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Jesús Manuel Arana Murillo

Miguel Ángel Barraza García

Consejo de Redacción del


Periódico Madera

MÉXICO EN LA FASE
IMPERIALISTA

El dominio de los monopolios en México en


1980 desde el punto de vista de la Liga
Comunista 23 de Septiembre

Editorial Huasipungo Tierra Roja


México, 2021.


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Publicado por primera ocasión en los números 53 al 56 del
Periódico Madera, Organo Central de la Liga Comunista 23
de Septiembre, entre septiembre y diciembre de 1980

Primera Edición como libro a cargo de la


Editorial Huasipungo Tierra Roja.
© Editorial Huasipungo Tierra Roja

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No confundir,
somos poetas que escribimos
desde la clandestinidad en que vivimos.
No somos, pues, cómodos e impunes anonimistas:
de cara estamos contra el enemigo
y cabalgamos muy cerca de él, en la misma pista.

Al sistema y a los hombres


que atacamos desde nuestra poesía
con nuestra vida les damos la oportunidad de
que se cobren,
día tras día.

Roque Dalton

4
Introducción

E
scrito en 1980 este libro presenta un análisis
económico de cómo se fue dando el dominio de
los monopolios en México, es una radiografía de
cómo los diversos grupos financieros fueron apropián-
dose una tras otra de las principales ramas de la pro-
ducción, lo que más tarde llevarían al país a la gran
crisis financiera en la cual el mismo presidente de la
República, José López Portillo diría refiriéndose a los
grandes grupos financieros: Ya nos saquearon, no nos
volverán a saquear.

Esencialmente el libro presenta el momento previo al


tránsito de un supuesto “Estado benefactor” a la lla-
mada era neoliberal en México. El análisis riguroso de
los datos económicos disponibles termina exhibiendo,
que muy lejos de las doctrinas de la izquierda tradi-
cional que presentaban a México como un país subde-
sarrollado, dependiente del imperialismo, México había
arribado a la fase imperialista en la que diversos gru-
pos oligárquicos incursionaban ya en la exportación de
capitales.

En el fondo de esto estaba el dilema de cómo entender


México: Como una colonia, dependiente del imperia-
lismo yankee, lo que significaba la posibilidad de una
alianza del pueblo con la burguesía nacional y el tra-
bajar juntos por el desarrollo del capitalismo, o por el
contrario, como lo plantean los autores de México en la
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Fase Imperialista, como un país inmerso en un capita-
lismo que había llegado a su fase última de desarrollo:
la fase de exportación de capitales.

No es difícil saber hoy, a 40 años de este análisis, a


quien correspondía la razón, baste ver el papel que
han ocupado desde hace ya algunas décadas los prin-
cipales oligarcas del país en las listas de los hombres
más ricos del mundo. Y tampoco es difícil descubrirlo
cuando detrás de cada grupo monopólico internacional
que ha comprado las empresas estratégicas antes en
manos del Estado, se encuentran las manos de los
grandes oligarcas mexicanos encabezados por Carlos
Salinas de Gortari y los grandes jerarcas del PRI y del
PAN.

El cómo se pasó de  un modelo de Capitalismo Mono-


polista de Estado al actual modelo neoliberal es un
tema que ya no pudieron abordar los autores pues su
vida fue segada arteramente por la policía política del
régimen de José López Portillo. Entre el Grupo Jaguar
comandado por Francisco Sahagún Baca y Arturo Du-
razo Moreno y la Dirección Federal de Seguridad a
cargo de Miguel Nazar Haro, se montó una emboscada
en el que los autores de este libro fueron asesinados a
tiros.

Caídos en combate al medio día del 22 de enero de


1981, el análisis publicado en 4 entregas en el Periódi-
co Madera, órgano central de la Liga Comunista 23 de
Septiembre, durante el otoño e invierno de 1980, ya no
continuó.
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Jesús Manuel Arana Murillo, estudiante de Economía
de la UNAM fue quien de manera principal se encargó
de la investigación económica de los distintos grupos
financieros en México. Esta tarea fue reforzada por Mi-
guel Ángel Barraza García, quien fue el último dirigen-
te histórico de la la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Indudablemente, ya que este era el método de trabajo,
también aportaron para su publicación, los miembros
del Consejo de Redacción del periódico Madera, entre
otros Teresa Gutiérrez Hernández quien un año más
tarde sería desaparecida, junto con Victor Acosta Ra-
mos, por la Dirección Federal de Seguridad.

Hoy 22 de enero de 2021, en el 40 aniversario de la


caída de estos compañeros, presentamos este libro que
será de utilidad a quienes desde las ciencias sociales
estudian la historia y aportaciones de los distintos
grupos armados de la izquierda socialista que, sin lu-
gar a duda, aún sin proponérselo, contribuyeron de
alguna manera a la transformación que desde finales
de 2018 inicia, tímidamente, en dirección contraria a
la que marcan los grandes grupos financieros.

Es cierto que el carácter de clase de la formación so-


cial mexicana sigue siendo capitalista, pero eso solo
significa que los que luchamos por la transformación
revolucionaria de la sociedad, por un régimen de justi-
cia y equidad, aún tenemos mucho por hacer.

Recordemos a aquellos que han dado su vida por un


mundo mejor para todos.
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Recordemos a Jesús Manuel Arana Murillo y a Miguel
Ángel Barraza García y a los demás combatientes del
movimiento armado socialista que contribuyeron a
empujar la rueda de esta historia que aún no termina.

David Cilia Olmos


Editorial Huasipungo Tierra Roja.

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Prólogo

M
éxico en la fase imperialista de Jesús Manuel
Arana Murillo es una obra que tiene como ob-
jeto de estudio las dinámicas imperialistas del
capital en México desde el pensamiento revolucionario
de Lenin -quien consideraba al imperialismo como un
proceso histórico y como una fase superior del capita-
lismo- hasta incorporar de manera implícita la idea
central de la acumulación de capital como un proceso
inherente de este sistema, y que, en ese sentido, nos
remite a las ideas centrales de Rosa Luxemburgo.

Arana Murillo se encarga de desmenuzar el desarrollo


del capitalismo mexicano a través del estudio crítico
sobre la transición hegemónica del capital monopólico
al capital financiero como eje rector del capitalismo
contemporáneo y, con ello, sugiere de manera atinada
el hecho de que desde mucho antes de la llegada del
patrón de acumulación neoliberal en el año de 1983, la
economía mexicana ya había arribado al llamado im-
perialismo como fase última y superior de su desarro-
llo, y no solo eso, sino que a través del proceso de con-
centración y centralización del capital, dicha economía
mexicana comenzó a superar la fase imperialista para
entrar al dominio de la economía financiarizada con el
señalamiento notable del nuevo papel que comienza a
desempeñar la banca múltiple como prueba fehaciente
de lo que posteriormente varios economistas dentro
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del campo de estudio de la llamada Crítica de la Eco-
nomía Política conoceremos como la evolución y pode-
río del capital financiero al nuevo capital financiero, el
cual, no solo sienta sus bases en el neoliberalismo
sino que también se advierte mucho más parasitario,
especulativo y crematístico.

En la primera parte de su libro, Arana Murillo nos ad-


vierte de las condiciones económicas necesarias para
el surgimiento de la oligarquía financiera como una
clase social superior de la ya conocida burguesía, la
cual, como él bien menciona, se vio obligada extender
su campo de acción más allá de las fronteras naciona-
les con la intención de ampliar sus capitales y, por
ende, la obtención de mayores cantidades de plusvalía.
Sin embargo, está acertada observación que vislumbra
el autor, no podría entenderse del todo si no concebi-
mos la importancia que tuvo en su momento, el hecho
de reestructurar las relaciones socio-económicas para
dar entrada al ya mencionado patrón de acumulación
neoliberal como fundamento intrínseco de dicha oli-
garquía financiera.

Hay que recordar que después de la Segunda Guerra


Mundial fue necesario reformar las relaciones interna-
cionales, y con ello, las propias relaciones estatales y
sociales de producción para conferirle otro giro al sis-
tema capitalista, revertir su crisis mundial e impedir
que la dinámica de acumulación siguiera amenazada
con el riesgo de su colapso. Al ocurrir el auge interven-
cionista estatal en las economías, se logró restituir el
crecimiento –sobre todo, pero no solo- en los países de
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capitalismo avanzado registrado en las décadas de los
50 y 60, como un resultado sistémico exitoso de las
denominadas políticas económicas de corte keyne-
siano.

Sin embargo y tras su auge, dichas políticas también


empezaron a declinar cuando, desde mediados de los
sesenta, irrumpiría una larga serie de crisis fiscales,
acompañadas del complejo fenómeno de estanflación y
que, indudablemente a la postre, provocaron una nue-
va crisis general de acumulación de capital a escala
mundial. Por esta razón, para la lógica del capital, se
hizo necesario buscar otra alternativa funcional que le
permitiera, a sus clases políticas dirigentes, renovar
su implícito compromiso gubernamental en favor del
modo de producción capitalista, y que se tradujera en
la creación de un renovado patrón de acumulación di-
ferente que permitiera salvaguardar a la elite económi-
ca y con ello, a las clases capitalistas dominantes en
los diferentes estados-nación, restituyendo así las ta-
sas de ganancia.

Este nuevo patrón de acumulación fue el neoliberal,


creado con fundamento en una teoría económica ideo-
lógicamente conservadora y con intenciones de posibi-
litar la reestructuración del capitalismo internacional
bajo el auspicio del nuevo capital financiero-especula-
tivo y basado en sus tres directrices económicas maes-
tras en la nueva escena global: la liberalización de las
relaciones de intercambio comercial; la privatización
de los principales medios de producción y cambio; y la

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desregulación interventora del Estado y sus gobiernos
en la economía.

Esta hegemonía financiarizada, surgida en la Gran


Bretaña y Estados Unidos, al colocar las soluciones
monetaristas neoliberales como esenciales ante el pro-
blema generalizado de estanflación y déficits fiscales,
lograron temporalmente posicionarse en la geopolítica
planetaria gracias, entre otras razones, a la subida re-
gistrada en los precios del petróleo de 1973 y de la im-
portancia que este hecho cobró durante el resto de la
década al ocurrir la liberalización del crédito interna-
cional y de los mercados financieros que reorientaron
sus destinos hacia los países no desarrollados. Este
proceso de creciente neoliberalización fue un acompa-
ñante ideológico central del proceso globalizador y sus
claras contradicciones, bajo las exigencias del Sistema
Financiero Internacional provocando la anulación de
toda barrera espacio-temporal (interpretada como una
ruptura geográfica en los países del mundo), con la fi-
nalidad de reconstruir un paisaje geográfico determi-
nado a sus fines y adaptado a una dinámica de acu-
mulación que, sobre todo, benefició a los intereses del
nuevo capital financiero-especulativo.
El paradójico medio privilegiado del que se valió la
dogmática neoliberal y la creciente globalización finan-
ciera capitalista para imponerse fue el poder del Esta-
do neoliberal y sus respectivos gobiernos reestructu-
rados ideológicamente. Ellos, tuvieron la tarea de aus-
piciar todas las normas de la competencia de mercado
para hacer cumplir las tres directrices económicas
neoliberales ya mencionadas.
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En cuanto a la desregulación, el Estado y sus gobier-
nos fueron adelgazados para conferirle una importan-
cia renovada a los “derechos” de propiedad privada in-
dividual (la banca y la industria son dos inmejorables
ejemplos de los cuales el autor representa muy bien
con datos duros), que fue considerada como un “ins-
trumento primordial” para la reproducción y acumula-
ción valorizadora del capital, así como para revertir los
graves problemas de sobre-acumulación que cíclica-
mente padece el sistema, por lo que la liberalización
económica devino en una estrategia de gran importan-
cia para los diferentes Estados capitalistas del mundo
sumergidos en la dinámica de la globalización finan-
ciera, al reducir todas las barreras que impidieran la
circulación de capitales, a fin de permitir la apertura
de los mercados globales. Al proteger las tres directri-
ces neoliberales, el Estado refuncionalizó sus priorida-
des para servir preferentemente a los intereses capita-
listas financieros, poniendo entredicho las soberanías
de los estados nacionales para, así, mostrarlo como un
férreo representante y centinela instrumental de los
intereses de la oligarquía financiera, la sociedad del
poder y del dinero, ante el golpeado mundo del trabajo.

En la segunda parte el autor nos muestra la tendencia


creciente de la concentración de capital de los bancos
y el gran fortalecimiento que estos tienen como parte
constitutiva de la oligarquía financiera. Al imponerse el
patrón de acumulación neoliberal se impuso un nuevo
bloque económico-político de poder dirigido por la bur-
guesía financiero-especulativa, encargada de dominar
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las leyes y la propia administración del Estado con el
objetivo de obtener inmensas proporciones de riqueza,
las cuales, en parte, han provenido de las ganancias e
intereses redituables de los bancos, que, al revolucio-
nar la propia dinámica de acumulación, se refunciona-
lizó al mismo tiempo, su función crematística para
convertirlos, más que en ningún otro momento de su
historia, en voraces maquinarias de apropiación de
grandes fortunas a costa de las exorbitantes franjas
sociales de trabajadores y excluidos.

De esta manera, el periodo neoliberal en la escena glo-


bal, devino una fase de acumulación más compleja y
contradictoria, auspiciada por el gran capital financie-
ro-especulativo que, al ser un capital improductivo y
radicarse en el espacio circulatorio, fetichizó las rela-
ciones económicas del propio sistema demostrando
que las verdaderas preocupaciones del capitalismo
globalizador de corte neoliberal, son las de mantener el
parasitismo del capital financiero bajo un corrupto Es-
tado de clase y un antidemocrático sistema político de
privilegios para las elites.

En cuanto a la tercera parte, Arana Murillo ya vislum-


bra la diferencia cualitativa e incluso cuantitativa en-
tre el capital financiero y el nuevo capital financiero
neoliberal, el cual, estriba no solo en su procedencia,
sino en la lógica de su movimiento y su fin último,
pues sin perder de vista sus características cardinales,
esto es, el ser un capital ajeno al proceso de produc-
ción (ámbito en el que ocurre el real proceso de crea-
ción de riqueza) el nuevo capital financiero-especulati-

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vo neoliberal mantiene su esencia, pero rompe con los
esquemas establecidos por Rudolf Hilferding al consi-
derarlo como un capital bancario que se transforma en
capital industrial, y del propio Keynes, al razonarlo
como un capital que debía ser controlado por el Estado
debido a la necesidad de financiamiento que padecen
los monopolios.

Al final, se muestra como un capital mucho más sofis-


ticado en términos tecnológicos y más desarrollado
para desempeñar una serie de funciones estratégicas
para la reproducción ampliada de capital, y termina
por convertirse en un capital legal para lucrar, radica-
do permanentemente en la órbita circulatoria, pero ile-
gítimo en su esencia debido a su condición especula-
dora y deslinde de todo compromiso productivo con
respecto a la sociedad, sus problemas y necesidades.

En este sentido, y bajo la lógica del tercer apartado, es


necesario recordar que, fue con las reformas de mate-
ria financiera que se dieron en 1974 (con la creación
de la banca múltiple) y 1982 (con el decreto de nacio-
nalización bancaria), las que permitieron adaptar al
sistema financiero mexicano a las condiciones necesa-
rias para el proceso hegemónico del nuevo tipo de ca-
pital financiero para proseguir con una constante y
profunda liberalización en la década de los noventa, la
cual permitió colocar a la renovada imagen del capital
financiero como hegemónico, junto con las bancas ex-
tranjeras encargadas de controlar a las economías de
los países no desarrollados como el nuestro, gracias,
entre otras cosas, al carácter especulativo de dicho ca-
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pital. De esta manera y posteriormente se comprende
el por qué la banca anglosajona se coloca como una
banca global dominante durante el primer lustro del
siglo XXI, seguida por países como Japón, Francia,
España, Suiza, China y Alemania definiéndose así el
control de la territorialidad espacial capitalista en la
globalización financiera, la cual ha determinado la
transición bancaria de nuestro país que se ha volcado
en una pérdida total de su sistema bancario. Aunque
al autor no le alcanzó la vida para analizar las dos
transiciones bancarias en México como lo fue su priva-
tización en los años noventa y su total extranjerización
con el cambio de siglo, en esta obra deja sentadas las
bases y los fundamentos de la imperante necesidad
que tiene el capital financiero de expandirse hasta
consolidarse en un nuevo capital financiero, y ello lo
demuestra su cuarto y último apartado.

La cuarta parte precisamente analiza la importancia


de la exportación de capitales para el afianzamiento de
la oligarquía financiera, y deja las pautas de lo que
después será la conformación del nuevo capital finan-
ciero. A través de este capítulo, el autor ya sospecha
las históricas transformaciones por las que ha pasado
la banca mexicana, mismas que se encuentran marca-
das por el sometimiento de los dueños de la territoria-
lidad espacial capitalista hacia los intereses del nuevo
capital financiero-especulativo, y de los dueños del po-
der y del dinero.

Ante el riguroso análisis que realiza Arana Murillo en


cuanto al papel que desempeña el capital financiero y

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los bancos en su etapa temprana, podemos añadir
que, los tres peculiares periodos bancarios en México
(nacionalización, privatización y extranjerización)
muestran la manera en que este nuevo capital financie-
ro se convirtió en una entidad protagónica y hegemó-
nica, reflejando tres distintos “moldes” para solventar
su parasitismo y crematística. Así se tiene que en el
período de la nacionalización bancaria, se caracterizó
por un acelerado proceso de concentración y centrali-
zación de capital en pos de la hegemonía financiera,
gracias a la creación de la banca múltiple que permitió
que las actividades financieras quedaran en manos de
contadas instituciones bancarias, provocando así, que
la concentración de capital dominada por Bancomer y
Banamex llevara consigo la imparable centralización
debido a las diferentes fusiones bancarias que se lleva-
ron a cabo. Creándose así un falso concepto de “na-
cionalización bancaria”, en realidad una estatización,
ya que nunca se dejó de favorecer el poder de clase
capitalista internacional que se encontraba inscrita en
la lógica que caminaba hacia el patrón de acumulación
neoliberal y en la dominancia financiera como eje rec-
tor del propio capitalismo.

Por ello, el faccioso uso del “nacionalismo bancario”


fue un recurso de última instancia que el gobierno
aplicó para desactivar las posibles resistencias que
pudieron haberse dado y generar una condición de go-
bernabilidad. Se mostró que el Estado neoliberal, ne-
cesita cierta forma de “estatismo gestor” para sobrevi-
vir, en medio de su apuesta implacable por el apertu-

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rismo indiscriminado. Por eso: la estatización de cier-
tos sujetos económicos no significa un logro para los
intereses de la clase trabajadora porque nunca se na-
cionaliza la propiedad del capital. Sin embargo, sí
permite un control ante el desmantelamiento y la
acumulación por desposesión de todo neoliberalismo
económico y del cosmopolitismo globalista eufórico.
Además, la estatización de la banca fue una medida de
escape por la que se inclinó el gobierno a consecuencia
de la entrada hegemónica del nuevo capital financiero-
especulativo. Pero esa decisión trajo aparejada consi-
go, la problemática de la deuda interna y externa que
se tradujo en una serie de desfavorables negociaciones
con las entidades financieras internacionales y la ban-
ca estadounidense que aceleró dicho proceso hegemó-
nico con la reprivatización de la banca que vendría
después.

Debo agregar también, que la hegemonía financiera


continuó su desarrollo mediante el pago de los inter-
eses de la deuda externa renegociados en 1987-1988
con el Plan Brady que llevaba consigo una serie de
condiciones para la economía mexicana que se tradu-
jeron en atraer a los mercados financieros internacio-
nales para financiar a la economía mexicana a través
de la estabilidad de precios, sin colocar topes a dicho
financiamiento; y mediante las reformas financieras
que se hicieron bajo esa lógica a partir del año de 1991
con el (des)gobierno de Carlos Salinas que permitió
una creciente desregulación del sistema financiero a
través, entre otras cosas, de la reprivatización de la
banca aunado a su comité de desincorporación banca-
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ria que redefinió el papel de la banca estableciéndose
una serie de instituciones no bancarias que otorgaron
un inédito poder a los llamados grupos financieros.

Este renovado papel de la banca, tuvo como objetivo


sustituir la función natural de la banca de inversión a
una banca universal que cedió toda la fuerza a la con-
centración de capital, significativamente en los años de
1991 y 1993, cuando se llevó a cabo el proceso de pri-
vatización total de los bancos comerciales y posterior-
mente, a la centralización del capital a partir del año
de 1995, con los procesos de fusiones y adquisiciones
que le dieron la entrada plena al capital extranjero
para la consolidación de la banca universal, clave
constructiva de la hegemonía financiera-especulativa,
dejando de soslayo a la imprescindible banca de
desarrollo, debido a la gran importancia que cobró el
otorgamiento del crédito y su destino mismo por parte
de la banca comercial, ya que por un lado, se otorga-
ron abundantes créditos que fueron canalizados en su
mayoría a los servicios y al consumo, al ser considera-
dos como escenarios “sin riesgos mayores” y mucho
más redituables para los intereses de la oligarquía fi-
nanciera; y por otro lado, aumentó paulatinamente la
cartera vencida que después se manifestó en la crisis
de 1994-1995 que fue la primera bajo el patrón de
acumulación neoliberal y estuvo directamente ligada al
proceso hegemónico del nuevo capital financiero-espe-
culativo.
Una crisis ocasionada directamente por la naturaleza
especulativa de dicho capital y que recrudeció al nuevo
capital financiero-especulativo como eje rector de la
19
dinámica capitalista con las medidas tomadas por par-
te del gobierno para salir de ella. Esta crisis, caracte-
rística del sistema capitalista, tuvo su razón de ser en
la sobre-acumulación de capital aunada a la expan-
sión geográfica del mismo a consecuencia de la irres-
ponsable especulación de las instituciones financieras.

En cuanto al afianzamiento de la extranjerización ban-


caria, y con ella de la consolidación hegemónica del
nuevo capital financiero-especulativo, no se podría en-
tender sin cuatro elementos cardinales que caracteri-
zaron a grandes rasgos a dicho proceso: la internacio-
nalización de la producción, a través de una creciente
transnacionalización de las empresas; el déficit de la
balanza de pagos de los EUA; la expansión de la banca
norteamericana, aunada a la importancia de los Cen-
tros Financieros Internacionales que permitieron la in-
ternacionalización de la banca privada junto al rele-
vante papel que cobraron los países no desarrollados –
en especial México-, como una alternativa de inversión
rentable y lucrativa para la exportación y destino de
capitales, y que a partir de la década de los setenta y
hasta los albores del siglo XXI, en estos países se refle-
ja el desarrollo del poderío bancario, y con él, de la su-
premacía financiera.

Por lo tanto, México en la fase imperialista se convierte


en una obra inacabada, pero crucial para entender el
proceso financiero de la economía mexicana que vino
gestándose de manera concreta desde los años setenta
hasta el primer lustro del siglo XXI donde la década de
los noventas, al efecto, fungió como un momento cata-

20
lizador que permitió el posicionamiento del nuevo capi-
tal financiero-especulativo, como “eje-rector” de la di-
námica capitalista, debido a las diferentes reformas
que hicieron acto de presencia en materia financiera,
lo que permitió la participación directa de capitales ex-
tranjeros.

Fue con la reforma de 1999 y la renovada Ley de Insti-


tuciones de Crédito, que cedió a la banca extranjera
obtener el control del sistema de pagos del país y el
dominio del más del 90% del capital global en el siste-
ma bancario, y subordinándose así, a los intereses de
las firmas matrices foráneas. A partir de entonces y de
manera enfática, la tendencia dominante del nuevo
capital financiero en México, ha sido a través de la ob-
tención de intereses vía consumo-comercial, sin rela-
ción alguna con el fomento a la producción, dejando
los bancos de cumplir su papel de captadores de re-
cursos y obstruyendo el crédito para las expresiones
productivas de la economía.

Es por ello que la presente obra refleja el gran olfato


sensitivo de Arana Murillo que, como un buen sabueso
del estudio de la economía, supo percibir con varias
décadas de antelación el hecho de que México había
superado ya su fase imperialista de carácter monopóli-
co e industrial para darle cabida al capital financiero
como eje rector de las dinámicas acumulativas de fina-
les del siglo XX y principios del siglo XXI, y como una
especie de Tiresias (el famoso adivino de la mitología
griega) previó el proceso de transnacionalización o ex-
tranjerización bancaria que se venía gestando como
21
resultado de la aparición del nuevo capital financiero-
especulativo y hegemónico.

Actualmente, con la entrega total de su sistema finan-


ciero a manos extranjeras, México se encuentra su-
mergido bajo las directrices de este nuevo capital fi-
nanciero-especulativo que se ha caracterizado en ge-
neral, por un avanzado desarrollo del proceso de acu-
mulación de capital a través de las tecnologías de la
información y de las comunicaciones que han permiti-
do, entre otras cosas, el impulso de la banca electróni-
ca, y que ha marcado una época peculiar para el capi-
talismo y para la propia hegemonía financiera en el
país; además, que estas prácticas han significado una
vía arbitraria de enriquecimiento y acumulación –legal
pero ilegítima- como en ningún otro momento histórico
de la mundialización capitalista.

En sentido contrario a la necesidad de retomar una


dinámica productiva que revierta la grave des-indus-
trialización y la caída de la producción en general que
el neoliberalismo ocasionó con grandes daños para la
posibilidad de crecer y aspirar al siempre diferido
desarrollo económico en México, la realidad ha demos-
trado lo que verdaderamente importa a los bancos ex-
tranjerizados como expresión del nuevo capital finan-
ciero especulativo: hacer dinero por el dinero mismo, y
a la par, se ha mostrado también que la economía me-
xicana sigue inmersa en una dependencia monetarista
con fundamento en la controvertible política guberna-
mental, consistente en “controlar” los niveles inflacio-
narios a la baja y la elevación de las tasas de interés
22
para promover la demanda externa y el flujo de capita-
les, y es así como se ha deteriorado el crecimiento y
desarrollo económico, al contraer el gasto público y la
actividad económica en general solo por salvaguardar
la valorización del capital financiero internacional y
“evitar” la devaluación de la moneda a costa de un
continuo estancamiento de la economía mexicana, y
una deplorable calidad de vida de su clase trabajado-
ra.

Obras como México en la fase imperialista son de suma


importancia porque sus análisis permiten advertir la
necesidad de romper el descarado entreguismo de las
políticas económicas mexicanas hacia el poder hege-
mónico del nuevo capital financiero, cuestionar la cre-
dibilidad de las instituciones estatales que atacan a
todas las formas de organización y lucha (tal como
aconteció con la vida del autor), y mostrar la incompa-
tibilidad entre el bienestar de la clase trabajadora me-
xicana y la lealtad al poder de clase que emana de los
intereses de la ahora oligarquía financiera.

Angélica López Hernández.


Ciudad de México a 7 de enero de 2021.


23
Primera Parte
El desarrollo del capitalismo

C
on cuánta claridad durante todos estos últimos
años el desarrollo del capitalismo en el país ha
venido poniendo las cartas en la mesa dejando
al descubierto las tendencias propias de su fase actual,
características estas que hasta hace poco aún perma-
necían a los ojos de muchos ocultas o más o menos
veladas.

Con qué empuje y consistencia el acelerado y elevado


desarrollo de las fuerzas productivas y de las relacio-
nes capitalistas de producción han dado un fuerte
mentís y echando por tierra todas aquellas tesis bur-
guesas y pequeñoburguesas que, de una u otra forma,
se aferran por embellecer y llenar de virtudes al capital
y ocultar su carácter rapaz, decrépito y reaccionario.

Con cuánta efectividad, pues, el desarrollo económico


y la política asumida por la oligarquía financiera nos
reafirman el hecho de que el capitalismo arribó desde
hace tiempo al imperialismo, fase última y superior de
su desarrollo y cómo las características económicas y
políticas propias de esta fase se manifiestan a cada
momento.

24
Es tan evidente todo eso que hasta los mismos teóricos
del PCM1 que hasta hace poco eran las lumbreras del
“dependentismo" han tenido que reconocer el desarro-
llo monopólico "nacional” e incluso abocarse a realizar
investigaciones al respecto, como han sido las hechas
por Jorge G. Castañeda que en los últimos meses han
venido siendo publicadas, entre otros, en Proceso, El
Machete y en unomásuno2. Estudios e informaciones
que sin expresar una concepción marxista al respecto
y mucho menos la situación real de los diversos gru-
pos monopólicos y consorcios imperialistas "naciona-
les" sí son suficientes como para evidenciar la existen-
cia de la consolidación de los monopolios en el país, la
consolidación y primacía del capital financiero sobre
las demás formas de capital y sobre todo, suficientes
para hacer ver el hecho de cómo un monto sumamente
considerable de capital "mexicano" es exportado de di-
versas formas a varios países del mundo, principal-
mente a aquellos donde existe un capitalismo con un
nivel de desarrollo inferior, como en los países cen-
troamericanos y varios de los sudamericanos, y sin de-
jar de hacerlo, aunque más débilmente, hacia los paí-
ses altamente industrializados como varios de los paí-
ses europeos e incluso a las potencias imperialistas
como sería el caso de Estados Unidos.

1 Partido Comunista Mexicano, fundado en 1919.

2 Periódico Unomásuno. Fundado por Manuel Becerra Acosta en noviembre de


1977. Al principio de la era de Carlos Salinas de Gortari (1988) la Secretaría de
Gobernación le ofreció a Manuel Becerra Acosta un par de maletas de dinero o
una bala, por lo que el periódico quedó bajo la dirección de Luis Gutiérrez un
personero de la policía política y Manuel Becerra se retiró a España.
25
Y este último hecho, la exportación de capitales, es elo-
cuente por sí mismo pues aunque el imperialismo no
se caracteriza ni se define únicamente por dicha ten-
dencia, esta es una de sus principales características.
Y por tanto, tras la exportación de capitales "mexica-
nos" queda implícita la base material que posibilita
que esta se realice: un capitalismo altamente desarro-
llado que ha arribado a su fase monopólica, imperialis-
ta; que el surgimiento y consolidación del capital fi-
nanciero sobre la base de la fusión del capital indus-
trial y el capital bancario, ha dado lugar a la oligarquía
financiera, capa superior de la burguesía, la cual se ha
visto obligada y necesitada a ampliar su campo de ac-
ción más allá de las fronteras nacionales con el fin
único y exclusivo de mejorar las condiciones que le
permitan ampliar sus capitales, una obtención de ma-
yores cantidades de plusvalía.
"La necesidad de exportación de capitales
obedece al hecho de que, en algunos países,
el capitalismo está ya ·demasiado maduro· y
al capital le falta (dado el desarrollo insufi-
ciente de la agricultura y la miseria de las
masas) campo para su inversión
·lucrativa·." (Lenin).
Antes de continuar, no está por demás aclarar que el
objetivo del presente artículo, retomando las informa-
ciones últimamente vertidas por diversos medios y es-
pecialmente en los antes citados, es insistir en lo que
ya desde antes hemos venido planteando con relación
al desarrollo material alcanzado por el capitalismo y en
sus implicaciones políticas más generales para el mo-
26
vimiento revolucionario en el país. Y que, obviamente,
las cifras que aquí utilizamos no expresan un análisis
pormenorizado de los diferentes monopolios, sino la
situación general del desarrollo monopólico.

Sin embargo, pese a la poca objetividad de la estadísti-


ca burguesa, esta por lo menos nos permite percibir la
orientación y tendencias del capital, que por el mo-
mento es de nuestro mayor interés. Aclaremos tam-
bién que los ejemplos antes señalados no son todos los
existentes sino solo algunos de los más ilustrativos.

Anteriormente referimos que el capitalismo en México


arribó desde hace tiempo al Imperialismo. Esto adquie-
re expresión, como ya lo expuso Oseas3 en las “Cues-
tiones Fundamentales…" de manera general, en los si-
guientes aspectos.

1).- En la tendencia creciente a la concentración de la pro-


ducción que ha dado, lugar al surgimiento y consolidación
de los monopolios.

La producción se ha venido concentrando hasta dar


lugar a los monopolios y llegar a la situación actual en
la que las distintas ramas de la producción son con-
troladas por un reducido número de empresas que a
su vez mantienen controladas y sometidas a un con-

3 Ignacio Arturo Salas Obregón, también conocido como Oseas, es el autor del
libro Cuestiones Fundamentales del movimiento revolucionario en México pu-
blicado en 1973 por la Liga Comunista 23 de septiembre. Oseas fue detenido y
desaparecido la noche del 26 de abril de 1974 en Tlalnepantla Estado de Méxi-
co.
27
junto de medianas y pequeñas empresas. “¡Un número
reducido de empresas son todo, un sinnúmero de pe-
queñas empresas no son nada!" Los grandes grupos
bancarios (Bancomer, Banamex, Serfín, Comermex,
etc.), las grandes empresas conformadas en torno a
ellos (ALFA, VISA, ICA, CELANESE, las compañías cer-
veceras, etc.); el monopolio de Estado que abarca em-
presas como SIDERMEX (integrada por Altos Hornos
de Mexico, Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas y
por Fundidora de Monterrey), PEMEX, Ferrocarriles,
TELMEX, CONASUPO, INFONAVIT, etc.; aunadas estas
a un reducido número de empresas extranjeras, como
la Volkswagen, Chrysler, General Motors, Gillette,
Procter and Gamble, Chemical, Bayer, Nestlé, etc.
prácticamente controlan y dirigen las principales ra-
mas de la producción en el país e igualmente aquellas
de un carácter secundario.

Los grupos que poseen mayor poder económico y polí-


tico son los que imponen sus condiciones en todos los
campos a aquellos relativamente más débiles. Y al
tiempo que los grupos monopólicos más poderosos van
ensanchándose al ir absorbiendo aquellos más peque-
ños, entre estos mismos grupos “nacionales” se da una
competencia permanente por imponer sus condicio-
nes.

Si esto acontece en el país, internacionalmente no es


diferente. Dado el desarrollo inferior de las fuerzas
productivas con relación al desarrollo alcanzado en
países como Estados Unidos, Francia, Japón, etc., los
grupos monopólicos “nacionales”, ante la necesidad de
28
fortalecerse con base al desarrollo de las fuerzas pro-
ductivas, se ven condenados a un "saneamiento” cons-
tante, que se da en gran parte con base al endeuda-
miento con aquellos y por tanto al sometimiento eco-
nómico y político ante los monopolios extranjeros más
poderosos, como los de Estados Unidos. Por otro lado,
de frente a los monopolios extranjeros más débiles, los
nacionales tratan de imponerles sus condiciones; ten-
dencia que últimamente, apoyada en su riqueza petro-
lera, ha estado pulsando con fuerza la oligarquía fi-
nanciera.

Si el elevado desarrollo alcanzado por las fuerzas pro-


ductivas bajo las relaciones capitalistas de producción,
conducen a la concentración de los medios de produc-
ción y a la consolidación de los monopolios; bajo su
imperio, éstos mismos le imprimen, a su vez, un
desarrollo mayor a las fuerzas productivas. Alcanza un
gran desarrollo la "combinación", o sea “… la reunión
de distintas ramas de la industria que o bien presentan
fases sucesivas de la transformación de una materia
prima o bien son ramas de las que unas desempeñan
un papel peculiar con respecto a otras” (Lenin).

Con la concentración de grandes masas de proletarios


en determinadas empresas y con el desarrollo de la di-
visión del trabajo y con el desarrollo en el seno de ésta,
la producción alcanza un elevado grado de socializa-
ción y el carácter de apropiación de lo producido es
más privado quedando casi en su totalidad en manos
de unos cuantos grupos de oligarcas.

29
Por último, la concentración de los medios de produc-
ción, la agudización de la crisis se ve fuertemente im-
pulsada, no sólo porque se crean las condiciones para
que el Estado vaya asumiendo el control y la dirección
de las ramas estratégicas de la producción, sino a la
par, por que el mismo Estado asume una serie de me-
didas para favorecer a los monopolios y asegurarles el
incremento de sus ganancias. Esto se da a través de
“estímulos diversos”, de subsidios, de exención de im-
puestos, co inversiones, etc. Basta notar cómo des-
pués de la Segunda Guerra Mundial, el Estado propor-
cionó estímulos diversos a la banca con tal de que las
finanzas no se entorpecieran con las depresiones pos-
teriores; caso ilustrado en el año 1976, cuando el Es-
tado creó una serie de estímulos para la banca, la in-
dustria y en general para fortalecer los grupos mono-
pólicos. Actualmente, además de el financiamiento ex-
tranjero a empresas "privadas", el Estado se encarga
de cubrir el aumento que las financiadoras extranjeras
les imponen a las tasas de interés originales, debido a
los reajustes que se operan por el proceso inflaciona-
rio.

En el marco de las relaciones capitalistas de produc-


ción, el desarrollo y predominio de los monopolios es
inevitable y a esto se ha llegado cuando en el mismo
país la concentración de la producción ha alcanzado
términos muy elevados. No es pues, como la burguesía
y algunos oportunistas quieren mostrar a ojos del pro-
letariado y demás trabajadores, que los monopolios
son ajenos, y que si los hay en el país es porque nos
llegan del extranjero, etcetera, para deducir brillante-
30
mente que la tarea es expulsarlos. Nada más vulgar
que eso. Los cuadros que aquí exponemos ilustran el
ejemplo de algunos de los grupos monopólicos, la fuer-
za que ha adquirido el capital nacional.

Grupo VISA (cuadro 1)

GANADERÍA
Delta4, S.A. División Agropecuaria.
Desarrollo Ganadero del Norte.

ALIMENTOS
Clemente Jacques, S.A. de C.V.
Procesadora de Tomate en Sinaloa.
Walter, S.A.
Quesos La Caperucita, S.A.
Industrias Mafer. (tiende a extenderse por todo el país).
Burger Boy (integrada por 36 empresas).

PESCA
ABISAL, S.A.(asociada con dos grupos japoneses).
INMARSA (en sociedad con un grupo español).
PALMAR, S.A. (en sociedad con un grupo italiano, en
él participará un grupo gringo).
PROA, S.A. (asociada con dos grupos franceses)

VIVIENDA
Tecnohogar, S.A. (Guadalajara, Monterrey y el D.F.)

BEBIDAS
Cervecería Cruz Blanca, S.A.

4 Ilegible en el original
31
Cervecería Cuauhtémoc, S.A.
Aguas de Tehuacán, S.A.
Cervecería Carta Blanca, S.A. (con filiales en: Laredo,
Reynosa, Tampico, Matamoros y en el Golfo).

EMPAQUES
Fábricas Monterrey, S.A.
Grafo Regia, S.A. Plásticos Técnicos Mexicanos,
S.A. (con filiales en el centro de la República).

TURISMO
Hoteles
Plaza Internacional Hyatt Regency de Acapulco.
Can Cun Caribe Continental de México.
Continental de Acapulco.
Hoteles Plaza Internacional, S.A. (con varios hoteles).

La mayoría de estas empresas cuentan a su vez con


empresas afiliadas más pequeñas, y también mantie-
nen acuerdos con empresas de igual o mayor magni-
tud que ellas. Eso se da sobre todo en la rama de las
finanzas con SERFÍN y sus afiliadas: cada una de es-
tas tiene participación en varias actividades dentro del
ramo que les corresponde y a través de SERFÍN, VISA
financia la mayoría de sus empresas.

Esta característica se observa también con las empre-


sas controladas por el grupo ALFA, BANAMEX y de-
más. Prácticamente todas estas registran aumentos en
sus ventas con relación a años anteriores y desde lue-
go un aumento de utilidades. ¡Enormes y jugosas son
las cantidades de plusvalía que por estos medios ob-
tiene la oligarquía financiera! De ahí que ante la prós-
32
pera situación económica que hoy enfrentan se mues-
tren jubilosos y con avidez insaciable se froten las ma-
nos.

Según declaraciones del oligarca Garza Lagüera, en


1978 VISA obtuvo utilidades por 1,078 millones de
pesos y en 1979 fueron 1,862 millones. ALFA -dice su
presidente Bernardo Garza Sada- obtuvo utilidades
por 1,889 millones de pesos en 1978 y por 3,133 mi-
llones durante 1979. Claro resulta entonces que los
lamentos y lloriqueos que en ocasiones suelen expre-
sar son desplantes con los que tratan de encubrir sus
cuantiosas fortunas y la explotación a la que someten
a sus trabajadores.

En otro ejemplos BANAMEX es el principal accionista


de 23 de las empresas más importantes del país;
BANCOMER aparece a la cabeza de otras 10 empre-
sas. En el cuadro Nº 2 se encuentran algunas de las
empresas encabezadas por estos bancos.

(Cuadro 2)
BANAMEX
Compañía Mexicana de Aviación
IEM (Industria Eléctrica de México)
Celanese Mexicana
John Deere
Kimberley Clark de México
Unión Carbide Mexicana
Cervecería Modelo
Cementos Anáhuac
Compañía de las Fábricas San Rafael

33
BANCOMER
General Eléctric de México
Minera las Torres
Química Flúor
Anderson Clayton
Minera Frisco
Puerto Liverpool
Cementos Anáhuac
Prograsa
Arrendadora Bancomer
Productos Mexalit
Pigmentos y Productos Químicos

Es evidente como:
"Estos poderosos grupos se convierten en la
base de toda la vida económica, conquistan
una esfera industrial tras otra, controlan los
recursos materiales y las materias primas,
convienen entre sí las condiciones de venta y
compra de la materia prima y de los produc-
tos manufacturados, los plazos de pago, se
reparten los mercados, etc."
(Oseas: Cuestiones Fundamentales....)


34
Segunda Parte
Tendencia creciente a la concentración de los bancos y
fortalecimiento del monopolio bancario.

D
ecíamos en el número anterior de Madera [Ma-
dera 53], que el capitalismo en México desde
hace ya muchos años se encuentra en la “etapa
imperialista” de su desarrollo y hacíamos ver cómo es
que esto se expresaba tal y como lo señalara Oseas en
"Las Cuestiones Fundamentales...", en el elevado grado
de concentración alcanzado por la producción que ha
dado lugar al surgimiento, consolidación y dominio ac-
tual de los monopolios en el país. Hasta ahí nos ha-
bíamos quedado. Veamos hoy como tal hecho se mani-
fiesta también en la tendencia creciente a la concen-
tración de la banca y en la consolidación del monopo-
lio bancario.

En el capítulo II de su obra "El imperialismo, fase supe-


rior del capitalismo", al abordar el problema de los
bancos en el imperialismo, Lenin sostiene que:

A medida que van aumentando las operacio-


nes bancarias y que se concentran en un nú-
mero reducido de establecimientos, los bancos
se convierten, de modestos intermediarios que
eran antes, en monopolistas omnipotentes que
disponen de casi todo el capital monetario de
todos los capitalistas y pequeños patronos,
así como de la mayor parte de los medios de
producción y de las fuentes de materias pri-
35
mas... Esta transformación de los numerosos
y modestos intermediarios en un puñado de
monopolistas constituye uno de los procesos
fundamentales de la transformación del capi-
talismo en imperialismo capitalista…

Oseas, sustentándose en la teoría marxista, señala en


Las Cuestiones Fundamentales... que en México los
grandes bancos han llegado

...a disponer de casi todo el capital monetario


de todos los capitalistas, de medianos y pe-
queños empresarios e incluso de los ahorros
de una parte de la clase trabajadora. Un pu-
ñado de monopolistas subordina las opera-
ciones comerciales e industriales de toda la
sociedad capitalista, llega, por intermedio de
las actividades financieras, a tener un control
absoluto de toda la vida económica, puede
decidir sobre el futuro de una infinidad de pe-
queños empresarios sometidos a sus redes..."
y agrega que: "... la concentración monetaria
fruto de la centralización de la banca, permite
a esta desarrollar un conjunto de actividades
especulativas altamente - productivas, espe-
cialmente las relacionadas con los empréstitos
al Estado.

Esto que señalaba Lenin como una de las característi-


cas del nuevo papel y transformación de los bancos en
el imperialismo y que Oseas lo ubicaba ya como un fe-
nómeno vigente en el capitalismo “mexicano" hoy es
36
una cuestión evidente y es obvio que la concentración
de la banca y consolidación del monopolio bancario en
el país, no es un fenómeno reciente, que surja de 5 ó 6
años atrás: sus orígenes, la conformación y consolida-
ción de los bancos en poderosos monopolios, tiene ya
varias décadas en su haber.

El surgimiento de las primeras instituciones financie-


ras en el país, coincide con la etapa en la que interna-
cionalmente el imperialismo se encontraba plenamente
consolidado, y con el arranque o comienzos de la in-
dustrialización nacional, aunque su presencia se deja
sentir con mayor notoriedad aproximadamente de
1950 en adelante, precisamente en los años en que
amamantados por el Estado crecen ya los primeros
monopolios “mexicanos". Desde antes del 50 habían
surgido varios bancos, sobre todo en aquellas regiones
con un mayor desarrollo económico. Alguno de éstos y
otros que surgen posteriormente, van desarrollándose
y ampliando su campo de acción librando una feroz
competencia, aunque casi siempre velada con los de-
más; desplazando o sometiendo y asociándose o fusio-
nándose con otros bancos y apoyados por el Estado,
hasta llegar a transformarse en lo que hoy son: pode-
rosos y omnipotentes monopolios cuya influencia se
deja sentir en todos los campos.

De manera general, éstos son los antecedentes en los


que pueden encuadrarse varios de los grupos banca-
rios que hoy conocemos; por ejemplo el de BANCO-
MER, actualmente colocado con el grupo más podero-
so en el país.
37
Este grupo tuvo sus orígenes aproximadamente allá
por el año de 1932 con la conformación del grupo
"BUDA" que fue fundado y durante algunos años diri-
gido por Raúl Bailleres, Salvador Ugarte, Miguel Do-
mínguez y por Ernesto Amezcua.

Se dice que Salvador Ugarte, uno de sus principales


fundadores, era un hombre hábil en los negocios y que
había reunido su fortuna especulando con oro durante
los años de la revolución. Desde sus inicios este grupo
adquirió gran poderío con la formación de bancos filia-
les en las partes más importantes del país. La afilia-
ción se establecía con base en una aportación de capi-
tal por el grupo, siempre mayor al 50% del capital to-
tal, y el porcentaje restante era aportado por los hom-
bres de negocios de más reputación de aquellos luga-
res donde se establecía la institución filial. Al imponer
estas condiciones el banco “matriz" aseguraba el con-
trol y desarrollo del banco filial. Por su parte los capi-
talistas asociados se interesaban en el trato con el fin
de pertenecer a un sistema poderoso, con prestigio y
que les asegurara el progreso de la empresa. De esta
forma el grupo va tomando fuerza: contando ya con
cuatro bancos afiliados para 1940. Y cada uno de sus
fundadores se encontraba al frente de una institución
bancaria que incluía una o varias financieras, hipote-
carias, aseguradoras y afianzadoras. Estaban distri-
buidos más o menos de la siguiente forma.

Raúl Bailleres: Crédito Central, Crédito Minero y Mer-


cantil, Crédito Hipotecario, Crédito Afianzador y Cer-
38
vecería Moctezuma.

Salvador Ugarte: Banco de Comercio, General Finan-


ciera, Financiera Industrial y de Comercio Exterior y la
Comercial Compañía de Seguros.

Mario Domínguez: El Aguila Compañía de Seguros y


Crédito Constructora.

Ernesto Amezcua: Banco General de Capitalización y


la Nacional Compañía de Seguros Aproximadamente a
la altura de 1956, las pugnas entre los accionistas del
grupo se agudizan hasta causar la disolución de
"BUDA", dando origen a dos grupos: el CREMI, al cual
pasaron a formar parte Bailleres, Amezcua y Domín-
guez: Y por otro lado, el grupo BANCOMER, que se
conforma como tal durante 1957.

Después del rompimiento, el Consejo de Administra-


ción de BANCOMER fue reestructurado, y a partir de
esta reestructuración es cuando empieza a elevarse y a
adquirir fuerza con base a la adquisición de un gran
número de acciones, Manuel Espinoza Yglesias, que
era socio de BANCOMER desde 1949. Al respecto al-
gunas informaciones sostienen que William Jenkins,
que había amasado su fortuna durante la revolución
del 1910 al 1917, con la especulación de tierras, tenía
un gran interés por ser accionista del banco, sólo que
por causas diversas, y sobre todo, ante el temor de ser
desplazados, los principales accionistas no se lo per-
mitían, incluso se dice que llegaron a hacer "pactos de
caballeros", comprometiéndose a no venderle acciones
39
a Jenkins. Pese a estas medidas, y debido a las jugo-
sas ganancias que hacía, Jenkins llegó a controlar al
grupo de accionistas menores, proporcionando hasta
capital a algunos hombres para la compra de acciones,
y así, a través de éstos, lograr un mayor control sobre
el banco. Pues bien, se cuenta que el hombre "fuerte"
de Jenkins era Manuel Espinoza Yglesias, que con ca-
pital de Jenkins fue adquiriendo acciones hasta que-
darse con la mayor parte de ellas. Ya en esa situación,
no estamos informados en detalle, pero Espinoza Ygle-
sias adquiere autonomía, y de ser un simple presta-
nombres, se convierte en lo que hoy es: el accionista
principal de BANCOMER, dejando a Jenkins en un
plano inferior.

Bajo la dirección de Espinoza Iglesias, el sistema


BANCOMER va adquiriendo mayor fuerza y extendién-
dose hacia las ramas principales de la producción. De
aquí en adelante, los tentáculos de BANCOMER em-
piezan a penetrar en todos los campos; a absorber ins-
tituciones más pequeñas, a fusionarse con otras y a
través del Consejo de Administración, a tener partici-
pación en varias empresas, en su mayoría, relaciona-
das con las otras instituciones bancarias más impor-
tantes del país. En general BANCOMER alcanza un
elevado grado de centralización y concentración del
capital, a consolidarse como un poderoso monopolio
con base a sus asociaciones y nexos con capitalistas
extranjeros, con los principales capitalistas “naciona-
les", con el capital estatal y los empréstitos a este.

Un estudio sobre los bancos en México proporciona los


40
siguientes datos sobre BANCOMER, que expresan la
tendencia a la concentración y consolidación de BAN-
COMER como todo un monopolio.

De 160 bancos existentes en 1970, BANCOMER con-


trolaba 32 y en sus recursos totales, en los captados,
en el capital y reservas, y en sus utilidades, experi-
mentó los siguientes aumentos. 

Recursos cap- Capital y


Recursos Utilidades
tados Reservas

De 1950 a 1970 502% 552% 537% 564%

De 1969 a 1970 106% 109% 112% 118%

En las finanzas, Financiera Bancomer presenta el si-


guiente panorama:
Recursos Capital y Utilida-
Recursos
captados Reservas des

De 1950 a 1970 7270% 7500% 5510% 3200%

De 1969 a 1970 180% 129% 128% 130%

En la industria, BANCOMER controlaba 7 empresas de


las más importantes, y participaba en otras 42. Si en
esas fechas esa era la situación para BANCOMER,
para otros bancos las cosas eran similares. El caso
BANCOMER es, hasta cierto punto, un ejemplo que
ilustra el camino seguido también por otros monopo-
lios bancarios como BANAMEX, COMERMEX y por
SERFIN. Esto se hace ver en el estudio mencionado

41
que nos presenta más o menos la siguiente visión
Banca BANAMEX
Aumento de Recursos
Aumento de Utilidades
Totales

De 1950 a 1970 366% --------

De 1969 a 1970 109% 111%

Financiera BANAMEX
Aumento de Recursos
Aumento de Utilidades
Totales

De 1950 a 1970 9920% 1410%

De 1969 a 1970 163% 135%


Para 1970, BANAMEX tenía una participación mayor
en la industria que BANCOMER. Controlaba 45 em-
presas, 10 de ellas consideradas como importantes, y
participaba en otras 52, de las cuales, 13 estaban con-
sideradas entre las 100 más importantes del país.
Para, SERFIN la situación se observaba de la siguiente
manera:
En la banca
Aumento de Recursos
Aumento de Utilidades
Totales

De 1950 a 1970 495% 280%

De 1969 a 1970 106% -74%

En las finanzas
Aumento de Recursos
Aumento de Utilidades
Totales

De 1950 a 1970 12070% 2210%

De 1969 a 1970 121% 113%

42
En la rama de la industria, SERFIN ocupa el segundo
lugar con un control de 59 empresas, de las cuales 14
se encontraban entre las 100 de las más importantes
nacionalmente. Con éstas, SERFIN tenía ya el mono-
polio del vidrio, un control considerable sobre empre-
sas químicas, un gran peso en la industria cervecera
con la Cervecería Cuauhtémoc y en otras ramas.

COMERMEX
El grupo controlaba en la industria 13 empresas y par-
ticipaba en otras 33. Entre las que controlaba y las
que participaba, 6 se encontraban entre las 100 más
importantes.

Estos datos expresan en general un crecimiento de las


utilidades y de los recursos totales, cuestión que en
gran medida habla del fortalecimiento de la banca. En
este proceso, una serie de bancos y financieras más
débiles fueron sucumbiendo o fueron absorbidos por
los grupos más fuertes, quienes aceleradamente se
consolidaron como los grandes monopolios del movi-
miento financiero en el país.

Sí a esta situación se había arribado desde antes del


sesenta y se reafirma en las décadas de los sesenta y
setenta, desde entonces a la fecha el proceso de con-
centración de la banca y su consolidación monopólica
han alcanzado niveles mucho muy superiores. El
mismo sistema de Banca Múltiple fomentado por el
Estado, que exigía condiciones que algunos bancos al
no reunirlas ni poder cumplirlas, de hecho fueron bo-
rrados del mapa, fortaleció a los grandes grupos ban-
43
carios. Mientras que en 1970 existían 160 bancos en
el país y que 8 grupos controlaban 81 de esos bancos;
actualmente, según datos de la Comisión Nacional
Bancaria, 32 grupos bancarios controlan el 95% de las
actividades bancarias en el país, y sólo entre Banco-
mer y Banamex tienen el 48% del total de las oficinas
bancarias en la república y obtienen el 65% de las uti-
lidades.

BANCOMER, BANAMEX, COMERMEX y SERFIN son


los bancos que de hecho dominan en el campo de las
finanzas (aunque a ellos hay que agregar el Banco Me-
xicano Somex y el Banco Internacional en donde el Es-
tado tiene una gran participación), poseen el 71% de
las oficinas bancarias de la república, manejan el 69%
de los recursos, el 68% del financiamiento y obtienen
el 78% de las utilidades.

Directa o indirectamente se encuentran inmiscuidos


en la mayoría de las ramas de la producción: en la in-
dustria, el comercio, la agricultura, la ganadería, en
los llamados servicios, etc. Tan sólo estos cuatro ban-
cos son los principales accionistas de casi 50 de las
empresas más importantes del país.

La actual distribución del capital "activo" de la banca


nacional evidencia aún más el grado de concentración
de la banca y su consolidación monopólica. Según el
informe de la Comisión Bancaria, hasta diciembre de
1979, la distribución se encontraba en la forma si-
guiente, entre los 32 grupos bancarios que controlan
el 95% de las actividades bancarias del país.
44
COMERMEX:
En la banca
Aumento de Recursos Tota-
Aumento de Utilidades
les

De 1950 a 1970 872% 356%

De 1969 a 1970 109% 110%

En las finanzas
Aumento de Recursos Tota-
Aumento de Utilidades
les

De 1969 a 1970 148% 160%

CLASIFICACIÓN DE LA BANCA MÚLTIPLE DE


ACUERDO A SU ACTIVO TOTAL
(hasta el 31 de diciembre de 1979)
En millones de pesos
GRUPO I
BANCOMER 225,281.4
BANAMEX 208,225.9
Total. 433,507.3 = 48.3%

GRUPO II
SERFIN 86,192.2
COMERMEX 74,382.3

45
SOMEX 67,655.3
Internacional. 39,364.4
Total 267,594.2 = 29.8%

GRUPO III
Atlántico 19,657.9
BANPAIS 19,103.7
BCH 18,244.7
CREMI 17, 569.1
CONFIA 12,375.7
M. Mercantil de M 12,274.9
Total. 99,226,0 = 11.07%

GRUPO IV
BANCRECER 8,783.9
Regional del Norte 7,837.7
BANORO 7,347.2
BANPACIFICO 7,034.8
INNOVA 6,594.9
Crédito Mexicano 6,592.4
UNIBANCO 6,585.2
Mercantil Monterrey 5.981.7
Longoria 5,952.7

46
ACTIBANCO 5,606.0
Total 68,316.5 = 7.6%

GRUPO V
SOFIMEX 4,350.6
Continental 3,544.2
BANCAM 3,381.6
Del Centro 3,259.0
Metropolitana 2,838.0
Occidental de México .. 2,791.2
Aboumbrad 2,507.6
Monterrey 1,725.4
Banco Obrero 1.453.1
Banco Popular. 1,156.3
total. 27,007.0% = 3.01%

Total general 895,651.0

Salta a la vista como el activo de BANCOMER y el de


BANAMEX, cada uno de ellos es superior a la suma del
activo de los 26 bancos que conforman los grupos III,
IV y V. Y la suma de los capitales de estos dos, casi
llega a igualarse a la suma de los capitales del resto de
los grupos bancarios. Del activo que estos 32 bancos
controlan, sólo entre BANAMEX y BANCOMER poseen
el 48.3%, los cuatro siguientes el 29.8%, el tercer gru-
po el 11.07%, y los 20 bancos restantes, poco menos

47
del 11%. Según datos recientes, el grupo Banca SO-
MEX, donde el Estado tiene gran fuerza, ha pasado ya,
en los meses que van del 80, del tercer lugar que ocu-
paba en el grupo II, al primero de ese mismo grupo
con un activo cercano a los [ilegible] mil millones de
pesos o sea, se ha colocado ya como el tercer grupo
bancario del país después de BANCOMER y BANA-
MEX. Por todo esto es evidente que los grandes bancos
mexicanos desde hace ya muchos años que han deja-
do de ser simples intermediarios, y se han transfor-
mado en un puñado de voraces monopolistas que
amasan fabulosas fortunas.

La revista "Proceso" en su número 197, dice que en


1979 los bancos lograron utilidades sin precedentes
(en millones de pesos): BANCOMER, 2472; BANAMEX,
2234: SERFIN, 503 y COMERMEX, 503, y el resto de
la banca, aunque lograron utilidades menores, casi en
su totalidad registraron aumentos. Agrega que durante
el mismo año el sistema bancario concedió créditos
por 125 mil millones; que obtuvo un 66.7% más de
utilidades que en 1978, y que captó más de 145 mil
millones de pesos. En cuanto a esto, a su poder de
captación, según las informaciones vertidas por la
Comisión Bancaria la tasa promedio de captación de la
Banca Múltiple de diciembre del 78 a mayo del 79. ha-
bía sido de un 11.8%, y ya para julio del mismo 79 se
había elevado a 19.3%, lo cual pone en evidencia la
tendencia al fortalecimiento del monopolio bancario.

De estos recursos captados en formas diversas -dice


Proceso- tan sólo entre BANCOMER y BANAMEX lo-
48
graron captar más de 40 mil millones ¡Por cuenta de
ahorros! Y sí estos dos bancos captaron esa cantidad
que seguramente parte de ella se encontraba dispersa
en manos de trabajadores ¿Cuánto no logrará captar
por concepto de ahorros el conjunto del sistema ban-
cario?

Las utilidades que obtiene la oligarquía por estos me-


dios son cuantiosas. Del total del capital captado, los
ahorros que provienen de particulares se les otorga in-
tereses que oscilan entre el 4.5% y el 18% a los depósi-
tos a plazo fijo. En cambio, de estos recursos, los ban-
queros conceden créditos y financiamientos bajo inter-
eses casi nunca menores al 25%. Pero tienen aún ma-
yores dividendos de los recursos captados, a cuentas
de cheques, ya que no generan interés alguno para el
depositante y sí para banqueros que los financian. Por
este concepto, BANCOMER y BANAMEX captaron du-
rante en año [ilegible] la cantidad de 100 mil millones.
En general, los recursos captados de pequeños y me-
dianos ahorradores, reciben intereses menores a la
tasa inflacionaria, es decir, menores a la devaluación
que van sufriendo, y en cambio, son prestados bajo
porcentajes mucho mayores.

Aunado a éstas, una de las actividades especulativas


más lucrativas para la banca es la de los empréstitos
al Estado, pues con ellos, además de no arriesgar y de
obtener enormes dividendos, producto de las elevadas
tasas de interés y de los privilegios que el Estado les
otorga para sus negocios, resulta doblemente benefi-
ciada, pues una cantidad de estos capitales el Estado
49
la destina para estimular a varias de las empresas en
las cuales la banca posee acciones, y en algunos de los
casos el control de ellas. De esta forma la banca con-
tribuye a la reproducción y fortalecimiento de la deuda
pública, no sólo proporcionando créditos desde el inte-
rior del país sino que, como se señala en el N° 202 de
“Proceso”, otorgándolos desde el extranjero a través de
consorcios europeos, en los que grupos como BANA-
MEX, BANCOMER y SERFIN, son de los principales
accionistas; préstamos que los hacen imponiendo ta-
sas de interés bastante elevadas, y bajo condiciones
más rigurosas, incluso que las que imponen el FMI y el
BID y con esto, la banca nacional contribuye también
en el endeudamiento externo. Con ambos empréstitos al
Estado, los principales grupos bancarios nacionales crean
condiciones para mantener su dominio en el Estado.

En otro plano, al ocupar internacionalmente una posi-


ción de atraso, en relación con las grandes institucio-
nes financieras y consorcios bancarios, la banca na-
cional se ve obligada a recurrir constantemente al fi-
nanciamiento extranjero, bien sea directamente o a
través del Estado, con lo que permanentemente repro-
ducen y afianzan sus relaciones de sometimiento eco-
nómico y política con éstos, sin dejar al mismo tiempo
de estar compitiéndoles permanentemente, en su afán
de lograr mejores posiciones y una mayor independen-
cia de aquéllos. Tal cuestión es una característica pro-
pia de las relaciones imperialistas en el marco interna-
cional, expresión de las posiciones de fuerza, mayores
o menores, ocupadas por los diversos grupos monopó-
licos.
50
Y en este sentido, unos y otros, son de un carácter
igualmente imperialista, sin importar que sean más
fuertes o más débiles; de tal forma que la posición de
fuerza de la banca mexicana, particularmente de los
grupos BANCOMER, BANAMEX, SERFIN y COMER-
MEX, de frente a la banca de países más atrasados; y
por otro lado, su posición de inferioridad ante los
grandes monopolios bancarios internacionales, el que
tenga que recurrir al financiamiento extranjero, y el
que en algunos de ellos figuren accionistas extranje-
ros, no la exime, en lo absoluto, de su carácter impe-
rialista, aunque no pocos ideólogos con tintes progre-
sistas, se afanen en [tratar de] demostrar lo contrario.

Sí con lo que hasta estos momentos hemos señalado


en la parte I y II, se deja ver que el capitalismo en Mé-
xico se encuentra en la fase imperialista de su
desarrollo; ello se expresa también en la primacía al-
canzada por el capital financiero; en la dominación ac-
tual de la oligarquía financiera y, sobre todo, en el
desarrollo alcanzado por la exportación de capitales
"nacionales". Pero estos son puntos que abordaremos
en el próximo número de Madera para continuar con
el tema: México en la fase imperialista.


51
Tercera Parte
El capital financiero

A
l igual que en casi la totalidad de los países, en
México, sobre la base del alto grado de concen-
tración y centralización que va alcanzando la
producción y el capital que da lugar a los monopolios y
a su fortalecimiento creciente, y al mismo tiempo que
van surgiendo los bancos y concentrándose creciente-
mente hasta dar lugar y consolidarse el monopolio
bancario, y al irse ligando éstos con la industria, es
como va emanando y adquiriendo fuerza el capital fi-
nanciero hasta alcanzar a penetrar en todos los cam-
pos y llegar a colocarse como la forma predominante
del capital. "Concentración de la producción, monopo-
lios que se derivan de la misma; fusión o engarce de
los bancos con la industria: tal es la historia de la apa-
rición del capital financiero y lo que dicho concepto
encierra" (Lenin).

El capital financiero surgido de la fusión del capital


industrial con el capital bancario y expresión a su vez
del capital altamente centralizado, tiene ya muchos
años de ser dominante en el país, cuestión que de ma-
nera general se deja ver en el hecho de cómo las insti-
tuciones financieras y sobre todo aquellos grupos ban-
carios más poderosos, aparecen estrechamente ligados
(la mayoría de las veces como accionistas principales)
no sólo a las empresas industriales más importantes,
sino también a aquellas de un carácter relativamente
52
secundario. El capital financiero está presente como
forma dominante en las diversas ramas de la indus-
tria, en la agricultura, en el comercio y el transporte,
en la industria de la construcción y el turismo, es de-
cir, en todas partes De ahí que la fusión o el engarce
de los bancos con la industria sea la personificación y
a su vez el termómetro que indica el predominio del
capital financiero.

Este fenómeno, la fusión del capital bancario con el


industrial, y el dominio del capital financiero al que da
lugar tal fusión, en términos generales se ejemplifica
con datos como los que ya mencionábamos acerca de
los bancos en el número 54 de Madera y con otros,
que han sido dados a conocer en los últimos meses.

Pero insistimos una vez más, los datos e informaciones


que estamos utilizando no son datos completos y sufi-
cientes, que nos presenten con exactitud rigurosa la
situación financiera del monopolio bancario, todos sus
nexos con las diversas empresas, cuántas de éstas
contratan, y en cuantas de ellas participan como so-
cios minoritarios, nuestra intención es fundamental-
mente poner en evidencia y demostrar como es que los
rasgos y características principales de la fase imperia-
lista existen y se expresan en el país. De ahí que nues-
tro objetivo al citar datos es evidenciar las tendencias
del capital en este sentido y no el de proporcionar un
informe de carácter administrativo.

Regresando, en el número anterior de Madera señalá-


bamos como ya para 1970 BANCOMER controlaba 7
53
empresas de las más importantes en el país y partici-
paba en otras 42. BANAMEX controlaba 43 empresas,
10 de ellas importantes, y participaba en otras 52, de
las que 13 se les consideraba como parte de las 100
más importantes del país. SERFIN controlaba 59, 14
de ellas se encontraban entre los 100 más importan-
tes, y cómo, ya para estas fechas, este grupo mantenía
el monopolio del vidrio, un fuerte control sobre empre-
sas químicas, un gran peso en la industria cervecera y
en otras ramas. COMERMEX mantenía control sobre
13 empresas y participaba en 33 más, de estas 46, 6
se encontraban entre las 100 más importantes.

Y obviamente, del setenta a la fecha, el engarce de los


bancos con la industria ha venido aumentando.

Un puñado de grupos bancarios como BANCOMER,


BANAMEX, COMERMEX SERFIN, BANCA SOMEX y
otros han ampliado sus redes, su influencia sobre las
principales ramas de la producción, hasta llegar a
mantener el actual dominio hegemónico.

Según informaciones del “Anuario Financiero y Bursá-


til" de la Asociación de Banqueros de México, de la
bolsa de Valores y de algunas revistas y periódicos,
Jorge G. Castañeda señala en "El Machete" de julio de
1980, página 45, varias empresas en las cuales"...los
principales bancos del país son accionistas principa-
les”.

BANAMEX:
Celanese Mexicana, Cementos Apasco, Compañía Me-
54
xicana de Aviación, Hulera "El Centenario”, IEM, IN-
DETEL, John Deere, Kimberly Clark de México, París
Londres, Reynolds Aluminio, Teleindustria ERICSSON,
Uniốn Carbide Mexicana, Camino Real, Asbestos de
Mexico, Cementos Anáhuac, Compañía de las Fabricas
de Papel San Rafael,. Hipocampo, Hotel Alameda, In-
dustria Papelera Nacional, Lister, Diesel Mexicana, Fi-
bracel, Cervecería Modelo, DESC Sociedad de Fomento
e Industria, Ladrillera Monterrey y empresas "La Mo-
derna".

BANCOMER:
Anderson Clayton, Puerto de Liverpool, Minera Prisco,
General Electric de Mexico, Pigmentos y Productos
Químicos, Cementos Anáhuac, Prograsa, Arrendadora
Bancomer, Productos Mexalit, Minera "Las Torres".
Química Flúor.

COMERMEX:
Industria Purina, Arrendadora Comermex y Grupo
Chihuahua.

SERFIN:
Allis Chalmors Mexicana, Puerto de Liverpool, Fundi-
dora de Aceros Tepeyac, Arrendadora Serfín, Ladrillera
de Monterrey, Fomento de Industria y Comercio (FIC-
SA).

NACIONAL FINANCIERA:
Altos Hornos de Mexico, Cigarros La Tabacalera Mexi-
cana, Compañía Industrial San Cristobal. Compañía
Minera de Cananea, Tubos de Acero de Mexico, Ce-
55
mentos Guadalajara, Cobre de México, Teléfonos de
México. Consorcio Minero Benito Juárez, Peña Colora-
da, Azufrera Panamericana, Fundidora de Monterrey y
Grupo Condumex.

De estas empresas citadas, el mismo Castañeda desta-


ca que 19 se encuentran entre las primeras empresas
más importantes del país, 33 entre las primeras 100, y
todas ellas, a excepción de 4, se encuentran entre las
500 empresas más fuertes de México.

Cabe señalar también, que sí la lista que proporciona,


es significativa, esto es aún más sí consideramos que
la mayoría de las empresas citadas no son simples
“fabriquitas” sino grupos a los que pertenecen varias
empresas grandes, pequeñas y medianas.

De tal forma que al ser los accionistas principales y


ejercer control, los grupos bancarios mantienen a su
vez un control y prácticamente la dirección de todo un
conjunto de empresas que giran en torno a las empre-
sas citadas, al grado de que en muchos de los casos
rigen y pueden decidir sobre el destino de todas ellas.
Los siguientes son algunos de estos casos:

Grupo DESC, de la cual BANAMEX es uno de los dos


accionistas principales, incluye a 12 empresas entre
las que se encuentran DM Nacional, R.C.A.. Industrias
Resistol, Bujías Mexicanas, Industria Eléctrica Auto-
motriz, Intercontinental Spicer e Industrias de Baleros.

Ladrillera Monterrey, en el que BANAMEX aparece


56
como su accionista principal, se dice que es la cabeza
del Grupo LAMOSA, compuesto este por 8 empresas,
entre otras, por Crest, Plastimetal, Sanitarios Azteca y
Central de Minerales.

El grupo Chihuahua, del que COMERMEX es su prin-


cipal accionista, se conforma por casi 40 empresas,
entre estas se encuentran EQUIMAQ, DONER, Aviones
de Chihuahua, Constructora Chuyina, Maquinaria In-
dustrial y de Transporte, MOEX, etc. Y tiene participa-
ción, con promedio de un 40% en 11 empresas más
como en el Parque Industrial de Chihuahua, Aceros de
Chihuahua, Industrias [ELO], etc.

FICSA, que aparece controlada por SERFIN, incluye a


casi 40 empresas, entre ellas figuran: Vidriera Monte-
rrey, Proveedora del Hogar, Constructora Inmobiliaria
GIROC, Fabricación de máquinas. Productos Kimax de
México, etc.

Fundidora Monterrey, donde dominan las acciones de


Nacional Financiera; está conformado por 6 subsidia-
rias. Tubería Nacional, Hierros y Aceros del Norte. In-
ternacional de Aceros, son algunas de ellas.

Y como éstas, podríamos mencionar a otras más, como VISA


y ALFA, donde los accionistas principales son los Garza Sada
y los Garza Lagüera, que a le vez, son los accionistas princi-
pales de SERFIN, y como los mismos grupos donde el Estado
tiene gran injerencia a través de Nacional Financiera, del
Banco Mexicano SOMEX, Banco Internacional y de
otros.
57
El capital financiero ha llegado “a tener un control y
dominio de las principales empresas y a decidir la vida
de la mayoría de las pequeñas, adquiere un control mo-
nopólico de los recursos naturales y de la tierra, tanto
de la dedicada a la agricultura y a la ganadería, como
la destinada a la 'vivienda " (Oseas).

Y es tan evidente la primacía actual del capital finan-


ciero, que si bien se expresa abiertamente en los casos
de los grandes grupos bancarios, con los grupos ban-
carios más débiles no lo es menos, pues aunque con
menos fuerza y extension, la tendencia creciente hacia
la fusión del capital de estos bancos con el capital in-
dustrial, es visible a todas luces. Por ejemplo, Banca
CREMI, que ocupa el 10º lugar entre los 32 bancos
que controlan 95% de las actividades bancarias el
país, se mantiene como el accionista mayoritario de
empresas tan importantes como El Palacio de Hierro,
Cervecería Moctezuma, Central de Malta y de Subsi-
diaria e Industrias Peñoles (compuesta por 26 empre-
sas). Este caso y el de otros bancos, incluso con acti-
vos muy inferiores a los de Banca CREMI, pero que
participan y controlan algunas empresas, no hacen
sino hablar de cómo la fusión del capital bancario y el
capital industrial, es un fenómeno generalizado en el
país, y que la dominación del capital financiero, se en-
cuentra desde hace ya bastante tiempo consolidado.

Pero sí esto es así, la primacía del capital financiero


nos demuestra a la vez el grado de consolidación de
dominación alcanzado por la oligarquía financiera,
58
pues es precisamente esta, la capa superior del con-
junto de la clase burguesa, la propietaria del capital
financiero. La primacía del capital financiero trae apa-
rejada la consolidación y dominio de la oligarquía fi-
nanciera en la economía y en el campo de la política. Y
a su vez, la dominación hegemónica de la oligarquía
financiera es la personificación de la primacía del capi-
tal financiero, de la fusión del capital bancario con el
capital industrial.

Así, resulta fácil observar cómo en la vida cotidiana los


magnates banqueros aparecen a la vez como los in-
dustriales más importantes y viceversa, e igualmente,
de cómo aparecen como los principales comerciantes y
terratenientes. Los siguientes son ejemplos ilustrativos
al respecto:

Eugenio Garza Lagüera:


Presidente de Banca SERFIN. Forma parte de los Con-
sejos de Administración de Banca SERFIN, BANCO-
MER, Grupo Industrial ALFA, Grupo Industrial Minera
Mexico, Química Hoocker, Unión Carbide Mexicana,
Banco Azteca, Banco Comercial Mexicano de Monte-
rrey. Y es presidente del Consejo de Administración de
Financiera Crédito de Monterrey y de Valores Indus-
triales,S.A. (VISA).

Alberto Bailleres:
Presidente del Consejo de Administración de Banca
CREMI, de Central de Malta y de Cervecería Moctezu-
ma. Y forma parte de los Consejos de Administración
de BANCOMER, de COMERMEX, Desc. Sociedad de
59
Fomento e Industria, El Palacio de Hierro, Industrias
Peñoles, Química Hockey, Spicer y Camino Real.

Crescencio Ballesteros:
Presidente del Consejo de Administración de Compa-
ñía Mexicana de Aviación y de John Deere; forma par-
te de los consejos de Administración de BANAMEX, de
Desc. Sociedad de Fomento e Industria, de Kimberley
Clark de Mexico, Negromex, de Union Carbide Mexica-
na y de otras más.

Antonio Ruiz Galindo Jr.:


Presidente del Consejo de Administración de Desc. So-
ciedad de Fomento e Industria, y forma parte de los
Consejos de Administración de BANAMEX, Altos Hor-
nos de México, Aluminio, S.A., Desc., Fundidora Mon-
terrey, Hulera Centenario, Teléfonos de Mexico y de
otras más.

Estos son sólo algunos de los oligarcas mexicanos, y


no precisamente los máximos exponentes. Existen
otros con un peso económico y político mucho mayor
tales como Alemán, Espinosa Yglesias, Legorreta, los
Garza Sada y varios más.

Es este puñado de oligarcas la capa superior de la


burguesía, quienes toman y ejercen dirección sobre el
conjunto del proceso productivo y quienes, sobre la
base de mantener un control hegemónico sobre el Es-
tado, deciden imponer su política al proletariado y a
las masas populares, principalmente a través de la vio-
lencia.
60
Pero también es este grupo de oligarcas los que parti-
cularmente en el seno de la clase burguesa, imponen
sus decisiones a los grupos burgueses más débiles, a
los pequeños y medianos productores y al conjunto de
la clase burguesa.

No es nada fortuito que pertenezcan a los grupos mo-


nopólicos más poderosos los que en última instancia
decidan la política a desarrollar por el Estado, y que
tal política va ya encaminada a favorecer particular-
mente los intereses de estos monopolios. De aquí el
que los grupos monopólicos más fuertes, permanezcan
en pugnas constantes por mantener su dominio en los
puestos claves del Estado.

Sí en el país, el mismo desarrollo de las fuerzas pro-


ductivas bajo las relaciones capitalistas de producción
al alcanzar un elevado desarrollo, condujeron inevita-
blemente al arribo del capitalismo a la fase superior de
su desarrollo, al imperialismo, en donde el capital fi-
nanciero es dominante y en donde se ha con solidado
y se fortalece enormemente, la oligarquía financiera; es
importante destacar algunas de las actividades que
menciona Lenin, sobre todo en El Imperialismo, Fase
Superior del Capitalismo. Y señaladas por Oseas en el
capítulo I de Las Cuestiones Fundamentales…; activi-
dades que al mismo tiempo que demuestran la exis-
tencia del imperialismo, su realización permite exten-
der y fortalecer al capital financiero y al dominio de la
oligarquía financiera, y con todo ello, a impulsar el
proceso de concentración de la producción y centrali-
61
zación del capital: la fuerza de los monopolios. Estas
actividades son especialmente las referidas a la llama-
da participación y a la emisión de valores, ambas liga-
das casi siempre a la Bolsa de Valores.

En cuanto al sistema de "participación", en la parte I y


II de este análisis hemos tocado ya algunos aspectos,
por ejemplo cuando señalábamos la tendencia crecien-
te a la concentración de la banca.Y en este mismo
apartado, más arriba, ejemplificamos también cómo al
ser dueños o contar con acciones en importantes em-
presas y que logran colocarse como los accionistas
principales, los bancos las controlan y a través de es-
tos mismos, participan en otras diversas empresas.

Citando a G. Heyman, Lenin presentaba la participa-


ción de la siguiente forma: “El dirigente controla la so-
ciedad fundamental (textualmente, la sociedad matriz);
ésta, a su vez, ejerce el dominio sobre las sociedades
que dependen de ella (sociedades filiales); estas últimas
sobre las sociedades nietas, etc. De tal forma es posi-
ble, sin poseer un capital demasiado grande, dominar
sobre ramas gigantescas de la producción". De esta
forma el grupo dirigente o “matriz" con un capital rela-
tivamente pequeño pero suficiente como para colocar-
se como accionista principal llega a controlar vastos
capitales de las empresas en las que participa. Y más
temprano que tarde, la oligarquía o grupos monopóli-
cos más poderosos que fungen con el grupo “matriz”,
terminan por desplazar a los accionistas menores y
adueñarse por completo de varias de estas empresas,
grandes, pequeñas o medianas y ensanchar su poder.
62
"Pero el sistema de participación no solo sirve
para aumentar en proporciones gigantescas el
poderío de los monopolistas, sino que, ade-
más, permite llevar a cabo impunemente toda
clase de negocios oscuros y sucios y robar al
publico, pues los dirigentes de las sociedades
matrices' no responden formalmente, según la
ley, por la 'sociedad filial', a la que se consi-
dera 'independiente' y a través de la cual se
puede 'hacer pasar todo”. Lenin.

Como los grandes capitalistas con la “democratización”


del capital de sus empresas, o sea, con la venta de una
parte de las acciones a diversos inversionistas media-
nos y pequeños, no significa que se fortalezca la pe-
queña o mediana producción, sino que en realidad ese
es un recurso para reforzar el poder de la oligarquía
financiera. Los grandes oligarcas pueden vender, y lo
hacen, una parte de las acciones, conservando siem-
pre una determinada proporción de ellas, por ejemplo
el 40%, que les permita seguir siendo socios mayorita-
rios. Y así pueden, ademas de invertir en otras empre-
sas, controlar el capital de miles de pequeños accionis-
tas. Por ejemplo, BANAMEX acaba de adquirir un pa-
quete accionario del grupo llamado Bufete Industrial
apenas cercano al 40%, lo que lo convierte en socio
mayoritario y por tanto, le da el control de las empre-
sas que conforman ese grupo. Es el mismo caso de la
Minera Frisco de otras compañías que controla BAN-
COMER, y en general de todas las empresas que con-
trolan los grandes grupos bancarios.
63
De esa manera, la Bolsa, que ha pasado a ser contro-
lada por los grandes bancos, es un recurso más a tra-
vés del cuál, con la compra y venta de acciones, con la
emisión de valores y hasta con diversas medidas espe-
culativas, la oligarquía financiera controla bajo sus re-
des enormes masas de capitales que antes estaban
dispersos, muy superiores a los que son de su propie-
dad.

“Si durante los periodos de auge industrial los be-


neficios del capital financiero son desmesurados,
durante los periodos de depresión se arruinan las
pequeñas empresas y las empresas poco fuertes,
mientras que los grandes bancos “participan” en
la adquisición de las mismas a bajo precio o en su
lucrativo “saneamiento” y “reorganización”. Al
efectuarse el saneamiento de las empresas defici-
tarias, el capital en acciones sufre una baja, esto
es, los beneficios son distribuidos sobre un capital
menor y se calculan en lo sucesivo sobre ese capi-
tal. O si la rentabilidad ha quedado reducida a
cero, se incorpora nuevo capital, el cual, al unirse
al capital viejo, menos lucrativo, produce ya un
beneficio suficiente. Conviene decir añade Hilfer-
ding que todos esos saneamientos y reorganiza-
ciones tienen una doble importancia para los ban-
cos: primero, como operación lucrativa, y segundo,
como ocasión propicia para colocar a esas socie-
dades necesitadas bajo su dependencia”. Lenin,
El Imperialismo, Fase Superior del Capitalismo.

Por último, la creciente emisión de valores por parte de


64
las grandes empresas monopólicas y también del Es-
tado, tanto a través de la Bolsa como a través de otros
conductos, han venido reafirmando el dominio del ca-
pital financiero al mostrar la separación del capital di-
nero y del capital productivo. Como bien lo plantea
Castañeda, “[…] lo característico de los valores es que
disocian la posesión del capital dinero, que vuelve a es-
tar en manos de una gran cantidad de individuos, pe-
queños y grandes ahorradores, de la posesión del capi-
tal productivo, de su gestión, que sigue en manos de la
burguesía como tal”.

Aparte de la emisión de valores a través de petrobonos


y de CETES (Certificados de la Tesorería), que han te-
nido un enorme incremento en los últimos años, las
operaciones realizadas a través de la Bolsa, reafirman
lo que decimos.

Los siguientes son algunos datos que a grandes ras-


gos, nos dan una idea de la situación de la Bolsa Me-
xicana de Valores de 1961 a 1978 (en millones de pe-
sos).

Valor de las operaciones en Bolsa:


1961 7.7 mil
1977 169.2 mil
Aumento: 2,200%

1975 75.3 mil


1977 169.2 mil

65
Aumento:124%

Valor de Acciones Operadas:


1961 134
1978 30.3 mil
Aumento: 22,500%

1975 3.6 mil


1978 30.3 mil
Aumento: 717%

Volumen de Acciones Negociadas:


1961 1.3
1978 356
Aumento: 27,000%

1975 40
1978 356
Aumento: 78%

Promedio Precios y Cotizaciones:


213 (último precio prome-
1975
dio del año).
1978 889

Aumento: 317%
Además de estas operaciones, existen otras particularmen-
te lucrativas para la oligarquía financiera. Una de ellas es la
especulación con los terrenos ubicados en algunas partes
de las grandes ciudades y en sus alrededores.

66
En este caso salta a la vista la estrecha ligazón exis-
tente entre los bancos, el pulpo camionero y los pro-
pietarios de los terrenos que casi siempre son oligarcas
o en su defecto, éstos en casi todas las ocasiones los
compran para luego especular.

Para lograr un precio más elevado en la venta de los


terrenos, la oligarquía (que casi siempre cuenta con
sus propias compañías constructoras) los vende ya
fincados, como en el caso de los “fraccionamientos”.
Como es de importancia decisiva el transporte, la co-
municación de estos lugares con las partes más im-
portantes de la ciudad, al poner en venta terrenos ur-
banos o "fraccionamientos", la oligarquía primero ase-
gura el transporte y los demás servicios (agua, luz, te-
léfono, etc.) actividades todas estas que entre los di-
versos grupos monopólicos controlan y dirigen. Y todo
esto obviamente protegido y solapado por el Estado.

En el medio rural el color de las cosas no es diferente.


A pesar del peso considerable de los monopolios ex-
tranjeros en el campo, la penetración de los grandes
grupos bancarios es cada vez mayor, han venido pene-
trando con gran fuerza y desplazando a las antiguas
“casas refaccionarias”. Han venido desplazando pro-
ducción campesina e imponiendo condiciones para el
desarrollo de la producción a gran escala, altamente
capitalista. Han aumentado su influencia en las em-
presas ejidales a través del financiamiento a éstas y en
general han impuesto condiciones en el agro que les
permiten aumentar aún más sus ganancias.

67
La presencia de los bancos es tan evidente que mu-
chos grandes capitalistas en el campo como los Tama-
yo Muller, Robinson Bours, en Sonora; Jenkins en
Puebla; Vallina en Chihuahua y otros más, son gran-
des oligarcas que tienen una participación importante
en los poderosos grupos bancarios.

Si con lo que aquí mencionamos se deja ver la existen-


cia de la primacía del capital financiero en el país, la
penetración de éste en todos los campos y el dominio
pleno de la oligarquía financiera, todo ello como expre-
sión del arribo del capitalismo "mexicano" a la fase im-
perialista, la consolidación de esta fase particular y
superior de su desarrollo, se expresa también en la
tendencia creciente y necesaria del capital financiero
“mexicano" por extender sus áreas de influencia más
allá de las fronteras nacionales; en otras palabras, en
la exportación de capital "nacional" hacia otros países,
preferentemente a aquellos con un desarrollo capitalis-
ta inferior. Será esta la parte IV del tema, la cual ex-
pondremos en el próximo número de Madera.


68
Cuarta Parte
Exportación de capitales

L
enin, en su obra "El imperialismo, fase superior
del capitalismo” afirma que “lo que caracterizaba
al viejo capitalismo, en el cual dominaba por com-
pleto la libre competencia, era la exportación de mer-
cancías. Lo que caracteriza al capitalismo moderno, en
el que impera el monopolio, es la exportación de
capital".

Esta tendencia se ha venido expresando con el capita-


lismo "mexicano" y consolidándose cada vez mas, pues
con el alto desarrollo alcanzado por las fuerzas pro-
ductivas, con el enorme progreso de la ciencia y la
tecnología, etcétera, la enorme masa de plusvalía que
obtiene la burguesía y más particularmente la oligar-
quía financiera, no es destinada dar solución a los
problemas y necesidades de los trabajadores, sino a
aumentar las ganancias de la clase burguesa invir-
tiendo una parte de estos capitales en el país y expor-
tando otra al extranjero.

La exportación de capitales “nacionales" se viene dando


sobre la base del elevado grado de concentración y
centralización alcanzado por la producción y el capital
en el país, donde el capital financiero ha llegado a ser
dominante en todas las ramas de la producción. El ca-
pitalismo en plena "madurez", ha permitido y obligado
a la oligarquía financiera a buscar la ampliación del
69
campo de acción de sus capitales más allá de las fron-
teras nacionales. Las redes del capital financiero “me-
xicano” han venido extendiéndose y penetrando inclu-
so a algunos de los países avanzados, y con mayor
fuerza en los países con un desarrollo capitalista infe-
rior como los centro y sudamericanos, que reúnen un
conjunto de condiciones sumamente favorables para la
valorización de capital "mexicano".

Por concepto de créditos, son elevados los intereses


que se obtienen; la coinversión en empresas o montar-
las por cuenta propia, les reporta enormes utilidades
ya que encuentran terrenos y fuerza de trabajo barata,
técnicas atrasadas, materia prima disponible y barata,
facilidades por el fisco, y en general condiciones "acep-
tables" en la esfera de la circulación para la realización
del capital, es decir, para la venta misma del producto
en el mercado de esos países.

En cuanto a la posibilidad y a la necesidad de la ex-


portación de capitales en la fase imperialista del
desarrollo capitalista, Lenin planteaba: "La posibilidad
de la exportación de capitales está determinada por el
hecho de que una serie de países atrasados han sido
ya incorporados a la circulación del capitalismo mun-
dial. En estos países atrasados las ganancias suelen
ser generalmente elevadas, pues los capitales son es-
casos, el precio de la tierra es relativamente barato, los
salarios bajos, y las materias primas baratas […] La
necesidad de exportación de capitales obedece al hecho
de que en algunos países, el capitalismo está ya ´de-
masiado maduro’ y al capital le falta (dados el desarro-
70
llo insuficiente de la agricultura y la miseria de las ma-
sas) campo para su inversión lucrativa”.

Cabe comentar como la evidente exportación de capi-


tales ha orillado a algunas organizaciones oportunis-
tas, entre estas a la “Corriente Socialista” ha recono-
cer, aunque sea en el mejor de los casos un reconoci-
miento a medias, el arribo del capitalismo "mexicano" a
su fase imperialista. Pero pese a tal evidencia, una
gran parte de los grupos y partidos oportunistas, al
igual que parte de los intelectuales burgueses del tipo
de Jorge Alcocer y de los teóricos destacados del Parti-
do Comunista Mexicano, quienes cual vulgares aves-
truces que ocultan la cabeza y cierra los ojos, se afe-
rran en rebatir el carácter imperialista del capitalismo
"nacional” colocándose como verdaderos [aduladores]
del Imperialismo, al ocultar la realidad al proletariado
y masas populares y querer jalar a estos a una política
nacionalista en defensa de los intereses de la oligar-
quía y los monopolios “nacionales” ante los monopolios
extranjeros. Para plantear ello utilizan un conjunto de
argumentos por demás burdos e impregnados de un
vulgar mecanicismo con los cuales tergiversan la teoría
marxista del imperialismo al negar, por ejemplo, que el
capitalismo mexicano sea imperialista porque "su polí-
tica no es expansionista”, porque “carece de colonias",
etcétera, hasta llegar a profundizar a Kautsky y recu-
rrir, como lo hace Alcocer y muchos más, al déficit en
la balanza de pagos y a comparar las inversiones ex-
tranjeras en el país con las cantidades de capital me-
xicano exportado y, de esta relación cuantitativa des-
ventajosa para México, deducir su carácter no imperia-
71
lista. Malos augurios para la burguesía cuando sus
emisarios en el seno del movimiento obrero padecen de
esta miopía progresiva ya tan avanzada.

La misma información que en forma dispersa ha esta-


do proporcionando la burguesía en varios periódicos y
revistas y que aquí utilizamos, contradice a estos adu-
ladores del capital y son más que suficientes para ha-
cer ver la existencia de la exportación de capitales y
cómo es que en torno a esta se da la expansión del ca-
pitalismo “mexicano". Esta cuestión no cambia por el
hecho de que la oligarquía financiera “mexicana” no
cuente con las clásicas colonias que las grandes po-
tencias tenían a fines del siglo XIX y principios del XX
y tampoco cambia por el hecho de que el monto de ca-
pital exportado sea muy inferior al de los capitales ex-
portados por las potencias mundiales y al capital que
es invertido en Mexico por éstas mismas. La existen-
cia, por mínima que sea, de la exportación de capita-
les, demuestra que el capitalismo “mexicano" es tan
imperialista y tan rapiñesco como el de Estados Uni-
dos, Alemania, Japón, [Rusia], Francia o Inglaterra.
Otro problema es que la oligarquía financiera mexica-
na ocupe internacionalmente una posición inferior a la
de las potencias imperialistas.

Pese a todos los intentos de la burguesía y de los opor-


tunistas por oscurecer la realidad, el conjunto de in-
formaciones vertidas expresan lo que ya Oseas plan-
teaba en varios de sus análisis: una tendencia crecien-
te a la exportación del capital “nacional". Veamos cómo

72
se expresa esto en el caso de los bancos y de algunas
empresas industriales “privadas" y estatales.

Cuando analizamos el sistema de la banca nacional en


el número 54 de “Madera", hacíamos ver el grado de
concentración alcanzado por ésta y la consolidación
del monopolio bancario en el país, etc. Pues bien, la
actividad financiera de la banca no se reduce al área
nacional. Varios de estos bancos cuentan con filiales
en el extranjero, y sobre todo BANCOMER, BANAMEX,
SERFIN, COMERMEX y varias de las instituciones fi-
nancieras del Estado otorgan financiamiento (présta-
mos, etc.), como grupos bancarios, a diversas empre-
sas extranjeras y, a través de los consorcios bancarios
europeos que integran y encabezan, conceden présta-
mos no sólo a empresas de diversos países centro y
sudamericanos y de otras partes del mundo, sino tam-
bién a empresas privadas y al Estado mexicano.

Según el informe anual rendido por Espinosa Yglesias.


Presidente del Consejo de Administración de BANCO-
MER, para 1979 BANCOMER contaba ya con seis filia-
les en el extranjero, y para 1980 pensaba realizar con-
siderables avances en este terreno. En un estudio del
economista uruguayo Jose Manuel Quijano, citado en
Proceso Nº 202 por Carlos Ramírez, se dice que el gru-
po "Libra Bank", del cual forma parte BANCOMER con
una participación del 8% en el capital social del grupo,
concedió un total de 21 créditos, equivalentes a 1,246
millones de dólares, a varios países latinoamericanos,
y que de estos créditos, cuatro correspondieron a Bra-
sil, tres a Argentina, tres a Chile y tres a México. Se
73
dice también que en el grupo European Brasilian
Bank, los bancos mexicanos participan con un 13.7 %.

De octubre de 1978 a diciembre de 1979, son quince


los préstamos concedidos por la banca mexicana,
equivalentes a 1,699 millones de dólares. Como líder
del sindicato de bancos han concedido seis créditos
por 734 millones de dólares: Cuatro créditos a México,
uno a Honduras y uno a Brasil. Como banco asociado
de un sindicato, concedieron nueve créditos por 965
millones de dólares: dos de estos créditos a México,
dos a Chile, dos a Ecuador, dos a España y uno a Bra-
sil.

De la banca mexicana, como exportador de capitales,


tal vez sea BANAMEX el caso más ilustrativo. Según
Jorge G. Castañeda “la primera sucursal de BANAMEX
en Nueva York se inauguró hace 50 años".

Agrega que BANAMEX cuenta con sucursales en Los


Ángeles y Londres. En Estados Unidos cuenta con el
BANAMEX Holding Corp., con Ammex Holding Corp. y
con el California Comerce Bank que fue fundado en
1980 como resultado de la fusión entre un banco de
California y el Community Bank of California, del que
BANAMEX poseía el 95% de las acciones.

En el plano internacional BANAMEX es uno de los so-


cios más importantes, tal vez mayoritario, del consor-
cio INTERMEX, que incluye a INTERMEX Holding. IN-
TERMEX International Bank LTD. A su vez, cada gru-
po de estos está compuesto por varios bancos de los
74
que BANAMEX resulta ser el accionista principal por
lo menos en dos de ellos. Los cuadros siguientes lo
ejemplifican:

Cuadro 1
International Mexican Bank LTD
BANAMEX 36.25%
Bank of America 27.5%
Deutsche Bank AG 14.5%
Union Bank of Switzerland 14.5%
Dai Ichi Bank 14.5%

Cuadro 2
INITIMEX Holding
BANAMEX 25%
Banco Nacional de Comercio
13%
Exterior
Nacional Financiera (NAFIN-
13%
SA)
Bank of America 20%
Union Bank of Switzerland 12%
Deutsche Bank AG 12%
Dai Ichi Kangyo Bank 5%

75
Como se observará, en el caso del International Mexi-
can Bank, que participa en los financiamientos que
otorga el consorcio INTERMEX y que como grupo ha
otorgado préstamos nada despreciables, BANAMEX es
su accionista mayoritario con un 36.25% de las accio-
nes. En el caso de INTERMEX Holding. cuyos activos
en 1979 sumaron más de 600 millones de dólares,
BANAMEX Cuenta con el 25% de las acciones; entre
éste, NAFINSA y el Banco Nacional de Comercio Exte-
rior (estos dos últimos del Estado) reúnen el 51% de
las acciones, lo que les ha permitido colocar al presi-
dente de BANAMEX, Agustín Legorreta, como presi-
dente de INTERMEX Holding. Con todo esto, BANA-
MEX se coloca como una de las empresas trasnaciona-
les mexicanas con gran potencial de desarrollo.

Como consorcio INTERMEX ha realizado estos últimos


[días] una actividad financiera considerable. Los si-
guientes según Jorge G. Castañeda y Manuel Quijano,
son algunos de los préstamos internacionales dirigidos
y co dirigidos por INTERMEX de 1978 a 1979, de los
cuales varios han sido liderados por BANAMEX. En
millones de dólares.

Cuadro 3
Hacia América del Sur y del Centro
Telecomunicaciones de Brasil 80
Banco Real de Brasil 17
Banco Central de Chile 370

76
Compañía Aceros del Pacifico de Chi-
42
le
Flota Petrolera Ecuatoriana 15
República de Ecuador 100
Interconexión Eléctrica de Colombia 75
República de Honduras 18
Municipio de Quito 50
Banco Central de Reserva de El Sal-
25
vador
República de Panam 70
Total 862

Cuadro 4
Hacia otros países
Astilleros Españoles 60
Eurovías, Concesionaria Espa-
35
ñola de Autopistas S.A.
Eurovias, Concesionaria Espa-
42
ñola de Autopistas S.A.
Sonatrach (Argelia) 57
194

Cuadro 5
Hacia Mexico

77
PEMEX 240
PEMEX 120
PEMEX 15
CFE 600
Estado mexicano 250
Barca Somex de Mexico 225
NAFINSA 100
NAFINSA 425
Celanese Mexicana 300
Celanese Mexicana 39
Cementos Mexicanos 31
BANCOMEXT 700
COMERMEX 25
Cementos Anáhuac del Golfo 27
Total 3097

Total Centro y Sudamérica 862


Otros países 194
México 3097
Suma de totales 4,153

Tan sólo de 1978 a 1979 fue de 4,153 millones de dó-


lares el equivalente de los préstamos concedidos por
INTERMEX, con los que obtuvo cuantiosas utilidades
78
de las que, seguramente, BANAMEX como socio prin-
cipal, ha de percibir la mayor parte de la tajada. Y esto
es lo que se exporta sólo a través de INTERMEX. Una
considerable masa de capitales "nacionales" es expor-
tada también a través de consorcios como el "Libra
Bank" y el "Euro-Latinoamerican Bank", en los cuales
BANCOMER y SERFIN son socios y, además, por éstos
y por varios bancos más que lo hacen por su cuenta
como bancos nacionales; exportaciones que segura-
mente, como ya algunos oligarcas banqueros y algu-
nos funcionarios han declarado, aumentarán enor-
memente de 1980 en adelante: sobre todo si tomamos
en cuenta que el petróleo es utilizado por la oligarquía
financiera "mexicana" como instrumento para abrirse
campo el ámbito internacional.

Y esta exportación se da, insistimos, independiente-


mente de que el monto de tales capitales sea muy infe-
rior al que exportan las grandes potencias y también,
independientemente de que una gran parte de dichos
capitales son canalizados desde el extranjero hacia
México, pues, por un lado, parte de estos capitales son
destinados a otros países y por otro, si hacia México es
canalizada una mayor o menor masa (para el caso, la
cantidad no es lo que importa), tal cuestión no altera
absolutamente nada la esencia del fenómeno, ya que
la exportación se da desde el momento en que la banca
mexicana es capaz de colocar una determinada masa
de capital en el extranjero, en los consorcios bancarios
que integra. De ahí en adelante, la distribución inter-
nacional que se realice, sea a México o a otros países,
es ya otro punto, referido más bien a la forma o a la
79
modalidad que adquiera el fenómeno de la exportación
de capitales.

Que esto sea así y no de otra forma, lo determinan las


leyes del capitalismo en su fase imperialista, que en
este caso nos dejan ver dos cosas: una, la de cómo el
Estado mexicano, que participa en INTERMEX por
medio de NAFINSA y del Banco Nacional de Comercio
Exterior, apoya e impulsa enormemente a la banca na-
cional para que extienda y consolide sus actividades
financieras. internacionales, reafirmando con ello su
carácter de administrador común de los negocios de la
oligarquía financiera, de asesor y rector que asegura la
reproducción del proceso de producción capitalista en
el capitalismo monopolista de Estado (este aspecto lo
abordaremos próximamente en un capítulo especial). Y
dos, ante la inferioridad de frente a los grandes grupos
bancarios comandados por las potencias imperialistas,
los bancos "nacionales" tienden a unirse con bancos de
otros países y a formar grupos o sindicatos, procuran-
do colocarse siempre como accionistas principales,
para, por medio de éstos que reúnen un capital mayor,
realizar sus actividades financieras con posiciones de
mayor fuerza.

En las informaciones que hasta el momento han verti-


do las diversas instituciones burguesas, algunas de
ellas citadas en los cuadros de arriba y en los que más
adelante proporcionaremos sobre algunas empresas
industriales, es notorio aquello en lo que tanto hemos
insistido en otras ocasiones: la fuerte tendencia y pre-
ferencia de la oligarquía financiera por colocar sus ca-
80
pitales en países de Centro y Sudamérica. En razón a
esto, son significativos los avances que la oligarquía
financiera mexicana, a través del Estado, ha venido
realizando de 1979 a la fecha, pues utilizando como
punta de lanza el petróleo, ha establecido varios
acuerdos y convenios (ver: “Una gira provechosa para
la burguesía" en Madera número 52) con los que, en
general, ha mejorado condiciones para aumentar su
fuerza en esos lugares y para tratar de ganar áreas de
influencia. Pero además, como las informaciones lo in-
dican, los capitales "nacionales" son exportados tam-
bién a países como España, Argelia, las islas caribeñas
y a otros incluidas algunas potencias como Estados
Unidos Alemania Federal y Japón en donde las trans-
nacionales BANAMEX y ALFA cuentan con varias su-
cursales.

Si en el caso de los bancos la exportación de capitales


es más que evidente y significativa, es más si agrega-
mos las actividades internacionales de varias de las
empresas industriales mexicanas que se ubican como
trasnacionales. En el caso de estas industrias, a dife-
rencia de los bancos, la exportación de capitales se da
con base a la instalación de plantas filiales subsidia-
rias. He aquí algunos ejemplos:

Cuadro 6
• Fomento de Industria y Comercio (FICSA)
• Industria Centroamericana del Vidrio
• Sílice de Centroamérica (Guatemala)
• Sílice de Costa Rica
• Centroamericana de Tapas (Costa Rica)
81
• Brasividrio Limitada (Brasil)
• Distribuidora Industrial y Comercial de Centroamérica
(Costa Rica, Nicaragua)

Se dice que FICSA, con un 46% de las acciones, queda


a la cabeza de la empresa Industria Centroamericana y
a través de esta controla las demás empresas citadas
en el cuadro, ya que Industria Centroamericana funge
como la dueña de todas ellas. Obsérvese como en este
caso y en el de INTERMEX que veíamos más arriba, a
través del sistema de “participación” del cual hablamos
en el capítulo III, internacionalmente la oligarquía fi-
nanciera mexicana llega a controlar enormes capitales
de grupos monopólicos extranjeros.

Cuadro 7
• Ingenieros Civiles Asociados (ICA)
• Incantrobas (República Dominicana)
• Industrias del Hierro Guayana (Venezuela)
• Grandicon (Colombia)
• Pregel (Brasil)

La especialidad de este grupo (ICA) es la exportación


de tecnología, bien sea proporcionando asesoría o rea-
lizando importantes construcciones en diversos países.
Panamá, Venezuela, República Dominicana, Colombia,
Chile y Brasil son algunos de ellos. Actualmente tiene
varios contratos a la puerta con Argentina Paraguay y
con otros países.

Cuadro 8
• Compañía Minera Autlán

82
• Minera Autlán (Panamá) incluye a: Hornos Eléctricos de
Venezuela
• Autlán Metals International, Co. (EU)
• Autlán Manganese (EU) a su vez incluye a Airrco Alloys
Inc. (EU)

Compañía Minera Autlán es un consorcio minero colo-


cado como el segundo productor de manganeso en
América Latina y el primero en la producción de fe-
rroaleaciones. Se encuentra altamente especializado y
es una empresa completamente integrada desde las
minas hasta las plantas de ferroaleaciones en el ex-
tranjero, pasando por las plantas de procesamiento del
mineral en México. Anteriormente ese consorcio expor-
taba parte de su producción hacia Estados Unidos y
Venezuela, pero hoy prácticamente no lo hace pues
compró en la planta “Airrco Alloys, Inc.” y en Ve-
nezuela, Hornos Eléctricos, con las que adquirió inclu-
so un mayor mercado en esos países.

Cuadro 9
• Bufete Industrial
• Minera Autlán (Panama) Incluye a:
• Hornos Eléctricos de Venezuela
• Autlán metals International, Co (EU)
• Autlán Manganese (EU) a su vez incluye a: Airrco
Alloys Inc. (EU)

Según informaciones, Bufete Industrial se denomina


"la más grande y completa empresa de ingeniería en
América Latina". Su participación en el mercado lati-
noamericano es de gran peso vendiendo ingeniería, di-

83
seños, consultoría, planeación, construcción, etc. Al-
gunos de sus últimos clientes son los siguientes: Esso
Standard Oil (Managua), Refinería Petrolera Acajutla
S.A. (El Salvador) Central Yaritagua (Venezuela), In-
dustria Nacional de Papel (República Dominicana), Ni-
trógeno S.A. (Perú), Central Rio Turbio (Venezuela),
Papel de Tucumán (Argentina) Industrias (Siderúrgi-
cas) del Perú. Los siguientes son ejemplos similares a
los citados:

Cuadro 10
• Grupo Alfa
• Hylsa International Corporation
• Electrónica Aural LTD
• Ádmiral Trade Corporation
• Asociación en el Exterior (comercialización):
• GHH Sterkrade (Alemania Federal)
• Pullman Swindell (EU)
• Kawasaki Heavy Industries Japón

Cuadro 11
• Valores Industriales S.A. VISA
• Anthony J. Fizza Food Products Co. (EU)
• Development Overseas Business Corporation
• Dob Distributing Corporations
• Dob Food Products
• Impex International, Inc.
• Multinational Investment Corp.
• N.V. Indias Investment Corp.
• Olympia Cheese Corp.
• Laredo National Bank

84
Es importante destacar que la exportación de capitales
realizada por todas estas empresas bancarias e indus-
triales, además de apoyarla proporcionándole todo tipo
de facilidades para que se realice y desarrolle progresi-
vamente, el Estado participa activamente como expor-
tador de capitales por medio de sus instituciones fi-
nancieras como NAFINSA y Banco Nacional de Comer-
cio Exterior. Por cierto, hace algunos meses concedió a
Nicaragua un crédito por 100 millones de pesos, el
cual fue empleado para la compra de camiones DINA
que el mismo Estado mexicano le vendió (¡Negocio re-
dondo!). Lo hace colocando en algunos países de Cen-
troamérica a empresas como FERTIMEX y viene em-
pujando fuertemente estos últimos años con PEMEX,
proporcionando asesoría técnica a algunos países (Ni-
caragua es uno de ellos), comprando procesadoras de
petróleo en otros como en España, donde PEMEX es
ya el socio mayoritario de la refinería PETRONOR. En
este sentido es explicable el hecho de que el Estado
mexicano en ocasiones recurra al endeudamiento ex-
terno y destine tales préstamos a la exportación hacia
otros países. Cuán flojo resulta pues el argumento de
la deuda externa para santificar al Estado mexicano y
negar su carácter imperialista.

Es por demás evidente que la exportación de capitales


mexicanos es una tendencia desde hace años consoli-
dada que viene intensificándose y aumentando. Sobre
la base de la exportación de capitales y no sobre el es-
tablecimiento de colonias, el capitalismo mexicano se
ha venido expandiendo internacionalmente acrecen-

85
tando su poder económico y político, conquistando
mercados y tratando de ganar áreas de influencia.

Todo lo anterior nos viene a reafirmar que el capita-


lismo mexicano se encuentra plenamente maduro, en
la fase imperialista de su desarrollo. La misma expor-
tación de capitales es característica y producto inevi-
table del capitalismo imperialista y en ningún momen-
to un hecho aislado y casual que carece de importan-
cia, como afanosamente lo quieren demostrar los ideó-
logos del régimen, tanto burgueses como "demócratas"
tipo Alcocer.

Nada más pedante que las argumentaciones triviales


de trasfondo chauvinista que se afanan en confundir y
oscurecer la realidad afirmando que la exportación de
capitales mexicanos es inexistente, pues todas las em-
presas o instituciones que aparecen como exportado-
ras son simples "prestanombres"o intermediarios de
los poderosos monopolios extranjeros. Si bien en algu-
nos casos, como con Industrias Peñoles y Minera
Autlán, existen inversiones extranjeras menores al
50%, lo cierto es que aunque el porcentaje de capital
extranjero fuese mayor al 50% (casos muy reducidos),
la exportación de capitales mexicanos se daría con el
solo hecho de que en tales instituciones o empresas
exista una de terminada cantidad de estos. Si de las
utilidades que reporte esta exportación, quedan pocas
o muchas en manos de la oligarquía "nacional", aún
así, la exportación se realiza.

86
Igualmente nefastas y peligrosas para el movimiento
obrero son las afirmaciones anti dialécticas e impreg-
nadas de un mecanicismo burdo de la intelectualidad
pequeñoburguesa que recurre a la comparación cuan-
titativa, a la situación deficitaria en la balanza de pa-
gos para hacer ver el carácter deudor del Estado mexi-
cano, y de ahí negar la existencia de capitales exporta-
dos y desprender el carácter no imperialista del capita-
lismo mexicano. Bajo este método, al comparar los ca-
pitales exportados por Francia, Japón y Alemania con
los exportados por Estados Unidos; resultaría que
Francia, Japón y Alemania no serían imperialistas por
que exportan menos capitales que Estados Unidos.

Obviamente, al afirmar que los monopolios mexicanos


exportan capitales, no afirmamos que el Estado sea
fundamentalmente acreedor. No, en el plano interna-
cional el capitalismo mexicano y su Estado quedan en-
cuadrados predominantemente como deudores. Pero,
vale la pena insistir, las leyes del capitalismo en su
fase imperialista no dan cabida sólo a la exportación
de capital por las potencias. Dan lugar también a la
exportación de capitales por aquellos Estados o grupos
monopólicos relativamente débiles hacia otros aún
más débiles y en cierta medida, hacia las mismas po-
tencias.

México exporta capitales hacia otros países y hacia Es-


tados Unidos, Alemania y Japón y eso no le niega su
carácter de Estado deudor, no lo exenta de sus lazos
de sometimiento económico y político hacia Estados
Unidos.
87
Tal y como veremos en el capítulo V de esta serie, que
expondremos en el próximo número de "Madera" [57],
pese a que en el plano internacional el Estado mexi-
cano se ubica como deudor, pese a que la oligarquía
financiera nacional se encuentra permanentemente
sometida principalmente a los monopolios norteameri-
canos, el capitalismo mexicano ha venido ganando po-
siciones y reforzándose internacionalmente .

“Mientras el capitalismo sea capitalismo, el exce-


dente de capital no se dedica a elevar el nivel de
vida de las masas del país, ya que eso significaría
mermar las ganancias de los capitalistas, sino a
acrecentar estas ganancias mediante la exporta-
ción de capitales al extranjero, a los países atra-
sados". Lenin. "El imperialismo, fase superior
del capitalismo”.

Fin de la cuarta entrega.

Transcrito en la Ciudad de México en junio-julio del


2020 por David Cilia Olmos.

88
Acerca de los autores

Jesús Manuel Arana Murillo. Fue un estudiante de la Fa-


cultad de Economía de la UNAM, que como parte de la Liga
Comunista 23 de Septiembre le tocó la tarea de abordar el
análisis de la economía mexicana con rigor científico. Los
resultados de sus estudios fueron publicados en 4 entregas
en los números 53 al 56 del periódico clandestino Madera,
órgano central de la Liga Comunista 23 de Septiembre. El
trabajo elaborado quedó trunco pues la quinta entrega no
vió la luz debido a la emboscada que le tendió la Secretaría
de Gobernación el 22 de enero de 1981. Antes de su muerte
Jesús Manuel Arana Murillo acumuló una importante expe-
riencia militante. En la década de los setentas fue captura-
do en su estado natal, Sonora, encarcelado en la prisión de
Hermosillo, ya en libertad Jesús Manuel se incorporó de
lleno a la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Miguel Ángel Barraza García. Fue considerado por la


Liga Comunista 23 de Septiembre como su último dirigente
histórico. El hombre más buscado del país a finales de la
década de los setentas y principios de los ochentas, partici-
pó en la fundación de la Liga Comunista 23 de Septiembre y
se mantuvo en la clandestinidad, en medio del asedio más
terrible contra esta organización hasta que cayó abatido
por la DFS de la Secretaría de Gobernación en las inmedia-
ciones de Ciudad Universitaria de la Ciudad de México, el
22 de enero de 1981.

89
Consejo de Redacción del Periódico Madera. Todo es-
crito publicada en el periódico Madera, era esencialmente
producto de la discusión colectiva y por tanto un producto
social. El Consejo de Redacción del periódico Madera, con-
formado entre otras personas por Teresa Gutiérrez Her-
nández y probablemente por Martha Olga Medrano Torres,
fue determinante para la presentación final de “México en
la Fase Imperialista”.

Las caídas del 22 de enero de 1981

E
l 22 de enero de 1981 al término de sus clases
en el edificio de la Facultad de Economía de la
Universidad Nacional Autónoma de México, Je-
sús Manuel Arana Murillo, estudiante de la facultad y
ex-preso político del movimiento enfermo en Sonora,
fue seguido discretamente por agentes de la Dirección
Federal de Seguridad (DFS), la policía política del ré-
gimen, él había sido detectado, luego de una larga y
persistente vigilancia, cuando distribuía el periódico
Madera en salones vacíos y en los baños de la facul-
tad.

Jesús Manuel, sin percatarse de que lo seguían enca-


minó sus pasos hacia un parque ubicado en la calle de
Odontología, en las inmediaciones de la Ciudad Uni-
versitaria de la Ciudad de México.

Un par de años antes, lo primero que había hecho Je-


sús Manuel luego de salir de la cárcel de Hermosillo
Sonora, después de 4 años de terribles suplicios, fue
continuar con sus estudios de Economía, ahora en la
90
UNAM. Durante su estancia en prisión había tenido
suficiente tiempo para reflexio nar y producto de esa
reflexión, ahora estaba escribiendo el libro México en la
Fase Imperialista, que ya se publicaba por entregas en
el periódico Madera de la Liga Comunista 23 de Sep-
tiembre. Por su capacidad teórica, Jesús Manuel se
había convertido en uno de los pilares del órgano cen-
tral.

Minutos antes, en el pequeño jardín de Odontología,


Miguel Ángel Barraza García se había acercado a dos
estudiantes que sentados en el pasto lo esperan ha-
ciendo bromas.
—Qué pues Charro –le dijo Miguel Ángel dirigiéndose a
Marco Antonio Arana a manera de saludo.
—Qué pues Fernando – Contestó Marco Antonio.
—¡Y ahí les va otro corrido! –dice Miguel Ángel diri-
giéndose al otro muchacho simulando tocar una guita-
rra, e imitando con el tono de voz un comercial de sal
de uvas Picot.

Después de un largo movimiento de huelga en 1980 la


Normal Rural Plutarco Elías Calles en “El Quinto”, So-
nora, la represión gubernamental llevó a la expulsión
de los más destacados representantes estudiantiles,
cerca de 30 jóvenes habían sido boletinados por la Se-
cretaría de Educación Pública, para que tampoco pu-
dieran continuar sus estudios en otra escuela Normal.
Ahora, Marco Antonio y su compañero5 inscritos en la
Preparatoria Popular Tacuba de la Ciudad de México,

5 Jesús Abel Uriarte Borboa o Eduardo Echeverría Valdés. Uno de los dos.

91
a dos mil kilómetros de distancia de la Normal Rural
del Quinto, Marco Antonio y su compañero seguían
haciendo lo mismo que hacían por allá, repartir propa-
ganda clandestina, formar círculos de estudio y orga-
nizarse con la gente para hacer la revolución.

Hasta cierto punto, la vida de Miguel Ángel Barraza


había sido la misma, había nacido en el lejano ejido “El
Arenal” en Durango, había logrado entrar a la Normal
Rural de Aguilera, gracias a su esfuerzo personal y a
su inteligencia, pero sobre todo, al esfuerzo de sus pa-
dres campesinos. Luego de un periodo de reflexión se
había incorporado 10 años antes, siendo muy joven, al
movimiento revolucionario.

Ahora, con sus 30 y tantos años a cuestas, era sin lu-


gar a duda el hombre más buscado por todas las poli-
cías del país. Miguel Angel Barraza García alias “Fer-
nando”, o “Manuel” era miembro desde la III Reunión
Nacional de la dirección histórica de la Liga, había vi-
vido los aciagos días del periodo gris, había asegurado
la continuidad del trabajo en medio de las dificultades
que la caída de Ignacio Arturo Salas Obregón “Oseas”,
había dejado, junto con David Jiménez Sarmiento y los
hermanos Luis Miguel y Jesús Manuel Corral García
había respondido a las exigencias que la situación im-
ponía a la organización clandestina, que a toda costa
trataba de ser liquidada por el Estado. En 1977–78
ante la caída de David Jiménez Sarmiento Chano y de
los hermanos Corral García, desarticulada casi por
completo la Liga logró la reorganización de las fuerzas

92
y la actividad de la organización, y posibilitó en gran
medida el desarrollo cualitativo y cuantitativo de la
Liga Comunista 23 de Septiembre en el nuevo periodo.

En el parque Marco Antonio buscaba con la mirada en


dirección al acceso a Ciudad Universitaria a Jesús
Manuel su hermano, que ya debería estar ahí, quién
por fin llegó caminando, sin prisa alguna, aunque ya
estaba con un par de minutos retraso.

Ese día los universitarios tendrían una importante


movilización. 12 días antes, el 10 de enero de 1981 el
pueblo salvadoreño había lanzado una ofensiva militar
de gran envergadura contra su propia dictadura, va-
rias ciudades se habían levantado en insurrección,
tropas del ejército represor habían desertado en masa
con armas y equipaje, para pasarse a las filas insur-
gentes y a nivel mundial el pueblo Salvadoreño había
solicitado a los pueblos del mundo que se movilizaran
en sus respectivos países para impedir el ataque direc-
to del Ejército de Los Estados Unidos, que como gen-
darme mundial estaba decidido a impedir el derroca-
miento del régimen asesino afín a sus intereses.

Como en muchas de las escuelas, fábricas y asam-


bleas de gente que luchaba era común encontrarse
con una repartiza de Madera, si bien, ya no se entre-
gaban de mano en mano y con un comando armado de
resguardo, la gente al caminar por los pasillos, o al en-
trar a los baños o salones, encontraba ejemplares del
periódico Madera, que guardaba rápida y a veces ner-
viosamente entre sus ropas, para leerlo después.
93
Muchas semanas tenía la DFS vigilando los baños y
salones de la Facultad de Economía de la UNAM, utili-
zando todo tipo de disfraces y tecnología, ese día, la
Dirección Federal de Seguridad había establecido una
relación entre la propaganda que se repartía en la Fa-
cultad de Economía y el estudiante Jesús Manuel Ara-
na Murillo. No era cualquier propaganda, se trataba
del número 56 del Madera, esto es, lo último que ha-
bía impreso la Liga, tal vez la noche anterior. De inme-
diato se activó un fuerte mecanismo para su captura,
el Estado no escatimaba esfuerzos en estos casos y
avisando al sector central de la Dirección Federal de
Seguridad, de inmediato se concentraron tanto los
agentes de esta, como los de la Brigada Blanca, al
mando de Sahagún Baca y Arturo Durazo Moreno.

Poco antes de que los 4 jóvenes se dispersaran, deses-


perados los agentes que los observaban a cierta dis-
tancia, les marcaron el alto, Barraza sacó su arma de
la espalda y disparó, Jesús Manuel quien apenas es-
taba levantándose del pasto sacó su arma de la bota y
también disparó contra los agentes.

—¡Corran! –gritó Jesús Manuel a su hermano y al otro


joven— ¡corran!

Aprovechando la cobertura de Jesús Manuel y Barra-


za, Marco Antonio y su compañero echaron a correr y
sorteando automóviles pudieron escapar de la zona.

94
Sin saberlo, Jesús Manuel había sido seguido por la
policía hasta su encuentro con Miguel Ángel Barraza
García, en la calle de Odontología en las inmediaciones
de Ciudad Universitaria.

Luego de un feroz combate, la superioridad numérica


de la policía se impuso, ambos militantes quedaron
heridos o muertos y fueron trasladados a uno de los
centros de la Dirección Federal de Seguridad. Durante
varios días, el Estado había guardado silencio sobre el
hecho, en espera de capturar más militantes de la
Liga.

Marco Antonio y su compañero avisaron a la organiza-


ción y más tarde se comunicó por vía telefónica con su
madre en Hermosillo Sonora, quien se presentó ante
Miguel Nazar Haro, director de la DFS a reclamar el
cadáver de su hijo Jesús Manuel. Nazar con todo ci-
nismo amenazó a la profesora Consuelo Murillo: “Si no
quiere ver igualmente muerto a su hijo Marco Antonio,
entréguemelo de inmediato”.

La profesora Consuelo Murillo, que ya había pasado


por la tragedia de tener 2 hijos presos por motivos po-
líticos en la cárcel de Hermosillo, se negó rotundamen-
te y la policía arreció sus intentos de capturar a marco
Antonio y al resto de militantes de la Liga Comunista
23 de Septiembre. Aún no se sabe con precisión cuan-
tos detenidos desaparecidos hubo entre el 22 de enero
de 1981 y el 12 de enero de 1982, en el período cono-
cido más tarde como periodo negro de la Liga Comu-

95
nista 23 de septiembre, lo cierto es que esta continuó
con su actividad.

El libro que hoy presentamos, fruto principalmente de


la investigaciones y reflexiones de Jesus Manuel Arana
Murillo, quedó trunco debido a su muerte en combate
ese 22 de enero de 1981. Aunque en la cuarta entrega
se informa de su continuación en entregas subsecuen-
tes, estas ya nunca vieron la luz.

Hoy, en el 40 aniversario de su caída en combate, pre-


sentamos este libro como un homenaje a Jesus Ma-
nuel Arana Murillo y junto con él a los demás militan-
tes de la Liga Comunista 23 de Septiembre que tuvie-
ron una participación directa en la producción final
del texto, como Miguel Ángel Barraza García y los inte-
grantes del Consejo de Redacción del periódico Madera,
entre otros Teresa Gutierrez Hernández, quien sería
desaparecida por el gobierno mexicano un año des-
pués.

Este libro también incluye el texto: “Las bases objeti-


vas de la próxima situación revolucionaria” escrito y
publicado en 1983 por la Comisión de Enlace de la
Liga Comunista 23 de Septiembre y que pretendió de
alguna manera continuar con el abordaje del análisis
económico de su tiempo.
David Cilia Olmos
Ciudad de México. 16 de enero de 2021

96
LAS BASES
OBJETIVAS DE
LA PROXIMA
SITUACION
REVOLUCIONARIA
Coordinació n de Enlace de la
Liga Comunista 23 de Septiembre
Mé xico, 1983.

Escrito en 1983 por David Cilia Olmos (Mario) de la


Coordinació n de Enlace de la Liga Comunista 23 de
Septiembre. Publicado en febrero y marzo de 1984 en los
nú mero 14 y 15 del perió dico "13 DE JUNIO", ó rgano del
Comité Comunista Estudiantil.

Segunda edició n a cargo de la Editorial Huasipungo


Tierra Roja. Ciudad de Mé xico. Junio de 2020.

97
Las bases objetivas de la
próxima situación
revolucionaria
Introducción

D
ifícil es orientar nuestra actividad revolucionaria cuando la
perspectiva del movimiento es incierta. Los acontecimien-
tos de la lucha se desarrollan cada vez a una velocidad más
vertiginosa. Surgen las preguntas: ¿El movimiento del proletariado
está a la ofensiva? ¿el movimiento progresa o está en retirada? y
sobre todo: ¿a dónde nos va a llevar la actual situación económica?
¿hay posibilidades de un cambio que beneficie al proletariado?

Las respuestas a éstas preguntas nadie nos las va a dar, nosotros las
tenemos que buscar, es una tarea que tienen los revolucionarios.
Con éste artículo esperamos iniciar el estudio de la situación ac-
tual, estudio indispensable para dar respuesta a las anteriores pre-
guntas y plantearnos una táctica adecuada.

El artículo es largo porque no podemos plantearnos la complicada


situación económica y política del país en dos o tres palabras. Es-
peramos que los compañeros sinceramente interesados en el cam-
bio revolucionario le presten la atención debida; esperamos que
sepan, no disculpar, sino ayudar a superar las debilidades de éste
análisis, debilidades que son producto de nuestro aún precario ni-
vel en el terreno de la economía política. Aún con todo esto, pen-
samos que el artículo puede ser de utilidad para todo aquel que
quiera comprender la realidad para transformarla.
98
La situación política
Vivimos como dijera el camarada Oseas, un período de ascenso
histórico, un ascenso revolucionario de carácter estratégico. Este
ascenso se da, de la lucha de los ferrocarrileros a la fecha y, ha es-
tado compuesto por una serie de flujos y reflujos tácticos. Así, lue-
go de la represión contra el movimiento ferrocarrilero vino un pe-
ríodo de reflujo que abarcaría aproximadamente hasta el año 1965;
de ahí en adelante se inicia, con la lucha magisterial y de los médi-
cos, con la inauguración de la lucha armada proletaria en nuestro
país y con los diferentes movimientos estudiantiles de 1965 a
1967, un ascenso que tendría su punto máximo en la situación re-
volucionaria de 1968.

Después del '68 se inicia un periodo de reflujo que culminaría en


1972 con el ascenso del movimiento obrero fabril y con la genera-
lización de la lucha armada como forma imprescindible de lucha;
este ascenso sería frenado nuevamente a sangre y fuego con una
carnicería más bestial que la del '68, que sin embargo sería menos
visible ya que no se da --como la del '68-- en una sola plaza (La
Plaza de las Tres Culturas), sino en todo el país, y no se da en un
solo día, sino a lo largo de varios años a partir de 1974. Este largo
y sangriento período de reflujo tendría su punto más alto junto con
el relativo auge de la economía capitalista en México que se da en-
tre 1978 y 1980.

Así llegamos al presente periodo de ascenso estratégico del movi-


miento. Fue el ascenso del movimiento magisterial, el surgimiento
de movimientos proletarios en el seno de sectores tan importantes
como los autobuses urbanos y el Metro, lo que vino a marcar el fin
del periodo de reflujo y el inicio del nuevo ascenso que se presenta
tenuemente a fines de 1981 y viene a consolidarse hasta que la
primera gran oleada táctica del nuevo ascenso se presenta, ya con
carta de naturalización, en los últimos días de septiembre de 1982.
El movimiento social, las masas, toman después de 14 años el Zó-
calo de la ciudad de México, la desconfianza al Estado se traduce
en acción de miles y miles de obreros a lo largo y ancho del país.

99
Esta oleada iría tomando cada vez más fuerza, desbordando por la
vía de los hechos las limitaciones que a su desarrollo ponían los
agentes de la burguesía incrustados en el movimiento, los oportu-
nistas; éste ascenso tendría como clímax la gran jornada huelguís-
tica de enero-junio de 1983 y como expresiones más relevantes, las
grandes y combativas movilizaciones del proletariado magisterial y
los combates del proletariado estudiantil, Preparatoria Popular Ta-
cuba y Tecnológico de Ciudad Juárez, contra la policía, donde por
primera vez en muchos años, los estudiantes obtienen una victoria
táctica.

Este ascenso táctico, esta primera gran oleada del nuevo flujo es-
tratégico sería frenada aproximadamente en julio de 1983 entre
otras cosas ocasionado por la descarada traición de los oportunistas
que impulsaron al movimiento formas de lucha que no correspon-
dían a la situación de éste. Cuando la lucha exigía energía, los
oportunistas pudieron imponer la pasividad, la conciliación, vaci-
lación y timoratés; cuando había fuerza, se encargaron de disper-
sarla, dirigirla hacia el desgaste, hacia la derrota. Así, la primera
oleada terminó con la derrota de las principales huelgas y movi-
mientos proletarios desarrollados en el periodo. Sin la ayuda del
oportunismo difícilmente el Estado habría podido obtener una vic-
toria y esto nos habla de lo determinante que es para el movimiento
la carencia de una organización proletaria, de lo grave que es que
el proletariado no se haya aún constituido en clase para sí, en par-
tido político.

Sin embargo, esa victoria táctica general del Estado sobre la prime-
ra oleada del ascenso estratégico, no representa en verdad una de-
rrota estratégica, sino un aplazamiento de la lucha por parte del
proletariado, un repliegue obligado ante la necesidad de zafarse
antes de la quinta columna enemiga para poder desatar la lucha
hasta sus últimas consecuencias.

El Estado compró dirigentes, presionó a otros, asesinó a los más


combativos, persiguió a los más honestos, rompió sangrientamente
huelgas, desapareció empresas enteras para contener a los trabaja-
dores, en gran medida lo logró. Sin embargo, los movimientos no

100
habían surgido por la voluntad de los dirigentes, la demanda de
aumento salarial no era una especulación de la clase obrera. Todas
y cada una de las demandas de los trabajadores tiene su razón de
ser y no son producto de deseos. Sino de necesidades. La clase
necesita sobrevivir. Al reprimir las huelgas, al no dar solución real
a ninguna de las demandas, al dar paliativos a graves necesidades
urgentes de la población, estas necesidades se agudizan y cada día
que pasa se convierten en un factor explosivo de mayor fuerza.

Eso es lo que el Estado, la burguesía y los sindicaleros no han


aprendido de la biología. El hambre solo se resuelve comiendo. Por
mucho que manden a sus pistoleros a romper una huelga, por mu-
cho que los oportunistas sindicaleros amanecen e intimiden las
asambleas de los trabajadores, por mucho que golpeen una mani-
festación, no podrán acabar con la lucha del pueblo trabajador,
porque ésta lucha es para garantizar, ya ni siquiera una mejoría,
sino tan solo la propia sobrevivencia.

El Estado ha contenido tácticamente el ascenso, pero, dentro de


poco las huelgas no serán de un sector, sino de todos, no afectarán
una región, sino todas las regiones; no serán protagonizadas por
los destacamentos más susceptibles del proletariado, sino por to-
dos los sectores. Este ascenso es producto de la crisis, y en esta
crisis una parte de la población trabajadora se está jugando su su-
pervivencia, se está jugando su existencia real y esto no se puede
resolver con discursos ni con grillas, ni del gobierno, ni de los pa-
trones, ni de los sindicaleros.

Y así como en el capitalismo el Estado burgués no tiene otra salida


más que aumentar el hambre, aumentar la explotación, el desem-
pleo, la inflación, aumentar el asesinato masivo silencioso pero real
de una gran parte de la población, para salir --él y su clase-- lo me-
jor librados de la crisis, así el proletariado tampoco tiene otra alter-
nativa que suprimir el Estado burgués, acabar con la crisis, el ham-
bre y el desempleo, tomando en sus manos la conducción de la so-
ciedad e implantando su dictadura revolucionaria.

101
¿Cuáles son las bases económicas que hacen posible, necesaria e
inevitable el cumplimiento de ésta tarea?

La situación económica de la clase


trabajadora.
Ya cada trabajador sabe las penurias por las que individualmente
pasa debido al sistema capitalista de explotación, así que aquí nos
vamos a limitar a ver esa problemática pero en su nivel social, es
decir, en cómo afecta a toda la clase trabajadora.

En primer lugar vamos a ver como en los aumentos de salario y los


aumentos de precios, se va abriendo una brecha que permite al
burgués rebajar el salario real del trabajador, aún cuando le au-
mente el salario nominal.

Incremento de salarios y de precios en los últimos 8 años


197 197 198
Año 6 7
1978 1979
0
1981 1982 1983

% Aumento de
129. 148. 178. 231. 301. 475. 856.
precios 100
1 1 5 1 1 7 2
(1976=100%)

96. 106.
Salario (Pesos $) 120 138 163 210 280 540
7 4

% Aumento al sala- 124. 142. 168. 289.


100 111 217 558
rio 1 7 5 5

Salario Real a pre-


100 99.2 95.9 94.7 88.9 90.5 79.2 56.3
cios de 1976

Estos datos los podemos interpretar justamente, sí comprendemos


que el índice de precios al consumidor es un dato que la burguesía
manipula lo más que puede, para justificar año con año el bajo in-
cremento de los salarios.

102
En la actualidad con un salario mínimo se compra más o menos la
mitad de lo que se podía comprar en 1976. Por lo que se requieren
dos salarios mínimos para comprar lo que antes se adquiría con
uno sólo.

En segundo lugar, vamos a comparar la disminución del salario


real con el incremento de la ganancia obtenida por los burgueses,
mediante el dato que nos proporciona la tasa de incremento de la
renta de las acciones, todo esto de 1976 a 1981.

Relación entre el salario real y la ganancia.

Entre 1976 y 1981, el salario real disminuyó un 9.5%, sin embar-


go, el incremento en la ganancia de los burgueses (renta de las ac-
ciones) fue de 69%.

Variación
Año 1976 1981
Total
Incremento de la Renta de las ac-
ciones (1976=100) 100% 169% 69%

Decremento del Salario real


(1976=100) 100% 9.5% -9.5%

Sí esto lo comparamos con el incremento de la producción durante


un año en el país, esto es, con el incremento del valor del PIB, va-
mos a ver que mientras más produce la clase obrera, menos recibe
a cambio.

Aumento de lo producido en el país (PIB) en relación con el salario


real
PIB / Año 1976 1977 1978 1979 1980

103
PIB (Valor 1976=100) 100% 135% 170% 224% 312%

Salario real (1976=100) 100% 99.2% 95.9% 94.7% 88.9%

Por último, es difícil saber cuáles son los ingresos reales de la bur-
guesía, el Estado oculta y amaña esos datos, pero son sumas fan-
tásticas que se acumulan año con año. El único indicio que obtu-
vimos, que de una u otra manera refleja los ingresos de la burgue-
sía, son los datos sobre los ingresos del Estado que deben correr un
tanto paralelamente a los ingresos de la burguesía. Entonces esta-
mos comparando los ingresos de la burguesía organizada en Esta-
do, con los ingresos de los obreros a nivel de clase.

Ingresos del Estado en relación a los ingresos del obrero.


Año 1977 1978 1979 1980 1981 1982

Ingreso del Estado en miles


415 554 751 1153 1542 2736
de millones de pesos ($)
Incremento porcentual con 100 134 181 278 372 660
respecto a 1977 (%) % % % % % %

Ingreso diario del obrero 106.


120 138 163 210 280
(pesos $) 4

Ingreso anual del obrero en 102.


38.8 43.8 50.4 59.5 76.6
miles de pesos ($) 2

Incremento porcentual con 100 113 130 154 198 264


respecto a 1977 (%) % % % % % %

Esto es, en 5 años los ingresos del Estado se han incrementado más
de dos veces respecto a los ingresos de los trabajadores en el mis-
mo periodo.

El problema del hambre


104
En términos estadísticos ya vimos que la penuria aumenta contra la
clase trabajadora. Veamos ahora cómo se traduce esto a la práctica
social.

Tomaremos como referencia el consumo de leche y sus derivados.


En México el consumo de leche en promedio por habitante es de
menos de un tercio de litro, cuando el mínimo mundial, según es-
timaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Ali-
mentación y la Agricultura (FAO- ONU) es de medio litro. Esto,
que es grave de por sí, es más grave aún cuando en la realidad los
burgueses en México consumen 12 veces más productos lácteos
que la población trabajadora del campo, una parte de la cual no
puede probar nunca ese alimento.

En México hay 8 millones y medio de niños de la clase trabajadora


con problemas agudos de desnutrición, está es una cifra conserva-
dora, ya que la mayoría de los niños de la clase trabajadora de ba-
jos recursos, sobre todo del campo, no cuenta en las estadísticas
de salud, simplemente porque no tienen acceso a servicios médi-
cos, Está cifra tampoco cuenta a la población infantil que muere en
los primeros años y que tiene como primera causa real los proble-
mas agudos de desnutrición. Según cifras de la ONU, uno de cada
diez niños muere por esta causa en los primero 2 años de vida.

Y si pasamos a ver el consumo de huevo, veremos que 5 millones


300 mil personas de la clase proletaria nunca comen huevo en este
país y que otros 8 millones de personas consumen en promedio
menos de un huevo al día.

Insistir aquí en el consumo de carne, frutas, mariscos, etc., sería


una provocación contra las tripas del lector, solo nos limitaremos a
decir que la crisis ha repercutido ya no solo en la población traba-
jadora sino también en las capas medias, estos sectores se ven limi-
tados o despojados del consumo de estos productos. Basta decir
que en la actualidad un kilogramo de carne equivale tanto o más
del 60% del salario mínimo de un obrero, lo que demuestra que el
capitalismo ha prohibido este alimento a amplias capas de trabaja-
dores y a su familia.

105
Pero veamos más de cerca como se expresa el problema salario-
hambre:

Según datos de la revista “Estrategia”, 600 mil candelilleros de los


estados de Chihuahua, Coahuila, Durango y Zacatecas no tienen ni
dónde trabajar, ni que comer, ni dónde ir y tienen ingresos de 4 pe-
sos diarios, en promedio.

En Yucatán, 56 mil henequeneros sobreviven con un salario entre 8


y 23 pesos diarios.

122 mil cañeros de la región centro y golfo del país viven en graví-
simas condiciones de vida. En el D.F. sobreviven unos 600 mil in-
dígenas náhuas, completamente depauperados. 15 mil indígenas de
San Juan Chamula en Chiapas, jornaleros del corte de café, reciben
salarios entre 10 y 120 pesos diarios por jornada de trabajo de 12
horas diarias. 5 millones de trabajadores agrícolas jamás han reci-
bido el salario mínimo del campo.

Todos estos son indicios de la situación que priva entre los trabaja-
dores que de una u otra manera tienen empleo. Pero además hay
proletarios que no tienen y por tanto, sus condiciones de vida, son
muchas veces peores.

El problema del desempleo


La población total del país (1983) varía entre 74.8 y 76.5 millones
de habitantes, la población en edad de trabajar varía entre 35 y 36
millones de personas, de éstas, ¿cuántas tienen empleo? Con exac-
titud no lo sabemos, la burguesía se cuida muy bien de dar esas
cifras. Según sus amañados datos existe un desempleo “bruto” del
8.5 % de la población económicamente activa y un índice de in-
cremento anual de 4.5%.

Entre 1981 y 1982, la tasa del desempleo se duplicó. Según datos


oficiales se debieron haber creado ese año más de 600 mil empleos
para aminorar en algo el grave problema del desempleo, pero ¿qué

106
ha pasado?, todo lo contrario. Lejos de crearse empleos, se han ve-
nido cerrando fuentes de trabajo, se ha venido recortando personal
en casi la totalidad de empresas e incluso, se han venido utilizando
las huelgas de algunas empresas, para mantener parada la produc-
ción sin tener que pagar a los trabajadores. Es decir, la burguesía
ha promovido mediante sus agentes de la CTM, CROC, CROM,
un sin número de paros patronales disfrazados de huelgas, lo que
permite a los patrones despedir, liquidar o suspender temporalmen-
te a los trabajadores, sin ninguna paga.

Y los datos que da la burguesía son bien claros no sólo para ver la
situación actual, sino también la que se avecina. José Luis Coin-
dreau, un dirigente de la burguesía industrial, CONCAMIN, anun-
cia que “la mayoría de las empresas mexicanas se encuentra en la
lona y su situación continuará así por lo menos durante un
año” (hasta 1984) pero además afirma que se necesitarán “muchos
años” para salir de sus crisis.

Según datos de la revista Expansión el 76% de las empresas del


país, no recibirán utilidades, es decir, pese a que van a obtener uti-
lidades para ellos, no van a dar a sus trabajadores ninguna utilidad,
ni van a reinvertir en la generación de más empleos. Dos de cada
tres empresas tendrán que reducir su personal y están apunto de
quebrar.

Hay que imaginarse esta situación traducida al mercado de la fuer-


za del trabajo, a la situación del desempleo y del empleo, y tam-
bién como se traduce esto en la sobre explotación de los trabajado-
res que se quedan, de los que por una u otra razón no son reajusta-
dos ya que éstos tienen que mantener la producción al mismo nivel
de cuando estaba la planta completa. Y esto solo trae consigo un
incremento del despotismo patronal, ya que la presión de la gran
cantidad de desempleados, incluyendo mano de obra calificada, le
permite al patrón y capataces sobajar y actuar aún más despótica-
mente contra los trabajadores que no fueron despedidos.

Y así vemos cómo el panorama se torna negro para el proletariado.


Durante lo que va de este año (1983), sólo el Estado ha aumentado
107
su personal, cabe decir que la mayor parte de éstos ingresos co-
rresponden a las fuerzas armadas, ejercito, fuerza aérea y marina;
sectores represivos que desde principio de año han estado desarro-
llando una campaña de reclutamiento que los ha llevado incluso a
establecerse en las estaciones del Metro. Otra gran parte de los
aumentos del personal del Estado corresponden al incremento de
las fuerzas policiacas y para-policiacas, que han sido notablemente
incrementadas con el claro fin de reprimir las manifestaciones que
la crisis ha provocado. Una pequeña parte de los nuevos puestos
creados, corresponden a la reactivación de las obras públicas,
como el Metro cuyas obras el Estado reinicio gracias a los últimos
préstamos de dinero por parte de los banqueros a nivel internacio-
nal. Estos empleos tienen dos limitaciones, por un lado son even-
tuales, ya que la reactivación de las obras del metro, ya están to-
cando nuevamente a su fin, es decir, es un paliativo temporal; y por
otro lado es un paliativo insignificante comparado con la magnitud
real del problema: más de 13 millones y medio de desempleados.

Así que una vez terminadas las obras del metro el problema del
desempleo será aún más explosivo. Se nos puede decir que una vez
terminadas las obras, el gobierno proseguirá con alguna otra, pero
los préstamos de los banqueros extranjeros son de dinero real, no
de chicle, el Estado no los puede estirar como se le de su gana. Si
el gobierno siguió con las obras del metro, fue porque el capital
que quedaba enterrado en las ruinas abortivas del metro, era muy
superior al capital que había que invertir para terminar la obra, y
bien o mal, pese a los lloriqueos del gobierno, la expansión del me-
tro le va a traer beneficios económicos al Estado y a la clase bur-
guesa en su conjunto, así como ganancias reales, concretas, plusva-
lía.

La situación financiera ya está provocando que la terminación del


dinero prestado por la oligarquía internacional al Estado, provoque
que el Estado no pueda absorber ni siquiera mínimamente la fuerza
de trabajo desempleada y por el contrario, vengan a contribuir con
el despido de su personal, a nivel ya masivo, para reducir el déficit
del gasto público, a agudizar a niveles detonantes el problema del
desempleo.

108
Todo esto ha venido a demostrar que el capitalismo es progreso,
pero progreso sólo para los burgueses. Se comprueba lo que dijera
Marx, mientras más ganancia obtiene la burguesía, más miseria
obtiene el obrero, mientras más progresa la industria el obrero se
hunde más y más en la degradación. Y esto es en tiempos que la
burguesía llama normales. Sin embargo, ya no estamos en tiempos
normales de explotación, como hace unos tres años; sino en tiem-
pos de crisis económica y la crisis no es más que la agudización de
todos los problemas y contradicciones que el capitalismo trae con-
sigo, que se presentan a un grado superlativo, vale decir, explosivo.

La crisis
La crisis es la manifestación de la impotencia de la burguesía para
seguir dominando a la sociedad. La crisis demuestra a todo mundo
que en adelante, la existencia de la humanidad es incompatible con
la existencia de la clase parasitaria.

En México y en el mundo, pese a los gritos de todos los teóricos de


la burguesía, la crisis no es más que la expresión de la anarquía de
la producción, que a su vez es un producto de la ley que descu-
briera Marx; la ley de la máxima ganancia.

En el capitalismo, los burgueses invierten su capital en la produc-


ción de la mercancía que le va a traer la máxima ganancia, no im-
porta sí lo que producen sea necesario o nocivo para toda la socie-
dad. ¿Qué es lo que les proporciona la máxima ganancia?, pues
aquellas mercancías que pueden vender a un precio por encima de
su valor, de su costo de producción. ¿Cómo pueden vender esas
mercancías por encima de su valor?, pues gracias a la oferta y la
demanda, es decir, cuando son muchos los que necesitan comprar
determinada mercancía y son pocas las mercancías que se produ-
cen. Se establece una competencia entre los compradores de tal
manera que al querer obtener dicha mercancía, son capaces de pa-
gar un precio más alto, lo que provoca que este precio se ponga por
encima del valor de dicha mercancía y de ahí el capitalista obtiene
una sobre-ganancia.

109
El capitalista no tiene otra alternativa más que tratar de ponerse por
encima de los demás burgueses y desplazarlos del mercado, de otra
manera él mismo será desplazado y eso significa su ruina. Se pone
por encima de sus competidores burgueses, cuando obtiene la má-
xima ganancia, es decir, cuando logra reducir el costo de produc-
ción de su mercancía y lo puede vender a un precio más alto. Así,
el burgués se ve obligado a invertir su capital en esa rama de la
producción o en esa mercancía que le reditúa la máxima ganancia.
Esto provoca que sean muchos los burgueses los que inviertan en
la rama de la producción que le da más ganancia, lo que a la larga
provoca que se aumente la producción de la mercancía tan solicita-
da, es decir, que aumente su oferta y por lo tanto, proporcional-
mente, disminuya su demanda, y con esto, que la competencia en-
tre compradores disminuya y aumente en cambio la competencia
entre vendedores, lo cual provoca que el precio de esa mercancía
que tan buenas ganancias daba al burgués, se vea disminuido. Y no
sólo disminuye el precio, sino que la competencia ínter-burguesa
provoca que al aumentar la productividad de esa mercancía, gra-
cias a la sobre explotación de la fuerza de trabajo, también dismi-
nuya su costo de producción, es decir, su valor.

Por lo tanto la ley de la máxima ganancia, provoca que se produz-


can más mercancías de las que requiere la sociedad, y que no se
produzcan otras que son necesarias, lo que constituye la anarquía
de la producción.

A la larga, la libre concurrencia provoca el incremento de la oferta


y la disminución de la demanda. Cuando en términos generales la
oferta supera la demanda, se provoca un fenómeno contrario, los
burgueses se ven obligados a vender sus mercancías a un precio
más bajo que su valor; esto no quiere decir que el burgués no va a
obtener ganancia. No, la ganancia fundamental el burgués no la
obtiene de las fluctuaciones del mercado, de la oferta y la deman-
da, sino de la extracción de la plusvalía, es decir, el trabajo exce-
dente del obrero que se apropia la burguesía y que no le paga a
éste.

110
En estas condiciones, los burgueses se dan a la tarea de desplazar
su capital a otra rama de la producción más productiva de ganan-
cias, y si bien lo que ganaron por encima de su valor en los buenos
tiempos, se compensa con lo que perdieron en los malos tiempos,
no son los mismos burgueses los que quedan equilibrados, sino que
mientras unos quiebran otros aumentan su capital. Quiebran aque-
llos burgueses que no son capaces de trasladar su capital de una
rama de la producción a otra, o los que no pueden resistir los bajos
precios merced al poco capital del que disponen. De esta manera se
va dando la centralización de la economía en unas cuantas manos,
el dominio del capital monopólico, la monopolización de la pro-
ducción.

En la actualidad la centralización de los medios de producción en


unas cuantas manos, en unos cuantos grupos monopólicos ha lle-
gado a tal grado que la competencia ya no se da entre un burgués
contra otros; sino de un grupo monopólico contra otro, de un Esta-
do monopolista contra los demás. La “libre concurrencia” ha deja-
do lugar a la competencia ínter-monopólica y esto de ninguna ma-
nera ha suprimido la anarquía de la producción sino que la ha
llevado a un nivel cualitativamente superior. La ley de la máxima
ganancia sigue siendo la ley que mueve a la burguesía y la obliga
a la desenfrenada competencia que lleva a toda la sociedad, y ahora
a todo el mundo a la anarquía, a la destrucción de una gran canti-
dad de fuerzas productivas, y a la guerra. Todo esto a niveles ya
cualitativamente superiores con respecto a la primera fase del capi-
talismo.

Eso es lo que está pasando en México. La oligarquía financiera,


mediante su expresión más acabada, el Estado, invirtió desenfrena-
damente en la producción de petróleo, ya que éste le reportaba la
máxima ganancia, gracias al aumento de su demanda en la década
de los 70s. Las ganancias obtenidas fueron dedicadas a la reinver-
sión de la misma rama petrolera, el Estado mexicano solicitó una
gran cantidad de prestamos con el extranjero a fin de aumentar la
producción, al grado que en 1982 obtuvo el cuarto lugar dentro de
los países petroleros, tanto por su producción como por sus reser-
vas. Y esto mismo que hizo la oligarquía mexicana, esto mismo
111
que hizo el Estado monopolista, lo hicieron la mayoría de los gru-
pos oligárquicos del mundo, de tal manera que al aumentar la pro-
ducción y la productividad del petróleo se desplomó su precio y se
rebajó su valor.

El Estado mexicano, entró en bancarrota y así es como entramos a


la actual crisis, que no es más que una crisis dentro de la ya crisis
crónica que viene afectando a México hace varios años.

Esta es, por simple que parezca, la estructura de ésta crisis, por
mucho que los oportunistas anden diciendo que “la crisis se pudo
haber evitado”, “que todo se debe a que el Estado no planeo bien
la cosa”, “que el Estado no debió haber hecho esto, sino lo otro”,
etc. Los capitalistas, sólo podían comportarse como capitalistas. En
efecto, los burgueses no pueden actuar más que según las leyes que
rigen la economía burguesa, no es que sean tontos (ideológicamen-
te lo son), lo que pasa es que el sistema modula su actuación. El
mismo Estado burgués no puede actuar como si fuera un Estado de
otro tipo. La burguesía financiera, la oligarquía no va a producir lo
que necesite la sociedad, sino lo que va a incrementar su capital, no
le importa, ni le puede importar, que esto implique la destrucción
de esa misma sociedad.

De ahí que nos sea revolucionaria la postura de los oportunistas de


“criticar” al Estado y darle al mismo tiempo “buenos consejos”
para “reorientar la economía”, “darle un carácter nacionalista a la
política económica del Estado”. La única manera que se puede
acabar con la crisis es acabando con la anarquía de la producción
y, la única forma de acabar con esta, es acabando con la compe-
tencia ínter-monopólica acabando con la ley de la máxima ganan-
cia y, la única forma de acabar con la ley de la máxima ganancia es
acabando con el sistema que la engendra, es decir, acabando con el
sistema de producción capitalista, acabando con la clase burguesa
y con su Estado. Lo demás no son sino tonterías. El Estado burgués
siempre se comportará como Estado burgués, la burguesía siempre
se comportará como burguesía y no va a cambiar porque los heber-
tos y demás oportunistas les den recomendaciones “populares”,

112
“nacionalistas”. Estas tonterías que los oportunistas pregonan con
tanto empeño, ni ellos mismos lo creen y son solo eso, tonterías.

Devaluación
¿Porqué la crisis implica necesariamente la devaluación de la mo-
neda en México? Al bajar los precios del petróleo, la burguesía
debe de buscar otra mercancía que le reditúe la máxima ganancia
al exportar, pero como el mercado internacional está ya estableci-
do, es decir, para cada comprador hay ya un vendedor, necesita
desplazar a algún vendedor para colocarse ¿cómo lo logra? en el
capitalismo solo hay una manera, vendiendo productos iguales a un
precio más bajo.

Pero es claro que ningún burgués va a bajar el precio de sus mer-


cancías y disminuir con eso su ganancia, a menos que pueda bajar
el costo de producción de las mercancías que vende; también es
claro que ningún burgués le va a vender a otro burgués las mercan-
cías (materias primas) que éste necesita para fabricar su mercancía,
a un precio menor al que se la venía vendiendo.

Luego entonces, de la compra de materias primas no puede el bur-


gués exportador disminuir el costo de producción de su mercancía,
del capital fijo (terreno, maquinaria, capital) tampoco puede dis-
minuir los costos. Solo queda... la fuerza de trabajo, es decir, el
obrero y su salario. Pero también aquí el burgués no va a encontrar
a un obrero al que pueda convencer de que es necesario que le pa-
gue menos, para que el capitalista pueda abaratar el costo de pro-
ducción de su mercancía, vender más barato y así desplazar a sus
competidores internacionales y salir de la crisis. Entonces ¿qué
hace el burgués (individualmente ya no, sino como clase)? Es muy
fácil, no se trata de que el obrero esté de acuerdo, la burguesía tie-
ne el sartén por el mango, puede rebajar los salarios de todos los
obreros del país, sin su permiso y muchas veces sin que estos se
den cuenta de momento. Esa varita mágica se llama devaluación.

En efecto, la burguesía vende lo que exporta pongamos por 20 mil


millones de dólares (durante un año), en 1976 esto equivale a 250

113
mil millones de pesos, luego de la devaluación, obtiene por lo
mismo que exporta un total de 3 billones de pesos, o sea 12 veces
más por la misma cantidad de mercancías, sin embargo, al obrero
que antes le pagaba $96.70, ahora solo le paga $504.00, es decir, 5
veces más, por lo que en realidad, le está pagando 7 veces menos
que antes, en otras palabras, está ganando 7 veces más que antes de
la devaluación. De ahí que puede obtener un margen de ganancia
muy superior que le permite rebajar sus precios a nivel internacio-
nal, desplazar a otros vendedores y procurar de esta manera salir
de la crisis a la que la sobre-producción anárquica lo llevó.

Eso es la devaluación, un rebajamiento real de los salarios de los


trabajadores en relación con el precio internacional de las mercan-
cías.

La inflación
Pero como una cosa es el precio de las mercancías y otra es el va-
lor de las mercancías, si bien el precio de la fuerza de trabajo se
rebaja, las demás mercancías luego del golpe devaluatorio paulati-
namente llegan nuevamente a coincidir su precio con el valor que
contienen.

Por ejemplo, en 1976 un kilogramo de azúcar costaba $ 2.50, o sea


0.20 centavos de dólar, luego de la devaluación de momento llegó
a costar en pesos lo mismo, pero en dólares costó menos de dos
centavos de dólar, pero paulatinamente el precio del azúcar encon-
tró nuevamente su valor y como las mercancías se cambian por su
valor equivalente y el nivel internacional del precio del azúcar no
varió en términos generales, entonces, el azúcar volvió a costar 20
centavos de dólar por kilo. De esta manera el precio de las mercan-
cías aumenta en relación directa con la nueva paridad de la mone-
da, no obstante, el salario no aumenta en la misma proporción ya
que si lo hiciera, no tendría ningún caso la determinación del Esta-
do de devaluar la moneda con respecto al dólar.

Así sucede con todas las mercancías, todas buscan y encuentran


luego de la devaluación su paridad con respecto a el mercado in-

114
ternacional de mercancías, menos la mercancía fuerza de trabajo,
menos el salario, que en relación al resto de las mercancías ve dis-
minuido su valor.

Esto es con respecto a el mercado internacional. En el mercado in-


terno, la clase burguesa está en constante competencia entre sí,
unos buscan desplazar a los otros, la burguesía necesita incremen-
tar incesantemente sus ganancias. El obrero no va a permitir que el
burgués le pague en billetes menos que antes, pero no puede hacer
nada cuando "su" burgués aumenta el precio de las mismas mer-
cancías que él produce. Así se desarrolla la espiral inflacionaria. Si
antes el obrero producía valores por 1000 pesos, con la inflación
produce valores por unos 8,000 pesos, claro que ahora el burgués
le paga más, el problema está en CUANTO. Si antes el obrero pro-
ducía valores por 1,000 pesos, ganaba 100 pesos, ahora que produ-
ce 8,000 gana, no 800 como debería ser, sino 400, o sea que en
realidad está recibiendo la mitad de lo que ganaba antes, pero de
ésta manera, el burgués logra la rebaja REAL del salario del obrero
a la mitad de su valor. Así se desarrolla el proceso inflacionario.

Para “combatir la inflación" la burguesía ha sacado la teoría de que


el obrero no debe pedir aumentos salariales, sino que se debe con-
formar con lo que los empresarios y el Estado les "puedan dar", ya
que un aumento salarial provoca un aumento automático de precios
y esto vendría a agravar la situación económica, vendría a acelerar
la inflación. Esta es una hipócrita mentira de la burguesía. Vamos a
decir por qué:

El costo de producción de una mercancía es lo que determina en


última instancia su precio. El coste de producción es la suma de los
costos de todos los factores que intervienen para la elaboración de
una mercancía, materia prima, capital fijo, medios de producción,
desgaste de las máquinas y fuerza de trabajo. Pongamos que para
fabricar determinado artículo un burgués gasta lo siguiente:

MATERIA PRIMA $100.00

115
DESGASTE DE MAQUINA-
$10.00
RIA
SALARIOS $50.00
OTROS $50.00
Total $210.00

Así, su producto tiene un costo de producción de $210.00. Si le da


a sus obreros un 25% de aumento salarial, ya no va a gastar $50.00
en salarios, sino que gastará $62.50, por lo que sus gastos se van a
incrementar de la siguiente manera:

MATERIA PRIMA $100.00


DESGASTE DE MAQUINARIA $10.00
SALARIOS $62.50
OTROS $50.00
Total $222.50

Ahora su producto tendrá un costo de 222.50 pesos, lo que repre-


senta un incremento en el costo de un 10.7%, o sea que mientras el
salario del obrero sube en un 25%, el incremento en el COSTO que
esto provoca es de solo un 10.7% lo cual quiere decir que por mu-
cho que se aumenten los salarios del obrero esto no repercute en la
misma proporción en el coste de producción de la mercancía y por
tanto en su precio.

Sin embargo, Los burgueses son bien "listos" y con el pretexto de


que aumentaron a sus obreros el 25% de salarios, aumentan las
mercancías ( que ya desde antes habían aumentado de precios) en

116
más de un 50%, cuando el costo real se ha incrementado en solo un
10%.

Esta es en el sistema capitalista de explotación, la "inevitable" in-


flación que tanto lamentan los burgueses pero que tantas super ga-
nancias les trae, esta es la mentada inflación que todos los burgue-
ses y su Estado "combaten" con tanta fiereza que cada día es más
desenfrenada y, no pueden actuar de otra manera, cuando esta in-
flación que les duele tanto, les provoca tantas ventajas y tan gran-
des ganancias.

Está demostrado que los burgueses necesitan rebajar el salario de


sus obreros para poder competir con los demás burgueses y despla-
zarlos.

Por eso les cae tan bien el jueguito de la inflación, lo único que no
les gusta de la inflación, es que el obrero busque reponerse de esa
rebaja de sus salarios buscando un aumento, de ahí que amenacen
con aumentar los precios si el obrero pide aumento de salarios,
cuando ellos ya aumentaron los precios previamente.

Marx ha demostrado de una manera brillante en su libro "SALA-


RIO PRECIO, GANANCIA" que un aumento de salarios no puede
perjudicar a los obreros con un incremento automático de los pre-
cios. En la actualidad, la mayoría de las veces un aumento de sala-
rios" ni siquiera es tal sino tan solo un intento por recuperar el an-
tiguo nivel de vida ya de por sí miserable.

Es importante aclarar que, no obstante que el obrero podría obtener


un aumento por encima del nivel inflacionario y con esto obtendría
una mejoría "real" en su nivel de vida, dadas las condiciones de
desenfreno de la inflación, ya no significa nada. Es decir, en la
época del imperialismo, estos aumentos no solo son casi imposi-
bles, sino que la inflación es tan vertiginosa que cualquier mejora
"real" es tan insignificante en términos de tiempo, que en verdad
solo puede obtenerse una mejora REAL acabando con la espiral
inflacionaria, acabando por lo tanto con el capitalismo.

117
De esto no se desprende que sea incorrecto que los obreros luchen
por un aumento general y real de salarios, superior al incremento
de los precios, sino que de ninguna manera deben limitar esta lucha
a esto y, deben sin falta entender que la verdadera solución a las
penurias radica en acabar con la explotación capitalista.

Aquí es importante combatir todas las teorías que buscan perpetuar


la explotación capitalista, tales como la teoría originalmente troska
de la escala móvil de salarios, la escala móvil de salarios, que im-
plica que los salarios aumenten en la misma proporción que los
precios, es una consigna que la burguesía lanza por medio de su
instrumento organizado en el seno del movimiento obrero, por me-
dio del oportunismo, para controlar el ascenso de la lucha proleta-
ria.

La escala móvil de salarios busca perpetuar la explotación capita-


lista al plantear que el obrero debe seguir siendo explotado eterna-
mente, nada más que siempre al mismo nivel de explotación, ésta
teoría pretende ocultar que los burgueses obtienen su principal ga-
nancia de la extracción de plusvalía del obrero, no de los aumentos
de precios, esta teoría busca ocultar que la burguesía solo puede
existir a condición de aumentar permanentemente sus ganancias y
por tanto a condición de rebajar constantemente el salario REAL
de los obreros, pretende que la burguesía va a aceptar subir los sa-
larios de sus obreros, en la misma medida en que aumente sus pre-
cios.

Esta consigna busca hacer creer al proletariado que el Estado va a


controlar que esas estúpidas medidas que ellos proponen, las cum-
pla la burguesía al pie de la letra para beneficio del proletariado
¡Cómo si no supiéramos que el Estado es un órgano de la burgue-
sía! ¡Cómo si en verdad el Estado fuera a actuar contra la clase que
representa y de la cual forma parte!

Pongamos que se implantara la Escala Móvil de Salarios, los sala-


rios subirían en la misma proporción que los precios, los salarios
de los que trabajan ¿Y los desempleados? ¿Y los obreros de las

118
empresas que ni siquiera en la actualidad respetan el salario míni-
mo? ¿A poco estos burgueses iban a estar aumentando los salarios
de sus obreros- cada vez que subieran los precios? pero aún cuando
así fuera, la burguesía ya vería la forma pero seguiría intensifican-
do la explotación, ya sea mediante el incremento de la jornada,
mediante la intensificación del ritmo de trabajo, o con cualquier
otro truco.

La única manera en que se podría garantizar que los salarios au-


mentaran con la misma proporción que los precios es mediante la
fuerza, los burgueses no reconocen otra ley. Mientras el proletaria-
do no tome el poder, no puede garantizar que los burgueses van a
respetar la ingenua Escala Móvil de Salarios. Pero sería una estu-
pidez que el proletariado tomara el poder y se limitara a obligar a
los burgueses a que aumentaran los salarios en la misma propor-
ción que los precios, cuando puede lograr que lo deje de explotar,
acabando con su dominación económica, es decir acabando con la
propiedad privada sobre los medios de producción y de cambio. En
resumen, lo que en verdad quiere decir la consigna de escala móvil
de salarios, es escala móvil de explotación, explotación perma-
nente.

Aumento del dinero circulante


Hasta aquí hemos dejado de lado un aspecto importante del proce-
so inflacionario, la participación del Estado en el agravamiento de
ésta mediante la fabricación de dinero, mediante la acuñación de
moneda. Esta participación es determinante, vamos a ver como el
Estado ha venido aumentando la fabricación de billetes e incre-
mentando la cantidad de dinero circulante, lo cual a su vez deter-
mina el incremento de la inflación.

EVOLUCION DEL INCREMENTO DEL DINERO


MEDIO CIRCULANTE (miles de millones de pesos)

119
Incremento del $ circu-
Añ o $ Medio Circulante
lante respecto a 1970

1970 49.0
1971 53.1 8%
1972 64.3 31%
1973 79.9 63%
1974 97.5 99%
1975 118.3 141%
1976 154.8 216%
1977 195.7 299%
1978 260.3 451%
1979 346.5 607%
1980 461.2 841%


Como vemos, el Estado ha multiplicado en 8 veces el dinero circu-
lante entre 1970 y 1980 y esto solo puede ser explicado con la emi-
sión de moneda, con la fabricación de billetes. Esto, como decía-
mos, es lo que determina la espiral inflacionaria, ya que el Estado
fabrica dinero que no está respaldado por nada, aumenta el circu-
lante, pero no aumenta en la misma proporción las RESERVAS
que lo respaldan. Al aumentarse el circulante en estas condiciones,
automáticamente los billetes pierden el valor que representan, el
dinero se devalúa. Y el Estado hecha a andar su máquina de hacer
billetes, para poder cumplir sus compromisos inmediatos, debido al
exagerado déficit del gasto público. Pero solo en un renglón esto le
resulta, en el renglón de los salarios para sus trabajadores. En efec-
to, a sus trabajadores les paga lo que venía pagándoles antes, pero
al hacerlo con billetes que ahora valen menos, les está pagando
menos, y la relación que existe entre el incremento del circulante y

120
la pérdida de valor de cambio de los billetes es inversamente pro-
porcional. Osea, que si el circulante aumenta al doble, los billetes
valdrán la mitad, si aumenta el circulante 8 veces, los billetes val-
drán solo un octavo de lo que valían antes.

De esta manera reduce el salario real de sus trabajadores y reparte


sus deudas por medio de los salarios a toda la clase trabajadora.
Porque de ninguna manera, ningún burgués le va a aceptar los nue-
vos billetes que ya no valen lo mismo. Así, si tiene que comprar
una mercancía que le salía a 10,000 pesos, la va a tener que com-
prar ahora en 20,000 u ochenta mil, dependiendo del monto del
incremento del dinero circulante, pero en cambio, a sus trabajado-
res si les pagaba 10,000 pesos, luego, les sigue pagando los mis-
mos 10,000 pesos (o un poco más ) con lo que en verdad les está
pagando menos.

Cada nueva emisión de moneda por parte del Estado tiene un efec-
to inflacionario que solo pagan los trabajadores. Y no se trata so-
lamente de la fabricación de billetes y de monedas metálicas, sino
también de un sin número de trucos financieros que el Estado utili-
za para incrementar artificialmente sus recursos, como el caso de
los CETES, Certificados de la Tesorería, que vienen a aumentar el
circulante ya que solo se diferencian del papel moneda, de los bi-
lletes, en que los CETES obtienen ciertos intereses que los billetes
comunes no. La magnitud del problema la palpamos al observar
cuantos billetes han aparecido de 1970 para acá y el reciente anun-
cio del Estado en estas semanas, de cambiar todo el sistema mone-
tario y desaparecer las monedas de baja denominación, para meter
monedas de más alta denominación.

Y así la burguesía tiene la desfachatez de espantarse por el aumen-


to de la delincuencia, cuando ellos son los mayores delincuentes de
la sociedad, cuando la inflación no es más que una muestra de
como están saqueando vandálicamente a toda la sociedad, cuando
desde la cima del poder del Estado, roban y defraudan impunemen-
te con ese cinismo que les da el poder político, el poder estatal. No
cabe duda, a los ladrones, a los grandes ladrones, es a los que más
les duele que les “roben”.
121
La deuda pública
"La única parte de la llamada
riqueza nacional que entra real
y verdaderamente en posesión
colectiva de los pueblos
modernos es la deuda
pública..."
Carlos Marx

El Estado, un Estado al igual que el sector del que es expresión, es


un organismo parasitario y esto se ve marcadamente en el proble-
ma de su deuda y de cómo ha venido incrementando esta en rela-
ción con el Producto Interno Bruto del país. Vamos a ver los datos.

Añ o Deuda en relación con el PIB.


1972 4.0%
1973
1974
1975 5.0%
1976
1977 6.8%
1978 6.7%
1979 7.3%
1981 16.0%

El Estado en los últimos 9 años ha cuadruplicado la parte de la ri-


queza del país que se apropia mediante la deuda pública. Si toma-

122
mos en cuenta que los ingresos oficiales del Estado representan ya
un 30% del Producto Interno Bruto y le aumentamos a este 30% el
16% que representa su deuda con respecto al PIB, nos damos cuen-
ta que el Estado se apropia del 46% de lo que se produce en este
país durante un año, es decir, cerca de la mitad del PIB.

Solo la desmedida Deuda Pública pudo venir a ser la razón inme-


diata para que el Estado se arrogara la administración de los nego-
cios bancarios de la oligarquía financiera, es decir, para que viniera
a decretar la famosa "nacionalización de la banca".

En efecto, con la nacionalización mentada, el Estado se dió un res-


piro financiero que le permitió pasar a ser al mismo tiempo su
acreedor y su deudor, lo que le permitió aplazar sus compromisos
con la banca privada, para enfrentar junto con esta, los graves pro-
blemas que el endeudamiento externo había provocado y que ame-
nazaba con romper con el “equilibrio" de toda la sociedad.

Aquí vale la pena desmentir la afirmación de los oportunistas que


pregonan que la "nacionalización de la banca" es una lucha del Es-
tado contra los banqueros, que es una medida “progresista", que el
Estado "es revolucionario", etc. La llamada nacionalización, no es
más que la presentación pública y abierta del Estado como el prin-
cipal banquero de la formación social mexicana, como la expresión
de la oligarquía financiera constituida ya como sector dominante
de toda la sociedad y de toda la estructura económica.

Así como la libre competencia trajo consigo la competencia mono-


pólica y la dominación financiera, así la competencia monopólica
internacional, el imperialismo, trajo consigo la dominación del ca-
pital monopolista del Estado. La nacionalización de la banca viene
a ser la prueba más evidente de que México se encuentra en su fase
imperialista.

Que esto se haya visto en 1982 y no antes, no quiere decir que el


capitalismo monopolista de Estado recién se haya inaugurado en
nuestro país, sino que la agudización de la crisis ha venido a expo-
ner esta realidad en toda su deslumbrante desnudez, lo que brillan-
123
temente esbozara el camarada Oseas en 1974 y que fuera profundi-
zado y fundamentado en el trabajo "MÉXICO EN LA FASE IM-
PERIALISTA" por los camaradas del consejo de redacción de la
Liga Comunista durante 1980, hoy viene a comprobarse en su ple-
nitud y a ser una verdad evidente para todo aquel que tenga ojos
para ver.

La deuda externa
Aquí llegamos al problema que la burguesía ve más grave: LA
DEUDA EXTERNA. Ahora que el precio del petróleo se redujo
drásticamente, la burguesía entró en bancarrota. Todo lo que pidió
prestado para invertirlo en la rama petrolera, lo tiene que pagar con
una empresa [Pemex] que no puede obtener más ganancias y que
mientras más produce, menos valor tiene su producto, más se redu-
ce su tasa de ganancia.

Pero vamos a ver cómo se ha venido incrementando la deuda ex-


terna hasta hacerse explosiva. En 1976 la deuda externa era de
unos 13 mil millones de dólares. En 1982 la deuda ascendió a 80
mil millones de dólares, o sea que se sextuplicó, se incrementó en
6 veces. En 1972 el total de la deuda externa representaba un 1.9%
del producto interno bruto, en 1982 representó el 9.1%, o sea 5 ve-
ces más... En 1972 la deuda externa en promedio por habitante era
de 72 dólares , unos 900.00 pesos de aquel año, en 1982, diez años
después, es de 1182 dólares por cabeza, unos 177,300.00 pesos,
todo esto equivale a decir que cada trabajador debe por concepto
de deuda externa un promedio de 4,225 dólares, tanto así como
633,750.00 pesos, o sea, mucho más de medio millón de pesos.

De esta manera se ha venido incrementando la deuda externa, a


este ritmo la burguesía ha venido empeñando el país al extranjero,
y por eso anda tan preocupada para que la ayudemos a pagar la
deuda externa, razona así: “yo hago negocios y tu los pagas".

Cuando el Estado suscribía los contratos de préstamo con el ex-


tranjero, ni quien se enterara, ese era “un problema de Estado",
pero ahora que el negocio les salió mal, ahora que hay que pagar

124
los platos rotos, ahora si, el problema es de todos los mexicanos,
ahora si se acuerda la burguesía de su patrioterismo desgastado,
ahora si dice: "cada uno de nosotros es México". Y todo eso lo úni-
co que quiere decir es: cada uno de nosotros debe pagar lo que
Mexico (lease: la burguesía) debe a los bancos extranjeros.

Y a la oligarquía financiera internacional no le importa tanto quien


se la hizo, sino quien se la va a pagar, de mientras, en sus cifras,
para ellos, cada trabajador mexicano les debe 633, 750.00 pesos, y
van a hacer hasta lo imposible para que se los paguemos con sudor,
con fuerza de trabajo y con sangre. Y eso, la clase obrera jamás lo
debe permitir.

Conclusión
Este es el panorama de la economía en el país, la burguesía empie-
za a afrontar la situación aumentando la producción petrolera, lo
cual provoca que la crisis se profundice, aumentando la fabricación
de dinero, aumentando la devaluación de la moneda de frente al
dólar, parando la producción, aumentando los despidos, impidien-
do aumentos salariales, aumentando el ritmo y la intensidad del
trabajo, liberando los precios de los artículos de primera necesidad,
aumentando la deuda externa. En una palabra aumentando las con-
diciones que hacen explosiva la crisis, echándole más leña al fue-
go, o más bien, apagando el incendio con un barril de pólvora.

Y no es que sea tan imbécil como para no comprender lo que está


haciendo, sino que como ya dijimos, no tienen otra salida los bur-
gueses para salvar las contradicciones del capitalismo, más que
entrando en mayores contradicciones, agudizando los problemas y
acercando aceleradamente el día de su destrucción.

Los analistas burgueses internacionales están “sorprendidos” por


los resultados obtenidos por el Estado mexicano luego de la aplica-
ción de las medidas señaladas, no ven que si hasta el momento es-
tas medidas le han resultado se debe a que aún no recibe la res-
puesta de los trabajadores. Pese a la lucha obrera y a la magnitud
de los últimos movimientos, el proletariado aún no hace sentir a la
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burguesía que es lo que opina de esas medidas miserables y reac-
cionarias que lo orillan a la muerte por inanición, que lo condenan
a la degradación social.

La burguesía ya golpeó y sigue golpeando, y cree que con eso ya


terminó la cosa, pero el proletariado está forjando sus armas de
combate y una cosa es segura, el evento apenas está iniciándose, el
proletariado se da cuenta de que la situación no puede seguir así y
ya se prepara para los combates venideros.

Bajo la dominación de la burguesía, la sociedad va hacia su des-


trucción total, la producción capitalista lejos de producir bienestar
para la humanidad produce riqueza para los parásitos y miseria
para los trabajadores, mientras más se trabaja, más hambre hay,
mientras más se produce más pobreza hay. Por mucho que la bur-
guesía y su Estado hagan, lo único que logran es meterse en más
contradicciones y acercarse más a la tumba.

Y sin embargo, así se esté pudriendo, la burguesía no caerá si no se


le hace caer. Es necesario aniquilarla, es necesario liberar esa gran
cantidad de fuerzas productivas de la sociedad que bajo la domina-
ción burguesa están encadenadas y destruyéndose. Es necesario
que el proletariado se libere de la esclavitud asalariada. Solo así se
puede liberar a la humanidad de la enajenación, de la catástrofe.

Estas son las bases objetivas que están haciendo surgir la próxima
situación revolucionaria, ya no se trata por tanto de si los trabaja-
dores quieren luchar, ya no hay otra alternativa más que la lucha
revolucionaria de los trabajadores. Que esto se comprenda por la
clase va a determinar un ahorro de sangre y acercar el momento de
la liberación, que esto no se comprenda, tendrá como consecuencia
que el parto de la nueva sociedad sea más lento y más doloroso,
pero una cosa es segura, el parto tendrá que darse, la nueva socie-
dad está surgiendo de las entrañas del capitalismo.

Podemos y debemos influir en el desarrollo de los acontecimientos


explicando científicamente a todos nuestros hermanos de clase esta
verdad, explicando que no hay otro camino más que la revolución

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proletaria, que no hay más alternativa que echar a la burguesía pa-
rasitaria y tomar el poder político, aniquilar a la burguesía e iniciar
la nueva sociedad, la sociedad de los trabajadores, donde el hom-
bre libre del hombre produzca para la sociedad y no para la ganan-
cia. Este mundo no solo es necesario, no solo es posible, ese mun-
do hoy la crisis lo ha convertido en una necesidad inmediata y ur-
gente.

Solo hay una salida: derrocamiento del estado burgués e ins-


tauración de la dictadura del proletariado.

¡ Abajo la propiedad privada de los medios de producción y de


cambio!

¡ Preparémonos para las grandes jornadas revolucionarias que se


avecinan !

¡ Hagamos de esta crisis la tumba de la burguesía !

¡ Proletarios de todos los países, uníos !

Comité Comunista Estudiantil

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Este libro se termino de imprimir por Editorial Huasipungo
Tierra Roja en enero de 2021 en la Ciudad de México. Se
imprimieron mil ejemplares más sobrantes para reposición

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