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Este himno se caracteriza por relatar de forma muy explícita la dualidad del campo/ciudad,

a través de esta comparación se evidencia la exaltación de la vida en el campo y el privilegio de la

riqueza natural. Ya desde las primeras líneas el autor muestra una pintura de este lugar idealizado:

“Costa Rica es mi patria querida, vergel bello de aromas y flores cuyo suelo de verdes colores

densos ramos de flores vertió” (Gutiérrez, 1862). En ellas se hace una descripción de la naturaleza

encantadora, de ese espacio paradisíaco que amerita toda la apreciación.

Es mediante esta detallada narración que el himno profundiza en la capacidad del campo

para despertar los sentidos y la vivacidad de quien habite en él:” Desde el exterior, junto a una

patina de exotismo, el mundo rural es visto como una realidad positiva para el hombre, dado que

permite no solo subsistir, sino solo disfrutar de la belleza del paisaje, de lo peculiar de su clima,

vivir en paz y alejado de tráfago...” (Acín, 2011, p. 94). El campo es la representación de la

vitalidad, del único lugar donde el hombre puede ser realmente feliz, comúnmente se desarrolla la

realidad del hombre dichoso que escapa del bullicio de la ciudad para adentrarse en las maravillas

de la naturaleza que lo rodea, es por esto que constantemente se glorifica mediante el detalle

colorido: “Yo no envidio los goces de Europa, la grandeza que en ella se encierra; es mil veces más

bella mi tierra con su palma, su brisa y su sol” (Gutiérrez, 1862). En este fragmento se plasma la

condición de ese hombre pleno que disfruta su día a día y que no desea nada más que la fascinante

realidad que vive. De igual forma, rechaza la imagen de la ciudad perfecta, que es más grande y

evolucionada para muchos, y toma esas características y las ubica en el contexto rural, en donde la

grandeza tiene otro significado.


Este himno posee una un carácter emocional marcado, su letra constantemente hace

referencia a la gracia que produce el campo en el hombre. Es importante apuntar los distintos saltos

en el tiempo que se relatan de forma breve pero penetrante: “A la sombra nací de tu palma, tu

sabana corrí siendo niño, y por eso mi tierno cariño cultivaste por siempre mejor. La defiendo, la

quiero la adoro, y por ella mi vida daría, siempre libre ostentando alegría de sus hijos será la

ilusión” (Gutiérrez, 1862). En este fragmento se demuestra el impacto que produce el campo, la

vida que se ensalza está impregnada de recuerdos ligados al disfrute de la naturaleza. Una etapa

donde el hombre generó un vínculo inmortal que hasta el presente llena sus días de gratitud:

Anteriormente se señalaba un poco implícitamente que la nostalgia por la patria sólo se puede sentir estando
distante (bien sea en tiempo o en espacio) de ella, pues si estando en ella se sintiese el influjo de la nostalgia se
puede asegurar que ésta no es propiamente de la patria, sino de un momento particular vivido en ella y que por
una u otra razón no se puede volver a vivir, es decir, simbólicamente es una nostalgia de otra patria diferente a la
del momento actual que ha devenido diferente por el paso del tiempo. (Muñoz-Ocampo, 2013, p. 27)

Esas dos narraciones del presente y del pasado se relatan de forma afectuosa, no hay una

evasión o crítica del presente, sino que este se utiliza como muestra de que el espacio rural siempre

es y será formidable.

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