Al igual que otros biomas, los bosques sufren las

consecuencias del cambio climátcico: la frecuencia e

intensidad de eventos extremos como sequías, incendios
naturales, enfermedades y plagas, ha incrementado el
deterioro de las masas forestales.
Los árboles almacenan dióxido de carbono y de esta
manera cumplen una función importantee en el clima
mundial. Cuando se talan o queman liberan a la atmósfera
el carbono acumulado.
La política forestal de la Argentina se basa
en la protección de los bosques nativos a
través de la creación de parques nacionales
y áreas protegidas, y en el fomento por
medio de subsidios y beneficios impositivos
de plantaciones con fines comerciales como
una forma de aumentar los recursos
forestales y disminuir la explotación sobre
bosques nativos.

En el protocolo de Kioto se generó un mecanismo que otorga permisos de emisión de gases de efecto
invernadero a los países con mayor responsabilidad a cambio de "bonos verdes" o "bonos de carbono". Consiste
en programas de reforestación y plantación de árboles en diversas partes del mundo con el fin de aumentar la
capacidad de almacenamiento de cabono, y de esta manera, compensar las emisiones que generan los países
desarrollados, principalmente de la actividad industrial.
Construcción de infraestructuras: el aumento de la población urbana respecto a la población
rural, ha producido el aumento de la infraestructura urbana necesaria para albergar a la
población creciente. En ocasiones, este proceso avanza sobre los bosques nativos. Por ejemplo,
las infraestructuras viales, y los embalses, tuberías y excavaciones propias de la exploración y
explotación de minerales.

Incendios: La propia dinámica de la naturaleza produce diversas perturbaciones que afectan la

estructura de los bosques. Los incendios pueden convertirse en un problema grave para la
población, la economía y el ambiente cuando se tornan incontrolables.

Avance de la frontera agropecuaria: desde la década de 1980 la agricultura ha ganado tierras

cultivables sobre áreas forestales bajo el incentivo de los avances tecnológicos y de los precios
internacionales de los granos, como la soja. Tentadas por los altos rendimientos económicos, las
grandes empresas agrícolas avanzan en forma alarmante sobre bosques nativos del centro y
norte del país, con el fin de reemplazarlos por cultivos de soja.
Migración de población
Erosión de suelos
Pérdida de biodiversidad
Emisiones de dióxido de carbono