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D irector
ASPECTOS
JURIDICOS DE LAS
APLICACIONES
DE PLATAFORMAS
ATTA - BOTTINI - CAMPS - FORCADA
IANNELLO - LALANNE - MAGARIÑOS
VELTANI 1 i
Autores
Derecho © T e c n o lo gía
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I VERSIÓN eBook ¡l a l e y
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A spectos jurídicos de las aplicaciones de plataform as /
Gustavo Atta... [et al.]; dirigido por Juan D arío Veltani -
la ed. - Ciudad Autónom a de Buenos A ires: L a Ley, 2020.
352 p.; 24 x 17 cm. - (Derecho y Tecnología)
IS B N 978-987-03-3961-8
Impreso en la Argentina
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IS B N 978-987-03-3961-8
SA P 42775526
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A r g e n t in a
Derecho © T e c n o lo g ía
Capítulo I
I. I n t r o d u c c ió n
(7) Para un análisis m ás profundo sobre este tema, puede verse V e l t a n i , Juan Da
río, "La prueba en el contrato de desarrollo de software”, RCCyC del 10/8/2017, p. 45
y V e l t a n i , Juan Darío, "El contrato de licencia de software", Revista Derecho y Nuevas
Tecnologías, nro. 1, 2017, p. 111.
(8) Para profundizar, ver V e l t a n i , Juan Darío, “El contrato..." cit.
(9) En efecto, el art. 55 bis de la LPI solo establece que "la explotación de la propie
dad intelectual sobre los programas de computación incluirá entre otras formas los
contratos de licencia para su uso o reproducción"
(10) Nos estam os refiriendo a la época en que el software se entregaba, primero, en
diskettes y luego en CD o DVD.
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
(11) Hacemos esta salvedad porque, en realidad, uno de los problemas que suelen
presentar los derechos de propiedad intelectual es que, a diferencia de lo que ocurre
con la propiedad tradicional, las facultades del adquirente son limitadas. Es decir, el
derecho de propiedad respecto de un bien físico, como podría ser un vaso, una silla,
una mesa, etc., comprende para su titular incluso la facultad de destruir el bien. Sin
embargo, con la propiedad intelectual ello no es así. Ya en esta época inicial resulta
ba claro que quien adquiría un software no podía, p. ej., realizar tareas de ingeniería
inversa para acceder al código fuente, o editarlo, o incluso utilizarlo para fines que no
estuvieran previstos en la licencia.
(12) Una alternativa posterior al click wrap agreement, aplicable a los términos y
condiciones de un sitio web, es el denominado browse wrap agreement, que presu
pone que el usuario ha aceptado los términos y condiciones de uso por el solo hecho
de navegar el sitio.
JUAN DARÍO VELTANI
(13) La cuestión atinente al software libre es muy com pleja y excede am plia
mente el ámbito del presente trabajo. No obstante, de m anera genérica, podem os
señalar que el software libre es el que confiere al usuario las libertades de uso,
de adaptación, de distribución y de introducir m ejoras. La particularidad es que,
para que esas libertades sean generales, este esquem a de licénciam iento im pone
ciertas obligaciones a los usuarios, p. ej., distribuir el software acom pañado de su
código fuente. En definitiva, lo relevante a los fines de esta obra es que se tenga
presente que el término software libre no alude a software gratuito (como a veces
ocurre, dado que el término en inglés es free, que puede traducirse como gratui
to), sino a una categoría com pleja que involucra distintos esquem as de licéncia
miento.
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
(14) Así define al cloud, computing el NIST en la publicación 800-145 a la que pue
de accederse en https://nvlpubs.nist.gov/nistpubs/Legacy/SP/nistspecialpublica-
tion800-145.pdf (8/12/2019). Dicho organismo explica, además, que las caracterís
ticas esenciales del cloud computing son: (i) que se trata de un servicio de uso por
demanda, lo que implica que el usuario puede proveérselo autónomamente, sin ne
cesidad de interactuar con el proveedor; (ii) que otorga un amplio acceso a la red, lo
que significa que los recursos pueden ser accedidos por clientes heterogéneos, que
incluyen teléfonos celulares, tabletas, computadoras personales, etc.); (iii) que agru
pa recursos de modo tal que puedan ser asignados dinámicamente a los usuarios
según su dem anda y genera una idea de independencia geográfica, en el sentido de
que el usuario no tiene conocimiento ni control respecto de la ubicación exacta de los
recursos, pero puede elegir —en términos genéricos— que estén ubicados en una ju
risdicción determinada; (iv) que tiene una gran elasticidad de recursos, que pueden
incrementarse de manera drástica a requerimiento del usuario en cualquier m om en
to; y (v) que es un servicio altamente mensurado, dado que por sus características
permite establecer indicadores para prácticamente cualquier aspecto de su uso, lo
que permite un control exhaustivo tanto del usuario como de la calidad del servicio.
(15) Este diseño inicial de las redes informáticas se conoció como "cliente-servi
dor" (en inglés, client-server). Su característica principal es que el poder de proce
samiento y los recursos estaban concentrados en el "servidor" a los que se podía ac
ceder desde las terminales denom inadas “clientes” Con el avance tecnológico, que
permitió incorporar mayor poder de procesamiento a las terminales "clientes” a un
costo muy accesible, el esquem a "cliente-servidor" fue cediendo terreno a un esque
ma denominado peer-to-peer o P2P, en el que cada "terminal" podía funcionar, a su
vez, como "servidor" de otra "terminal" En este segundo esquema, que predominó
hasta el advenimiento del cloud computing, el procesamiento y el almacenamiento
de la información se encontraban descentralizados, así como también el acceso a
los recursos de la red. Esto permitió que se desarrollaran modelos de negocios basa
dos en que los usuarios compartieran información o recursos, en algunos casos en
violación de derechos de propiedad intelectual de terceros (v.gr. los históricos casos
"Napster" ["A&M Records, Inc. c. Napster" 239 F.3d 1004, 9th Cir. 2001] y "Grokster"
"Metro-Goldwyn-Mayer Studios, Inc. c. Grokster, Ltd" [04-480] 545 U.S. 913 [2005] 380
F.3d 1154). A estos modelos de negocio se los denominó, genéricamente, "redes P2P"
JUAN DARÍO VELTANI
o si, por el contrario, dicho contrato debería ser considerado lisa y llana
mente un contrato de prestación de servicios como está nominado en el
Cód. Civ. y Com.(1?).
Los esquem as de licénciamiento de tipo SaaS constituyen el antece
dente inmediato y necesario de las aplicaciones de plataformas porque
permitieron transformar prácticamente cualquier prestación en un "ser
vicio" que puede ser ofrecido a través de software.
Además, el objeto de estas licencias suele comprender tanto compo
nentes de software como de hardware, que habitualmente serían objeto
de contratos diferentes (v.gr. compraventa, comodato, arrendamiento,
etc.)(18). En algunos casos, incluso, la licencia de tipo SaaS comprende
(17) Las consecuencias en uno y otro caso son diversas, y su discusión excede el
ámbito de este trabajo. Solo queremos dejar aclarado que nuestra posición es que
habrá que analizar en cada caso el contrato de licencia S aaS y puede ocurrir que (a)
nos encontremos ante un contrato predominantemente de prestación de servicios,
con un componente de propiedad intelectual (consistente en la licencia de uso del
software), en cuyo caso la interpretación deberá hacerse armonizando el régimen
previsto en el Cód. Civ. y Com. para los contratos de prestación de servicios con las
normas que rigen en materia de interpretación de contratos de propiedad intelectual
y atendiendo a qué tipo de obligación se está interpretando (las obligaciones corres
pondientes a la parte del contrato que puede caracterizarse como prestación de ser
vicios deberán interpretarse conforme lo indica el Cód. Civ. y Com. mientras que las
obligaciones relativas a la licencia de software deberán interpretarse siguiendo los
principios de la LPI); o (b) nos encontremos ante un contrato predominantemente
de licencia, que contenga algunos servicios accesorios, en cuyo caso la interpretación
deberá ser en los términos de la LPI, con alguna incidencia del régimen previsto en el
Cód. Civ. y Com. solo para los servicios accesorios. Lo que entendemos nunca podría
pasar es que se considere que estam os ante un contrato que nada tiene que ver con
la propiedad intelectual.
(18) En el último tiempo, debido al vertiginoso avance tecnológico, los concep
tos informáticos tradicionales resultan insuficientes o, en algunos casos, ambiguos
para abarcar con precisión la realidad. Y esto tiene un impacto directo en los con
ceptos y las categorías jurídicas. A modo de ejemplo, tradicionalmente se entendía
por software al componente lógico o intangible de un sistema informático, mientras
que el hardware era el componente físico o tangible. Bajo esta distinción histórica,
una computadora quedaría comprendida dentro del concepto de hardware. Sin em
bargo, las técnicas de virtualización permiten que un software instalado en una com
putadora muy potente (servidor) "simule" ser una computadora dentro de esa com
putadora, de modo que una m isma computadora puede tener varias computadoras
"virtualizadas” dentro. Y cada una de estas computadoras virtualizadas requerirá de
administración, de la instalación de software para poder funcionar, etc. Es decir, son
computadoras, pero "virtuales'; por lo que no quedarían comprendidas dentro del
concepto tradicional de hardware, pero a la vez es difícil conceptualizarlas como un
simple software. Esta complejidad, cuyo análisis excede el ámbito de esta obra, se ge
neró a partir de los esquem as de licénciamiento SaaS, y es la que —según entende
mos— permitió el desarrollo de las aplicaciones de plataformas.
JUAN DARÍO VELTANI
III. P r o b l e m á t ic a j u r íd ic a d e l a c o n t r a t a c ió n e l e c t r ó n ic a
que —con independencia del nomen iuris que decida dárseles— ameri
tan su agrupación en una única categoría conceptual.
Sin embargo, en la Argentina, el Cód. Civ. y Com. solo regula los con
tratos celebrados por medios electrónicos como una m odalidad especial
de contratos de consum o(23). Y no existe otra regulación para esta gran
categoría de contratos(24).
Por lo tanto, los problemas jurídicos que presentan los contratos elec
trónicos deben ser —en muchos casos— resueltos mediante la aplicación
de las reglas que establece el Cód. Civ. y Com. para los contratos en gene
ral. Dado que dichas reglas no fueron previstas para el ámbito digital, su
aplicación a los contratos electrónicos requiere de una adecuada inter
pretación y armonización para evitar generar situaciones que, desde el
punto de vista jurídico, resulten inconsistentes o inicuas para alguna de
las partes.
Lo que está en juego aquí es la seguridad jurídica, ya que en un con
texto sociocultural en el que gran parte de las relaciones contractuales se
conciertan a través de medios electrónicos, no deberían existir dudas res
pecto del marco regulatorio aplicable a dichas relaciones. Y para que no
existan dudas, la regulación —al menos en términos generales— debería
surgir en forma expresa de la ley.
Seguidamente nos referiremos a los aspectos diferenciales que deben
considerarse en la redacción, revisión o negociación de un contrato elec
trónico y que tienen especial relevancia para la estructura contractual de
las aplicaciones de plataformas. Es decir, solo destacaremos las cuestio
nes jurídicas que, en virtud de las particularidades de los contratos elec
trónicos, no están reguladas en forma expresa en el Cód. Civ. y Com. y, por
lo tanto, requieren de una adecuación o interpretación de sus normas, o
de otras normas complementarias.
(25) En efecto, así lo establece expresam ente el art. 957 del Cód. Civ. y Com., en
cuanto dispone que "contrato es el acto jurídico m ediante el cual dos o m ás par
tes m anifiestan su consentim iento para crear, regular, modificar, transferir o extin
guir relaciones jurídicas patrim oniales" Al respecto, explica Sánchez Herrero que
la norm a transcripta, en cuanto alude a las partes, "mejora, así, la definición del
viejo Código Civil, que requería que hubiese 'varias person as’. Lo que ocurre es
que los conceptos de parte y persona no son equivalente [s]: a) Persona es el ente
con capacidad jurídica, b) Parte es toda persona titular de un interés reglado en el
contrato (para algunos) o ese centro de interés en sí (para otros)” ( S á n c h e z H e
r r e r o , Andrés, Tratado de derecho civil y comercial, 2a ed., La Ley, Buenos Aires,
2018, t. IV).
(26) Nos estam os refiriendo a la capacidad de derecho, entendida como la facultad
de una persona de ser titular de una relación jurídica ( S á n c h e z H e r r e r o , Andrés,
Tratado de derecho..., cit., 1.1, punto 7.3.). Desde ya que para determinadas activida
des no bastará con la capacidad plena derivada de la mayoría de edad porque po
drían requerirse autorizaciones o licencias especiales. Y, en el caso de los menores, la
cuestión es m ás compleja, porque hay que atender a la regla de la capacidad progre
siva, que impide formular reglas generales.
(27) De acuerdo con el art. 141 del Cód. Civ. y Com. “son personas jurídicas todos
los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir de
rechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su
creación'! Como puede apreciarse, la norma reconoce el principio de especialidad,
"el cual circunscribe el alcance de la capacidad de la persona jurídica a la realización
de los fines que le fueron reconocidos por la ley. Esta no puede realizar actos extraños
a su objeto, por ser justamente éste el que determina la medida de la capacidad de
las personas jurídicas. En este contexto, 'objeto' es el medio convenido para lograr el
cumplimiento de las actividades a las que el ente está destinado” ( S á n c h e z H e r r e r o ,
Andrés, Tratado de derecho..., cit., 1.1, punto 10.9.4).
JUAN DARÍO VELTANI
(28) En el cap. V de esta obra se analizan los aspectos procesales relevantes para
la formulación de pretensiones informáticas y, en ese marco, las m edidas que de
ben adoptarse para identificar a la parte dem andada en una pretensión de tal ín
dole.
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
y las acciones que adoptó para evitarlo, todo ello considerando el estado de la técnica
en cada momento (el estado de la técnica será, en cada caso, el cartabón que perm i
tirá medir el grado de cumplimiento).
(32) Es importante destacar que, en el ámbito internacional, muchos países deno
minan firma electrónica a lo que en la Argentina se entiende como firma digital. Así
ocurre, p. ej., en Chile (ley 19.799), en España (ley 59/2003) y Uruguay (ley 18.600). La
cuestión terminológica no es menor si se tiene en cuenta que en la Argentina también
existe el concepto de firma electrónica y que su valor probatorio es sustancialmente
inferior a la firma digital.
(33) La LFD fue sancionada el 14/11/2001, promulgada de hecho el 11/12/2001 y
publicada en el BO el 14/12/2001.
(34) Dictado el 11/3/2019 y publicado en el BO el 12/3/2019. Este decreto derogó al
2628/2002, que fue el que originalmente reglamentó la firma digital en nuestro país.
(35) El Cód. Civ. y Com. también la menciona en su art. 288, que dispone que "en
los instrumentos generados por m edios electrónicos, el requisito de la firma de una
persona queda satisfecho si se utiliza una firma digital, que asegure indubitablemen
te la autoría e integridad del instrumento" La redacción de esta norma generó algu
nas discusiones en cuanto a si implicaba una modificación en la definición de firma
digital. Por nuestra parte, entendemos que no es así. El Cód. Civ. y Com. no derogó la
LFD y, por lo tanto, cuando hace alusión a una firma digital, que es un término jurídi
co expresamente definido por la LFD, cabe interpretar que está haciendo referencia
a dicha definición.
(36) El art. 7° de la LFD establece que "se presume, salvo prueba en contrario, que
toda firma digital pertenece al titular del certificado digital que permite la verifica
ción de dicha firma”
(37) El art. 2° de la LFD define a la firma digital como el "resultado de aplicar a un
documento digital un procedimiento matemático que requiere información de ex-
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
(42) En efecto, en el art. 5o de la LFD dispone que “en caso de ser desconocida la
firma electrónica corresponderá a quien la invoca acreditar su validez"
(43) Dado que los aspectos probatorios van a ser tratados extensamente en el cap.
V de esta obra, nos limitaremos a mencionar en este punto que el art. 319 del Cód.
Civ. y Com. establece que "el valor probatorio de los instrumentos particulares debe
ser apreciado por el juez ponderando, entre otras pautas, la congruencia entre lo su
cedido y narrado, la precisión y claridad técnica del texto, los usos y prácticas del trá
fico, las relaciones precedentes y la confiabilidad de los soportes utilizados y de los
procedimientos técnicos que se apliquen”
JUAN DARÍO VELTANI
(44) En efecto, el canal seguro puede haber sido generado para otro propósito, y
ser luego utilizado para la validación de los usuarios. Lo relevante es que siempre se
pueda establecer una relación directa entre ese canal seguro y el m ecanismo de vali
dación utilizado por la aplicación. A modo de ejemplo, una entidad financiera podría
establecer, como canal seguro para la entrega de sus tarjetas de débito, la obligación
de los usuarios de acercarse a la sucursal en la que tienen radicadas sus cuentas. En
este ejemplo, la validación de la identidad de cada usuario la haría la propia entidad
financiera, basándose en la documentación que el usuario lleve consigo (habitual
mente, será su documento nacional de identidad). En este punto, la entidad finan
ciera tiene plena certeza de que el usuario recibió su tarjeta de débito. Entonces, la
tarjeta de débito podría ser utilizada luego para validar al mismo usuario en una apli
cación, basándose en la premisa de que ese usuario ya fue validado por un canal se
guro al momento de entregarle la tarjeta de débito. Ahora bien, cuanto m ás alejada
esté en el tiempo esta validación inicial, m ás se debilitará como canal seguro.
(45) El 10/7/2017 el BCRA suscribió un acuerdo marco con el Renaper, cuya cláu
sula 2a estipula: "Dentro de marco de colaboración dispuesto en el presente, y en fun
ción de las posibilidades y disponibilidades técnicas tanto del Renaper como de las
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
(49) Ello es así porque el Renaper cobra por realizar la validación. En el caso de las
entidades financieras, p. ej., ese costo puede ser asumido porque existe un negocio
económico subyacente con el usuario que determina que, habitualmente, el usuario
pagará un precio por el servicio.
(50) Como veremos en el cap. IV de esta obra, la LPDP establece una serie de prin
cipios que deben cumplirse para el tratamiento lícito de datos personales. Uno de
ellos es el principio del consentimiento informado, según el cual es necesario obte
ner el consentimiento libre, expreso e informado de los titulares de los datos perso
nales para su tratamiento. Este principio tiene gran cantidad de excepciones, y una de
ellas es el tratamiento de los datos personales por parte del Estado, pero tal excepción
está limitada al tratamiento de los datos en el marco de las competencias propias del
Estado. Es en este punto que podría cuestionarse la actividad del Renaper en cuan
to validador de identidad, porque dicha actividad no necesariamente se desprende
de sus competencias. No obstante, el análisis de dicha cuestión excede el ámbito de
este libro.
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
(51) Ejemplos de esto son las redes sociales m ás uülizadas, como Twitter, Facebook
o Instagram, en las que se pueden generar perfiles de usuario sin necesidad de brin
dar datos personales reales (es decir, las redes sociales —como regla— no controlan
la veracidad de la información ni exigen que el usuario se corresponda con una per
sona real, porque podría ser un usuario de fantasía).
(52) Desde el punto de vista tecnológico, los sistemas de single sign on no implican
la cesión de las credenciales de acceso, que solo son validadas por la empresa para
las cuales se generaron. En el ejemplo que dimos, si una aplicación de plataformas
permite a sus usuarios registrarse con las credenciales de acceso de Google, se ge
nerará una conexión directa con Google, de modo tal que la aplicación de platafor
JUAN DARÍO VELTANI
3.1.2. Capacidad
Como señalamos al inicio, la identificación de las partes comprende
no solo la validación de su identidad, sino también la verificación de su
capacidad para contratar.
La capacidad es el atributo esencial de la persona(53í y comprende
la denominada capacidad de derecho y la capacidad de ejercicioí541. El
Cód. Civ. y Com. define a la primera como la aptitud para ser titular de
derechos y deberes jurídicos mientras que, con relación a la segunda,
señala que —como regla general— toda persona humana puede por sí
misma ejercer sus derechos(56).
En el caso de las personas humanas, la regla es la capacidad, lo que
implica que pueden hacer todo aquello que no esté expresamente pro
hibido, mientras que la capacidad de las personas "abarca los actos in
cluidos en el objeto social, aquellos que tengan por finalidad preparar la
ejecución de un acto abarcado por el objeto social; los actos que tienden
a facilitar la realización de otro incluido en el objeto y los accesorios de
otros comprendidos en el objeto"
En este contexto, los principales desafíos que plantea la verificación
de la capacidad en la contratación electrónica están relacionados con (i)
la situación de los menores y (ii) la contratación internacional. A conti
nuación, nos referiremos a cada uno en particular y también a algunos as
pectos relativos a la representación (que si bien no son estrictamente pro
blemas de capacidad, a los fines de nuestro análisis resultan asimilables).
(5 8 ) Conf. A l t e r i n i , lorge H . (dir.), Código Civil..., cit., 1.1, comentario al art. 26,
punto 1, b).
(5 9 ) Conf. art. 26 del Cód. Civ. y Com.
(60) Arts. 27 y 28 del Cód. Civ. y Com.
(61) Art. 30 del Cód. Civ. y Com.
(62) Conf. art. 684 del Cód. Civ. y Com. Respecto de los contratos de escasa cuan
tía, explica Sánchez Herrero que "son contrataciones cotidianas que por su reducido
significado económico tornan innecesaria la presencia del representante” y que la
presunción que establece el art. 684 "no admite prueba en contrario. Una tesis opues
ta desintegraría el sistema mismo y tornaría ilusorio el fin perseguido por la norma"
( S á n c h e z H e r r e r o , Andrés, Tratado de derecho..., cit., 1.1, punto 7.4.2.6).
(63) El art. 684 del Cód. Civ. y Com. utiliza la palabra "hijos'¡ por lo que cabe
entender que se está refiriendo a todos los m enores (no solo a los adolescentes).
JUAN DARÍO VELTANI
En sentido coincidente, A l t e r i n i , Jorge H. (dir.), Código Civil..., cit., t. III, com en
tario al art. 684.
(64) Según la RAE, el término 'cuantía' significa, en el ámbito del derecho, "valor de
la materia litigiosa" (https://dle.rae.es/cuant%C3%ADa?m=form [6/3/2020]).
(65) Decimos "la mayoría" porque entendemos que, desde el punto de vista teó
rico, podrían existir contratos electrónicos comprendidos dentro de la categoría de
contratos de escasa cuantía. A modo de ejemplo, podría mencionarse el contrato de
licencia de una aplicación móvil desarrollada para una fiesta de cumpleaños de un
menor y dirigida a sus asistentes. Si la aplicación móvil pudiera ser utilizada por m e
nores que aún no son adolescentes, pero (i) no obtuviera datos personales de dichos
menores ni realizara un seguimiento de sus conductas de uso de sus dispositivos m ó
viles, geolocalización, etc.; (ii) no tuviera costo alguno; y (iii) no impusiera obligación
o renuncia sustancial en cabeza de los menores, entonces podríam os estar ante un
caso de contrato de escasa cuantía, que determina que la aceptación de la licencia de
dicha aplicación por parte de los menores sería válida.
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
(66) En el cap. TV de esta obra explicaremos con mayor detalle el alcance de la res.
4/2019, que no solo se refiere al consentimiento de los menores (que no está tratado
expresamente en la LPDP), sino que actualiza diversos criterios relevantes del marco
regulatorio de la protección de los datos personales.
(67) Es que la facultad de decidir sobre los tratamientos m édicos que el Cód. Civ.
y Com. confiere al adolescente se traduce en la posibilidad de celebrar contratos re
feridos a dichos tratamientos. Por eso decim os que si pueden celebrar ese tipo de
contratos, cuyo objeto es crítico y que requieren de explicaciones complejas para
su comprensión, es razonable pensar que también tengan la madurez para celebrar
otros.
JUAN DARÍO VELTANI
3.12.3. Representación
(71) Las m edidas técnicas a las que hacemos referencia tienen que ver con, p. ej.,
impedir que los usuarios de países que no están comprendidos en el ámbito del con
trato puedan utilizar el servicio o la aplicación. Es decir, si la licencia de uso indica
que la aplicación está prevista para ser utilizada por personas que residan únicamen
te en la Argentina sería conveniente que el proveedor del servicio incorpore un sis
tema que geolocalice la dirección IP del usuario y, si detecta que no proviene de la
Argentina, no le permita avanzar.
(72) Al igual que en otros aspectos de la contratación electrónica, la cuestión ter
minológica no es unánime para referirse a las personas autorizadas por el usuario y
en las que este desconcentra sus facultades en una aplicación. En efecto, como expli
camos, en algunos casos se los denomina operadores, para diferenciarlos del usuario
(que sería la persona que contrata el servicio). Pero, en otros casos, al usuario que
contrata el servicio se lo denomina cliente, o usuario administrador, y al resto de los
autorizados se los denomina usuarios. Lo relevante aquí es que pueda distinguirse
quién es parte en el contrato electrónico y quiénes están actuando en su represen
tación.
JUAN DARÍO VELTANI
(73) Conf. A l t e r i n i , Jorge H. (dir.), Código Civil..., cit., t. VI, comentario al art. 1320,
punto 4.
(74) Esta cláusula tiene un lógico límite, que es que se referirá siempre a las accio
nes lícitas, ya que no puede existir poder para acciones ilícitas.
(75) Esto es importante porque transfiere la responsabilidad por la gestión de los
apoderados al propio usuario. Es el propio usuario quien tiene que, p. ej., dar de baja
a sus apoderados una vez que ha cesado la relación con ellos, o si por cualquier m o
tivo no quiere que lo sigan representando. Pero mientras no lo haga, dichos apodera
dos podrán seguir representando al poderdante en la aplicación o sistema informáti
co de que se trate, sin que ello pueda generar responsabilidad al proveedor de dicho
sistema.
(76) Si bien en la actualidad la tendencia de los sistemas informáticos es sincroni
zar la información casi al instante, podría ocurrir que ello no sea así y es necesario
preverlo. El usuario debe saber de antemano si existe algún plazo entre el m om en
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
3 .2 . Fo rm a del co ntrato
(86) Conf. art. 262 del Cód. Civ. y Com. De manera concordante, el art. 979 del Cód.
Civ. y Com. dispone que “toda declaración o acto del destinatario que revela confor
m idad con la oferta constituye aceptación. El silencio importa aceptación sólo cuan
do existe el deber de expedirse, el que puede resultar de la voluntad de las partes, de
los usos o de las prácticas que las partes hayan establecido entre ellas, o de una rela
ción entre el silencio actual y las declaraciones precedentes"
(87) Conf. art. 263 del Cód. Civ. y Com.
(88) Las consideraciones a las que haremos referencia en este punto están estre
chamente vinculadas con las que formulamos cuando nos referimos a la validación
de identidad del usuario. La diferencia está en el enfoque, aunque es sutil y hay casos
que podrían quedar comprendidos en ambos supuestos. En el primer caso, es decir,
la problemática de la validación de identidad, apuntamos a los casos en que el usua
rio desconoce en términos absolutos la celebración del contrato (a modo de ejemplo,
el usuario afirma que nunca se descargó la aplicación de plataformas y, por lo tanto,
nunca creó una cuenta ni se vinculó en modo alguno con el proveedor de dicha apli
cación). En el segundo caso, en cambio, estaríamos ante un usuario que no descono
ce haber tenido algún contacto con la aplicación, pero niega haber celebrado un con
trato con ella o aduce que los términos y condiciones que aceptó eran diferentes de
los que alega la aplicación de plataformas (siguiendo con nuestro ejemplo anterior,
el usuario acepta haber bajado la aplicación, pero aduce no haber creado una cuen
ta o, habiendo creado una cuenta, haber optado por una versión de licencia gratuita
cuando para la aplicación está registrado con una suscripción paga).
(89) En el caso particular de las aplicaciones de plataformas, podría ocurrir que la
interacción se dé entre dos usuarios que asum en diferentes roles (p. ej., uno de ellos
como vendedor y el otro como comprador). En estos casos, se daría la particularidad
de que los términos y condiciones de la operación concertada entre los usuarios qui
zás hayan sido predispuestos por la aplicación de plataformas que, respecto de esa
operación puntual, podría ser considerada como un tercero.
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
(90) Un buen ejemplo de ello, aunque no resulte aplicable a la mayoría de los casos
de aplicaciones de plataformas, podría ser la transferencia electrónica de un monto
simbólico desde una cuenta bancaria del usuario hacia una cuenta bancaria de la
aplicación de plataformas. Una acción como esta permitiría (i) identificar a quien
realizó la transferencia con un grado razonable de certeza y (ii) generar una presun
ción de que la transferencia implicó la aceptación de las condiciones, que en caso
de desconocimiento el titular de la cuenta deberá destruir. Es decir, una cláusula de
este tipo pone al usuario que haya realizado la transferencia de fondos, por el monto
previsto y hacia la cuenta del proveedor, en la situación de tener que explicar por qué
hizo esa transferencia si no se correspondía con la aceptación de los términos y con
diciones contractuales.
(91) En el cap. V de esta obra profundizaremos el análisis de este punto, pero ade
lantamos que si la acción consistiera, p. ej., en el envío de un correo electrónico, ante
el desconocimiento por parte del usuario, debería acreditarse que la casilla de correo
electrónico desde la que se envió el correo con la aceptación pertenece al usuario. Es
por ello que resulta conveniente que las acciones de aceptación tengan un punto de
contacto con el mundo físico.
(92) Otra alternativa similar podría darse con una tarjeta de crédito. En este caso,
se solicitaría al usuario que consigne los datos de la tarjeta (incluidos los códigos de
seguridad que suelen estar al dorso del plástico) y que autorice el pago de un monto
simbólico, que incluso podría ser luego restituido. En caso de que los datos ingresa
dos por el usuario fueran correctos y el pago fuera autorizado por la tarjeta de crédito,
entonces ello serviría como aceptación del contrato.
JUAN DARÍO VELTANI
(93) Desde ya que el escenario ideal sería que ambas partes firmen digitalmente.
Sin embargo, como explicamos al referirnos al marco regulatorio de la firma digital
en la Argentina y a su contexto histórico, su utilización no se ha generalizado todavía
por lo que no es viable proponer un uso masivo por parte de los usuarios.
(94) En su momento, sostuvimos que este tipo de cláusulas resulta muy importante
para cualquier licencia de software, aunque "es importante aclarar sus alcances por
que el hecho de que exista esta regla de interpretación no implica que el licenciante,
sólo con sus registros informáticos, pueda probar su posición en un pleito. Lo único
que la regla determinará es que esos registros, en caso de conflicto, deberán prevale
cer por sobre los del licenciatario, pero siempre en el marco de una actividad proba
toria m ás amplia. Con dicho alcance, no deberían existir objeciones para la cláusula,
ni siquiera si se aplicara el derecho del consumidor porque el licenciante está en m e
jores condiciones de probar" ( V e l t a n i , Juan Darío, "El contrato..." cit.).
(95) Como explicamos al referirnos al marco regulatorio de la LFD, el concepto de
firma electrónica es muy amplio, ya que comprende tanto a m étodos tecnológica
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
3.3 . C o n ten id o d e l c o n t r a t o
(106) Al respecto, Palazzi explica que "si no existe cláusula limitativa de responsa
bilidad escrita, el daño producido por el incumplimiento del contrato no sólo debe
limitarse al valor de lo contratado sino que corresponde indemnizar el daño a la acti
vidad productiva de la empresa licenciada. Este daño se compone del tiempo y valor
de horas hombre propias, em pleadas en la implementación del software que fun
cionó incorrectamente” ( P a l a z z i , Pablo, "Recientes tendencias jurisprudenciales en
materia de contratos informáticos: obligaciones de resultado, validez de las cláusulas
de limitación de responsabilidad y naturaleza jurídica de la licencia de software", SJA
del 2/12/2009).
(107) En la causa "Argentoil SA c. Softpack SA" (CNCom., sala D, 13/5/2008, Lexis
35022708) se sostuvo, con relación a las cláusulas limitativas de la responsabilidad
en una licencia de software, que “la doctrina ha concluido que estipulaciones de ese
tipo, en contrataciones como la de autos, son en principio válidas porque no implican
una evasión dolosa de la responsabilidad del proveedor informático, sino que preten
den tasar previa y convencionalmente el riesgo de la operación (conf. Millé, A., 'Res
ponsabilidad del proveedor de bienes informáticos. Comentario sobre dos recientes
fallos argentinos' cit., p. 18). Se ha dicho, además, que excluidos los supuestos prote
gidos por la ley de Defensa del Consumidor, cláusulas del tipo indicado son oponi-
bles en aquellos supuestos que es el de autos donde las partes del contrato son dos
empresas (conf. Kleidermacher, ]., 'Las cláusulas limitativas de responsabilidad en
los contratos de software,’ Rev. Derecho Económico, n. 26/1996, p. 81, espec. cap. VI).
Y en coincidencia con tal interpretación, cabe observar que la empresa aquí dem an
dante no puede considerarse una consumidora en los términos de la ley 24.240, pues
la adquisición que hiciera de los bienes y servicios informáticos de que tratan estas
actuaciones, fue hecha para integrarlos a su propio proceso de producción (art. 2,
párr. 2°, ley cit.; C. Nac. Com., salaD , 18/12/2006, 'Sierra Gas SAv. Eg3 SA’), razón por
la cual no podría entrar en juego lo previsto por el art. 37, inc. a de esa ley".
(108) En el ámbito de las licencias de software, la limitación de la responsabilidad
del licenciante constituye un estándar de la industria. La necesidad de limitar la res
ponsabilidad del licenciante ha sido justificada por la "escalabilidad" de las herra
mientas de software, que es la característica que permite lograr objetivos m ás valio
sos de manera exponencial que el propio software. De este modo, se puede usar un
programa de U$S 5000 para diseñar un puente de U$S 500.000.000 o una computado
ra de U$S 10.000 para manejar una cartera de activos de mil millones de dólares. En
tal contexto, si el proveedor enfrentara una responsabilidad potencial de mil millones
de dólares por cada venta de U$S 10.000, el negocio no sería viable ( T o l l e n , David
JUAN DARÍO VELTANI
W., The tech contracts handbook: cloud computing agreements, software licenses, and
other IT contracts fo r lawyers and businesspeople, American Bar Association, posición
en Kindle 2700-2706; adaptación libre del original en idioma inglés).
(109) Resulta difícil establecer reglas generales porque una m ism a cláusula p o
dría, en un caso, desnaturalizar las obligaciones del proveedor y, en otro, no h a
cerlo. A m odo de ejemplo, podríam os pensar en un servicio que consistiera en la
autorización al usuario para utilizar un procesador de texto en la nube (es decir,
este hipotético procesador de texto no se instalaría en la com putadora del usuario,
sino que se accedería a él desde un navegador de internet). Asum iendo que el ser
vicio no comprende un espacio de alm acenam iento en la nube para los archivos
generados con el procesador de textos, pero perm ite al usuario guardar dichos ar
chivos tem poralm ente mientras los está trabajando, ¿sería válida una cláusula que
limite —o incluso exima de— la responsabilidad del proveedor ante una eventual
desconexión del usuario, que ocasione que este pierda los archivos con los que e s
taba trabajando en el momento de la desconexión? Entendem os que, en principio,
sí, porque en el servicio que describim os, las obligaciones esenciales del provee
dor no tienen que ver con el alm acenam iento de información ni con su respaldo.
Ahora bien, el contrato debería contener una advertencia clara para el usuario a
fin de que este tome las m edidas necesarias para que ante una desconexión (que
puede ocurrir por problem as con su proveedor de internet, con sus dispositivos,
por un corte de luz, etc.) no pierda su trabajo. Pero es im portante aclarar que nues
tra conclusión variaría sustancialm ente si, p. ej., en el m ism o caso, el servicio com
prendiera tam bién la adm inistración de un espacio para guardado en la nube y,
m ás aún, si adem ás ofreciera un servicio de copia de resguardo de la información.
En estos casos, como parte de las obligaciones esenciales del proveedor estarán
relacionadas con el resguardo de la información, la cláusula limitativa de la res
ponsabilidad debería tenerse por no escrita por aplicación del art. 988 del Cód.
Civ. y Com.
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
(110) Las cláusulas que establecen niveles de servicio suelen ser interpretadas
como favorables para el usuario porque garantizan niveles mínimos de prestación de
los servicios y, en caso de no cumplirse con esos niveles, imponen sanciones contrac
tuales al proveedor. Sin embargo, una correcta lectura de dichas cláusulas o acuerdos
permite advertir que en realidad son establecidos en favor de los intereses del pro
veedor, quien si no existieran estas cláusulas o acuerdos debería cumplir con la tota
lidad (100%) de su prestación. Ya hace tiempo hemos dicho que este tipo de cláusulas
o acuerdos serán válidos en la m edida en que resulte razonable la compensación que
se ofrece al usuario ante el eventual incumplimiento del servicio comprometido (la
razonabilidad reposa en que, en estos casos, el usuario no debe acreditar haber sufri
do daño por el incumplimiento, y aun así recibiría una compensación). Para profun
dizar en este tema, ver V e l t a n i , Juan Darío, “El acuerdo de niveles de servicio (‘SLA’)"
LL, supl. Act. del 5/8/2014, p. 1.
JUAN DARÍO VELTANI
IV . E s t r u c t u r a c o n t r a c t u a l d e l a s a p l ic a c io n e s d e p l a t a f o r m a s
(111) Conf. art. 957 del Cód. Civ. y Com., en cuanto estipula que "contrato es el acto
jurídico mediante el cual dos o m ás personas manifiestan su consentimiento para
crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales"
(112) Esto es relevante porque, en la mayoría de los casos que comentaremos, el
acuerdo de voluntades se concretará mediante la aceptación de términos y condi
ciones contractuales predispuestos por una de las partes. Pero esto podría ser dife
rente (p. ej., podría ocurrir que la instrumentación se realice mediante la suscrip
ción, por am bas partes, de un contrato tradicional, o que se haga efectiva bajo la
m odalidad de carta oferta, invitación a ofertar, etc.) y ello no modificaría nuestras
conclusiones.
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
4.1. C o n t r a t o e n t r e l a a p l ic a c ió n d e p l a t a f o r m a y l a t ie n d a d e
APLICACIONES(113)
dentes en los que se abordó esta cuestión, aunque como son previos a las
tiendas de aplicaciones, la discusión se centraba en la posibilidad de que
una empresa desarrolladora de un sistema operativo distribuyera junta
mente con ese sistema operativo software de su titularidad en desmedro
de los competidores(122).
(122) Nos estam os refiriendo a la investigación que llevó adelante la Comisión Eu
ropea de Defensa de la Competencia como consecuencia de una denuncia formulada
por Opera Software ASA en 2007. En su denuncia, Opera Software ASA, una sociedad
noruega que había desarrollado un software que permitía navegar en internet, alegó
que el hecho de que Microsoft incluyera el navegador internet Explorer como parte
inescindible de su sistema operativo Windows afectaba la libre competencia en el ám
bito de los navegadores de internet. Ese procedimiento culminó con el compromiso
de Microsoft de generar un m ecanismo que permita a los usuarios habilitar o desha
bilitar el navegador internet Explorer (el caso puede consultarse en https://ec.europa.
eu/competition/antitrust/cases/dec_docs/39530/39530_2671_5.pdf [13/3/2020]). No
obstante, Microsoft no cumplió adecuadamente con dicho compromiso y fue mul
tado por la Comisión Europea (la decisión que impuso la multa puede consultarse
en https://ec.europa. eu/competition/antitrust/cases/dec_docs/39530/39530_3162_3.
pd/[13/3/2020]).
(123) Es importante aclarar que no nos estam os refiriendo, en este caso, al precio
que el usuario deba pagar por los servicios que se presten a través de la plataforma.
Dichos pagos, en su caso, estarán regulados en el contrato a celebrarse entre el usua
rio y la plataforma.
(124) Hacemos referencia a la ubicación jurídica del receptor porque podría darse
el caso de que el receptor estuviera ubicado en un país determinado (en el que hu
biera registrado su sociedad comercial, tuviera oficinas, etc.), pero su infraestructu
ra tecnológica estuviera ubicada en otro país, o incluso dispersa en varios países. En
este caso, la ubicación jurídica del receptor sería el país en el que está localizada su
estructura societaria y comercial, que es el país en el que se asentarán los registros de
los pagos recibidos.
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS..
(125) Con relación a este tema, podría ocurrir que en el contrato con la tienda de
aplicaciones se establezca una regla general (p. ej., que el receptor de los pagos siem
pre deberá ser un tercero, que podrá seleccionarse de una lista aprobada por la tien
da de aplicaciones) o, bien, que el desarrollador de la aplicación que se publicará en
la tienda pueda elegir libremente si será él quien procese los pagos o si delegará esta
tarea en un tercero.
JUAN DARÍO VELTANI
(126) El término "nativo digital" fue acuñado por Marc Prensky para hacer referen
cia a la generación nacida en la era tecnológica y su aproximación al tema nos pa
rece muy razonable (para profundizar, puede verse https://www.marcprensky.com/
writing/Prensky-NATIVOS%20E%20INMIGRANTES%20DIGITALES%20(SEK).pdf
[13/3/2020 []).
(127) En la Argentina, p. ej., un estudio presentado por Google, Inc. y Unicef el
11/2/2020 reveló que los niños acceden a su primer teléfono celular, en promedio,
a los 9 años (ver https://www.unicef.org/argentina/comunicados-prensa/google-y-
unicef-revelan-datos-internet-segura [23/2/2020]).
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
Ahora bien, sea cual fuere la posición que adopte la tienda, es nece
sario que el sistema de valoración esté regulado en el contrato entre la
tienda de aplicaciones y la aplicación de plataforma. Al existir esta regu
lación, la aplicación de plataforma deberá aceptar las críticas de los usua
rios, incluso cuando ellas signifiquen quedar posicionada de modo des
ventajoso en un ranking
Además, como señalaremos m ás adelante, para que la regulación
contractual sea consistente, la tienda de aplicaciones deberá prever, en
el contrato con los usuarios, las reglas que estos deberán cumplir para
formular sus valoraciones. Dichas reglas deberán procurar que los usua
rios no utilicen el sistema de valoración de aplicaciones para agraviar y/o
cometer ningún otro ilícito.
(137) Nos estam os refiriendo al caso "Sociedad Escolar Alemana de Villa Ballester
c. Ditada, Nicolás M. y otro" (CCiv. y Com. San Isidro, sala I, 8/5/2008, AP 70046380).
(1 3 8 ) Para profundizar sobre este tema puede verse V e l t a n i , Juan Darío, “ E l con
trato...” cit.
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
4 .3 . C o ntrato e n t r e l a a p l ic a c ió n d e p l a t a f o r m a y el u s u a r io
(151) Nos estam os refiriendo a las aplicaciones móviles o apps, que hoy predomi
nan por sobre las aplicaciones clásicas, que se instalan en computadoras personales.
(152) Estamos utilizando los términos “comprador" y "vendedor" en forma genérica,
ya que, en rigor, en algunos casos las operaciones no serán "compraventas” sino per
mutas, locaciones de servicio, locaciones de obra, etc. En definitiva, lo que Marketplace
permite es que dos partes concierten una operación.
(153) www.mercadolibre.com.ar.
(154) www.amazon.com.
JUAN DARÍO VELTANI
4 .4 . C ontrato e n t r e el u s u a r io y lo s p r o v e e d o r e s a t r a v é s d e a p l ic a c io n e s
DE PLATAFORMAS
(158) En efecto, el contrato de mandato está regulado por los arts. 1319 a 1334.
(159) La cuestión es m ás compleja aún, porque adem ás de presumirse oneroso, el
art. 1322 del Cód. Civ. y Com. establece que "a falta de acuerdo sobre la retribución, la
remuneración es la que establecen las disposiciones legales o reglamentarias aplica
bles, o el uso. A falta de ambos, debe ser determinada por el juez"
(160) Conf. art. 1328, inc. a) del Cód. Civ. y Com.
(161) Conf. art. 1328, inc. b) del Cód. Civ. y Com.
(162) Conf. art. 1328, inc. c) del Cód. Civ. y Com.
(163) Conf. art. 1331 del Cód. Civ. y Com.
(164) La cuestión podría resultar muy grave en un caso, p. ej., en el que el provee
dor del servicio secundario sufra un accidente mientras presta el servicio, ya que en
NATURALEZA JURÍDICA DE LAS APLICACIONES DE PLATAFORMAS.
V. R é g im e n j u r íd ic o d e l o s c o n t r a t o s c o n e x o s y s u im p a c t o r e g u l a t o r io
ese caso —bajo el enfoque del m andato— podría reclamar por los daños y perjuicios
al usuario de la aplicación de plataforma de delivery.
(165) Las publicidades de las aplicaciones de plataformas de delivery sugieren que
el contrato es con una única persona, adem ás del proveedor del servicio final. Es de
cir, están orientadas a un usuario a quien la aplicación de plataforma de delivery le
ofrece la posibilidad de seleccionar bienes o servicios, pagarlos y recibirlos en su do
micilio (todo en un mismo acto). El proveedor del servicio final suele estar identifica
do (p. ej., podría ser una cadena de comidas rápidas), pero en ningún caso se identi
fica la posibilidad de que exista otra persona en el contrato.
(166) En la causa "MercadoLibre SRL c. Dirección de Defensa del Consumidor y
Lealtad Comercial-Rec. Apel. c. Decisiones Autoridad Adm. o Pers. Jurídica Pub. No
Estatal (civil) - Expte. N° 2715652/36” la C4aCiv. y Com. Córdoba dictó uno de los pri
meros fallos que reconoció expresamente la existencia de una conexidad contractual
JUAN DARÍO VELTANI
V I. A p é n d ic e n o r m a t iv o y d e j u r is p r u d e n c ia
6.1. N o r m a t iv a c it a d a e n el p r e s e n t e c a p ít u l o
6 . 2 . J u r is p r u d e n c ia c it a d a e n el p r e s e n t e c a p ít u l o
• "A & M Records, Inc. c. Napster" 239 F.3d 1004, 9th Cir. 2001.
• CNCom., sala D, 13/05/2008, “Argentoil SA c. Softpack SA"
• C4aCiv. y Com. Córdoba, "Mercado Libre SRL c. Dirección de Defen
sa del Consumidor y Lealtad Comercial - Rec. Apel c. Decisiones Autori
dad Adm. o Pers. Jurídica Pub. No estat. (civil)”.
• "Metro-Goldwyn-Mayer Studios, Inc. v. Grokster, Ltd (04-480)” 545
U.S. 913 (2005) 380 F.3d 1154.
• CCiv. y Com. San Isidro, sala I, 8/5/2008, "Sociedad Escolar Alemana
de Villa Ballester c. Ditada, Nicolás M. y otro”
Derecho © T e c n o lo g ía
Capítulo III
Julio E. Lalanne
I. I n t r o d u c c ió n
El trabajo en las plataformas digitales es, sin lugar a dudas, uno de los
grandes problemas del siglo XXI en el ámbito del derecho del trabajo. Se
trata de un fenómeno reciente, novedoso y global, puesto que se presen
ta en diversos países con características muy similares, pero respecto del
cual no hay consenso en cuanto a su configuración jurídica.
El propósito de este capítulo es analizar la problemática laboral susci
tada por las plataformas digitales. Sin embargo, dentro del repertorio de
problemas jurídico laborales que plantea esta novedosa realidad empre
sarial hay uno que sobresale nítidamente porque, en verdad, de él depen
den todos los demás. Nos referimos a la cuestión de la naturaleza jurídica
de la relación entre la persona física que se incorpora a estas aplicaciones
tecnológicas para prestar el denominado "servicio subyacente" y la em
presa que explota la plataforma digital. De suyo que, si se llegara a la con
clusión de que las plataformas digitales no generan empleo dependiente
sino autónomo, entonces ya no habría más asuntos laborales que tratar.
Antes bien, si la respuesta a esta cuestión —que, reiteramos, se presen
ta como estrictamente previa a toda otra y, por ello, resulta fundamental
JULIO E .LA LA N N E
II. P l a n t e o d e l p r o b l e m a f u n d a m e n t a l a in v e s t ig a r
124
(6) Metafísica, cit., L. III, cap. 1, 995 b 3.
ASPECTOS LABORALES VINCULADOS CON APLICACIONES.
III. L a n o c ió n d e s u b o r d in a c ió n j u r íd ic a c o m o c r it e r io d if e r e n c ia d o r d e l
(7) CNTrab., sala VI, 28/2/1975, TySS 1975-329, entre muchísimos otros.
(8) C a b a n e l l a s d e l a s C u e v a s , Guillermo, Tratado de derecho laboral, 3a ed., Edi
torial Heliasta S.R.L. Buenos Aires, 1989,1.1 "Parte general" p. 56.
JULIO E. LALANNE
126
(9) CNTrab., sala IV, 24/2/1981, TySS 1981-206.
ASPECTOS LABORALES VINCULADOS CON APLICACIONES.
(10) En el derecho laboral argentino, las normas jurídicas que conceden al emplea
dor estas facultades son los arts. 64, 65, 66 y 67 de la ley 20.744, denominada LCT.
JULIO E .LA LA N N E
considerarla por separado más bien por razones didácticas y con el pro
pósito de obtener mayor claridad en la explicación.
Si bien la dependencia técnica generalmente existe, puede no estar
presente y ello no impide que estemos ante una relación jurídica de
pendiente. p. ej.: la subordinación técnica se verifica en una proporción
ciertamente menor en los trabajadores de alta jerarquía (gerentes, super
visores, staff), en los trabajadores de gran calificación técnica y en los pro
fesionales; sin embargo, ello no significa que no trabajen en régimen de
subordinación jurídica.
Son indicios de la subordinación técnica: la inserción del trabajador
dentro de una organización empresaria ajena a modo de medio personal
indispensable para su funcionamiento; la delegación en el trabajador de
una función o tarea que no tendría sentido si no fuera parte de esa orga
nización o, dicho de otro modo, la coligazón funcional de carácter con
tinuo entre la actividad del trabajador y el entramado productivo que el
empleador dirige y controla, cuya expresión típica corresponde a la coor
dinación permanente entre la actividad del trabajador y la empresa como
"organización"; la fijación de las modalidades de ejecución de las tareas
por medio de reglamentos internos, normativas o políticas y la correlativa
obligación del prestador de ceñirse a dichas instrucciones, entre otras.
Esta misma técnica del haz de indicios es la que adopta y recomienda
utilizar la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la recomen
dación 198 del 15/6/2006(u) denominada “Sobre la relación de trabajo"
cuyo propósito es, precisamente, proporcionar un catálogo de indicios
para la detección de la relación de trabajo en casos de duda. En efecto, el
art. 13 de este relevante documento sugiere a los países miembros definir
en su legislación o por otros medios "indicios específicos que permitan
determinar la existencia de una relación de trabajo” Entre los cuales la
OIT sugiere los siguientes: “El hecho de que el trabajo se realice según
las instrucciones y bajo el control de otra persona; que el mismo impli
ca la integración del trabajador en la organización de la empresa; que es
efectuado única o principalmente en beneficio de otra persona; que debe
ser ejecutado personalmente por el trabajador, dentro de un horario de
terminado, o en el lugar indicado o aceptado por quien solicita el trabajo;
que el trabajo es de cierta duración y tiene cierta continuidad, o requiere
la disponibilidad del trabajador, que implica el suministro de herramien
tas, materiales o maquinarias por parte de la persona que requiere el tra
bajo; el hecho de que se paga una remuneración periódica al trabajador;
V. S e n t e n c ia s j u d ic ia l e s e x t r a n j e r a s q u e s e r e f ie r e n a l a c a l if ic a c ió n
5.1. D e c is io n e s j u d ic ia l e s q u e c o n s id e r a r o n q u e el t r a b a j o r e a l iz a d o en
dependencia laboral entre las partes, sino porque también aborda y refuta
el argumento de Uber, según el cual esta empresa brinda un servicio que
se reduce a la mera intermediación y puesta en contacto entre el consu
midor final y, en este caso, el chofer particular que presta el servicio sub
yacente de transporte de pasajeros mediante una aplicación tecnológica.
El tribunal londinense toma en consideración las siguientes circuns
tancias de hecho vinculadas a la ejecución de la prestación: Uber “des
aconseja" a los conductores aceptar propinas; si el cliente formula que
jas sobre el viaje, Uber tiene la potestad de decidir reintegrarle parte del
precio pagado, el cual, naturalmente, es descontado de lo que recibe el
conductor; en el supuesto de que un mismo conductor reciba reitera
das quejas de diversos usuarios, puede ser removido de la plataforma;
los derechos de uso de la aplicación de los que se vale el conductor para
realizar su trabajo no son transferibles; el conductor tiene la obligación
de aceptar y realizar al menos un viaje dentro de un plazo de treinta días
y el vehículo no debe tener una antigüedad mayor que diez años; en el
contrato que suscribe el conductor con Uber se establece la prohibición
de que el conductor provea su número telefónico al pasajero. Nótese que
lo que hace el órgano judicial inglés no es otra cosa que aplicar la técnica
del haz de indicios.
El tribunal de Londres llega a la conclusión de que Uber no es una
mera intermediaria, sino que es ella quien organiza un negocio cuyo ob
jeto consiste, precisamente, en la prestación de un servicio de transporte
de pasajeros, que solo puede prestarse por medio de conductores. Por lo
tanto, Uber es "empleadora" —esta es la calificación literal que asigna a
la empresa que explota la sociedad Uber London Ltd. constituida en el
Reino Unido en mayo de 2012— de los conductores que contrata para que
ejecuten, en definitiva, la actividad principal y específica que constitu
ye la finalidad y el objeto de la organización empresaria. Para así decidir,
tomó en cuenta que la empresa controla toda la información del servicio,
que el conductor no puede convenir la tarifa, que Uber acuerda reembol
sos o descuentos con los pasajeros que pueden reducir la remuneración
del trabajador, sin consultar a este; que la prestación personal del con
ductor no es fungióle, ya que aquel que se “loguea" es quien debe realizar
la prestación, y que Uber tiene la facultad de despedir conductores ante
la comisión de determinadas faltas. Esta resolución fue confirmada por el
Employment Appeal Tribunal, en otra del 10/11/2017(24).
impago de los dientes e intermedia para que el servicio de transporte llegue al mer
cado/consumidor final.
(24) Appeal UKEAT/0056/17/DA. Puede consultarse en https://assets.publishing.
service.gov.uk/media/5a046b06e5274a0ee5alfl71/Uber_B.V._and_Others_v_Mr_Y_
Aslam_and_Others_UKEAT_0056_17_DA.pdf (15/3/2020).
JULIO E. LALANNE
5.1.3. Brasil
En Brasil(29) también se ha reconocido el vínculo laboral entre un con
ductor y Uber, entre otros fundamentos, porque la empresa "ejercía, en
realidad, poder y control sobre la forma de prestación de los servicios,
pues el suministro de ‘caramelitosj agua, la manera de vestir o comportar
se, a pesar de no ser formalmente obligatorios, eran esenciales para que el
trabajador consiga buenas evaluaciones y permanezca 'colaborador' de
la reclamada, con autorización de acceso a la plataforma'!
Se sostuvo, además, que la compañía utiliza medios directos de con
trol dado, que los conductores “no pueden entregarle tarjeta al cliente
dentro del coche, que ello implica una falta grave con sanción de bloqueo;
[...] que en el caso que el pasajero comunicara alguna conducta grave por
parte del conductor, este tendría bloqueada la plataforma; que confirma
da la falta, el conductor sería bloqueado” Otro aspecto para destacar de
este control es que, a través de un algoritmo, la compañía establece que
el rechazo de diversos encargos conllevaba el bloqueo del trabajador du
rante un cierto tiempo e incluso si la tasa de aceptación es inferior al 80%
se establecen bloqueos progresivos desde diez minutos a doce horas.
5.1.4. Francia
En Francia, la Cour d'appel de Paris, en una sentencia del 13/12/2017,
que desestimó el recurso impuesto por la empresa LeCab contra la reso
lución del Conseil de Prud’homes de Paris declaró la naturaleza laboral de
la relación de un conductor que estaba dado de alta como autónomo (30F
En concreto, entendió que el conductor estaba sometido a un único
empleador y que, además, "no tenía influencia ni poder de decisión so
bre la política tarifaria que se le imponía’,' debiendo trabajar "solo con los
medios técnicos que se le habían proporcionado [...], no tenía control de
los intervalos de tiempo de actividad y era parte integral de un servicio
organizado bajo el nombre LeCab sin una iniciativa real de él”
La resolución consideró que la empresa no tenía "otro propósito que
crear artificialmente una apariencia de colaboración entre una empresa
proveedora de servicios y un trabajador por cuenta propia y, en última
(29) Una exposición m ás detallada del caso puede verse en L e m e , C., "Tribunal de
Brasil condena a Uber a reconocer derechos labores a sus conductores. Comentario
a la sentencia” en https://adriantodoli.com/2017/02/23/tribunal-de-brasil-condena-
a-uber-a-reconocer-derechos-labores-a-sus-conductores-comentario-a-la-sentencia/
(27/11/2019).
135
(30) En este caso, no nos ha sido posible acceder al texto de la sentencia.
JULIO E. LALANNE
5.1.5. España
En España, el 29/10/2014, la Asociación Profesional Élite Taxi interpu
so una demanda ante el Juzgado en lo Mercantil Nro. 3 de Barcelona a fin
de solicitar que se declare que las actividades ejercidas por Uber Systems
Spain SL constituyen prácticas engañosas y actos de competencia des
leal, en los términos de la ley 3/1991 de Competencia Desleal, por lo que
requería que se ordene el cese de la conducta desleal y que se prohíba la
reiteración futura de esta actividad.
El juzgado interviniente decidió suspender el proceso a fin de plan
tear al tribunal de justicia consultas prejudiciales, y el Superior Tribunal
de Justicia de la Unión Europea (en adelante, STJUE) se expidió por me
dio de la sentencia C.434/15, del 20/12/2017(31). El aspecto m ás relevante
de esta sentencia es que considera que la actividad de Uber no se reduce a
una mera intermediación entre choferes no profesionales y usuarios, sino
que, según el tribunal europeo, la empresa presta un verdadero servicio
de transporte. Consecuentemente, el tribunal entiende que la compañía
de tecnología tiene que cumplir con la normativa aplicable al servicio de
transporte.
5 .2 . D e c is io n e s j u d ic ia l e s q u e c o n s id e r a r o n q u e en el t r a b a j o r e a l iz a d o
5.2.1. Francia
La Courd'appel deParis, en una sentencia del 2 0 / 4 / 2 0 1 7 ^ , ha decla
rado que los riders de la plataforma Take Eat Easy no pueden calificarse
como trabajadores porque, en esencia, el proveedor del servicio se limita
a aportar una caja isotérmica, el mensajero tiene una amplia libertad para
escoger cuándo quiere trabajar (sin necesidad de aportar justificación al
guna) y la existencia de advertencias (strikes) en función del desarrollo de
la prestación, aunque a primera vista podría sugerir la existencia de un
poder sancionador, este hecho no es suficiente para caracterizar la rela
ción de subordinación.
En términos similares, la Cour d'appel de París, en una sentencia del
9 /ll/2017(33), se pronunció en sentido similar con respecto a Deliveroo.
Y en relación con Uber (y en términos parecidos a los de un pronun
ciamiento anterior), el Conseil de Prud’hommes de París, en resolución
del l/2/2018(34), en los autos "Florian Ménard c. SAS Uber France, Uber
B V” también ha denegado la condición de trabajador dependiente a un
conductor porque "se ha demostrado que la compañía Uber no realiza
ningún control de tiempo" y porque "no tienen obligación de presencia o
tiempo de conexión”
Además, el conductor, propietario del vehículo, "era libre de trabajar
según los horarios y los días que le convenían” y no está bajo una obli
gación de presencia o duración de conexión, pudiendo desconectarse
cuando lo estime conveniente. De modo que "esta libertad total en la or
ganización del Sr. Ménard ya impide el reconocimiento de un contrato de
trabajo”
5.2.2. Australia
En Australia, en el caso "Mr. Michail Kaseris c. Rasier Pacific VOF”
ante un reclamo por despido de un conductor derivado de su desactiva
ción de la plataforma como consecuencia de una valoración baja, la Fair
Work Comission (FWC), en su decisión del 21/12/2017(35), declaró que no
deben calificarse como "trabajadores”
Especialmente, entre otras razones, porque el conductor tiene pleno
control sobre la forma que quiere prestar el servicio y porque debe apor
tar su propio vehículo, teléfono inteligente y plan de datos inalámbrico.
La comisión entendió que, sin estos, no podría proporcionar servicios de
transporte como los que prestó, añadiendo que asumió plenamente el
costo del seguro del vehículo y que tampoco llevaba un uniforme ni nin
gún distintivo de la compañía. Además, aunque la plataforma establece
las tarifas, incluidos los honorarios mínimos por viaje y el aumento de
precios, en opinión de la FWC no son factores "abrumadoramente fuer
tes” Es de notar como, en todos estos casos, y m ás allá de la conclusión a
la que arriben los tribunales, la técnica que utilizan es, siempre, la del haz
de indicios.
5.2.4. Brasil
En Brasil, el 28/8/2019 el Superior Tribunal de Justicia dictó una sen
tencia que, si bien resolvió una cuestión de competencia, se pronunció,
obiter dictum, respecto del vínculo existente entre un chofer y la empresa
Uber.
Un chofer reclamó ante la justicia que se le desbloqueara el acceso a
la aplicación de Uber y, además, exigió una indemnización por los daños
y perjuicios producidos por el tiempo en el que estuvo inactivo en virtud
del bloqueo decidido por la empresa a causa de un presunto mal compor
tamiento del demandante. La peculiaridad del caso es que la acción fue
planteada, inicialmente, por ante el juez estadual en lo Civil, quien decli
nó su competencia por entender que entre las partes existía un vínculo
jurídico laboral. El conflicto de competencia se originó cuando se derivó
el expediente al juez laboral, porque este también se declaró incompe
5.3. C o n c l u s io n e s d e l a n á l is is d e l a j u r is p r u d e n c ia m u n d ia l
V I. N u e s t r a respuesta
(38) Art. 5o, LCT: "A los fines de esta ley, se entiende como ‘empresa’ la organiza
ción instrumental de medios personales, materiales e inmateriales, ordenados bajo
una dirección para el logro de fines económicos o benéficos”
ASPECTOS LABORALES VINCULADOS CON APLICACIONES.
(39) CNTrab., sala II, sent. def. 97.533, del 22/12/2009, in re "Tognetti, Daniel c.
Cuatro Cabezas SA y otros’!
JULIO E. LALANNE
pora a una plataforma digital, como las que motivan este trabajo, como
prestador de un servicio personal y no fungible y hace de dicha tarea su
actividad habitual, es indudable que mantendrá, respecto de la empresa
organizadora del servicio, un notable grado de dependencia económica,
ya que quien solo dispone de su energía de trabajo personal como único
medio, o como medio principal de generación de ingresos, y posee escaso
capital (la propiedad de un automóvil, un teléfono celular o una bicicleta
no obstan a esta afirmación) es sociológicamente dependiente y debería
ser tratado como tal desde el derecho, cuando encara una relación de tra
bajo co n tin u ad a^ .
Llegados a este punto de nuestro análisis, corresponde hacernos car
go de los argumentos invocados por alguna jurisprudencia internacional,
citada antes, a favor de la no existencia de relación laboral. Se ha destaca
do, p. ej., la libertad que tiene el prestador del servicio para elegir los hora
rios y los días en los que desea trabajar, pudiendo desconectarse cuando
lo estime conveniente. Si bien se mira, "la forma de prestación de servicio
descrita ni es tan libre ni tan flexible como se pretende hacer creer” pues
las compañías de plataformas digitales “ejercen un importante control de
la actividad, estando sometidos los conductores o repartidores a sus exi
gencias, tanto al obligarles a estar conectados al menos un cierto tiempo a
la aplicación —generalmente, fijado por la compañía de manera previa—
como por la imposibilidad o dificultad de rechazo de un servicio, por las
consecuencias que conlleva” (41). Empero, m ás importante que discutir
cuánta libertad tienen los trabajadores que se desempeñan para plata
formas digitales es recordar la jurisprudencia de la CS recaída en casos
similares, según la cual la libertad que tenga el dependiente para realizar
sus tareas conforme su competencia no le quita la condición de subordi
n a d o ^ . En suma, estas libertades de las que goza quien trabaja a través
de plataformas pueden atenuar o disminuir, en cierto grado, la depen
dencia, pero no parece suficiente, a nuestro modo de ver, para convertirlo
en trabajador autónomo.
El otro argumento que ha sido citado por algunos fallos judiciales
para restarle carácter laboral a estos vínculos es el hecho de que el traba
jador de redes aporta no solo su energía de trabajo, como es habitual en
VII. Un p r o b l e m a c o n e x o : e l e n c u a d r a m ie n t o c o n v e n c io n a l d e lo s
TRABAJADORES DE PLATAFORMAS
(46) CNTrab., sala II, expte. 35.120/08, sent. def. 98.274,16/7/2010, "Pacchiani, Os
valdo c. Organización Coordinadora Argentina SRL s/despido"
(47) Art. 4o, ley 14.250: "Las normas nacidas de las convenciones colectivas que
sean homologadas regirán respecto de todos los trabajadores de la actividad o de la
146
categoría dentro de la zona a que estas convenciones se refieran..."
ASPECTOS LABORALES VINCULADOS CON APLICACIONES.
V III. C o n c l u s i o n e s
IX . A p é n d ic e n o r m a t iv o y de ju r is p r u d e n c ia
9.1. N o r m a t iv a c it a d a e n e l p r e s e n t e c a p ít u l o
9.2. J u r is p r u d e n c ia c it a d a e n el p r e s e n t e c a p ít u l o
Capítulo IV
Romina S. lannello
I. I n t r o d u c c ió n
Unión Europea y unificó, por tanto, los derechos y las obligaciones en ma
teria de protección de datos personales en toda la región®.
Pero, además, el GDPR tiene aplicación extraterritorial ®. Ello es así,
porque en su art. 3°® establece que se aplica al tratamiento de datos per
sonales cuando esté relacionado con (i) la oferta de bienes o servicios de
ciudadanos de la Unión Europea, residentes de la Unión Europea, inde
pendientemente de si a estos se les requiere su pago, o (ii) el control del
comportamiento de ciudadanos de la Unión Europea, residentes en esta
región, en la medida en que este tenga lugar en la Unión Europea (aun
cuando el responsable del tratamiento no resida en la comunidad)®.
Esta aplicación extraterritorial generó un gran impacto a nivel mundial
que posicionó una vez más al sistema europeo como aquel a seguir en
materia de privacidad y protección de datos personales®.
o el 4% de la facturación anual global. Por su parte, para las infracciones leves (p. ej.,
no obtener adecuadamente el consentimiento de los menores de edad o no notificar
las brechas de seguridad) la sanción puede ser de hasta € 10.000.000 o el 2% de la fac
turación anual global.
(7) Nos estam os refiriendo a la Driver 's Privacy Protection Act o fl 994, la Children’s
Online Privacy Protection Act ofl998, la Fair and Accurate Credit Transactions Act of
2003 o la Health Insurance Portability and Accountability Act o fl 996.
(8) La California Consumer Privacy Act se promulgó en 2018 pero entró en vigencia
el 1/1/2020.
(9) El Privacy Shield (decisión UE 2016/1250, en https://eur-lex.europa.eu/eli/
dec_im.pl/2016/1250/of) reem plaza al Safe Harbour o puerto seguro (decisión de
la Comisión Europea 2000/520/CE, texto completo en https://eur-lex.europa.eu/
legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:32000D0520&from=ES) que fue declara
do inválido por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (en adelante, TJUE) el
6/10/2015 en el asunto C-362/14, "Maximillian Schrem s/D ata Protection Commis-
sioner” Sin haber examinado el contenido de los principios de puerto seguro para
la protección de la vida privada, el tribunal observó que la comisión no había m a
nifestado en dicha decisión que los Estados Unidos garantizaran efectivamente un
nivel de protección adecuado en razón de su legislación interna o de sus compro
misos internacionales. En este sentido, el Tribunal de Justicia explicó que, “si bien
la expresión 'nivel de protección adecuado' que figura en el artículo 25, apartado 6,
de la Directiva 95/46/CE no significa un nivel de protección idéntico al garantizado
en el ordenamiento jurídico de la UE, debe entenderse en el sentido de que exige
que el tercer país interesado garantice efectivamente un nivel de protección de las
libertades y derechos fundam entales 'sustancialm ente equivalente' al garantizado
en la Unión por la Directiva 95/46/CE, entendida a la luz de la Carta de los Dere
chos Fundam entales. Aunque los m edios de los que se sirva ese tercer país para
garantizar dicho nivel de protección pueden ser diferentes de los aplicados en la
Unión, deben ser eficaces en la práctica" (conforme consids. 9°, 10 y 11 de la deci 155
sión UE 2016/1250).
R O M IN AS. IANNELLO
(10) Estados Unidos no tiene autoridad federal de datos personales, pero hay pro
yectos de ley que proponen crearla. Para m ás información ver: https://thehill.com/
policy/technology/482881-gillibrand-proposes-creating-new-digital-privacy-agency
(28/2/2020).
(11) Con la reforma constitucional de 1994 se incorporó en el art. 43 de la CN la
acción constitucional de hábeas data, como una subespecie de amparo, con la fina
lidad de que todas las personas puedan tomar conocimiento de sus datos persona
les y de la finalidad por la que dichos datos fueron recogidos, siempre que consten
en registros o bancos de datos públicos, o privados destinados a proveer informes
y, en caso de falsedad o discriminación, exigir la supresión, rectificación, confiden
cialidad o actualización. Luego, entre 1996 y 2000 se presentaron varios proyectos
legislativos con la finalidad de regular esta acción, pero las leyes resultantes fueron
vetadas por el Poder Ejecutivo. La LPDP también estuvo a punto de ser vetada, pero
uno de sus autores impulsó una ardua cam paña a su favor que concluyó con su san
ción en 2000. La LPDP fue reglamentada por el dec. 1558/2001 que creó la DNPDP
como autoridad de aplicación (actualmente, la autoridad de aplicación es la AAIP
conf. dec. 899/2017).
(12) Este marco normativo se complementa con las leyes provinciales que regulan
las bases de datos públicas. Si bien estas leyes no fueron dictadas en todas las pro
vincias, podem os citar como ejemplo la ley 1845 de la ciudad de Buenos Aires y la
ley 14.214 de la provincia de Buenos Aires.
PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES EN APLICACIONES.
II. C o n c e p t o s de la L ey de P r o t e c c ió n de D a to s P er so n a les
(13) Nos estam os refiriendo a las aplicaciones de plataformas como Netflix, Rappi,
Uber, Airbnb, etc. Es decir, aquellas a las que ingresamos a través de nuestros celula
res para la adquisición de un servicio.
(14) Definir términos no siempre constituye una buena técnica legislativa. Sin em
bargo, en el caso de la LPDP —que siguió el criterio de la ley española vigente al m o
mento de su sanción—, la técnica resultó útil, porque algunos conceptos no tenían
un significado unívoco ni siquiera en el ámbito tecnológico, y ello podía generar in
seguridad jurídica. Desde la sanción de la LPDP no existen dudas respecto de cuál es
el alcance de determinados conceptos en el ámbito jurídico, que puede ser diferente
del alcance de las definiciones tecnológicas.
R O M IN AS. IANNELLO
(15) Una particularidad de la LPDP es que las personas jurídicas también son titula
res de datos personales y, por lo tanto, están am parados por la ley. Específicamente,
en el art. 2° de la LPDP se definió a los titulares de datos personales como “toda per
sona física o persona de existencia ideal con domicilio legal o delegaciones o sucur
sales en el país, cuyos datos sean objeto del tratamiento al que se refiere la presente
ley" El hecho de que la LPDP incluyera también a las personas jurídicas fue una no
vedad, ya que la mayoría de los sistemas de protección únicamente abarca a las per
sonas físicas o humanas. Tanto es así que en el proyecto de reforma de la LPDP elimi
na a las personas jurídicas del concepto de "titulares de datos personales" (https://
www. argentina.gob. ar/sites/default/files/mensaje_ndeg_l 47-2018_datos_personales.
p d f[19/2/2020]).
(16) Además, la LPDP define una categoría especial de “dato personal” con un ré
gimen de protección: los datos sensibles. Los datos sensibles son los "datos perso
nales que revelan origen racial y étnico, opiniones políticas, convicciones religiosas,
filosóficas o morales, afiliación sindical e información referente a la salud o a la vida
sexual" Luego, la res. 4/2019 de la AAIP incorporó la definición de “dato biométrico"
como “aquellos datos personales obtenidos a partir de un tratamiento técnico espe
cífico, relativos a las características físicas, fisiológicas o conductuales de una per
sona humana, que permitan o confirmen su identificación única" y estableció que
serán considerados sensibles "únicamente cuando puedan revelar datos adicionales
cuyo uso pueda resultar potencialmente discriminatorio para su titular (v.gr. datos
que revelen origen étnico o información referente a la salud)” Ahora bien, la defini
ción de “dato biométrico" como una categoría especial de "dato personal" en los tér
minos de la res. 4/2019, no parece tener mucha incidencia en el marco regulatorio,
porque entendemos no había dudas de que el "dato biométrico" era simplemente un
"dato personal" Distinto es el caso del GDPR, que incorporó un régimen especial para
el tratamiento de los datos biométricos. Asimismo, es importante mencionar que el
proyecto de reforma de la ley de Protección de Datos Personales sigue el mismo crite
rio que el previsto en la res. 4/2019, es decir, el de crear la categoría conceptual, pero
no asignarle un régimen diferencial del de la categoría genérica de datos personales.
Para ampliar el tema ver: Ia n n e l l o , Romina S. - V e l t a n i , Juan Darío, “Conceptos y
mejores prácticas en la aplicación de la Ley de Protección de Datos Personales. La
res. 4/2019 de la Agencia de Acceso a la Información Pública” LL del 13/3/2019.
(17) Dentro del concepto amplio de información quedan comprendidas la imagen
personal y la captación de la voz.
(18) Publicada en el B O del 16/1/2019. Esta resolución tuvo como finalidad esta
blecer criterios orientadores e indicadores de mejores prácticas en la aplicación de la
PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES EN APLICACIONES.
ley 25.326. Si bien la resolución los denomina “criterios orientadores’,’ la propia nor
ma aclara que resultan de aplicación obligatoria.
(19) Para ampliar este tema ver: I a n n e l l o , Romina S. - V e l t a n i , Juan Darío, "Con
ceptos y mejores prácticas..." cit.
(20) P. ej., la Ley de Protección de la Información 24.766, que es anterior a la LPDP.
No obstante, a partir de la entrada en vigencia de la LPDP, si la información contiene
datos personales, quedaría comprendida dentro de este ámbito de aplicación y que
superpone a la ley 24.766.
(21) V e l t a n i , Juan Darío, "La habilitación de la instancia judicial en la acción de
hábeas data. Análisis del procedimiento extrajudicial previsto en la ley 25.326 y de los
conceptos de 'dato personal’ y 'base de datos' a la luz de los avances tecnológicos’,' en
T r a v i e s o , Juan Antonio (dir.), Régimen jurídico de los datos personales, AbeledoPe-
rrot, Buenos Aires, 2014.
(22) Es interesante señalar que la LPDP no limita el concepto de base de datos a
las informatizadas, ampliando así su ámbito de aplicación de modo exponencial. Es
que para la LPDP el tradicional fichero del médico, organizado con tarjetas de papel,
constituye una base de datos y, por lo tanto, tiene el mismo grado de protección que
una base de datos informatizada.
159
( 2 3 ) V e l t a n i , Juan Darío, "La habilitación...’,’ cit.
R O M IN AS. IANNELLO
(24) En efecto, las normas que regulan el tratamiento de los datos personales, en
general, se refieren al tratamiento automatizado. Pero la LPDP indica expresamente
que el concepto comprende también el tratamiento manual. Esto resulta consistente
160
con el hecho de considerar como bases de datos a las bases en soporte papel.
PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES EN APLICACIONES.
III. R e g is t r o d e l u s u a r io e n l a s a p l ic a c io n e s d e p l a t a f o r m a s . V a l id a c ió n
de id e n t id a d . R e c o l e c c ió n y t r a t a m ie n t o d e d a t o s p e r s o n a l e s
3.1. V a l id a c ió n d e lo s u s u a r io s
(25) Es importante destacar que la LPDP incluye otras definiciones cuyo análisis
excede el ámbito de esta obra.
(26) El criterio de interpretación 5° de la res. 4/2019 de la AAIP indica: "Cualquiera
sea la modalidad del consentimiento que se adopte, conforme el artículo 5, inciso 1 de
la ley N° 25.326, el responsable de la base de datos debe acreditar que quien haya pres
tado tal consentimiento sea efectivamente el titular de los datos requeridos y no otra
persona, esto es, que cuente con m ecanismos de validación de identidad eficaces"
ROMINA S. IANNELLO
3 .2 . R e c o l e c c ió n y t r a t a m ie n t o d e d a t o s p e r s o n a l e s
(51) Ahora bien, el principio del consentimiento informado tiene una gran canti
dad de excepciones que determinan que, muchas veces, la regla general sea que no
se requiere el consentimiento. Las excepciones previstas expresamente en el art. 5°
de la LPDP son: (i) cuando los datos se obtengan de una fuente de acceso público
e irrestricto; (ii) cuando se recaben para el ejercicio de funciones propias del Esta
do; (iii) cuando se limiten a listados que incluyan nombre, documento de identidad,
identificación tributaria, ocupación, fecha de nacimiento y domicilio; (iv) cuando de
riven de una relación profesional, científica o contractual del titular de los datos, y
su tratamiento sea necesario para el desarrollo o cumplimiento de tal relación; o (v)
cuando se trate de las operaciones que realicen las entidades financieras y de las in
formaciones que reciban de sus clientes conforme las disposiciones del art. 39 de la
ley 21.526. A estas excepciones deben añadirse: (i) el caso de los datos personales que
han sido disociados y, por lo tanto, ya no pueden ser considerados como tales; (ii) los
datos estadísticos, sujetos a un régimen legal distinto del previsto en la LPDP; (iii) la
prestación de servicios de información crediticia, en la medida en que se preste en los
términos y con las limitaciones previstas en la LPDP; (iv) los datos personales que se
obtienen con la finalidad de incorporarlos en bases de datos de publicidad, en la m e
dida en que tal incorporación sea conforme lo prevé la LPDP; y (v) para los casos de
tercerización del tratamiento de ciertos datos (v.gr. liquidación de sueldos), siempre
que se cumplan los términos de la LPDP para ello.
(52) Este debate sobre cómo deben ser presentadas las opciones a los usuarios
para que el consentimiento sea válido se dio en todo el mundo y, recientemente,
el Tribunal Superior de la Unión Europea dictó un fallo que —en esencia— podría
ser de aplicación en la Argentina. Nos estam os refiriendo a la sentencia en el asun
to C-673/17 “Bundesverband der Verbraucherzentralen und Verbraucherverbánde-
Verbraucherzentrale Bundesverband eV/Planet49 GmbH" en la cual el Tribunal Su
premo de Justicia de la Unión Europea indicó que no es válido el consentimiento para
colocar cookies si la casilla de aceptación estaba m arcada por defecto y el usuario de
bía retirar la marca si no quisiera dar su consentimiento.
ROMINA S. IANNELLO
IV . C e s ió n de datos personales
(61) Es decir, cumplir con el principio de seguridad. En relación con este tema, la
AAIP en 2018 aprobó, mediante la res. 47/2018, una serie de m edidas de seguridad re
com endadas para el tratamiento y la conservación de datos personales, diferencian
do entre medios informatizados o no. Si bien el cumplimiento de las m edidas listadas
no es obligatorio, lo cierto es que constituye un buen documento para ser utilizado de
guía para cumplir adecuadamente con el principio de seguridad.
(62) La LPDP no prevé esta figura, pero sí lo hace el GDPR y el proyecto de reforma
de la ley argentina, ambos con regulaciones similares. El responsable de privacidad
o delegado de protección de datos personales es el puesto dentro de una empresa u
organización cuya responsabilidad es garantizar que dicha empresa u organización
proteja correctamente los datos personales de los individuos de acuerdo con la legis
lación vigente. Al respecto, en el proyecto de reforma de la LPDP se indica que "los
responsables y encargados del tratamiento deben designar un Delegado de Protec
ción de Datos en cualquiera de los siguientes supuestos: a. Cuando revistan el carác
ter de autoridades u organismos públicos; b. Se realice tratamiento de datos sensibles
como parte de la actividad principal del responsable o encargado del tratamiento; c.
Se realice tratamiento de datos a gran escala. Cuando los responsables y encargados
del tratamiento no se encuentren obligados a la designación de un Delegado de Pro
tección de Datos de acuerdo a lo previsto en este artículo, pero decidan designarlo
de manera voluntaria o por orden expresa de la autoridad de control, el Delegado de
Protección de Datos designado tendrá las funciones previstas en el artículo 44. Cuan
do se trate de una autoridad u organismo público con dependencias subordinadas,
se puede designar un único Delegado de Protección de Datos, teniendo en conside
ración su tamaño y estructura organizativa. Un grupo económico puede nombrar un
único Delegado de Protección de Datos siempre que esté en contacto permanente
con cada establecimiento” (conf. art. 43, https://www.argentina.gob.ar/sites/default/
files/mensaje_ndeg_147-2018_datos_personales.pdf [20/2/2020]).
(63) Nos estam os refiriendo a la siguiente situación: cuando un usuario se regis
tra en una aplicación, p. ej., Rappi, carga ciertos datos personales que, luego, Rappi
cede —todos o parte— al rappitendero que toma el pedido y/o al negocio que prepa
ra el pedido.
PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES EN APLICACIONES.
Ahora bien, la LPDP establece que los datos pueden ser cedidos úni
camente "para el cumplimiento de los fines directamente relacionados
con el interés legítimo del cedente y del cesionario y con el previo con
sentimiento del titular de los datos, al que se le debe informar sobre la
finalidad de la cesión e identificar al cesionario o los elementos que per
mitan hacerlo" Es decir, se requiere un consentimiento especial, diferente
al consentimiento que permite la recolección de datos personales^645.
No obstante, el art. 11 de la LPDP establece una serie de excepcio
nes para la obtención del consentimiento. Dentro de dichas excepciones
se encuentran todos los supuestos previstos en el art. 5°, inc. 2°, para la
obtención del consentimiento. Por lo tanto, cuando la cesión fuera ne
cesaria para el cumplimiento de un contrato, no es preciso solicitar el
consentimiento.
En el caso de las aplicaciones de plataformas, nos encontraríamos
dentro del supuesto contractual y, por lo tanto, el consentimiento para la
cesión no sería necesario. Sin embargo, es importante tener presente que
el cesionario no podría utilizar para ninguna otra finalidad los datos que
le fueron cedidos a los fines de realizar la prestación. Más aún, no podría
siquiera almacenarlos salvo que existiera autorización legal para ello(65).
V. T r a n s f e r e n c ia in t e r n a c io n a l d e d a t o s p e r s o n a l e s e n l a s a p l ic a c io n e s
DE PLATAFORMAS
VI. S u p u e s t o s e s p e c ia l e s
6.1. A p l ic a c io n e s de salud
datos sensibles(80). Los datos sensibles son “datos personales que revelan
origen racial y étnico, opiniones políticas, convicciones religiosas, filosó
ficas o morales, afiliación sindical e información referente a la salud o a la
vida sexual"(81).
Esta categoría especial de datos personales tiene un régimen especial
de protección en el cual la tutela es aún mayor. En tal sentido, el art. 7°
de la LPDP determina que "ninguna persona puede ser obligada a pro
porcionar datos sensibles” (82) y que “los datos sensibles sólo pueden ser
recolectados y objeto de tratamiento cuando medien razones de interés
general autorizadas por ley"(83í o con "finalidades estadísticas o cientí
ficas cuando no puedan ser identificados sus titulares"(84). Asimismo, la
norma indica que "queda prohibida la formación de archivos, bancos o
6 .2 . A p l ic a c io n e s d e p la ta fo r m a s q u e tr a ta n d atos p e r s o n a l e s de
MENORES
manejan la tecnología desde muy temprana edad, pero, por su edad, pue
den carecer de la reflexión necesaria para identificar el peligro que podría
generar la divulgación de sus datos personales. Además, al ser menores,
no tendrían la capacidad para prestar el consentimiento que se requiere
para el tratamiento lícito de datos personales.
La LPDP no tiene una regulación especial al respecto. No obstante,
encontramos dos menciones en la normativa local: en la Guía de buenas
prácticas en materia de privacidad y en la res. 4/2019 de la AAIP(88).
En la Guía de buenas prácticas en materia de privacidad por primera
vez se trató el tema de los datos personales de los menores de edad indi
cando que si la aplicación podía ser utilizada por niños o adolescentes
debía procurarse un cuidado especial. Para ello, la norma aconseja a los
desarrolladores que (i) se limite al máximo el tipo y la cantidad de infor
mación que se recolecta sobre los menores; (ii) se contemplen estrictas
medidas de seguridad sobre la información que necesariamente deba re
cabarse; (iii) se evite compartir los datos personales de los menores con
terceros; (iv) se brinde información adecuada a su nivel de comprensión
sobre el uso responsable de sus datos y se alerte sobre los peligros de una
mala utilización; (v) siempre que corresponda, se obtenga el consenti
miento de sus padres. Para ello, deben establecerse mecanism os de res
guardo para mantenerlos informados acerca de los usos que se hacen de
la información personal de los menores.
Tal vez el punto m ás relevante de estos consejos sea el indicado en el
punto (v). Es decir, obtener el consentimiento de los padres —o tutores—
del menor y mantenerlos informados todo el tiempo del tratamiento que
se haga de dichos datos.
Luego, la res. 4/2019 de la AAIP dispuso que "i) de conformidad con
el principio de autonomía progresiva receptado en los artículos 26(89J y
(88) Otra iniciativa que tuvo la autoridad de aplicación en relación con los datos
personales de los menores fue el programa que se denominó "Con vos en la web”
cuya finalidad consistía en informar y fomentar las buenas prácticas en el uso de in
ternet e identificar y disminuir los factores de riesgo relativos al uso de las nuevas
tecnologías. Para ello, en el marco del programa, se desarrolló material didáctico y
educativo para niños, padres y docentes de todo el territorio argentino (para más
información, ver: http://www.jus.gob.ar/datos-personales/difusion-y-capacitacion/
con-vos-en-la-web.aspx [26/2/2020]).
(89) El art. 26 del Cód. Civ. y Com. dispone que "la persona menor de edad ejerce
sus derechos a través de sus representantes legales. No obstante, la que cuenta con
edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que le son permi
tidos por el ordenamiento jurídico. En situaciones de conflicto de intereses con sus
representantes legales, puede intervenir con asistencia letrada. La persona menor de
edad tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que le concierne así como a
PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES EN APLICACIONES.
639(90) del Código Civil y Comercial, el menor de edad podrá prestar con
sentimiento informado en relación al tratamiento de sus datos persona
les teniendo en consideración sus características psicofísicas, aptitudes
y desarrollo" y "ii) si el menor de edad no posee la capacidad suficiente
para prestar el consentimiento informado, el titular de la responsabilidad
parental o tutela sobre la niña, niño o adolescente, deberá prestar el con
sentimiento para el tratamiento de sus datos personales. En tal caso, el
responsable de la base de datos deberá realizar esfuerzos razonables para
verificar que el consentimiento haya sido efectivamente otorgado por el
titular de la responsabilidad parental o tutela sobre el menor de edad, te
niendo en cuenta sus posibilidades para hacerlo”
Esta norma tomó del Cód. Civ. y Com. el principio de "autonomía pro
gresiva” según el cual se tiene en cuenta el grado de madurez del menor.
Pero, a diferencia del Cód. Civ. y Com., no estableció topes de edad. Por
lo tanto, entendemos que debe tomarse en cuenta lo que indica el Cód.
Civ. y Com. al respecto y, consecuentemente, podría sostenerse que los
menores a partir de los 13 años pueden prestar válidamente su consen
timiento para el tratamiento de datos personales y, por debajo de dicha
edad, deberá analizarse caso a caso el grado de madurez del menor(9*5.
Por su lado, el proyecto de reforma de la LPDP prevé expresamente el
caso de los menores. En su art. 18 indica que "(...) es válido el consenti
miento de un niño, niña o adolescente cuando se aplique al tratamiento de
datos vinculados a la utilización de servicios de la sociedad de la informa
ción específicamente diseñados o aptos para ellos. En estos casos, el con
sentimiento es lícito si el niño, niña o adolescente tiene como mínimo trece
(13) años. Si el niño es menor de trece (13) años, tal tratamiento únicamen-
(95) Como consecuencia de esta norma, YouTube, p. ej., tuvo que adaptarse. Desde
la entrada en vigencia de la COPPA, para subir contenido se exige, entre otras cosas,
que el titular lo clasifique como "no apto para niños" o "apto para niños"
(96) Entre las obligaciones más relevantes podríam os citar las siguientes: (i) el res
ponsable del tratamiento debe publicar una política de privacidad en línea mediante
la cual defina de una manera clara y sencilla las finalidades por las cuales va a tratar
la información recopilada; (ii) debe enviarse un aviso directamente a los titulares de
la patria potestad o tutores del menor de edad que informe de la recopilación, fina
lidades y posibles cesiones a terceros de los datos personales; (iii) deben facilitarse
los medios necesarios para que el titular de la patria potestad o tutor del menor tenga
la posibilidad de revisar la información recopilada y pueda negar el consentimiento
o, en caso contrario, mantenerlo; (iv) el responsable debe obtener el consentimiento
del titular de la patria potestad o tutor del menor de forma expresa, de modo tal que
se pueda verificarse; (v) deben disponerse los procedimientos correspondientes para
preservar la confidencialidad, seguridad e integridad de la información recabada;
(vi) deben definirse plazos de conservación acorde con el tiempo estrictamente ne
cesario para cumplir sus finalidades y proceder a su posterior eliminación utilizando
las medidas pertinentes para impedir el acceso no autorizado de terceros; y (vii) no
debe condicionarse la participación del menor de edad en la actividad en línea, pro
porcionando m ás información de la necesaria para que participe en dicha actividad.
(97) La denominación proviene de la fusión de los términos parentingy share (cui
dados parentales y compartir, respectivamente), y consiste en la práctica sistemática
de algunos padres que suben a las redes sociales, en diversos formatos, cada avance
de sus hijos, a fin de compartirlos con otros usuarios. La negativa a bajar esos conte
nidos, cuando ello es requerido por los propios hijos, ha motivado reclamos que, en
algunos casos, han llegado a la justicia.
(98) Para ampliar este tema ver: Q u a d r i , Gabriel EL, Sharenting: cuestiones proce
sales, en prensa.
R O M IN AS. IANNELLO
V II. A p é n d ic e n o r m a t iv o y d e j u r is p r u d e n c ia
Norma Descripción
Norma Descripción
Disposición - Se aprueban las cláusulas contractuales de
60/2016 de transferencia internacional para la cesión y la
la DNPDP. prestación de servicios.
Modificada - Declaración de países con legislación adecuada.
por la res. - Se aprueba el contrato modelo de transferencia
de laAAIP internacional de datos personales con motivo de la
34/2019 cesión de datos personales.
Norma Descripción
Disposición Guía de buenas prácticas en privacidad para el
18/2015 de la desarrollo de aplicaciones.
DNPDP
Res. AAIP Medidas de seguridad recomendadas para el
47/2018 tratamiento y la conservación de los datos personales
en medios informatizados y no informatizados.
Res. AAIP Apruébese el documento ''Lincamientos y contenidos
159/2018 básicos de normas corporativas vinculantes"
Res. 4/2019 Criterios orientadores e indicadores de mejores
prácticas en la aplicación de la ley 25.326.