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Homo economicus

Definición

Hombre económico: individualista, calculador, que puede procesar toda la información de forma racional
para tomar la mejor decisión.

Delimitación conceptual del Homo Economicus

5 características, si no se cumple ya no es homo economicus.

1) Individualismo

Los individuos solo piensan, deciden y actúan acordé a sus propios intereses. Puede preocuparse por el
bienestar de otras personas, solo en la medida que afecte su propio bienestar. No es hecho siempre de
forma consciente.

2) Comportamiento optimizador

Siempre busca el mejor resultado a su disposición: el máximo (bueno) y mínimo (malo) en un sentido
utilitarista, lo que más le de placer lo maximiza y lo que más le afecta, lo minimiza.

3) Racionalidad completa

Los individuos tienen plena capacidad para procesar la información disponible y así tomar una decisión.
Racionalidad completa no es lo mismo que información completa.

Información completa: toda la información disponible.

Racionalidad completa: procesar correctamente toda la información que tienes.

4) Universalidad

El homo economicus aplica todo comportamiento humano en todo tiempo y lugar. Decisiones como el
matrimonio, el divorcio, el robo, etc. Hacen un cálculo racional de costos y beneficios.

5) Preferencias exógenas

La económica neoclásica indica que las preferencias son dadas, es decir, exógenas. Ya tienes preferencias
definidas en el proceso económico. Las preferencias son completas, transitivas y monótonas.
Crítica del homo economicus desde 5 perspectivas

Critica desde la perspectiva conductual

La economía conductual toma en cuenta los aportes de la psicología, especialmente los relacionados a
sesgos cognitivos y reglas heurísticas.

El economista Herbert A. Simon (premio nobel) Usa en cuestión la noción de racionalidad completa,
contraponiéndole la idea de racionalidad limitada. En concreto, esto significa que los individuos en general
no suelen estar en capacidad de procesar correctamente toda la información disponible. En los modelos
neoclásicos se busca la optimización, en cambio, en el enfoque de racionalidad limitada, se busca la
satisfacción (cubrir razonablemente bien la necesidad).

Un sesgo es una distorsión y un heurístico es un atajo.

Heurístico: Regla práctica que nos ayuda a tomar decisiones, no equivale a todo un proceso de análisis
racional, es una regla práctica razonable que nos exime de un análisis racional.

Los economistas conductuales sostienen que los individuos muchas veces utilizan reglas heurísticas
precisamente porque no pueden gastar tiempo y esfuerzo en procesar toda la información.

Sesgo de anclaje: La información que recibimos primero condiciona el cómo procesamos la información
que recibimos después.

Sesgo de representatividad: La forma en la que se nos presentan las opciones condiciona la decisión que
podemos tomar.

Sesgo de disponibilidad: Los individuos tienden en dar más peso a la información más cercana que tienen.

Critica desde la economía institucional

La economía institucional pone en cuestión la noción de individualismo del homo economicus,


sosteniendo más bien, que nuestra subjetividad puede ser influida y moldeada por el proceso económico
mismo. Somos seres sociales, no individuos aislados. De este modo, la economía institucional pone
también en cuestión la noción de preferencias exógenas.

En línea con lo anterior, el economista John Kenneth Galbraith plantea el llamado efecto dependencia, de
acuerdo con el cual no solamente las empresas fabrican productos para satisfacer nuestras necesidades,
si no que manipulan nuestras necesidades para impulsar la venta de productos.

De otro lado, el institucionalista Thorstein Veblen sostiene que los individuos no somos seres
optimizadores que realizan cálculos instantáneos de placeres y dolores o costos y beneficios, si no que
muchas veces nos guiamos de instintos o normas sociales. Uno de estos casos es lo que este autor llama
consumo ostensible, el cual consiste en consumir no por la satisfacción que brinda un producto, sino por
presumir ante los demás. Depende de ciertas convenciones arbitrarias.
Crítica desde la economía política

La economía política puede definirse como un enfoque de la economía que relaciona el análisis de las
relaciones de poder en el proceso económico.

La economía política cuestiona la noción de individualismo y carácter optimizador del homo economicus,
en tanto plantea que los individuos actúan influidos y condicionados por el marco de relaciones de poder
en el que subsisten. En concreto, para el caso del enfoque marxista, se plantea que los individuos actuarán
en función de su “conciencia de clase”, es decir, dependiendo del grupo de poder al que pertenecen.

También se pone en cuestión la universalidad del homo economicus, plantándose que el esquema del
individuo egoísta y calculador es en realidad una construcción histórico-social propia del capitalismo
occidental, y no una característica intrínseca de la naturaleza humana. En el enfoque marxista, se sostiene
que el egoísmo sería propio del sistema capitalista pero iría desapareciendo durante la transición
socialista y desaparecería del todo en el sistema comunista. Asimismo economistas como Samuel Bowles
sostienen que las preferencias deben ser vistas como endógenas y no como exógenas.

Crítica desde la economía antropológica

Al acercarse sobre todo a economías primitivas y pre—capitalistas ha encontrado que en estas no se


cumple el patrón del homo economicus. Así por ejemplo Karl Polanyi sostiene que la revolución industrial
desde el siglo XVIII fue la que introdujo las “sociedades de mercado”, en que las interacciones sociales se
rigen en gran parte por intereses individualistas.

De otro lado, autores como George Dalton encuentran que en sociedades primitivas, los procesos
económicos estaban intrínsecamente unidos con lo moral, cultural y religioso.

A su vez, Amartya Sen sostiene que los individuos no solamente actúan por simpatía (preocuparse por el
bienestar de otros porque afecte al nuestro), sino también por compromiso (preocuparse por el bienestar
de otros independientemente de cómo afecte al nuestro). Esto último contradice el individualismo del
homo economicus.

Crítica desde la economía ecológica

La economía ecológica se puede definir como un enfoque heterodoxo que entiende explícitamente la
economía "como un sistema social y como un sistema limitado por el mundo biofísico". El medioambiente
no es visto como una externalidad, sino como un aspecto constitutivo mismo del sistema económico.

El principal cuestionamiento de la economía ecológica al homo economicus es que el cálculo marginalista


propio de la optimización no funciona para los procesos naturales, pues un cambio marginal en éstos
puede alterar todo el sistema de formas no previstas por los individuos que tienden a fijarse más en el
corto plazo (miopía temporal).

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