Está en la página 1de 4

DIÓCESIS DE ATLACOMULCO

JUEVES EUCARÍSTICO

HORA SANTA POR LA VIDA CONSAGRADA


EXPOSICIÓN DEN SANTÍSIMO SACRAMENTO

Canto eucarístico

En los cielos y en la tierra sea por siempre bendito y adorado.


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Padre amoroso, que en todo momento provees a tu Iglesia de distintos carismas
para continuar el anuncio del Evangelio, no permitas que falten en nuestras
comunidades parroquiales hombres y mujeres consagrados, que con su estilo de
vida nos recuerden a todos nuestra vocación a la santidad y nuestra misión de
construir el Reino de Dios.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto

En los cielos y en la tierra sea por siempre bendito y adorado.


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Señor Jesús, nuestro mundo secularizado y materialista necesita el testimonio de
muchos jóvenes hombres y mujeres que, enamorados de Cristo Jesús y
apasionados por el Reino de Dios, manifiesten que seguir y vivir como Tú es el
camino del verdadero bienestar para la humanidad.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto

En los cielos y en la tierra sea por siempre bendito y adorado.


El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Espíritu Santo, suscita en nuestras comunidades el testimonio de hombres y mujeres
consagrados, que pongan en común su experiencia de vida, que sigan
construyendo día a día el Evangelio de la Comunión, superando las diferencias y
los contrastes, que hacen palpable que es posible la comunión y nos recuerdan
nuestra vocación comunitaria.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto

OFRECIMIENTO
En este día, ante la presencia viva de Jesús Eucaristía, queremos meditar y orar, en
esta Hora Santa de adoración, por las vocaciones a la vida consagrada, pensando
en tantos hombres y mujeres que son llamados por Dios a seguir a Cristo Jesús de
una manera especial por medio de los consejos evangélicos de castidad, pobreza
y obediencia; que viven en comunión de vida y se entregan a la misión de construir
el Reino de Jesús en las fronteras del mundo, entre los más pobres y necesitados.
Encomendemos de manera especial a todos nuestros hermanos religiosos y
religiosas que comparten su vida y su testimonio en nuestro territorio diocesano para
que el Señor les permita seguir creciendo en la fe, la esperanza y la caridad. Te lo
pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
DIÓCESIS DE ATLACOMULCO
JUEVES EUCARÍSTICO

(Momento de silencio para ofrecer su intención personal)

ENCUENTRO CON LA PALABRA DE DIOS


Del Santo Evangelio según san Marcos 10, 17-22. 28-30

En cierta ocasión se acercó un joven a Jesús y le preguntó: -Maestro, ¿Qué debo


hacer para obtener la vida eterna? Jesús le respondió:-¿Por qué me llamas bueno?
sólo Dios es bueno. Ya conoces los mandamientos: no matarás, no cometerás
adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre. él
contestó:-Maestro, todo eso lo he cumplido desde niño. Jesús lo miró con cariño y
le dijo:-una cosa te falta; vete, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así
tendrás un tesoro en el cielo. Luego, ven y sígueme. Ante esta respuesta, el joven
se entristeció y se alejó, porque poseía muchos bienes.

Pedro le dijo a Jesús:-nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. Jesús


respondió:-les aseguro que todo aquel que haya dejado casa o hermanos o
hermanas o madre o padre o hijos o tierras por mí y por el Evangelio, recibirá aquí
en la tierra cien veces más lo que ha dejado, junto con persecuciones, y recibirá
en herencia la vida eterna”.
Palabra del Señor.

Canto

MEDITACIÓN
El evangelio que acabamos de escuchar, cuenta la historia del hombre rico que
pregunta por el camino de la vida eterna. El hombre rico no aceptó la propuesta
de Jesús, pues era muy rico. Una persona rica está protegida por la seguridad que
la riqueza le da. Tiene dificultad en abrir la mano y dejar escapar esta seguridad.
Apegado a las ventajas de sus bienes vive defendiendo sus propios intereses. Una
persona pobre no acostumbra tener esta preocupación. Pero puede que tenga
una cabeza de rico. Entonces, el deseo de riqueza crea en ella una dependencia
y hace que esta persona se vuelva esclava del consumismo. Hay gente que tiene
tantas actividades que ya no tiene tiempo para dedicarse al servicio del prójimo.

Alguien llega cerca de Jesús y le pregunta: “Maestro bueno, ¿qué he de hacer


para tener en herencia la vida eterna?” Jesús responde bruscamente: “¿Por qué
me llamas bueno? ¡Nadie es bueno, sino sólo Dios!” Jesús aleja la atención sobre sí
mismo y apunta hacia Dios, pues lo que importa es hacer la voluntad de Dios,
revelar el Proyecto del Padre. En seguida, Jesús afirma: “Ya sabes los
mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso
testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre”.

Es importante mirar bien la respuesta de Jesús. El hombre había preguntado por la


vida eterna. ¡Quería vivir cerca de Dios! Pero Jesús no menciona los tres primeros
mandamientos que definen nuestra relación con Dios. Recuerda los mandamientos
que hablan del respeto a la vida ¡cerca del prójimo! Para Jesús, sólo conseguimos
DIÓCESIS DE ATLACOMULCO
JUEVES EUCARÍSTICO

estar bien con Dios, si estamos bien con el prójimo. No sirve de nada engañarse. La
puerta para llegar a Dios es el prójimo.

¿Para qué sirve observar los mandamientos? El hombre responde diciendo que ya
observaba los mandamientos desde su juventud. Lo que es curioso es lo siguiente.
El había preguntado por el camino de la vida. Ahora, el camino de la vida era y
sigue siendo: hacer la voluntad de Dios expresada en los mandamientos. Quiere
decir que él observaba los mandamientos sin saber para qué servían. De lo
contrario, no hubiera hecho la pregunta.
Oyendo la respuesta del hombre: “Jesús fijando en él su mirada, le amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un
tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.» La observancia de los mandamientos es
apenas el primer grado de una escalera que va más allá y más alto. ¡Jesús pide
más! La observancia de los mandamientos prepara a la persona para que pueda
llegar a la entrega total de sí a favor del prójimo. Jesús pide mucho, pero lo pide
con mucho amor. El joven no aceptó la propuesta de Jesús y se fue “porque tenía
muchos bienes”. Sigamos en oración por todos aquellos hermanos nuestros que han
decidido no apegarse a las cosas de este mundo y cumplir fielmente los
mandamientos del Señor.

ORACIÓN DE LOS CONSAGRADOS:


Señor, te damos gracias
por llamar a hombres y mujeres
a consagrar su vida
en la extensión de tu reino
en medio nuestro.

Que en la Iglesia
jamás falten cristianos valientes
capaces de entregarse,
en cuerpo y alma
al servicio de tu mies que tanto necesita.

Dales la fidelidad y la perseverancia


en su vida consagrada,
para cumplir tú encargo
con diligente generosidad,
y así, amando y sirviendo a tu hijo,
te glorifiquen a ti en el espíritu
y nos muestren, con la palabra y la acción,
tu rostro misericordioso.

María, reina y madre de los consagrados,


protege e intercede por cada uno de ellos
para que a ejemplo tuyo
sean fieles a su vocación
hasta el final de sus vidas. Amén.
DIÓCESIS DE ATLACOMULCO
JUEVES EUCARÍSTICO

Canto

PRECES POR LA VIDA CONSAGRADA

Con la certeza de saber que Jesús nos ama infinitamente y provee de distintos
carismas para el servicio al prójimo dentro de la Iglesia, pongamos en su presencia
cada una de nuestras necesidades, encomendando especialmente a los y las
religiosas. A cada petición responderemos: ESCÚCHANOS SEÑOR.

Señor Jesús, no permitas que falten en nuestra Iglesia diocesana hombres y mujeres
consagrados, que con su estilo de vida nos recuerden a todos nuestra vocación a
la santidad y nuestra misión de construir el Reino de Dios. Oremos.

Señor Jesús sigue llamando a muchos jóvenes a este ideal de vida en común,
porque Tú mismo nos has dicho: ‘En esto todos conocerán que son mis discípulos:
en que se aman los unos a los otros’. Oremos.

Señor Jesús, protege del enemigo a todos nuestros hermanos que ya han
consagrado su vida al servicio de la Iglesia siguiendo fielmente los consejos
evangélicos. Oremos.

Señor Jesús, sé Tú la fortaleza de aquellos consagrados y consagradas que se


encuentran titubeantes ante las dificultades de su estilo de vida. Oremos.

Señor Jesús concede el perdón de sus faltas a los hermanos consagrados que han
muerto, para que puedan ya gozar de tu presencia. Oremos.

Escucha Señor la oración de tu Iglesia por todos los hermanos que integran la vida
consagrada y atiende nuestras necesidades según tu voluntad. Te lo pedimos a ti
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Bendición y Reserva del Santísimo Sacramento.

También podría gustarte