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Alcahuetes que luchan contra el hambre

Jóvenes crearon empresa de frutos secos y galletas con la que pretenden mitigar la pobreza.

Desde el colegio, los jóvenes Pedro Mejía, Alejandro Behar y Andrés Escobar planeaban la creación de
una empresa con sentido social. Hoy, a través de Alcagüete, cuyos productos son los frutos secos y las
galletas, han donado más de 100.000 refrigerios a niños en todo el país.
El origen de Alcagüete se remonta al año 2012, cuando este grupo de amigos decidió emprender un
viaje por Asia, con el fin de salir de la zona de confort en la que vivían y conocer ciertas realidades en
otras partes del mundo.
Andrés Escobar, abogado de la Universidad Javeriana, recuerda así el episodio. “Renunciamos a
nuestros empleos y nos fuimos de mochileros por países como Tailandia, Singapur, Camboya y Laos
durante un mes, con un presupuesto de 600 dólares cada uno”.
“Dormimos en hoteles en los que pagábamos un dólar por cada noche. Con decirle que nuestro colchón
estaba cocido a la sábana”, menciona Andrés. Fue en estos escenarios donde se empezó a gestar la
idea de una empresa con sentido social.
Alejandro Behar, administrador de empresas de la Universidad de los Andes, dice: “Si algo que tocó mi
corazón fue ir a Laos, un país similar al nuestro en cuanto a geografía y pobreza. Es triste apropiarse de
realidades como las de Altos de Cazucá; solo después de estar en otros lugares fuera del país”. De ahí,
la iniciativa de colaborar con los demás, con el lema ‘Compartiendo las cosas buenas se puede hacer un
mejor mundo’.
Frutos secos y galletas
De regreso, los tres jóvenes tomaron la decisión de brindar a las personas productos secos con mezclas
originales.
“Existe el imaginario de que lo saludable es de mal sabor. Nosotros queríamos acabar con eso”,
menciona Pedro Mejía, también administrador de empresas de la Universidad de los Andes.
De un momento a otro, la cocina de las casas de estos jóvenes parecía un laboratorio. “Hacíamos todo
tipo de mezclas, y al final teníamos que proponer tres recetas diferentes. Quienes le daban el visto bueno
eran nuestros papás, hermanos, abuelos y hasta tíos”, señala Andrés.
En cuanto al empaque del producto, “la idea era que sirviera de bandeja para los snacks y que quienes
los compraran compartieran con alguien más, como se hace en las familias”, cuenta Alejandro.
Ayudando a la niñez
Para los emprendedores, lo más importante fue el ¿cómo ayudar a los más necesitados?
“Nosotros queríamos que, a través de nuestros recursos, profesionales especializados brindaran
atención a personas en todo el país”, menciona Pedro.
De este modo, Alcagüete dona un porcentaje del dinero correspondiente a la venta de cada uno de sus
productos, a la ONG internacional World Vision y a la fundación Aeiotú.
Estas se encargan de repartir los refrigerios –equivalentes al presupuesto donado– a las comunidades
más necesitadas de Colombia. Desde agosto del 2014 van más 100.000 refrigerios.
Según Andrés, “la labor va más allá de donar el dinero. Mensualmente organizamos jornadas de
alimentación, y nosotros mismos llevamos los refrigerios a las comunidades, junto con cuenteros, magos
y payasos”.
Por su parte, Alejandro dice que “no hay algo mejor que ver sonreír a los niños”.

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