Está en la página 1de 29

GUION TEATRAL ¨EL ATRACO¨

Narra Tokio: Me llamo Tokio, pero cuando comenzó esta historia no me llamaba así. Esta
era yo. Y este, el amor de mi vida. La última vez que lo vi lo dejé en un charco de sangre
con los ojos abiertos. Hicimos 15 atracos limpios, pero mezclar amor y trabajo nunca
funciona. Así que, cuando el segurata disparó, tuve que cambiar de profesión. De ladrona
a asesina.
–Y así fue cuando empecé a huir. De alguna manera, yo también estaba muerta. O casi
muerta. Llevaba 11 días escondida y mi foto empapelaba las comisarías de toda España.
Me caerían 30 años. Y, la verdad, no soy de llegar a viejecita en la celda de un penal. Soy
más bien de huir. En cuerpo y alma. Y si no puedo llevar mi cuerpo, al menos que escape
mi alma.
Profesor: Perdona, ¿Tienes un minuto?
Tokio: No.
Profesor: Lo de cocinar en un barco chino solo tiene una ventaja, que no tienes que fregar
los platos.
Tokio: ¨Por un momento pensé en los chinos y en que odio a la gente que escupe¨.
Tokio: ¿Quién eres, policía?
Profesor: Espera, espera. Vas camino al matadero tienes a un equipo esperándote y
tienen un coche desde hace seis días…
Tokio: ¿Por qué te voy a creer?
¨Y así conocí al profesor, apuntándole en las pelotas¨
Profesor: ¿Puedo?
¨Lo bueno de las relaciones es que uno termina olvidándose de como empezaron¨
Profesor: Están ya en casa de tu madre. Por eso he venido a ayudarte. Quiero proponerte
un negocio, un atraco, un atraco… singular… Estoy buscando a gente que… no tenga
mucho que perder. ¿Cómo te suenan… 2400 millones de euros?
¨Nadie había dado un palo así, ni en New York, ni en Londres, ni en Montecarlo; así qué si
mi foto volvía a los periódicos, al menos que fuera por el atraco más grande de la
historia¨.
Profesor: Os doy la bienvenida y… las gracias por haber aceptado esta… esta oferta de
trabajo. Viviremos aquí alejados del mundanal ruido, cinco meses, los cinco meses
pasaremos estudiando cómo dar el golpe.
Moscú: ¿Cómo que cinco meses? ¿Estamos locos o qué?
Profesor: Mira, la gente pasa años estudiando para tener un buen sueldo, un sueldo que,
en el mejor de los casos, no deja de ser un sueldo, un sueldo de mierda. ¿Qué son cinco
meses? Yo llevo pensando esto… mucho tiempo. Para no volver a trabajar en mi vida, Ni
vosotros… ni vuestros hijos.
-Bien. No quiero nada de nombres, ni preguntas personales ni, por supuesto relaciones
personales. Quiero que cada uno elija un nombre, algo sencillo, puede ser números,
planetas, ciudades.
Denver: Rollo ´´Señor 17, señora 23¨
Moscú: Ya empezamos mal, yo no sé recordar mi número telefónico.
Denver: Por eso te lo digo.
Rio: ¿Y planetas? Yo puedo ser Marte, este Urano- Señala a Denver-
Denver: Yo Urano no seré, así que te olvidas.
Rio: ¿Qué le pasa a Urano?
Denver: Tiene mala rima
Profesor: Van a ser ciudades, ciudades.
Denver: Quedamos con ciudades.
Profesor: Bien.
Tokio: Y así termine llamándome Tokio, ese que me mira el trasero es el señor Berlín, en
busca y captura. 27 atracos, joyerías, casas de subastas y furgones. Su mayor atraco fue en
los campos elíseos, en París, 434 diamantes, es como un tiburón en una piscina. Y él es el
jefe al mando del asalto.
-Y el señor que tose es Moscú, lo primero que cavó fue una mina en Asturias, después
comprendió que cavando hacia arriba llegaría más lejos. Seis peleteros, tres relojerías y la
caja rural de Avilés. Maneja lanza térmica y cualquier herramienta industrial.
-El qué está sentado atrás de Moscú es Denver, su hijo. Drogas, dientes, costillas rotas. Es
el rey de las peleas de discotecas pura sangre caliente. En un plan perfecto, una bomba de
relojería
-Rio, es mi debilidad. Es como un Mozart para los ordenadores. Programa desde los 6 años
y lo sabe todo de alarmas y electrónica. Pero el resto de cosas de la vida es como si
hubiera nacido ayer.
-Nairobi, optimista empedernida. Ha falsificado billetes desde los 13 años y ahora es
nuestra encargada de calidad. Es posible que esté loca, pero tiene tanta gracia.

Profesor: Porque no vamos a robar el dinero de nadie, porque le vamos a caer hasta
simpáticos. Y eso es fundamental que tengamos a la opinión pública de nuestra parte,
Vamos a ser los puñeteros héroes de toda esta gente.
-Pero mucho cuidado, porque en el momento en que haya una sola gota de sangre, esto
es muy importante, cuando haya una sola víctima, dejaremos de ser unos Robin Hood
para convertirnos en unos verdaderos hijos de puta.
Tokio: Profesor.
Profesor: Señorita Tokio
Tokio: ¿Qué vamos a robar?
Profesor: La Fábrica Nacional De Moneda y Timbre.

El día del atraco

Viernes 8:35 A.M.

Rio: ¿Quién eligió la careta?


Berlín: ¿Qué le pasa a la careta?
Rio: Que no da miedo. Tú ves las películas de atracadores y las caretas dan miedo. Son
zombis, esqueletos, la muerte, yo qué sé, sientes…
Berlín: Con un arma en la mano te aseguro que da mucho más miedo un loco que un
esqueleto.
Moscú: Venga ya.
Denver: ¿Quién era el payo con este bigote?
Moscú: Dalí, hijo, un pintor español. Era muy bueno.
Denver: Un pintor.
Moscú: Si.
Denver: Ah, un pintor de pintar.
Moscú: Si.
Ya adentro de la Fábrica de moneda y timbre

Berlín: Lo primero… Buenos días. Soy la persona que está al mando. Y, antes de nada,
quiero… presentarles mis disculpas. Realmente, no son formas de terminar la semana.
Pero ustedes están aquí en calidad de rehenes. Si obedecen, les garantizo que saldrán con
vida.
Denver: Móvil. PIN.
Arturo: ¿Para qué necesita el PIN?
Denver: O me das el puñetero PIN o te lo saco a culatazos. Tu verás. PIN.
Arturo: 1234
Denver: Con toda la cara de listo que tienes y pones esa mierda de PIN. Menudo gilipollas.
Tu nombre.
Arturo: Arturo.
Denver: ¿Arturo qué?
Arturo: Arturo Román.
Denver: Arturo Román, muy bien. Arturito.
Berlín: ¿La señorita Mónica Gaztambide, por favor? ¿La señorita Mónica Gaztambide sería
tan amable de dar un paso al frente?
Mónica Gaztambide: Soy yo.
Berlín: Quiero que conteste el teléfono y que convenza a quien sea de estamos cerrados
por un problema técnico. ¿Entendido? No me va a quedar más remedio que apuntarle con
una pistola. ¿La siente?
Mónica Gaztambide: Si.
Berlín: Bien. Ahora.
Mónica Gaztambide: Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, dígame. No, lo siento, no lo
puedo pasar con don Arturo en este momento. Se ha caído el sistema. No, no puedo
hacerle que suba. No, no puede subir a coger el teléfono, no. No, no va a poder ser. No
por… ¡Pues porque no, porque no sé a dónde está ahora mismo, porque no se si está en la
fábrica, en el museo, en la cafetería o donde este! ¡Y, además no es mi trabajo, señorita!
Berlín: Esa ha sido una interpretación de Oscar, Señorita Gaztambide.
Tokio: ¨A los 20 minutos de entrar, comenzamos a cablear el sistema de comunicación
analógica para hablar con el profesor. Sin móviles, sin radiofrecuencia, sin que nadie
pudiera oírnos. Habíamos sellado las puertas y las alarmas no habían saltado. Estábamos
como en un limbo del tiempo, sin que nadie supiera que habíamos tomado la Fábrica de
Moneda y Timbre. Y en esa dulce paz antes de la tormenta, parecía, sencillamente, un día
corriente¨.
Berlín: ¿Cómo te llamas?
Arturo: Arturo
Berlín: Arturo, ¿verdad?
Arturo: Si. ¡NO, no he visto nada!
Berlín: Mírame
Arturo: No he visto nada.
Berlín: Venga, Arturo, mírame. ¿Te gusta el cine? ¿Te gusta?
Arturo: Soy… soy muy aficionado.
Berlín: Y tú te has dado cuenta que en las películas de miedo sale uno al principio así,
majete como tú, que tú dices: ¨Este huele a muerto¨, y luego no falla, siempre cae. Arturo,
créeme, hueles a muerto.
(Emisora) ¨Z24 a central, estamos en 30 segundo¨.
Profesor: 30 Segundos.

Berlín: 30 segundos.
Tokio: ¡Ahora!
Rio: ¡Tokio! ¡Tokio, espera, joder, vas antes! ¡Tokio!
Tokio: ¡Rio, Rio!
Denver: ¡Cago en la puta, tío! ¡La primera en la frente, tío! ¡Joder! ¡Explícame que puta
mierda ha sido eso! ¡Se te va la cabeza!

8 horas de atraco
Denver: ¡Has acribillado policías!
Tokio: Tranquilízate. Apareció un puto policía disparándome. ¿Qué hubieras hecho tú,
escupirle?
Denver: Mira, ¡Me cago en mi vida!
Nairobi: Pues que vas a hacer, tía, qué vas a hacer, seguir el puto plan, joder, que lo
hemos repasado 400 millones de veces.

Viernes

18:25h
Nairobi: Lo hemos dicho, no íbamos a disparar a nadie.
Río: Caí bloqueado con los impactos…
Denver: ¡CALLATE! Que Nairobi y yo te cubrimos, pero disparando al suelo, no a los
cuerpos a quemarropa.
Berlín: Ya se están llevando a los policías heridos. ¿Están conectados los teléfonos? Fuera
de cualquier señal inalámbrica o de radio. Pasemos a analógico. Llama al profesor.
Profesor: ¿Qué ha pasado?
Berlín: Dos policías heridos.
Profesor: ¿Quién ha disparado?
Berlín: Tokio. Conecta las cámaras al Profesor. Rozaron a Río y Tokio disparó. Al parecer
tienen una relación.
Profesor: Pásamela.
Tokio: ¿Qué?
Profesor: ¿Es cierto eso, que tienes una relación con Rio?
Tokio: ¿Qué coño estas diciendo? No. El amor de mi vida murió por mi culpa, así que en lo
último que pienso es en tener una relación con un crío. Dispare para protegerme; a mí y a
mi compañero. Y, señor Profesor, por mucho que lo haya pensado, las cosas no siempre
salen como las tiene previstas.
Berlín: ¨Volluto¨ intenso. Luego dicen que el funcionariado no se cuida.
Río: ¿Qué coño haces?
Berlín: Es nuestro ratito libre. Tienen que montar el campamento, enviarnos un dron,
buscar los planos del edificio; hay que darles un poquit0 de tiempo para que se organicen.
Oye. ¿Por qué Tokio habrá dicho que no estáis juntos?
Río: Porque no lo estamos.
Berlín: Dime, ¿yo te parezco un mamón al que se le pueda mentir? ¿Cómo si le estuvieran
escupiendo en la cara? Estoy de coña. Si yo también me la hubiera zumbado. De hecho,
puede que lo intente.
Río: Me parece que te estas equivocando, ¿eh? Voy muy en serio con ella.
Berlín: ¿Muy en serio? Pero, ¿en serio de tener un jardín y dedicarte al bricolaje los
domingos?
Río: Eso es. Y llenarlos de niños.
Berlín: ¿Sabes lo que te estoy diciendo con eso?
Rio: No.
Berlín: Que a partir de ahora ese cebón se va a convertir en el centro del universo. Todas
son así. Te lo digo yo, que he tenido 5 divorcios. ¿Sabes lo que son cinco divorcios?
Río: No.
Berlín: Cinco veces que creí en el amor.
Río: ¿Tú que puta mierda tienes en la cabeza? ¿eh? ¿Cómo coño te ha puesto el profesor
al mando de esto?
Berlín: Por mi sensibilidad para tratar a las personas. Ahora saca al corderito del grupo y
llévalo a un despacho. Y no te separes de ella. Si se va a cambiar la compresa, tú a su lado.
Río: Vale. Vamos. Tranquila, voy a llevarte a otro lugar para que descanses, nada más.
¿Vale?
Berlín: En pie. Vamos, vamos. Quítense los antifaces, ¡Quítense los antifaces! Vamos a ser
buenos. Verán hemos tenido algunos imprevistos, pero, a pesar de los helicópteros, me
consta que nos van a dar algunas horas de tregua y podrán descansar. En unos minutos os
vamos a repartir sacos de dormir, agua y un sándwich. Ah, y les voy a pedir un favor:
quiero que se desnuden. Quiero repartirles un mono rojo como el nuestro para que se
sientan más cómodos.
Arturo: Perdón, señor, sin ánimos de molestar. Pero entre esta gente hay enfermos con
dolencia cardíacas, mujeres embarazadas, diabéticos, adolescentes… Yo les ruego que por
favor deje marchar a los más vulnerables. No creo que pudieran aguantar está angustia
toda la noche.
Denver: ¿Quién te piensas que eres, Gandhi?
Berlín: Denver, tranquilo. Es un amigo mío. Compartimos una gran afición por el cine.
Denver: Coge la pistola. No te pregunto qué si quieres, te digo que cojas la pistola. Coge la
pistola. Coge la pistola. Y ahora me apuntas.
Arturo: No, por favor.
Denver: Te estoy diciendo que me apuntes. Una puta orden. Apúntame, coño. Aquí bien
Arturo: No, por favor.
Denver: Y ahora me disparas.
Arturo: ¿Cómo?
Denver: Que me dispares. Dispárame.
Arturo: Por favor. ¡Por favor no!
Denver: O me disparas tú o te disparo yo. Te regalo diez segundos. Uno, dos, tres, cuatro,
cinco, seis, siete, ocho, nueve…
-Son falsas, Arturito, pero lo has hecho muy bien. Lo has hecho muy bien. Te la regalo, te
la puedes quedar.
Berlín: Ahora les vamos a repartir algunas armas falsas. En algunas horas precisaremos de
su colaboración. Como han visto, lo único que tienen que hacer es obedecer. Confiar en
nosotros… y obedecer.
Arturo: Tengo que hablar contigo… Llevas ignorándome todo el rato.
Mónica Gaztambide: Cállate, que nos van a matar a todos por tu culpa.
Nairobi: Parece que tu jefe no te cae bien, ¿no?
Mónica Gaztambide: ¿Cómo sabes que es mi jefe?
Nairobi: Porque lo sé todo de vosotros. Lo he estudiado. También he visto el predictor que
está en tu mesa. Y ahora me imagino quien puede ser el padre. No le ha gustado el
regalito. ¿Qué te ha dicho? ¿Qué no se quiere hacer cargo? No es fácil decirle adiós a un
bebé. ¿Qué piensas hacer?
Mónica Gaztambide: Abortar.
Berlín: Sí.
Profesor: Berlín, van a entrar.
Berlín: Allá vamos. ¡Señores, es la hora! ¡Ha llegado el momento de seguir mis órdenes!
¨Y así fue como las Fuerzas de seguridad del Estado hicieron exactamente lo que el
profesor nos había dicho que harían, solo que aquella tarde, cuando lo dijo, estábamos en
el campo y no teníamos la sensación de que nos iban a meter un tiro en la sien¨.
Profesor: Entrarán por los cuatro sitios por los que se puede acceder: La puerta principal,
la zona de carga, la salida de emergencia y la azotea. Pero van a esperar. Van a esperar a
que los de intervención Técnica hagan un reconocimiento del terreno. Eso lo van a hacer
desde el acceso de carga.
Profesor: Vamos, que ya están en la puerta.
Alison: No soy una oyente. Soy una rehén y estoy secuestrada. Me llamo Alison Parker.
Soy la hija del embajador del Reino Unido. Les estoy llamando desde el interior de la
Fábrica de Moneda y Timbre. Nos han vestido igual que los secuestradores. Nos han
armado y nos han puesto las mismas caretas. Nadie sabe quién es quién. Si entra la policía
mataría a inocentes. No entren. No entren, por Dios.
¨Y así fue como ganamos nuestra primera batalla en nuestra primera noche, sin entrar en
combate y por sentido común¨ Y 20 minutos después… empezamos a hacer lo que
habíamos venido a hacer¨.
Nairobi: Ahora toca lo más bonito, ahora vamos a trabajar. Conmigo: Torres, Sánchez,
Biedma, Lennon, Guatsani, Molina, García, Domingo, De gorza, Mateo, Rodrigo, Molla,
Pérez.
Moscú: Venga.
Nairobi: A ver, quiero las maquinas funcionando las 24 horas, como si esto fuera una red
de pocholos. Sabes, ¿no? ¨Chiqui pun, chiqui pun, chiqui pun. Cada vez que paramos
perdemos medio millón, así que no vamos a parar. Vamos a hacer las correcciones
técnicas cada tres horas, tanto de tinta como de offset. Así que ya sabéis: Alegría, fiesta e
ilusión.
¨El trabajo mejor pagado de la historia: 2400 millones de euros, tal vez más. Todo
dependía del tiempo que pudiéramos aguantar dentro. ¨
Nairobi: ¡Madre mía! ¡Qué maravilla, colega! ¡Qué maravilla, ¨coquinoqui¨! ¡Nuestro
dinero, tío! ¡Estamos haciendo nuestra propia pasta, troncos!
Alison Parker: Dad, mom, I’m fine.
Río: En español, por favor.
Alison Parker: Hola, papá. Hola, mamá. Estoy bien, nos dan de comer y he dormido en un
saco. Mamá, esto no es un horror, ¿vale? No hay violencia. Mom, mamá. Imagino que has
visto la foto que he subido a internet. Yo no subí esa foto ni tiene que ver con el secuestro,
fue un compañero que me engaño y… No puedo.
Río: No le des tanta importancia a esa foto. Es… Es como cuando haces topless en la playa,
¿sabes? Que nadie le importa.
Alison Parker: Yo no soy de las que hacen topless en la playa. Ni las que se enrollan con
chicos en los baños de un museo. Que me escayolaron el brazo ha sido lo más
emocionante que me ha pasado este año.
Tokio: Un secuestro es más emocionante.
Río: Bueno, tu piensa lo que le vas a decir a tus padres, ¿vale? Y tranquila que yo te
espero. Trae.
Tokio: Estás serio, ¿qué te pasa?
Río: ¿A ti qué coño más te da? Si soy solo un crío.
Tokio: Dije que eras un crío y que jamás estaría contigo para que no te metieran un balazo
en el esternón, porque que me lo metan a mí me trae al pairo.
Río: Eso no te lo crees ni tú, no lo has hecho por mí.
Tokio: ¿Qué os pasa a todos, tío? Que desde que entrado no paráis de montarme pollos.
Río: ¿Sabes qué pasa? Estoy seguro de que has esperado a que salgamos de Toledo para
empezar con toda esta puta mierda de que soy un crío. Si era tu propio gigoló dímelo a la
cara.
Tokio: Eras mi puto gigoló. Lo eras todo. No quiero seguir con esta conversación.
Río: Tienes los santos cojones de decir que estás de luto por tu novio ¿no? No parecías
muy de luto cuando me pedias que te empotrara contra la pared, no te veía el rosario
entre los dedos.
Tokio: Como vuelvas a llamarme así, te parto la cara.
Río: Eh, eh, ¿Qué coño haces, qué coño haces?
Alison Parker: ¡No, no!
Río: ¡Me cago en Dios, trae acá!!
Alison Parker: Un momento.
Berlín: Fantástico. Me alegro de que quieras seguir adelante con el embarazo, En serio.
Ahora vuelve con los demás. Denver, ¿Qué va pasar con nuestra autoridad cuando se lo
cuente a los otros? Mátala.
Mónica: No lo hagas, por favor.
Denver: ¿Para qué tenías que coger ese puto móvil? ¿Para qué cojones tenías que
engañarme? ¿Sabes lo que va a pasar si no te mato? Pues que me van a matar a mí.
Mónica: No…
Denver: Y después te van a matar a ti. Me cago en la puta, tío. Va, tío, va. Ah… Ponte de
rodillas. No me mires. No me mires.
Mónica: Por favor. No me mates.
Denver: No me mires a la puta cara, no me mires a la puta cara.
Mónica: Gracias. Diles que me has matado y te has desecho del cuerpo.
Denver: Que no hay una puta gota de sangre, tía.
Mónica: Dispárame aquí, vamos. Dispárame en la mano.
Denver: No digas tonterías.
Mónica: Dispárame.
Denver: ¡Me cago en mi puta vida!
Mónica: En el hombro.
Denver: ¿En el hombro?
Mónica: Dispárame en el hombro.
Denver: Que el hombro está muy cerca del pulmón. Que no puedo.
Mónica: En el muslo, el muslo sangra mucho. Lo he visto. Le clavaron un hierro a mi
hermano y sangraba mucho. Vamos. Ven. Ven
Denver: Muérdeme la mano si quieres. Ya, ya, ya.
Mónica: ¡No!
Berlín: Los disparos que han oído procedían de un escarceo con la policía. Ha sido
provocado por una rehén que no ha cumplido mis normas y ha tratado de contactar… con
este teléfono. Y yo me pregunto. Si el teléfono de la señorita Gaztambide lo tengo yo…
¿De quién será este? ¿A alguien le suena esta musiquita?
Tokio: ¿Qué ha pasado?
Berlín: ¿Qué haces?
Tokio: Todos hemos oído los disparos. Te he preguntado que qué coño ha pasado.
Berlín: Aquí no.
Tokio: Dijimos que nada de víctimas.
Berlín: Tenía un teléfono. ¿Qué querías que hiciera, darle unos azotes?
Nairobi: Darle un susto, joder, no matarla. Cortarle una oreja, como en las películas.
Berlín: Si hubiera dado información a la policía de cuántos y donde estamos, ahora serías
tú la que tendría un disparo. Pero conservarías tu oreja.
Tokio: ¿Quién ha disparado?
Berlín: Denver. Demasiada sangre caliente.
Río: El profesor dijo que no íbamos a derramar sangre, eran las reglas.
Berlín: Pues acaba de producirse un cambio con respecto al control de rehenes.
¿Estamos? No se pongan nerviosos, la opinión pública está de nuestra parte y eso no va a
cambiar. Cuando se den cuenta de que falta un rehén, ya no estaremos aquí. Estaremos
muy lejos.
Tokio: ¿Lo sabe eso el profesor ya? ¿Eh? ¿Sabe el profesor que te has saltado la primera
puta regla del plan?
Berlín: ¿Me vas hablar tú de reglas? ¿Tú, que por zumbarte a ese idiota casi revientas a un
poli a tiros?
Río: Hay que llamar al profesor y contárselo.
Berlín: Muchachito. Chist.
Tokio: Lo llamas, Río.
Río: No lo coge.
Berlín: No se puede estar alerta y controlando las 24 horas. Hay que comer, dormir, hacer
de vientre. Por eso aquí adentro estoy yo al mando. Solo saldremos de aquí si somos
profesionales.
Moscú: ¿Se puede saber que puñetas pasa aquí? Se os escuchaba desde afuera.
Tokio: Berlín ha mandado ejecutar a un rehén.
Moscú: ¿Quién ha sido?
Tokio: Tu hijo.
¨El ladrón es por definición un optimista impenitente. Siempre cree que todo va a salir
bien, pero el primero en caerse del guindo fue Moscú. Era uno de esos hombres que van
de frente que te dan confianza, te cuidan y te cuentan chistes malos. A mí me daba
ternura¨.
Berlín: ¡Moscú! Tú detente. Por ultima vez, vuelve a tu posición.
Moscú: ¿Qué vas a hacer? ¿Pegarme un tiro? ¿Y después a quién? ¿A todos? ¿Te vas a
quedar solo en esta ratonera?
-Hijo. ¿Has matado a esa mujer?
Denver: Papá.
Moscú: Nada. No puedo
Denver: Papa, ¿qué pasa? ¿Qué pasa? Papa, ¿es un infarto? ¿Te está dando un infarto?
Papa, no, no, no.
Berlín: Es un ataque de ansiedad. Túmbalo. Túmbalo. Túmbalo.
Denver: Papa, papa, papa.
Berlín: Eso, eso.
Denver: Papa, papa. ¿Cómo te encuentras?
Moscú: Tengo frio.
Denver: ¿Frio?
Moscú: Si
Denver: Trae una manta.
Nairobi: Voy.
Denver: Y algo de azúcar, lo que sea.
Nairobi: Venga Río, ve a por azúcar. Que eres un armario empotrado.
Moscú: No sé qué ha pasado. Será que me he llevado toda la mañana… cavando el túnel.
Y solo he comido un sándwich de esos de mierda.
Denver: Ahora a descansar, papa. Descansa. ¿Tú sabes lo que te vendría bien ahora? Un
buen puchero de esos que te gustan a ti, ¿eh? Con sus garbanzos y su cerdo.
Nairobi: Ya está. La mantita, venga. Ahí. Así, tranquilito, Moscú. Mira, cuatro esquinitas
tienen mi cama y cuatro angelitos que me la guardan.
Denver: Tú ahora relájate, ¿vale? Mete esto. Un segundo, ¿eh? Ahí.
Berlín: Vamos a dejarlo descansar. Tú termina de limpiar el baño. Y luego te cambias con
Tokio para vigilar los rehenes.
Denver: Te he traído cosas para curarte. ¿Te duele mucho?
Mónica Gaztambide: Un poco.
Denver: Vamos a hacer bien ese torniquete, ¿vale?
Mónica: Vale.
Denver: A ver. A ver.
Mónica: ¡Ah!
Denver: Yo creo que habría de quitar…
Mónica: Sí.
Denver: Vale. ¿Te ayudo?
Mónica: Despacio. ¡Ah!
Denver: Vamos, ya está, ya está. Vale, vale, vale. Cuidado. Ya está, ya está. Madre mía.
Mónica: Espera.
Denver: Yo creo que deberíamos que sacar la bala, ¿eh?
Mónica: No, no, no. No, que hay músculos, huesos y todo. A ver si vamos a liar.
Denver: Voy a hacerlo con cuidado.
Mónica: ¿Cómo la vas a sacar?
Denver: Sacar la bala y…
Mónica: No la puedes sacar con eso
Denver: Mejor sacarla que dejarla adentro.
Mónica: Que no. Hay gente que tiene balas y no pasa nada. Lo he visto en la tele. Y trozos
de cristal y todo. No pasa nada.
Denver: Vale, vale, vale.
Mónica: La dejaremos.
Denver: Cubrimos la hemorragia y ya vemos cómo evolucionas, ¿vale? Esto es como
cuando jugábamos de pequeños al bicho este de Operando… Vale.
Alison Parker: No. ¡Eh! ¿Tienes mas fideos?
Río: Fideos no. Me queda arroz.
Alison Parker: Da igual.
Nairobi: Moscú, ¿qué haces? ¡Oye! ¿Qué haces, coño? ¿Qué haces?
Denver: Tokio, ¿qué pasa?
Tokio: No sé qué pasa.
Nairobi: ¡No abras las puertas! Moscú.
Tokio: ¡Al suelo! ¡Todos al suelo! ¡Al suelo! ¡Ya!
Denver: ¡Papá! ¡Tápate la cara! ¡Tápate la cara!
Moscú: Déjame salir.
Denver: No, papa.
Moscú: Tengo que salir. Tengo que salir.
Denver: ¿Salir para qué?
Moscú: Es culpa mía. No tendrías que estar aquí. No tenías que matar a nadie. Déjame
salir.
Denver: Te querías entregar para comerte tú mi marrón.
Moscú: Déjame salir.
Denver: No la he matado.
Moscú: Déjame salir.
Denver: Que no la he matado. Que la tengo escondida.
Moscú: Déjame salir.
Denver: Vamos a salir, papá. A cielo descubierto para que respires aire fresco.
Moscú: Necesito aire.
Denver: Si. A ver, quiero que sepaís que esto no es una amenaza, sino un favor que les
pido que os pido a nivel personal, no como atracador. Quiero que os pongáis las caretas,
las capuchas y que salgáis a la azotea sin hacer señales ni tonterías. Tan solo 10 minutos,
¿vale? Salir, tomar aire y entrar, ¿estamos?
Arturo: ¿Qué es lo que pretendes, entretener a la policía?
Denver: La policía ya está entretenida, así que déjala en paz y no me alborotes al gallinero.
Arturo: La del cebo. Nos quiere hacer la del cebo.
X: ¿Qué es eso?
Arturo: Nos mandan ahí a los leones mientras aprovechan para salir por otro lado.
Denver: Saldremos ahí afuera por humanidad, porque un compañero nuestro necesita
respirar, y no te lo voy a repetir otra vez. No os mováis. ¿Pero en qué puto mundo
vivimos? Ya nadie esta dispuesto a hacer nada por nadie, ¿no? A un compañero le da un
ataque de ansiedad y vosotros no hacéis otra que pensar en la del cebo. No va a pasar
nada. No va a pasar nada porque yo voy a salir con vosotros.
Arturo: ¿Por qué le ha dado un ataque de ansiedad? Por los disparos. Ha sido por los
disparos, ¿verdad? Ha sido por los disparos. ¿A quién habéis matado?
Denver: Abre la boca Arturo. Abre la puta boca, Arturo. Abre la boca. Ahora levanta la
mano izquierda si vas a seguir tocándome los cojones. Si vas a mantener la boca cerrada la
mano derecha. Bien.
Moscú: Para, para ya. Déjate de hacer el ganso, por favor.
Denver: Ahora sí, papá. Toma aire.
Moscú: No hace falta que hagas esto por mí.
Denver: Recuerdo cuando se largó mamá, que te costaba respirar, que salías al balcón
para intentar hacerlo cada noche. Así que, le pese a quien le pese tú vas a salir ahí afuera,
vas a tomar aire y, cuando te tranquilices, entramos. Todo el mundo con la careta puesta y
con la capucha. Arturito, cerca de mí. Papá, Tranquilízate.
Moscú: Vale.
Denver: Mira qué día más de puta madre hace.
Moscú: Menudo solo, ¿eh? Tú respira y tranquilo.
Berlín: ¿Sí?
Profesor: ¿Qué esta pasando? ¿Por qué están en la azotea?
Berlín: Moscú salió a respirar aire fresco flanqueado con rehenes con armas falsas. Como
bien sabes, jamás hubiera permitido esta locura, pero ahora mismo mis compañeros me
están convenciendo de que es una buena idea.
Profesor: No quiero más improvisaciones. Mantenme informado de todo.
Berlín: Si no comienzan a tener la cabeza más fría, olvidaos de los millones de Acapulco y
del jardín lleno de críos, porque vas a joderlo todo. Solo teníais que hacer una cosa: ser
profesionales.
Nairobi: ¿A ti esto no te parece profesional? ¿Eh?
Berlín: Precioso.
Nairobi: No, precioso no. Un puto billete mejor que el que dan en los bancos. Ni siquiera
se puede rastrear. Una obra de arte.
Berlín: Ajá.
Nairobi: ¿Y sabes por qué?
Berlín: Ilumíname, Nairobi.
Nairobi: Porque está hecho con mimo. Yo sí soy profesional. Lo que no sé es qué se hace
cuando a tu padre le da un ¨yuyu¨ en mitad de este marrón, ¿se es ladrón antes que hijo?
¿Eh, berlín? ¿Antes que ser humano? Para un mierda como tú pues pueda que sí, pero
yo… no lo sé.
Moscú: ¿No has matado a esa chica?
Denver: No.
Moscú: Dime la verdad, joder.
Denver: ¡Que no! Berlín le pillo con un móvil, me ordenó que la matara y tuve que pegarle
un tiro, no podía hacer otra cosa.
Arturo: Estáis hablando de Mónica.
Denver: ¿Qué haces?
Arturo: ¿Qué habéis hecho a Mónica?
Denver: Vuelve a tu sitio.
Arturo: ¿Qué habéis hecho?
Denver: Que vuelvas a tu sitio.
Arturo: Dime dónde está Mónica.
Denver: Vuelve.
Arturo: Habéis matado a Mónica, joder. Era una inocente.
Moscú: Ponte de rodillas.
Denver: ¿Qué?
Arturo: Estaba embarazada.
Moscú: Francotiradores, joder. Que crean que somos rehenes. Las manos en la cabeza.
Arturo: No juegues conmigo, levántate. Te estoy hablando.
Moscú: Que hay francotiradores. De rodillas, que hay francotiradores. Todo el mundo al
suelo.
Denver: Que vuelvas a tu sitio.
Arturo: ¿Qué coño hacéis?
Moscú: Hay francotiradores, joder. Que te pongas de rodillas.
Denver: ¡Baja esa arma!

SABADO
18:00H

Nairobi: ¡Bien! Bien, señor Torres. Bien. Muy bien. Pero ahora cambiamos de serie, ¿vale?
Cambiamos de letra, ¿vale? Otro país, sí. No me rechiste. Venga.
Moscú: ¡Río! Baja, corre.
Río: ¿Qué tenemos?
Moscú: Un herido grave. Corre, ¡corre!
Arturo: La habéis matado, hijos de puta.
Moscú: Corre.
Arturo: Agua, agua, por favor.
Tokio: Gracias. Arturo, sujétate. ¡Río, Río!
Río: Alcohol, Alcohol
Tokio: Necesito que te quites la mano…
Arturo: Necesito hablar con mi mujer, por favor.
¨Dicen que cuando estamos a las puertas de la muerte por fin somos capaces de ver
nuestra vida clara. Y Arturo Román, desangrándose en una mesa, esperaba precisamente
eso: la clarividencia de la muerte. Averiguar de una vez quién había sido el amor de su
vida¨.
Moscú: ¿Dónde coño esta?
Denver: Se ha escapado la hija de puta. Joder. Mónica. Eh, eh… Eh. ¿Qué haces aquí?
¿Estás loca?
Mónica: Que no me encontraba muy bien. Creo que son los medicamentos que no me
sentaron muy allá.
Moscú: Los medicamentos. Eso va a ser, los medicamentos. Sí, hija mía. Eso va a ser.
Madre mía, esta hirviendo como una cafetera.
Denver: Hay que sacarla de aquí echando hostias.
Moscú: Te ayudo.
Mónica: Espera, espera. ¿Me… podéis dejar sola un momentito? Por favor.
Denver: ¿Cómo la ves?
Moscú: No la veo muy católica. La veo mal. Si no le sacamos esa bala, se nos va a tomar
por culo.
Denver: Papá, tranquilo, ¿eh? Se va a poner bien.
Moscú: ¿Por qué le disparaste, coño?
Denver: Porque Berlín la iba a matar. No podía hacer otra cosa.
Moscú: Hijo de puta. Si quiere matar a alguien que apriete el gatillo, no tú. Hemos venido
a robar, ¿no? No a matar a alguien. Ni a salvar vidas. Joder, somos unos desgraciados,
coño. Nos tiene que tocar a nosotros…
Denver: Papá, tranquilo.
Berlín: Que tablas tienes, Arturo. A tu secretaria… con el bombo… Laurita esperándote en
el 4x4 con los niños. Tú, rodeado de dinero, eres una leyenda.
Nairobi: ¡Berlín! Los médicos están ahí afuera.
Berlín: Vas a tener que disculparme. ¿Todos saben lo que deben de hacer?
Nairobi. ¡Lo saben! ¡Claro que lo saben! ¿Estáis listos? Bueno están listos.
Berlín: Nairobi.
Nairobi: ¡Nos ponemos las máscaras! ¡Y conmigo! ¡Rock and roll! Entrad. Dejen todo en el
suelo. Cierren puertas. Avancen. Manos en la cabeza y piernas abiertas.
Profesor: Escúchame bien. Uno de los sanitarios es un policía infiltrado.
Berlín: ¿Cuál?
Profesor: El de las gafas. Sabes lo que hay que hacer
Berlín: Perfectamente. Vamos a ello.
Profesor: ¡Berlín! Tiene que ser un puñetero trabajo de orfebrería.
Berlín: Lo sé. ¡Señores! El de las gafas es el policía. Depositen todos sus objetos metálicos
en esa bandeja. Gafas. Relojes. Si tienen armas…, micros… También les aconsejo que los
depositen. Vamos a rastrear cualquier tipo de radiofrecuencia. Quítense los zapatos
también. Y ahora túmbense. Al suelo. Eso es. Modo cucaracho.

SABADO

18:31H
Río: ¿Qué?
Alison Parker: A veces en la tele sale gente como tú.
Río: ¿Cómo yo qué?
Alison Parker: Atracadores. Pero tú no cuadras mucho. Se ve que esto no es lo tuyo.
Río: ¿Por qué?
Alison Parker: Por cómo coges el fusil.
Río: Pensaba que eras la hija del embajador, no de Rambo.
Alison Parker: Bueno, mi padre siempre quiso tener un hijo y desde los cinco años me lleva
a pegar tiros.
Río: ¿A pegar tiro? ¿A qué? ¿A los palillos de la feria?
Alison Parker: A jabalí, ciervo rojo, antílope… Pero lo que le gustaría a mi padre es cazar
ecologistas. Pero no me gustan las armas. Una vez en Norwich… a un amigo de mi padre
se le disparó la escopeta. Yo lo vi todo. El disparo en la espalda, la gente gritando… Es
como cuando… ves un accidente en la carretera y se te queda grabado la… La mancha de
sangre.
Río: Bueno. Está descargado, ¿vale? No tengas miedo.
Berlín: Que agradable visita. Deberías venir más seguido por aquí.
Tokio: Veo que te has puesto un despachito muy cuco. Ya tienes dos.
Berlín: Me gustan los despachos. Siempre… he querido tener uno con el escritorio de
caoba, pero el crimen y los despachos no casan.
Tokio: Qué calor, ¿no?
Berlín: Te has puesto el chaleco antibalas para venir a verme. Hubiera preferido un corsé,
veneciano.
Tokio: ¿Ves? Si es que no termino de pillarte el punto.
Berlín: ¿A que has venido, Tokio?
Tokio: A pedirte…, por favor…, que llames al Profesor… y le cuentes lo que has hecho,
que has mandado ejecutar a una rehén. Chico malo. Porque ¿sabes qué pasa? Que el
Profesor es mi ángel de la guarda, y si no se lo cuentas tú, voy a tener que hacerlo yo.
Berlín: ¿Tú?
Tokio: Ajá.
Berlín: Ah. Y quedarás como una acusica. Una chivata, una rata asquerosa. Soy un
caballero, es algo que no podría permitir.
Profesor: Sí.
Berlín: Incumplí la primera norma del plan. He matado a un rehén. Bueno, no yo, sino
Denver, pero eso es lo de menos. Digamos que lo ha hecho cumpliendo estrictamente mis
órdenes. He preferido contártelo yo personalmente.
Profesor: Era la única línea roja. Lo has jodido todo.
Berlín: Entiendo tu conmoción.
Profesor: Lo has jodido todo.
Berlín: Esa mujer tenía un móvil entre las piernas. Puede que quisiera utilizarlo para llamar
a su prima Chelito… y contarle que se trajinaba al director general, pero en realidad pienso
que quería llamar a la policía. Ya no habrá más teléfonos. De eso puedes estar seguro.
Profesor: ¿Quién era ella?
Berlín: Mónica Gaztambide. ¿Vas a castigarme? Deberías de hacerlo. Yo sé que eres un
idealista, que piensas que nos van a dar los billetes pidiéndolos por favor, que quieres ser
un buen tipo mientras nos das armas y explosivos para reventar este edificio, pero ya está
bien de juegos. Vas a tener que castigarme, porque si no tienes agallas, esto no va a salir
bien. Te lo he dicho muchas veces durante años: no soy yo quien tiene un problema, eres tú.
Vas a tener que castigarme porque así sabré que eres un capitán que puede llevar firme el
timón, que eres alguien en quien se puede confiar. Parece que no quieres hablar de ello
ahora. De momento nadie sabe fuera lo de esta defunción, así que el plan sigue adelante.
Profesor: Pedirán pruebas de vida en menos de 48 horas.
Tokio: ¿Qué haces?
Río: Estoy montando las células para colocar explosivos en las vías de entrada.
Tokio: ¿Te lo ha pedido Berlín?
Río: El Profesor, a modo disuasorio, para que lo vean en la carpa.
Tokio: ¿Y eso?
Río: El cabrón este, que tenía aquí un jerez y le estoy dando salida.
Tokio: ¡Joder! Jefe, el puesto de director general le sienta… muy bien.
Río: Siéntese, por favor, Srta. Tokio. He visto que ha llegado tarde, Voy a tener que dar
cuenta de ello.
Tokio: Lo siento mucho, señor director. Sé cómo te sientes. Río…
Río: Estoy aquí, metido en este agujero, y me pongo a pensar en cómo he llegado hasta
aquí… y no me acuerdo. Me acuerdo que un día… me pidieron que hackeara un sistema de
seguridad y resultó ser el de una mansión en Ginebra, donde no quedaron ni las alfombras.
Yo ni siquiera estaba ahí. Pero, joder, hackear un sistema de seguridad es muchísimo más
divertido que ser el informático de una empresa. Así que ni lo pensé. Para mi era un
juego…y ahora ya no tengo padres.
Tokio: Yo tampoco tengo madre.
Río: Pero es un poco diferente, ¿no? Mis padres siguen vivos. Yo podría haber sido un tío
legal. Era bueno en lo que hacía, podía ganar dinero. Podía haber tenido una vida normal,
conocer una chica normal, tener amigos normales… Yo no era como vosotros.
Tokio: Es que no sé qué decirte.
Berlín: Les he reunido aquí para contarles un poco cómo están saliendo las cosas y para
acallar rumores. Flota en el ambiente que la señorita Mónica Gaztambide ha fallecido y eso
no es buen. Los rumores generan incertidumbre, ansiedad. Por eso, quiero acallar esto.
Efectivamente, la señorita Mónica, su compañera, ha sido ejecutada. Pero también les
quiero hacer partícipes de otras noticias. Buenas noticias. Porque lo cierto… es que este
atraco va viento en popa. Va como un tiro, Por eso, quiero… darles las gracias, tengo que
darles las gracias a todos aquellos que están prestando su esfuerzo y colaboración.
Especialmente, a una persona. Señor torres.
Nairobi: Don Francisco Torres. Este señor lleva imprimiendo billetes 27 años. Y Hoy ha
abatido su propio récord. Porque, después de 40 horas, ha impreso… 311 millones de euros.
Berlín: ¡311 millones de euros! Pin, pan, pin, pan. ¡ÉL solo!
Nairobi: Muchas gracias a todos. Señor Torres. ¿sabe lo que es usted? Es usted el puto
secuestrado del mes.
Berlín: Eso es, démosle el aplauso que se merece. ¡Vamos, que se note todo el amor que le
tenemos!
Río: Siento haberte atado tan fuerte. Pero, joder, tú también me apuntaste a la cabeza con
un rifle. ¿Qué querías que hiciera? Para ser la hija del embajador eres un poco rebelde, ¿no?
Alison Parker: No te creas, es la segunda locura que he hecho en mi vida
Río: ¿Ah, ¿sí? ¿Y cuál es la primera?
Alison Parker: Apuntarme a danza a escondidas.
Río: Joder, que locurón, ¿eh? Ten cuidado, empiezas con la danza y acabas metida en algo
chungo, como el violín. Y luego, ahí a la rave, chunda, chunda.
Alison Parker: Mi padre me ha escogido todo en la vida. El colegio, la carrera… Hasta la
casa en la que voy a estudiar en postgrado de Diplomacia en Oxford. Alison, este cubierto
es de pescado. Alison, esa copa no. Alison, te meterás a ajedrez. Y así todo.
Río: Claro. Y para tocarle los cojones, te apuntas a ballet.
Alison Parker: Me metí a danza porque mi padre odia la danza. Y el voleibol era los
sábados. Y los sábados no puedo hacer nada sin que él se entere.
Río: Bueno. Coged todo el neceser y vamos subiendo en fila india.
Tokio: ¿De qué hablabais?
Alison Parker: De nada.
Tokio: De algo de Oxford. Os he oído.
Alison Parker: No, de mi vida. Que mi padre es un mandón.
Tokio: ¿Le vas a invitar a la embajada?
Alison Parker: ¿A quién?
Tokio: A Río.
Alison Parker: No.
Tokio: ¿No te gusta Río?
Alison Parker: No.
Tokio: A mí me encanta su sonrisa. ¿A ti no?
Alison Parker: No.
Tokio: Si te he visto mirarle, ¿Por qué me mientes? ¿A que es mono Río?
Alison Parker: Sí, bueno.
Tokio: ¿Ves como te gusta? No pasa nada, reconócelo. Pues sí. Si, está conmigo. Pero yo
no soy ninguna perra rabiosa que vaya mordiendo cuando se siente insegura. ¿Cuánto
tiempo llevas ahí dentro?
Nairobi: ¡Vaya currículo! Andrés de Fonollosa. ¿Quién lo iba a pensar? Con esa figura que
tienes… Y ese palo que parece que te han metido por el culo. Y al final, mira, lo que te van
son las putas. ¿También catabas a las búlgaras, eh, antes de venderlas? ¿Menores? Eres un
cerdo. ¿Se puede saber a qué viene tener a esa niña atada en tu despacho? ¿Eh? ¿Qué
pretendes hacer, pedazo de escoria?
Berlín: Yo nunca vendería a mujeres. Y mucho menos seria su chulo. Tengo un código
ético que me lo impide. Como me impide delatar a un compañero, por mucho que sea un
miserable despojo. Y eso no tiene nada que ver con mis gustos y aficiones, Nairobi.
Nairobi: Si tú lo dices.
Berlín: Yo nunca me he subido en ese coche. Pero sí sé de alguien que lo hizo.
DOMINGO

23:40
Denver: ¿Por qué no has avisado? ¿Por qué? ¿Dónde cojones estabas? ¿Dónde cojones
estabas?

62 HORAS DE ATRACO

X: Anoche oímos todos los disparos. ¿Hay algún herido? No me voy a callar.
Río: Siéntese.
X: Falta uno de mis alumnos, Pablo Ruiz, y quiero saber donde esta.
Río: Siéntate. ¡Que te sientes! Tu alumno se ha fugado con un grupo de rehenes. Han
explotado una carga y ha salido al exterior. No tenéis de que preocuparos por nadie, están
todos bien.
Tokio: ¿Qué hace la loca esta?
Río: Señora, siéntese y deje las palmitas. Siéntese. ¡Que te sientes!
Tokio: Sentaos todos. Siéntate. Siéntate, por favor. Ha llegado el momento de tomar una
decisión. Hay que elegir entre convertirse en cómplices y obtener un millón. O ser
íntegros… y salir de aquí. La libertad… o el millón.
Nairobi: Si os quedáis con nosotros a ver el final, recibiréis en vuestra casa 20,000 billetes
de 50 euros. Envasados al vacío, como el buen jamón
Tokio: Los que quieran salir que crucen la línea.
Alison Parker: ¿Por qué no me habéis dado la opción de salir?
Nairobi: Porque tú eres la gran estrella, cariño. ¿Hum?
Tokio: ¿De verdad crees que hay que explicártelo? Aparta, que estás en el medio.
Nairobi: Bueno, pues se acaba el tiempo. Ahora o nunca. Podéis cruzar la línea y salir de
aquí o quedaros con nosotros… y con el millón.
Tokio: ¡Todos con las caretas! Están dentro.
Berlín: Hay que llevar la Browning a la cámara acorazada tres
Río: Lo está haciendo Denver.
Tokio: ¿Qué hacemos los rehenes?
Berlín: Entregarlos.
Tokio: Todo el mundo desordenado, de espaldas y de rodillas, ya.
Río: Vamonos ya, ¡ya!
Berlín: Están en el sótano.
Berlín: ¡Vamos, vamos, salid ya!
Tokio: ¿Y Denver?
Berlín: Están de camino al hangar. He dicho que salgáis. Es una orden.
Río: Vámonos.
Nairobi: Berlín, vámonos.
Profesor: Berlín, están bajando las escaleras los tienes encima.
Berlín: Ya saben dónde estamos, marchaos. Llévatela. Yo aguanto.
Nairobi: ¿Como que tu aguantas?
Helsinki: Vámonos ahora o no saldremos más.
Berlín: ¡He dicho que te vayas! Si entran en el túnel, estamos todos muertos.
Nairobi: ¿Qué estas haciendo, Berlín?
Berlín: Alguien tiene que quedarse, sea quien sea, Nairobi.
Nairobi: No.
Berlín: ¡Si nos están pisando los talones!
Nairobi: ¡Pues nos vamos todos juntos!
Berlín: Nairobi, Tú y yo quedamos en que yo era un machista, ¿no? Pues a las mujeres se
los marcas primero.
Helsinki: Vámonos.
Nairobi: ¡Te odio! ¡Te odio! Quiero volver.
Helsinki: Nairobi, no, no hay tiempo, vámonos.
Profesor: Que bien, que estes aquí, tú también, que bien que estén aquí. ¿Y berlín?
Nairobi: Se ha quedado adentro.
Profesor: ¿Cómo se ha quedado el solo?
Nairobi: Teníamos los clavos encima y se ha empeñado en cubrir el túnel.
Helsinki: Nos ha salvado la vida.
Profesor: ¿Me oyes?
Berlín: ¡Profesor! Ahora mismo me pillan un poco oxidado.
Profesor: Entra al túnel
Berlín: Negativo.
Profesor: Berlín, vamos a volar el túnel, pero tienes que salir de ahí.
Berlín: Están muy encima, ya es tarde, marchaos ¡ya!
Profesor: No me iré sin ti y lo sabes.
Berlín: La decadencia no es una estancia para mí.
Profesor: Sal, por favor.
Berlín: No me jodas, me prometiste que no te quedarías si las cosas se ponían feas. Y se
han puesto feas. Helsinki, vuela el túnel
Profesor: No.
Berlín; Helsinki, es una orden, vuela el túnel, te quiero mucho hermanito, no lo olvides.
Nairobi: Escúchame, hay que seguir, hay que seguir.
Profesor: Cambiaos de ropa.

BELLA CIAO

Una mattina mi son' alzato


O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao
Una mattina mi son' alzato
E ho trovato l'invasor

O partigiano, portami via


O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao
O partigiano, portami via
Ché mi sento di morir

E se io muoio da partigiano
O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao
E se io muoio da partigiano
Tu mi devi seppellir

E seppellire lassù in montagna


O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao
E seppellire lassù in montagna
Sotto l'ombra di un bel fior

Tutte le genti che passeranno


O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao
Tutte le genti che passeranno
Mi diranno: Che bel fior

E quest' è il fiore del partigiano


O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao
E quest'è il fiore del partigiano
Morto per la libertà

E quest'è il fiore del partigiano


Morto per la libertà

También podría gustarte