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13.- Autocoides. Generalidades.

La palabra autacoides se utiliza para referirse a las “hormonas locales”, en el sentido de


mediadores endógenos presentes en diversos tejidos cuyo blanco está muy cerca del
sitio de su liberación (incluso en la misma célula liberadora); muchas de ellas son
producidas por el organismo en respuesta a cambios o agresiones localizadas. En ciertos
tejidos, algunas de estas moléculas pueden cumplir funciones de tipo no autocoides. Los
autocoides se liberan en respuesta de muy diversos estímulos fisiológicos y
fisiopatológicos, habiéndose identificado función autacoides en las siguientes:
adenosina, cininas, factores quimiotácticos, histamina, leucotrienos, óxido nítrico,
prostaciclina, prostaglandinas, serotonina y tromboxanos.

13.1.- Prostaglandinas. Metabolitos principales del Ácido Araquidónico. Efectos


farmacológicos. Aplicaciones a nivel gástrico y en ginecología.

Las prostaglandinas constituyen una familia de autocoides cuya síntesis es iniciada por
acción de la enzima ciclooxigenasa, que transforma al ácido araquidónico, de 20 átomos
de carbono, en PGH2, un endoperóxido inestable que puede transformarse en tres
metabolitos primarios: las prostaglandinas PGE2, PGD2 y PGF2α. Aparte de las
prostaglandinas, la vía sintética de la ciclooxigenasa puede dar origen también a dos
tipos adicionales de prostanoides bioactivos a partir del PGH2: Los tromboxanos
(TXA2) y las prostaciclinas (PGI2, en realidad se trata de prostaglandinas modificadas).

El ácido araquidónico puede metabolizarse también por la lipooxigenasa, originando


otros mediadores que incluyen a los leucotrienos y a los oxoeicosanoides. Los productos
de ambas vías se conocen de manera conjunta como eicosanoides.

Farmacología de las prostaglandinas

Como ocurre con otros sistemas de señalización, la función de los prostanoides en


general, y de las prostaglandinas en particular, puede ser regulada mediante mecanismos
de acción directa (uso de agonistas y antagonistas) o mecanismos de acción indirecta
(modificación de la vía de señalización, con alteración de los niveles de mediadores
endógenos).

Hasta ahora, ha habido diversos problemas relacionados con el uso de agentes directos,
siendo los dos más importantes el hecho de que los prostanoides y sus análogos tienden
a tener una vida media breve y, por otra parte, el hecho de que buena parte de los
agentes obtenidos muestran cierta “promiscuidad” por sus receptores, en otras palabras,
no resultan lo suficientemente selectivos (en muchas zonas del organismo, la
“selectividad” no se da por la capacidad particular de reconocer un tipo especial de
receptores, sino por el tipo de receptor que está presente en las inmediaciones del sitio
de liberación).

La farmacología indirecta está dada básicamente por el uso de agentes capaces de


inhibir las enzimas ciclooxigenasas y por tanto capaces de inhibir la síntesis de
prostaglandinas, prostaciclinas y tromboxanos. Este tipo de drogas, que se estudiará
aparte, se conoce como Antiinflamatorios No Esteroideos (AiNEs) o también como
drogas tipo aspirina, pues esta es el prototipo del grupo.

También hay agentes indirectos diferentes de los AiNEs, como la Lipocortina, que es
capaz de inhibir la fosfolipasa 2, enzima responsable en primera instancia de la
disponibilidad de araquidonato para las vías sintéticas de la ciclooxigenesa y de la
lipooxigenasa; de esta manera, fármacos como estos inhibirían la síntesis de todos los
eicosanoides. También puede aumentarse la presencia de lipocortina en el organismo
por administración de glucocorticoides, pues inducen la síntesis de la misma.

Aparte de los esteroides, muchas hormonas, como la hormona tiroidea, son capaces de
modular la expresión génica de las enzimas relacionadas con la síntesis de prostanoides
(aunque, por supuesto, la acción clínica primaria que suele buscarse con la terapia
hormonal no sueles ser esa).

Usos clínicos de las prostaglandinas y sus análogos

Aunque aún su importancia clínica es modesta, estos agentes pueden usarse en diversas
condiciones clínicas, relacionadas con las funciones ya descritas (estas indicaciones se
corresponden con usos básicos en ciertos órganos y sistemas, que se retoman en cada
apartado específico).

- Farmacología gastrointestinal: el misoprostol es un derivado metilado de la PGE1, que reúne


acción inhibitoria de la secreción con acción protectora de la mucosa gástrica. Es un fármaco
de elección en las úlceras inducidas por AiNEs, producidas justamente por alteración del
mecanismo de las prostaglandinas. El misoprostol suele utilizarse como abortivo ilícito en los
países en los que el aborto está prohibido.

- Farmacología uterina: se cuenta con fármacos útiles para la inducción del aborto terapéutico
en el segundo trimestre o antes (de elección, porque el útero es refractario a la oxitocina en
este período; usualmente se usan en combinadas con otros agentes, como la mifepristona,
que es un anti-progestágeno); también pueden usarse para controlar la hemorragia postparto
(la contracción uterina colapsa pequeños vasos sangrantes, como arteriolas, vénulas y
capilares). La PGE2 en el contexto obstétrico se conoce como dinoprostona y tiene un efecto
dependiente del momento fisiológico relajante en útero no grávido y contracturante pasado el
segundo trimestre del embarazo; en general, cuando se acerca el momento del parto favorece
la maduración cervical (borramiento del cuello uterino). La PGF2α tiene efecto contracturante
del músculo liso uterino (la 15-metil PGF2α o carboprost es un derivado con mayor vida
media).

Función gastrointestinal

Se ha demostrado la presencia de prostaglandinas en todo el tracto gastrointestinal, en el


cual la PGE2 mediaría contracción, que no es, sin embargo, la principal función de las
prostaglandinas a este nivel. En realidad, las prostaglandinas son citoprotectoras a nivel
gastrointestinal, fundamentalmente en relación con la mucosa gástrica. Esta función
depende de varios mecanismos, incluyendo:
a) Disminución de la secreción gástrica, mediada por PGE2 (receptor EP3) y PGI2.

b) Efecto vasodilatador en la mucosa gástrica (mediado por PGE2 o PGI2).

c) Efecto estimulador de la secreción mucosa, con aumento de su viscosidad (mediado


por PGE2).

Aunque se considera que el efecto protector de la mucosa gástrica depende


fundamentalmente de la función de la ciclooxigenasa 2, hay evidencias que implican
cierta participación de la ciclooxigenasa 1. Si bien el efecto protector es más destacado
en la mucosa gástrica, las prostaglandinas también parecen mediar protección mucosa
en otras zonas del tracto gastrointestinal, sobre todo a nivel del colon.

Función reproductiva

En el caso del fluido seminal, se han detectado concentraciones importantes de PGE2,


PGE1, PGE3 y PGF2, que potencialmente ayudarían a relajar el músculo del cuerpo
uterino, en concordancia con los hallazgos iniciales de Kurzrok y Lieb; adicionalmente,
estas prostaglandinas podrían favorecer la concepción por su efecto contráctil en
estructuras uterinas específicas, como el cuello y las trompas de falopio. La
participación de la PGE1 podría ser crucial además para la función eréctil.

Distintas prostaglandinas se han implicado en el proceso reproductivo desde el punto de


vista femenino. Por ejemplo, la PGE2 participa en la maduración cervical durante el
trabajo de parto, mientras que la PGF2 está involucrada en procesos como la ovulación,
la luteólisis y, aparentemente, en el desencadenamiento del trabajo de parto.

Como se indicó, las prostaglandinas participan en el mantenimiento de la permeabilidad


del ducto arterioso, pero además son vitales en el proceso global de adaptación
cardiovascular neonatal.

Bibliografía

http://www.med-informatica.com/TERAPEUTICA-STAR/FarmacologiaAutacoidea.pdf

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