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Emilia Alvarado, 10th A

Dos años de Vacaciones

Los personajes principales de esta historia son nada más que 15 niños que vivían en Auckland,
Nueva Zelanda, y asistían al colegio Chairmán. Entre ellos, había dos franceses y uno
americano, todos los demás eran ingleses. Primero, tenemos a Briant, Gordon, y Doniphan,
que, a mi punto de vista, son los que más aparecen en la historia, por lo tanto, unos de los más
importantes.

Gordon es el mayor de todos y era norteamericano, tiene 14 años. Es bastante sabio y maduro
para su edad, también era de carácter frío y estricto. Briant, por otro lado, tenía un carácter
más simpático y cariñoso. Él era francés y hermano de Santiago. Después, tenemos a
Doniphan, que era muy cuidadoso con su aspecto, era muy inteligente y aplicado, pero
también vanidoso, lo que lo hacía tener bastantes peleas con cualquiera que no estuviera de
acuerdo con él. Doniphan era primo de Cross, un estudiante mediocre.

Baxter es también un personaje muy importante en la historia, porque era muy ingenioso, y
llegó a colaborar en la mayoría de obras que se hicieron en la isla. También tenemos a Webb,
Wilcox, Garnett (tocaba el acordeón), Service, Jenkins, Iverson, Dole, y Costar.

Por último, pero no menos importante, tenemos a Mokó, un grumete de 12 años y un perro de
raza americana, Phann.

La narración de Dos Años de Vacaciones empieza cuando los niños ya están en el schooner,
Sloughi. Se narra una gran tempestad y varias dificultades que se les presenta a los niños, que
variaban entre los ocho y catorce años de edad en ese momento. Mokó, un grumete, y Briant
tomaron el control del Sloughi, porque ambos tenían un poco de conocimiento acerca de
navegación. Después, se explica que estaban ahí por un viaje vacacional de seis semanas, en
donde los niños se habían quedado solos en el barco mientras la tripulación adulta estaba
afuera bebiendo. Santiago, que era bastante bromista, desató la cuerda que mantenía al
Sloughi cerca del puerto, y es así como todo empezó.

Pasaron varios días hasta que Mokó gritó que había visto tierra, pero no pudieron avanzar
hacia ella por culpa de la marea y las piedras; se les vino la idea de que alguien llevara un cable
hacia unas piedras más adelante y así poder acercarse más a la costa. Briant se ofreció a
hacerlo, así que empezó a nadar mientras los demás desenrollaban el cable desde el barco,
pero el mar lo dirigió hacia un remolino enfrente suyo. Por suerte, los demás estaban en el
barco y enrollaron el cable de nuevo, haciendo que Briant regresara a bordo. Siguieron
esperando, y por suerte, una ola los levantó y los impulsó hasta que llegaron a la orilla de la
isla.

Al llegar a la isla, Gordon y Briant salieron a explorarla mientras los demás se quedaban en el
Sloughi, tratando de encontrar una cueva para poder vivir ahí, pero no encontraron nada. La
segunda expedición fue de parte de Briant, que partió solo al tratar de saber si adonde habían
embarcado era una isla o un continente, y regresó con la noticia de que era una isla. Al no
estar contentos con el resultado, Doniphan, Wilcox, Service y Briant, Phann salieron de nuevo
para ver si lo que decía Briant era verdad. Al regreso de este viaje, Phan descubrió un lago, que
les daba la esperanza a todos de estar en un continente en vez de una isla.

Después de esto, encontraron una cueva. Después de investigar la cueva y ver que
definitivamente alguien estaba viviendo ahí o había vivido ahí, salieron de ella y se
encontraron con los restos de un náufrago francés. En la cueva del náufrago, encontraron un
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mapa que él mismo había hecho. Este mostraba con claridad que definitivamente se
encontraban en una isla. Antes de irse, enterraron los restos del náufrago.

Cuando regresaron, todos aceptaron en dejar el Sloughi y mudarse a la cueva del náufrago, y
usaron muchas de las partes del Sloughi para convertir el “french-den” (habían nombrado así a
la cueva en honor al náufrago que la encontró primero) en un lugar, dentro de lo que cabe,
cómodo. Ya instalados ahí, decidieron que Gordon sería el que llevaría el control del lugar, y él
propuso que se ideara un plan de estudios, en el cual los mayores enseñarían a los menores lo
que habían aprendido antes, y se informarían con los libros dentro del Sloughi para no olvidar
lo que ya habían aprendido. También repartieron varias obligaciones, como la cocina (Mokó se
encargaría de eso), un diario que Baxter aceptó hacer, escribiendo todo lo que pasaba, entre
otras.

Los niños enfrentaron varias cosas, como los inviernos tan terribles en esa zona del mundo,
que los obligaban a quedarse adentro de la cueva la mayoría del tiempo. La comida en estos
tiempos no faltaba gracias a algunos de los niños, que sabían armar trampas y demás cosas
que mantenían a la cueva abastecida.

El segundo “presidente” de french-den fue Briant, cosa que causó que Doniphan se molestara
y se revelara contra Briant, haciendo que, en una ocasión, el mismo Doniphan y Cross se
perdieran en el bosque. Santiago, al ver que no regresaban, se ofreció para ir a buscarlos. El
tiempo pasaba y Doniphan regresó junto a Cross, pero no había señales de Santiago, lo que
preocupó bastante a Briant. Después, el niño apareció junto a dos osos que lo perseguían.
Doniphan les disparó, y así Santiago estuvo a salvo.

Después de esto, Briant le agradeció a Doniphan pero de todas maneras lo regañó por no
seguir sus reglas. Esto pareció ser la gota que derramó el vaso, porque algunos días más tarde,
Doniphan, Cross, Web, y Wilcox se fueron de la cueva. En una de sus expediciones,
encontraron dos cuerpos a la orilla del mar. Del miedo, solamente los dejaron ahí, pero a la
mañana siguiente se levantaron con la intención de enterrarlos, cuando vieron que no
estaban.

Por otro lado, los niños que permanecían en french-den se encontraron con una mujer llamada
Kate, casi inconsciente al pie de un árbol, que les habló acerca de todo lo que había tenido que
pasar antes de llegar ahí. Les contó que ella era ama de llaves para una familia americana, que
planeó un viaje a Chile y la llevó. Lo que pasaba era que la tripulación del barco planeó en
matar a todos para quedarse con el barco y aprovecharlo para su propio bien. Los únicos que
sobrevivieron, además de la tripulación, fueron Evans (el timonel) y Kate, quien se escapó a la
primera oportunidad que tuvo, para después correr para encontrar ayuda, pero llevaba varios
días sin comer o dormir bien, por lo que cuando los niños la encontraron, estaba casi muerta.

Después de escuchar la historia de Kate, decidieron buscar a Doniphan y los demás para que
pudieran estar a salvo. En lo que Briant los encontró, había un jaguar atacando a Doniphan.
Wilcox estaba a punto de dispararle, pero Briant le gritó que no con miedo a que la tripulación
escuchara la detonación. Acuchilló al jaguar y es así como se ganó un poco del cariño de
Doniphan. Al pasar esto, todos regresaron al french-den.

Ellos se ofrecieron a abrirle las puertas a Kate, pero también tuvieron que arreglar la forma en
la que dirigían french-den, ya que no estaban solos, y por lo que había contado la mujer, eran
personas muy malas las que compartían la isla con ellos. Por suerte, un día, Evans se apareció
en el french-den, diciendo que la tripulación ya sabía de ellos y planeaban atacarlos para
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quedarse con sus bienes. Con la ayuda de Evans, hicieron planes para acabar con Walston (el
que dirigía la tripulación) y los demás, también para escapar de la isla usando la misma chalupa
en la que Kate y Evans habían llegado, además de que, al llegar Evans, los había sacado de sus
dudas. Les explicó que estaban en una isla de Sudamérica, llamada Hanover.

Un día, Rock y Forbes (dos de la tripulación de Walston) llegaron al french-den, diciendo que
eran náufragos, con el plan de entrar ala cueva y, ya dentro, abrirle el paso a los demás, para
que atacaran desde adentro. Claro que todo esto ya lo habían pensado los niños, así que no
funcionó. Aunque Rock pudo escapar vivo, Forbes se quedó en el french-den amarrado, a
quien luego interrogaron para saber adonde se encontraba el resto de la tripulación.

Después de esto, Evans, junto a los mayores, fueron a ver si los malhechores seguían en los
alrededores de french-den. Se encontraron ahí con un gran enfrentamiento en donde
Doniphan resultó herido al salvar a Briant. Lo llevaron de inmediato de regreso, ya que estaba
casi inconsciente, pero, al regresar, se dieron cuenta de que todo había sido un plan de
Walston.

Mientras ellos luchaban con una parte de la tripulación, la otra parte se coló en el french-den y
llevaban a Santiago y Costar con ellos, seguramente para manipular a los niños. Por suerte,
Phann corrió y mordió a uno de ellos para que soltara a Costar, cosa que logró. Después de
esto, Walston seguía avanzando junto a Santiago, pero Forbes llegó y se enfrentó a él,
haciendo que soltara a Santiago, pero, en cambio, lo hirió gravemente a él. Después de esto,
lastimosamente, Forbes murió unos días después.

Walston y su acompañante todavía tenían el plan de escapar, aunque no fuera con los niños,
pero Mokó soltó un cañón desde la ventana del french-den.

Después de esto, estaban completamente seguros de nuevo. Encontraron los cuerpos de los
demás integrantes de la tribulación más adelante, así que pudieron ponerse manos a la obra
con el escape de la isla, mientras Doniphan se recuperaba poco a poco. Ya con los
conocimientos de Evan y la mano de obra que abundaba, pudieron terminar de arreglar la
chalupa y también subir todas las cosas que planeaban llevarse de regreso.

Después de dos años, pudieron tener la oportunidad de salir de la isla. Y, en el camino, se


encontraron con un buque, el Grafton, que iba rumbo a Australia. Ya que el caso de los niños
fue tan reconocido, el capitán no dudó en subirlos y llevarlos a casa con sus familias. En
recompensa a Evans por su valentía, todos contribuyeron para comprarle un buqye mercante,
al cual nombró “el Chairmán”. Mokó fue agregado al Chairmán, y Evans se encargó de ser un
padre para él, mientras que Kate se quedó con la familia de Doniphan, ya que había formado
un tipo de vínculo con él después de salvarle de la herida que uno de los tripulantes le había
hecho.

El libro termina con una conclusión, que nos dice que no hay situación, por mala que sea, que
no se pueda vencer.

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