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Video y material de la Clase

Introducción

En los días de Josías, el libro de la ley fue encontrado en el templo, y la humilde


respuesta por parte de Josías a lo que el libro exigía cambió su generación. Más
adelante, Jesús enfrentó a los líderes religiosos de Su tiempo, quienes, con tanta
preocupación por la ley, la habían enterrado bajo sus tradiciones religiosas. Durante la
Edad Media, numerosas órdenes monásticas encontraban a menudo que la iglesia (u
otras órdenes anteriores) se encontraba corrompida y lejos del mensaje de los apóstoles,
y les llamaba a que lo retomaran.

John Wycliffe, un profesor de la Biblia en Oxford, desafió a la jerarquía eclesiástica de


su época. Después de haber perdido su puesto, comenzó a enviar a sus estudiantes a los
campos con traducciones de las Escrituras para que predicasen. Aunque Inglaterra
detuvo su labor, ésta permaneció latente, lista para florecer otra vez en la Reforma
Inglesa un siglo después.

Lutero, profesor que enseñaba la Biblia, desafió la explotación de los campesinos


llevada a cabo por la jerarquía eclesiástica, llamando a la iglesia a que fuera de vuelta a
las Escrituras (otros reformadores tuvieron el mismo énfasis, algunos queriendo llevar el
asunto más allá de lo hizo Lutero). Cuando muchos luteranos

llegaron a ser indulgentes en su fe, Philipp Jakob Spener, profesor de la universidad,


contribuyó a motivar el movimiento pietista con su enseñanza bíblica, también haciendo
un llamado a que la gente viviera las Escrituras.

A través de la historia, muchos de los avivamientos más grandes sucedieron cuando la


gente se volvía a las Escrituras, permitiéndole que les desafiara a escuchar nuevamente
el mensaje de Dios en su generación. En muchas partes del mundo la iglesia necesita
regresar a la Biblia tanto o más que aquellos, buscando de Dios un viento fresco del
Espíritu que desafíe muchas de las cosas que se hacen en el nombre de Dios, Su Palabra
o Su Espíritu. Que podamos orar por tal avivamiento, escudriñar las Escrituras por
nosotros mismos, y convertirnos en agentes de Dios propagando Su mensaje.

He desarrollado esta asignatura a partir de los principios más básicos hasta los más
complejos. A algunos estudiantes les podrá parecer que principios como el del
“contexto” son demasiado básicos, y quizás deseen saltarlos. Pero antes que lo hagan,
les animo a que busquen muestras de ejemplos de contexto; muchos quedarán
sorprendidos de cuántas canciones, sermones y dichos populares han tomado los textos
fuera de su contexto. En otras palabras, una cosa es afirmar que creemos en el contexto,
y otra muy diferente es practicar esa habilidad de manera coherente.

He ofrecido ejemplos concretos que nos ayuden a lidiar con esa realidad y nos motiven
a aplicar nuestra “creencia” de manera más rigurosa en el contexto. El contexto es
esencial porque esa fue la manera en que Dios inspiró la Biblia—no con versículos
aislados y al azar, sino con un continuo fluir de pensamiento al cual esos

versículos contribuyen.

Quizás algunos problemas de interpretación se den por sentado, pero los trataré de
forma breve en la introducción, porque algunos cristianos tienen problemas a la hora de
llevarlos a la práctica. La meta principal de estudiar la Palabra de Dios es conocer mejor
a Dios, y mientras mejor le conozcamos, mejor entenderemos Su Palabra. Puesto que
Dios nos dio la Biblia como un libro escrito que contiene mucha historia, Él espera que
usemos principios literarios e históricos cuando la estudiemos, pero a la vez, ésta recoge
el mensaje del corazón de Dios para Su pueblo, para que no la veamos como una mera
materia de interés intelectual o por simple curiosidad.

Aquellos que se convierten en “expertos” desde un punto de vista puramente intelectual


o hasta meramente religioso pueden llegar a convertirse en personas como los escribas,
que se oponían a nuestro Señor Jesús. Debemos recordar que este libro, a diferencia de
otros libros normales, tiene el derecho de hacer exigencias morales sobre nuestras vidas.
No debemos llegar a ser “expertos” que alardeemos de nuestro conocimiento, sino
debemos humillarnos ante el Dios de las Escrituras.

El temor del Señor es el principio de la sabiduría y del conocimiento (Proverbios 1:7;


9:10). Nuestra tendencia humana con respecto a las Escrituras es encontrar allí lo que lo
que nos convenga, sea para justificar nuestro comportamiento o para confirmar lo que
ya nos ha sido enseñado en nuestra iglesia, por medio de nuestra tradición o por otros
maestros a quienes admiramos. Los esclavistas trataban de justificar su comportamiento
a partir de la Biblia; muchas sectas justifican sus doctrinas a partir de la Biblia, pero a
veces nosotros los cristianos hacemos lo mismo. Si tememos a Dios, vamos a querer
escuchar solamente lo que nos enseña Su Palabra, y vamos a querer escucharlo lo más
claramente posible.

También debemos estar dispuestos a obedecer a Dios una vez que le hayamos
escuchado. Santiago (1:5) nos dice que si queremos sabiduría, debemos (al igual que
Salomón) pedirla, pero tenemos que pedirla con fe, insiste él (1:6), y luego explica que
la fe verdadera es aquella que está presta a vivir de acuerdo a lo que Dios nos pide
(2:14-26). Si realmente oramos para que Dios nos enseñe la Biblia (y deberíamos
hacerlo así, ¡vea el Salmo 119!), debemos orar con el tipo de fe que está presta a abrazar
lo que encontramos en la Biblia.

Debemos acoger lo que allí encontremos, aun si es algo que no sea muy popular, aun si
fuera algo que nos metiese en problemas, y hasta incluso si nos desafiara nuestro estilo
de vida. Ese en un precio alto, pero trae un beneficio: la emoción de hacer nuevos y
fresco hallazgos, en vez de simplemente escuchar lo que esperábamos escuchar.

Estudiar la Palabra de Dios con un corazón abierto y sediento es una de las maneras en
que expresamos nuestro amor por Dios. El principal mandamiento de Dios para Israel
era Su declaración de que Él es uno (Deuteronomio 6:4); es por ello que aquí no hay
cabida para la idolatría. Por lo tanto, Él le exhorta a Su pueblo que le ame a Él nada
más, con un corazón fiel y con todo su ser (Deuteronomio 6:5). Aquellos que aman a
Dios de esta forma, hablarán todo el tiempo de Su Palabra, en donde quiera que vayan y
a cualquiera que encuentren (Deuteronomio 6:6-9). Si realmente Dios toma el primer
lugar en nuestras vidas, entonces Su Palabra será primordial para nosotros y nos
absorberá.

Muchas veces la gente se pierde lo que hay en el corazón de la palabra de Dios. Los
fariseos debatían acerca de detalles, pero les faltaba un mayor espectro del corazón de
justicia, misericordia y fidelidad que posee Dios (lo que Jesús llama “los preceptos de
más peso de la ley”, Mt. 23:23, LBLA); como diría la conocida expresión: no veían el
pueblo por las casas. Toda la Escritura es la Palabra de Dios, pero algunas partes nos
enseñan de Su carácter más que otras (por ejemplo, aprendemos más directamente de la
revelación de Dios a Moisés en Éx. 33-34, que de los rituales de Levítico). Quizás hasta
ni escuchemos bien a Dios cuando leemos la Biblia, simplemente porque nuestro
trasfondo nos predispone a pensar que Dios es estricto o indulgente.

¿En dónde buscamos para encontrar la revelación central del carácter de Dios (los
“preceptos más pesados” de los que habla Jesús), que nos ayude a aplicar de manera
correcta el resto de la Palabra de Dios? Dios reveló Su ley a Israel, pero tanto los
profetas del Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento muestran que

algunos aspectos de esa ley se aplicaban directamente tan solo al Israel antiguo en un
tiempo en particular (aunque podemos aprender de sus principios eternos).

Los profetas ofrecían aplicaciones dinámicas de la ley basados en el conocimiento del


corazón de Dios. Pero Dios reveló más Su corazón y Su palabra al enviarnos a Jesús;
cuando Su Palabra se hizo carne, nos reveló el corazón de Dios (Jn. 1:1-18). Cuando
Moisés recibió la ley en el monte Sinaí, vio parte de la gloria de Dios, parte de Su
carácter de gracia y verdad, pero nadie pudo ver completamente a Dios y vivir (Éx.
33:18-20; 34:6). Sin embargo, en la Palabra hecha carne, Dios reveló completamente Su
gracia y verdad gloriosas (Jn. 1:14, 17); entonces el Dios que nadie ha visto se ha
revelado completamente en Jesucristo (Jn. 1:18; 14:9).

En este estudio veremos más allá del contexto: el contexto de todo el libro, el trasfondo
y principios especíicos para entender los tipos de escritos en la Biblia (tales como los
salmos, los proverbios, las leyes y las profecías). Estos son principios esenciales para
aprender lo que Dios les estaba diciendo a los primeros lectores, un paso necesario a la
hora de escuchar cómo aplicar el mensaje de Dios en nuestros días. Pero aún
necesitamos el Espíritu de Dios para que nos guíe en cómo aplicar Su mensaje a
nuestras propias vidas, a la iglesia del presente y a nuestro mundo. Existe más de una
forma de escuchar la voz de Dios (por ejemplo, le escuchamos en oración), pero es por
medio del estudio de las Escrituras que aprendemos a reconocer de manera clara la voz
de Dios cuando Él nos habla de otras maneras.

Pablo nos enseña estas dos cosas, que “conocemos en parte y en parte profetizamos” (1
Co. 13:9); es por eso que es bueno que dependamos tanto de las Escrituras y del Espíritu
para que nos ayuden a escuchar claramente, pero ciertamente el Espíritu no va a decir
nada que contradiga lo que Él ya ha inspirado que digan las Escrituras (la forma en que
nos la dio, en contexto).

Primera clase,apuntes

Codice biblia

San agustin,no dudar por a) la profecia cumplida (que anunciaban al mesias) b) milagros

Juan,logos,trinidad,revisar

Porque es confiable el NT?

Rob haskell.

Niveles de contexto

Contexto inmediato

LOGOS

Griegos, alegoria “vida lee vida”


La ley mata el espíritu,Pablo

METODO GRAMATICAL HISTORICO “hermenéutica rob haskeel” ex sproul como estudiar la


biblia

Puente brechas

Teología pactos

El AT es una narración histórica,como Dios se relaciono con el pueblo

Leyes ceremoniales,si la ley moral,10 mandamientos ,sábado ley ceremonialpara cuidar del
desgaste

Camino emaus

Video dan stevers mejor y verdadero

Jose perdona a lso que le traicionaron busca a Jesus el mensaje principal

Inerrancia bíblica “es un reflejo incompleto” EMAUS

Ver no juezgueis,memorizar versículo completo

Pasajes paralelos,tiene que decir lo mismo en varios lugares paralelos

1 contexcto completo,pasjes paralelos

Respondiendo ante Dios

Libro textos en contexto

Que biblia

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