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Universidad Nacional Autónoma de

México
Facultad de Estudios Superiores Acatlán
Licenciatura en Matemáticas Aplicadas y
Computación

Seminario sobre
México actual

Alumnos: Pérez Mendoza Erick


Grupo: 1501

Profesora: Rochon Herrera Paola


La violencia urbana
Algo que se ha normalizado en México es la atmosfera de temor, al menos en la Ciudad de
México es así. Son incontables las personas de provincia que al venir a la Ciudad vienen con un
temor, el temor al asalto. Pero lo curioso es que no es algo que ellos mismos teman porque lo
vieron en las noticias, o porque lo leyeron en el periódico. Son los mismos citadinos quienes les
procuran la advertencia, “guarda tu celular”, “no lleves esas pulseras de plata”, “no vayas a ir por
x calle”, etc. El propio habitante de la ciudad ya sabe todo lo relacionado con esta, en especial en
lo que refiere a la violencia. Especialmente, por desgracia, la mujer. Una citadino sabe que hay
horas en las que no puedes estar en la calle solo, pero para una mujer, cualquier hora en el día
supone un peligro. El simple acto de tomar un taxi o Uber ya no es seguro para ellas, se han
reportado casos de como al subir a estos no son vueltas a ver. A pesar de lo anterior, un hombre a
lo más que se arriesga es a no regresar con sus pertenencias de valor, sin embargo, a una mujer le
puede costar la vida.

Por otro lado, así como he mencionado anteriormente, un citadino sabe que debe de
cargar con un celular falso, es decir, un celular que no importa si es entregado a un asaltante.
Puesto que ha habido historias en donde una persona al ser asaltada y no traer nada es asesinada
por el asaltante. Así como se menciona el artículo, uno creería que al dar lo que sea un
delincuente estaría saciado, y en la realidad muchas veces es cierto.

Para nuestra mala suerte, en palabras de muchos abogados, son mínimos los delitos que
tienen una resolución. La delincuencia ya sabe que puede sobornar al policía. Pero no es por
menospreciar al policía, puesto que este también se encuentra en una situación delicada. Si un
policía no acepta el soborno otro más lo hará, si no acepta el soborno pueden haber
consecuencias hacia el y su familia. Un policía puede querer hacer justicia como lo dicta la ley y
en consecuencia arriesgarse a ser linchado por una multitud junto con el criminal.

La figura de la ley en la ciudad está manchada, ya no son policías, se les conoce como “puercos”.
Que, como dice el texto, deshumaniza a su figura. Ya no son personas que trabajan para sacar
adelante a su familia. Ahora son animales en busca de dinero.

La Purificación Tepetitla es un claro ejemplo de como la sociedad al no tener una ley solida
busca la justicia por mano propia. Ya también es común el uso de la palabra “linchamiento”.
Todos son culpables hasta que se demuestre lo contrario, y así cuelgan, queman, asesinan a
golpes, etc. A personas que no han sido juzgadas por gente capacitada, han sido juzgadas por el
mismo pueblo.

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