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MISTERIO DE DIOS TRINO

Introducción

La dimensión relacional del amor de Dios. La cuestión trinitaria es inaugurada por la


relación del Dios de Israel. En el primer testamento la cultura de Israel es relación.
Dios se relaciona con un pueblo.

Ex 3, 14 muestra específicamente como Yahvé es el Dios que está siempre en medio


del pueblo, en sentido de presencia. Es el verbo griego (la traducción de la setenta) la
que hace identificarlo con el “ser” de ontología.

El eje de la materia es la identidad relacional de Dios. Al mismo tiempo identidad


relacional es unidad.

IDENTIDAD RELACIONAL=UNIDAD

El concepto de la relación exige términos diferenciados, y la noción de identidad habla


de la autoposeción de la propia substancia.

En el paradigma occidental triunfó el paradigma de Parménides, al menos hasta Hegel.


Parménides afirmaba que la unidad del ser es la perfección en la imagen de una esfera.
Las antípodas de la imagen de Francisco del poliedro. La unidad del ser para
Parménides implicaba la expulsión del vértice, de la diversidad. La noción de
Parménides también exige finitud, en el sentido de lo terminado (apolíneo). Lo
contrario a Apolíneo es lo Dionisíaco, imperfección, infinitud.

Esto determino mucho la noción de lo uno en el mundo de lo uno. Existe Hegel porque
existe una reacción a esto. Esta noción complica la imagen bíblica de Dios: su
pluralidad, por ejemplo. Bruno Forte habla del exilio trinitario: en los últimos
quinientos años podría no haber existido el tratado de Dios trino que hubiera sido lo
mismo. También es un exilio eclesiológico. En Dios no todo debe entenderse
apolíneamente: no condice con la cruz. La mediación metafísica del término “Uno”
para entrar al texto limitaba la imagen de Dios del cual quería dar cuenta.

Dice Santo Tomas: “en Dios las personas se distinguen realmente entre sí (es decir
que hay negación: ej. El Padre no es el Hijo.) y se distinguen de la esencia por
distinción de razón” (quiere decir no es distinción real en donde dos substancias se
separan). Esa diversidad no se da según la substancia. La distinción se da en la
subsistencia. La unidad de Dios está constituida por las tres personas distintas y reales.
No es la pluralidad de Heráclito. La gran palabra contemporánea para hablar de la
unidad es comunión. En esta segunda parte del curso vamos a insistir en la identidad
relacional de Dios.

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Retomamos lo de la clase pasado. Hay dos modelos que permanecieron en toda la


historia de la ontología: Parménides y Heráclito. El primero manifestaba el ser como lo
UNO, lo perfecto, y usaba la imagen de una esfera. En cambio, para Heráclito el Ser es
cambiable: cuando terminamos de conocer algo vuelve a cambiar – utiliza la imagen
del rio-. Platón va a intentar unificar: hay dos mundos uno cambiante (Material) y uno
permanente (espiritual).

La teología sistemática nace del contacto del evangelio y las culturas. En un principio el
cristianismo se sintió más cómodo con el platonismo, encontraron en Paltón una
posibilidad para dialogar. Pero ¿Qué es lo que entra en crisis en este planteo filosófico?
Jesús es un problema.

La trinidad entra en crisis con el la “unidad”. Nosotros sabemos que nuestra realidad
está constituida con diversidad, y eso es lo que permite la belleza. Lo dice Santo
Tomás: lo uno es bello porque es diverso. El pensamiento platónico no pudo integrar
este pensamiento. Ricardo de San Víctor, en su tratado sobre la trinidad (cap. 3),
afirma que, porque Dios es amor, son tres personas: el amor exige lo diverso, sino no
hay nada para amar. La idea de comunión. [mimesis del apostolado – Francisco al
hablar de la comunión].

Somos más platónicos que aristotélicos: tendemos ver disociada la parte histórica de la
trascendente. La separación historia -trascendencia ha estado forzada para que el
cristianismo le escape al …… Hay dos grandes intentos de conciliar historia y
trascendencia.

Joaquín de Fiore realiza el primer proyecto teológico fallido (lo concilia el concilio de
Letrán). Joaquín ponía demasiado énfasis en la historia que se desdibujaba la
trascendencia de Dios. Letrán lo condena con la siguiente frase: aunque muchas son
las semejanzas con Dios, más aún las desemejanzas. El otro modelo es Hegel en
contraposición: la historia tiene un momento del Padre en donde se prepara la
manifestación de la conciencia del Hijo, que inicia el momento de la conciencia final
que es la venida del Espíritu. Hegel explica la trinidad en el despliegue en la historia:
Hegel fusiona la trinidad económica y la trinidad inmanente. [Principios de filosofía –
Carpio. Buscar a Hegel ahí].
Dios tiene un momento en la historia, pero no podemos afirmar que esa presencia es
de Identidad: ”Dios es la historia”. No, eso no es así. La historia pertenece a las
libertades finitas. Dios interviene en la historia haciéndose libertad finita.

Grundaxiom: El axioma fundamental de Rahner.

Rahner lo formula en uno de sus artículos “advertencias sobre el tratado de la


trinidad”. En este artículo habla sobre la vinculación de tres tratados: cristología,
antropología, trinidad. La tésis fundamental es: “La trinidad económica es la
inmanente y recíprocamente” La manifestación de Dios en la historia y en la
inmanencia de Dios no hay separación. Es el mismo Dios el que se nos está dando: el
que está colgado en la cruz es el mismo Dios. Rahner le reconoce a Hegel el esfuerzo
por mostrar la presencia de Dios en la historia. No significa que lo que Dios interviene
en la historia para nuestra salvación es un espejo de lo que pasa en la inmanencia.
Conocemos una dimensión ínfima. Este axioma de Dios y la historia, de Dios uno y
perfecto en la pluralidad, va a atravesar todo. El axioma tiene un límite al decir
“recíprocamente”: Dios sólo es lo que le pasa al Padre, al Hijo y al Espíritu en la
historia. No. El texto de la comisión teológica de la internacional señala este límite.

El texto quiere evitar que todo lo que vemos en la historia eso es sólo Dios. Cambia
sutilmente lo de Rahner. Esto es algo fundamental en la teología trinitaria.

Sección de Tomás Vinkas – Práctica docente.


Dos posturas en la realidad de hoy.

- Fideista: no genera en el cristiano ningún cambio la profesión de un Dios Trino.


- Racionalista: absurdo o inútil. La trinidad repugna a la inteligencia, absurdo. La
mentalidad del cristiano es un laberinto del absurdo inteligente. Goethe no
cree que sea útil. La trinidad no tiene ninguna implicancia en nuestro modo de
ser. Volver a conocer esta trinidad y lo que genera en nosotros. Frente a la
relativización de la identidad de Dios es necesario volver a poner a la trinidad
en el centro.

El CIC dice que el misterio trinitario es el centro de nuestra fe y de la cuál brotan los
demás misterios.

La espiritualidad en relación con las tres personas.


Ef 3, 14-18. Somos colmados por la plenitud de Dios: altura (Padre), Hondura (El Hijo),
Anchura (Espíritu Santo).

La alteridad el Padre, el abajamiento del Hijo, y el Espíritu que nos introduce en la


caridad, en la Iglesia, en la misión.

El Padre

Cantalamesa habla de que el Espíritu ya no es el gran olvidado sino que el Padre es el


que está desapareciendo. Dos razones:

- Social: un mundo con muchos padres ausentes.


- Teológica: nadie quiere a un Dios Padre controlador.

Si perdemos la verticalidad de Dios perdemos la trascendencia, la sacramentalidad.


Nuestra vida de “hijos de Dios” no es solamente un don ontológico, un “status
metafísico”. La misión del Espíritu en este sentido es darnos a nosotros el
convencimiento interior de esa realidad.

El sufrimiento en el Padre. La Biblia no tiene inconveniente en hablar de la pasión de


Dios. El conflicto aparece más por las categorías filosóficas. El amor entrañable del
Padre que no sufre por sí mismo – como si faltara algo – sino por amor a las creaturas.

Fragmento de Orígenes. Dios no se hubiere encarnado si previamente no hubiera


sufrido por la humanidad. Balthasar en “misterio pascual” dice que en Dios se da un
viraje de una potencia absoluta a un absoluto amor.

Paradoja: Trascendencia y cercanía. Si no reconocemos la trascendencia en Dios queda


todo muy humano, un Dios que no puede salvar, quedamos en discusiones de
categorías morales – conservadores y progres -. Podemos decir que la distancia/límite/
corresponde al ser y la cercanía al vínculo. La infancia espiritual la podemos vivir
porque el que quiebra esa trascendencia es el Hijo (texto de Balthasar: si no os haces
como este niño).

El Hijo

Tomando el texto paulino EF3, al Hijo lo estamos viendo con la profundidad. Con Él
tenemos el quiebre de la trascendencia. Es el Hijo de Dios mismo que estuvo en el
vientre de una mujer, el que fue identificado con el pecado, quien renuncia a su
condición divina. En la encarnación el Hijo no gana nada, nosotros ganamos. El Hijo no
toma solo la condición humana sino la condición de siervo sufriente.
El Hijo, que desciende, que se abaja, es el que asume la humanidad tal como es.
Siempre vivimos en una mística “ojalatera”, salimos de la realidad, de lo único que
tenemos, y nos vamos a los remordimientos del pasado y el futuro de fantasía. A
nosotros nuestra vida no nos alcanza, pero a Dios si. Todo se lava los pies, todo es
amable, todo es aceptado. Como cordero llevado al matadero acepta todo lo humano.
Esta dinámica entra en nosotros, y nos ayuda a abrazar como él. Nosotros también
hacemos los descensos en los lugares de mi vida a los que no quiero estar.

La vida de Cristo termina en la Resurrección. “Si Cristo no resucito, vana es nuestra fe”
“Si los muertos no resucitan comamos y bebamos” Si no hay resurrección el hombre es
un ser para la muerte, es cuasimorboso. Con la Resurrección tenemos el conocimiento
de la vida eterna que orienta toda nuestra vida. Toda mi vida me preparo para la
Pascua. Esto es parte del ADn espiritual. Vivir de la Pascua de Cristo es fruto del
Espíritu.

Segunda clase

¿Se puede llegar por la razón a la idea de un Dios trino? Distinción entre preámbulos
de la fe y artículos de la fe. Los artículos son aquellas verdades de fe que no llegamos si
no es por revelación.

Para San Agustín la razón no puede llegar al Dios trinitario, y después ¿Quién puede
entenderlo? – anécdota del niño en la playa y su encuentro con San Agustín -.

En el AT hay “vestigios” de la trinidad.


Encontramos un problema en la exégesis: la “Dicta provanda”. Tomar la Escritura para
fundamentar algo que uno mismo quiere proponer – es la tentación del demonio con
Jesús al deformar la escritura-.

Jesús es el “exégeta” del Padre.

 Jn 1,18: Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno
del Padre.
  Lc 10,21-22: En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo,
dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y
a los pru- dentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo
me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe
quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
 Jn 14,6-7: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me
conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto.
Jesús habla de su “Abbá”. No sólo por referirse a Dios como “padre” sino que lo
hace de un modo muy personal. En el AT figura la paternidad pero referida a lo
comunitario, al pueblo, y siempre desde una dimensión metafórica, o aparece junto a
otros titulos que remarcar la trascendencia “padre celestial del cielo”. Esto en Jesús
va a dar un cambio radical, al punto de lo que van a matar por eso.

Dios padre en el judaísmo y en Jesús

Centralidd del Misterio Pascual

Jn 14, 9-13
9 Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me
conocen?. El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: «Muéstranos al Padre»? 
10 ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son
mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. 
11 Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. 
12 Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores,
porque yo me voy al Padre. 
13 Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Hombre, para que el Padre sea glorificado en el
Hijo.
Jn 18,11. «Envaina tu espada. ¿Acaso no beberé el cáliz que me ha dado el Padre?

Jn 19, 30 Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha cumplido». E inclinando la


cabeza, entregó su espíritu.

Jn 20, 17«No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos:
«Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes»

Jn 20, 21-22 Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí,
yo también los envío a ustedes» Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu
Santo.

Continuamos con la clase de la materia.

Hay dos textos significativos para hablar de la kénosis: cartas paulinas -especialmente Flp 2,6-
11- y Hebreos – doble ciclo: extrema pureza, semejante en todo menos pecado-. Hay un mismo
esquema en ambas partes: humillación y gloria.

Uno de los primeros problemas que se enceuntran en esta visión es la “humillación”. ¿Dios
puede humillarse? Además, rompe con el esquema de unidad en cuanto perfección.
La realidad es relacional, no existen las substancias separadas. Los objetos entran en realcion
con el sujeto por la conciencia. No construimos la realidad, pero podemos decir que los objetos
están ahí sólo cuando los tenemos bajo nuestra mirada.

El debate trinitario va a tener que ver con que tenemos un moneton de cuestiones que provocan
una transformación del discurso sobre lo divino. Dos textos para leer:

- La dimensión trinitaria en la revelación (Camaño)


- Documento de la comisión teológica: Cristologia.

Si admitimos el hecho de que Jesús es el revelador del Padre, y de que ese hecho no es solo
mediado por la palabra sino por toda su vida. Su humillisación nos revela algo de Dios.

(FALTA COMPLETARAPUNTES DE NANO)

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EL MISTERIO TRINITARIO EN LA HISTORIA DE LA REVELACIÓN BÍBLICA: DE JESÚS, EL HIJO


DE DIOS AL MISTERIO DE LA TRINIDAD
Ladaria: p. 73-180
Ferrara: p. 359-375
Wainwright: p. 13-27; 249-279

¿En qué medida los autores neotestamentarios son conscientes del misterio de Dios uno
y trino? El problema inicia cuando identifican a Jesús como Dios ¿cómo puede ser que
Dios Padre y el Dios hijo sean uno solo? Es fácil que aparezcan herejías: bueno, Dios
adopta la forma de un hombre.
¿Tiene el Espíritu Santo una naturaleza y actividad semejante a la de Dios? Hay
actividades divinas principales: creación, salvación, juicio. En el Nuevo Testamento
vamos a ver como el Padre, Hijo y Espíritu son creador, salvador y juez.
¿Se le da culto a Jesús? SI se le da culto es Dios.
En Lucas, el Espíritu guía. Aparece como alguien, como un tercero destino del Padre y
del Hijo.

“El desarrollo del pensamiento sobre la materia puede plantearse en tres niveles, El primero
es el de las fórmulas ternarias, donde el escritor revela algo sobre el fundamento de su
adoración y pensamiento, En este nivel la naturaleza ternaria de las fórmulas no es integrante
del tema del escritor. Un segundo nivel es aquel en el que la tríada, Padre, Hijo y Espíritu, es
puesta de relieve deliberadamente, pero sin intentar dar solución al problema de su relación.
Y el tercer nivel es el que encontramos en el cuarto Evangelio, donde se ve el problema y se
intenta darle una explicación.”1

1
A. WAINWRIGHT, La Trinidad en el Nuevo Testamento, 293-294
Las problemáticas se plantean tres niveles:

1. Hay frases bíblicas donde se expresan las 3 personas juntas o 2 de ellas.

Nivel 1: el de las fórmulas trinitarias.


Nivel 2: la triada Padre, Hijo y Espíritu, es puesta de relieve deliberadamente, pero sin
intentar dar solución al problema de la relación.
Nivel 3: Cuarto evangelio. Se ve el problema y se intenta darle una solución.

NIVEL 2

Con respecto al nivel 2:

“Pero cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una
mujer y sujeto a la Ley,

5 para redimir a os que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos.

6 Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el
Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo» ¡Abba!, es decir, ¡Padre!” (Galatas 4,
4-6)

Citá síntesis del segundo nivel de análisis. No se preocupa en contar cómo se relacionan las tres
personas trinitarias; tampoco explica cómo es que son un solo Dios.

NIVEL 3

En el nivel tres, referente al cuarto evangelio, se intenta dar solución a la cuestion


trinitaria. Por ejemplo, aparece muy clara el “orden trinitario” (Taxis): P-H-ES.

Conclusión pág 279 de Wainwright.

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