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Periodo 2022-2
Grupo 2659
Resumen
Partiendo del propio interés por el movimiento punk, se revisaron los orígenes de
dicho término junto con los de “Queer”, resultado en semejanzas que al
conjugarse dan lugar a nuevas formas expresivas e identitarias que van desde lo
musical y escénico, hasta la enunciación de los límites del discurso punk, donde
también se excluye a las minorías. Este marco se complementa con aportes de la
psicología sociocultural y con la interseccionalidad. El objetivo principal fue
conocer los efectos de adoptar una identidad no binaria y disidente en diferentes
aspectos. Se contactó con une participante identificade como no binarie para
conocer sus experiencias, y a partir de ahí, se co-construyeron los datos, haciendo
una triangulación con el sustento teórico y los argumentos del investigador,
descentrado así el lugar del conocimiento como lo propone la metodología
cualitativa. Entre los hallazgos aparece la dificultad para hallar palabras que
ayuden a identificarse no normativamente fuera del activismo; además de que aún
en los espacios disidentes, se excluye a quienes no cumplen con los arreglos que
les legitimen como “parte de”. Se concluyó que, si bien, las identidades
cambiantes desestabilizan la idea de que “todes somos iguales”, los modelos no
normados crean estereotipos que estancan a las identidades, construyendo así
una nueva norma para las personas diversas, como sucede también en el punk.
Además, los mecanismos de poder siguen ejerciendo fuerte influencia al limitar el
conocimiento de identidades fuera del binarismo heterosexual y cisgénero.
Nunca encajé en vuestro corsé / Mi cuerpo no se amoldó a vuestra fe / Mil expectativas que no
cumpliré / No me seduce provocar / No quiero circos, sólo dignidad / Que revuelva tu mundo la
diversidad / ¿Es que no comprendéis? no soy varón, no soy mujer, soy sentimiento, soy piel / Y no
hay definición sólo rechazo y frustración / Mi realidad, tu ficción / Sin roles, sin ley seré yo misma o
no seré (Accidente, 2015)
Introducción
Desde entonces, fui adoptando al punk como una forma de vida, siempre con
dificultad para amoldarme, quejándome de que “las cosas tengan que ser así”.
Una de las primeras enseñanzas que me dejó, fue que, a diferencia de otras
vertientes del Rock, es un género musical que cualquiera puede tocar, porque el
punk es para todes. No se necesita ser un experto, a veces ni siquiera haber
tomado clases de música para hacer una canción. Porque en este estilo no se
busca componer un coro pegajoso, con una melodía agradable para el oído. Más
bien se trata de incomodar, y transmitir mensajes y sentimientos que a veces no
pueden decirse de otra forma que no sea alzando la voz, gritando. Existe una
ramificación de ese género que describe perfectamente esa sensación, y
escucharlo por primera vez es como recibir una patada en la cara. El Hardcore, es
la faceta más agresiva del punk. Se conforma por infinidad de estilos, pero sus
principales características, al menos en sus primeros años, son que las canciones
estaban llenas de distorsión, con una duración menor a dos minutos y la grabación
suele ser casera. Todos estos elementos se confunden creando una atmósfera de
ruido con la intención de transmitir rabia, frustración y enojo.
A primera vista no parece tener sentido que a eso se le llame música, y que
existan personas que aprecien y se identifiquen con ese ruido tan estridente. Pero
si vemos más de cerca, encontramos que quienes se acercan al punk son las
personas que han sido silenciadas, que no encuentran un lugar de expresión en
los puntos de reunión o en las actividades propuestas por la mayoría, así como en
sus aspiraciones y os caminos que trazan para conducir la vida. El punk cobra
sentido porque enuncia otras narrativas que cuestionan, problematizan y
recuerdan los límites de ese discurso tradicional de ser normal, descentrándolo,
haciendo visible lo oculto y lo marginado en él. De esta forma demuestran que
existen otras versiones del pasado, de la cotidianidad, que están resistiendo a esa
homogenización de la realidad (Restrepo, 2005), y todo esto deviene en
emociones muy profundas de inconformidad y resentimiento.
Pero aun teniendo claro eso, es un gran golpe de realidad, echar un vistazo a la
gente que, hoy, está viviendo en las sombras (aún más que los supuestos punks
excluidos socialmente) con miedo de poner un pie fuera de casa, que todos los
dias tiene que soportar, en el mejor de los casos, comentarios o simples gestos de
desagrado, de señalamiento, que muchas veces llegan a la agresión física. Su
vida es una constante lucha por tratar de sentirse comodes en una sociedad que
todavía los ve como “los raros”. Y, sin embargo, en estos casos no es tan sencillo
decidir abandonar lo que eres o lo que haces solo para encajar. Porque dar un
paso atrás, para “evitar problemas”, significa no cuestionar las ideas que hemos
internalizado culturalmente y que se han vuelto casi naturales, es caer en la norma
y seguir permitiendo que se ignoren las experiencias de los verdaderos punks, de
les que casi nadie habla, que se sigan callando las voces de aquelles que no
logran ser escuchades, aquelles que no necesariamente tienen un mohicano, ni
usan chaleco de mezclilla con estoperoles ni botas. Que más bien son chiques a
les que les gustan los chicos y las chicas y que un día pueden usar falda, y al
siguiente una camisa, y que siempre están en constante cambio, están fluyendo,
poniendo en duda la estabilidad y el equilibrio al que tantas personas aspiran,
mismas a las que estar en movimiento constante les resulta incómodo.
Desarrollo
Pero aún con el mensaje contestatario que se pretende comunicar a las masas, en
el Punk, la idea de reforzar un estereotipo, seguir una moda o un “código de
vestimenta” a manera de uniforme, no es aceptada realmente, aunque sí existe un
conjunto de elementos que pueden ayudar a identificar a alguien como punk, pues
como discurso involucra un sistema de significaciones materializadas en diversos
soportes; que es a lo que Hundeide (2005) llama estilo expresivo, donde el
contenido ideológico se incorpora a patrones estilísticos junto con la vestimenta,
los símbolos con que los representan, la forma de peinarse, la música que
escuchan, las actividades sociales, el humor, la retórica y la expresión de
opiniones políticas, formando una imagen “congruente”, haciendo una tipificación
del dialogo en persona. Además, al crearse estas nuevas identidades, el
sentimiento de pertenencia y de aceptación, se experimenta por primera vez en
muchos jóvenes. Y ocurre tambien que aquellos elementos que no se ajustan al
estilo de un grupo de personas, se muestran como ajenos e incongruentes, dando
lugar al señalamiento hacia el otro ridículo. Sin embargo, en el punk, no todas las
personas que se identifican con tal discurso adoptan todas estas modalidades.
Pero es importante detallar quiénes eran los sujetos a los que se aplicaba (y se
sigue aplicando) esta denominación, así como su origen y su sentido peyorativo
que, como veremos, no dista mucho de la forma en que se hace referencia a las
personas diversas sexual y genéricamente. Siguiendo con Disalvo y Cuello (2015)
el término punk se constituyó como referente a la fragilidad y desposesión. Por un
lado, las fotos de los archivos punk muestran una notable vinculación con
subculturas sadomasoquistas, como si se tratase de una apología pública del
exceso subterráneo frente a las leyes del pudor de las ciudades industriales.
Sin embargo, antes de que el punk se relacionara con el sexo, ya era una máquina
de producción y marcación de sujetos sociales, aquellos fracturados por la
desigualdad capitalista, concebidos como inservibles: jóvenes amanerados,
precarizados, demasiado débiles, impetuosos, inexpertos, sodomitas y perversos,
que vivían segregados de la mayoría, tal como se muestra a continuación:
Siendo así, resulta fácil entender cómo el movimiento fue ligado a la denominación
de tipologías sociales que conectaban juventud y criminalidad, como las figuras
del rufián, el gánster y el merodeador. Al igual que una posible derivación fonética,
ponk —en alusión tanto a la mugre como a la pólvora— que reúne las imágenes
de la ruina y peligrosidad. Pero cabe recalcar que, ante esta connotación
despectiva, con el paso del tiempo los sujetos a los que se hace referencia
abrazaron este carácter de escoria y disidencia social como un diseño posible y
deseable de existencia anti-normativa (Disalvo y Cuello, 2015). Este punto es otra
gran enseñanza que desde hace tiempo recibí del punk, pues era de las pocas
actitudes que veían como algo bueno y deseado ser diferente de la mayoría, como
alternativa a la intención denigrante con que, normalmente, se busca evidenciar la
particularidad de alguien, misma que suele ser incómoda para quien la observa.
Pero este grupo de personas disidentes no son los únicos que eran rechazados
por la normatividad occidental capitalista, pues si nos remontamos a los orígenes
del término queer, podemos encontrar referencias similares. Como indaga Paul
Preciado (2012, como se citó en Disalvo y Cuello, 2015), en la lengua inglesa, a
partir de su aparición en el siglo XVIII, queer servía para nombrar a aquel o
aquello que, por su condición de inútil, mal hecho, falso o excéntrico, cuestionaba
el buen funcionamiento del juego social, englobando figuras como el tramposo, el
ladrón y el borracho, así como todo aquel que por su extrañeza no pudiera ser
reconocido como hombre o mujer. De esta manera, la palabra queer indicaba la
incapacidad del sujeto de acceder a una representación estable. Desde la época
victoriana, se desconfiaba de los sujetos queer, pues su mera presencia borraba
las fronteras y el valor de la heterosexualidad como eje de la familia burguesa,
base de la reproducción de la nación y de la especie.
Aunque dicho término haya sido usado originalmente para describir cómo la raza y
el género pueden intersectarse como formas de opresión, su uso se ha extendido,
llegando a englobar un número adicional de factores sociales: orientación sexual,
nacionalidad, clase, diversidad funcional, entre otras, permitiendo ver que los
procesos disidentes de subjetivación que he venido mencionando no pueden
abordarse de forma aislada, sino desde escenarios de yuxtaposición en que se
relacionan los diferentes factores sociales, cuestionando el sentido y lugar de lo
real-político (Disalvo y Cuello, 2015).
También sobre esa compleja red de prácticas sociales en que participa la persona,
Dreier (1999) menciona que ésta diversificación da lugar a inquietudes que
fácilmente se pueden entender a partir de un “lugar” específico que tiene la
persona en las practicas, pues al asumirse como parte de la práctica (ya sea como
persona diversa sexo-genéricamente, o bien, como persona punk), tambien
genera una postura, que es la forma en que se involucra (es decir, en mayor o
menor medida, con un cierto nivel de compromiso, incluso se refiere al tiempo que
dedica, etc.) en cada práctica. Y de estas diferentes posturas, tambien se va
formando la personalidad, basada en necesidades y desafíos propios de cada
practica social.
Siguiendo con Lave y Wenger (1991), cada paradigma constituye una amenaza
para el destino del otro, de la misma manera en que le es esencial. El conflicto se
experimenta y elabora a través de una práctica diaria compartida en la que
interactúan distintos puntos de vista e intereses comunes. En este punto es en el
que radica la identidad de las personas queer punk, en posicionarse como un
género e identidad alternativa, diferentes a las establecidas por la
heteronormatividad, pero tambien buscando el reconocimiento y respeto de la
mayoría, replanteando y cuestionando sus preconcepciones.
Opté también por prestar atención a los elementos que conforman el estilo
conversacional de las personas (como la velocidad, el tono de voz y la extensión
de los turnos que toma para hablar) que refiere Tannen (1999), ya que está en
sintonía con la concepción de Schettini y Cortazzo (2015) acerca de que el
analizar datos en la investigación cualitativa involucra descubrir lo profundo de lo
dicho, de lo no dicho, de lo expresado, de lo gestual, y en síntesis, extraer sentido
de los datos, siendo una herramienta que me permite captar en mayor medida el
mensaje que emite le participante.
Pregunta de investigación
Objetivo
Conocer los efectos que tiene adoptar una identidad no binaria y disidente en
diferentes aspectos de la vida de la persona.
Objetivos Específicos
Conocer cómo repercuten en la persona los estándares de belleza y estereotipos
de género heteronormativos
Hipótesis
Método
Participante
El primer contacto se efectuó vía Zoom, durante el seminario de filosofía que Alo
imparte. De ahí se optó por elegirle como participante. Se obtuvo su contacto por
WhatsApp con ayuda de lx profesorx, y en esa misma plataforma se le
proporcionaron el consentimiento informado y un primer instrumento para recabar
datos. Luego, se le invitó a participar en una reunión de Zoom para profundizar en
la información, mencionando que habría una segunda reunión para compartirle los
alcances que tuvo la investigación.
Procedimientos
Si bien, ya se tenía cierto contacto previo con Alo en las clases de filosofía, preferí
que lx profesorx de la práctica le comentara primero si estaba dispueste a
participar, y si estaba de acuerdo en que me facilitaran su número de contacto, en
vez de escribirle directamente yo, pues consideré un tanto invasivo tomar su
número del grupo de WA de Musas de Metal y escribirle sin previo aviso. Accedió
sin mayor problema, y lx profesorx me envió su contacto por WA, que fue por
donde se continuó la negociación de días y horarios en que llevaría a cabo una
reunión tentativa vía Zoom.
Resultados
En el transcurso de la reunión por Zoom, hubo dos tópicos generales que fueron
abarcando gran parte de la plática: las experiencias que tuvo Alo, casi
cronológicamente al ir descubriendo los conceptos y colectividades con que se iba
identificando a partir de la militancia (por ello lo nombré entre paréntesis como
“una luz en el camino”, pues además esa fue una frase que compartimos durante
el encuentro; yo la usé para referirme a la experiencia que había tenido fluctuando
de una identidad a otra, y Alo la retomó en un par de ocasiones para enfatizar en
cambios que había experimentado después), y las inconsistencias que encuentra
en los modelos relacionales y hasta en las formas de legitimar identidades
diversas dentro de la misma comunidad LGBT+, cayendo en una nueva normativa.
Sigo en la primera categoría el orden cronológico con que fueron apareciendo las
identidades en la vida de Alo, mientras que en la segunda me centro en cómo fue
desarrollando cada crítica o cada limitante que encuentra en diferentes aspectos
de los posicionamientos políticos disidentes. En ambas categorías retomo ideas
de autores que vienen de la interseccionalidad, la psicología sociocultural, la
antropología del cuerpo y algunos estudios sobre el punk en específico.
No fue hasta el 2012 en una marcha gay que me transvestí {…} Me di cuenta que no me
estaba transvistiendo, que es-que ese era yo, no sé si me explico, fue una experiencia
tipo La Chica Danesa {…} Y a partir de ese momento me cae el veinte como un balde de
agua fría de que eso no había aparecido en ese momento, sino que había estado desde
que era peque, ¿no? Desde ese momento me trae traen recuerdos de niño, de que, de
peque, como de los 5 o 6 años me ponía los vestidos de mi madre, me ponía los zapatos
o agarraba una falda, ¿no? (2) o me entró la conciencia de por qué no me sentía
totalmente bien en el ambiente de hombres o de mujeres
{…} mi identificación como persona no binaria fue asumirme como tal {…} muchas
personas nos habríamos dado cuenta de nuestros conflictos vivenciales si hubiéramos
comprendido que el género no es blanco y negro, sino que es un espectro ¿no?
{…} no viví el conflicto como lo vive un adulto {…} sino más como un niño o un
adolescente que está confundido moviéndose y ubicándose en el mundo
{…} siempre tuve un problema con ciertos roles de género masculinos ¿no? Y con ciertos
roles de género femeninos, y nunca me adapté a ninguno de los dos polos ¿no? {…}
siempre me gustó fluir y tener la necesidad de fluir
{...} mi mundo ideal sería que yo tuviera una perilla de cambio de corporalidad diaria,
sería mi capricho del día, entonces mañana amanecer mujer este joven, al otro de
trailera, al siguiente día este leñador, y al siguiente día hombre delgadito y menudo, así ir
cambiando, de edad, de tamaño y de corporalidad, sería mi capricho, ser un tipo
camaleón, pero pues no…
Esos fragmentos permiten ver cómo alguien insatisfeche con la cis-heteronorma,
se ve en la necesidad de buscar nuevas opciones de identidad por su cuenta,
caminando a ciegas con nada más que la propia intuición para guiarse, pues,
como venimos mencionando, estas identidades diversas están en constante
movimiento, en búsqueda de un espacio del que formen parte, que se sienta como
un hogar, y desde ahí ponen en duda la lógica binaria dominante: Alo elige salirse
del molde y empezar a buscar alternativas, pues ese molde no se acopla a su
figura, le es insuficiente, le queda chico, y elle necesita no uno, sino muchos
moldes hechos a su medida, y a falta de opciones, empieza a diseñarlos por
cuenta propia.
Llama la atención, también, que sea hasta ya bien entrada la adultez, cuando
descubre a “su verdadero yo”, y empiezan a cobrar sentido las experiencias de la
niñez, ávido de curiosidad, de cuando usaba ropa que la norma denomina como
propia de la mujer; esos momentos que habían estado silenciados durante años,
por fin salen a relucir, como si también dentro de la conciencia existiera un clóset
que oculta recuerdos de cuando quisieron mostrarse las identidades verdaderas, y
siguiendo esa idea, resulta aterrador pensar que desde edades tempranas, la
misma noción de “lo bueno” y “lo normal”, se vuelven uno con nosotros, borrando
o negando indicios de lo que contradiga esas concepciones, hasta que, si bien nos
va, llega el día en que rompen el silencio, aunque bien sabemos que rara vez eso
ocurre, ¿cuántas de esas identidades se habrán quedado en el anonimato para
siempre?, ¿será que más bien las vidas “normales” que llevamos, son un disfraz
que mantiene oculta la verdadera identidad?
{…} Y eso tiene qué ver con lo punk también, esa idea de necesidad de dudar y
cuestionar los moldes, las instituciones, las reglas es algo que siempre ha estado en toda
mi vida
Esas palabras esclarecen el camino, mas no su final, ya que lo importante en
éstas identidades no es consumarse en un gran concepto que las defina de una
vez por todas, sino transitar entre muchos, que en el proceso de descubrirse,
pueden incorporar, abandonar o complementar las etiquetas que cada quien
asume. Lejos de generar confusiones, esta amalgama da lugar a coordenadas
acerca de qué se es y qué no. La identidad se diversifica, se complejiza y se
encuentra en constante cambio, en movimiento, sólo limitada (provisionalmente)
por la corporalidad. La idea de libertad prometida por la modernidad terminó
reduciéndose a un estancamiento: seleccionar entre opciones fijas, ser varón o
mujer, ser ciudadano o ser punk; pero ni siquiera estos extremos polares son tan
fijos como se esfuerzan por aparentar: se es varón o mujer de manera distinta a
los 7, a los 20 y a los 40 años. Las identidades disidentes desenmascaran la
fluidez intrínseca de todo complejo identitario.
{...} las palabras permiten el encuentro, permiten crear grupos de apoyo, ya el mero
encontrar un grupo donde te encuentres con otras personas como tú, ya es un apoyo,
aunque sea un grupo de convivio y desmadre, ya sabes que no eres el único de eso,
¿no?, ahora, si aparte de eso hay grupos que te dan conocimientos de sexualidad, o de
manejo de emociones, o de manejo de relaciones, etcétera, como Musas, mejor, ¿no?
Descubrí hace, ¿qué será? 2017, 2018 que había un grupo que se llamaba Resistencias
No Binarias. “ahhh, a ver, no soy la única persona, hay otras 30 o 40 que vinieron este
día, personas no binarias”, entonces es sorprendente, hasta para una persona no binaria
es sorprendente porque uno en su percepción es, se siente el único bicho raro del planeta
¿no? y de repente volteas y de repente ves que hay otras personas como tú
Dentro del discurso de Alo, se distingue que parte de esta movilización dentro del
activismo, además de cohesionar diferentes grupos, le sirvió como fuente de
conocimiento para otros temas, como sucedió al preguntarle por su iniciación en
las relaciones abiertas:
Y casi al final de la sesión, retoma a Bowie para enfatizar sobre su deseo de ser
una persona con una corporalidad cambiante, referida al final de la primera
subcategoría:
Eso tiene mucho David Bowie, tal vez por eso es una de las personalidades con las que
me identifico, ¿no? este ser camaleónico, multifacético
Si bien, esos referentes muestran los límites del modelo binario, y pueden servir
como modelos a seguir con los que las personas se identifican, no hay que perder
de vista que representan también figuras que dan pie a estereotipar la imagen de
algún grupo o comunidad, en especial si se trata de alguien con tanta visibilidad
como Bowie, quien podría considerarse un ícono con la androginia, que en
ocasiones se torna como el imaginario colectivo que se tiene sobre las identidades
no binaries, como veremos más adelante. También se podrían considerar
situaciones de oportunidad, que al estar al alcance de audiencias más o menos
grandes, permiten que las personas vean la posibilidad de dirigir su vida en esa
dirección, siempre y cuando sus intereses, estilos de vida, posturas y demás, sean
congruentes con el estilo de dichas figuras (Hundeide, 2005) que en este caso no
se reducen a la ejecución musical, sino también a la actuación y por supuesto, a la
identidad Queer.
{…} sí hace falta hacer más talleres de diversidad en prepa, porque en preparatoria
todavía actualmente, tienen la ventaja que ya tienen en la cultura, en la tele, todo eso, en
los medios, referentes que antes no tenías, que yo no tuve en mi época {…} y poco a
poco es más fácil que la gente salga del closet en la cotidianidad, o que le diga a sus
amigos: “soy bi o soy gay” y que el amigo ya nomas le diga: “ah, qué bueno”{…} Pero eso
en las ciudades, en los centros urbanos, porque si te vas todavía a los barrios, las
periferias, a los pueblos, pues siguen como antes y siguen matando a gente por ser
mariquita o por ser lesbiana (2)
No hay que perder de vista que, como precisa Hundeide (2005), existen
alternativas que se abren, en un contexto histórico y cultural específico, ante
ciertas trayectorias de vida, mientras que otras se bloquean por las elecciones
previas de la persona, ya sea que resulten invisibles (las personas no tienen forma
de acceder a su conocimiento), incongruentes o imposibles (no cuentan con las
habilidades o destrezas de acceso necesarias); es decir, el hecho de que Ale haya
tenido acceso a la obra de Bowie refiere que hubo condiciones que favorecieron
que éste conocimiento llegara a elle, y a su consecuente identificación, mientras
que en otros contextos, como elle misme señala, donde se ubican por ejemplo las
comunidades rurales o sin mucho acceso a las imágenes de los íconos
anglosajones, esas alternativas son casi imposibles de concebir.
{…} creo que cuando yo digo: “la postura anárquica contra todo” también termina siendo
un acto de violencia y de imposición (3) porque es como decirles: “yo no creo en la
institución del matrimonio, entonces todos lo que estén casados son unos loosers y todos
deberían de anular su matrimonio” ¿Qué derecho me da a mi imponer a todos mis ideas
anarquistas?
{...} si se creó esta normatividad, heteronorma o cis norma como un castillo de cristal
perfecto, que lo vemos como algo perfecto bien construido, pero al criticarlo se construyó
otro castillo de cristal que simplemente es un negativo, igual de rígido, igual de cerrado,
igual de normativo, si no tienes relaciones igualitarias todas, entonces no eres
poliamoroso, porque “no se vale tener relaciones jerárquicas”; bueno, y si las tres
personas son felices ¿Quién chingados tiene derecho a juzgarlas? ¿y si tres viven su
polifidelidad en una relación cerrada poliamorosa y son felices con ese acuerdo?, más
bien yo creo que el chiste es establecer acuerdos como personas maduras y respetarnos
y tal vez meter meta-acuerdos para saber qué hacer cuando el acuerdo se rompa, un
acuerdo sobre los acuerdos, ¿No?
{…} hemos avanzado en la parte legal y algo en la parte cultural y ya hay series gays, ya
hay personajes gays en las series, hay personajes bis, pero pues todavía están muy
estereotipados, todavía son muy, o sea es el gay galán, este que lleva tipo la vida
americana o L word, o sea es pura lesbiana normativa ¿No? Pura lesbiana que parece
modelo ¿No? Guapa, joven, rica, con dinero, con la vida resuelta
Los bisexuales son como {…} es una identidad invisible, porque parece que la única
forma en la que te aceptan como persona bisexual es si eres poliamoroso y traes a la
novia y al novio, besas a uno y al otro {…} pero si traes a la novia eres heterosexual, si
traes al novio eres gay, ¿no? y también la identidad no binaria es invisible porque si me
visto de mujer trans, soy mujer trans, si me visto de hombre, soy hombre cis, pero pues
tendría que andar todo el tiempo como Baron Ashler, ¿no?, mitad hombre, para que me
creyeran que soy no binarie, y entonces caería en el estereotipo de lo no binario también,
¿no?
También sucede que la supuesta visibilidad que van ganando los sectores
oprimidos se ve sesgada porque los personajes que los “representan” en la
pantalla grande o frente a una gran audiencia, refuerzan el ideal atractivo
occidental, pareciendo más un anuncio publicitario que el reflejo de las personas
que han vivido silenciadas. Y es que ese supuesto reconocimiento pasa por una
serie de filtros, donde incluso las personas LGBT cuestionan a quienes salen de la
lógica binaria, ya sea en términos de orientación sexual (como les bisexuales) o en
cuanto a identidad genérica (con el no binarismo), como para dar el “visto bueno”
a base del intercambio de argumentos, ya que en la apariencia física parece no
legitimarse, pues continúan leyendo a las personas dentro de la lógica
heteronormativa o estereotipada, y eso da pie a la discriminación y falta de
reconocimiento.
Pero también todo esto ocurre con los cuerpos que no encajan con los estándares
de belleza modernos, donde se privilegia el estado de bienestar corporal, el buen
parecer (con uso de cosméticos y productos dietéticos), y la pasión por el esfuerzo
y el riesgo (cuerpos atléticos), duplicando los signos de distinción, dándoles un
valor (Le Breton, 1995):
{…} de adolescente fui muy normativo y fui muy guiado por lo normativo, después me
llegaron a gustar ciertas parejas, pero me daba vergüenza reconocerlo porque no estaban
dentro de la normatividad {…} fue hasta los 40 donde ya no me importó tanto el… ya
empecé a ver más que había gente gordita que me gustaba o gente flaca que me gustaba
o gente que estaba muy dentro de la normativa que no me atraía
{…} me causaba conflicto que no tuvieran un cuerpo demasiado estilizado, perdí una
relación por no valorar eso, ¿no? o por no darme cuenta que sentía atracción, pero
estaba metido en las estructuras normativas, ahorita me doy cuenta, lo hago consciente,
pero en ese momento no era consciente, es que ¿cuántos procesos vive uno que no hace
conscientes? {…} y entonces yo no me di cuenta que no tomaba en serio a esta chica
porque pues no era el ideal de belleza y después me arrepentí mucho de haberle perdido
el contacto, ¿no? esta relación era padre, concordamos, la pasábamos muy bien y (2)
pues me di cuenta que el que no estaba maduro para esa relación era yo (3)
{…} una de las chicas más hermosas de toda la universidad, eh era mi amiga, después le
dio una enfermedad, nos volvimos a topar décadas después y anduvimos y el día que me
terminó, me dijo que me terminó porque ella siempre había andado con puro Adonis (2), y
como yo no era un Adonis, teníamos que terminar… si, ese fue su argumento
Pero no es solo el cuerpo robusto el que es desplazado de la norma, sino que los
cánones estéticos dejan de lado a la apariencia y la corporalidad vieja, con
“imperfecciones” que toman un significado como sinónimo de obsoleto, caduco, y
es también un esfuerzo adicional de la persona el tratar de darle un significado no
peyorativo a la vejez, dando la impresión de que no hay un solo momento en la
vida en que las ideologías dominantes dejen de ejercer presión sobre los
individuos, llegando siempre a segregarlos por una u otra razón, hasta por el
simple hecho de vivir.
Discusión
Sobre los referentes que retoman las personas como modelos para definir su
identidad, sostengo que pueden ser puertas de entrada para acceder a nuevas
posibilidades (disidentes en algunos casos), pero que, al convertirse en
personajes o íconos de alguna comunidad con un alcance suficiente para aparecer
en diferentes medios de comunicación, su imagen se vuelve familiar al mismo
tiempo que va creando estereotipos, que es lo que la sociedad busca para
referenciarse en el mundo con la creencia de que así se definen las identidades.
Esos estereotipos están enraizados en la sociedad y la cultura; y específicamente
en la publicidad, que muestra a las personas más posibilidades de pertenecer a un
Por último, vemos que no sólo es la mirada cis-hetero-normada la que legitima las
identidades de les persones, sino también los estándares de belleza ejercen
presión, decidiendo qué es atractivo y que no, de acuerdo con la mirada occidental
de simetría, juventud, delgadez, atletismo y tez clara. Cuando todos estos factores
se combinan con las identidades diversas, inadaptades, sitúan a la persona en un
lugar cada vez más alejado, reduciendo sus posibilidades de relacionarse sin
complicaciones con les demás, remarcando esta noción que mencionaba Alo, de
ser vistes como “bichos raros” que casi nadie quiere tener cerca.
Antes de pasar al último apartado, quiero señalar que entre las limitaciones que
encontré desde la entrada al campo, está el haberme presentado desde el
principio como estudiante de psicología haciendo servicio social, que aunado a la
imagen física que represento de varón cisgénero heterosexual, me dificultó
“ganarme la confianza” de les miembres de la asociación, pues pienso que se
cumplió con el cliché de que la presencia del investigador es como la de un espía,
y hubo varias ocasiones donde me sentía desplazado, fuera de lugar, aunque esa
sensación me ayudó a empatizar y justificar esta investigación.
Por otro lado, el uso de lenguaje inclusivo y la apertura para compartir o escuchar
experiencias personales en un plano mucho más cotidiano, sin ponerme en plan
de estudiante universitario que debe entregar un reporte, me ayudó a tener más
soltura y confianza al hablar con todes les participantes. También reconozco que
la comunicación vía chat con alguien que no pasó su adultez temprana usando
esas plataformas, es mucho menos fluida que con alguien de mi generación o
menor, llegué incluso a sentir las respuestas en la negociación un tanto cortantes
por lo concretas que eran; sin olvidar que al momento de hacer la entrevista vía
Zoom, la presteza que tenía por recolectar datos me impidió profundizar en casi
todos los tópicos que abarqué con las preguntas, pasando de una a otra con cierta
brusquedad en un plano superficial. Aún con eso, se construyeron datos que
cumplieron mis objetivos e incluso los rebasaron, dando pie a investigaciones
futuras, como la norma dentro de lo no normativo.
Para finalizar, considero que sí se cumplió el propósito de tener una idea más
completa del sentido que tienen las diferentes problemáticas abordadas para le
participante partiendo de su experiencia relatada, pero por cuestiones de tiempo,
dejé de lado la dimensión gesticular y no verbal de su comunicación para
complementar el análisis e interpretación del discurso, lo cual habría sido
valiosísimo.
Conclusiones
Referencias
Alzate, A. G., Torres, F. A. C., & Álvarez, V. P. (2020). Investigar la identidad de género:
Disalvo, M., & Cuello, J. N. (2015). “¿Será que los punk son putos?” Estéticas urgentes y
Buenos Aires: Nueva Visión: Lo inaprehensible del cuerpo (cap. 1, pp. 13-27)
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