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CARÁTULA..........................................................................................1
DEDICATORIA....................................................................................2
ÍNDICE.................................................................................................3
INTRODUCCION.................................................................................5
4. Personajes
5. Escenas importantes
5.1. Puesto de control
5.2. Decadencia
6. Vocabulario
Conclusiones
Bibliografia
anexos
1. Resumen del libro:
El espía que surgió del frío se produce durante las tensiones intensas que
caracterizaron la Guerra Fría de fines de los años cincuenta y principios de los
sesenta , cuando parecía probable un Pacto de Varsovia : la guerra de la OTAN en
Alemania . La historia comienza y concluye en Berlín , aproximadamente un año
después de la finalización del Muro de Berlín y en la época en que el agente doble
Heinz Felfe fue expuesto y juzgado.
La oficina del Circo en Berlín Occidental está bajo el mando del Jefe de Estación
Alec Leamas, quien sirvió como agente de SOE durante la Segunda Guerra Mundial
y luchó en los Países Bajos y Noruega ocupados por los nazis . Acaba de perder su
último y mejor agente doble, disparado mientras desertó de Berlín Este. Sin
operarios fueron, Leamas se recuerda a Londres por el control, el jefe del circo, que
pide a Leamas estancia "en el frío" para una última misión: desertar a los alemanes
del Este, y luego para proporcionar evidencia para enmarcar Abteilung cabeza
Hans- Dieter Mundt como agente doble británico. Josef Fiedler (diputado de
Mundt), que ya sospecha que Mundt es un agente doble (según Control), es un
complemento potencialmente útil para Leamas.
En Alemania del Este, Leamas se encuentra con Fiedler. Los dos hombres
participan en largas discusiones sobre eventos pasados, en los que el pragmatismo
de Leamas contrasta con el idealismo de Fiedler . Leamas observa que el joven y
brillante Fiedler está preocupado por la rectitud de su motivación y la moralidad de
sus acciones. Mundt, por otro lado, es un mercenario brutal y oportunista, un ex nazi
que se unió a los comunistas después de la guerra por falta de conveniencia, y que
sigue siendo un antisemita .
La lucha de poder dentro de Abteilung se expone cuando Mundt ordena que Fiedler
y Leamas sean arrestados y torturados. Los líderes del régimen de Alemania
Oriental intervienen después de enterarse de que Fiedler había solicitado una orden
de arresto para Mundt ese mismo día. Tanto Fiedler como Mundt son liberados,
luego convocados para presentar sus casos ante un tribunal convocado a puerta
cerrada . En el juicio, Leamas documenta una serie de pagos secretos de cuentas
bancarias que Fiedler ha comparado con los movimientos de Mundt, mientras que
Fiedler presenta otra evidencia que implica a Mundt como agente británico.
Sorprendentemente, Liz, que había sido invitada a Alemania del Este para un
intercambio de información del Partido Comunista, es llamada por el abogado de
Mundt como testigo y obligada a testificar en el tribunal. Ella admite que Smiley
pagó el alquiler de su departamento después de visitarla, y que le prometió a
Leamas que no lo buscaría después de que desapareciera. Ella también admite que
él le había dicho adiós la noche antes de agredir al tendero. Al darse cuenta de que
su tapadera está rota, Leamas ofrece contarle todo sobre su misión desde Control
para enmarcar a Mundt a cambio de la libertad de Liz. Pero cuando Fiedler pregunta
cómo Mundt aprendió sobre Liz, Leamas finalmente se da cuenta de la verdadera
naturaleza del control y el esquema de Smiley. Luego el tribunal detiene el juicio y
arresta a Fiedler.
El amor de Liz por Leamas supera su disgusto moral, y ella acompaña a Leamas a
una ruptura en el alambre frente al Muro de Berlín , a través del cual pueden escalar
el muro y escapar al oeste de Berlín. Leamas sube a la cima pero, cuando él se
agacha para ayudar a Liz, uno de los agentes de Mundt la mata a tiros. Ella cae y,
cuando Smiley llama a Leamas desde el otro lado de la pared, él duda. Luego
desciende por el lado de la muralla de Alemania Oriental para que le disparen y lo
maten también.
https://en.wikipedia.org/wiki/The_Spy_Who_Came_In_from_the_Cold
2. ANALISIS
En la década de los 60, en Berlin Oriental, Alec Leamas es el máximo responsable del
espionaje británico en la Alemania " comunista", y parece estar obteniendo notables éxitos
con un equipo muy preparado y profesional, sin embargo en los últimos tiempos sus
mejores agentes han sido asesinados uno a uno sin que sea posible descubrir quien y como
los han delatado, Alec sospecha de Mundt, jefe del contraespionaje enemigo y el máximo
objetivo de Leamas es capturarlo y hacer " justicia", sin embargo parece que este deseo de
Alec no va a cumplirse, antes bien, sus jefes tienen intención de retirarlo del "frente" y
mandarlo a un trabajo de oficina en retaguardia; Leamas se niega, se despide y se
reincorpora a la "vida civil", pero desde el momento en que deja el servicio nada tiene
sentido, los trabajos no le duran ni una semana, bebe en exceso y tal vez hable demasiado,
cuando todo parece perdido se le ofrece una posibilidad de redimirse aunque el riesgo es
enorme y la operación muy sórdida, no obstante Alec es un profesional y conoce las
reglas.
El espía que surgió del frío está dividida en 36 capítulos con titulo y narrada en tercera
persona por un narrador omnisciente.
3. EL AUTOR
John Le Carré pertenece al selecto grupo de novelistas que, antes de ponerse a escribir
novelas, se ganaron la vida en el ámbito que después iba a ocuparles como narradores:
profesionales que, en un momento dado, deciden utilizar el caudal de sus experiencias
laborales para hacer ficción. Dashiell Hammett fue agente secreto antes de perpetrar sus
cuentos y novelas policiacas. Joseph Conrad fue marino y alcanzó el grado de capitán antes
de erguir ese mundo oscuro por el que hoy es célebre.
John Le Carré trabajó para el Foreign Office británico, ocupando puestos de relevancia en
Bonn y Hamburgo. Lo curioso es que antes de apartarse de los servicios secretos para
dedicarse por entero a escribir, había escrito y publicado dos novelas: Llamada para el
muerto y Asesinato de calidad. Fue en 1963, cuando se editó El espía que surgió del frío,
que se convirtió en un éxito mundial, cuando Le Carré -seudónimo de David Cornwell-
decide colgar los guantes para dedicar todos sus esfuerzos a una hoy copiosa obra narrativa
en la que, por fortuna, su creciente popularidad no ha significado rebaja de su calidad. Es
de esos autores que desmienten el tópico de que las buenas novelas sólo pueden ser
saboreadas por una minoría de lectores.
Cada uno de esos peldaños no será en el fondo sino una serie de pasos que le exige la tarea
encomendada, que no es otra que la de matar al terrible e impío jefe de espionaje de la
Alemania Oriental, un tal Mundt. No se piense que planteando en estas pocas líneas el
asunto de la novela estoy reventando la trama: eso no es más que el principio. Las cosas
siempre son mucho más complicadas de lo que parecen en las novelas de Le Carré, cada
conversación aparentemente anodina encierra información necesaria y ello porque el fondo
de sus novelas tiene siempre una tintura política, por mucho que los actores puestos en
escena parezcan carecer de escrúpulos e incluso de ideología: son seres que conocen cuál es
el sentido de su trabajo y se limitan a hacerlo sin perjudicarse el ánimo con preguntas
ociosas.
Hay, por encima de ellos, siempre, la sombra de un cerebro que es el que sabe para qué
sirve lo que hacen, es el que justifica cada acción. El representante de ese cerebro en esta
novela es Control, el hombre aparentemente dubitativo que dirige los servicios secretos
británicos. Alguien capaz de decir por ejemplo: "Nuestra ética profesional se basa en un
solo supuesto: nunca seremos agresores". Sin embargo, organiza crímenes. "Hacemos cosas
desagradables, pero somos defensivos. Hacemos cosas desagradables para que la gente
corriente, aquí y en otros sitios, puedan dormir seguros en sus casas por la noche. Desde
luego que a veces tenemos que hacer cosas realmente malvadas, y al contrapesar asuntos
morales más bien nos metemos en comparaciones indebidas, al fin y al cabo, no se pueden
comparar los ideales de un bando con los métodos del otro. Hay que comparar ideales con
ideales y métodos con métodos. Después de la guerra los métodos se han vuelto muy
parecidos. Uno no puede ser menos inexorable que su enemigo sencillamente porque la
política de su gobierno sea más benévola que la del gobierno enemigo".
3.2. personalidad
Es en esas páginas donde, a pesar de que no ocurre nada tan exaltado como en las que le
preceden y las que le sucederán, Le Carré se las arregla para insuflar vida a su personaje.
"Supo entonces qué era lo que le había dado Liz: lo que tendría que volver a encontrar si
regresaba alguna vez a Inglaterra: era el preocuparse de las cosas sencillas, la fe en la vida
corriente, la sencillez que le hace a uno partir un pedazo de pan en una bolsa de papel, bajar
a la playa y echárselo a las gaviotas. Era ese respeto por lo sencillo que nunca le habían
permitido tener fuera: pan para las gaviotas, amor, fuera lo que fuera, volvería para
encontrarlo".
Le Carré domina, además, admirablemente el recurso de fijar con un solo detalle enérgico
la personalidad de un personaje. He aquí un soberbio ejemplo: "Advirtió dos cosas: que
Peters era zurdo y que por segunda vez se había puesto el cigarrillo en la boca con la marca
hacia fuera para que se quemara antes. Fue un gesto que le gustó a Leamas: indicaba que
Peters, como él, había sido un perseguido".
El espía que surgió del frío supuso para la novela de espionaje político lo que El halcón
maltés para la novela de detectives: de repente, una sola obra colocaba a todo un género un
par de peldaños más arriba. Desde entonces Le Carré ha ido ganando en prestigio y fama,
también en ironía, hasta el punto de que fue capaz de escribir una novela resumen de su
obra en la que sus protagonistas se reunían a cenar y comentar secretos no publicados de
sus aventuras. Pero si bien algunas de sus novelas son recias demostraciones de su clase y
su vigor, en ninguna volvió a poner la frescura y la contundencia de esa descripción del
alcantarillado de la política internacional que hace en El espía que surgió del frío.
https://www.elmundo.es/elmundolibro/2002/10/29/anticuario/1035837650.html
4. PERSONAJES:
algunos solo están esbozados porque su papel es secundario, caso de Control, la cabeza de
la organización británica del que no conocemos ni su nombre real, Ashe, Kiever, o Peters
espías, otros los desarrollan más, como Alec Leomas o Liz Gold.
Alec Leomas, es un cincuentón plebeyo, algo rudo, divorciado, sin muchas ilusiones
después de haber vivido la realidad de su trabajo, es escéptico en lo que respecta a los fines,
pero tenaz y experto en los medios. No es guapo, ni rico, ni joven, ni un héroe, pero no
puedes evitar tenerle simpatía.
Liz Gold,trabaja en la Biblioteca Bayswater de Investigaciones Psicológicas, esta soltera,
vive sola, es judia y simpatiza con el partido comunista , conoce a Alec cuando el entra a
trabajar un corto periodo en la citada biblioteca y se enamora de él, es ingenua, idealista,
buena persona.
Como ya comenté en la biografía del autor, George Smiley, el espía más conocido de Le
Carré, aparece como secundario en esta novela y su intervención tiene cierta influencia en
la trama.
Si me preguntarais si me ha gustado la novela, la verdad es que no podría contestar
categóricamente ni que si ni que no, por un lado, me parece que está muy bien escrita, y
que el autor sabe llevarte a la época, con toda su tristeza, grisura y soledad, y que es muy
fácil conectar con Alec Leamas, su personaje principal, porque pese a ejercer una profesión
tan poco habitual como la de espía, es una persona normal y corriente, concienzudo en su
trabajo y con problemas que podemos tener cualquiera de nosotros, no es un espía a lo
James Bond, que a mi siempre me ha caído fatal, sino un hombre como otros muchos, así
que por ahí, me ha convencido, sin embargo,( y esto tal vez es debido a que veo demasiado
cine ), me esperaba algo más dinámico, con acción y suspense ( y es que ya no me acordaba
como era Le Carré...) y no lo he encontrado, porque no lo tiene y es que espionaje no es lo
mismo que persecuciones vertiginosas, tiroteos, ni adrenalina constante.
http://leyendoconmar.blogspot.com/2016/08/el-espia-que-surgio-del-frio-de-john-le.html
5. ESCENAS IMPORTANTES
5.1. PUESTO DE CONTROL:
en mi punto de vista una de las escenas más importantes, que le dá una introducción
perfecta al texto completo y ayuda a introducirnos completamente en la novela haciendo
despegar nuestra imaginación y hacer que no situemos en el lugar de los hechos es la
escena I. en el que en un fragmento dice:
El americano ofreció a Leamas otrataza de café, y dijo:
–¿Por qué no se vuelve a dormir?
Podemos telefonearle si aparece.
Leamas no dijo nada: se quedó mirando absorto por la ventana del puesto de control, a lo
largo de la calle vacía.
–No irá a quedarse esperando aquí para siempre. Quizás venga en algún otro momento.
Podemos conseguir que la Polizei se ponga en contacto con la
Agencia, y usted estaría aquí de vuelta en veinte minutos.
–No -dijo Leamas-. Ya ha anochecido casi del todo.
–Pero no irá a quedarse esperando aquí siempre; ya lleva nueve horas de retraso.
–Si quiere irse, váyase. Se ha portado usted muy bien -añadió Leamas-; le diré a Kramer
que se ha portado estupendamente.
–Pero ¿hasta cuándo va a esperar?
–Hasta que llegue.
Leamas se acercó a la ventana de observación y se situó entre los dos policías inmóviles,
que apuntaban sus gemelos hacia el puesto de control oriental.
–Esperará a que oscurezca -murmuró
Leamas-; lo sé muy bien.
–Esta mañana dijo usted que pasaría con los trabajadores.
Leamas se volvió hacia él.
–Los agentes no son aviones: no tienen horarios. Este está perdido, viene huyendo: está
aterrorizado. Mundt va en su busca, ahora, en este mismo instante.
No le queda más que una probabilidad.
Que elija su momento.
El otro -más joven- vaciló, queriendo irse, pero sin encontrar un momento oportuno para
hacerlo.
Sonó un timbre en la caseta. Se quedaron esperando, súbitamente alertados. Un policía dijo
en alemán:
–Un «Opel Rekord» negro, matrícula federal.
–No puede verlo a tanta distancia y tan a oscuras: lo dice a voleo -susurró el americano, y
luego añadió-: ¿Cómollegó a saberlo Mundt?
–Cierre el pico -dijo Leamas desde la ventana.
Uno de los policías salió de la caseta y avanzó hasta la barrera de sacos de arena, a sólo un
paso de la señal blanca que cruzaba el camino, como la línea limite en un campo de tenis.
El otro esperó hasta que su compañero estuvo acurrucado en la barrera detrás del catalejo;
entonces bajó los gemelos, descolgó el casco negro de la percha detrás de la puerta y se lo
encajó cuidadosamente en la cabeza. No se sabía dónde, en lo alto, por encima del puesto
de control, losfocos adquirieron vida de repente,lanzando espectaculares haces a la
carretera que tenían delante.
El policía empezó sus comentarios.
Leamas se los sabía de memoria.
–El coche se detiene en el primer control. Sólo un ocupante, una mujer.Acompañada a la
caseta de los «vopos» para la comprobación de documentos.
Esperaron en silencio.
–¿Qué es lo que dice? – preguntó elamericano.
Leamas no contestó. Levantando los gemelos, miró fijamente hacia los controles de los
alemanes orientales.
–Concluida la revisión de documentos. Pasa al segundo control.
–Señor Leamas, ¿es ése su hombre?
– insistía el americano-. Tengo quellamar a la Agencia.
–Espere.
–¿Dónde está ahora el coche? ¿Quéhace?
–Control de moneda, aduana -cortó
Leamas con brusquedad. Leamas observó el coche. Había dos «vopos» junto a la puerta del
conductor, uno entretenido en charlar y el otro algo apartado y esperando. Un tercer «vopo»
vagaba en torno al auto. Se detuvo junto al portaequipajes, y luego volvió al lado del
conductor.
Quería la llave. Abrió el portaequipajes, miró dentro; lo cerró, devolvió la llave y caminó
unos treinta metros hasta la carretera, donde, a medio camino entre los dos puestos de
control enfrentados, estaba quieto un solitario centinela alemán oriental; una silueta
agazapada, con botas y amplios pantalones en bolsa. Los dos se reunieron para hablar,
conscientes demismos en el resplandor de los focos.
Con ademán rutinario, hicieron señal
con la mano al coche, se apartaron y volvieron a hablar. Por fin, casi de mala gana, dejaron
que siguiera cruzando la línea hasta el sector occidental.
–¿Es un hombre al que espera,
Leamas? – preguntó el americano.
–Sí, es un hombre.
Levantándose el cuello de la chaqueta, Leamas salió fuera, al frío viento de octubre.
Entonces se acordó del grupo. Era algo que se le olvidaba aun dentro de la caseta; ese grupo
de caras desconcertadas. La gente cambiaba, pero la expresión era la misma. Era como esa
multitud inerme que se reúne en torno a un accidente de circulación, sin que nadie sepa
cómo ha ocurrido, y sí habría que retirar el cadáver. Humo o polvo se elevaba a través de
los haces de los reflectores; un velo que se mecía constantemente entre los márgenes de luz.
Leamas anduvo hasta el coche y preguntó a la mujer.
–¿Dónde está?
–Fueron a por él, y echó a correr. Se llevó la bicicleta. No es posible que hayan sabido
nada de mí.
–¿Dónde fue?
–Teníamos un cuarto junto a
Brandenburgo, encima de un bar. Allí guardaba unas pocas cosas, dinero, papeles. Supongo
que habrá ido allí.
Luego se pasará.
–¿Esta noche?
–Dijo que vendría esta noche. A los demás, les han cogido a todos: Paul,
Viereck, Ländser, Salomon. No ha durado mucho.
Leamas, pasmado, la miró un momento en silencio.
–¿Ländser también?
–Anoche.
6. VOCABULARIO
Volkspolizei : Policía Popular, fue el cuerpo de policía de la República Democrática
Alemana.
Presídium : es el principal órgano legislativo de varios cuerpos oficiales u
organizaciones.
Prosélito : «extranjero», un recién llegado al Reino de Israel; un «residente de la
tierra»
Jadear : Respirar anhelosamente por efecto del cansancio, la excitación, el calor
excesivo o alguna dificultad debida a enfermedad.
Cotilleo : Comentario o noticia no verificada que circula entre la gente.
Mercenario : [persona] Que realiza cualquier clase de trabajo por una retribución,
generalmente económica, o que trabaja con el único interés de ganar dinero.
CONCLUSIONES
su mensaje está por encima de la época en que transcurren, y su contenido trasciende más
allá de un espacio y lugar determinado. Más allá de la sutileza de la trama (el espía aparente
traidor, instrumento para liquidar y/o reforzar a otro espía aparente traidor), la novela trata
del contraste entre el papel de las creencias (la fé, sea en el comunismo o en cualquier otra
cosa), la fuerza de los aparatos burocráticos y políticos, y el valor de los individuos.
A pesar de que sus últimas misiones son bastante irrelevantes, el agente secreto británico
Alec Leamas no desea abandonar la clandestinidad para ocupar un despacho oficial.
BIBLIOGRAFIA