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Salvador Dalí

Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech,1 marqués de Dalí de Púbol (Figueras, 11 de mayo de 1904-Figueras, 23 de
enero de 1989) fue un pintor, escultor, grabador, escenógrafo y escritor español del siglo XX. Se le considera uno de
los máximos representantes del surrealismo.

Salvador Dalí es conocido por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen
atribuir a la influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto dibujante.23 Los recursos plásticos
dalinianos también abordaron el cine, la escultura y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con
otros artistas audiovisuales. Tuvo la capacidad de acrisolar un estilo genuinamente personal y palpable al primer
contacto, que en realidad era muy ecléctico y que «succionó» de innovaciones ajenas. Una de sus pinturas más
célebres es La persistencia de la memoria (también conocida como Los relojes blandos), realizada en 1931.

Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo
objetivo era atraer la atención pública. Esta conducta irritaba a quienes apreciaban su arte y justificaba a sus críticos,
los cuales rechazaban sus conductas excéntricas como un reclamo publicitario ocasionalmente más llamativo que su
producción artística.4 Dalí atribuía su «amor por todo lo que es dorado y resulta excesivo, su pasión por el lujo y su
amor por la moda oriental» a un autoproclamado «linaje arábigo»,5 que remontaba sus raíces a los tiempos de la
dominación árabe de la península ibérica.

INFANCIA:

Salvador Dalí nació a las 8:45 horas del 11 de mayo de 1904,7 en el número 20 de la calle Monturiol, en Figueras,
provincia de Gerona,8 en la comarca catalana del Ampurdán, cerca de la frontera con Francia.8 El hermano mayor de
Dalí, también llamado Salvador (nacido el 12 de octubre de 1901 y bautizado como Salvador Galo Anselmo),1 había
muerto de un «catarro gastroenterítico infeccioso» unos nueve meses antes (el 1 de agosto de 1903). Esto marcó
mucho al artista posteriormente, quien llegó a tener una crisis de personalidad, al creer que él era la copia de su
hermano muerto.9 Su padre, Salvador Dalí i Cusí, era abogado de clase media y notario, de carácter estricto suavizado
por su mujer Felipa Domènech i Ferrés, quien alentaba los intereses artísticos del joven Salvador.1011 Con cinco
años, sus padres lo llevaron a la tumba de su hermano y le dijeron que él era su reencarnación, una idea que él llegó
a creer.1213 De su hermano, Dalí dijo:

Dalí también tuvo una hermana, Anna Maria Dalí, cuatro años más joven que él.15 En 1949 ella publicó un libro sobre
su hermano, titulado Dalí visto por su hermana.16 En su infancia, Dalí trabó amistad con futuros jugadores del F. C.
Barcelona, como Emilio Sagi Liñán o Josep Samitier. En época de vacaciones, en el floreciente Cadaqués, el trío
pasaba mucho tiempo jugando al fútbol.17

En 1916 descubrió la pintura contemporánea durante una visita familiar a Cadaqués, donde conoció a la familia de
Ramón Pichot, un artista local que viajaba regularmente a París, la capital del arte del momento.10 Siguiendo los
consejos de Pichot, su padre lo envió a clases de pintura con el maestro Juan Núñez. Al año siguiente, su padre
organizó una exposición de sus dibujos al carboncillo en la casa familiar. En 1919, con catorce años, Dalí participó en
una exposición colectiva de artistas locales en el teatro municipal de Figueras y en otra en Barcelona, auspiciada por
la Universidad, en la que recibió el premio Rector de la Universidad.

En 1919, cuando cursaba sexto de bachillerato en el instituto Ramón Muntaner, editaron entre varios amigos la revista
mensual Studium. En esta publicación se incluían ilustraciones, textos poéticos y una serie de artículos sobre pintores
como Goya, Velázquez o Leonardo da Vinci.18

En febrero de 1921 su madre murió a consecuencia de un cáncer de útero. Dalí tenía 16 años. Sobre la muerte de su
madre diría más tarde que fue «el golpe más fuerte que he recibido en mi vida. La adoraba. No podía resignarme a la
pérdida del ser con quien contaba para hacer invisibles las inevitables manchas de mi alma...».19 Tras su muerte, el
padre de Dalí contrajo matrimonio con la hermana de su esposa fallecida. Dalí nunca aprobó este hecho

JUVENTUD:

En 1922 Dalí se alojó en la célebre Residencia de Estudiantes de Madrid para comenzar sus estudios en la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando.10 Dalí enseguida atrajo la atención por su carácter de excéntrico dandi.
Lucía una larga melena con patillas, gabardina, medias y polainas al estilo de los artistas victorianos. Sin embargo,
fueron sus pinturas, en las que Dalí tanteaba el cubismo, las que llamaron la atención de sus compañeros de
residencia y academia, entre los que se incluían futuras figuras del arte español, como Maruja Mallo, Federico García
Lorca y Luis Buñuel. En aquella época, sin embargo, es posible que Dalí no entendiese completamente los principios
cubistas: sus únicas fuentes eran artículos publicados en la prensa y un catálogo que le había dado Pichot, puesto
que en el Madrid de aquella época no había pintores cubistas.

El 21 de mayo de 1924, Salvador Dalí sería detenido durante la visita de Alfonso XIII a Figueras. Estuvo doce días
encarcelado en la prisión de Gerona (probablemente también en Figueres), obviándose en su expediente el motivo
de detención. Algunas fuentes indican este hecho como represalia a las declaraciones antimonárquicas de su padre.20
21 Ese mismo año, un todavía desconocido Salvador Dalí ilustró un libro por primera vez. Era una publicación del
poema en catalán Les Bruixes de Llers, de uno de sus amigos de la residencia, el poeta Carles Fages de Climent.
Dalí pronto se familiarizó con el dadaísmo, influencia que lo marcó el resto de su vida. En la residencia también trabó
una apasionada relación con el joven Lorca, pero Dalí terminó rechazando los amorosos reclamos del poeta.2223

Postal de Federico García Lorca y Salvador Dalí a Antonio de Luna García.

Dalí fue expulsado de la Academia en 1926, poco antes de sus exámenes finales, por afirmar que no había nadie en
ésta en condiciones de examinarlo.24 La maestría de sus recursos pictóricos se refleja en su impecablemente realista
Cesta de pan, pintada en 1926.25 Ese mismo año, visitó París por primera vez, donde conoció a Pablo Picasso, a
quien el joven Dalí admiraría profundamente. Picasso ya había recibido algunos comentarios elogiosos sobre Dalí de
parte de Joan Miró. Con el paso del tiempo y el desarrollo de un estilo propio, Dalí se convirtió a su vez en una
referencia y en un factor influyente en la pintura de estos.

Algunas de las características de la pintura de Dalí de aquella época se convirtieron en distintivas para toda su obra
posterior. Dalí absorbía las influencias de muchos estilos artísticos, desde el academicismo clásico a las vanguardias
más rompedoras.26 Sus influencias clásicas pasaban por Rafael, Bronzino, Zurbarán, Vermeer y, por supuesto,
Velázquez.27 Alternaba técnicas tradicionales con sistemas contemporáneos, a veces en una misma obra. Las
exposiciones de su obra realizadas en Barcelona en aquella época atrajeron gran atención, en la que se mezclaban
las alabanzas y los debates suscitados por una crítica dividida.

En aquella época, Dalí se dejó crecer un vistoso mostacho que imitaba al del célebre pintor Diego Velázquez, y que
se convertiría en uno de sus distintivos personales el resto de su vida.

DE 1929 A LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

En 1929 Dalí colaboró con el director de cine Luis Buñuel, amigo de la residencia de estudiantes, en la redacción del
polémico cortometraje Un chien andalou, en el que se mostraban escenas propias del imaginario surrealista. Dalí
afirmó haber desempeñado un papel esencial en el rodaje del filme, sin que este extremo se haya visto confirmado
por la historiografía del arte contemporáneo.28 En agosto de ese mismo año conoció a su musa y futura esposa
Gala.29 Nacida con el nombre de Elena Ivanovna Diakonova, era una inmigrante rusa, once años mayor que él, en
aquel tiempo casada con el poeta francés Paul Éluard. Ese mismo año, Dalí continuó exponiendo regularmente, ya
como profesional, y se unió oficialmente al grupo surrealista afincado en el barrio parisino de Montparnasse. Durante
los dos años siguientes, su trabajo influyó enormemente en el rumbo del surrealismo, que lo aclamó como creador del
método paranoico-crítico, el cual, según se decía, ayudaba a acceder al inconsciente, liberando energías artísticas
creadoras.

En el ámbito doméstico, la relación de Dalí con su padre estaba próxima a la ruptura. Salvador Dalí i Cusí se oponía
al romance del joven artista con Gala, y condenaba su vinculación con los artistas del surrealismo por considerarlos
—como buena parte de la opinión pública de la época— elementos tendentes a la degeneración moral. La tensión fue
en aumento hasta culminar en un enfrentamiento personal, a raíz de una noticia sobre Dalí publicada en la prensa, en
la que se refería que un dibujo de un Sagrado Corazón de Jesucristo expuesto en París por el joven mostraba una
inscripción en la que se leía: «En ocasiones, escupo en el retrato de mi madre para entretenerme». Ultrajado, su padre
demandó una satisfacción pública. Dalí se negó, quizá por temor a ser expulsado del grupo surrealista, y fue echado
violentamente de casa el 28 de diciembre de 1929. Su padre lo desheredó y le prohibió regresar jamás a Cadaqués.
Posteriormente, Dalí describió cómo en el curso de este episodio le presentó a su padre un preservativo usado
conteniendo su propio esperma, con las palabras: «Toma. ¡Ya no te debo nada!». El verano siguiente, Dalí y Gala
alquilaron la pequeña cabaña de un pescador en una bahía cerca de Portlligat. Compró el terreno, y a lo largo de los
años fue ampliándola hasta convertirla en su fastuosa villa junto al mar, hoy reconvertida en casa-museo. Gala y Dalí
se casaron en 1934 en una ceremonia civil en París, y volverían a hacerlo por el rito católico el 8 de agosto de 1958
en el Santuario de los Ángeles, provincia de Gerona, al que llegaron en un Cadillac, hoy expuesto en el Teatro-Museo
Dalí.

En 1931 Dalí pintó una de sus obras más célebres, La persistencia de la memoria (también llamada Los relojes
blandos), obra en la que según algunas teorías ilustró su rechazo del tiempo como una entidad rígida o determinista.33
Esta idea se ve apoyada por otras imágenes de la obra, como el extenso paisaje, o algunos relojes de bolsillo
devorados por insectos.34 Los insectos, por otra parte, formarían parte del imaginario daliniano como una entidad
destructora natural y, tal como explicó en sus memorias, venía determinada por un recuerdo de infancia.

Dalí llegó a Estados Unidos gracias al marchante Julien Levy en 1934. La exposición de algunas obras de Dalí —
incluida la célebre Persistencia de la memoria— levantó un enorme revuelo en Nueva York. Se organizó un baile en
su honor, el Dalí Ball, al que compareció llevando una caja de cristal colgada sobre el pecho con un sostén dentro.35
Ese mismo año, Dalí y Gala ofrecieron un baile de máscaras en Nueva York, cortesía de la heredera Caresse Crosby.
Fueron disfrazados del bebé Lindbergh y su secuestrador, en alusión a un dramático suceso reciente. El escándalo
levantado en la prensa fue tan notable que Dalí pidió disculpas públicamente. Al regresar a París, debió explicarse
ante los surrealistas que no entendieron por qué se había disculpado por un acto considerado surrealista.36

Aunque la mayor parte del surrealismo se había adscrito a ideas políticas de izquierda, Dalí mantenía una posición
que se juzgaba ambigua en la cuestión de las relaciones entre arte y activismo político. Los líderes del movimiento,
principalmente André Breton, lo acusaron de defender lo «nuevo» e «irracional» del fenómeno hitleriano, acusación
que Dalí refutó afirmando que «no soy un hitleriano ni de hecho ni de intención».37 Dalí insistía en que el surrealismo
podía existir en un contexto apolítico, y se negó a denunciar públicamente el régimen fascista alemán. Este y otros
factores le hicieron perder su prestigio entre sus camaradas artistas, y a finales de 1934 Dalí fue sometido a un «juicio
surrealista», del cual resultó su expulsión del movimiento.29 A esto, Dalí respondió con su célebre réplica: «Yo soy el
surrealismo».24

Sin embargo, en 1936, Dalí volvió a participar en una exposición surrealista, esta vez de índole internacional,
celebrada en Londres. Su conferencia, titulada Fantômes paranoiques authentiques, fue impartida con un traje de
buzo, casco incluido.38 Llegó a la conferencia con un taco de billar y un par de sabuesos rusos, y en su transcurso
tuvo que retirarse el casco para poder tomar aire. Comentó al respecto que «simplemente quería mostrar que estaba
sumergiéndome profundamente en la mente humana».39

En aquel entonces, el mecenas de Dalí era el muy adinerado Edward James, que había colaborado generosamente
al ascenso del artista comprándole numerosas obras y prestándole dinero durante dos años. Se convirtieron en
buenos amigos, tanto es así que James aparece en la pintura de Dalí Cisnes reflejando elefantes. Colaboraron
igualmente en la creación de dos de los iconos más representativos del movimiento: el Teléfono Langosta y el sofá
de los labios de Mae West. En 1939, Breton acuñó el anagrama despectivo «Avida Dollars» para criticar la pasión de
Dalí por el dinero.40 Esta sarcástica referencia a su pujante negocio del arte también pretendía acusarle de cultivar la
megalomanía mediante la fama y el dinero. Algunos de los surrealistas comenzaron incluso a hablar de Dalí en
pretérito perfecto, como si ya hubiera fallecido. Algunos grupos surrealistas, y miembros adscritos posteriormente,
como Ted Joans, mantuvieron contra Dalí una enconada polémica que llegó hasta el día de su muerte (y aún más
adelante).

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