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¿Cómo puedo encontrar el propósito en la vida?

¿Por qué es que en momentos de tranquilidad y soledad la vida puede sentirse tan
vacía y turbulenta?
¿Existe algún camino a la verdadera paz y la plenitud?

¿Cuál es el propósito de la vida? Crecer, estudiar, conseguir un trabajo, hacer una


familia. Te dicen que ahí es donde encontrarás la felicidad.

O tal vez eres un inconformista y necesitas trazar tu propio camino; descubrir las
cosas por tu cuenta. A través de tus propios descubrimientos y pensamientos,
crees que encontrarás paz y sentido.

¿Estás buscando un propósito en la vida? Quizás esto te suena familiar, quizás


estés en una de estas situaciones en este momento. Viviendo a tu manera,
podrías incluso haber llegado a un grado de felicidad y paz. Sin embargo, ¿alguna
vez te has preguntado por qué ese sentimiento es tan fugaz, por qué en
momentos de soledad y tranquilidad estás lleno de inquietud, estás descontento y
eres infeliz? Seguramente tiene que haber una manera de mantener esta paz;
emerger de las diversas pruebas y situaciones de la vida con alegría fortalecida en
lugar de agotada.

¿Hay una respuesta al propósito de la vida?


El hombre ha luchado durante mucho tiempo para responder preguntas como
estas, para comprender el propósito de la vida y nuestro viaje aquí en la tierra.
Nos encanta entender el mundo en el que vivimos. Comprendemos que nacemos
y morimos, eso es obvio. Es en medio de todo esto que necesitamos ayuda. ¡Lo
que necesitamos es fe!

No me gusta esta palabra, piensas, es tan confusa. Si hubiera respuestas a la vida


y a los secretos que llevan a la verdadera felicidad y al descanso, se escribirían en
alguna parte; se compartirían en todo el mundo. Quizá esto va sorprender a
mucha gente, ¡pero en realidad si están escritas! Dios nos dio Sus verdades a
través de Su Palabra, y en ellas están todas las respuestas para vivir una vida
extremadamente feliz y con un propósito. Y no solo eso, sino que también nos dio
la promesa de compartir una eternidad con Él y con Jesús en el cielo.

Soy cristiano, tú piensas, he sido perdonado, leo la Biblia y todavía sufro de


desesperación, ira e inquietud. Sí, puede ser, pero ¿alguna vez has leído la Biblia
como un niño pequeño con el corazón abierto? No a través de la voz de un
sermón del domingo por la mañana, sino con fe y expectativa de que lo que se
está leyendo tiene la capacidad de transformar tu vida – de una vida vacía a una
vida llena de significado y propósito.

El que cree en Él
Veamos una referencia bíblica que es la favorita para algunos pastores, Juan 3:16.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Sí, lo
escuché antes; Dios nos ama tanto que envió a su Hijo del cielo a morir por
nosotros y si ahora creo en Él, mis pecados serán perdonados por la eternidad, lo
logré. ¿Pero te estás perdiendo de los misterios que han estado frente a ti toda tu
vida?

Leamos de nuevo: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna."

Al disminuir la velocidad y meditar en este verso, algunas cosas cambian. Que


Dios amaba tanto a la humanidad y quería ayudarlos en gran manera que envió a
su único Hijo – no a su segundo ni tercer hijo – a la tierra para que tomara nuestra
condición y se convirtiera en un hombre. Lo que quiere decir que, si en mi
situación aquí en la tierra, elijo creer eso, no pereceré, sino que compartiré la
eternidad con Él. Ahora la fe está empezando a avivarse, no solo por una
eternidad con Él, tan increíble como suena, sino también por una vida en la que no
"pereceré", sino que seré renovado.

Esto me provoca – un amor tan grande que Él estuvo dispuesto a morir por mí.
Esto me incita a preguntarme, si la condición para esta promesa es creer, ¿qué
significa realmente "creer"?

Hay muchos "creyentes", por así decirlo, personas que no tienen problemas para
creer que Jesús alguna vez caminó sobre la tierra y estuvo entre nosotros y murió
por nuestros pecados. Sin embargo, sería muy triste que esa fuera la condición
para las promesas, solamente reconocer. ¿Por qué entonces todavía batallas con
tu vida diaria?

Antes de que el destello de fe – que fue encendido por Juan – se extinga con
nuestro razonamiento humano y nuestra duda, pasemos a un versículo más, en
Mateo 7:21, "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” Ahí reside
la revelación, el cambio de juego. Creer significa cumplir la voluntad de Dios, no
solo proclamar su nombre. ¿No es ese el propósito de la vida?

¡Una nueva creación!


Imposible, tú dices: he intentado "ser bueno" antes, ser una "mejor persona." Tira
eso por la ventana, deshazte de tus pensamientos y razonamiento humano; no
debería ser tan difícil si piensas seriamente en lo lejos que te han llevado y en lo
que te han traído. No estamos hablando de convertirnos en una mejor persona. La
Palabra de Dios llama a aquellos que tienen fe para seguir los pasos de Jesús
como una “nueva criatura“ (2 Corintios 5:17). ¡Esa es la posibilidad que tienes, ser
una nueva creación! ¡Deja de limitar el poder de Dios con la duda y el
entendimiento humano! La razón por la que este camino sigue siendo un misterio
para casi todo el mundo es porque hay muy pocas personas que están dispuestas
a cumplir la condición: hacer la voluntad de Dios y ser obedientes a él.
Si estás satisfecho con tu forma de ser y tu propia vida, entonces me sorprende
que hayas leído hasta aquí – este camino no es para ti. Pero si sufres bajo la
carga de tu pecado, cómo sufren los demás a causa de tus acciones y no puedes
encontrar verdadero descanso, plenitud y un propósito, entonces deja que esta fe
entre en tu corazón: "Al creer en la Palabra de Dios y vivirla, puedo andar como
Jesús anduvo y llegar al mismo resultado. Ese es el propósito de mi vida."

Al comenzar de esta manera, se te revelará un gran misterio: que fueron tus


propios deseos y concupiscencias las que te ataban y te hicieron infeliz, por eso
muy pocas personas conocen la respuesta. Nunca han andado en fe de esta
manera negando sus deseos y eligiendo la voluntad de Dios, y por esa misma
razón, nunca lo sabrán. Les he contado un poco sobre esto a través de la gracia
de Dios, pero solamente haciéndolo en tu propia vida, tus preguntas realmente
serán respondidas y encontrarás descanso para tu alma y propósito para tus días
mientras Dios comienza a revelar su voluntad en tu vida.

Lo que he escrito aquí es mi fe y mi propósito: andar como Jesús anduvo en


obediencia al Padre. ¿Tengo mi propia voluntad y deseos que se interponen en el
camino? ¡Por supuesto que sí! Pero a través del poder de la oración y de creer en
la Palabra de Dios como está escrita, se me otorga poder para aplastar estos
poderes egoístas en mi vida y manifestar las virtudes de Cristo. Esta es
verdaderamente una vida útil que vale la pena vivir y usaré mis días en la tierra
para prepararme para una eternidad de la cual seré digno.

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