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JUEVES EUCARÍSTICO
Canto eucarístico
OFRECIMIENTO
En este día, ante la presencia viva de Jesús Eucaristía, queremos meditar y orar, en
esta Hora Santa de adoración, por las vocaciones a la vida consagrada, pensando
en tantos hombres y mujeres que son llamados por Dios a seguir a Cristo Jesús de
una manera especial por medio de los consejos evangélicos de castidad, pobreza
y obediencia; que viven en comunión de vida y se entregan a la misión de construir
el Reino de Jesús en las fronteras del mundo, entre los más pobres y necesitados.
Encomendemos de manera especial a todos nuestros hermanos religiosos y
religiosas que comparten su vida y su testimonio en nuestro territorio diocesano para
que el Señor les permita seguir creciendo en la fe, la esperanza y la caridad. Te lo
pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
DIÓCESIS DE ATLACOMULCO
JUEVES EUCARÍSTICO
Canto
MEDITACIÓN
El evangelio que acabamos de escuchar, cuenta la historia del hombre rico que
pregunta por el camino de la vida eterna. El hombre rico no aceptó la propuesta
de Jesús, pues era muy rico. Una persona rica está protegida por la seguridad que
la riqueza le da. Tiene dificultad en abrir la mano y dejar escapar esta seguridad.
Apegado a las ventajas de sus bienes vive defendiendo sus propios intereses. Una
persona pobre no acostumbra tener esta preocupación. Pero puede que tenga
una cabeza de rico. Entonces, el deseo de riqueza crea en ella una dependencia
y hace que esta persona se vuelva esclava del consumismo. Hay gente que tiene
tantas actividades que ya no tiene tiempo para dedicarse al servicio del prójimo.
estar bien con Dios, si estamos bien con el prójimo. No sirve de nada engañarse. La
puerta para llegar a Dios es el prójimo.
¿Para qué sirve observar los mandamientos? El hombre responde diciendo que ya
observaba los mandamientos desde su juventud. Lo que es curioso es lo siguiente.
El había preguntado por el camino de la vida. Ahora, el camino de la vida era y
sigue siendo: hacer la voluntad de Dios expresada en los mandamientos. Quiere
decir que él observaba los mandamientos sin saber para qué servían. De lo
contrario, no hubiera hecho la pregunta.
Oyendo la respuesta del hombre: “Jesús fijando en él su mirada, le amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un
tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.» La observancia de los mandamientos es
apenas el primer grado de una escalera que va más allá y más alto. ¡Jesús pide
más! La observancia de los mandamientos prepara a la persona para que pueda
llegar a la entrega total de sí a favor del prójimo. Jesús pide mucho, pero lo pide
con mucho amor. El joven no aceptó la propuesta de Jesús y se fue “porque tenía
muchos bienes”. Sigamos en oración por todos aquellos hermanos nuestros que han
decidido no apegarse a las cosas de este mundo y cumplir fielmente los
mandamientos del Señor.
Que en la Iglesia
jamás falten cristianos valientes
capaces de entregarse,
en cuerpo y alma
al servicio de tu mies que tanto necesita.
Canto
Con la certeza de saber que Jesús nos ama infinitamente y provee de distintos
carismas para el servicio al prójimo dentro de la Iglesia, pongamos en su presencia
cada una de nuestras necesidades, encomendando especialmente a los y las
religiosas. A cada petición responderemos: ESCÚCHANOS SEÑOR.
Señor Jesús, no permitas que falten en nuestra Iglesia diocesana hombres y mujeres
consagrados, que con su estilo de vida nos recuerden a todos nuestra vocación a
la santidad y nuestra misión de construir el Reino de Dios. Oremos.
Señor Jesús sigue llamando a muchos jóvenes a este ideal de vida en común,
porque Tú mismo nos has dicho: ‘En esto todos conocerán que son mis discípulos:
en que se aman los unos a los otros’. Oremos.
Señor Jesús, protege del enemigo a todos nuestros hermanos que ya han
consagrado su vida al servicio de la Iglesia siguiendo fielmente los consejos
evangélicos. Oremos.
Señor Jesús concede el perdón de sus faltas a los hermanos consagrados que han
muerto, para que puedan ya gozar de tu presencia. Oremos.
Escucha Señor la oración de tu Iglesia por todos los hermanos que integran la vida
consagrada y atiende nuestras necesidades según tu voluntad. Te lo pedimos a ti
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.