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En los últimos años del 60, precisamente, se desarrolló en el país un acontecimiento importante

desde el punto de vista histórico - político - social.

Una nación familiarizada con trágicos e interminables golpes de estado de diversos cortes, nación
sacudida y violentada por constantes cambios de gobernantes oportunistas, aventureros e
incapaces. Nación conducida a la miseria y al caos por regímenes corrompidos por intereses
foráneos y supranacionales, nación desangrada por sus luchas internas y represiones dictatoriales,
nación de una mayoría campesina adormecida en sus despojos, en el olvido y en la prescindencia
de la mayoría gobernante. Los diversos sucesos de los últimos años de esta mencionada década
marcaron una revolución en la conducta anímica y en el pensamiento de la población.

El siguiente material es una recopilación de diversos sucesos que marco una nueva renovación y
conquista ideológica social para la actitud adversa a toda preocupación social.

CONTINUAR

La Población de Llallagua y los trabajadores del distrito minero


de Siglo XX, se preparaban a recibir la festividad de San Juan
para cuyo efecto, como era costumbre cada año, se disponían
a reunir madera y tablones para encender las fogatas y
compartir entre amigos y familiares el tradicional ponche (agua
caliente con canela, frutas cocidas, te y singani).

El tiempo era agradable y como muy pocas veces el


entusiasmo era intenso. Incluso las emisoras La Voz del Minero
de Siglo XX y radio PIO XII de los Padres Oblatos canadienses,
ampliaron su emisión hasta las 2 de la madruga, transmitiendo
música variada para los oyentes.

Las preocupaciones sobre los problemas sociales que


afectaban a los obreros por la reducción de sus salarios y la
detención de sus dirigentes, acaecido meses atrás, por los
organismos de seguridad del gobierno de Barrientos Ortuño,
se habían disipado momentáneamente, para celebrar la
tradicional festividad de San Juan.
ASAMBLEA EN
INTERIOR MINA
Unos días antes, los trabajadores realizaron en interior mina
una asamblea general en la que decidieron exigir la reposición
de salarios, la libertad sindical, la reincorporación de
trabajadores despedidos y su simpatía por la guerrilla que se
había iniciado en el sudeste boliviano a la cabeza de Ernesto
Che Guevara.

AMPLIADO NACIONAL MINERO

Para el día 24 de junio se había convocado a un Ampliado


Nacional en Siglo XX, a donde acudieron representantes de
varias organizaciones laborales, universitarias y políticas, con
la ilusión de dar vigencia a la perseguida y disuelta Central
Obrera Boliviana.

Varios de estos invitados compartían una fogata en la plaza del


minero al calor de unos ponches y ritmos nacionales.
El gobierno de Barrientos sabia que un posible acercamiento entre los Mineros y la
Guerrilla podria sera letal para su mandato

LA MASACRE

La incursión de los militares se originó a las 4.40 de la


madrugada cuando unas débiles fogatas alumbraban todavía
el gélido ambiente neutralizado por los tradicionales ponches
calientes. La ocupación de las minas se produjo por el sector
Cancañirii, a donde habían arribado cientos de soldados por
vía férrea de los regimientos Manchego y Ranger, totalmente
camuflados y entrenados para esta acción belicosa. Se habían
dado instrucciones precisas para disparar a cualquier cosa que
se moviera.

Varios trabajadores, mujeres, ancianos e incluso niños fueron


masacrados sin ninguna consideración en medio de las
fogatas, en sus domicilios e incluso cerca a los centros
hospitalarios.

El tableteo de las ametralladoras, los disparos de fusil y las


explosiones de granadas se prolongaron por varias horas. En
la ocupación a radio "LA Voz del Minero" el dirigente sindical
Rosendo García Maisman, fue fusilado a sangre fría. En cambio
el director de ese medio de comunicación, Julio Rentería, se
salvó al dar a conocer que era periodista.

El factor sorpresa fue parte de la estrategia para la ocupación


militar de las minas.

San Juan fue simple y llanamente una masacre con el objeto de


neutralizar a los combativos mineros que exigían sus derechos
y levantar un muro para que estos den su apoyo a la guerrilla.

La arremetida militar contra los campamentos mineros


emprendida por el gobierno de Barrientos, contó con el apoyo
estadounidense y de las dictaduras vecinas, principalmente
Brasil, Argentina y Paraguay.

Después de la cruenta masacre, varias ambulancias del


Hospital de Catavi, procedieron a recoger los cuerpos
mutilados, personas heridas y ensangrentadas. Lo mismo
hicieron los familiares llevando a sus seres queridos a sus
hogares para velarlos y después proceder a su entierro.
RESPONSABLES DE LA OPERACIÓN

- General Amado Prudencio

- Coronel Alfonso Villalpando

- Mayor Pérez

- Capitán Zacarías Plaza a quien se describe como el hombre


más odiado en las minas, quien años después fue cruelmente
asesinado por miembros del ELN.´
El Diario - 25 de Junio

Créditos
Producción: CEPROSI , AK24.design
Textos: Gastón Lobatón, Oscar Rivera Rodas
Video: Juan Manuel Lobatón - Andreé-Anne Cote
Sonido: AA Coté
Música: Chaly Alvarez, adaptación de Nilo Soruco
Fotos: Juan Manuel Lobatón, Archivo de la COMIBOL

Agradecimientos: CEPROSI, José Pimentel, Ana Maria Vargas, Marina Vargas, Biblioteca Municipal de
La Paz.

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