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Universidad Nacional de Córdoba

Facultad de Psicología

Seminario
Visión Sistémica de las Conductas Violentas - 2022
Prof. Mgter. Julia Córdoba

Coloquio Integrador
Tema: Caso Ruggeri

Córdoba - 6 de setiembre de 2022

Integrantes del Grupo

Juan Bartolomé Casabella 14.409.842


juancasabella@yahoo.com.ar

Rocío Mouzet 38.806.429


romouzet@mi.unc.edu.ar

María Fabiana Solís 18.441.356


fabianasoliscasabella@yahoo.com

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Dimensión Teórica

La visión sistémica no es solo una teoría, es también un enfoque epistemológico, es


un modo de conocer. Se puede abordar desde el paradigma de la complejidad, sin
determinismo causa-efecto, sin linealidad mecánica, desde la circularidad donde “todos los
elementos están interconectados entre sí” (Villarreal Zegarra y Paz Jesús, 2015, p. 48),
visualizando las interacciones dentro del contexto, en relación y de manera transdisciplinar.
La familia es un sistema de estructura y organización determinada, asimétrica, con
jerarquías y reglas; sus miembros se relacionan dinámicamente en forma interna y externa a
ella. Es un sistema único, singular, y variado por su complejidad que se sustenta en una
estructura adaptable y transformable en el tiempo. Para entender cómo funciona una familia
es necesario identificar cómo es la dinámica relacional entre sus miembros y, desde la visión
de sistema en tanto totalidad, identificar sus subsistemas, al tiempo que entenderla como
también subsistema de la familia extensa que, a su vez, es uno de la comunidad.
En la familia, la transmisión generacional puede significar que algunos modelos
recibidos dificulten la salida o el reconocimiento de contextos violentos; en el caso que nos
ocupa, no solo nos centraremos en el niño hospitalizado y sus padres, también haremos foco
en la totalidad de la familia y en sus interacciones: la terapia sistémica, si bien no se centra
en el pasado, plantea utilizarlo en pos de trabajar la situación presente con miras a trazar el
proyecto. El análisis sistémico de los circuitos de la violencia posee aspectos cognitivos,
emotivos y conductuales, pero atiende de manera especial a la pragmática de la comunicación
en cada caso de violencia, en el estudio detallado de las interacciones en el aquí y ahora del
núcleo conyugal y/o familiar, en cómo cada personaje interacciona con los otros y qué
consecuencias tiene todo esto en los participantes; se busca una lectura de los personajes
que participan, con diferentes grados de implicación, en el proceso de la violencia familiar.
Comprendemos la violencia como un fenómeno de relaciones manifestadas en
contextos de interacción social (Perrone y Nannini, 2010); por lo tanto, un individuo no es
violento en sí mismo: su violencia se desarrolla según el contexto y la modalidad de interacción
(Perrone y Nannini, 2007). Pero, en definitiva, el exterior que incide sobre el ser no explica
qué le sucede, solo gatilla determinados cambios en su estructura (Maturana, 2020).
Inferimos en la familia Ruggeri, como expresa Garrido (1995), a la violencia como signo
de falla estructural y de disfunción que produce tensión en las relaciones. Hay un desequilibrio
de poder de los actores, una relación abusiva signado por el género: Silvano ejerce violencia
(de género) hacia Giovanna y maltrato hacia los hijos, en especial a Saro, que debió ser
hospitalizado. Vemos una forma vincular de violencia activa del padre hacia el hijo y de
violencia pasiva (como negligencia) de la madre hacia el niño; todo dentro de una atmósfera
relacional significada por un apego evitativo que concluye con la intervención judicial a través

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de denuncia y el posterior alejamiento de los hijos. También identificamos en Silvano, en la
primera entrevista, un des-responsabilizarse de las consecuencias de sus actos abusivos al
defender su derecho a la vida privada, al presentarse a sí mismo y a su familia como víctimas
de las instituciones y de la sociedad y al justificarse por la difícil situación económica y de
habitabilidad.

Dimensión Pragmática

En esta familia los subsistemas (el conyugal, el parental y el filial) se encuentran


alterados desequilibrando la homeostasis familiar. Hay una conyugalidad disarmónica con
desacuerdos en la pareja: Silvano explica lo que, según él, ella no era capaz de explicar con
claridad y la posiciona de manera subalterna. También hay una parentalidad primariamente
deteriorada.
Linares (2010) describe cuatro atmósferas relacionales que se definen en función de
la interacción entre los ejes de la conyugalidad y la parentalidad, uno de ellos es la caotización,
donde emerge el miedo, el abandono, el temor y el sometimiento. Entendemos que es el que
corresponde a este caso.
El amor es un fenómeno relacional complejo que incorpora elementos cognitivos
(reconocimiento y valoración), emocionales (ternura, entrega y disponibilidad) y pragmáticos
(deseo, sexo y gestión de cotidianeidad). Al resultado de este proceso se lo llama nutrición
relacional. La nutrición relacional, en palabras de Linares (2010) “no es sino la conciencia de
ser complejamente amado” (p. 3), complejidad que abarca componentes (cariño, valoración,
ternura, etc.) que se interrelacionan para la existencia y dinámica de un todo. Los adultos
Ruggeri no contemplan el reconocimiento y la valoración; hay agresión y descalificación que
obstaculizan factores emocionales positivos. Contenidos transgeneracionales heredados se
repiten y replican mandatos y formas de relacionarse.
El terapeuta, al intervenir, procurará identificar los problemas que establecen los
orígenes del sufrimiento para esta familia e intentar promover el desarrollo de la misma
potenciando recursos favorables para la salud del grupo. Identificar el “juego familiar” y cómo
se desenvuelve la dinámica del maltrato.
Desde Garrido (2005), coincidimos en interrumpir en forma interdisciplinaria el proceso
de violencia; luego valoraremos si es posible el tratamiento conjunto o separado de todos los
actores y observadores de la violencia, haciendo hincapié en hallar los factores de riesgo y
los factores protectores. Se consensuará la toma de responsabilidades según cada actor y
sus posibilidades preservando en primera medida la salud integral de los hijos. Se trabajará
en regenerar las relaciones vinculares y cambiar la atmósfera relacional con la valoración de
la familia.

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Entendiendo que la pareja demuestra interés en recomponer su relación se proponen
sesiones de pareja donde se trabaje en conjunto sobre su dinámica relacional, haciendo
visibles los componentes para una nutrición relacional (hablar de sus necesidades, por ej.) y
los intentos de solución fallidos mencionados en Ceberio (2016) que retroalimentan el circuito;
cuáles creen que son los problemas para cada uno, cómo intentaron resolverlo y ver si hay
otras maneras. También terapia individual para ambos. En Giovanna es de suma importancia:
vimos cómo en la entrevista Silvano la coloca en un lugar de sumisión donde ella no tiene
libertad para manifestarse; será objetivo de la terapia que Giovanna tenga su espacio de
escucha, que pueda adquirir autonomía, confianza en sí misma y que pueda repensar e
identificar los distintos tipos de violencia y reflexionar en cómo ella se está vinculando.
Por último, es necesario una supervisión constante de los vínculos de los padres con los hijos
y el seguimiento de los procesos de estos de manera individual de forma interdisciplinaria
resguardando particularmente al hijo menor después de lo ocurrido.
Todas las acciones se evaluarán junto a la familia, el objetivo es crear una alianza
terapéutica basada en la confianza para lograr el bienestar y la salud relacional del sistema
familiar y promover funciones básicas de protección, pertenencia y espacio para el desarrollo
de la individualidad de cada miembro (Ceberio, 2016).

Dimensión Autorreferencial

Recorriendo el caso identificamos las siguientes emociones: enojo, por la negligencia


y el maltrato referido a los hijos; tristeza, por el pequeño Saro; contrariedad, por la posición y
disposición de la madre; fastidio, por los familiares satélites de la pareja. Son emociones que
nos hacen “resonancia”, por nuestras historias vitales, por nuestros prejuicios, nuestras
creencias, nuestros valores.
El comprender las emociones del otro es un recurso importante para acompañar el
caso desde la clínica, creando un clima emocional que perciba una relación no peligrosa, de
confianza y próspera para los acuerdos. Será importante poner en práctica la inteligencia
emocional que propone Goleman (1995): conocer las propias emociones, tener habilidad para
manejar los propios sentimientos, motivarse a sí mismo para que esas emociones generen
acción y establezcan relaciones.
Como terapeutas debemos ayudar a construir una nueva condición de vida, bajo el
principio rector de “no dañar”. También, contraponer nuestra realidad y consolidar nuestros
propios recursos a través del autocuidado mediante los marcos referenciales y de acción para
auto protegernos. Las decisiones de autocuidados que consideramos tomar son: trabajo de
supervisión e intercambio con colegas de experiencias e información.

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Referencias y Bibliografía

Ceberio, M.R. (2016). Terapia Breve Sistémica: Una Breve Introducción. Artículo
presentado en las Jornadas provinciales de Psicología. Cómo pensar las prácticas
psicológicas: desafíos actuales. Colegio de Psicólogos de la provincia de Bs As.
Colegio de Psicólogos Distrito II. Trenque Lauquen. Argentina.

Garrido Fernández, M. y García Cubillana de la Cruz, P. (2005). Aportaciones de los


Modelos Sistémicos para la Comprensión de la Violencia Familiar. Violencia en la
Familia (pp. 89-107). Editorial Edebé.

Goleman, D. (1995). La inteligencia Emocional. Editorial Kairós.

Linares, J.C. (2010). Paseo por el Amor y el Odio: La Conyugalidad desde una Perspectiva
Evolutiva en Revista Argentina de Clínica Psicológica (vol. XIX, núm. 1, pp. 75-8)
Fundación Aiglé.

Linares, J.C. (2012). Entre el Amor y el Poder: Maltrato Psicológico. Terapia familiar
Ultramoderna. La inteligencia Terapéutica. Editorial Herder.

Maturana, H (2020) Emociones y Lenguaje en Educación y Política. Planeta

Perrone, R., & Nannini, M. (2007). Violencia y Abusos Sexuales en la Familia: Una Visión
Sistémica de las Conductas Violentas. Paidós.

Perrone, R., & Nannini, M. (2010). Violencia y abusos sexuales en la familia. Edición
revisada y ampliada. Paidós.

Villarreal Zegarra, D. y Paz Jesús, A. (2015). Terapia Familiar Sistémica: Una


Aproximación a la Teoría y la Práctica Clínica. Interacciones.

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