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Sermén 43 El camino de la salvacién segin las Escrituras Efesios 2.8 Sois salvos por medio de la fe 1, Nada puede ser més intrincado, complejo y dificil de entender que la religién, tal como a menudo ha sido descrita. Y esto es verdad no solamente en lo concemiente a la religion de los paganos, hasta de muchos de los més sabios de ellos, sino tambign en lo que conciere a la religién de quienes, en cierto sentido, eran cristianos; y hasta personas de renombre en el mundo cristiano, personas considerados como columnas' del mismo. Sin embargo, jeudn fécil de ser comprendida, cudn sencilla y simple es la religién genuina de Jesucristo! Con la condicién de que la tomemos en su forma original, tal como es descrita en los ordculos de Dios. Fila esté perfectamente adaptada al débil entendimiento y a la estrecha capacidad del ser humano en su estado actual. ;Cudn evidente es esto tanto con respecto al fin que propone como a los medios para alcanzarlo! El fin s, en una palabra, la salvacién; el medio para aleanzarla, la fe. 2. Es ficilmente discemible que estas dos pequefias palabras-quiero decir: fe y salvacién—incluyen ta substancia de toda la Biblia, algo asi como la médula de todas las Fscrituras. Por eso, mucho mas hemos de tener todo el cuidado posible en evitar todo error al respecto, y de \G4.29. 9 70 Serman 43, formamos un juicio verdadero y exacto acerca de la una y la otra, Investiguemos entonces seriamente: I. {Qué es la salvacion? Il, {Qué es la fe mediante la cual somos salvados? Y TIL. Como somos salvados por ella. Ll. Primeramente preguntemos: {Qué es la salvacién? La salvacién de la cual aqui se habla no es lo que frecuentemente se entiende por esta palabra: ir al cielo, la felicidad eterna, No es que el alma vaya al paraiso, denominado «el seno de Abraham»? por nuestro Sefior. No se trata de una bendicién que se halla del otro lado de la muerte 0, como decimos comiinmente, en el otto mundo. Las mismas palabras del texto lo expresan de modo incuestionable: «Sois salvos». No se trata de algo a distancia: es algo presente, una bendicién de la cual, mediante la misericordia gratuita de Dios, estés en posesién ahora, Las palabras pueden traducirse con la misma correccién como: «Habéis sido salvados». De manera que la salvacién de la cual aqui se habla puede extenderse a toda la obra de Dios, desde el primer alborear de la gracia en el alma hasta que es consumada en Ia gloria. 2. Si tomamos esto en su maxima extensién, habré de incluir todo lo que es realizado en el alma por lo que frecuentemente se lama «conciencia natural, 0 més apropiadamente, «gracia anticipanten;? toda atraccién del Padre,’ los deseos que se dirigen hacia Dios, los cuales, si nos rendimos a ellos, aumentan més y més; toda aquella luz *Le16.22, » Ougeadaprevinientey, Notadel Editor. *chIn.6.44, El camino de la salvacién segin las Escrituras 7 por la cual el Hijo de Dios alumbra a todo hombre que viene al mundo, ensefiando a todo hombre a hacer justicia, amar misericordia y a humillarse ante su Dios,° todas las convicciones que su Espiritu de tiempo en tiempo opera en todo ser humano, Aunque es verdad que la generalidad de las personas las sofocan tan pronto como pueden y luego de un rato olvidan, 0 por lo menos niegan, haberlas tenido alguna vez. 3. Pero por el momento sélo nos interesa la salvacién acerea de la cual el apéstol est hablando directamente. ¥ ésta se compone de dos aspectos generales: la justificacién y la santificacién. Justificacién es otra palabra para perdén, Es el perdén de todos nuestros pecados y lo que esti implicito en ello: nuestra aceptaci6n por Dios. El precio mediante el cual esto ha sido obtenido para nosotros (cominmente lamado Ja «causa meritoriay de nuestra justificacién) es la sangre y la justicia de Cristo 0, para expresarlo con un poco mas de claridad, todo Io que Cristo ha hecho y padecido por nosotros hasta que derramé su vida por los transgresores.” Los efectos inmediatos de la justificacién son: que tenemos la paz de Dios, la paz que sobrepasa todo entendimiento,’ y que nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios, con gozo inefable y glorioso.'° 4. Y en el mismo momento en que somos justificados, si, en el mismo momento, comienza la Sctn.19. °CEMi68 chs. 53.12. SCrRLAT "CERo52 oni P. Ls. 2 Serman 43, santificacién. En ese instante nacemos de nuevo, nacemos de arriba,'' nacemos del Espiritu."? Es un cambio real, asi como también relativo. Somos renovados interiormente por el poder de Dios. Sentimos que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espiritu Santo que nos fue dado,'* produciendo amor a todo el género humano, yy més especialmente a los hijos de Dios; expulsando el amor al mundo, el amor al placer, al ocio, a los honores, al dinero, juntamente con el orgullo, la ira, el egocentrismo, y toda otra mala tendencia; en una palabra, cambiando la mente terrenal, sensual, diabélica’’ por el sentir que hubo en Cristo Jestis.'* 5. ;Cuan naturalmente aquellos que experimentan semejante cambio se imaginan que todo pecado ha terminado! {Que ha sido totalmente desarraigado de su corazén y que ya no tiene ninguna cabida en él! jCudn ficilmente sacan esta conclusién: «No siento en mi ningin pecado: por lo tanto, no tengo ninguno»! No perturba, por Jo tanto no existe; no tiene movimiento, por lo tanto no tiene realidad.» 6. Pero rara vez pasaré mucho tiempo antes que se decepcionen, al encontrarse con que el pecado estaba s6lo en suspenso, no destruido. Las tentaciones retornan y el pecado revive, mostrando que antes estaba desvanecido, pero no muerto, Sienten ahora en si mismos dos principios, lisa y lanamente contrarios el uno al otro: ef deseo de la "chins: "chmn.3.6.8. "R0.55, “of stg. 3.15, SCEFIL2S: El camino de la salvacién segin las Escrituras 73 carne contra el espiritu,'® la naturaleza que se opone a la sgracia de Dios. No pueden negar que aunque todavia sienten poder para creer en Cristo y para amar a Dios, y aunque su Espiritu todavia da testimonio a sus espiritus que son hijos de Dios,"" a pesar de ello, a veces sienten en si mismos orgullo 0 egocentrismo, otras veces enojo o incredulidad. Frecuentemente hallan a uno mis de estos agiténdose en su corazén, aunque no venciendo; quizés empujdndolos con violencia para que caigan, pero el Seftor es su ayuda."* 7. {Con cudnta exactitud Macario, hace mil cuatrocientos affos, describe la experiencia presente de los hijos de Dios! «Los inexpertos, cuando opera la gracia, se imaginan al momento que no tienen mas pecado. Mientras que los prudentes no pueden negar que aun los que tienen la gracia de Dios pueden volver a ser perturbados... Porque hemos tenido muchas veces ejemplos de algunos entre los hermanos que han experimentado tal gracia como para afirmar que ya no hay pecado en ellos. Y, sin embargo, después de todo, cuando pensaban que estaban totalmente libres de él, 1a corrupeién que acechaba en su interior se agité nuevamente y estuvieron muy cerea de quemarse.»!? 8. Desde el momento de nuestro «nuevo nacimienton tiene lugar la obra gradual de santificacién, Somos capacitados por el Espiritu a hacer morir las obras de la care. de nuestra mala naturaleza. Y en cuanto estamos mis y més muertos al pecado, estamos mas y mas vivos para Dios. Avanzamos de gracia en gracia, en tanto "h.64.5.17 cfsal.11813 ' Citade Macatio,erenita epipcio del siglo LV. * CERO.813, ” Serman 43, somos cuidadosos para abstenernos de toda especie de mal,' y somos celosos de buenas obras,” segin tenemos ‘oportunidad hacemos bien a todos,” mientras andamos irreprensibles en todas las ordenanzas del Sefior2* y de esta manera le adoramos en espirituy en verdad?’ mientras levamos nuestra cruz y nos negamos todo placer que no nos conduzca a Dios. 9. Asi es que esperamos la santificacién completa, una plena salvacién de nuestros pecados, del orgullo, la autoafirmacién, la ira, la ineredulidad; 0, como lo expresa el Apéstol, «vamos adelante a la perfeccién».® ;Pero qué es la perfeccién? La palabra tiene varios significados: aqui significa amor perfecto, Es el amor que excluye al pecado, el amor que lena el corazén, apoderindose de toda la capacidad del alma. Es el amor que estd siempre gozoso, que ora sin cesar y que da gracias en todo.” Tl, @Pero qué es esa fe mediante la cual somos “7 Este es el segundo punto a considerar. 1. La fe en general es definida por el Apéstol, élegkos pragmaton oti blepoménon, «una evidenciay, wna «conviecién y evidencia» divinas (la palabra significa ambas cosas), «de lo que no se ve»2° lo no visible, imperceptible para la vista o para cualquier otro de los sentidos extemos. salvos’ ont T8522, Bentz *chGa.6.10 *CELeL6. eEIn.4.23, He 6.1 CLL TSS.1618, * CEELZS ® ChHe. TL El camino de la salvacién segin las Escrituras 75 Implica al mismo tiempo una evidencia sobrenatural de Dios y de las cosas de Dios, una especie de Juz espiritual exhibida al alma, y una visidn o percepeién sobrenatural que esta posee. De acuerdo a esto, la Escritura habla a veces de la luz como don de Dios, a veces como un poder para discemirla, Asi San Pablo: «Porque Dios, que mandé que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandec nuestros corazones, para iluminacién del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo». Y en otro lugar, el Apéstol habla de que sean alumbrados los ojos de nuestro entendimiento.' Mediante esta doble accién del Espiritu Santo (hacer que los ojos de nuestra alma sean a la vex abiertos ¢ iluminados) vemos aquellas cosas que el ojo natural no vio ni oido oyé." Tenemos una perspectiva de las cosas invisibles de Dios. Vemos el mundo espiritual que nos rodea por completo, pero que nuestras facultades no perciben mas que si no existiera, Y vemos el mundo eterno, que atraviesa el velo que pende entre el tiempo y la eternidad, Las nubes y la oscuridad no lo cubren més, sino que ya vemos /a gloria venidera que ha de manifestarse.> 2. Tomando la palabra en un sentido més particular, Ja fe es una evidencia divina y una conviccién, no solo de que Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo, sino también de que Cristo me amé y se entregé a si mismo por mi.*> Es por esta fe (sea que la designemos como la esencia, 0 mas bien como una propiedad de la 200.46 *' CEECLI8.(Alaludira estetexto de memoria, Wesley dice abiertos en lugar decalunbrados.) C1 60.29, *CERO8.8 *2.€0,5.19, *Ga.220, 76 Serman 43, misma) que recibimos al Seftor Jesucristo;° que lo recibimos en todos sus oficios, como nuestro Profeta, Sacerdote y Rey. Es asi que él nos ha sido hecho por Dios sabiduria, justificacién, santificacion y redencién.” 3. Pero, jes ésta una "fe de seguridad” o una "fe de adhesin?» La Eseritura no menciona tal distincién, El Apéstol dice: «Hay una fe, una misma esperanza de nuestra vocacién», una fe cristina, que salva, asi como «hay un Seor» en quien creemos, y «un Dios y Padre de todos nosotros».** Y ciertamente, esta fe implica necesariamente una seguridad (la cual es aqui solamente otra palabra para evidencia, siendo que es dificil explicar la diferencia entre ambas) de que Cristo me amd, y se entregé a si mismo por mi». Porque el que cree con fe viva y verdadera tiene el testimonio en si mismo.” El Espiritu da testimonio a su espiritu de que es hijo de Dios.” Porque es hijo, Dios ha enviado el Espiritu de su Hijo a su corazén, el cual clama: ;Abba, Padre!" déndole la seguridad de que lo es, y una confianza como la de un niflo en él. Pero observemos que, en la misma naturaleza del caso, la seguridad precede a la confianza. Porque una persona no puede tener confianza en Dios como la de un niffo hasta que sabe que es hija de Dios. Por lo tanto, la confianza, la plena dependencia, la adhesién, 0 como quiera que se le llame, no es la primera, como algunos han supuesto, sino la segunda rama o acto de fe. “CHCOL2S. "1 €0,1.30, McEAas. CLL In 5.10. “CERO8.16 CLGAAS, El camino de la salvacién segin las Escrituras 7 4. Es mediante esta fe que «somos salvos», justificados y santificados, tomando Ia palabra en su sentido mis elevado, Pero, ,cémo somos justificados y santificados por la fe? Este es el tercer acépite de nuestra investigacién. Y siendo éste el principal punto en cuestién, y un punto de extraordinaria importancia, no seré inadecuado darle una consideracién mas precisa y especial. IIL1. Y primeramente: {Cémo somos justificados por la fe? {En qué sentido esto ha de entenderse? Respondo: la fe es la condicién, y la tnica condicién, de la justificacién. Es la condicién: nadie es justificado sino quien cree; sin fe, ninguna persona es justificada. Y es la nica condicién: ella sola es suficiente para la justificacién, Todo el que cree es justificado, asi tenga cualquier otra cosa 0 no la tenga. En otras palabras: nadie es justificado hasta que cree; toda persona cuando cree es justificada. 2. Pero, jacaso Dios no nos ordena también arrepentimos? ;Y también hacer frutos dignos de arrepentimiento?”( dejar de hacer lo malo y aprender a hacer el bien (Y no son ambas cosas de miéxima necesidad? {Y no es cierto que en tanto descuidamos voluntariamente una u otra de ellas no podemos razonablemente esperar para nada que seamos justificados? Pero si esto es asi, ,cémo puede decirse que la fe es la tinica condicién de la justificacién? Indudablemente, Dios nos ordena tanto arrepentirnos como producir frutos dignos del arrepentimiento, lo cual, si voluntariamente lo descuidamos, hace que no podamos razonablemente ser justificados. Por “ches, Chis. 11617 78 Serman 43, ello, tanto el arrepentimiento como los frutos dignos de arrepentimiento son en cierto sentido necesarios para la justificacién, Pero no son necesarios en el mismo sentido que la fe, ni tampoco en el mismo grado. No en el mismo grado, porque tales frutos son necesarios slo condicionalmente, si es que hay tiempo y oportunidad para ellos, De otra manera, una persona puede ser justificada sin ellos, como lo fue el «ladrém» sobre la cruz (si es que asi podemos Ilamarlo, jpues un escritor ya fallecido ha descubierto que no era un ladrén, sino una persona sumamente honesta y respetable!). Pero no puede ser justificada sin la fe: ello es imposible. Del mismo modo, ‘aunque una persona tenga tanto arrepentimiento como nunca lo hubo, y aunque tenga frutos dignos de arrepentimiento como jamds se vieron, todo esto para nada le sirve: no es justificada hasta que cree. Pero desde el momento que cree, con 0 sin esos frutos, con més o menos arrepentimiento, es justificada, No en el mismo sentido: porque el arrepentimiento y los frutos son s6lo remotamente necesarios, necesarios en orden a la fe; mientras que la fe es inmediata y directamente necesaria para la justificacién, Queda firme que la fe es la tinica condicién que es inmediata y préximamente necesaria para 3. Pero, jetees tt que somos santificados por la fe? Sabemos que crees que somos justificados por la fe, pero ino crees, y de acuerdo con ello enseflas, que somos santificados por nuestras obras?» ‘Asi se ha dicho rotunda y vehementemente durante estos tiltimos veinticinco afios. Pero yo constantemente he declarado exactamente lo contrario, y ello en todas las maneras. Tanto en ptiblico como en privado he testificado El camino de la salvacién segin las Escrituras 79 continuamente que somos santificados, asi como también justificados, por la fe. Y ciertamente, una de esas grandes verdades sobradamente ilustra a la otra. Exactamente como somos justificados por la fe, asi también somos santificados por la fe, La fe es la condicién, y la tinica condicién de la santificacién, tal como lo es de la justificacién, Es la condicién: nadie es santificado, excepto quien eree; sin fe ninguna persona es santificada. Y es la tinica condicién: ella sola es suficiente para la santificacién. Todo el que cree es santificado, asi tenga cualquier otra cosa o no la tenga. Fn otras palabras, ninguna persona es santificada hasta que cree; toda persona cuando cree es santificada. 4, Pero, {no hay un arrepentimiento consiguiente, asi como hay un arrepentimiento previo, a la justificacién? EY no corresponde a todos los justificados ser celosos de buenas obras? {No son estas tan necesarias que si una persona las desatiende voluntariamente no puede razonablemente esperar que alguna vez. sea santificada en el sentido pleno de la palabra, esto es, perfeccionada en el amor? ,Acaso puede, de alguna manera, crecer en la gracia y el amoroso conocimiento de nuestro Sefor Jesucristo? ;Puede acaso retener la gracia que Dios ya le ha dado? {Puede continuar en la fe que ha recibido o en el favor de Dios? {No admites ti mismo todo esto y lo aseveras continuamente? Pero si esto es asi, ,cdmo puede Adccirse que la fe es la tinica condicién de la santificacién%» 5. Admito todo esto y lo sostengo continuamente como la verdad de Dios. Admito que hay un arrepentimiento consiguiente, asi como hay un “crmin214 HL In.25:4.12, 18, “crap. 3.18, 80 Serman 43, arrepentimiento previo, a la justificacién. Corresponde a todos los que son justificados ser celosos de buenas obras. Y estas son tan necesarias que si alguien las desatiende voluntariamente, no puede razonablemente esperar ser santificado, No puede «crecer en la gracia», en la imagen de Dios, en el sentir que hubo en Cristo Jestis:* de ninguna manera puede retener la gracia que ha recibido; no puede continuar en la fe ni en el favor de Dios. {Qué conclusién podemos obtener de esto? Pues que tanto el arrepentimiento, correctamente entendido, y la préctica de todas las buenas obras, las obras piadosas, como también las obras de misericordia (ahora lamadas asi apropiadamente, dado que surgen de la fe) son en cierto sentido necesarios para la santificacién. 6. Digo «arrepentimiento correctamente entendidon, pues este no debe confundirse con el arrepentimiento previo, El arrepentimiento consiguiente a la justificacién es ampliamente diferente del que la antecede. Ahora no incluye culpa, ni sentimiento de condenacién, ni conciencia de la ira de Dios. No supone ninguna duda del favor de Dios, ni ningiin temor que lleva en si castigo.** Es exactamente una conviccién, operada por el Espiritu Santo, del pecado que atin permanece” en nuestro corazén, del frénema sarkés, Jos designios de la carne,” que «todavia permanece», como dice nuestra Iglesia, «aun en aquellos que son regenerados», aunque ya no reine més, y ya no tenga dominio sobre ellos. Es una conviccién de nuestra inclinacién al mal, de un FILS “CLL In.a8 “chino. *CERO8T, El camino de la salvacién segin las Escrituras 81 corazén inclinado a prevaricar' de la tendencia aim subsistente en la carne, la cual desea contra el Espiritu.” A ‘veces, a menos que velemos y oremos continuamente, tiende al orgullo, a veces a la ira, a veces al amor al mundo, amor a la comodidad, amor a los honores, 0 al amor al placer més que a Dios. Es una conviecién de la tendencia de nuestro corazén al egocentrismo, al ateismo, a la idolatria; y sobre todo a la incredulidad, por lo cual, en mil maneras diferentes y bajo mil pretextos, estamos siempre aparténdonos mis 0 menos del Dios vivo.®* 7. Con esta conviccién del pecado que queda en nuestros corazones se junta una clara conviccién del pecado que perdura en nuestras vidas, que atin se adhiere a nuestras palabras y acciones. En las mejores de estas descubrimos ahora una mezcla de mal, &o en el espiritu, o en la materia, ‘oen su manera de ser; algo que no podria soportar el justo juicio de Dios, si él mirare a los pecados.** Donde menos lo sospechabamos, hallamos una mancha de orgullo o de ‘egocentrismo, de incredulidad 0 de idolatria; de manera que ahora nos sentimos mas avergonzados de nuestros mejores deberes que antes de nuestros peores pecados. Y por lo tanto no podemos menos que sentir que estos estén tan lejos de tener algo meritorio en ellos, si, tan lejos de ser capaces de permanecer ante la vista de la justicia divina, que por ellos también seriamos culpables ante Dios si no fuese por la sangre del pacto.* * C£-Os.11.6 (Traduccién literal de la versién en inglés, que cita Wesley. Reina-Valem dice adherido a larebdién».) 24.64.57 Sch He. 3.12, Cf Sal.1303. C4 Ex.24.8; He, 10.29, 82 Serman 43, 8. La experiencia muestra que junto con esta conviccién del pecado que permanece en nuestros corazones y se adhiere a todas nuestras palabras y acciones, asi como con la culpa en la cual incurririamos si no fuésemos continuamente rociados con la sangre expiatoria, algo mas esté incluido en este arrepentimiento, esto es, una conviccién de nuestra vulnerabilidad, de nuestra total incapacidad para pensar s6lo un buen pensamiento, 0 de albergar sélo un buen deseo; y mucho mas de decir sélo una palabra correcta, o de levar a cabo una sola buena aecién, a no ser mediante esta gracia libre y todopoderosa, que primero nos previene, y luego nos acompafia en todo momento. 9. «Pero, {eudles son esas buenas obras cuya préctica tt afirmas que es necesaria para la santificacién?» Primeramente, obras de piedad, tales como la oracién piiblica, la oracién en familia, y la oracién privada; recibir la Cena del Sefior; escudrifiar las Escrituras escuchando, leyendo, meditando, y utilizando en tal medida el ayuno o la abstinencia como nuestro cuerpo o nuestra salud lo permitan. 10, Segundo, toda clase de obras de misericordi que se relacionen con los cuerpos 0 con las almas de las personas, tales como alimentar a los hambrientos, vestir a los desnudos, hospedar al extranjero, visitar a los que estin en prisién, 0 a los enfermos, 0 a los que padecen diversas aflicciones; 0 tales como esforzarse por instruir a los ignorantes, 0 despertar al necio pecador, reavivar a los tibios, fortalecer a los vacilantes, sostener a los débiles,* , sca Mon Te514 El camino de la salvacién segin las Escrituras 3 socorriendo a los que son tentados,*’ 0 contribuyendo de alguna manera a salvar las almas de la muerte. Este es el arrepentimiento y estos son los frutos dignos de arrepentimiento necesarios para una plena santificacién. Este es el camino que Dios ha designado para que en él sus hijos aguarden una salvacién completa. 11, Asi puede salir a luz la extrema malicia de esa opinién aparentemente inocente que dice que «no hay pecado en el creyente; todo pecado es destruido, raiz y ramas, en el instante en que la persona es justificada» Impidiendo totalmente tal arrepentimiento, se bloquea de hecho el camino a la santificacién. No hay lugar para el arrepentimiento en quien cree que no hay pecado ni en su vida ni en su corazén. Por consecuencia, no hay lugar para ser perfeccionado en amor,® para lo cual tal arrepentimiento es absolutamente necesario. 12, Por lo tanto, puede parecer que no hay posible peligro. en esperar asi la plena salvacién. Porque supongamos que estamos equivocados, supongamos que tal bendicién nunca five ni puede ser alcanzada, aun asi no perdemos nada, Pero la expectativa misma aviva en nosotros el uso de todos los talentos que Dios nos ha dado; ms atin, a mejorarlos a todos, de modo que cuando venga nuestro Seiior, reciba lo que es suyo con los intereses.° 13, Pero volvamos al tema. Aunque se admita que tanto este artepentimiento como sus frutos son necesarios para la salvacién plena, sin embargo no son necesarios en el mismo sentido que la fe 0 en el mismo grado. No en el mismo grado, porque esos frutos son s6lo necesarios Sot He.218, SLL In.a.18 *ChMt.25.27 a Serman 43, condicionalmente, si es que hay tiempo y oportunidad para ellos. En otras palabras, la persona puede ser santificada sin ellos, Pero no puede ser santificada sin la fe. Asimismo, aunque una persona tenga tanto de este arrepentimiento 0 tantas buenas obras como nadie jams tuvo, esto no le sirve de nada; no es santificada hasta que cree. Pero en el momento que cree, con o sin aquellos frutos, con mis o menos arrepentimiento, es santificada. No en el mismo sentido; porque este arrepentimiento y estos frutos son slo remotamente necesarios, necesarios en orden a la continuidad de su fe, tanto como a su crecimiento; mientras que la fe es inmediata y directamente necesaria para la santificacién. Queda firme que la fe es la tinica condicién que es inmediata. y préximamente necesaria para la santificacién. 14. «Pero, qué es esa fe por la cual somos santificados, salvados del pecado y perfeccionados en amor?» Es una evidencia y una conviccién divinas, primero, de que Dios lo ha prometido en las Sagradas Escrituras. Hasta que no estemos plenamente convencidos de esto, no nos moveremos un paso mas adelante, Y uno se imaginarfa que para convencer de esto a una persona razonable no hace falta ni una palabra més que la antigua promesa: «Y circuncidaré Jehovd tu Dios tu corazén, y el corazén de tu descendencia, para que ames a Jehové tu Dios con todo tu corazén y con toda tu alma, a fin de que vivas.»® {Cuan claramente expresa esto lo que es ser perfeccionado en amor! ;Con qué fuerza implica qué es ser salvo del pecado! Porque si el amor se apodera de todo el corazén, zqué lugar hhabré en él para el pecado? © Dr.306, El camino de la salvacién segin las Escrituras a5 15. Es una evidencia y una conviccién divinas, en segundo lugar, de que lo que Dios ha prometido, él es apto para realizarlo. Luego, aunque para los humanos es imposible sacar una cosa limpia de algo sucio, purificar el corazén de todo pecado, y lenarlo de toda santidad, esto no crea ninguna dificultad en el caso, puesto que para Dios todo es posible.' jY seguramente nadie jams imaginé que ello fuera posible para algun otro poder menor que el del Todopoderoso! Pero si Dios habla, asi seré hecho. Dios dijo: «Sea la luz; y fue la luz». 16. En tercer lugar, «jes una evidencia y conviccién divinas de que él es capaz y que quiere hacerlo ahora?» Y por qué no? {No es un momento para él lo mismo que mil aiios?® El no puede necesitar més tiempo para llevar a cabo cualquier cosa que sea su voluntad. No puede necesitar 0 ‘esperar algo més de dignidad 0 aptitud en las personas que se complace en honrar, Por tanto, podemos decir ‘osadamente, en cualquier momento: «Hoy es el dia de salvacién; si oyereis hay su voz, no endurezcdis vuestros corazones;* he aqui, todo esta dispuesto; venid a las bodas.»" 17, A esta confianza, en que Dios tiene tanto la capacidad como la voluntad de santificamos ahora, debe agregarse una cosa mis: una evidencia y conviccién divinas de que lo hace. En ese momento ya esté hecho. Dios dice en lo mas profundo del alma: «Conforme a tu fe te sea © CLMt.19.26 y oto @et.Gn.13. 42 P.3.8;Sal.904 200,62 Hea, 22.4 86 Serman 43, hecho».®" Entonces, el alma esté purificada de toda mancha de pecado; esté limpia de toda maldad.* Entonces, el creyente experimenta el significado profundo de aquellas solemnes palabras: «Si andamos en luz, como él esté en luz, tenemos comunién unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado».” 18, «Pero efectia Dios esta gran obra en el alma ‘gradual o instanténeamente?» Quizas en algunos puede ser llevada a cabo gradualmente; no advierten el momento preciso en que el pecado deja de ser. Pero es infinitamente deseable, si asi fuese la voluntad de Dios, que se realice instantineamente; que el Seffor destruya el pecado por ef aliento de su boca,” en un momento, en un abrir y cerrar de ojos." Y generalmente asi lo hace, de lo cual concretamente hay suficiente evidencia como para satisfacer a cualquier persona con prejuicios. Ta, por lo tanto, espérala en todo momento, Espérala en la manera antes deserita; en todas esas obras buenas para las cuales has sido creado de nuevo en Cristo Jestis.”” Entonces no hay peligro. No seras peor si es que no mejoras por causa de tal expectativa, Porque aunque te decepcionaras de tu esperanza, aun asi no perderias nada, Pero no te has de decepcionar de tu esperanza: vendrd, y no tardard.” Por lo tanto, espérala cada dia, cada hora, cada momento. {Por qué no en esta hora, en este momento? Por cierto, puedes © cE M.9.29, CELINA. Lindt % Cf.Job 15,30; Sal.33.6. £1 C0,15.52 CLEEZI0. Che, 1037 El camino de la salvacién segin las Escrituras 87 esperarla ahora, si crees que es por la fe, Y por esta seital puedes saber con seguridad si la buscas por la fe o por las obras. Si por las obras, quieres hacer algo primeramente, antes de ser santificado. Piensas: «Primero debo ser o hacer esto 0 aquello.» Entonces, la estas buscando por medio de las obras hasta hoy. Si por la fe, puedes esperarla, tal como eres, Y si tal como eres, entonces espérala ahora. Es de gran importancia observar que hay una conexién inseparable entre estos tres puntos: espérala por fe; espérala tal como eres; iy espérala ahora! Negar una de cllas es negarlas todas; admitir una es admitirlas todas. {Crees ti que somos santificados por la fe? Entonces, sé fiel a tu principio, y espera esta bendicién tal como eres, ni mejor ni peor; como un pobre pecador que no tiene todavia que pagar algo, y nada que declarar sino que Cristo murié.™ Y si la esperas tal como eres, entonces espérala ahora. No te detengas por nada, {Por qué habrias de hacerlo? Cristo esté preparado. Y ées todo Io que necesitas. El te espera, Esté a la puerta.” Exclama desde lo més profundo de tu alma: jOh, ven! jOh, ven ta, huésped celestial! Y no te retires més: Cena conmigo, sea este encuentro Fiesta de eterno amor.” %CER0.5.6,8, et *SCEAp.3.20 ° Esta deun himno wesleyano (1742), traducida aproximadanente

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