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Salud mental más allá de los síntomas: Aportes del modelo del estado
completo de salud mental

Chapter · April 2015

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Patricio Ramírez Azócar Felix Cova


University of Desarrollo University of Concepción
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Claudio Bustos
University of Concepción
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Juan Carlos Oyanedel
M. Ángeles Bilbao
Darío Páez
(Eds.)

La felicidad de los chilenos


Estudios sobre bienestar

Volumen 1
338.983 Oyanedel, Juan Carlos
O La felicidad de los chilenos: estudios sobre
bienestar. Volumen 1 / Nombre del autor. – –
Santiago : RIL editores, 2015.

280 p. ; 23 cm.

ISBN: 978-956-01-0189-1
1 desarrollo-social-chile. 2 chile-condi-
ciones económicas. 3. chile-condiciones
sociales.

La felicidad de los chilenos:


estudios sobre bienestar
Volumen I
Primera edición: abril de 2015

© M. Ángeles Bilbao, Juan Carlos Oyanedel y Darío Páez, 2015


Registro de Propiedad Intelectual
Nº 251.517

© RIL® editores, 2015


Los Leones 2258
cp 7511055 Providencia
Santiago de Chile
(56) 22 22 38 100
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Composición, diseño de portada e impresión: RIL® editores

*NQSFTPFO$IJMFrPrinted in Chile

ISBN 978-956-01-0189-1

Derechos reservados.
Salud mental más allá de los síntomas:
aportes del modelo del estado completo
de salud mental

Patricio Ramírez1, Félix Cova2 y Claudio Bustos3

Pese a que existe acuerdo respecto de la importancia de conceptualizar y


evaluar la salud mental en forma amplia e integral, en la práctica, la salud
mental continúa siendo analizada en función de la presencia o ausencia
de trastornos mentales. Si bien la conceptualización de los trastornos
mentales ha sido y es objeto de una intensa controversia, se han propuesto
criterios, diagnósticos y formas de medición que tienen amplia utilización.
La valoración de las dimensiones no psicopatológicas y positivas de la
salud mental, por el contrario, no ha dado lugar a sistemas conceptuales
ni de medición de amplio reconocimiento.
Sin embargo, desde mediados del siglo XX se pueden identificar di-
versas propuestas que buscan capturar en forma amplia la idea de salud
mental positiva con diferentes niveles de respaldo empírico y sustrato
teórico. Tempranamente, Gordon Allport (1961, 1986) propuso una serie
de atributos de la personalidad madura: extensión del sentido de sí mismo,
interacción humana cálida, seguridad emocional, percepción realista de de-
beres y destrezas, introspección y humor, y filosofía unificadora de la vida.
.BTMPX  
QPSTVQBSUF QMBOUFÓMBTTJHVJFOUFTDBSBDUFSÎTUJDBT
de la persona autorrealizada: percepción eficiente de la realidad, aceptación
1
Universidad del Desarrollo, Magíster en Psicoterapias Dinámicas, Doctor en Salud
Mental.
2
Universidad de Concepción, Magíster en Salud Pública, Doctor en Psicología.
3
Universidad de Concepción, Magíster en Psicología, Magíster en Estadística Apli-
cada.

21
Patricio Ramírez, Félix Cova y Claudio Bustos

de sí mismo, de los demás y de la realidad, espontaneidad, capacidad para


un enfoque correcto de los problemas, necesidad de independencia e in-
timidad, autonomía, sentido de asombro, alta capacidad de experiencias
cumbre, una mayor identificación con la especie, capacidad de cambiar
en sus relaciones interpersonales humanas, una estructura caracterológica
democrática, alta creatividad y apego a valores propios. Rogers (1961,
2000), en el marco de la terapia centrada en el cliente, desarrolló la noción
de funcionamiento pleno, al que caracteriza por atributos como apertura
a la experiencia, vivencia existencial, confianza organísmica, experiencia
de libertad y creatividad. En 1958 Marie Jahoda propuso una serie de
criterios que caracterizarían la salud mental positiva: actitud hacia sí mis-
mo, crecimiento, desarrollo y auto-actualización, integración, autonomía,
percepción de la realidad y control ambiental. En una dirección semejante,
Warr (1990) destacó el bienestar emocional, la competencia personal y la
aspiración como los componentes clave de la salud mental. Desde el campo
psicoanalítico, Otto Kernberg (1997) propone como características de la
personalidad normal: integración de la identidad, fortaleza yoica, superyó
maduro e integrado, y manejo apropiado y satisfactorio de los impulsos
libidinales y agresivos.
Las conceptualizaciones señaladas no tuvieron investigación empírica
amplia de sus propuestas, la que sí se ha desarrollado en décadas recientes
en dos líneas de estudio del bienestar subjetivo de las personas, referidas
como tradición hedónica centrada en el balance entre emociones positivas
y negativas y la satisfacción con la vida, y tradición eudaimónica centrada
en desarrollo del potencial humano, en el buen funcionamiento social y
psicológico, y en la autorrealización (Ryan & Deci, 2001; Waterman,
1993, 2007).
En la psicología positiva, uno de los temas que ha generado investi-
gación y debate dice relación con la consideración de si las dimensiones
hedónicas y eudaimónicas del bienestar son conceptual y empíricamente
redundantes, o si son claramente distinguibles en esos niveles (Deci &
Ryan, 2008). Al respecto, los datos de las investigaciones muestran que
estos componentes del bienestar son aspectos diferentes pero relacionados
(Keyes & Annas, 2009) y que, en consecuencia, debieran medirse por
separado (Diener et al., 2009).
La tradición hedónica se ha interesado principalmente en la felicidad,
referida a la evaluación inmediata de los afectos positivos experimentados
en un determinado momento, así como en la satisfacción con la vida, la
cual se asocia a la evaluación de largo plazo respecto de la propia vida en
general o en áreas específicas (Keyes, 2013).

22
Salud mental más allá de los síntomas: aportes del Modelo...

En relación con la tradición eudaimónica, el trabajo de Carol Ryff


(1989) ha sido muy influyente. Esta autora elaboró un modelo compuesto
por 6 dimensiones de bienestar psicológico que indican los retos que en-
frentan las personas que se esfuerzan por funcionar plenamente y hacer
realidad sus talentos únicos: autoaceptación: actitud positiva hacia uno
mismo, aceptación de aspectos positivos y negativos, valoración positiva del
pasado; crecimiento personal: sensación de desarrollo continuo, visión de
sí mismo en progreso, apertura a nuevas experiencias; propósito en la vida:
sensación de llevar un rumbo, objetivos en la vida, sensación de que pasado
y presente tienen sentido; dominio del ambiente: sensación de control y com-
petencia, capacidad de controlar situaciones complejas, aprovechamiento
de las oportunidades, capacidad de crearse y elegir contextos; autonomía:
capacidad de resistir presiones sociales, independencia y autodeterminación,
regulación interior de la conducta, evaluación de sí mismo según criterios
propios; relaciones positivas con otros: capacidad de mantener relaciones
sociales estables y tener amigos en los que pueda confiar.
El bienestar hedónico y el bienestar psicológico han mostrado tener
relaciones positivas entre sí, aunque abarcan dimensiones claramente
distintas de la experiencia de las personas (Ruini et al., 2003; Wood &
Joseph, 2009), de modo que al recoger ambas en los individuos se capturan
ámbitos distintos de su bienestar. Lo anterior se grafica en la propuesta
de Martin Seligman, quien inicialmente enfatizó que la felicidad debía
ser el foco de la psicología positiva (Seligman, 2003), mientras que con
posterioridad (Seligman, 2011) articuló las tradiciones hedónicas y eudai-
mónicas, desarrollando la noción de florecimiento o prosperidad como
el máximo estado de bienestar de las personas, identificando 5 elementos
centrales que lo constituirían:

1. Emociones positivas: se refieren a la vida placentera, de la cual la


felicidad y la satisfacción con la vida forman parte.
2. Compromiso: está relacionado con el gusto por aprender nuevas
cosas, con la capacidad de permanecer absorto e implicado frente
a una tarea.
3. Relaciones positivas: se asocia a disponer de relaciones de confianza,
afecto y preocupación en el entorno cercano.
4. Sentido: tiene que ver con la sensación de hacer algo en la vida que es
valioso y digno, que se pertenece y se sirve a algo que es superior al yo.
5. Logros: está asociado a la realización, a lo que las personas eligen
hacer solo porque sí, ya sea en un momento o a lo largo de su vida
(vida de realización).

23
Patricio Ramírez, Félix Cova y Claudio Bustos

Las conceptualizaciónes de salud mental positiva, tanto de las corrien-


tes hedónicas como eudaimónicas señaladas, tienden a ser más operacio-
nales y están ligadas a instrumentos que permiten su medición, lo que ha
favorecido que se difundan. Ello está permitiendo que se haga efectiva
una mirada respecto de la salud mental no solo centrada en la presencia
de síntomas y trastornos. Incipientemente, existen esfuerzos también por
relacionar entre sí las conceptualizaciones y evaluaciones realizadas desde
las visiones «positivas» y «negativas» de la salud mental.
Dentro de los modelos de salud mental que evalúan tanto la psicopato-
logía como el bienestar, se pueden distinguir dos grupos de aproximaciones.
Una, que se denomina de los Dos Factores de Salud Mental, considera un
factor compuesto de indicadores de bienestar subjetivo y un factor confor-
mado por indicadores de psicopatología. Esta aproximación se encuentra
en los trabajos de Greenspoon y Saklofske (2001), Doll (2008), Suldo y
Shaffer (2008), Shaffer-Hudkins, Suldo, Loker y March (2010) y Eklund,
%PXEZ +POFTZ'VSMPOH 
RVJFOFTMBIBOFTUVEJBEPFOFTDPMBSFT 
adolescentes y universitarios norteamericanos.
El segundo grupo de estudios considera la salud mental constituida a
partir de la evaluación del bienestar desde aspectos hedónicos (felicidad,
satisfacción con la vida y emociones positivas), unidos a la evaluación
del bienestar desde una aproximación eudaimónica, todo lo cual se com-
plementa con la evaluación de síntomas de trastornos mentales. El autor
central en el desarrollo de este modelo, denominado del Estado Completo
de Salud Mental, es Corey Keyes.
En la medida que los problemas de salud mental son una preocupación
de salud pública (Organización Mundial de la Salud, 2001, 2003, 2004),
así como también existen tratamientos con probada efectividad para una
amplia gama de trastornos mentales (Roth & Fonagy, 2005), los modelos
que integran la evaluación de la salud mental positiva con la evaluación
de los problemas de salud mental permiten fundamentar las acciones en
el campo de la salud mental considerando los ámbitos de la promoción y
protección de la salud mental, así como el tratamiento, bajo esta mirada
integradora (Keyes, 2013; Keyes & Lopez, 2002). La idea central de la
idea de promover la salud mental es que las mejoras en la salud mental
de las personas reducen el riesgo de que desarrollen un trastorno mental
en el tiempo, mientras que la idea central detrás de la protección de la
salud mental es que la pérdida de una buena salud mental se asocia a un
aumento del riesgo de desarrollar un trastorno mental en el tiempo, lo
cual puede ser prevenido (Keyes, 2013). En este sentido, la buena o mala

24
Salud mental más allá de los síntomas: aportes del Modelo...

salud mental no se determina solo evaluando los trastornos, sino que


considerando al mismo tiempo el estado de salud mental positiva.
En el siguiente apartado se presentan los elementos centrales del
modelo de Corey Keyes, que es, al presente, el modelo que más desarro-
llo teórico y empírico ha tenido articulando una visión integradora de la
salud mental.

La propuesta de Corey Keyes


El trabajo de Keyes puede ser caracterizado por los siguientes aspectos:
el desarrollo del concepto de bienestar social, la operacionalización de la
salud mental positiva, y su posterior inclusión en el Modelo del Estado
Completo de Salud Mental.

Desarrollo del concepto de bienestar social


Keyes (1998) considera necesario que la evaluación del bienestar de las
personas, desde un punto de vista eudaimónico, contemple la dimensión
social además del bienestar psicológico en el que ya había trabajado junto
a Carol Ryff (Ryff & Keyes, 1995). Por bienestar social entiende la valo-
ración que hace la persona de en qué medida el contexto social y cultural
en que vive es percibido como nutriente y satisfactorio y de en qué medida
se percibe que se es un aporte a la sociedad. Los siguientes aspectos son
los considerados por Keyes en su operacionalización del bienestar social:

r Aceptación social: confianza, aceptación y actitudes positivas hacia


los otros, y aceptación de los aspectos positivos y negativos, así
como sentir que el mundo no es hostil ni cruel.
r Actualización social: creencia en el futuro de la sociedad, en su
potencial de crecimiento y de desarrollo, en su capacidad para
producir bienestar.
r Contribución social: sentimiento de utilidad, de que se es un miem-
bro vital de la sociedad, que se tiene algo útil que ofrecer al mundo
y que lo que uno aporta es valorado.
r Coherencia social: la persona tiene la sensación de que es capaz de
entender lo que acontece a su alrededor, que su entorno es predecible
y que tiene lógica.
r Integración social: sentirse parte de la sociedad, sentirse con apoyo,
cultivando los lazos y con elementos que compartir.

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Patricio Ramírez, Félix Cova y Claudio Bustos

Salud mental positiva y sus componentes hedónicos y


eudaimónicos.
La búsqueda de una forma de operacionalizar la salud mental positiva
considerando tanto aspectos hedónicos como eudaimónicos. En la eudai-
monía Keyes considera no solo los componentes del llamado bienestar
psicológico sino también del bienestar social. En la tabla 1 se presentan
los aspectos considerados en la salud mental positiva.

Tabla 1
Definiciones de los síntomas de salud mental

Afectos positivos: Funcionamiento positivo: Funcionamiento positivo:


Bienestar emocional Bienestar psicológico Bienestar social (Keyes,
(Ryff, 1989; Ryff & 1998)
Keyes, 1995)
Afectos positivos: Autoaceptación: actitud Aceptación social:
Regularmente alegre y positiva hacia uno mismo, Confianza, aceptación y
de buen ánimo, feliz, aceptación de aspectos actitudes positivas hacia
calmo y tranquilo, positivos y negativos, los otros, y aceptación de
satisfecho, y lleno de valoración positiva del los aspectos positivos y
vida. pasado. negativos.
Felicidad: Crecimiento personal: Actualización social:
Sentimientos de Sensación de desarrollo Creencia en el futuro de la
felicidad en el pasado continuo, visión de sí sociedad, en su potencial de
o en el presente sobre mismo en progreso, crecimiento y de desarrollo,
la vida en general o apertura a nuevas en su capacidad para
sobre algunos ámbitos experiencias. producir bienestar.
de la vida.
Satisfacción con Propósito en la vida: Contribución social:
la vida: sensación Sensación de llevar un Sentimiento de utilidad,
de satisfacción con rumbo, objetivos en la de que se es un miembro
la vida pasada o vida, sensación de que vital de la sociedad, que se
presente en general o pasado y presente tienen tiene algo útil que ofrecer
en algunos ámbitos de sentido. al mundo y que lo que uno
la vida. aporta es valorado.
Dominio del ambiente: Coherencia social: la
Sensación de control persona tiene la sensación
y competencia, de que es capaz de entender
capacidad de controlar lo que acontece a su
situaciones complejas, alrededor y que su entorno
aprovechamiento de las es predecible.
oportunidades, capacidad
de crearse y elegir
contextos.

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Salud mental más allá de los síntomas: aportes del Modelo...

Autonomía: capacidad Integración social: sentirse


de resistir presiones parte de la sociedad, con
sociales, independencia apoyo y cultivando los
y autodeterminación, lazos.
regulación interior de la
conducta, evaluación de
sí mismo según criterios
propios.
Relaciones positivas
con otros: capacidad
de mantener relaciones
sociales estables y tener
amigos en los que pueda
confiar.

Keyes se propone identificar diferentes estados de salud mental positiva


(categorías). Concretamente, la propuesta de Keyes (2002, 2005, 2009)
distingue tres estados de salud mental positiva: salud mental floreciente
o próspera (flourishing), salud mental moderada y salud mental languide-
ciente. Una persona con salud mental floreciente tiene una combinación de
un alto bienestar hedónico y eudaimónico, de tal forma que experimenta
de forma frecuente emociones positivas, satisfacción con la vida y feli-
cidad, así como muestra un alto grado de bienestar psicológico y social,
en la mayoría de sus dimensiones. Que un individuo presente una salud
mental languideciente es equivalente a decir que está en un estado de poco
bienestar o no-saludable, esto es, que se siente estancado, vacío y carente
de un funcionamiento positivo en la vida. Finalmente, un individuo con
una salud mental moderada no presenta síntomas de bienestar ni en los
niveles más altos ni en los más bajos.
Para identificar estos estados de salud mental positiva, Keyes com-
bina un criterio estadístico en función de terciles con uno racional, que
replica la forma de hacer diagnóstico con criterios obligatorios y optativos
usados en los sistemas categoriales politéticos como los empleados en los
manuales diagnósticos y estadísticos editados por la Asociación Psiquiá-
trica Americana. Así, Keyes (2002, 2005) plantea como criterio de salud
mental floreciente que las personas obtengan altos niveles (puntajes en el
primer tercil) en al menos una de las dimensiones de bienestar hedónico
(afectos positivos, felicidad y satisfacción con la vida), y altos niveles
en al menos 6 de las dimensiones de bienestar eudaimónico (bienestar
psicológico y bienestar social). Los individuos que presenten al menos
una dimensión de bienestar hedónico en el nivel más bajo y al menos 6
dimensiones eudaimónicas también bajas (puntajes en el último tercil) son

27
Patricio Ramírez, Félix Cova y Claudio Bustos

considerados con una salud mental languideciente. Las personas que no


están en ninguna de estas categorías tendrían una salud mental moderada
(Keyes, 2002, 2005).

Modelo del Estado Completo de Salud Mental


Keyes asume como fundamento de su propuesta que la salud y el trastorno
mental son dos dimensiones unipolares diferentes aunque correlacionadas
entre sí. En esta aproximación, para definir el estado de salud mental en
que se encuentran las personas propone una perspectiva que capture tanto
la presencia o ausencia de trastornos mentales al mismo tiempo que la
presencia de los diferentes estados de salud mental positiva. El plantea-
miento de fondo es que presentar problemas psicopatológicos y una baja
salud mental positiva es cualitativamente distinto en sus implicaciones
respecto de no presentarlos y tener una alta salud mental positiva (Keyes
& Lopez, 2002).
Keyes (2002, 2005) utiliza los datos del primer estudio Midlife in the
United States (MIDUS-I) con muestra representativa de población esta-
dounidense (N=3032) para evaluar este modelo. Los trastornos mentales
considerados son a) episodio depresivo mayor, b) trastorno de ansiedad
generalizada, c) trastorno de pánico, y d) dependencia del alcohol, en los
últimos 12 meses, según criterios DSM-III-R. Keyes definió que los sujetos
que presentaban una salud mental próspera y no presentaban un trastor-
no mental los últimos 12 meses serían diagnosticados con salud mental
completa. Del mismo modo, un sujeto con salud mental próspera y que
sí presentó en los últimos 12 meses algún trastorno mental entraría en la
categoría de salud mental incompleta. La enfermedad mental completa
es la categoría que emerge al evaluar que el sujeto tiene una salud men-
tal languideciente y que presentó algún trastorno mental los últimos 12
meses. Finalmente, un sujeto que presentó en los últimos 12 meses algún
trastorno mental y que tiene una salud mental moderada fue catalogado
con una enfermedad mental incompleta. Juntando las categorías de salud
mental positiva con la presencia o ausencia de trastorno mental distingue
entonces seis grupos de personas. La tabla 2 presenta las categorías cons-
truidas con estos criterios.

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Salud mental más allá de los síntomas: aportes del Modelo...

Tabla 2
Modelo del Estado Completo de Salud Mental

Diagnóstico de Salud Mental Positiva


Trastornos Mentales Salud mental Salud mental Salud mental
languideciente moderada floreciente
Ausencia de
diagnóstico de Salud mental Salud mental
Salud mental completa
trastorno mental languideciente moderada
últimos 12 meses
Presencia de
Enfermedad Enfermedad
diagnóstico de Salud mental
mental mental
trastorno mental incompleta
completa incompleta
últimos 12 meses

La prevalencia de salud mental completa fue de un 16,6% y la de enfer-


medad mental completa fue de un 7%; un 50% tuvo una salud mental
moderada; un 15,9% enfermedad mental incompleta y un 9,8% una
salud mental languideciente. Este último grupo es de especial interés pues
no presenta trastornos pero asimismo no tiene indicadores positivos de
salud mental. Los individuos de este grupo presentaron un promedio de
menos de un síntoma de cualquiera de los trastornos mentales evaluados,
lo que sugiere que no es una forma subclínica de alguno de esos cuatro
trastornos. Un segundo grupo llamativo es el conformado por los sujetos
con un trastorno mental (22,9%) pero que a su vez están en la categoría
de salud mental moderada (15,9%). Este grupo cuestiona la visión uni-
dimensional de la salud-enfermedad, en la medida en que la presencia de
una salud mental floreciente o moderada, no necesariamente se asocia en
todos los casos a ausencia de algún trastorno mental durante los últimos
12 meses. De interés es que los distintos grupos mostraron distintos perfiles
de funcionamiento psicosocial. Las personas con salud mental completa
funcionaron mejor que los con salud mental moderada y estos, a su vez,
mejor que los con salud mental languideciente. En particular, los sujetos
diagnosticados con una salud mental completa (18%) funcionaron mejor
que los de los otros grupos en relación a menor cantidad de días de tra-
bajo perdidos, menores limitaciones en su vida diaria, menor cantidad de
enfermedades físicas, menor utilización de recursos de salud y mayores
niveles de funcionamiento psicosocial. Por el contrario, los sujetos con
enfermedad mental completa tuvieron el más bajo funcionamiento en
estas áreas (Keyes, 2005).

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Patricio Ramírez, Félix Cova y Claudio Bustos

Un estudio de seguimiento del estudio MIDUS-I (Keyes, Dhingra &


Simoes, 2010) mostró que los diferentes estados de salud mental tenían
implicaciones posteriores. Las personas que tenían una salud mental
languideciente tuvieron un Odds Ratio de 6,6 de tener una enfermedad
mental años después que los que mantuvieron una salud mental próspera,
resultados que apoyan la idea de promover la salud mental.
Keyes (2005), por medio de análisis factorial confirmatorio, también
ha encontrado que los indicadores de salud mental positiva y negativa
efectivamente se diferencian entre sí, formando parte de dos dimensio-
nes unipolares relacionadas. Por otro lado, estudios longitudinales han
mostrado interesantes diferencias en el comportamiento de la salud men-
tal positiva y negativa en el tiempo. Por ejemplo, con datos del estudio
holandés LISS-panel se observó una asociación positiva entre la edad y
el bienestar emocional, una relación negativa entre la edad y el bienestar
psicológico y ninguna asociación entre la edad y el bienestar social; los
adultos mayores experimentaban más bienestar emocional, pero menos
bienestar psicológico que los más jóvenes. De este modo, los adultos ma-
yores aparecen presentando pocos problemas de salud mental pero con
una menor salud mental positiva que los adultos jóvenes (Westerhof &
Keyes, 2009). Otra investigación reciente de interés relacionó los estados
de salud mental positiva con mortalidad, observándose que la ausencia
de una salud mental floreciente incrementó la probabilidad de muerte
por cualquier causa, tanto en hombres como mujeres y en cualquier
rango etario (odds ratio = 1,55) con un intervalo de confianza del 95%
(p = .048) (Keyes & Simoes, 2012).

La tipología de Keyes en estudiantes


universitarios chilenos
Dada la relevancia del modelo de Keyes respecto de los esfuerzos en generar
una visión amplia de la salud mental que considere tanto sus dimensiones
«positivas» como psicopatológicas, y que muy pocos estudios basados
en el modelo de Keyes se han realizado en contextos culturales diferentes
a los del autor, se estimó de interés explorar si la tipología del Modelo
del Estado Completo de Salud Mental era pertinente para analizar una
muestra amplia de estudiantes universitarios de nuestro país.
Este estudio siguió una aproximación metodológica diferente a la
utilizada por de Keyes. Como se indicó, este investigador construyó su
tipología en base una mezcla de criterios estadísticos y racionales que
permiten «diagnosticar» los diferentes estados de salud mental que esta-
blece. Es una metodología que se puede describir como «arriba-abajo».

30
Salud mental más allá de los síntomas: aportes del Modelo...

Esta metodología tiene la limitación de que puede estar «imponiendo»


a los fenómenos categorías de algún modo artificiales, generadas por
los propios criterios de definición. Considerando lo anterior, el estudio
exploró las agrupaciones que aparecerían con una metodología diferente
a la empleada en los estudios previos, esta vez de «abajo-arriba». Se hi-
potetizó que los estados de salud mental emergentes estarían asociados a
un funcionamiento diferente de las personas en torno a su salud física y
el impedimento que manifiesten atribuible a ella.
Los análisis consideraron una muestra no probabilística de 517 estu-
diantes universitarios pertenecientes a 5 instituciones distintas con sede en
la ciudad de Concepción, con edades entre los 17 y 30 años (M = 20,54;
DE = 2,25) y de los cuales el 33,6% fueron mujeres, todos ellos encues-
tados en sus salas de clase, previa firma de un consentimiento informado.
Para los fines de este estudio se utilizaron las siguientes medidas como
indicadoras de salud mental positiva: la Escala Breve de Felicidad de
Lima (Alarcón, 2006; Melipillán y Ramírez, en preparación) para recoger
el bienestar hedónico, la Escala de Florecimiento (Diener et al., 2009,
[Diener et al.], 2010; Ramírez, Melipillán & Canales, en preparación) para
recoger el bienestar eudaimónico en lo relativo a bienestar psicológico,
y las Escalas de Bienestar Social (Keyes, 1998; Blanco & Díaz, 2005)
también como parte del bienestar eudaimónico. Por su parte, la medición
de psicopatología se realizó a partir de las siguientes escalas: la Escala de
Depresión del Centro para Estudios Epidemiológicos (Gempp, Avendaño
& Muñoz, 2004; Gempp & Thieme, 2010), el Cuestionario de Ansiedad
Estado (Vera-Villarroel, Buela-Casal & Spielberger, 2007), y el Test para
la Identificación de Problemas por el Uso de Alcohol (AUDIT) (Alvara-
do, Garmendia, Acuña, Santis & Arteaga, 2009). Las medidas empleadas
establecen puntajes asociados al grado autorreportado de los síntomas
evaluados (por lo que no hacen diagnóstico de trastorno propiamente);
lo propio ocurre con las medidas de bienestar consideradas. Con el fin de
estudiar si las personas con distintos estados de salud mental diferían en
su salud física, se empleó el Cuestionario para la Evaluación de Síntomas
Somáticos (PHQ-15) (Kroenke, Spitzer & Williams, 2002; Ros, Comas
& García, 2010) buscando recoger la sintomatología física, y se adicionó
una pregunta relativa al impedimento académico o laboral atribuido a
problemas físicos durante los últimos seis meses.
El análisis se realizó a través del procedimiento de mixturas finitas,
el cual permite que a partir de datos continuos (puntajes en las escalas)
se establezcan las categorías correspondientes a estados de salud mental
describibles a través de perfiles de respuesta. En este estudio, el análisis

31
Patricio Ramírez, Félix Cova y Claudio Bustos

de mixturas finitas se realizó con el propósito de identificar subgrupos


de individuos con similar salud mental, esto es, grupos con un perfil de
respuesta propio en las escalas empleadas, y distinto en comparación a
los otros grupos o clases.
Este análisis por medio del método de mixturas finitas permite iden-
tificar, a partir de variables continuas (puntajes en las escalas), diferentes
subgrupos de individuos, asumiendo que las covariaciones en las variables
continuas observadas (puntajes en las escalas empleadas) se explican por
variables latentes (Lanza, Flaherty & Collins, 2003), en este caso, estados
de salud mental (ver figura 1). La idea que está a la base es que cada clase
corresponde a subgrupos de la población con sus propios parámetros o
perfil. Estos grupos resultantes son mutuamente excluyentes y cada su-
jeto tiene una probabilidad de pertenecer a cada uno de ellos en función
de su perfil de respuestas en las escalas empleadas (Muthén & Muthén,
2000). El modelo no estima el número de clases, por lo que este debe ser
definido probando distintos modelos (números de grupos) y eligiendo el
que presente mejores indicadores de ajuste estadístico. Adicionalmente, se
emplean algunos criterios teóricos y prácticos para determinar el número
de clases. En este caso, se empleó el BIC (Bayesian Information Criterion)
como indicador de ajuste.

Figura 1
Modelos para variables latentes

Variables manifiestas
Continuas Categóricas
Continuas Análisis factorial Análisis de rasgo latente
Variables Mixturas finitas
latentes Análisis de clases
Categóricas (Análisis de perfiles
latentes
latentes)

Fuente: Adaptado de Lanza, Flaherty & Collins (2003).

Resultados
Las escalas que recogen síntomas de salud mental positiva correlacionan
positivamente entre ellas y las que recogen síntomas de trastornos mentales
y físicos correlacionaron en la misma dirección, mientras que aparecen
correlaciones negativas entre escalas asociadas a salud mental positiva y
a síntomas de trastornos mentales o físicos, tal como se ve en la tabla 3.

32
Salud mental más allá de los síntomas: aportes del Modelo...

Estas asociaciones resultaron, en su gran mayoría, estadísticamente signi-


ficativas. De acuerdo a los criterios de Cohen (1992), se considera que una
correlación es alta si |r| > 0,5, moderada si 0,3 < |r| < 0,5, mientras que si
0,1 < |r| < 0,3, la correlación es baja. De este modo, las más altas correla-
ciones se encuentran entre la Escala Breve de Felicidad de Lima (EBFL) y
la Escala de Florecimiento (FS) (r = 0,74) y entre la Escala de Depresión
del Centro para Estudios Epidemiológicos (CES-D) y el Cuestionario de
Ansiedad Estado (STAI-S) (r = 0,68); seguidas por las correlaciones entre
la Escala de Florecimiento (FS) y la Subescala Integración Social (EBS1)
(r = 0,67); entre la escala FS y la Subescala Contribución Social (EBS3) (r
= 0,58); entre el Cuestionario para la Evaluación de Síntomas Somáticos-
Mujeres (PHQ-15M) y la STAI-S (r = 0,55); entre la Subescala Integración
Social (EBS1) y la Subescala Contribución Social (EBS3) (r = 0,54); entre
la Escala Breve de Felicidad de Lima (EBFL) y la Escala de Depresión
del Centro para Estudios Epidemiológicos (CES-D) (r = -0,54), y entre
la Escala Breve de Felicidad de Lima (EBFL) y la Subescala Integración
Social (EBS1) (r = 0,52). Dentro de las correlaciones moderadamente
altas están la encontrada entre la Escala de Depresión del Centro para
Estudios Epidemiológicos (CES-D) y el Cuestionario para la Evaluación
de Síntomas Somáticos-Hombres PHQ-15H (r = 0,49), la que aparece
entre el Cuestionario de Ansiedad Estado (STAI-S) y el Cuestionario para
la Evaluación de Síntomas Somáticos-Mujeres PHQ-15M (r = 0,49) y la
que surge entre la Escala de Florecimiento (FS) y la Escala de Depresión
del Centro para Estudios Epidemiológicos CES-D (r = -0,48).
El Test para la Identificación de Problemas por el Uso de Alcohol
(AUDIT) mostró bajas correlaciones con todas las otras escalas, lo que
tuvo un efecto en la conformación de los grupos que surgieron como
distintos estados de salud mental.

33
Tabla 3. Matriz de correlaciones observadas

Escala 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
1. EBFL 0,74** 0,52** 0,20** 0,46** 0,28** 0,22** -0,54** -0,45** -0,19** -0,27** -0,28**
2. FS 0,67** 0,16** 0,58** 0,29** 0,27** -0,48** -0,43** -0,15** -0,18* -0,27**
3. EBS1 0,29** 0,54** 0,34** 0,34** -0,42** -0,34** -0,06 -0,28** -0,19**
4. EBS2 0,15** 0,36** 0,26** -0,26** -0,25** -0,06 -0,36** -0,16**
5. EBS3 0,31** 0,37** -0,38** -0,36** -0,11* -0,13 -0,2**
6. EBS4 0,33** -0,26** -0,21** -0,10* -0,25** -0,1
** ** *
7. EBS5 -0,28 -0,28 -0,05 -0,20 -0,1
8. CES-D 0,68** -0,03 0,49** 0,44**

34
9. STAI-S -0,04 0,49** 0,55**
10. AUDIT 0,09 0,09
11. PHQ-15H 1,00 -
12. PHQ-15M 1,00

Nota: Correlaciones significativas: ** p < ,01; * p < ,05.


Patricio Ramírez, Félix Cova y Claudio Bustos

EBFL=Escala Breve de Felicidad de Lima; FS=Escala de Florecimiento; EBS1=Subescala Integración Social; EBS2=Subescala
Aceptación Social, EBS3=Subescala Contribución Social; EBS4=Subescala Actualización Social; EBS5=Subescala Coherencia
Social; CES-D= Escala de Depresión del Centro para Estudios Epidemiológicos; STAI-S= Cuestionario de Ansiedad Estado;
AUDIT=Test para la Identificación de Problemas por el Uso de Alcohol; PHQ-15H=Cuestionario para la Evaluación de
Síntomas Somáticos-Hombres; PHQ-15M=Cuestionario para la Evaluación de Síntomas Somáticos-Mujeres.
Salud mental más allá de los síntomas: aportes del Modelo...

Caracterización del Modelo de Tres Estados


de Salud Mental
A partir del análisis de mixturas finitas, el Modelo de Tres Estados de
Salud Mental fue el retenido, por presentar el menor BIC. A continuación,
en la Tabla 4 se presentan las medias y desviaciones estándar estimadas
para todas las escalas en cada grupo, así como la proporción de personas
en cada uno de los grupos de salud mental que emergen con el modelo
de mixturas finitas.

Tabla 4.
Media y desviaciones estándar estimadas para cada escala en los grupos

Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3


Proporción 34,81% 52,74% 12,45%
Escala Media DE Media DE Media DE
EBFL 3,44 0,73 4,06 0,48 3,70 0,61
FS 3,88 0,63 4,28 0,41 4,03 0,53
EBS1 3,62 0,71 3,96 0,47 3,79 0,59
EBS2 2,89a 0,89 3,25 0,59 2,99a 0,74
EBS3 3,86 0,73 4,33 0,48 4,04 0,61
EBS4 3,50 a
0,78 3,72 0,51 3,30 a
0,65
EBS5 3,67a 0,88 3,97 0,58 3,69a 0,74
CES-D 1,17 0,48 0,61a 0,32 0,70a 0,40
STAI-S 1,41 0,56 0,75 0,37 0,92 0,46
AUDIT 0,45 0,43 0,30 0,28 1,57 0,36

Nota: Grupo 1=Alto en Síntomas Depresivo-Ansiosos, Grupo 2=Alto en Salud Mental Posi-
tiva, Grupo 3=Alto en Problemas por el Uso de Alcohol y Moderada Salud Mental Positiva
y Síntomas Depresivo-Ansiosos. Todas las diferencias de medias de los valores observados
entre grupos son significativas usando ANOVA con valores p ajustados, usando el método de
Holm (p < 0,001). Todos los contrastes entre las medias de cada escala para pares de grupos
resultaron significativos usando el método post hoc HSD de Tukey, excepto los marcados
con a. EBFL=Escala Breve de Felicidad de Lima; FS=Escala de Florecimiento; EBS1=Subescala
Integración Social; EBS2=Subescala Aceptación Social; EBS3=Subescala Contribución Social;
EBS4=Subescala Actualización Social; EBS5=Subescala Coherencia Social; CES-D=Escala
de Depresión del Centro para Estudios Epidemiológicos; STAI-S=Cuestionario de Ansiedad
Estado; AUDIT=Test para la Identificación de Problemas por el Uso de Alcohol.

35
Patricio Ramírez, Félix Cova y Claudio Bustos

La figura 2 resume las características de salud mental de cada grupo.


Se presenta el puntaje T para cada escala. La denominación asignada a
cada grupo o estado de salud mental se definió según el patrón de las
medias obtenidas para cada escala empleada. Por el lado de las escalas
para recoger síntomas de depresión (CES-D) y de ansiedad (STAI-S), el
Grupo 1 es el que muestra la media más alta de puntajes en compara-
ción con los otros dos grupos que arroja el modelo y las diferencias son
estadísticamente significativas. Este Grupo 1, denominado con un estado
de salud mental alto en síntomas depresivo-ansiosos (34,81%), además
presenta los puntajes más bajos en las escalas que recogen síntomas de
salud mental positiva, a excepción de la Subescala de Actualización Social
(EBS4) en la cual obtienen un puntaje más alto que el Grupo 3. En la
Subescala de Aceptación Social (EBS2), en la Subescala de Actualización
Social (EBS4) y en la Subescala de Coherencia Social (EBS5) la diferencia
con el Grupo 3 no es estadísticamente significativa. El Grupo 2 (52,74%)
con un estado denominado como alta salud mental positiva presenta los
puntajes más altos en las escalas que recogen síntomas de salud mental
positiva, así como los puntajes más bajos en las escalas que recogen sín-
tomas de trastornos mentales. Solo en la escala de depresión CES-D esta
diferencia no es estadísticamente significativa con el Grupo 3. El Grupo
3 (12,45%) está caracterizado por una alta media en la escala AUDIT
en la cual obtiene el puntaje significativamente más alto en relación con
los otros dos grupos. para este Grupo 3, en las escalas asociadas salud
mental positiva de Felicidad (EBFL), Florecimiento (FS) y en las Subes-
calas de Integración Social, de Aceptación Social y Contribución Social,
los promedios se ubican entre los Grupos 1 y 2, pero esa diferencia no es
estadísticamente significativa. Comparado con el Grupo 2 en las escalas
CES-D y STAI-S, el Grupo 3 obtiene una media más alta en síntomas de
depresión y de ansiedad, pero en síntomas de depresión la diferencia no es
estadísticamente significativa. Por lo anterior, este grupo es denominado
con un estado de salud mental alto en problemas por el uso de alcohol y
moderada salud mental positiva y síntomas depresivo-ansiosos.

36
Salud mental más allá de los síntomas: aportes del Modelo...

Figura 2.
Perfiles de los Tres Estados de Salud Mental

Con el propósito de evaluar la capacidad del modelo seleccionado de


discriminar a los participantes en función de su probabilidad de pertenencia
a cada grupo, se evaluó a posteriori la pertenencia a cada grupo (estado
de salud mental). Lo que se espera es que el modelo calcule un mínimo
de 80% de probabilidad promedio por grupo, convención que aquí se
cumple (ver tabla 5), dado que los sujetos asignados al Grupo 1 tuvieron
una asignación [a posteriori] de 0,885; los del Grupo 2 una asignación a
posteriori de 0,897 al Grupo 2, y los del Grupo 3 una asignación a pos-
teriori de 0,880 al Grupo 3.

Tabla 5.
Media de probabilidades a posteriori de pertenencia a grupo

Asignación Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3


Grupo 1 0,885 0,095 0,020
Grupo 2 0,092 0,897 0,010
Grupo 3 0,101 0,018 0,880

Nota: Grupo 1=Alto en Síntomas Depresivo-Ansiosos; Grupo 2= Alto en Salud Mental


Positiva; Grupo 3=Alto en Problemas por el Uso de Alcohol y Moderada Salud Mental
Positiva y Síntomas Depresivo-Ansiosos.

Con el fin de evaluar la validez de criterio de los estados de salud


mental encontrados, se estudió la asociación con los síntomas físicos re-
portados. En la tabla 6 se presentan las medias, medianas y desviaciones

37
Patricio Ramírez, Félix Cova y Claudio Bustos

estándar para las respuestas frente a las escalas de síntomas somáticos


hombres PHQ-15H y mujeres PHQ-15M, por cada estado de salud mental.

Tabla 6.
Medias, medianas y DE en síntomas físicos para cada estado
de salud mental

Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3


Media Media Media
Escala Mediana Mediana Mediana
(DE) (DE) (DE)
1,64 1,45 1,57
PHQ15-H 1,57 1,43 1,57
(0,35) (0,41) (0,3)
1,83 1,61 1,7
PHQ15-M 1,87 1,6 1,73
(0,29) (0,26) (0,29)

Nota: Grupo 1=Alto en Síntomas Depresivo-Ansiosos; Grupo 2=Alto en Salud Mental


Positiva; Grupo 3=Alto en Problemas por el Uso de Alcohol y Moderada Salud Mental
Positiva y Síntomas Depresivo-Ansiosos. DE=Desviación Estándar

Con la aplicación de la Prueba de Kruskal-Wallis, se determinó la


existencia de diferencias entre grupos en la media de puntajes en las esca-
las de síntomas físicos para hombres y mujeres, PHQ-15H y PHQ-15M
respectivamente. Se observan diferencias significativas entre los grupos
para el PHQ-15H, χ2 (2) = 11,56, p = 0,003, como para el PHQ-15M,
χ2 (2) = 45,59, p < 0,001. Al realizar el contraste entre pares de Grupos
usando U de Mann-Whitney, ajustando los valores p mediante el método
de Holm, en el caso de la escala PHQ-15H se observan diferencias signi-
ficativas entre el Grupo 1 y 2 (p = 0,006) y entre el Grupo 2 y Grupo 3
(p = 0,028). Específicamente, el Grupo 2 presenta una mediana inferior a
la de los otros dos grupos. En el caso de la escala PHQ-15M, se observan
diferencias significativas entre el Grupo 1 y Grupo 2 (p < 0,001). Especí-
ficamente, el Grupo 2 tiene una menor media y mediana que el Grupo 1.
Como una evaluación adicional de la validez de criterio de los diferen-
tes estados de salud mental encontrados, se analizó la relación entre estos
y la existencia de impedimento laboral o académico atribuible a problemas
físicos durante los últimos 6 meses. La tabla 7 presenta el porcentaje de
prevalencia asociado a estos impedimento para cada estado, así como los
Odds Ratio (OR) y sus Intervalos de Confianza (IC).

38
Salud mental más allá de los síntomas: aportes del Modelo...

Tabla 7.
Porcentaje por grupo, Odds Ratio e Intervalos de Confianza
para la asociación entre los estados de salud mental e impedimento
por la salud física
Dificultades laborales o
(%) informa
académicas por OR IC
dificultades
problemas físicos (6 meses)
Grupo 2 16,49% 1
Grupo 1 30,12% 2,18 (1,38-3,45)
Grupo 3 21,21% 1,36 (0,68-2,61)

Nota: Grupo 1=Alto en Síntomas Depresivo-Ansiosos; Grupo 2=Alto en Salud Mental


Positiva; Grupo 3=Alto en Problemas por el Uso de Alcohol y Moderada Salud Mental
Positiva y Síntomas Depresivo-Ansiosos. a = % condicional al grupo. OR=Odds Ratio;
IC=Intervalo de Confianza del 95%.

Tal como se aprecia en la tabla 7, el Grupo 2 (Alta Salud Mental


Positiva) reporta el menor porcentaje de respuestas afirmativas a esta
pregunta, mientras que el Grupo 1 (Altos Síntomas Depresivo-Ansiosos)
presenta el más alto. Dado que el Odds Ratio es estadísticamente signifi-
cativo si el IC de 95% no incluye a 1, al tomar como referencia el Grupo
con Alta Salud Mental Positiva, el grupo con Altos Síntomas Depresivo-
Ansiosos presenta más del doble de OR y esta diferencia es extrapolable
a la población como lo indica el IC.

Discusión y comentarios finales


Si bien la propuesta respecto a que la salud mental no es equivalente a
la ausencia de enfermedad mental, ha sido proclamada desde las más
altas esferas de las organizaciones de salud mundiales hace décadas, la
investigación en torno a esta idea es más bien reciente y limitada a un
pequeño grupo de estudios publicados. Lo anterior se debe, en parte, a que
la conceptualización operacionalización de la salud mental positiva es un
pequeño grupoergente.u estudio podra concpetualizacilicados. n diferentes
partes depuede ser contesada desde cualquier lugar igualmente reciente y
su estudio podría considerarse que está en una etapa emergente. En este
contexto y según la revisión realizada a la fecha, este estudio es el primero
en nuestro medio en que se aborda el Modelo del Estado Completo de
Salud Mental con la intención de entregar pruebas respecto de su validez
y empleando una aproximación analítica distinta a la que ha utilizado el

39
Patricio Ramírez, Félix Cova y Claudio Bustos

autor principal de este modelo y otros investigadores alrededor del mundo


que lo han seguido.
Lo primero que destaca de los resultados encontrados de este estudio
es que para esta muestra de estudiantes universitarios, con los instrumentos
utilizados y con la metodología de mixturas finitas que se empleó, son
tres los estados de salud mental distinguibles. Estos estados no son los
mismos estados de salud mental propuestos por el Modelo del Estado
Completo de Salud Mental. Asimismo, en relación a las variables criterio
empleadas aparece la relación esperada, esto es, en la medida que hay un
estado de salud mental con más componentes de trastornos mentales, la
sintomatología física se ve aumentada así como el impedimento a 6 meses
atribuible a problemas de salud física.
Los estudios previos con el Modelo del Estado Completo muestran 4
estados de salud mental identificables por medio de las medidas de salud
mental positiva y de síntomas de trastornos mentales empleadas, dando
lugar al estado de Salud Mental Completa, caracterizado por alta salud
mental positiva y bajo nivel de síntomas de trastornos mentales; al estado
de Enfermedad Mental Completa, caracterizado por muy alta presencia de
síntomas de trastornos mentales y muy baja presencia de salud mental po-
sitiva; al estado de Enfermedad Mental Incompleta, en el cual se encuentra
presencia de moderada a alta salud mental positiva, así como moderada
a alta presencia de síntomas de trastornos mentales; y a un cuarto estado
de Salud Mental Incompleta caracterizado por baja presencia de salud
mental positiva y baja presencia de síntomas de trastornos mentales.
Los resultados del presente trabajo no apoyaron estos cuatro estados
de salud mental, en la medida que los perfiles de respuesta en las escalas
de salud mental positiva y de trastornos mentales empleadas permitieron
identificar tres estados de salud mental: el primero de ellos, asimilable
al de Enfermedad Mental Completa, fue denominado Alto en Síntomas
Depresivo-Ansiosos y correspondió a un 34,81% de la muestra. En este
estado, las personas presentaron el perfil con las medias más altas de sín-
tomas depresivos y ansiosos, así como las medias más bajas en las escalas
empleadas para recoger su salud mental positiva. Un segundo estado
de salud mental identificado, asimilable al de Salud Mental Completa y
que correspondió 52,74% de la muestra, fue denominado Alto en Salud
Mental Positiva, estado en el cual las personas presentaron las medias más
altas en salud mental positiva y las medias más bajas en todas las escalas
de síntomas de trastornos mentales empleadas. El tercer estado de salud
mental que se identificó, no asimilable a ninguno propuesto en el Modelo
del Estado Completo de Salud Mental, fue denominado Alto en Proble-

40
Salud mental más allá de los síntomas: aportes del Modelo...

mas por el Uso de Alcohol y Moderada Salud Mental Positiva y Síntomas


Depresivo-Ansiosos, y agrupó a un 12,45% de la muestra, estado en el
cual destacó, comparativamente, la alta presencia de problemas por el
consumo de alcohol y una moderada presencia de salud mental positiva
así como de síntomas de depresión y ansiedad.
Es posible señalar que resultaba esperable que surgiera, independiente
de la metodología empleada, un estado de salud mental Alto en Síntomas
Depresivo-Ansiosos, en la medida que investigaciones sobre problemas de
salud mental en estudiantes universitarios chilenos consultantes en servi-
cios de salud estudiantil (Micin & Bagladi, 2011), así como en estudiantes
no consultantes (Cova et al., 2007), muestran que un alto porcentaje de
ellos presenta alteraciones clínicas ligadas a ansiedad y depresión, así
como también estudios con alumnos de universidades estadounidenses con
amplias muestras de consultantes en centros de ayuda psicológica en los
campus entregan resultados en la misma dirección (Benton et al., 2003).
Del mismo modo, los datos de prevalencia psiquiátrica chilena (Vicente
et al., 2002) hacen esperable que un grupo de personas presente una
media elevada de sintomatología ansiosa y depresiva, sin perder de vista
que la muestra utilizada está conformada por estudiantes universitarios,
en los cuales la sintomatología ansiosa podría estar vinculada a las altas
demandas académicas en la universidad y a los problemas de ajuste que
producen en un grupo de ellos (Cova et al., 2007). Del mismo modo, al
analizar las asociaciones observadas entre felicidad y depresión y entre
felicidad y ansiedad, así como las correlaciones entre florecimiento y de-
presión y ansiedad, se ve que estas resultaron significativas e inversas, un
hallazgo que es consistente con la clínica y la investigación en torno a la
depresión, el bienestar subjetivo y la felicidad, en los que se han encon-
trado correlaciones negativas entre las distintas dimensiones del bienestar
psicológico y los síntomas depresivos y ansiosos (Ruini et al., 2003; Ryff
& Keyes, 1995), o que la ausencia de bienestar psicológico aumenta el
riesgo de presentar depresión (Wood & Joseph, 2009). Respecto de la
clínica de la depresión, es importante recordar que el diagnóstico de un
episodio depresivo está asociado, además de al ánimo depresivo, a un
mal funcionamiento en diversas áreas de la vida de quien experimenta
el episodio (Asociación Psiquiátrica Americana, 1995), de modo que es
coherente con ello el haber encontrado baja presencia de florecimiento en
este estado de salud mental Alto en Síntomas Depresivo-Ansiosos.
En relación al estado con Alta Salud Mental Positiva, a la luz de las
correlaciones observadas, se observa que la correlación entre felicidad y
florecimiento fue la más alta de todas las encontradas en este estudio, del

41
Patricio Ramírez, Félix Cova y Claudio Bustos

mismo modo que las correlaciones entre las subescalas de bienestar social
con la escala de felicidad, como las correlaciones entre las subescalas de
bienestar social y la de prosperidad, resultaron positivas y estadísticamente
significativas. El que aparecieran estas correlaciones entre las variables
de bienestar hedónicas y eudaimónicas empleadas es consistente con
hallazgos previos respecto de estas variables cuando han sido estudiadas
en universitarios, en el marco del Modelo del Estado Completo de Salud
.FOUBM )PXFMM 

Aun cuando se esperaba, en correspondencia con la Enfermedad
Mental Completa, apareciera un estado que agrupara altas medias en
las tres variables asociadas a los trastornos mentales que se recogieron,
se encontró un tercer estado Alto en Problemas por el Uso de Alcohol y
Moderada Salud Mental Positiva y Síntomas Depresivo-Ansiosos, lo cual
es consistente con la baja relación entre el consumo de alcohol reportado
por la muestra y todo el resto de los indicadores de salud mental recogidos.
Estos hallazgos bajo ningún punto de vista le quitan valor a la pro-
puesta del Modelo del Estado Completo de Salud Mental respecto a que
la evaluación conjunta de los trastornos mentales y de la salud mental
positiva enriquece el diagnóstico de salud mental de las personas, sino
más bien muestran que es necesario ampliar el estudio de este modelo a
otras poblaciones y evaluarlo con diferentes metodologías. Por lo menos
el camino que ha seguido el estudio de la salud mental positiva o bienestar
mental ha sido ese; se está realizando por distintos equipos de investigación
en todo el mundo, utilizando la operacionalización de Keyes y su escala
Mental Health Continuum-Short Form (MHC-SF) (Keyes et al., 2008;
Lamers et al., 2011), así como otros investigadores están empleando la
8BSXJDL&EJOCVSHI.FOUBM8FMM#FJOH4DBMF 8&.8#4
EFTBSSPMMBEB
en el Reino Unido (Tennant et al., 2007), y que también mide aspectos
positivos de la salud mental. Un volumen recientemente editado por Keyes
(2013) recoge parte de esos trabajos.
Por otro lado, los resultados muestran que es necesario continuar in-
dagando si las categorías empleadas en este Modelo del Estado Completo
se ajustan a los datos y son útiles para conceptualizar, estudiar e interve-
nir en torno al estado de salud mental de las personas, o si más bien son
otras categorías las que deben usarse en este intento de capturar el estado
completo de salud mental, en la misma línea de lo que viene ocurriendo
en los estudios con trastornos mentales (p. ej. Kotov et al., 2011).
Por otro lado, se mantiene abierta la interrogante respecto a si la
evaluación de la salud mental debiera hacerse en función de dimensiones,
o si la clasificación categorial es la más adecuada. Este punto es relevante

42
Salud mental más allá de los síntomas: aportes del Modelo...

y altamente discutido en torno a los trastornos mentales y formó parte


central de foros, artículos y conferencias antes que apareciera el recien-
temente publicado manual DSM-V (Asociación Psiquiátrica Americana,
2014), una controversia que perfectamente se puede dar en relación con
la salud mental positiva, o en torno al estado completo de salud mental.
Finalmente, en el presente estudio se adoptó una mirada categorial de
los estados de salud mental. Esto fue así producto de la revisión teórica
y de la revisión de los estudios considerados como relevantes en el tema
central estudiado, y porque se consideró que una aproximación de tipo
categorial a la complejidad del fenómeno «salud mental» es práctica y
ayuda a simplificar la evaluación de las personas.

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