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El infortunio de Caudillo

Se dice que todos tenemos un gemelo en el mundo o alguien muy parecido a nosotros.
Bueno que les parece si les digo que yo encontré el mío, pero no en un buen momento….
Todo empezó cuando iba de camino al trabajo, era una mañana muy bella, el sol alumbraba
muy fuerte, el cielo estaba despejado y la brisa se sentía algo tibia. En el camino decidí
compran un perro caliente o como le dicen en otros lados “Hot dog”, estuve a punto de
terminar mi salchicha cuando de repente un sujeto extraño tropezó con migo y me hizo caer
mi delicioso bocado.
-¡Oye ten cuidado! Le dije
-Lo.. Lo siento señor es que tengo prisa, me contestó.
Después de eso se alejó a toda prisa y yo mientras tanto estaba lleno de ira y con sed de
venganza, bueno aunque no tano, era solo una salchicha.
Al llegar a mi oficina me encontré con una sorpresa, estaba mi jefe esperando mi llegada en
la sala de reunión. La verdad estaba muy nervioso ya que cuando te llaman a estos lugares
es para despedirte, darte un ascenso o asignarte una nueva labor.
-Siga bien venido señor Caudillo, dijo mi jefe. “Ojo para aclarar Caudillo es mi apellido”
- Por supuesto jefe, ¿en que soy bueno?
-Caudillo, hemos tenido un problema con la persona encargada de las entregas
domiciliarias, así que tengo una oferta que no podrás rechazar y espero que estés listo para
esto… dijo mi jefe
-En ese momento me mataba el suspenso, porque no sabía cuál era la tarea que me iba a
asignar, digo, yo soy el encargado del área de mantenimiento y además no creo que me
pongan a realizar domicilios ya que no cuento con una licencia de conducir…
-Caudillo quiero que tú seas nuestro nuevo…..
¿Si?
-Nuestro Nuevooooo…
-Sí, sí, siiii
-Nuestro nuevo domiciliario. ¿Qué te parece? Tendrás tu propio vehículo, mira esta
bicicleta es toda tuya.
-  En ese momento todo se derrumbó, tal como lo dice la canción…
Fingí una sonrisa de oreja a oreja aunque con mucho esfuerzo pero la mantuve lo suficiente
como para preguntarle a mi jefe el porqué de este cambio tan radical. Entonces el me miro
fija mente con una fruncida cara de ira y me dijo:
-Señor Caudillo, ¿recuerda la vez que la planta de emergencia estallo? O ¿recuerda cuando
hubo un incendio hace dos semanas en el cuarto frio? ¡El cuarto frio! ¿Y también recuerda
la falla de red de hace dos días?.... Pues como le parece que si no acepta este trabajo
entonces… ¡Esta despedido!
Salí corriendo de la oficina y me puse en marcha hacia las oficinas de domicilios de la
empresa y fue allí cuando la encontré, era una chica hermosa, tenía el pelo ondulado, una
cara muy fina y delicada como de muñeca, unos labios gruesos pero a la vez suaves, una
mirada profunda como si siempre mirase el alma de las personas.
-Hola. Eres Caudillo ¿verdad?, me dijo
-Si… si, yo soy Caudillo mucho conocerte gusto… Digo, mucho gusto en conocerte.
Ella me sonrió muy tiernamente y luego me empezó a hablar. La verdad yo casi no le puse
mucha atención a lo que me decía ya que estaba embobado con su belleza.
-Y bueno Caudillo esta es tu nueva oficina espero que te sientas cómodo, en tu escritorio
puse las tareas de hoy y las direcciones para que lleves los domicilios. Bay.
Me senté y vi mi escritorio, y en el había un papel donde estaban los domicilios del día, le
seque copia al papel y fui al parqueadero para buscar mi vehículo. Cuando llegué al
parqueadero, empecé a buscarlo, fue entonces cuando la vi… era una bicicleta con un
diseño un tanto rustico, tenía los pedales desgastados y el manubrio se veía un poco torcido,
la pintura estaba tan raspada que hasta se veía el óxido en ella.
-¡Ho! que desgracia, no creo que esto pueda ser peor
Pero al decir eso me precipite un poco, ya que las llantas estaban sin aire.
-¡Maldita sea!
Patee tan fuerte la bicicleta que me golpeé muy duro el dedo pequeño del pie, causándome
un fuerte dolor.
-Arrg lo que me faltaba, no tengo vehículo y ahora no puedo caminar bien.
Mientras estaba en mi dolor, sentí que alguien toco mi espalda.
-¡Hola!
-Haaaaa. Que susto ¿Por qué no saludas mejor de frente? (Dije yo)
- Ups lo siento, la próxima lo tendré en cuenta.
-Si bueno, que quieres. (Dije yo)
-Bueno amigo antes que nada me presento, mi nombre es Santiago y soy el encargado del
parqueadero.
-Sí, bueno y ¿en qué le puedo ayudar? (dije yo)
-Vi que estaba un poco frustrado y decidí ayudarle.
-¿Enserio?
-Sí, no se preocupe, la otra persona encargada de los domicilios utilizaba esta herramienta
para poder hacer sus entregas.
El hombre me paso una especie de control remoto y me vio muy sonriente.
-¿Se está burlando de mí? (Le dije)
-Porque si es eso le parto la cara, ¿acaso no le vasta verme sufrir en este nuevo trabajo?
-No… no señor como se le ocurre, este objeto es un control para abrir el otro parqueadero
que está en el piso de más abajo.
-Es enserio, acaso cuantos parqueaderos tiene esta empresa, si yo llevo 5 años trabajando
aquí y solo conozco uno.
-En realidad hay 3 parqueaderos, este es el primero, el segundo está más abajo y el tercero
ni siquiera yo lo conozco, solo los ejecutivos van allá.
La verdad estaba un poco sorprendido, ya que llevaba 5 años trabajando en esta empresa y
no tenía idea de los parqueaderos que me estaba mencionando aquel hombre.
Tome el control, y me dirigí a unas escaleras de metal que se encontraban detrás de un
poster de la empresa. Baje con mucho cuidado y cuando llegue al piso de destino…
¡Ho! Que sorpresa.
Había vehículos de alta gama y bicicletas que tenían motor, era como el paraíso de los
vehículos terrestres.
Pulsé el botón rojo del control y a lo lejos se escuchó sonar un claxon. Era una bicicleta,
estaba muy bien arreglada, tenía un diseño muy innovador y estaba equipada con accesorios
de última tecnología.
¡Ho por Dios! Esto es un sueño hecho realidad. (Dije con asombro y emoción)
Me subí a la bicicleta e inmediatamente emprendí rumbo a realizar los domicilios que tenía
programados para este día.
Empecé primero con la dirección más cercana, esta estaba fácil. Avenida alegría-Calle 12 #
1, luego de hacer la entrega tracé una ruta para que el recorrido fuese más fácil y con gran
prisa me dirigí a la siguiente dirección. Avenida centella-Calle1 # 12, todo iba bien, hasta
que….
En el antepenúltimo domicilio tenía que llegar a una dirección que no creo que nadie fuese
capaz de llegar hasta allí, ya que era la casa de uno de los hombres más raros de la ciudad,
le decían el loco Caudillo.
La verdad, cuando era pequeño me disgustaba que aquel sujete tuviese mi apellido, ya que
gracias a eso mis compañeros de la escuela me molestaban, pero bueno eso es cosa del
pasado.
Con un poco de curiosidad y algo de miedo, me acerque a la residencia de destino. Baje de
la bicicleta y empecé a caminar hacia la casa del loco Caudillo, mientras caminaba se me
vinieron recuerdos de lo que decían mis compañeros acerca de este sujeto; decían que era
un loco que decía que venía de otra dimensión y que había cruzado un portal que lo trajo
por accidente a esta ciudad, pero nadie nunca le creyó y lo trataron como loco.
Ya estando muy cerca de la puerta, mis piernas empezaron a temblar ya que también
dijeron que él era un asesino de personas, porque un día un domiciliario le fue a llevar algo
una noche muy lluviosa y apareció una extraña luz en su casa y el sujeto del domicilio
desapareció, nunca más lo volvieron a ver, o al menos eso decían.
Toqué la puerta e inmediatamente alguien empezó a abrirla, cuando terminó de abrir la
puerta vi que había alguien al fondo de la casa, casi no se veía muy bien ya que estaba muy
oscuro, y de repente empezó a correr a toda velocidad hacia mí. Tenía tanto miedo que me
quede paralizado, mis piernas no funcionaban para correr, sentí que era mi fin.
-¡Eres tú! ¡Sabía que llegarías, mis cálculos eran correctos!
Cundo el hombre se asomó a la luz, quede impactado. Ese sujeto era muy parecido a mí,
solo que más viejo.
-No puedo creer que seas tú, bueno aunque ya había planeado un poco esto, pero bueno,
tenemos mucho de qué hablar (Dijo el viejo Caudillo)
-Disculpe señor pe… pero yo solo vine a traerle su encomienda.
-Pamplinas, yo creo que ya te diste cuenta lo muy parecido que somos, y es por eso que
necesitamos hablar

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