( Revista Gestión ) Volumen 1 / Número 2 / Marzo - Abril 1996 - Páginas 90 a 94
¿Tiene sentido imitar a los exitosos? ¿Aporta realmente algún beneficio? El concepto de benchmarking, que no tiene traducción exacta en una palabra del idioma castellano, se refiere al proceso por el cual una empresa compara su desempeño con otras. La idea es tomar ejemplo de las compañías líderes e imitar el desarrollo de una o todas sus funciones. En este artículo, Charles Goldwasser, consultor de Procesos y Producción de Price Waterhouse LLP, analiza las implicancias de un proceso de benchmarking. El autor destaca la importancia de que todos los empleados se comprometan en la elección de las compañías que se tomarán como patrón de comparación y analiza en especial el rol que deben jugar los gerentes. Goldwasser explica la relación que existe entre un proceso de reingeniería y uno de benchmarking, proporcionando claves para obtener los resultados esperados.
Hay que enfrentarse a la realidad: si el proceso de benchmarking no mejora la
rentabilidad de su empresa, es probable que no valga la pena ponerlo en práctica. Después de todo, si bien el hecho de contactar y visitar otras empresas se puede disfrutar desde una perspectiva de "turismo industrial", su compañía invierte tiempo y dinero en este proceso de comparación con las mejores, es decir, en el proceso de tomar a empresas líderes como parámetro de comparación para mejorar la propia, con el fin de que ésta sea más competitiva y, en última instancia, más rentable. En consecuencia, si sus esfuerzos de implementación de este proceso de comparación con las mejores, tomándolas como patrón para mejorar, no están dando resultados positivos, es importante darse cuenta de cuáles pueden ser los obstáculos que se están interponiendo en el camino. Algunos de tales obstáculos podrían provenir de deficiencias en aspectos diversos del proceso mismo de benchmarking. Entre ellos, la significación estratégica y operativa de aquellas áreas de su empresa que usted ha elegido para mejorar, por comparación, el grado de comprensión de las prácticas y procesos de su propia compañía, la importancia de sus métodos de investigación y selección para identificar a aquellas empresas de las cuales puede aprender, la claridad de las lecciones o ejemplos y demás información proporcionada por las compañías identificadas que se han elegido para tomarlas como patrón, o el grado de potencial mejora real que este aprendizaje ofrece.
Claves para llevar en el maletín
El proceso de benchmarking no concluye cuando un empresario ve cómo otras
compañías brindan los mejores servicios o productos de su clase o ramo de negocios. Por el contrario, las empresas deben ganarse el apoyo de los empleados, para transformar su resistencia al cambio en entusiasmo, para elegir a las empresas que se tomarán como patrón comparativo y para que los empleados participen en el intercambio de la información.
El benchmarking tradicional
La expresión "benchmarking" describe el procedimiento integral por el cual una
compañía dada compara su desempeño con el de otras empresas, y aprende subsiguientemente de qué modo las compañías líderes logran sus resultados. En realidad, éste es un proceso de descubrimiento, cuál es el verdadero punto fuerte del desempeño de una empresa en un área específica de interés, qué compañías son las que obtienen los mejores resultados y cómo es que lo logran. Si nos atenemos a este enfoque, veremos que las empresas habitualmente buscan concretar tres objetivos cuando emprenden un esfuerzo y un proceso de mejora por comparación con otras: evaluar su desempeño actual con respecto al de otras compañías, descubrir y entender nuevas ideas y métodos para mejorar los procesos y prácticas de negocios e identificar metas de desempeño futuro que, si bien pueden parecer agresivas, son factibles de poner en práctica. Las lecciones que se pueden aprender tienen un enorme potencial para las empresas que están tratando de mejorar. Sin embargo, aun cuando el intercambio de información sea exitoso, muchos de los esfuerzos de este procedimiento de comparación con las líderes no alcanzan a materializar su potencial pleno para lograr el cambio y la mejora de tales empresas. Con suma frecuencia, la información obtenida mediante estudios de benchmarking queda sin ser aprovechada. No importa cuán buena pueda ser: estos esfuerzos para mejorar por comparación con las mejores dan por resultado cambios limitados en las propias oficinas o en la planta de la empresa que realizó el benchmarking, a menos que el personal desee y sea capaz de hacer algo con dicha información. Las empresas que recurren a este procedimiento de comparación con las mejores fácilmente pueden encontrarse a sí mismas atascadas en el medio de una rutina de que "los negocios se siguen haciendo como siempre", y verse incapaces de poner en práctica los cambios reales que querían lograr.
El panorama completo
El proceso de tomar a las empresas líderes como puntos de referencia y
comparación con la propia compañía es realmente eficaz para conducir a una mejora de la rentabilidad de ésta si realmente trasciende el intercambio de información e incluye un objetivo de importancia crucial: desarrollar la voluntad, la motivación y el compromiso en los individuos y grupos, para que éstos pongan en práctica un cambio que sea realmente significativo. Este es un objetivo adicional que convierte al esfuerzo de comparación con las mejores, de un mero ejercicio de aprendizaje, en un vehículo para concretar el cambio. Hace que se maneje el benchmarking no como un fin en sí mismo sino como un medio para llegar a un fin. La comparación con las mejores empresas se deberá emprender con un propósito específico en mente. Este propósito está generalmente relacionado con los continuos esfuerzos de las compañías por mejorar, buscando cambios que involucren crecimiento, o bien implementando procedimientos de reingeniería, en el caso de aquellas empresas que buscan cambios más drásticos. Ya sea en un caso como en el otro, la adquisición de conocimientos y el aprendizaje obtenido de otras compañías no es el producto final. Por el contrario, la puesta en práctica de cambios reales y plenos de contenido en el lugar de trabajo es realmente el producto final del benchmarking. Este nexo entre el procedimiento de comparación con las mejores y el cambio es importante porque deja al descubierto una serie de cuestiones que, de no ser así, podrían hacer que información de suma utilidad permaneciera totalmente desaprovechada. A menos que los esfuerzos del benchmarking incorporen y estén acompañados por un gerenciamiento eficaz del cambio, aun las mejores ideas pueden enfrentarse a una resistencia y quedar condenadas a meros informes sobre el tema, que no se van a usar nunca. Por otra parte, al fusionar las técnicas de la comparación con las mejores empresas con las del gerenciamiento del cambio, este proceso puede no sólo superar la resistencia al cambio sino inclusive inspirar creatividad y motivar al personal para que adopte tales cambios. Un plan de benchmarking debe incluir los pasos necesarios para construir una plataforma sólida para la implementación del cambio, muy especialmente si se va a necesitar personal clave para ponerlo en práctica, o bien en el caso de que ciertas personas puedan llegar a constituirse en obstáculos significativos para dicho cambio. A los potenciales paladines del cambio la gente que está comprometida para impulsarlo y llevarlo adelante, en base a una experiencia positiva del benchmarking se los debería mantener informados e involucrados durante todo el transcurso del proceso de comparación con las mejores empresas. Este personal clave se debe identificar de entrada. Tal identificación comienza con el planeamiento del benchmarking: · ¿Comparte usted la idea? · ¿Está el enfoque de este esfuerzo de benchmarking dentro de su área de autoridad y responsabilidad? · ¿Cuenta usted con el respaldo de ejecutivos y gerentes cuyas áreas de responsabilidad encajan dentro del alcance del esfuerzo? · ¿Necesita usted el apoyo de otras personas para obtener los recursos que va a dedicar al benchmarking? Se deberán detectar las áreas de resistencia, o de potencial resistencia, y abocarse a tratar con ellas antes de proseguir. Esta acción es de vital importancia porque es en esta etapa cuando un empresario determinado recién está comenzando a tratar de conseguir respaldo para hacer este proceso de comparación con las mejores. Si se da resistencia en esta etapa, es probable que la misma se convierta en una fuerte barrera al cambio una vez completado el intercambio de información. Pero, por otra parte, una oposición en potencia se puede revertir en un respaldo por el cambio si se involucra en el proceso de benchmarking a aquéllos que se le resisten.
Una selección comprometida
Durante la fase de investigación del proceso de comparación con las mejores
empresas, el empresario debe determinar a cuáles compañías va a contactar y/o visitar. Y ésta es la oportunidad importante para comprometer en el proceso a los miembros de su personal que pueden llegar a ser potenciales adalides del cambio, pidiéndoles que aporten sus ideas u opiniones sobre qué empresas tienen una actuación destacada en un área en particular, o a cuáles compañías ellos piensan, por un motivo u otro, que se las debería incluir en la muestra comparativa. La inclusión de otras personas en el proceso de investigación ofrece tres beneficios principales. En primer lugar, este personal puede tener, sobre una empresa dada, información importante que bien puede no aflorar mediante otros métodos de investigación. En segundo lugar, puede ser deseable eliminar las hipotéticas excusas que podría esgrimir el personal porque éste no confía en la información y en las ideas obtenidas con dicho proceso. Para poder hacer esto, el empresario que recurre al benchmarking necesita saber qué es importante para los otros, así puede atacar el tema de entrada. Por ejemplo, podría incluir una empresa sugerida por un empleado, no porque si no lo hiciera le habría de faltar algo importante a su comparación con las mejores, sino también para evitar que, posteriormente, tal empleado aduzca que la información es sospechosa porque no se incluyó a la empresa que él había sugerido. En tercer lugar, la inclusión de los empleados en esta etapa del esfuerzo de benchmarking les da la oportunidad de que expresen sus ideas. Y así se pueden identificar, para la investigación posterior, empresas sobre las cuales dichos empleados pueden tener algún tipo de curiosidad. Esta inclusión aporta entusiasmo para el esfuerzo de benchmarking en sí y contribuye a que los empleados consultados se sientan un poco "dueños" de los resultados del proceso de benchmarking.
La conexión entre el benchmarking y la reingeniería
La gente con frecuencia se pregunta de que modo el benchmarking se relaciona
con la reingeniería de proceso. ¿Son la misma cosa? ¿Están en conflicto el uno con la otra? La respuesta a ambas preguntas es no. Son dos métodos distintos pero complementarios para mejorar el desempeño de las empresas y el rendimiento de los negocios. El procedimiento de comparación de la propia empresa con las líderes del mercado implica aprender las mejores prácticas de éstas, o sea saber cómo es que logran un fuerte desempeño. Es una herramienta eficaz para obtener ideas sobre cómo mejorar una actividad, función o proceso existentes. Por el contrario, la reingeniería involucra repensar todos los aspectos de un proceso de negocios, incluyendo sus objetivos, tareas, estructura, tecnología y producción, para, posteriormente, rediseñarlos desde cero a fin de obtener y entregar más eficiente y eficazmente una producción con mayor valor agregado. Si bien la reingeniería es un concepto válido para repensar todas las clases de procedimientos de negocios, se la aplica habitualmente a aquellos que son de envergadura y cuya funcionalidad es cruzada. La reingeniería de procesos comprende cinco fases: · Planificación. Poner en marcha el proyecto, involucrando en el mismo al personal adecuado, fijando el alcance de aquél y estableciendo sus objetivos.
· Aprendizaje interno. Comprender la situación actual, el curso de los procesos
vigentes, los productos finales de tales procesos, las demoras, costos, problemas, oportunidades, etc.
· Aprendizaje externo. Exponer al equipo encargado de la reingeniería a las
nuevas ideas y experiencias, a fin de posibilitar el rompimiento con las ideas preconcebidas o paradigmas previos y estimular el pensamiento creativo de dicho equipo.
· Rediseño. Aplicar los aprendizajes interno y externo para repensar todo el
proceso, comenzando desde cero e incluyendo los objetivos, resultados finales y pasos intermedios.
· Implementación. Poner en su lugar los cargos, aptitudes del personal,
estructuras y tecnologías adecuados, para facilitar una transición exitosa hacia el nuevo proceso.
Dentro de estas fases, la comparación con las mejores empresas es un paso
adelante en el rediseño de un proceso desde cero. Si bien el benchmarking es un componente que forma parte integral de la fase de aprendizaje externo, existen otros tipos de dicho aprendizaje, que podrían incluir la asistencia a seminarios y conferencias y el ponerse en contacto con grupos o referentes externos claves (por ejemplo clientes, proveedores, etc.). Sin embargo, el proceso de comparación con las mejores empresas es muy eficaz para ayudar a concretar los objetivos de la fase de aprendizaje externo de la reingeniería, es decir, la estimulación de nuevas ideas y del pensamiento creativo. Es también un método útil para identificar las oportunidades para una mejora continua y para intercambiar ideas, fuera de los esfuerzos intrínsecos del proceso de reingeniería. En consecuencia, si bien el benchmarking y la reingeniería son dos técnicas diferentes para mejorar los negocios, cada una de ellas puede facilitar el éxito de la otra. La ocasión más propicia y de vital importancia para comprometer la colaboración de los potenciales líderes de la implementación del cambio resultante de la comparación con las mejores empresas se da durante la etapa de contactos telefónicos y en las visitas a las oficinas o plantas de las compañías elegidas. De hecho, cualquier empresario que emprenda un benchmarking querrá que personal específico quede involucrado con ciertas empresas en particular, dado lo que él espera aprender de dichas compañías. La conjunción estratégica entre el personal comprometido y las empresas tomadas como patrón de comparación puede ayudar a superar una potencial resistencia al cambio por parte de dicho personal, o bien dar origen a que surjan los paladines de ideas en particular. Este proceso de conjunción estratégica también contribuye a concretar las mejores experiencias de aprendizaje, abriendo las mentes y estimulando la creatividad del personal inteligente y receptivo. Este compromiso del personal debe estar bien orquestado para que sea eficaz. En consecuencia, los ejecutivos y gerentes claves de la empresa que quiere hacer el benchmarking deberán ser los responsables de las diversas áreas de interés específico, y habrán de estar preparados a fondo para abocarse a tratar tales áreas en los análisis o visitas a otras empresas. Estos ejecutivos y gerentes deberán ser, además, participantes activos en las reuniones informativas subsiguientes a las visitas a las compañías tomadas como parámetro de comparación. El compartir con franqueza los hechos detectados en dichas firmas, el asumir que hay lecciones que aprender de ellas, las recomendaciones resultantes de las visitas en cuestión y otras actividades del proceso de benchmarking pueden ayudar a obtener una comprensión más amplia del potencial que existe para implementar el cambio y cuáles son los beneficios de éste. En última instancia, los líderes del cambio que pudieran surgir durante los esfuerzos de benchmarking habrán de ser interlocutores sumamente eficaces para transmitir la energía necesaria y respaldar la implementación del cambio en cuestión.
Un proceso de comparación con las mejores
El benchmarking no puede conducir a un mejor desempeño y/o a una reducción de