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Los modelos de la biodiversidad | Seminario 2

UNIDAD TEMÁTICA 4
El estudio de la biodiversidad específica

Introducción
El ecólogo estadounidense Edward O. Wilson definió en 1986 la biodiversidad, o diversidad
biológica, como el número de especies que viven en determinada región del planeta, así como
la abundancia, o número de individuos con que cada especie está representada¹. Como señala
Wilson, “cada especie vive una vida que le es única, y cada especie muere de una manera distin-
ta”². En este sentido se alude básicamente a un primer nivel, el de la biodiversidad específica.
En el caso particular de la biodiversidad específica, la primera medida de la diversidad es la
riqueza, es decir, el número de especies que habita en un área dada. Sin embargo, la diversidad
no sólo implica el número de especies sino también su abundancia, es decir, cuántos individuos
de cada especie hay en esa área. La diversidad de especies se refiere también a la variedad de
organismos vivos sobre la Tierra, y ha sido estimada entre 5 y 50 millones, aunque en la actuali-
dad sólo se han descripto aproximadamente 1,4 millones de especies.
Pero en la década de 1990, de acuerdo con la Convención sobre la Diversidad Biológica, la biodi-
versidad queda definida como “la variabilidad entre los organismos vivos”, lo que alude a los
aspectos genéticos (variedad de genes, genotipos y genomas) y ecológicos (variedad de hábi-
tats y nichos ecológicos). Entonces, la biodiversidad incluye no sólo la identificación de las
especies, sino también otros dos niveles, los aspectos de biodiversidad genética y biodiversi-
dad ecológica. A estos se suma la denominada biodiversidad funcional, que agrega un cuarto
nivel, al considerar las interacciones con y entre los otros tres niveles anteriores.
Wilson aclaró la dificultad de cuantificar la biodiversidad específica, ya que el número de espe-
cies vivientes cambia al aparecer y desaparecer las especies a lo largo del tiempo, requiere
otros matices, y así se incorporaron dos aspectos centrales de las especies: los genomas y los
hábitats y nichos ecológicos. Por lo tanto, en su concepción más moderna, el concepto de biodi-
versidad hace referencia también a los ecosistemas donde habitan los seres vivos y a la dinámi-
ca, interacción compleja e interdependencia mediante las cuales se desarrollan sus funciones
vitales³. Pero sobre esta base se puede contribuir a la medición de la biodiversidad. Como
señala Ramón Margalef (2005): “la diversidad del fitoplancton, la del zooplancton, la de los
peces pelágicos en un lugar determinado muestran correlación positiva, hasta tal punto que se
puede decir, sin exageración, que la diversidad de peces pelágicos observada en el mercado
local da una idea de la diversidad que es probable encontrar”4. En otras palabras, la correlación

¹ Wilson (1994), p.23.


² Wilson (1994), p. 217.
³ Margalef (2005), p. 372.
4 Margalef (2005), p. 375.

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entre la biodiversidad específica y la ecológica permite realizar una estimación general del
número de especies en una localidad determinada.

MATERIAL ONLINE

El siguiente video profundiza la temática de la biodiversidad específica:


https://www.youtube.com/watch?v=yYTYQAkziG0

1. Nomenclatura y tipificación de las especies


Como expresa Richard G. Harrison, las especies son las unidades fundamentales de la diversi-
dad natural, resultan obvias para los biólogos evolucionistas, sistemáticos, ecólogos, genetis-
tas y biólogos de la conservación. Sin embargo, dentro y fuera de estas disciplinas, existen con-
siderables desacuerdos acerca de una definición que resulta más adecuada. En todo caso, no
puede existir un único concepto que dé cuenta de la riqueza de esta unidad de biodiversidad
más allá de las controversias. Pero mientras que los sistemáticos están interesados primera-
mente en caracteres fijados, o permanentes, para distinguir estados y hacer inferencias filoge-
néticas, los biólogos que estudian las poblaciones reconocen una fuerte variación dentro de la
especie, con patrones de reticulación y mecanismos de división de linajes5.
Más allá de los matices, si se plantea un estudio de la biodiversidad específica, la taxonomía es
la práctica de la clasificación, actividad central en la identificación de las especies. La categoría
taxonómica principal (y la única de existencia real y concreta) es la especie, definida como un
grupo de organismos o grupos de poblaciones naturales, real o potencialmente interfértiles, es
decir, que pueden reproducirse sexualmente entre sí (o, en las especies haploides, que pueden
derivar un linaje único o clon a partir de un único individuo por reproducción asexual) y compar-
ten un acervo genético común.
La nomenclatura es la base de la comprensión de la biodiversidad, y consiste en el nombre que
identifica a la especie (y eventualmente a la raza o subespecie).
Hacia 1735, cuando Karl von Linné (1707-1778) también conocido como Carolus Linnaeus y
popularizado como Linneo, emigró a Laponia y luego a los Países Bajos (luego de haber huido
de la Universidad de Uppsala, en Suecia), publicó su obra cumbre, Systema naturae, y en ella
definió el nombre de todas las especies, la nomenclatura binomial (para las especies) o trino-
mial (para las subespecies), lo que simplificaba la antigua notación para las especies y razas,
como la que había propuesto el botánico inglés John Ray.
En síntesis, la manera correcta de nombrar a cualquier organismo descubierto incluye las
siguientes reglas que siguen rutinariamente los biólogos:

5 Harrison (1998), p. 19.

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• Las especies deben ser nombradas con dos palabras en latín, una para el género y otra
para le especie, por ejemplo, el oso pardo es Ursus arctos y el oso polar Ursus maritimus.
• A esta nomenclatura se agrega otra de tipo trinomial para la subespecie o raza geográfi-
ca, por ejemplo, Ursus arctos arctos es el oso pardo europeo.

En cuanto a las variedades se usa el prefijo var., seguido de un nombre científico en latín pero
las formas llevan un nombre de fantasía o vulgar.
En los helechos y otras plantas vasculares primitivas hay dos generaciones muy definidas, el
esporofito y el gametofito, y cuando no se conocía que pertenecían a una misma especie se
clasificaban como especies diferentes. En los fósiles esto se agravaba, ya que muchas veces se
encontraron órganos que no estaban en conexión orgánica, y así podía atribuirse una hoja a una
especie y las esporas a otra, hasta que se descubrió un especímen completo o se reveló la
estructura celular. Por lo tanto, la nomenclatura linneana simplificó la tarea de los biólogos
hasta nuestros tiempos.
Los nombres disponibles se pueden consultar en los Códigos de Nomenclatura. En 1905 se
establecieron las Reglas Internacionales de Nomenclatura Zoológica, y recién en 1958 se
adoptó por primera vez el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica (ICZN), que fue
publicado en 1961 (y una segunda edición poco modificada en 1964). Pero la versión actual
data de 1999, y se utiliza junto con el Código Internacional de Nomenclatura Botánica (ICNB),
a partir de 2000. A estos se agregan otros dos códigos: el Código de Nomenclatura de Bacte-
rias (ICNB) y el Código Internacional de Nomenclatura de Virus (ICNV), utilizados en una prime-
ra versión a partir de 1992. Por otra parte, se han propuesto desde entonces las versiones preli-
minares de un Código de Nomenclatura Biológica único (BioCode) a partir de 2001, y de un
Código Filogenético de Nomenclatura Biológica (PhyloCode) a partir de 2003. Pero estos
últimos no han gozado de aceptación al tratar de cambiar las reglas nomenclatoriales6.
Alguien que es conocedor de un grupo de organismos, como las tortugas, o los escarabajos,
puede llegar a distinguir las diferentes especies encontradas en un área particular simplemente
mediante la observación. Para ello, la utilización de guías de campo estándar, por ejemplo de
aves, mamíferos, insectos y plantas con flores son posibles sólo porque muchas especies cam-
bian poco en apariencia a lo largo de grandes distancias geográficas. Es posible reconocer fácil-
mente un mirlo macho de alas rojas de Nueva York y de California, por ejemplo, como miembros
de la misma especie. Pero en la actualidad, la identificación de especies por métodos morfoló-
gicos ha probado ser errónea, en especial en lo que se refiere a los microorganismos, donde aún
si no se observan rasgos morfológicos definidos, las especies pueden ser muy diferentes al
estudiar sus características genéticas. Linneo describió cientos de especies, pero al no tener
conocimiento de genética, o incluso de la etología o comportamiento de apareamiento de los
organismos que estaba nombrando, los clasificó en base a su apariencia; es decir un concepto
morfológico de especie. Los miembros de muchos de los grupos que él clasificó como espe-
cies por su apariencia, se parecen debido a que comparten varios de los alelos que codifican
para las estructuras de sus cuerpos. En muchos grupos de organismos para los cuales los
datos genéticos no están disponibles, las especies aún se reconocen por sus rasgos morfológi-
cos.

6 Lanteri y Cigliano (2006), p. 22.

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Debido a la práctica de la tipificación, el concepto morfológico fue rápidamente reemplazado


por el concepto tipológico, por basarse en los ejemplares tipo. Pero no todos los miembros de
una especie deben ser similares. Por ejemplo, los machos, las hembras y los individuos jóvenes
pueden no parecerse entre sí.
Los botánicos, zoólogos, paleontólogos e incluso microbiólogos siguen un procedimiento
estándar para clasificar nuevas especies, y en esto descansan las colecciones de los museos,
de las que se dice que están tipificadas. El tipo es el ejemplar principal en el que se basa la diag-
nosis, o descripción original de la especie. Esta descripción no es sólo morfológica, ya que se
requiere información para el banco genético que lo identifica (en las colecciones de secuencias
genéticas de diferentes especies que se van acumulando día a día). Este ejemplar se denomina
holotipo, y su descripción debe ser válidamente publicada y dada a conocer en el círculo científi-
co.
Si el ejemplar no fue descripto por el autor que lo descubrió pero luego es válidamente publica-
do se habla entonces de lectotipo. Por otra parte, si pierde el ejemplar original, o se cambia el
tipo, se habla de paratipo, y eventualmente de paralectotipo.
Más allá de la tipificación como principio operativo para la designación nomenclatorial de una
especie, de acuerdo con Lanteri y Cigliano (2006), “en el caso de existir conflicto entre dos o
más nombres (sinónimos u homónimos), el más antiguo de ellos toma precedencia sobre él o
los demás, considerándose nombre correcto según el código de Botánica, o nombre válido
según el código de Zoología. Existen sin embargo algunas limitaciones a la aplicación del Prin-
cipio de Prioridad, por ejemplo, los nombres publicados antes de las fechas de partida no
tendrán precedencia sobre otros nombres más recientes, pues no son disponibles (Zoología) o
no válidamente publicados (Botánica)”7.

MATERIAL ONLINE

En los siguientes links pueden consultar más información sobre la tipifica-


ción y un ejemplo concreto en una especie botánica.
http://www.euita.upv.es/varios/biologia/Tipificaci%C3%B3n.htm (1)

2. El ritmo de especiación y la identificación de las especies


Más allá de los procedimientos rutinarios, los científicos deben usar la información más que la
apariencia para decidir si los individuos tan fácilmente distinguibles son miembros de la misma,
o de diferentes especies. Es decir, no basta con reconocer similitudes morfológicas, y se requie-
re siempre un análisis genético, además de pruebas bioquímicas y otras rutinas que permiten la
identificación de la posición taxonómica real de la especie. Estos análisis han mostrado que
algunas poblaciones que se creían que pertenecían a la misma especie, son en realidad comple-
tamente diferentes, como el caso del elefante enano de selva (Loxodonta cyclotis), antes consi-

7 Lanteri y Cigliano (2006), p. 26.

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derado una raza de la especies Loxodonta africana, el elefante común de sabana. En cambio, se
ha probado que otras especies aparentemente diferentes, eran poblaciones de la misma espe-
cie, a pesar de su diferencia morfológica nítida.
Margalef (2005) habla de enjambres de especies congéneres, al referirse a su coexistencia en
un mismo territorio, en donde la competencia es imperfecta y la exclusión no rigurosa. Cita el
ejemplo de los homópteros (chinches) del plátano del género Erythroneura, afirma que:” todas
las especies pueden ser dominantes en casos particulares, y su abundancia cambia irregular-
mente con el tiempo y en el espacio y se puede relacionar con condiciones ambientales especí-
ficas, como las precipitaciones”8. Una problemática sustancial en la identificación de especies
es el ritmo de especiación críptica, u oculta, por ejemplo la relacionada con la especiación para-
pátrica.
Cuán fácilmente puede la alopoliploidía producir nuevas especies queda ilustrado en el ejemplo
de los salsifíes (Tragopogon), parientes de los girasoles. Los salsifíes son malezas que se han
dispersado en todo el planeta por acción humana. Tres especies diploides de este género, las
nominadas Tragopogon porrifolius, T. pratensis, y T. dubius, fueron introducidos en América del
Norte a comienzos del siglo
XX. Allí se formaron dos híbridos tetraploides, T. mirus y T. miscellus, que están actualmente
más ampliamente distribuidas que sus parientes diploides. Los estudios sobre su material
genético muestran que ambos híbridos de salsifíes se han formado más de una vez, y que algu-
nas de las poblaciones de T. miscellus, que es un híbrido de
T. pratensis y T. dubius, poseen cromosoma del cloroplasto de T. pratensis mientras que otras
poblaciones tienen el genoma del cloroplasto de T. dubius. Las diferencias genéticas mostrarían
que el alopoliploide se formó independientemente en, por lo menos, más de veinte oportunida-
des. El éxito de los nuevos híbridos ilustra el modo en que tantas plantas con flores pudieron
haberse originado como poliploides9. Cuanto más esta situación se puede aplicar a organismos
menos evidentes, como las moscas y mosquitos o los protozoos de un charco.

Se sugiere consultar el texto acerca de la estimación del número de especies (Wilson, 1994) en la
sección citas textuales que se encuentra al final de la unidad 4 del Seminario 2.

3. La explicación de la abundancia desigual de las especies


Si las distribuciones naturales de individuos en especies tienden hacia la regularidad, según
Margalef (2005) se debe a la automultiplicación y la selección, aunque las relaciones entre
pares de constituyentes del sistema son básicamente de explotación. En términos generales,
existen numerosas especies raras, es decir, el número de especies es pequeño, pero el número
de individuos de cada una de ellas es muy grande en aquellos ambientes que se aparten de con-
diciones generalizadas o resultan fluctuantes. Estas fluctuaciones periódicas favorecen dife-
rencialmente a determinadas especies¹0.

8 Margalef (2005), p. 375.


9 Purves, Zavada, Orion y Heller (2003), p. 416.
¹0 Margalef (2005), p. 366.

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Resulta interesante que la inmensa diversidad de insectos y plantas con flores, unidos por com-
plicadas simbiosis, representan una de las mayores proporciones de biodiversidad de especies
de macrorganismos. En particular, tan importantes son los insectos que si todos desaparecie-
ran, la mayoría de los anfibios, reptiles, aves y mamíferos se extinguirían aproximadamente al
mismo tiempo. Después seguiría la mayoría de las plantas con flores y se desestructurarían los
bosques¹¹.
En este marco, no resulta válido relacionar la biodiversidad con cualquier distribución de las
tasas de multiplicación de las especies, porque no existe relación entre dicha tasa y la abundan-
cia. No obstante, siempre que se hable de números que forman una progresión geométrica o
distribución lognormal, se piensa en una distribución más sencilla de las tasas de aumento, que
generan una ilusión.
Queda claro entonces que la abundancia y la diversidad pueden seguir por carriles diferentes.
Estrictamente hablando, la abundancia es el número de individuos de una población de una
especie determinada presente en un biotopo, o lugar físico de la comunidad biológica.
Si se tiene una distribución de individuos en especies y se ajusta a una de las expresiones mate-
máticas corrientes, se puede establecer así un índice de biodiversidad específico, se considera
que el número de especies representadas en los primeros 1000 o 10000 ejemplares, propuesto
por la fórmula de Shannon-Weaver, como el número de individuos de la especie i de una mues-
tra que tiene un total de N individuos, frente a la probabilidad de que dos individuos extraídos al
azar pertenezcan a ella: H = -pi log s pi
Sobre la base de los cálculos que se pueden extraer de esta fórmula, resulta que la sustitución
de un individuo de una especie rara por otro de una especie que ya era más numerosa en ese
biotopo, hace disminuir la diversidad y viceversa.

Se sugiere consultar el texto acerca de los espectros de diversidad y la relación entre diversidad
y persistencia (Margalef, 2005) en la sección citas textuales al final de la unidad temática 4 del
Seminario 2.

4. La variación de la tasa de especiación y la selección sexual


Las tasas de especiación indican el ritmo con que aparecen nuevas especies en un área geográ-
fica dada, y varían ampliamente debido a que numerosos factores influyen sobre la probabilidad
de que unas especies se fragmenten, o forme dos o más especies. A mayor número de especies
en un grupo, mayores son las oportunidades para que se formen nuevas especies. Para la espe-
ciación por poliploidía, cuantas más especies hay en un grupo, más especies estarán disponi-
bles para hibridarse con otras. Para la especiación alopátrica, a números más grandes de dife-
rentes especies que viven en un área determinada, habrá mayor número de especies cuyas
áreas resulten divididas por una barrera física dada. Por todas estas razones, suele decirse que
“los ricos se vuelven más ricos”: los grupos que ya son ricos en especies, probablemente habrán
de especiar más rápidamente que aquellos grupos pobres en especies.

¹¹ Wilson (1994), p. 139.

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Las tasas de especiación son probablemente más elevadas en las especies con deficientes
capacidades de dispersión que en aquellas que son hábiles para dispersarse, debido a que aún
las barreras más estrechas pueden ser eficaces al dividir una especie cuyos miembros son alta-
mente sedentarios. Las Islas Hawai, por ejemplo, presentan cerca de mil especies de caracoles
terrestres, muchos de los cuales se hallan restringidos a un único valle. Debido a que los caraco-
les se trasladan únicamente en cortas distancias, las altas colinas que separan los valles resul-
tan barreras eficaces para su dispersión.
Las poblaciones de especies que presentan dietas especializadas divergirán con mayor proba-
bilidad que las poblaciones con dietas generalizadas. Así, al comparar la riqueza de especies en
grupos estrechamente relacionados de chinches de las hojas (hemípteros), se ha observado
que el ancestro común de estos grupos fue un predador que se alimentaba de otros insectos,
pero un cambio dietario a la herbívora originó la evolución de al menos dos veces en los grupos
en estudio. El hecho es que parece comprobarse que los grupos herbívoros tienen muchas más
especies que aquellos que son predadores, ya que las chinches fitófagas se especializan en el
consumo de una, o pocas especies relacionadas de plantas, mientras que los predadores tien-
den a alimentarse de numerosas especies diferentes de insectos. Además, las tasas de espe-
ciación en las plantas son más rápidas en las polinizadas por animales que en aquellas poliniza-
das por el viento. Los grupos polinizados por animales presentan, en promedio, hasta cuatro
veces más especies que los grupos relacionados con polinización por el viento. Entre las plan-
tas polinizadas por animales, las tasas de especiación se correlacionan con la especialización
por el polinizador.
En las aguileñas (Aquilegia), un tipo de angiospermas de flores vistosas, la tasa de especiación
ha resultado tres veces más rápida que en los linajes que presentan grandes espolones de
néctar respecto de otros linajes que carecen de ellos. Parece ser que la presencia de espolones
más largos restringe el número de especies polinizadores que visitan las flores, y esto incre-
menta las oportunidades para el aislamiento reproductivo.
Otro mecanismo notable es la selección sexual. Las especies de animales presentan caracte-
rísticas que dependen de la existencia de cromosomas sexuales especiales, como el par X y el
Y de los mamíferos, o el Z y W de las aves. En el caso de los mamíferos, las hembras tienen
cromosomas X solamente, pero los machos X e Y. Estos produce profundas diferencias entre
machos y hembras: el dimorfismo sexual.
El efecto de las combinaciones determina que existen grandes diferencias en colores, posibili-
dad de emitir sonidos, comportamientos y otras muchas características en los diferentes
animales. El caso más notable es el de varias especies de aves, como las aves del paraíso, en
que los machos tienen vistosos plumajes y comportamientos notables para atraer a las hem-
bras. Pero las hembras, a su vez, seleccionan a su pareja activamente, a partir de análisis del
patrón de colores (tanto el visible como el utravioleta invisible para el ojo humano), la forma de
danzar, el canto emitido. Pero en el caso de los pergoleros, en que los machos no tienen pluma-
jes tan notables, hay una forma especial de atraer a la hembra, construir una pérgola con flores
y otros objetos de colores para atraerla.

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Los mecanismos de selección sexual resultan claramente en un incremento de las tasas de


especiación. Algunos de los ejemplos más sorprendentes de selección sexual se encuentran en
dos familias notables de pájaros de Nueva Guinea, los paradiseidos (o aves del paraíso) y los
ptilorrínquidos (o pergoleros). Los avistadores de aves que viajan a Papúa Nueva Guinea para
observar los cortejos de apareamiento de las aves del paraíso y los pergoleros, constatan que
estas dos familias de pájaros muy relacionadas, difieren profundamente. En las primeras, los
paradiseidos, los machos difieren notablemente en cuanto a morfología externa de las hem-
bras, y presentan plumas de la cola largas y brillantemente coloreadas (dimorfismo sexual). En
cambio, en los ptilorrínquidos, los machos y las hembras difieren poco, pero el macho tiene un
comportamiento notable, construye pérgolas con elementos coloreados, como pétalos de
flores, para atraer a las hembras, y emite un canto muy diferente.
En ambos casos, los machos se reúnen en los terrenos de exhibición, o en las pérgolas, respec-
tivamente, y las hembras se acercan a ellos para elegir un macho para copular. Luego del apa-
reamiento, las hembras dejan los sitios de exhibición, o las pérgolas, y construyen sus nidos,
empollan sus huevos y alimentan a sus pichones sin ayuda de los machos. Los machos perma-
necen para cortejar más hembras.
En todo caso, los animales con comportamientos complejos seleccionados sexualmente
probablemente forman nuevas especies a tasas más elevadas, debido a que presentan discri-
minaciones sofisticadas para los potenciales compañeros de apareamiento. Distinguen a los
miembros de su propia especie de los de otras, y realizan sutiles discriminaciones entre los
miembros de su propia especie sobre la base de tamaño, forma, apariencia y comportamiento.
Tales discriminaciones pueden influir en gran medida con individuos más exitosos en el aparea-
miento y la producción de descendencia, y pueden conducir a una rápida evolución de diferen-
cias entre las poblaciones.

Los pergoleros son una familia de pájaros


relacionados con las aves del paraíso y los
cuervos que viven en Nueva Guinea y atraen a
las hembras con arreglos ambientales espe-
ciales para suplantar la escasa atracción de
su plumaje.

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MATERIAL ONLINE

En los siguientes links pueden encontrar información adicional sobre la


selección sexual y sus aplicaciones concretas:
http://evolution.berkeley.edu/evolibrary/article/evo_28_sp (2)
http://www.seo.org/wpcontent/uploads/2014/12/JuanMorenoKlemming_MNCNCSIC.pd f (3)

El siguiente es un interesante video sobre las aves del paraíso:


https://www.youtube.com/watch?v=U17HdzCEwfY

5. Estimación y catalogación de especies; el componente espacial


de la biodiversidad específica
Como se analizó en los apartados anteriores, tipificar las especies no es sinónimo de completar
el catálogo de todas las conocidas. Las estimaciones sobre el número de especies que existen
suele hacerse a partir justamente de especies catalogadas, pero es una tarea sumamente difícil
ya que no existe un único catálogo, sino varios. No obstante, actualmente se está realizando un
intento por disminuir la fragmentación de la investigación taxonómica y mejorar la capacidad de
la sociedad para conservar la biodiversidad. Pero en este marco, los inventarios de especies de
la biosfera están lejos de haberse completado mientras que numerosas especies desaparece-
rían antes de que se conozca su existencia, ya que según Wilson, la tasa de extinción se acerca
peligrosamente a la de evolución. En particular, como señala el autor, cuando las poblaciones se
reducen hasta unos pocos individuos, “coquetean” con la extinción a través de los proceso de
depresión endogámica, con un aumento del índice de homocigosis¹². Todo esto contribuye la
inexistencia de una base global que pueda dar cuenta exacta del número real de especies que
existen actualmente en el planeta Tierra.
Se considera en general, que el número final de especies ya descritas podría oscilar alrededor
de 1.75 a 1.95 millones. Sin embargo, la estimación de la biodiversidad, basada en el número
total de especies realmente existentes, varía mucho más, entre los cuatro y los doscientos
millones, si bien la mayoría de los especialistas las sitúa alrededor de quince, o veinte millones
de especies. Según un estudio realizado por Wilson, “en una pequeña porción de tierra puede
haber 10.000 millones de organismos microscópicos que pertenecen a miles de especies
distintas. Muchas de ellas no han sido identificadas aún”¹³. Igualmente, este autor señala que
en cada especie de árbol de una pluviselva pueden existir cerca de 10.000 especies de insectos
y otros euartrópodos diferentes, lo que elevaría el número real de especies a cálculos astronó-
micos, si se tiene en cuenta la existencia de al menos 100.000 especies de árboles en la selva.
Un dato interesante es que cada mes se describen hasta más de 10 000 especies nuevas, de las
cuales, los insectos representan el 62% de los animales descriptos. De las aves, sin duda las

¹² Wilson (1994), p. 236.


¹³ Wilson (1994), p. 25.

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mejor inventariadas, sólo se conocen como media una o dos nuevas por año.
En realidad, resulta difícil estimar el número de espe-
cies descriptas, o incluso definir el número aproxima-
do de las que realmente existen, que puede variar
entre diez y doscientos millones. La estimación de la
biodiversidad representada por los macrorganismos
(los organismos pluricelulares que son perceptibles a
simple vista, de la fauna y de la flora) resulta especial-
mente compleja en los ecosistemas más inexplora-
dos, como el canopio o copas de los árboles en las
selvas tropicales y las fosas hidrotermales submari-
nas, a más de 5.000 m de profundidad. En el primer
caso, se requieren redes o muestreadores especiales
y, en el segundo, la exploración con batiscafos y batis- Promedio de especies descritas por año.
feras (vehículos sumergibles) resistentes a las inmen-
sas presiones del fondo. Pero el análisis de la biodiversidad de los microorganismos (que
requiere la observación microscópica y, en muchos casos, el uso de microscopios electrónicos
para detectar los detalles de la ultraestructura celular) resulta aún más difícil y requiere analiza-
dores y captadores de muestras ambientales.
Además, resulta sumamente importante la cuantificación a partir de la extracción del ADN
(ácido desoxirribonucleico) o el ARN (ácido ribonucleico) de los microorganismos ya cultivados
en el laboratorio. En muchos casos, sin embargo, se obtiene directamente el ADN ambiental (o
el ARN ribosómico) que corresponde a numerosas especies, tanto conocidas como desconoci-
das para la ciencia, mediante el análisis de PCR (Reacción de cadena de la polimerasa) una
técnica novedosa de la Ingeniería genética que permite obtener copias del ADN completo a
partir de fragmentos característicos (ya que la secuencia de las bases varía de especie en espe-
cie.
Entre las principales formas de monitoreo de la biosfera o esfera de vida se cuentan los siguien-
tes:
1. Monitoreo aéreo. Los microorganismos que se dispersan por vía aérea, incluidas las esporas
y los granos de polen, se pueden obtener mediante captadores especiales, como el muestrea-
dor Burkard automático, que succiona aire a una velocidad de 16,5 l/s y separa las muestras en
un carrusel giratorio.
2. Muestreo del plancton superficial. Los microorganismos más pequeños del plancton super-
ficial (de menos de 2 micras) pueden obtenerse con muestreadores Aqua, sofisticados apara-
tos que permiten obtener hasta cincuenta muestras simultáneas del plancton, con mediciones
de pigmentos, salinidad, partículas suspendidas, trazas y contaminantes.
3. Perforación de suelos y rocas. La obtención de muestras de suelos y de la corteza superficial
requiere el uso de perforadores automáticos, como el modelo EP de hierro galvanizado que
puede captar muestras cada 25 cm de profundidad.

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4. Sondeo de muestras profundas. El muestreador CTD en forma de roseta se utiliza conectado


a batiscafos, batisferas o sondas para tomar muestras del fondo oceánico de los lagos profun-
dos. Al mismo tiempo, mide la salinidad y la temperatura del agua.
5. Barrido de la columna de agua. La obtención de muestras de la columna de agua requiere
rosetas de tubos automáticos que cargan agua a diferente profundidad y permiten su rápida
comparación, como el muestreador Niskin.
6. Análisis de filotipos. Los fragmentos de ADN o ARN ribosómico obtenidos de la mezcla
ambiental (filotipos), se analizan mediante la técnica de PCR. Para ello se utilizan oligonucléoti-
dos sintéticos que son complementarios de las zonas que se desean amplificar y que actúan
como cebadores para sintetizar in vitro una copia completa del material con ayuda de la enzima
Taq polimerasa. Comparándolo con las bibliotecas completas de secuencias de organismos ya
cultivados, es posible situar con qué grupo deben clasificarse o si corresponden a un organismo
completamente desconocido y sin parientes cercanos.

A pesar de los cuidados indicados, el catálogo de especie resulta:


• Muy incompleto, faltan muchos organismos por ser descriptos.
• Muy sesgado, al estar unos grupos de organismos (mamíferos y aves) mucho más estudiados
que otros, como los hongos. Así, mientras cabe esperar que se descubran muchas especies
nuevas de hongos y bacterias es poco probable que ocurra con los mamíferos. De todas las
especies descriptas, un 75% son animales y, de todos ellos, un 82% son artrópodos.

Sea cual sea la cantidad real de especies, la diversidad de la Tierra no es fija; el 99% de las espe-
cies que han existido a lo largo del tiempo geológico se ha extinguido. Asimismo, la biodiversi-
dad no es la misma en todas las regiones de la Tierra.
En los años recientes los sistemáticos se han embarcado en proyectos a gran escala para loca-
lizar las especies en áreas geográficas particulares. Se intenta hacer un inventario completo de
todas las especies, incluidos los microorganismos, antes del 2.025, pero esto choca con los 100
millones de especies que deben existir, especialmente en los fondos oceánicos. La segunda
gran iniciativa es crear un gran banco genético de todas las especies para luchar contra la posi-
bilidad real de extinción por alteración del hábitat. El tercer propósito es lograr un sistema con-
sensuado de clasificación basado en los genes con imperios, reinos y categorías inferiores bien
definidos.
Además, se ha diseñado un nuevo código de nomenclatura que no pretende reemplazar al
linneano pero sí complementarlo, basado principalmente en los genes, el Phylocode o código
filogenético numérico. Pero este código no goza del consenso y la aceptación general de los
biólogos, y ya en el último congreso internacional de Biología del milenio, organizado en 1999
en la ciudad de St Louis, Estados Unidos de Norteamérica, la mayoría de los participantes recha-
zaron el reemplazo de la nomenclatura específica linneana por esta nueva alternativa.

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MATERIAL ONLINE

En la siguiente página pueden hallar información adicional sobre la catalo-


gación de especies:
http://www.atlanticisland.eu/documentos/RumboArca.pdf (4)

En los siguientes links se presenta además la exploración de muestras


ambientales y la estimación de la biodiversidad en sitios de muestreo
típicos:
http://www.fcnym.unlp.edu.ar/catedras/ecocomunidades/TPN3.pdf (5)
http://www.dfpd.edu.uy/cerp/cerp_norte/cn/Biologia/BIODIV/Como%20cua
ntificar%20la%20diversidad,%20algunos%20ejercicios.pdf (6)
https://revinvope.univparis1.fr/files/26205/IO262059.pdf (7)

MEGADIVERSIDAD

El término megadiversidad (de mega, ‘grande’) se aplica a los lugares de la Tierra en los que la
biodiversidad, expresada en número de especies, se concentra de manera extraordinaria. Por
ejemplo, una hectárea de un bosque templado bien conservado, como el andino patagónico,
posee una decena de especies arbóreas de gran tamaño.
Una extensión similar en un bosque tropical húmedo o en un bosque ecuatorial puede contener
200 o hasta 500 especies de árboles.

6. La biodiversidad en la escala geológica


La mayoría de los grupos de organismos que se conocen actualmente, o que vivieron alguna
vez en el planeta experimentan períodos de origen y diversificación inicial, de radiación adapta-
tiva o abundancia y riqueza evolutiva, y de extinción o declinación y desaparición. La representa-
ción gráfica de la distribución vertical o temporal de las especies o de los grupos o taxones en
la columna geológica se conoce como biocrono. Si se produce la extinción final, como en el
caso de los trilobites, se habla de biocrono cerrado, y si el grupo todavía persiste, como en el
caso de los merostomados (cangrejos bayoneta) se habla de biocrono abierto.
Por su parte, se conoce como acmé el período de mayor expansión geográfica y la diversidad
de un grupo determinado. Por ejemplo, los trilobites fueron más abundantes durante el Cámbri-
co y el Ordovícico que en otros períodos posteriores de la era Paleozoica, mientras que los repti-
les marinos alcanzaron su máxima expansión durante el Jurásico.

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Biocrono completo de los grupos de trilobites. Se observa que durante el Cámbrico y en parte el
Ordovícico, los dos primeros períodos de la era Paleozoica, es cuando se alcanza su acmé o
máxima expansión. Se trata de un biocrono cerrado porque a final del Pérmico se extinguen com-
pletamente sus últimos representantes

Se calcula que en nuestro planeta existieron unas 700 millones de especies.


Algunas surgieron en diferentes momentos (evolucionaron), otras desaparecieron progresiva-
mente o por catástrofes, como los dinosaurios al final del Cretácico, y algunas más permanecie-
ron sin cambios, los fósiles vivientes, como el celacanto y el cangrejo bayoneta. En la actuali-
dad, los científicos estiman que la biodiversidad ronda los 10 a 20 millones de especies (de las
cuales únicamente un millón y medio está clasificada).
Se conoce asimismo que los restos fósiles, único testimonio de la vida pasada, se hicieron
abundantes a partir de los últimos 1.000 millones de años y se calcula la tasa de recambio de
especies en 700.000 cada millón de años. Sin embargo, sólo se conocen unas 700.000 espe-
cies fósiles, lo que representa una pequeñísima fracción de la biodiversidad que realmente exis-
tió, de aproximadamente el 0,001%.

7. Variación temporal de la diversidad específica, fósiles vivientes


e índice IPV
A lo largo del tiempo geológico se han producido modificaciones evolutivas en los patrones de
diversidad global. En los últimos 600 millones de años, el número de especies de un determina-
do grupo taxonómico, ha aumentado en la mayoría de los casos. Esta creciente diversidad en el
tiempo ha ido acompañada de períodos de extinciones masivas que afectaron fundamental-
mente a especies especialistas.

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Los modelos de la biodiversidad | Seminario 2

Variaciones naturales. Muchas especies desaparecen de forma aislada y gradual porque algu-
nos factores determinantes para su supervivencia cambian. Son las extinciones de fondo. Al
desaparecer la especie, su nicho ecológico queda vacío, hecho que permite la expansión de
otras formas de vida. Se ha estimado que el índice de extinción medio de aves y mamíferos a lo
largo del tiempo geológico fue de una especie cada 500 ó 1000 años. Actualmente se tienen
registrados 18 episodios de extinciones masivas. Para períodos más breves de tiempo, a escala
ecológica, durante la sucesión, la diversidad aumenta con el tiempo.

Variaciones antrópicas. En el Pleistoceno se produjo una gran extinción de mamíferos, posible-


mente causada por la acción combinada de los cambios climáticos y la presión a la que fueron
sometidos por las poblaciones humanas de hace aproximadamente 10.000 años. La especie
humana ha tenido un efecto devastador sobre la diversidad de las especies y la tasa de extincio-
nes inducidas por ella se acelera. Desde 1600, se ha comprobado la extinción de al menos 584
plantas, 83 mamíferos, 116 aves y 23 reptiles.

A pesar de los cambios planetarios, y en particular la influencia antrópica de los últimos miles
de años, existen organismos que persisten sin cambios desde sus orígenes. Son los fósiles
vivientes, son especies que pertenecen a grupos completamente extintos, como el celacanto y
la neopilina, pero que continúan en la actualidad. La comparación de las características de los
organismos a través del tiempo ha cobrado gran interés en los estudios evolutivos. En especial,
llama poderosamente la atención que algunas especies se conservan prácticamente sin cam-
bios desde su aparición en el registro fósil, como los tiburones y las cucarachas, mientras que
otras han experimentado una rápida evolución y radiación adaptativa, como los insectos y los
caballos. Ejemplos extremos de persistencia en el tiempo son el celacanto (Latimeria chalum-
nae), extraño pez de aguas profundas, y la neopilina (Neopilina galatheae), molusco bentónico
sumamente primitivo. El celacanto, que se creía completamente extinto desde hace más de 100
millones de años, fue redescubierto por la ciencia en 1938; actualmente se sabe que vive en el
océano Índico, cerca de las islas Comores. La neopilina, por su parte, es uno de los escasos
representantes de los monoplacóforos, clase fósil de moluscos muy primitivos, con numerosas
branquias pares, que era abundante hace unos 500 millones de años.
Otros ejemplos de fósiles vivientes son la tuátara, extraño reptil de Nueva Zelandia; el ginkgo,
árbol que ya no se conoce en estado silvestre sino únicamente en cultivos, es el único represen-
tante de un antiguo y exitoso linaje de la era Mesozoica; el ornitorrinco, extraño mamífero aus-
traliano ovíparo y con pico de pato, y el cangrejo bayoneta, un pariente marino de las arañas que
ha cobrado gran importancia médica pues de él se obtiene una sustancia coagulante que permi-
te detectar bacterias mortales en vacunas, medicamentos y dispositivos médicos.
El índice del planeta viviente (IPV) es un indicador de presión humana sobre el ambiente que
fue establecido por el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) en cola-
boración con la organización no gubernamental WWF (World Wildlife Fund). Este índice tiene
como objetivo medir la biodiversidad específica mundial durante las últimas décadas, analizan-
do la tendencia de diversas poblaciones de especies de vertebrados en ecosistemas forestales,
marinos y de agua dulce.

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Entre los años 1970 y 2003, las poblaciones analizadas disminuyeron una media de un 30%, las
más afectadas son las poblaciones de ecosistemas de agua dulce, con una pérdida superior al
50%. Esta tendencia confirma que el planeta sufre en la actualidad una tasa de pérdida de biodi-
versidad comparable a los sucesos históricos de extinción masiva.

MATERIAL ONLINE

En el siguiente video encontrarán información sobre la tasa de extinción


actual relacionada con la biodiversidad:
https://www.youtube.com/watch?v=6CIToJ6AcHI

Se sugiere consultar el texto acerca de los factores temporales de la extinción (Smith y Smith,
2000) en la sección citas textuales que se encuentra al final de la unidad temática 4.

8. Las especies invasoras


La biodiversidad específica se ve afectada por la presencia de especies invasoras, una de las
contribuciones más negativas de la influencia antrópica. En general, las especies que evolucio-
naron en un ambiente se conocen como autóctonas, mientras que las que no corresponden a
él, son las alóctonas. Estas últimas pueden llegar accidentalmente al nuevo ambiente, por
“balsas de vegetación”, o puentes transitorios, pero en general son introducidas por el hombre,
que las transporta junto con él. Si una especie introducida por los humanos ha superado la prin-
cipal barrera, la geográfica (por ejemplo al ser transportada de un continente a otro), esto resul-
ta suficiente para convertirla en invasora, con efectos perturbadores. John Richardson (2002)
explica que una especie puede resultar o no invasora dependiendo de su distribución, su inte-
racción con otras especies, su adaptación y su tipo de estrategia (r) y de las barreras existentes
para su expansión.
Los efectos de la especie introducida van más allá del desplazamiento de las especies nativas
y de la pérdida de diversidad, llega a alterar las reservas y flujos de energía y nutrientes en los
ecosistemas en que actúan, especialmente si se trata de hábitats insulares con un conjunto de
especies que ha coevolucionado durante millones de años y que presentan una tolerancia estre-
cha a los parámetros ambientales.
Las verdaderas especies introducidas son capaces de superar las barreras de la dispersión y
pueden reproducirse en hábitats espontáneos, con lo que alteran el funcionamiento y la fisiolo-
gía de todo el ecosistema en que invaden, de forma radical, alterando las interacciones de com-
petencia, cooperación y mutualismo (que son las que producen la facilitación de la adaptación
en triple sentido).

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Los modelos de la biodiversidad | Seminario 2

MATERIAL ONLINE

En el siguiente link se puede seguir la temática de las especies invasoras:


http://www3.cec.org/islandora/es/item/988northamericanmosaicoverviewk
eyenviron mentalissueses.pdf (8)

También pueden encontrar información sobre la Contribución al Programa


Mundial sobre Especies Invasoras. (Global Invasive Species Programme
GISP):
http://www.issg.org/database/species/reference_files/100Spanish.pdf (9)

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Los modelos de la biodiversidad | Seminario 2

ESPECIES ENEMIGAS

El caso de Alien vs. Predator, una serie de películas de ciencia ficción estrenadas recientemente,
se relaciona con una invasión que trata de ser combatida, con la introducción de otra especie
invasora que es predadora de la primera en su región de origen. En general, estos casos siempre
han fracasado, ya que la segunda especie, al invadir un nuevo ambiente suele modificar su com-
portamiento, y puede por ejemplo predar preferentemente sobre otras especies autóctonas, en
el caso del film, la especie humana.

9. Las especies domesticadas y los agroecosistemas


La agricultura resultó una de las primeras intervenciones significativas del ser humano en los
ecosistemas naturales. Los procesos de siembra y cosecha introdujeron cambios sensibles en
el ambiente y provocaron una alteración del patrón de diversidad. A su vez, más tarde o más
temprano, se incorporó la ganadería como un modelo de explotación complementario que intro-
ducía proteínas animales en la dieta. En el prefacio del libro La Energía, elaborado por el equipo
de redacción de ‘Scientific American’, se plantearía, en la década de 1980 que a raíz de la revolu-
ción agrícola y ganadera, “Las comunidades humanas redujeron la gran diversidad y eficacia de
las comunidades naturales para almacenar la energía solar en los tejidos animales y vegetales
comestibles y, por lo tanto, útiles al hombre. Día a día, y de estación a estación, la entrada y
salida de energía permanecieron en equilibrio, pero los procesos vitales fueron participando de
una parte cada vez más pequeña de ese flujo (...)”¹4.
En suma, a partir de la Revolución Neolítica (entre 10.000 y 8.000 años a.C.) se produjo un
cambio cultural con el surgimiento de la agricultura y la ganadería y la formación de los prime-
ros agroecosistemas en todo el planeta, debido a la necesidad de encontrar recursos más previ-
sibles ante el cambio climático desfavorable y la extinción de la megafauna o la pérdida o retira-
da de las selvas y bosques.
En definitiva, como resultado de la influencia
humana sobre la biodiversidad natural o silves-
tre, existe otro tipo de diversidad que se denomi-
na biodiversidad domesticada o cultivada. Es
consecuencia de los procesos de cría y selec-
ción artificial que desde el Neolítico, y durante
miles de años, han desarrollado agricultores y
ganaderos, y de los cuales provienen todas las
variedades de cultivos y razas ganaderas.
A lo largo de los últimos años, una nueva investi-
gación arqueológica ha confirmado la ubicación
principal del sitio donde tuvo lugar la primera
Cuando comenzó el Neolítico, la población de la Tierra era
domesticación de plantas y animales, más con- de unos cinco millones de personas. Esa misma cantidad
cretamente en una región cuya forma se aproxi- nace hoy cada 10 días.

¹4 Harris (2008), p. 123.

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ma a una T (desde Irán hacia el oeste de Anatolia y al sur a través del Corredor del Levante, hasta
el Nilo). Esta investigación ha descubierto también una considerable concentración de dichos
desarrollos en un periodo relativamente corto comprendido entre 11.500 y 9.500 años a.C.
Los centros de origen de una especie son aquellas regiones donde se inició su proceso de
domesticación y donde existen los parientes silvestres que la originaron. Los más importantes
centros de origen y de diversidad agrícola, también conocidos como centros Vavilov, se encuen-
tran ubicados en las regiones tropicales y subtropicales del planeta, y están relacionados con
los lugares donde se inició el desarrollo de la agricultura. Desde los inicios de la agricultura se
han utilizado más de 7000 especies para obtener alimentos. Sin embargo, hoy, la gran mayoría
de la humanidad se alimenta con 150 especies cultivadas. Según la FAO (Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), la diversidad genética de los cultivos
está reduciéndose de forma alarmante.

MATERIAL ONLINE

En el siguiente link pueden obtener información adicional sobre la revolu-


ción neolítica y la exploración de la agricultura y la ganadería:
http://www.eumed.net/librosgratis/2010a/646/DEL%20NEOLITICO%20Y%2
0EL%20DESARROLLO%20DE%20LAS%20SOCIEDADES%20SEDENTARIAS%2
0A%20LAS%20 SOCIEDADES%20HISTORICAS.html (10)

SINTESIS

La biodiversidad específica refleja la historia evolutiva, y en particular la coevolución de espe-


cies, como resultado de la selección y la adaptación al ambiente. La base de la identificación de
las especies es la nomenclatura linneana, binomial y trinomial (en este último caso para las
razas o subespecies). Esta nomenclatura se basa tradicionalmente en la tipificación, el estable-
cimiento de ejemplares tipo. No obstante, la tipificación no se traduce directamente en una
correcta separación de especies, debido a los fenómenos de especiación críptica.
La estimación de esta diversidad se realiza habitualmente a partir de muestras ambientales y
variadas técnicas de análisis, no obstante los resultados son contradictorios y parciales, y se
impone aún en la actualidad la necesidad de un catálogo global que reemplace los inventarios
relativos de la biota a nivel planetario.
La abundancia difiere de la diversidad y se relaciona con el número de individuos de la pobla-
ción. En este sentido, un aumento de especies frecuentes sobre las raras disminuye notable-
mente el índice de biodiversidad específica.

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Más allá de la dimensión espacial de la biodiversidad específica, se requiere el análisis de su


dimensión temporal, y la atención a los factores antrópicos de extinción. En cuanto a la evolu-
ción biológica en las eras biológicas, dos conceptos centrales utilizados son el biocrono, o
extensión temporal de las especies o grupos de especies, y el acmé, o máxima expansión (es
decir, el pico de abundancia de la especie o el grupo).
Por otra parte, interesa destacar la existencia de fósiles vivientes y especies persistentes; espe-
cies alóctonas e invasoras, que compiten rápidamente con las especies autóctonas. En este
marco, la contribución más notable del ser humano fue la existencia de una biodiversidad
domesticada o cultivada que se inició con la Revolución Neolítica y se expandió por todo el
planeta Tierra.

AUTOEVALUACIÓN

Para reconocer lo aprendido en esta unidad se le sugiere seleccionar las opciones correctas
frente a las proposiciones o interrogantes planteados.
1. ¿Qué es la biodiversidad específica?
a. La abundancia del número de individuos de una población.
b. La estimación de la diversidad de especies de un ambiente determinado.
c. La variedad de especies existentes en cualquier muestra ambiental.
d. El resultado de la tasa de especiación variable.
e. El resultado de la adaptación.
2. El paralectotipo se relaciona con:
a. Una especie válidamente publicada por el autor basada en un ejemplar.
b. Un ejemplar adicional para la identificación de la especie válidamente publicada.
c. Una especie no válidamente publicada por el autor que requiere la designación de un nuevo
tipo.
d. Un ejemplar adicional para la identificación de la especie no válidamente publicada.
e. Ninguna de las anteriores.
3. ¿Qué es la especiación críptica u oculta?
a. Una disminución de la tasa de especiación.
b. El surgimiento de nuevas especies por aumento del nivel de ploidía.
c. La fragmentación del área de dos especies alopátricas.
d. Una consecuencia de la disminución del espectro de biodiversidad.
e. Un aumento de la abundancia de especies raras.
4. El siguiente no es un mecanismo de selección sexual en aves:
a. Danzas rituales de cortejo.
b. Exhibición de colores en el plumaje del macho.

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c. Olfacción aumentada de las deposiciones de la hembra.


d. Arreglos ambientales especiales para atraer a la pareja.
e. Cantos y silbidos especiales de alta frecuencia.
5. La siguiente forma de monitoreo corresponde a la obtención de fragmentos de ARN y ADN:
a. Monitoreo aéreo.
b. Barrido de la columna de agua.
c. Muestreo de plancton superficial.
d. Sondeo de muestras profundas.
e. Análisis de filotipos.
6. El índice IPV tiene como objetivo:
a. Estimar el número de especies existentes en el planeta Tierra.
b. Medir la biodiversidad específica a partir de las variaciones de las poblaciones de vertebra-
dos.
c. Medir la biodiversidad específica a partir de las variaciones de las poblaciones de invertebra-
dos acuáticos.
d. Realizar una catalogación completa de las especies en todo el planeta.
e. Analizar las causas de la alteración de la biodiversidad por efectos antrópicos.
7. Una especie alóctona es:
a. Una especie nativa de un lugar determinado.
b. Una especie endémica.
c. Una especie cosmopolita y en expansión.
d. Una especie invasora.
e. Una especie introducida en un lugar determinado.
8. La Revolución Neolítica se relaciona inicialmente con:
a. La expansión de los agroecosistemas.
b. El inicio de la agricultura.
c. La domesticación de especies de animales.
d. El cambio climático mundial.
e. La alteración de los ecosistemas.

ACTIVIDADES DE REFLEXIÓN Y APLICACIÓN

1. Lea la información y realice un análisis de transecta para determinar la abundancia y diversi-


dad de las especies de plantas con flores.
El trabajo de campo en Biología requiere la aplicación de metodologías y técnicas especiales para el
análisis y detección de especies. En general, todos los análisis de la biota comienzan con la definición
de una trasecta y el cálculo de la densidad en ella.

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La transecta es un área rectangular alrededor de un punto del recorrido (donde es posible analizar una
porción del ecosistema en estudio). El análisis de la transecta se realiza mediante una línea recta, traza-
da desde el punto elegido para observar con la mayor precisión posible todos los organismos reconoci-
dos (o de algunos elementos escogidos de la biota, por ejemplo, dos o tres especies de plantas que
crecen en el recorrido o dos o tres especies de organismos acuáticos pequeños en la orilla de un lago o
una playa). Si el análisis se realiza en un ambiente terrestre para estudiar la vegetación o tomar muestras
de suelo, se realiza un recorrido en un trayecto a partir de un sector central de no más de 15 minutos. Se
establece una estación cada cinco o veinte metros del recorrido y deja una cinta de color para identificar-
las. Para delimitar la transecta, se colocan cuatro estacas o tacos de madera alrededor de cada cinta y
se extiende una soga o rollo de piolín.
a. Elija un terreno cualquiera (puede ser un cualquier sitio con vegetación que crece espontá-
neamente).
b. Ubique al menos dos estaciones de transecta sobre la base indicada.
c. Identifique los individuos de una misma especie. ¿Considera que esta especie es rara o abun-
dante? ¿Es nativa o introducida? Puede consultar una flora local (como la Flora de la Provincia
de Buenos Aires, de Cabrera).
d. Elija la especie más abundante y determina su densidad en la trasecta de acuerdo con la
siguiente fórmula: D = N / S
donde N : nº de individuos
S: superficie en donde se encuentran
D: densidad de población
2. Examine la siguiente noticia que hace referencia a la introducción del mejillón cebra en un
embalse europeo para explicar la importancia del factor temporal de la biodiversidad específi-
ca.
El mejillón cebra (Dreissena polymorpha) está capacitado para soportar cambios bruscos de temperatu-
ra y salinidad, resistiendo entre cuatro y cinco días fuera del agua, y se propaga fácilmente adherido en
cualquier tipo de embarcación o aparejo de pesca.
De esta forma, se convierte en un invasor perfecto. A esto se añade que las hembras pueden poner hasta
un millón de huevos en una temporada. Este organismo produce pérdidas económicas inmensas al tapo-
nar cañerías, adherirse al casco de las embarcaciones y producir enormes cantidades de conchas que
modifican la naturaleza del cauce, causando, según zonas, la práctica extinción de diversas especies de
moluscos autóctonos.
Para este bivalvo, los cien kilómetros que separan el Sobrón del embalse del Ebro, en Campo, son un
sencillo paseo, pues un aficionado lo puede trasladar en un equipo de pesca que no se haya limpiado (el
simple corcho de un aparejo es un vehículo adecuado).
La especie, oriunda de los mares de Aral y Caspio, inició hace más de dos siglos una amplísima fase de
dispersión y, desde hace unos años, en Estados Unidos es considerado una catástrofe nacional.
El Diario Montañés (www.eldiariomontanes.es)
a. Explique dos características que hacen que una especie se extienda fácilmente por diversos
ambientes.
b. Explique cómo puede una especie invasora modificar las condiciones de un ecosistema y
poner en peligro la supervivencia de otras especies.

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Los modelos de la biodiversidad | Seminario 2

c. Cite otro ejemplo de especie alóctona (introducida en alguna región por la humanidad) que
haya producido situaciones similares a las descriptas en la noticia.
d. Realice una breve síntesis acerca de la importancia del factor antrópico en la alteración de la
biodiversidad natural.
e. Explique de qué manera ha cambiado la biodiversidad de la Tierra en los últimos 600 millones
de años. ¿Cuáles pueden ser las causas de que los ecosistemas de agua dulce sean los más
afectados por la pérdida de biodiversidad?

CITAS TEXTUALES

Edward O. Wilson (1994) La diversidad de la vida. Capítulo 15. La ética ambiental.


“Podemos pensar que el mundo ha sido completamente explorado. Casi todas las montañas y
ríos, es cierto, han recibido su nombre, se han completado los levantamientos costeros y geodé-
sicos, el fondo del mar ha sido cartografiado hasta las fosas más profundas, la atmósfera corta-
da transversalmente y analizada químicamente. El planeta está supervisado ahora continua-
mente desde el espacio mediante satélites; y no menos importante, la Antártida, el último conti-
nente virgen, se ha convertido en una estación de investigación y en una costosa parada turísti-
ca. La biosfera, sin embargo, permanece oscura. Aun cuando se han descubierto (en el sentido
mínimo de que se han recogido ejemplares y se les ha adjudicado un nombre científico formal)
alrededor de 1,4 millones de especies de organismos, el número total de especies vivas en la
Tierra se encuentra en algún punto entre 10 y 100 millones. Nadie puede decir con seguridad
cuál de estas cifras está más cerca. De las especies que han recibido nombre científico, menos
de 10 por 100 han sido estudiadas a un nivel más profundo que la anatomía grosera. La revolu-
ción en la biología molecular y la medicina se consiguió con una fracción todavía menor, que
incluye las bacterias del colon, el maíz, las moscas del vinagre, las ratas de alcantarilla, los
macasos resos y los seres humanos, que todos juntos comprenden no más de un centenar de
especies”¹5. (p.346)

Margalef (2005): Ecología


“Las medidas de diversidad han de hacer referencia a un espacio, al espacio ocupado por la
muestra sobre la que la diversidad se calcula. Si nos fijamos en la fórmula H=Σpilog2pi deduci-
remos que la diversidad es la misma mientras la representación de las distintas especies
permanezca constante. Tal constancia es ilusoria; una muestra muy pequeña forzosamente
contendrá una representación de pocas especies y, si tan pequeña es, un solo individuo de una
sola especie, con diversidad igual a cero. Por otra parte, al ampliar la muestra siempre es proba-
ble encontrar nuevas especies, además de cambios en las proporciones de las que anteriormen-
te existían y las tasas de decrecimiento en la adición de nuevas especies al ampliar la muestra
se relaciona con la diversidad inicial. Encontramos aquí y en una forma ligeramente diferente,
los mismos problemas que hacen confuso el concepto de área mínima. Es, por lo tanto, preferi-

¹5 Wilson (1994), p. 346.

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Los modelos de la biodiversidad | Seminario 2

ble, hablar de espectro de diversidad, en el que la diversidad es función del tamaño de la mues-
tra, que de diversidad a secas, si referencia espacial alguna”¹6. (p.277)
“El concepto de espectro de diversidad se puede ilustrar muy bien con el ejemplo del planc-
ton[…]. En el agua turbulenta, la diversidad de muestras pequeñas es excesiva: si se dejaran en
el mismo sitio en el tiempo, es indudable que la competencia entre especies conduciría a la
diversidad a valores más bajos. La conclusión es que las mediciones instantáneas de diversi-
dad posiblemente no tienen todos iguales valores, pues algunas corresponden a estructuras
que perduran con el tiempo mientras que otras a situaciones particularmente inestables que
varían continuamente. Se podría proponer, por lo tanto, que cuando se desea usar a la diversi-
dad como una medida de “organización”, se le restara un valor, por ejemplo, 1/S, que es una
medida de inestabilidad, basada en la media armónica de la permanencia de elementos en el
espacio muestreado. […] Así, por ejemplo, la turbulencia del agua puede hacer muy poco proba-
ble la persistencia de un alga en un pequeño volumen después de un tiempo”¹7. (p.380)

Smith y Smith (2000): Ecología


“La Tierra está actualmente sufriendo una extinción masiva del mismo nivel que los eventos
anteriores de extinción, con una pérdida anual estimada de decenas de miles de especies. Sin
embargo, el evento actual de extinción masiva es diferente de los del pasado. La causa no es
extraterrestre, como por ejemplo un meteorito o un cometa, o un cambio climático o en el nivel
del mar. La destrucción es debida a las máquinas excavadoras, a la agricultura, la ganadería y la
urbanización, que llevan a la destrucción del hábitat. […] Además de la caza, una de las causas
de extinción reciente ha sido la introducción de predadores y competidores en sistemas con
especies endémicas aisladas incapaces de hacer frente a la presión impuesta por los recién
llegados. Lo predadores introducidos por los humanos han exterminado muchas especies,
particularmente en hábitats insulares que previamente habían estado relativamente libres de
predadores. El mayor número de tales extinciones ha sido causado por ratas, transportadas a
través del pacífico por los polinesios y micronesios a lo largo de los últimos miles de años, y que
se han extendido por el resto del mundo a través de los europeos en los últimos quinientos.
Entre los ejemplos atribuibles a esta causa se cuentan las cinco especies de aves autóctonas y
endémicas de la isla de Lord Howe, poco después de la llegada de estos animales en un barco
de 1918, así como la extinción de cuatro especies de aves, una de murciélagos y numerosos
invertebrados tras la llegada de las ratas a Big South Cape, otra isla cercana a Nueva Zelanda,
en 1964. […] Pero de lejos, la causa más importante de extinción provocada por los humanos es
la destrucción de los hábitats naturales para crear granjas y ranchos donde plantar cultivos y
criar ganado. Tal alteración del hábitat puede acercar a una especie a la extinción, mucho antes
que el último vestigio de su hábitat sea eliminado. La fragmentación de los rangos naturales de
distribución, la reducción de los lugares de cría y de áreas de alimentación y otros factores simi-
lares pueden provocar que el tamaño poblacional caiga hasta unos valores críticamente bajos
mucho antes de que el hábitat de una especie haya sido completamente destruido”¹8. (p.552)

¹6 Margalef (2005), p. 277.


¹7 Margalef (2005), p. 380.
¹8 Smith (2000), p. 552.

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Los modelos de la biodiversidad | Seminario 2

BIBLIOGRAFÍA

Cracraft, John. y Donoghue, Meredith (eds.) (2004) Assembling the Tree of Life. London: Oxford
University Press.
Harrison, Richard G. (1998) “Linking Evolutionary Patterna dn Process”. En: Howard, Daniel J. y
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Cómo citar este texto:


• Majas, Fernando Daniel (2016) “Unidad 4: El estudio de la biodiversidad específica”.
Seminario “Los modelos de la biodiversidad”. Diplomatura Superior en el Estudio de la
vida y la biodiversidad en el siglo XXI. Azul Ediciones, Burzaco.

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