Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
BIBLIA
Entender la Biblia fue uno de los deseos que guió los inicios de mi caminar con Dios y aunque han
pasado los años y he sufrido cambios con el pasar de mi caminar con Dios y en especial durante mi
transitar por la senda del servicio a Dios en la conducción de quienes están buscando a Dios ha
permanecido ese deseo de conocer y obedecer a Dios y su Palabra.
Sin embargo, hoy quiero decirte que he estado sentado donde tu estas al leer la Biblia y desear
conocer la Voluntad de Dios, entender lo que eso significa, aceptarlo y ajustar mi vida a ello y a
pesar de ello al fallar en lograrlo.
Es por ello que quiero compartir contigo una serie de enseñanzas que procuran responder la
pregunta: ¿Qué necesito para entender la Biblia?
Quiero orientarte y guiarte a través del camino marcado por la Biblia que nos conduce a Jesucristo
y al Padre, guiados por el Espíritu Santo.
Nicodemo era un hombre con mucha instrucción académica y años de vida, sin embargo, fue a
Jesús pues desconocía a Dios. Y dentro de la conversación no entendía lo que Jesús le estaba
diciendo y Jesús le menciono esta frase:
“Te digo con seguridad y verdad que hablamos de lo que sabemos y damos
testimonio de lo que hemos visto personalmente, pero ustedes no aceptan
nuestro testimonio.”
Juan 3:11
Esto refiere el hecho de que nuestras palabras son resultado de nuestro conocimiento y de
nuestras convicciones y conexión espiritual es responsabilidad de quienes nos escuchan aceptarlos
o rechazarlos. Por ello es importante dedicar tiempo a conocer la Palabra de Dios para que
conozcamos a Dios y hablemos en sintonía con El.
He conocido a Dios y cada día sigue enseñándome y continúo conociéndolo, transitando el camino
de entender su Palabra, la Biblia y hacer ajustes a mi manera de pensar y vivir han hecho que
comprenda mejor que cuando comencé a caminar con Jesús, siendo un joven de 18 años
aproximadamente.
Dentro del proceso de caminar con Dios en algunas oportunidades he aprendido por medio de
ejemplos positivos de la biblia y otros observando modelos negativos narrados en la Biblia; en
algunos momentos he hecho la Voluntad de Dios y me he sentido el hombre más feliz del mundo y
en otros he desobedecido a Dios y he fallado en hacer su voluntad y me he sentido el hombre más
miserable de la tierra, en ese proceso de ensayo y error, Dios no me ha dejado y ha estado
enseñándome a valorar cada vez más lo importante que es estar tomado de su mano para crecer,
desarrollarme y transitar por la vida con esperanza, aferrado a su mano y amor.
Te invito a seguir la serie de enseñanzas que compartiré durante varios sábados continuos en
función de que sigamos aprendamos a entender la Palabra de Dios, la biblia y disfrutar la felicidad
suprema de obedecer a Dios.
“Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo. Éste fue de noche a visitar a
Jesús.
—Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie
podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él.
—De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.
—¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede
entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer?
—Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios —
respondió Jesús—.
Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu.
No te sorprendas de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo.”
El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo
mismo pasa con todo el que nace del Espíritu.
Nicodemo replicó: —¿Cómo es posible que esto suceda?
—Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? —respondió Jesús—.
Te digo con seguridad y verdad que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que
hemos visto personalmente, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.
Si les he hablado de las cosas terrenales, y no creen, ¿entonces cómo van a creer si les hablo de las
celestiales?
Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.”
Juan 3:1-13
Juan 8:43-47