la estructura, por el método elástico o el método a la rotura, si los elementos estructurales cumplen con ciertas condiciones de diseño y dimensiones mínimas, exigidas por los códigos, no es necesario realizar otra verificación. Como ejemplo el dimensionamiento de una viga simple de hormigón armado cuya altura total es mayor que el límite fijado por la norma para controlar la flecha.
En general para vigas o losas de grandes luces, es conveniente
calcular la flecha (máximo valor de la deformada del eje neutro de la viga), aunque las normas no lo exijan específicamente. La limitación de la flecha, a un valor máximo aceptable, nos permite controlar la utilidad del elemento estructural flexionado. De poca utilidad sería una losa con una flecha de 1 cm o más en su centro
Si se extiende el estudio de la estructura, inicialmente descompuesta
en subestructuras planas, al espacio, considerando la redistribución de tensiones en la estructura espacial, se pueden obtener estructuras más económicas y racionales. Esta ventaja se hace más importante con el desarrollo de materiales con mayor resistencia, como los hormigones de alta performance, combinación que abre camino a obras de una envergadura que pocos especialistas en estructuras imaginaban una década atrás.
Así, se abrió un nuevo modo de ver y de considerar la estructura, y,
desde hace tiempo, los especialistas en estructuras las analizaron especialmente, dejando de lado el criterio de estructura plana, a la que se llega por la descomposición ideal de la verdadera estructura, método usado en estructuras sencillas donde el análisis tridimensional no aporta ventajas significativas.
En estructuras sometidas a cargas horizontales, el análisis espacial
permite considerar en su justa medida la función resistente de todos los elementos estructurales. Si analizamos, por ejemplo, un entrepiso constituido por una losa de H° A°. Para el cálculo, generalmente se analiza una faja independiente de ancho unitario, considerada como una viga con sus vínculos extremos apoyados.
Pero, en realidad, cuando la carga no está extendida a toda la losa,
sino que está actuando únicamente en la faja considerada, ésta no puede deformarse aislada, sin arrastrar consigo las fajas vecinas, las cuales, oponiéndose contribuyen a la resistencia y a reducir las deformaciones.
De este análisis del comportamiento del entrepiso como estructura
continua deriva de inmediato al caso de la placa o superficie elástica, elemento estructural en el que las tensiones internas creadas por una carga parcial no fluyen, por así decir, en un camino único, sino que se trasmiten a través de toda la superficie, aprovechando la colaboración de cada parte con una reducción notable de los valores de las tensiones. En base al mismo concepto, podemos reemplazar los amortajamientos planos formados por vigas rectilíneas o de eje curvo, para sustituirlos por amortajamientos espaciales integrados por
conexiones de superficies planas o curvas. Se abandona el concepto
de estructura plana con el flujo de tensiones a través de vigas y columnas de sección limitada, por estructuras con el flujo de tensiones repartido en superficies más amplias, las que, al repartirse en una zona mayor tienen una reducción de los valores unitarios y permiten obtener un notable ahorro de material.
El análisis de la estructura de un edificio como estructura espacial,
está facilitada por la capacidad de cálculo numérico de las computadoras y de programas orientados a esa finalidad, y que asimismo permiten analizar diferentes propuestas estructurales para así seleccionar la más conveniente.
Aprovechando una de las características más interesantes de las
estructuras continuas, que es brindar una amplia gama de soluciones para un diseño edilicio dado. El proyectista se dejará guiar en cada caso, dentro de su libertad de elección, por el criterio que responda mejor a las condiciones de entorno, destino, costos, plazos de ejecución, y por supuesto seguridad. Todo ello sustentado por un profundo conocimiento de la teoría de las estructuras y las tecnologías constructivas. Círculo de Mohr
Círculos de Mohr para representar un estado de tensión
tridimensional en un punto El círculo de Mohr es una técnica usada en ingeniería y geofísica para representar gráficamente un tensor simétrico (de 2x2 o de 3x3) y calcular con ella momentos de inercia, deformaciones y tensiones, adaptando los mismos a las características de una circunferencia (radio, centro, etc.).
También es posible el cálculo del esfuerzo cortante máximo absoluto
y la deformación máxima absoluta.
CIRCULO DE MOHR
El círculo de Mohr es un método gráfico para determinar el estado
tensional en los distintos puntos de un cuerpo. Entre las tensiones que existentes en un cuerpo sometido a un cierto estado de cargas y con unas ciertas restricciones, importan en general las tensiones principales, que son las tensiones que existen sobre ciertos planos del cuerpo, donde las tensiones de corte nulas. Estas tensiones son de importancia para el estudio de la resistencia mecánica de una pieza. Este método tiene aplicación para estados tensionales en dos y tres dimensiones.
Teoría del círculo de Mohr para dos dimensiones: Considere un
cuerpo sobre el cuál actúa un estado plano de cargas. Consideremos al plano de carga para nuestro sistema al plano xy (ver figura 1), de modo de que no existan esfuerzos en el sentido perpendicular a este (esfuerzos en z nulos). Adoptamos un elemento triangular donde se supone que los ejes x e y son principales, o sea las tensiones de corte en esos planos son nulas. Conociendo el estado de carga para una cierta terna de ejes se pueden conocer las tensiones principales de un sistema dado.
Teoría del círculo de Mohr para estados tensionales tri -
dimensionales: Sea un tetraedro con tres caras ortogonales las cuales definen un punto O el cuál adoptamos como nuestro origen de coordenadas, y la cuarta cara es un plano oblicuo. Supongamos que elegimos los ejes coordenados de modo que estos son los principales (ejes principales: aquellos en donde la tensión normal de las caras es máxima o nula y el corte nulo). El tensor de tensiones en ese caso para un elemento cúbico será:
Estas tres ecuaciones generan tres circunferencias en el plano y son
las ecuaciones que definen los círculos de Mohr para un estado tridimensional de tensiones, las circunferencias son simétricas respecto del eje de ordenadas y las tensiones principales se ubican en el eje de ordenadas. Las desigualdades de esta indican el conjunto de estados tensionales posibles en ese punto para distintos planos, con distintas inclinaciones.
Una gráfica a modo de ejemplo se presenta a continuación:
Caso particular: Existe un caso en donde las tensiones principales son iguales en módulo, este caso se denomina de tensiones hidroestáticas, en éste, el círculo de Mohr se representa por un punto. Se llama así porque este caso se da cuando por ejemplo un objeto cúbico diferencial se sumerge en un líquido, sus seis caras están sometidas a la misma tensión y esta es normal a todas las caras, no importa la inclinación de este objeto, las tensiones siempre serán normales. A través de los distintos capítulos de los que se compone este trabajo de investigación, se han realizado diversas observaciones, discusiones y comentarios importantes, los cuáles tienen relación directa con los objetivos mencionados al principio de esta tesis. A continuación se hará una recopilación de todas estas consideraciones con el propósito de satisfacer tanto el objetivo general del que parte este estudio, como cada uno de los objetivos específicos.
Por supuesto, para poder conocer la aportación de los sistemas de refuerzo
utilizados en este trabajo y poder utilizarla a conciencia, es necesario cuantificarla, por lo que la realización de ensayos experimentales con modelos reducidos se presenta como una buena alternativa, ya que debido a la gran cantidad de variables que entran en juego en las reparaciones y refuerzo de estructuras de hormigón con FRP, como son: el tipo de fibra, clase de resina, sistema de colocación, preparación de la superficie del soporte y la calidad del hormigón entre otras, los ensayos de adherencia propuestos en este trabajo de investigación se presentan como una buena herramienta de trabajo para cuantificar las deformaciones. BIBLIOGRAFIA: