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Biología General
Jorge Iván Santa Quintero
1. La vida
Otro evento, tan particular y único como el origen del universo, fue la aparición de
la vida. Tal suceso no ha sido demostrado hasta el momento en algún otro planeta
cercano al nuestro y muchos coinciden en afirmar que tan colosal e inigualable
eventualidad solo pudo darse en un momento y un sitio particular del universo, la
Tierra. De acuerdo con muchos investigadores, y con base en evidencias de
diferentes fuentes, las cuales incluyen el registro geológico, nuestro planeta se
formó junto con los demás planetas de nuestro sistema solar hace
aproximadamente 5.000 millones de años, pero las condiciones en esos orígenes
primitivos eran bastante extremas para considerar que allí se formaría
posteriormente la vida. Durante los primeros millones de años la Tierra era una
masa candente, de roca fundida, con temperaturas que superaban los 10.000
grados centígrados, con un bombardeo constante de meteoritos, una radiación
continua de rayos ultravioleta procedentes del Sol y una atmósfera compuesta de
gases que poco o nada permitirían la aparición de organismos como los que
conocemos en la actualidad.
Todas esas características de la Tierra primitiva fueron cambiando con el paso del
tiempo, permitiendo así una evolución química que posteriormente condujo a la
aparición de las primeras moléculas orgánicas, relativamente simples, que por
medio de reacciones ulteriores, más complejas, condujeron a la aparición de los
primeros organismos, que dicho sea de paso fueron todos unicelulares (es decir,
constituidos por una sola célula). En este punto nos detendremos un momento
para citar a unos científicos entusiastas que desarrollaron una serie de teorías y
experimentos que permitieron demostrar cómo pudo haberse dado este evento sin
par de la aparición de la vida en la Tierra. Pero antes recordemos que, al igual que
se mencionó al principio, ha habido una gran cantidad de propuestas respecto del
origen del universo, que incluyen posiciones culturales y religiosas. También hay
muchos mitos, leyendas y teorías que tratan de explicar el origen de la vida, pero
nosotros nos enfocaremos en una de las muchas propuestas que fundamentan su
posición desde la perspectiva del modelo científico. Retomando entonces lo
expuesto, citamos en primer lugar al biólogo y bioquímico ruso Aleksandr Oparin
(Úglich, 1894 - Moscú, 1980), fundador conceptual a mediados del siglo XX de la
teoría sobre el origen de la vida. En su postulado teórico, Oparin (El origen de la
vida, Moscú, 1923), utilizando sus conocimientos en astrofísica y geología, afirmó
que la presencia de metano y vapor de agua (entre otras sustancias) en una
atmósfera primitiva, sometidos a descargas eléctricas continuas procedentes de
los relámpagos y a las altas temperaturas en la corteza terrestre y la irradiación
ultravioleta continua desde el Sol, promovieron la formación de las primeras
moléculas orgánicas que hoy conocemos como aminoácidos y proteínas. Estas
últimas, posteriormente, adquirieron unas características especiales, tales como
estabilidad y capacidad de autorreplicación, constituyendo así el andamiaje que
permitió la aparición de los primeros organismos unicelulares.
Pero como en la ciencia se requiere evidencia que soporte las hipótesis y las
teorías que se postulan, la atractiva idea de Oparin fue prontamente retomada por
los científicos Stanley Miller y Harold Clayton Urey, quienes, en 1952,
desarrollaron una serie de experimentos en los que simularon aquel caldo
primitivo, sometido a descargas eléctricas (que reemplazaban los relámpagos),
temperaturas elevadas e irradiaciones ultravioletas generadas por lámparas
especiales. Entre los diferentes productos formados en los ensayos se
encontraron las que probablemente fueron las primeras moléculas orgánicas, "los
aminoácidos" (Miller y Urey, 1959), los cuales, posiblemente, pudieron asociarse
más tarde y formar moléculas más complejas y estables, con la capacidad de
sintetizar moléculas similares a aquellas, funciones que se han encontrado en
ciertas moléculas que poseemos todos los seres vivos y que se conocen como
ácidos nucleicos, o más comúnmente DNA (ácido desoxirribonucleico) y RNA
(ácido ribonucleico). A partir de esta evolución química se fijaron los pilares
moleculares que promovieron la formación de estructuras complejas que, aisladas
del medio exterior por membranas complejas y altamente dinámicas, dieron origen
a unos organismos unicelulares denominados bacterias, que según los registros
fósiles se encuentran colonizando y explotando la gran diversidad de ambientes
de la Tierra desde hace aproximadamente 3600 millones de años. Aquí es
importante recordar que desde su aparición, y durante casi 2000 millones de años,
las bacterias fueron los únicos organismos que aportaron a la diversidad de la vida
sobre la Tierra y en la actualidad continúan haciendo parte significativa de la gran
biodiversidad del planeta, en muchos casos incluso con variaciones casi
imperceptibles en comparación con sus ancestros de hace 3600 millones.
1. El agua
Aunque no es una molécula orgánica, es quizás una de las más importantes para
el funcionamiento y el mantenimiento de la vida. Además de constituir tres cuartas
partes del planeta, los organismos, en promedio, estamos compuestos en un 70%
por agua.
En la figura 1.2 se muestra su estructura química, que está constituida por dos
átomos de hidrógeno (H) y uno de oxígeno (O).
Las propiedades físicas y químicas de esta sencilla molécula han facilitado y
promovido una gran cantidad de reacciones metabólicas en los diferentes
organismos, permitiendo así el mantenimiento y funcionamiento de los
ecosistemas y de los organismos que en ellos habitan. Entre las numerosas
propiedades podemos mencionar las siguientes:
Su naturaleza líquida
Su acción disolvente
Su alto calor específico
Sus fuerzas de adhesión y cohesión
GLOSARIO