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España erigió un imponente monumento a un celebérrimo personaje, cuya vida y obra inspira y resuena como la de un luchador en favor de las libertades y de la democracia.
España erigió un imponente monumento a un celebérrimo personaje, cuya vida y obra inspira y resuena como la de un luchador en favor de las libertades y de la democracia.
España erigió un imponente monumento a un celebérrimo personaje, cuya vida y obra inspira y resuena como la de un luchador en favor de las libertades y de la democracia.
Emilio Castelar (1832-1899); filósofo, jurisconsulto, escritor y político español
Emilio Castelar y Ripoll nació en Cádiz. Su padre, simpatizante de las ideas de
la revolución francesa, tuvo que refugiarse en Gibraltar debido a la persecución monárquica ocasionada por su disidencia. Fue un escritor y político español, quien encauzó su lucha política a través del periodismo. Luchó arduamente contra la monarquía, apoyó la eliminación de los títulos nobiliarios y la abolición de la esclavitud. Además de llegar a ser Presidente del Poder Ejecutivo de la Primera República Española, gracias al influjo de su madre, era un lector insaciable, lo que se traducía en un rendimiento escolar muy alto. Estudió Derecho y Filosofía en la Universidad de Madrid, pasó por varios periódicos antes de fundar el suyo (La Democracia en (1864). Castelar participó en la Revolución de 1868 que destronó a la reina Isabel II y se retiró de la vida política, aconsejando a sus partidarios la integración en el Partido Liberal de Sagasta (1893). La Influencia del Romanticismo aparece en algunas obras de Castelar como: "los Recuerdos de Italia", alguna novela como "Ernesto", "Fra Filipo Lippi", además de colecciones de artículos, discursos y diversos estudios jurídicos, históricos y de crítica literaria. Murió en Murcia (1899). Ha pasado a la posteridad como uno de los más grandes oradores de la historia de la madre patria.
“Lo ideal, sentido con profundidad y
expresado con belleza: he ahí el arte.”
“Cuando el pensamiento calla, las
revoluciones hablan. No quiero pensar, porque no quiero que al dolor del corazón se una el del pensamiento.”
“Las coaliciones son siempre muy pujantes
para derribar, pero son siempre impotentes para crear.” • “Una vida en que no cae una lágrima es como uno de esos desiertos en que no cae una gota de agua: sólo engendran serpientes.”