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a) Procesos de Ejecución de dación, los cuales consisten en dar una cosa o cierta
cantidad de dinero;
b) Procesos de Ejecución de Transformación, los buscan como fin un hacer o
deshacer (no hacer) forzoso, cuyo incumplimiento conlleva consecuencias jurídicas.
b) La acción ejecutiva
Es la facultad de acceder a los tribunales de justicia sustentado en una pretensión que
dimana de documentos ejecutivos que traen aparejada una ejecución. Realmente no
existe una real diferenciación entre la acción ordinaria y la acción propiamente
ejecutiva, sino lo que difiere es la pretensión. Cuando se ejercita una acción para
ejecutar una sentencia, la vinculación con el derecho es evidente, lo cual se obtendrá
a través del ejercicio de la acción procesal
c) El título ejecutivo
Es todo título que trae aparejada una ejecución, es decir, aquel en virtud del cual cabe
proceder sumariamente al embargo y venta de los bienes del deudor moroso, a fin de
satisfacer el capital principal debido, los intereses y las costas procesales.
d) El patrimonio ejecutable
Conjunto de bienes objeto de la ejecución, que constituye un presupuesto de la
ejecución forzada, en el sentido que sin él la coerción no se puede hacer efectiva.
En principio todo patrimonio del deudor es ejecutable, sin embargo, con el fin de
proteger la dignidad humana, los ordenamientos jurídicos han excluido la
posibilidad de ejecución procesal a determinados bienes y derechos que se
consideran indispensables para la subsistencia.
e) Clasificación
e.1) Singular
e.2) Vía de apremio
e.3) Juicio Ejecutivo
e.4) Colectivo
e.5) Concurso voluntario de acreedores
e.6) Concurso necesario de acreedores
e.7) Quiebra
VÍA DE APREMIO
1. Requerimiento al deudor;
2. Embargo de los bienes que alcancen a cubrir hasta el monto de la deuda.
Cuando el embargo recae sobre bienes inmuebles, derechos reales sobre ellos, o
muebles susceptibles de registro, para que dicho embargo tenga validez, se
requiere su inscripción en el Registro de la Propiedad.
3. CREDITOS HIPOTECARIOS:
3.1. HIPOTECAS:
La hipoteca es un derecho real que grava un bien inmueble para garantizar el
cumplimiento de una obligación, es lógico pensar que en el proceso ejecutivo lo que
se persigue es dar satisfacción a esa obligación sin embargo, en lo que toca a la
hipoteca, nuestro sistema es muy especial, ya que como se sabe cuándo la garantía
está constituida por dicho derecho real, no hay responsabilidad de hacer efectiva la
obligación en otros bines del deudor. El patrimonio de este no responde
genéricamente, sino solamente con el bien hipotecado.
3.2. SUBHIPOTECAS:
Como se sabe el Código Civil vigente permite la subhipoteca cuando dispone que
el crédito garantizado con hipoteca puede subhipotecarse en todo o en parte,
llenándose las formalidades aplicables establecidas para la constitución de la
hipoteca. Existiendo regulada esta institución, lógicamente cabe pensar que en
caso de incumplimiento de la obligación garantizada en esa forma, el acreedor
subhipotecario tiene a su vez el derecho de hacerlo valer a través de la Vía de
Apremio.
5. CREDITOS PRENDARIOS
Los créditos prendarios también tienen eficacia jurídica privilegiada para los efectos
de admitir una ejecución en la vía de apremio. En nuestro sistema la prenda se
considera como un derecho real que grava bienes muebles para garantizar el
cumplimiento de una obligación.
EL PATRIMONIO EJECUTABLE:
Conjunto de bienes objeto de la ejecución, que constituye un presupuesto de la
ejecución forzada, en el sentido que sin él la coerción no se puede hacer efectiva.
En principio todo patrimonio del deudor es ejecutable, sin embargo, con el fin de
proteger la dignidad humana, los ordenamientos jurídicos han excluido la posibilidad
de ejecución procesal a determinados bienes y derechos que se consideran
indispensables para la subsistencia.
Pero en el Artículo 306 del CPCyM, se establece que bienes no pueden ser
embargados. También leyes especiales disponen la inembargabilidad de otros. No
opta nuestro sistema por especificar un orden de prelación en cuanto a los bienes
que serán objeto de embargo, nuestro código y en general nuestro sistema jurídico,
se concreta a establecer las excepciones o los supuestos de inembargabilidad de
bienes.
BIENES INEMBARGABLES:
Según el artículo 306 del CPCyM no podrán ser objeto de embargo los siguientes
bienes:
1. Los ejidos de los pueblos y las parcelas concedidas por la administración
pública a los particulares, si la concesión lo prohíbe;
2. Las sumas debidas, a los contratistas de obras públicas, con excepción de
las reclamaciones de los trabajadores de la obra o de los que hayan suministrado
materiales para ella; pero si podrán embargarse la suma que deba pagarse al
contratista después de concluida la obra;
3. La totalidad de salarios o sueldos y de honorarios, salvo sobre los
porcentajes autorizados por leyes especiales y, en su defecto, por el Código de
Trabajo;
4. Las pensiones alimenticias presentes y futuras,
5. Los muebles y los vestidos del deudor y de su familia, si no fueren superfluos
u objetos de lujo, a juicio del juez; ni las provisiones para la subsistencia durante un
mes;
6. Los libros, útiles e instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión,
arte u oficio a que el deudor este dedicado;
7. Los derechos cuyo ejercicio es meramente personal, como los de uso,
habitación y usufructo, pero no los frutos de éste;
8. Las pensiones, montepíos o jubilaciones menores de cien quetzales al mes
que el Estado acuerde y las pensiones o indemnizaciones a favor de inválidos;
9. Los derechos que se originen de los seguros de vida, o de daños y accidentes
en las personas;
10. Los sepulcros y mausoleos y
11. Los bienes exceptuados por leyes especiales.
FASE DE EJECUCIÓN EN LA VIA DE APREMIO:
a) La Demanda
b) Mandamiento de ejecución y embargo
1. Designación de bienes
2. Medidas precautorias
3. ampliación y reducción del embargo y sustitución de bienes
embargados.
4. Efectos del embargo:
a. En cuanto a las facultades de disposición.
b. En cuanto a las dificultades de administración
c. Oposición
d. Trámite de la oposición, resolución y recursos.
e. Tasación y remate.
f. Escrituración y entrega de bienes.
DEMANDA:
La demanda es el acto introductorio de la acción, por la cual, mediante relatos de
hechos e invocación del derecho el actor determina su pretensión. Es a través de
ella, que el actor inicia la actividad jurisdiccional y es a través de ella que plantea el
derecho que estima que le asiste y pretende que se le declare (pretensión).
Por su carácter formalista debe cumplir con los requisitos de contenido y forma que
exige la ley, de ahí que el CPCyM en sus artículos 61 y 106 establecen sus
requisitos, no olvidando por supuesto lo que para el efecto establecen los artículos
63 y 79 del mismo cuerpo legal. La demanda se integra fundamentalmente por tres
partes, la introducción, el cuerpo y el cierre.
Para. Ahora bien hablando con todo rigor, lo relativo al ofrecimiento de la prueba
no puede considerarse necesario, ya que no se trata de un proceso de cognición.
Basta con acompañar el título ejecutivo en que se funde la pretensión ejecutiva. Sin
embargo en la práctica se ofrece prueba, al menos, la esencial, previendo la posible
oposición del ejecutado.
OPOSICION:
Cuando se promueve la ejecución en la vía de apremio, el juez califica el título y si
lo considera suficiente, despacha mandamiento de ejecución y ordena el
requerimiento del obligado y el embargo de bienes. Este requerimiento y embargo
no es necesario cuando se trata de obligaciones garantizadas con prenda o
hipoteca. En la práctica los tribunales conceden audiencia al ejecutado por tres días,
que es el plazo dentro del cual el ejecutado puede hacer valer las limitadas
excepciones que el código le permite interponer. Aquí el juez aplica la disposición
del artículo 111 del CPCyM, que no se refiere al proceso de ejecución, sino al juicio
ordinario, pero que recoge la obligación del juez de emplazar al demandado si la
demanda llena los requisitos de ley. En realidad basta con notificar la ejecución, ya
que no se trata de un proceso cognoscitivo. Lo contrario sucede en el juicio ejecutivo
que en su primera fase si tiene la naturaleza de un proceso abreviado de cognición.
La oposición del demandado sólo puede hacerse mediante la interposición de
excepciones que destruyan la eficacia del título y se fundamenten en prueba
documental, siempre que se interpongan dentro de tercero día de ser requerido o
notificado el deudor. De esta manera el código limita severamente la actitud del
ejecutado. Se trata de evitar la oposición desleal y de mala fe que únicamente
entorpecería el proceso ejecutivo.
Para la interposición de las excepciones hay que tener presente que los títulos
ejecutivos puntualizados en el artículo 294 pierden su fuerza ejecutiva a los cinco
años, si la obligación es simple; y a los diez años si hubiere prenda o hipoteca. En
ambos casos, el término se cuenta desde el vencimiento del plazo o desde que se
cumpla la condición.
TASACION Y REMATE:
Dispone el CPCyM que practicado el embargo, se procederá a la tasación de los
bienes embargados, lo que puede hacerse por expertos nombrados por el juez,
quién puede designar a uno solo, si fuere posible, o varios si hubiere que evaluarse
bienes de distinta clase o en diferentes lugares. (Artículo 312 párrafo 1o.)
Generalmente esta tasación no se lleva a cabo, porque si se trata de títulos
ejecutivos contractuales, las partes han convenido de antemano en el precio que ha
de servir de base para el remate, lo cual lo permite el párrafo segundo del citado
artículo 312, así como si se trataré de bienes inmuebles, podrá servir de base a
elección del actor, el monto de la deuda o el valor fijado en la matrícula fiscal para
el pago del impuesto territorial.
Entonces la tasación cuando se practica, no tiene más objeto que fijar la base por
la cual saldrán los bienes a subasta pública. Una vez que se ha llevado a cabo la
diligencia de avalúo, en caso de que la tasación se haya omitido por las razones
que se han expresado, procede que el Juez ordene la venta de los bienes
embargados, anunciándose tres veces, por lo menos, en el Diario Oficial y en otro
de los de mayor circulación. Además se anunciará la venta por edictos fijados en
los estrados del Tribunal y, si fuere el caso, en el Juzgado Menor de la población a
que corresponda el bien que se subasta, durante un término no menor de quince
días. El término para el remate es de quince días por lo menos y no puede ser mayor
de treinta días.
Estos avisos deben contener una descripción detallada del bien o bienes que deban
venderse, de su extensión, linderos y cultivos; el departamento y municipio donde
estén situados, los gravámenes que tenga; los datos de sus inscripciones en el
Registro de la Propiedad, el nombre y dirección de la finca; el nombre del ejecutante,
el precio base del remate; el día y hora señalados para el mismo, la nómina de los
acreedores hipotecarios y prendarios si los hubiere, el monto de sus créditos y el
juez ante quien se debe practicar el remate. Se omitirá el nombre del ejecutado.
El mecanismo de la subasta conforme el procedimiento que fija el artículo 315 del
CPCyM sigue el desarrollo tipificado por la oposición o puga entre los aspirantes
(pujas), determinadas por sus ofertas hasta que el juez declare fincado el remate en
el mejor postor. Así lo dice el párrafo primero de este artículo “El día y hora
señalados, el pregonero del Juzgado anunciará el remate y las posturas que se
vayan haciendo, de las cuales el secretario tomará nota. Cuando ya no hubiere mas
posturas, el juez las examinará y cerrará el remate declarándolo fincado en el mejor
postor y lo hará saber por el pregonero. De todo esto se levantará acta que firmarán
el juez, el secretario y el rematario y los interesados que estén presentes y sus
abogados”.
Exige este mismo artículo, en el párrafo segundo, una medida de cautela para
quienes deseen hacer posturas. En efecto, según esta disposición sólo se admitirán
postores que en el acto de la subasta depositen el diez por ciento del valor de sus
ofertas, salvo que el ejecutante los releve de esta obligación. Si fueren varios los
bienes que se rematan, serán admisibles las posturas que por cada uno de ellos se
hagan, separadamente.
Además en el artículo 315 también dispone, en sus últimos dos párrafos, que
fincado el remate en el mejor postor, se devolverán a los demás los depósitos que
hubieren hecho; y que el postor y el ejecutante pueden convenir, en el acto del
remate, las condiciones relativas a la forma de pago.
Establece el código que el subastador está obligado a cumplir las condiciones a que
se obligo en el remate, y si no lo hiciere, perderá a favor del ejecutante y con abono
a la obligación por la que se ejecuta, el depósito que hubiere hecho para garantizar
su postura y quedará, además, responsable de los daños y perjuicios que causare.
A fin de que el subastador pueda cumplir con su obligación es necesario que se
proceda a la liquidación de la deuda. El artículo 319 establece: “Practicado el
remate, se hará liquidación de la deuda con sus intereses y regulación de costas
causadas al ejecutante, y el juez liberará orden a cargo del subastador, conforme
a los términos del remate. Los gastos judiciales y de depósito, administración e
intervención, y los demás que origine el procedimiento ejecutivo, serán a cargo del
deudor y se pagarán de preferencia con el precio del remate, siempre que hayan
sido necesarios o se hubieren hecho con autorización judicial”.
Contemplad esta fase de liquidación del adeudo, en el auto que la apruebe, el juez
señala al subastador un término no mayor de ocho días, para que deposite en la
Tesorería de Fondos de Justicia el saldo que corresponda. Si el subastador no
cumpliere, perderá a favor del ejecutante y con abono a la obligación que se ejecuta,
el depósito que hubiere hecho para garantizar su postura y quedará, como se dijo,
responsable de los daños y perjuicios. El juez entonces señalará nuevo día y hora
para el remate.
EMBARGO:
Consiste en la retención, secuestro o prohibición de enajenar ciertos bienes
susceptibles de responder eventualmente de una deuda o una obligación.
El monto de los bienes embargos deben alcanzar a cubrir el monto de la deuda, los
intereses y costas legales. A fin de ello se efectúa la tasación de bienes, una vez
practicado el embargo. Cuando los bienes embargados fueren insuficientes para
cubrir el crédito reclamado el acreedor puede pedir la ampliación del embargo.
También puede solicitarlo cuando sobre dichos vienes se deduzca una tercería. (309
CPCYM) Para la ampliación no se otorga audiencia al deudor. Cuando el valor de lo
embargado fuere superior al monto de la acreeduría, puede pedirse la Reducción de
Embargo, dando audiencia por dos días a las partes. (310 CPCYM)
1. Que se haya hecho la tasación de los bienes o fijado la base para el remate;
2. Su anunciación por los Estrados del Tribunal;
3. La publicación de edictos (3 veces en el Diario oficial y otras 3 en uno de los
diarios de los de mayor circulación), cumpliendo con los requisitos enumerados en
el Artículo 314 del CPCYM.
Es el pregonero del tribunal quien anuncia el remate, y el juez lo da por cerrado una
vez no hay más posturas, levantando un acta que, además del juez, secretario y
rematario, interesados y sus abogados. Tienen preferencia de tanteo, en forma
excluyente, los copropietarios, acreedores hipotecarios y el ejecutante.
LIQUIDACIÓN:
Valoración que el Juez hace a fin de determinar el monto de la deuda, más sus
intereses y las costas derivadas del juicio causadas al Ejecutante, así como los
gastos de administración e intervención.
Esta resolución, junto a el auto que no admite la Vía de Apremio, son las únicas
resoluciones apelables.
De esta manera llegamos al final del proceso ejecutivo, ya que sólo resta la entrega
de bienes, a quien los haya adquirido, ya sea por remate o por vía de adjudicación
en pago del adeudo. A esta fase final se refiere el artículo 326 que dice: “Otorgada
la escritura, el juez mandará dar posesión de los bienes al rematante o adjudicatario.
Para el efecto, fijará el ejecutado un término que no exceda de diez días, bajo
apercibimiento de ordenar el lanzamiento o el secuestro, en su caso, a su costa”.