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PROCESOS DE EJECUCIÓN

a) Naturaleza y notas distintivas


La naturaleza de este tipo de procesos es eminentemente de índole procesal. La
doctrina generalmente los divide en dos:

a) Procesos de Ejecución de dación, los cuales consisten en dar una cosa o cierta
cantidad de dinero;
b) Procesos de Ejecución de Transformación, los buscan como fin un hacer o
deshacer (no hacer) forzoso, cuyo incumplimiento conlleva consecuencias jurídicas.

Las legislaciones más modernas prefieren sostener otra clasificación de los


Procesos de Ejecución:

1. Ejecución Expropiativa – Ya que busca el cumplimiento de una


obligación mediante la afectación directa de los bienes del deudor.
2. Ejecución Satisfactiva – Porque a través de ella se obliga a actos de
hacer, no hacer o escriturar, los cuales no perjudican directamente el patrimonio del
deudor.

b) La acción ejecutiva
Es la facultad de acceder a los tribunales de justicia sustentado en una pretensión que
dimana de documentos ejecutivos que traen aparejada una ejecución. Realmente no
existe una real diferenciación entre la acción ordinaria y la acción propiamente
ejecutiva, sino lo que difiere es la pretensión. Cuando se ejercita una acción para
ejecutar una sentencia, la vinculación con el derecho es evidente, lo cual se obtendrá
a través del ejercicio de la acción procesal
c) El título ejecutivo
Es todo título que trae aparejada una ejecución, es decir, aquel en virtud del cual cabe
proceder sumariamente al embargo y venta de los bienes del deudor moroso, a fin de
satisfacer el capital principal debido, los intereses y las costas procesales.

Título Ejecutivo es el instrumento legal por el cual el acreedor puede exigir el


cumplimiento de una obligación, cobrándose con los bienes del deudor, previo
embargo, un instrumento autónomo para la realización práctica del derecho.

En la legislación española, según el Artículo 1429 de la ley de Enjuiciamiento Civil y


Mercantil, son títulos ejecutivos: a) las escrituras públicas, con tal que sean primeras
copias, o de ser segundas, que estén dadas en virtud de mandamiento judicial; b)
Documento privado reconocido bajo juramento; c) Confesión ante juez competente;
d) Letras de cambio sin necesidad de reconocimiento judicial respecto al aceptante;
e) Cualquier título nominativo al portador, emitido legalmente y que represente
obligaciones vencidas; f) Pólizas originales de los contratos celebrados en bolsas.

La importancia del título Ejecutivo radica en que, de su autenticidad, liquidez y


exigibilidad, depende la efectividad de una acción ejecutiva que busque el
cumplimiento de una obligación o la ejecución de una sentencia.

d) El patrimonio ejecutable
Conjunto de bienes objeto de la ejecución, que constituye un presupuesto de la
ejecución forzada, en el sentido que sin él la coerción no se puede hacer efectiva.

En principio todo patrimonio del deudor es ejecutable, sin embargo, con el fin de
proteger la dignidad humana, los ordenamientos jurídicos han excluido la
posibilidad de ejecución procesal a determinados bienes y derechos que se
consideran indispensables para la subsistencia.

Doctrinariamente se señalan cono inejecutable:

- bienes de propiedad pública y social


- patrimonio familiar
- lecho cotidiano, vestidos y muebles de uso diario y no superfluos.
- Instrumentos de cultivo agrícola y trabajo.
- Armas y caballos militares
- Instrumentos necesarios para las actividades mercantiles.
- Derechos de usufructo, uso habitación, servidumbres, rentas vitalicias y las
mieses antes de ser cosechadas

Sueldos, salarios y pensiones.

e) Clasificación
e.1) Singular
e.2) Vía de apremio
e.3) Juicio Ejecutivo
e.4) Colectivo
e.5) Concurso voluntario de acreedores
e.6) Concurso necesario de acreedores
e.7) Quiebra
VÍA DE APREMIO

La vía de apremio es el proceso para llevar a cabo la ejecución procesal o ejecución


forzada, ya que constituye una serie de procedimientos que desarrollan la etapa final
del proceso, es decir la etapa ejecutiva, mediante una obligación líquida, es decir
plenamente determinada, y exigible por el cumplimiento del plazo de la misma,
aparejada en un título ejecutivo

A) Títulos que permiten la promoción de la vía de apremio.


Artículo 294 del Código Procesal Civil y Mercantil (todos prescriben a los cinco -5-
años, perdiendo su fuerza ejecutiva, excepto los créditos hipotecarios y prendarios,
que prescriben a los diez -10- años).

1. Sentencia pasada en autoridad de Cosa Juzgada, es decir que no se encuentra


pendiente de recurso alguno.

2. Laudo arbitral no pendiente de recurso de casación; es decir que se haya


agotado el recurso de revisión y no se encuentre pendiente el de casación;
3. Créditos hipotecarios
4. Bonos o cédulas hipotecarias y sus cupones
5. Créditos Prendarios
6. Transacción celebrada en escritura pública
7. Convenio celebrado en juicio.

Es el juez quien valora el título ejecutivo y dicta el mandato de ejecución, el cual


contiene:

1. Requerimiento al deudor;
2. Embargo de los bienes que alcancen a cubrir hasta el monto de la deuda.

Cuando el embargo recae sobre bienes inmuebles, derechos reales sobre ellos, o
muebles susceptibles de registro, para que dicho embargo tenga validez, se
requiere su inscripción en el Registro de la Propiedad.

1. SENTENCIA PASADA EN AUTORIDAD DE COSA JUZGADA:


Cuando el código Procesal Civil se refiere a la Sentencia pasada en autoridad de
cosa juzgada, está aludiendo a la Sentencia Firme, es decir a la que no admite
ningún recurso, también podría hablarse de Sentencia Ejecutoriada que es el
lenguaje que utiliza la L.O.J al indicar que hay cosa juzgada cuando la sentencia
es ejecutoriada, siempre que haya identidad de personas, cosas y acciones y no
hubiere lugar a juicio ordinario.

2. LAUDO ARBITRAL NO PENDIENTE DE RECURSO DE CASACIÓN:


El código prevé que firme el laudo arbitral, podría obtenerse su ejecución ante el
juez de Primera Instancia del lugar donde se ha seguido el arbitraje y que esta
ejecución se llevará a efecto del mismo modo establecido para la de sentencia, o
sea que debe acudirse a la vía de Apremio.

3. CREDITOS HIPOTECARIOS:
3.1. HIPOTECAS:
La hipoteca es un derecho real que grava un bien inmueble para garantizar el
cumplimiento de una obligación, es lógico pensar que en el proceso ejecutivo lo que
se persigue es dar satisfacción a esa obligación sin embargo, en lo que toca a la
hipoteca, nuestro sistema es muy especial, ya que como se sabe cuándo la garantía
está constituida por dicho derecho real, no hay responsabilidad de hacer efectiva la
obligación en otros bines del deudor. El patrimonio de este no responde
genéricamente, sino solamente con el bien hipotecado.
3.2. SUBHIPOTECAS:
Como se sabe el Código Civil vigente permite la subhipoteca cuando dispone que
el crédito garantizado con hipoteca puede subhipotecarse en todo o en parte,
llenándose las formalidades aplicables establecidas para la constitución de la
hipoteca. Existiendo regulada esta institución, lógicamente cabe pensar que en
caso de incumplimiento de la obligación garantizada en esa forma, el acreedor
subhipotecario tiene a su vez el derecho de hacerlo valer a través de la Vía de
Apremio.

4. BONOS O CEDULAS HIPOTECARIAS Y SUS CUPONES:


En el Código Civil no se regulan los bonos hipotecarios si no únicamente las
cédulas hipotecarias como una modalidad de la hipoteca. En el Código de Comercio
sólo se alude a los bonos bancarios en el artículo 609, en estos términos; “los bonos
bancarios son títulos de crédito y se regirán por sus leyes especiales y
supletoriamente por lo establecido en este código. En la práctica los bancos no
suelen emitir bonos hipotecarios la modalidad de bonos que se conocen en nuestro
medio son los bonos públicos que emite el estado, pero que por tener generalmente
garantía de compra por el Banco de Guatemala, su cobro no presenta ninguna
dificultad ni hay que acudir a ningún procedimiento judicial. Es por eso que
aludiremos en primer término a los bonos hipotecarios que la ley autoriza que los
bancos pueden emitir.

4.1. BONOS HIPOTECARIOS Y PRENDARIOS EMITIDOS POR LOS


BANCOS:
Esta clase de bonos tienen características especiales debido a su especial
naturaleza, tanto en lo que se refiere a sus condiciones de emisión como las
garantías. Están regulados en los artículos del 55 al 62 de la ley de Bancos, Decreto
315 del congreso conforme a esta ley los bonos hipotecarios y prendarios son
títulos de créditos al portador, a plazo no menor de un año ni mayor de veinticinco
años, a contar de la fecha de su emisión y transferibles mediante la simple tradición
del título.
4.2. CEDULAS HIPOTECARIAS:
La emisión de Cédula hipotecarias constituye una de las modalidades de la
hipoteca así lo regula el Código Civil y también el Código de Comercio. De acuerdo
con lo dispuesto en el primer párrafo del artículo 605 del Código de Comercio, las
cédulas hipotecarias emitidas de conformidad por la ley, son títulos de créditos y
aunque sean garantizados con hipoteca, no perderán su calidad de muebles.

4.3. HIPOTECAS ASEGURADAS:


Hay que hacer mención del régimen de hipotecas aseguradas que contempla la
legislación guatemalteca, el cual, desde luego, ha promovido el crédito inmobiliario
pero también ha dado origen a las respectivas ejecuciones cuando el deudor
incumplen sus obligaciones.

5. CREDITOS PRENDARIOS

Los créditos prendarios también tienen eficacia jurídica privilegiada para los efectos
de admitir una ejecución en la vía de apremio. En nuestro sistema la prenda se
considera como un derecho real que grava bienes muebles para garantizar el
cumplimiento de una obligación.

La prenda se constituye en escritura pública o documento privado y debe hacerse


contar la especie y naturaleza de los bienes dados en prenda, su calidad, peso
medida, cuando fuere necesarios, y todos los demás datos indispensables para su
identificación, nombre del depositario y especificación de los seguros que estuvieren
sobre los bienes pignorados.

5.1. BONOS DE PRENDA:


Esta clase de títulos de crédito emitidos por los almacenes Generales de Depósito,
reciben el tratamiento de los créditos prendarios, y por esa razón, deben estudiarse
dentro de los títulos ejecutivos que se hacen valer por la vía de apremio.
6. TRANSACCIÓN CELEBRADA EN ESCRITURA PÚBLICA:
A este título ejecutivo se refiere el inciso 6º. Del artículo 294 del Código Procesal
Civil, la transacción es un modo a normal de terminar el proceso. Cuando la
transacción se ha documentado en escritura pública, puede ejecutarse en la vía de
apremio, si consta en acta judicial, también hacerlo, pero al amparo del inciso 7º.
Del artículo 294 del Código Procesal Civil y mercantil.

7. CONVENIO CELEBRADO EN JUICIO:


A este título ejecutivo se refiere, como antes dijimos, el inciso 7º. Del artículo 294
del Código Procesal. Ciertamente que un convenio puede contener una transacción,
como ocurriría en el caso en que las partes se hicieran concesiones recíprocas,
para decidir de común acuerdo algún punto dudoso o litigioso. Estos casos, si son
objeto de un convenio celebrado en el juicio, pueden ser ejecutados por la vía de
apremio.

EL PATRIMONIO EJECUTABLE:
Conjunto de bienes objeto de la ejecución, que constituye un presupuesto de la
ejecución forzada, en el sentido que sin él la coerción no se puede hacer efectiva.
En principio todo patrimonio del deudor es ejecutable, sin embargo, con el fin de
proteger la dignidad humana, los ordenamientos jurídicos han excluido la posibilidad
de ejecución procesal a determinados bienes y derechos que se consideran
indispensables para la subsistencia.

BIENES QUE CONSTITUYEN EL PATRIMONIO EJECUTABLE:


En principio, el CPCyM le concede al acreedor el derecho a designar bienes sobre
los cuales haya de practicarse el embargo.

Pero en el Artículo 306 del CPCyM, se establece que bienes no pueden ser
embargados. También leyes especiales disponen la inembargabilidad de otros. No
opta nuestro sistema por especificar un orden de prelación en cuanto a los bienes
que serán objeto de embargo, nuestro código y en general nuestro sistema jurídico,
se concreta a establecer las excepciones o los supuestos de inembargabilidad de
bienes.

BIENES INEMBARGABLES:
Según el artículo 306 del CPCyM no podrán ser objeto de embargo los siguientes
bienes:
1. Los ejidos de los pueblos y las parcelas concedidas por la administración
pública a los particulares, si la concesión lo prohíbe;
2. Las sumas debidas, a los contratistas de obras públicas, con excepción de
las reclamaciones de los trabajadores de la obra o de los que hayan suministrado
materiales para ella; pero si podrán embargarse la suma que deba pagarse al
contratista después de concluida la obra;
3. La totalidad de salarios o sueldos y de honorarios, salvo sobre los
porcentajes autorizados por leyes especiales y, en su defecto, por el Código de
Trabajo;
4. Las pensiones alimenticias presentes y futuras,
5. Los muebles y los vestidos del deudor y de su familia, si no fueren superfluos
u objetos de lujo, a juicio del juez; ni las provisiones para la subsistencia durante un
mes;
6. Los libros, útiles e instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión,
arte u oficio a que el deudor este dedicado;
7. Los derechos cuyo ejercicio es meramente personal, como los de uso,
habitación y usufructo, pero no los frutos de éste;
8. Las pensiones, montepíos o jubilaciones menores de cien quetzales al mes
que el Estado acuerde y las pensiones o indemnizaciones a favor de inválidos;
9. Los derechos que se originen de los seguros de vida, o de daños y accidentes
en las personas;
10. Los sepulcros y mausoleos y
11. Los bienes exceptuados por leyes especiales.
FASE DE EJECUCIÓN EN LA VIA DE APREMIO:
a) La Demanda
b) Mandamiento de ejecución y embargo
1. Designación de bienes
2. Medidas precautorias
3. ampliación y reducción del embargo y sustitución de bienes
embargados.
4. Efectos del embargo:
a. En cuanto a las facultades de disposición.
b. En cuanto a las dificultades de administración
c. Oposición
d. Trámite de la oposición, resolución y recursos.
e. Tasación y remate.
f. Escrituración y entrega de bienes.

DEMANDA:
La demanda es el acto introductorio de la acción, por la cual, mediante relatos de
hechos e invocación del derecho el actor determina su pretensión. Es a través de
ella, que el actor inicia la actividad jurisdiccional y es a través de ella que plantea el
derecho que estima que le asiste y pretende que se le declare (pretensión).

Por su carácter formalista debe cumplir con los requisitos de contenido y forma que
exige la ley, de ahí que el CPCyM en sus artículos 61 y 106 establecen sus
requisitos, no olvidando por supuesto lo que para el efecto establecen los artículos
63 y 79 del mismo cuerpo legal. La demanda se integra fundamentalmente por tres
partes, la introducción, el cuerpo y el cierre.

Para. Ahora bien hablando con todo rigor, lo relativo al ofrecimiento de la prueba
no puede considerarse necesario, ya que no se trata de un proceso de cognición.
Basta con acompañar el título ejecutivo en que se funde la pretensión ejecutiva. Sin
embargo en la práctica se ofrece prueba, al menos, la esencial, previendo la posible
oposición del ejecutado.

Conforme al artículo 294 del CPCyM, procede la ejecución en la vía de apremio


cuando se pida con base en los títulos que se puntualizan en dicha norma y siempre
que traigan aparejada la obligación de pagar cantidad de dinero, líquida y exigible.
Se refiere esta norma a ejecuciones de obligaciones dinerarias y se establece como
condición que la obligación sea líquida, es decir, que no esté sujeta a liquidación
previa, y además, que sea exigible, o lo que es lo mismo, sea de plazo vencido, o
bien si se trata de una obligación condicional, que se haya cumplido o realizado la
condición.

MANDAMIENTO DE EJECUCION Y EMBARGO:


Según nuestro CPCyM, promovida la vía de apremio, el juez calificará el título en
que se funde, y si lo considera suficiente, despachará mandamiento de ejecución,
ordenando el requerimiento del obligado y el embargo de bienes, en su caso.
Únicamente se exceptúa del requerimiento y del embargo, la obligación que
estuviere garantizada con prenda o hipoteca, porque en estos casos sólo se notifica
la ejecución y se señala de una vez día y hora para el remate de los bienes dados
en garantía.

El requerimiento de pago y el embargo, en su caso, se hacen, desde luego sin


notificación previa al deudor (inaudita parte), pues son medidas cautelares, de tal
modo que el plazo para oponerse, comienza a partir de la fecha del requerimiento
judicial.

Para llevar a cabo el requerimiento y el embargo, el Juez puede designar un Notario,


si lo pide el ejecutante. Es esta una de las formas en que nuestra legislación ha
ampliado la función del campo notarial. En la práctica resulta útil, sobre todo en
aquellos casos urgentes, en que los tribunales no pueden actuar con prontitud por
recargo de trabajo. También puede el Juez, y es lo usual, nombrar un ejecutor, que
es uno de los empleados del Tribunal (corrientemente el notificador de la causa),
para hacer el requerimiento y el embargo, o el secuestro en su caso. El ejecutor
requerirá de pago al deudor, lo que hará constar por razón puesta a continuación
del mandamiento. Si no se hiciere el pago en el acto, procederá a practicar el
embargo.

Puede ocurrir que por algunas circunstancias el deudor no se encontrare o no se


supiere su paradero. En este último caso se permite que el requerimiento y el
embargo se hagan por medio del Diario Oficial. El artículo 299 dispone: “Ausencia
del deudor. Despachado el mandamiento de ejecución, si el deudor no fuere habido,
se harán el requerimiento y embargo por cédula, aplicándose las normas relativas
a notificaciones.

1. Designación de Bienes: El acreedor tiene derecho a designar los bienes en que


haya de practicarse el embargo, pero el ejecutor no embargará sino aquellos que,
a su juicio, sean suficientes para cubrir la suma por la que se decreto el embargo
más un diez por ciento para la liquidación de costas.
2. Medidas Precautorias: Son varias las que se presentan en esta fase. En primer
lugar, debe nombrarse a alguien para que desempeñe el cargo de depositario. A
esta situación se refiere el artículo 305 del CPCyM: “El ejecutor nombrará
depositario de los bienes embargados a la persona que designe el acreedor,
detallando los bienes lo más exactamente posible, a reserva de practicar inventario
formal, si fuere procedente. Sólo a falta de otra persona de arraigo, podrá nombrarse
al acreedor depositario de los bienes embargados.
3. Ampliación y reducción del embargo y sustitución de bienes embargados: Estas
tres situaciones las distingue el CPCyM claramente. La primera de ella la recoge el
artículo 309 en el sentido de facultar al acreedor para que pida la ampliación del
embargo, cuando los bienes embargados fueren insuficientes para cubrir el crédito
reclamado y prestaciones accesorias, o cuando sobre dichos bienes se deduzca
tercería. La ampliación del embargo se decretará a juicio del juez, sin audiencia del
deudor.
A la reducción del embargo se refiere el artículo 310 del CPCyM “A instancia del
deudor, o aun de oficio, cuando el valor de los bienes embargados fuere superior al
importe de los créditos y de las costas, el juez oyendo por dos días a las partes,
podrá disponer la reducción del embargo, sin que esto obstaculice el curso de la
ejecución”.

La sustitución de bienes embargados está contemplada en el artículo 311 del


CPCyM “Cuando el embargo resultare gravoso para el ejecutado, podrá esté, antes
de que se ordene la venta en pública subasta, pedir la sustitución del embargo en
bienes distintos que fueren suficientes para cubrir el monto de capital, intereses y
costas. Esta petición se tramitará en forma de incidente y en cuerda separada, sin
que se interrumpa el curso de la ejecución”.

OPOSICION:
Cuando se promueve la ejecución en la vía de apremio, el juez califica el título y si
lo considera suficiente, despacha mandamiento de ejecución y ordena el
requerimiento del obligado y el embargo de bienes. Este requerimiento y embargo
no es necesario cuando se trata de obligaciones garantizadas con prenda o
hipoteca. En la práctica los tribunales conceden audiencia al ejecutado por tres días,
que es el plazo dentro del cual el ejecutado puede hacer valer las limitadas
excepciones que el código le permite interponer. Aquí el juez aplica la disposición
del artículo 111 del CPCyM, que no se refiere al proceso de ejecución, sino al juicio
ordinario, pero que recoge la obligación del juez de emplazar al demandado si la
demanda llena los requisitos de ley. En realidad basta con notificar la ejecución, ya
que no se trata de un proceso cognoscitivo. Lo contrario sucede en el juicio ejecutivo
que en su primera fase si tiene la naturaleza de un proceso abreviado de cognición.
La oposición del demandado sólo puede hacerse mediante la interposición de
excepciones que destruyan la eficacia del título y se fundamenten en prueba
documental, siempre que se interpongan dentro de tercero día de ser requerido o
notificado el deudor. De esta manera el código limita severamente la actitud del
ejecutado. Se trata de evitar la oposición desleal y de mala fe que únicamente
entorpecería el proceso ejecutivo.

Para la interposición de las excepciones hay que tener presente que los títulos
ejecutivos puntualizados en el artículo 294 pierden su fuerza ejecutiva a los cinco
años, si la obligación es simple; y a los diez años si hubiere prenda o hipoteca. En
ambos casos, el término se cuenta desde el vencimiento del plazo o desde que se
cumpla la condición.

TRAMITE DE LA OPOSICION, RESOLUCIÓN Y RECURSOS:


Las excepciones que se hagan valer se tramitan por el procedimiento de los
incidentes, o sea el regulado en los artículos 146 y 156 de la Ley del Organismo
Judicial, que en resumen es el siguiente: “Audiencia a la otra parte por dos días, si
se refiere a cuestiones de hecho y cualquiera de las partes pidiera que se abra a
prueba o el juez lo considerare necesario, se señalará para el efecto el término de
diez días. El juez resuelve sin más trámite dentro de los tres días siguientes. La
resolución que se dicta tiene la forma de un auto, pero produce los efectos de una
sentencia (Artículos 157 y 177 de la LOJ).

TASACION Y REMATE:
Dispone el CPCyM que practicado el embargo, se procederá a la tasación de los
bienes embargados, lo que puede hacerse por expertos nombrados por el juez,
quién puede designar a uno solo, si fuere posible, o varios si hubiere que evaluarse
bienes de distinta clase o en diferentes lugares. (Artículo 312 párrafo 1o.)
Generalmente esta tasación no se lleva a cabo, porque si se trata de títulos
ejecutivos contractuales, las partes han convenido de antemano en el precio que ha
de servir de base para el remate, lo cual lo permite el párrafo segundo del citado
artículo 312, así como si se trataré de bienes inmuebles, podrá servir de base a
elección del actor, el monto de la deuda o el valor fijado en la matrícula fiscal para
el pago del impuesto territorial.

Entonces la tasación cuando se practica, no tiene más objeto que fijar la base por
la cual saldrán los bienes a subasta pública. Una vez que se ha llevado a cabo la
diligencia de avalúo, en caso de que la tasación se haya omitido por las razones
que se han expresado, procede que el Juez ordene la venta de los bienes
embargados, anunciándose tres veces, por lo menos, en el Diario Oficial y en otro
de los de mayor circulación. Además se anunciará la venta por edictos fijados en
los estrados del Tribunal y, si fuere el caso, en el Juzgado Menor de la población a
que corresponda el bien que se subasta, durante un término no menor de quince
días. El término para el remate es de quince días por lo menos y no puede ser mayor
de treinta días.

Estos avisos deben contener una descripción detallada del bien o bienes que deban
venderse, de su extensión, linderos y cultivos; el departamento y municipio donde
estén situados, los gravámenes que tenga; los datos de sus inscripciones en el
Registro de la Propiedad, el nombre y dirección de la finca; el nombre del ejecutante,
el precio base del remate; el día y hora señalados para el mismo, la nómina de los
acreedores hipotecarios y prendarios si los hubiere, el monto de sus créditos y el
juez ante quien se debe practicar el remate. Se omitirá el nombre del ejecutado.
El mecanismo de la subasta conforme el procedimiento que fija el artículo 315 del
CPCyM sigue el desarrollo tipificado por la oposición o puga entre los aspirantes
(pujas), determinadas por sus ofertas hasta que el juez declare fincado el remate en
el mejor postor. Así lo dice el párrafo primero de este artículo “El día y hora
señalados, el pregonero del Juzgado anunciará el remate y las posturas que se
vayan haciendo, de las cuales el secretario tomará nota. Cuando ya no hubiere mas
posturas, el juez las examinará y cerrará el remate declarándolo fincado en el mejor
postor y lo hará saber por el pregonero. De todo esto se levantará acta que firmarán
el juez, el secretario y el rematario y los interesados que estén presentes y sus
abogados”.

Exige este mismo artículo, en el párrafo segundo, una medida de cautela para
quienes deseen hacer posturas. En efecto, según esta disposición sólo se admitirán
postores que en el acto de la subasta depositen el diez por ciento del valor de sus
ofertas, salvo que el ejecutante los releve de esta obligación. Si fueren varios los
bienes que se rematan, serán admisibles las posturas que por cada uno de ellos se
hagan, separadamente.

Además en el artículo 315 también dispone, en sus últimos dos párrafos, que
fincado el remate en el mejor postor, se devolverán a los demás los depósitos que
hubieren hecho; y que el postor y el ejecutante pueden convenir, en el acto del
remate, las condiciones relativas a la forma de pago.

Establece el código que el subastador está obligado a cumplir las condiciones a que
se obligo en el remate, y si no lo hiciere, perderá a favor del ejecutante y con abono
a la obligación por la que se ejecuta, el depósito que hubiere hecho para garantizar
su postura y quedará, además, responsable de los daños y perjuicios que causare.
A fin de que el subastador pueda cumplir con su obligación es necesario que se
proceda a la liquidación de la deuda. El artículo 319 establece: “Practicado el
remate, se hará liquidación de la deuda con sus intereses y regulación de costas
causadas al ejecutante, y el juez liberará orden a cargo del subastador, conforme
a los términos del remate. Los gastos judiciales y de depósito, administración e
intervención, y los demás que origine el procedimiento ejecutivo, serán a cargo del
deudor y se pagarán de preferencia con el precio del remate, siempre que hayan
sido necesarios o se hubieren hecho con autorización judicial”.

Contemplad esta fase de liquidación del adeudo, en el auto que la apruebe, el juez
señala al subastador un término no mayor de ocho días, para que deposite en la
Tesorería de Fondos de Justicia el saldo que corresponda. Si el subastador no
cumpliere, perderá a favor del ejecutante y con abono a la obligación que se ejecuta,
el depósito que hubiere hecho para garantizar su postura y quedará, como se dijo,
responsable de los daños y perjuicios. El juez entonces señalará nuevo día y hora
para el remate.

Si el procedimiento de la subasta se ha desarrollado conforme a los puntos que se


han expresado, puede ocurrir, o bien que la venta judicial se lleve a cabo con
cualquiera de los postores o subastadores como les llama el CPCyM; o que los
bienes se adjudiquen al ejecutante. En esas situaciones, si se llegara a otorgar la
escritura traslativa de dominio, en el primer caso el acto será de compraventa
judicial; y en el segundo, de adjudicación judicial en pago. Consecuentemente, el
adquiriente será llamado rematario o adjudicatario, respectivamente.

EMBARGO:
Consiste en la retención, secuestro o prohibición de enajenar ciertos bienes
susceptibles de responder eventualmente de una deuda o una obligación.

Embargo es la resolución judicial que afecta a bienes susceptibles de tal medida,


preventiva o ejecutiva, de carácter judicial, para satisfacción o garantía de un
derecho.

El monto de los bienes embargos deben alcanzar a cubrir el monto de la deuda, los
intereses y costas legales. A fin de ello se efectúa la tasación de bienes, una vez
practicado el embargo. Cuando los bienes embargados fueren insuficientes para
cubrir el crédito reclamado el acreedor puede pedir la ampliación del embargo.
También puede solicitarlo cuando sobre dichos vienes se deduzca una tercería. (309
CPCYM) Para la ampliación no se otorga audiencia al deudor. Cuando el valor de lo
embargado fuere superior al monto de la acreeduría, puede pedirse la Reducción de
Embargo, dando audiencia por dos días a las partes. (310 CPCYM)

Previo al remate, el deudor puede interponer excepciones (en Vía de Apremio no


se clasifican en previas o perentorias, sino únicamente aquéllas que destruyen la
eficacia ejecutiva del título).
REMATE
Doctrinariamente también se le conoce con el nombre de subasta. Se entiende por
remate aquel acto a través del cual se ponen en venta los bienes embargados del
deudor hasta un monto que alcancen a cubrir sus deudas. Es un acto consistente
en la adjudicación de los bienes al mejor postor. Subasta o acto en que se ofrecen
cosas o derechos a quien mejores condiciones económicas ofrece por ellos y que
termina al no ser más superada la oferta.

Para que se ordene el remate de los bienes del deudor, es necesario:

1. Que se haya hecho la tasación de los bienes o fijado la base para el remate;
2. Su anunciación por los Estrados del Tribunal;
3. La publicación de edictos (3 veces en el Diario oficial y otras 3 en uno de los
diarios de los de mayor circulación), cumpliendo con los requisitos enumerados en
el Artículo 314 del CPCYM.

Es el pregonero del tribunal quien anuncia el remate, y el juez lo da por cerrado una
vez no hay más posturas, levantando un acta que, además del juez, secretario y
rematario, interesados y sus abogados. Tienen preferencia de tanteo, en forma
excluyente, los copropietarios, acreedores hipotecarios y el ejecutante.

LIQUIDACIÓN:
Valoración que el Juez hace a fin de determinar el monto de la deuda, más sus
intereses y las costas derivadas del juicio causadas al Ejecutante, así como los
gastos de administración e intervención.

Esta resolución, junto a el auto que no admite la Vía de Apremio, son las únicas
resoluciones apelables.

ESCRITURACIÓN Y ENTREGA DE BIENES:


El artículo 324 del CPCyM establece que una vez cumplidos los requisitos
correspondientes al remate, el juez señala al ejecutado el término de tres días para
que otorgue la escritura traslativa de dominio. En caso de incumplimiento del
deudor, el órgano jurisdiccional, en su rebeldía, la otorga de oficio. El juez nombra
para ese efecto al Notario que el interesado designe y a costa de éste. La escritura
tiene que llenar las formalidades de todo instrumento público notarial, pero es
obligatorio transcribir el acta de remate y el auto que aprueba la liquidación.

De esta manera llegamos al final del proceso ejecutivo, ya que sólo resta la entrega
de bienes, a quien los haya adquirido, ya sea por remate o por vía de adjudicación
en pago del adeudo. A esta fase final se refiere el artículo 326 que dice: “Otorgada
la escritura, el juez mandará dar posesión de los bienes al rematante o adjudicatario.
Para el efecto, fijará el ejecutado un término que no exceda de diez días, bajo
apercibimiento de ordenar el lanzamiento o el secuestro, en su caso, a su costa”.

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