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“La ciudad gótica” de J. L.

Romero

Una sociedad compacta y conflictiva

La sociedad burguesa produjo durante el siglo XII y XIII una aristocracia compuesta por aquellos que
precozmente acumularon capital y alcanzaron el poder, “el patriciado”. En Venecia en 1297 hubo un episodio
famoso llamado La Fermata del libro de Oro; fue un acto deliberado de las familias que hasta entonces habían
ejercido los cargos ducales que percibe que dicho fenómeno social de requeria un freno y se lo puso mediante
un acto político.

Los patricios habían conquistado el poder, generalmente, de manera violenta, enfrentándose con los señores.
La historia de Santiago de Compostela y de su famoso arzobispo don Diego Gelmírez para obtener una carta de
comuna por ejemplo.

Al cabo de muy poco tiempo, a las luchas entre los patricios y los señores sucedieron las luchas entre los
gremios -los oficios- y los patricios. Un ejemplo importante fue el de Jacques van Artevelde, un representante
de alto nivel de los tejedores en la ciudad de Gante.

Al poco tiempo se constituyeron regimenes patricio gremiales: regimenes de transacción en los que una
asamblea comunal se componía de cierta cantidad de representantes del patriciado y de representantes de los
gremios. En los siglos XIII y XIV, hubo mucho donde las constituciones patricias fueron sustituidas por
instituciones comunales de transacción, en las que el poder se repartía entre los patricios y los gremios.

En el siglo XIV, empiezan las insurrecciones francamente populares (ejemplo de los ciompi en Florencia, donde
ya eran contra todo el mundo. Michele di Lando). En la famosa querella florentina de los blancos y los negros,
que eran dos facciones patricias.

En Bolonia, San Gimignano, Genova… todas estas torres reflejan este dramático proceso de conformación de
una sociedad que se mueve, tremendamente agitada, dentro de los muros de una pequeñísima ciudad en la
que nadie pierde ni siquiera durante un instante el contacto cara a cara y en la que nadie puede gozar del
anonimato.

Plazas y espacio público

Esta sociedad turbulenta, agitada, movil, es la que construyó la ciudad que llamamos gotica. Creo la ciudad
física y también un estilo de vida, una mentalidad. Esta el viejo barrio de Leon, el barrio gótico de Barcelona, la
vieja Lugo arriba, la Alfama en Lisboa, Carcassonne, Rothenburg y muchas más. El gotico urbano fue una
creación urbana, una creacion de las burguesías urbanas.

Algunas grandes catedrales francesas (la de Laon, Reims o Chartres).

La casa gótica de un ambiente en el que lo exterior expresaba lo interior, mientras que una fachada es algo que
parece separado y separable de lo interior. El ambiente gótico era por el contrario, un ámbito interno en el que
el exterior -la loggia, la gran galería externa- reflejaba lo que era la vida, puesto que se vivía un poco adentro y
un poco afuera.

En Venecia, el actual correo es un edificio gótico tipico: el Fondaco dei Tedeschi.

La ciudad gótica fue concebida como un espacio libre, publico, en el que se vivía como en un interior. La plaza y
la plazuela han hecho la historia de la ciudad burguesa: allí se juntaba la gente para conversar y los
comerciantes para negociar; allí se discutían los precios y se hace la comparación de los valores; allí se hablaba
de politica y se formaban las corrientes de opinión.

La plaza de San Marcos, de la Signoria, del Campo dei Fiori, del Mercado de Brujas, del Rathaus
en Lübeck, de la Isla en Estocolmo. Aquí se forman los juicios de valor acerca de la belleza, que conforman
finalmente el gusto, que se elabora de cierta manera. El gusto que se elabora en la plazuela de brujas, donde
Memling cree que tiene que pintar de determinada forma para satisfacer a su gente, no es el mismo que el que
se elabora en una plazuela florentina o veneciana.

Tanto las corrientes de valoración como las de opinión se han formado en el trato íntimo, y la forma mas
intima de tratarse que ha conocido el mundo occidental es la de la plazuela de la ciudad burguesa medieval,
donde ha ocurrido todo: donde quemaron a Savonarola.

La catedral gótica (la Ca D’Oro, el famoso palacio de Brujas conocido como Gruuthuse, la casa de Jacques
Coeur en Bourges) y los edificios comunales (el de Ypres o el de los deaux de Venecia) son construcciones que
corresponden a un esquema de arquitectura publica en el que se alcanzan cierta dimensión y cierta magnitud,
que no se sobrepasan, porque forman parte de la concepción del espacio publico. Tambien los edificios
semipúblicos: las lonjas o los mercados, como el de Ypres o los hospitales como el de Nuremberg, el de Lübeck
o el de las afueras de Toledo.

Este tipo de arquitectura expresa una concepción del espacio y una concepcion estetica, y es la invención de
una sociedad que, al mismo tiempo, ha creado la contrapartida de esta noción del espacio fisico, que es algo
externo al hombre. Ha creado un sistema de ideas con las cuales le parece que puede vivir y sobrevivir.

Un sistema de normas, principios y formas en el cual se quiere vivir. La Divina Comedia es una especie de
inmensa epopeya de la creación de la Florencia burguesa.

La creación de una mentalidad

Estas sociedades crearon no solo el hábitat físico sino que se crearon a si mismas. Una sociedad urbana era el
resultado de una aglutinación de personas que tenían cierto pasado fuera del ámbito de la ciudad. Eran muy
inferiores a la sociedad feudal auténtica en poder, a las grandes potestades laicas y eclesiásticas que
controlaban la gran propiedad raíz; pero supieron organizarse para funcionar solidariamente. Las murallas de
Ávila es obra del esfuerzo de esta sociedad.

La invención de un sistema de ideas o, mejor, una mentalidad y también un estilo de vida. De estas creaciones
se sigue alimentando el mundo occidental, ya que casi todas las proposiciones básicas que se establecieron
entonces han seguido en pie, discutidas o no, pero incrementándose en un proceso desarrollo que no se ha
extinguido, por lo menos hasta ahora.

Ciera actitud frente al mundo, frente a la naturaleza, frente a las cosas y frente a Dios. De todas ellas surgió
racionalización que al cabo de poco tiempo termino siendo una teoría. Ejemplo la Ética de Spinoza: otro
sistema moral, que hacia el siglo XVII había madurado lo suficiente como para que pudiera formularse more
geometrico, y que todavía alcanza una perfección o una explicitación mayor en la ética kantiana.​ Este sistema
arranca de un cambio empírico de actitud del hombre urbano, que se distancia de las formas tradicionales de
vida propia de la sociedad rural del mundo feudal. Las actitudes básicas, elementales, primarias del burgues,
surgidas de las nuevas formas de convivencia en la ciudad, fueron ejercitadas, repetidas, comentadas,
aconsejadas; finalmente, fueron sometidas a cierto proceso de racionalización.

Detrás de Kant, de Leibniz, Spinoza y Descartes, de Locke, Bacon o Berkeley hay un sistema de pensamiento
sistemático, una manera de entender la vida humana.
La revelación de la profanidad

Esta sociedad urbana o burguesa descubrió la profanidad, o el naturalismo. El hombre no era solamente un ser
signado por el pecado original, que transitaba por un valle de lágrimas para someterse finalmente a un juicio
con el objeto de recibir el premio o el castigo en el mundo del más allá. Dejó de ser lo que era, para ser
concebido como un ser natural, un ser sensible.

En el siglo XIV el Decameron de Boccaccio, los Cuentos de Canterbury de Chaucer, los de Sachetti, el Arcipreste
de Talavera y el Arcipreste de Hita.

El hombre es un ser natural; esto lo se por que lo veo. El hombre es un ser sensible; esto lo se porque me
observo a mi mismo. Si ademas es otra cosa, un espíritu angélico que comparte una esencia divina, solo lo
admito si no interfiere con lo primero.

Kant no sabia a que se refiere el noúmeno : “No conozco las esencias, no conozco más que las apariencias”.

Este descubrimiento enloquece a todo ese periodo que se llama habitualmente Baja Edad Media: fines del
siglo XIII, siglos XIV y XV.

La naturaleza experimental y sensible

Si no se hubiera producido este percepción del hombre como ser natural, no se habría podido surgir esta
nueva imagen de la naturaleza. Durante el siglo XIII Roger Bacon ya había descubierto que el camino del
conocimiento no era la revelación, sino el examen experimental, y se lanzo en esa dirección. Esta manera de
entender la naturaleza como algo que el hombre debe conocer por una vía experimental, conduce al
descubrimiento de que es cognoscible de este modo porque tiene una ley interna. Empieza esta hipóstasis de
la naturaleza que termina en el siglo XVIII, cuando se decide escribir la palabra naturaleza con mayúscula.

Empieza a percibirse el deísmo. Dios existe, Dios es el creador, pero permitió que la creacion se emancipara y
jugara según sus propias leyes. Esta es la teoría que desarrolla en Inglaterra Edward Herbert de Cherbury, y a la
que se despliega Voltaire. ​El deismo permite la concepcion de una naturaleza independizada de Dios en la
contingencia, aun admitiendo el principio de la creación. Descubre que la naturaleza tiene una ley interna, y
que el hombre posee los instrumentos para conocerla: sus sentidos y su razón. Estas dos vías, la empírica y la
racional, empiezan a trabajar fervorosamente hasta terminar en la gran metodización que se hace en los siglos
XVII y XVIII, desde Galileo y Newton hasta Kant.

Pero la actitud empírica que supone que la naturaleza no tiene designio es el gran principio de la crisis. El
individuo se enfrenta con la naturaleza y dice: “La naturaleza no tiene más designio que el que yo le impongo,
y yo soy mi razón”.

Dios y el mundo

El mas arduo de los temas es la percepción de la idea de Dios.

La escisión de los campos del conocimiento que concibe esta tercera escolástica -la que inician Duns Escoto y
Guillermo de Occam- no es de ninguna manera un intento de quitarle categoría al dominio de la fe. Por el
contrario, es un intento de negar la validez de la razón. Pero admiten simultáneamente que hay todo otro
campo del conocimiento para el cual el valor de la fe es inferior al de la razón o al de la empiria. Esta fue una
revolución profunda. Es una fractura muy importante que se instala en el pensamiento teológico, escolástico,
en el siglo XIV.
Luis IV de Baviera, el emperador de Alemania que afirmó que no necesitaba ser ungido por el Papa y que, en
cambio quería ser proclamado por el pueblo, como los emperadores romanos, insinuando lo que tres siglos
más tardes Rousseau definió como soberanía popular/contrato social.

A esta burguesía que descubre esa manera de vivir, de organizarse políticamente corresponde también una
manera de entender a Dios. Se trata de un burgués cada vez mas avaro, más amante de su dinero. El avaro de
Moliere del teatro cómico francés del siglo XII. El burgues sentía a Dios de cierta manera, que incitó a muchos a
pensar cual era la relación con la verdadera piedad y cuál era el papel de la iglesia, que cumplia esta funcion de
controlar de manera formal. Esto originó mucho mas tarde la Reforma.

Se da una polarización: por un lado hay una comunidad cada vez más cumplidora de sus deberes.
Cada vez más generosa con el dinero para la construcción de la mas alta catedral de la zona, para que Laon sea
más alta que Reims, para que Reims sea más alta que Chartres. Este desafío fue siempre una especie de
superstición de la pasión por el dinero y el poder, porque la lucha por el estatus es constitutiva de esta
sociedad urbana originaria, tan clara y transparente en el siglo XIII como en el siglo XX.

Contra estos buscadores de prestigio a costa de la fe, aparece el formidable movimiento místico de Suso,
Ruysbroeck o Eckhart, que reivindica la tradición agustiniana, en contraposición con la tradición tomista.

Esta irrupción naturalista del siglo XIV tuvo un efecto notable en el proceso que llega hasta el siglo XV. Hubo
quien descubrió cuales eran las ultimas consecuencias de esta concepción del hombre, de la naturaleza, de
Dios. Y se aterrorizo.

Algunos alcanzaron a comprender de esto un materialismo total, o de ateismo, posición filosófica muy
abundante en el siglo XIV. Un testimonio importante es el pasaje de la Commedia de Dante Alighieri sobre los
epicúreos. Otros inventaron una actitud que consiste en seguir viviendo segun esta concepcion que acababan
de descubrir, pero enmascarada cuidadosamente bajo un sistema de formas. Esta constituye la posición
mayoritaria y expresa; en realidad, la norma fundamental de la cultura europea de los siglos XVI, XVII y XVIII.

Algunos de los que descubrieron las últimas consecuencias de esta concepción naturalista se arrepintieron, se
volcaron a una posición de contrición y se convirtieron en una especie de paladines de la piedad. Quizás el
testimonio mas caracteristico este en el auge de las danzas macabras. Un gran tema literario del siglo XV. Toda
esta literatura del arrepentimiento termina en ese acto de piedad feroz que hace Savonarola, cuando es
quemado en la plaza de la Signoria, en Florencia, en el mismo lugar donde él había ordenado quemar heréticos
y obras de arte. Esta especie de duelo entre la sacralidad y la profanidad culmina en cierto modo en este
episodio de Savonarola.

El encubrimiento

“La vida es como es” decían; “Vivamosla asi”. Por otra parte “el sistema de principios y de normas que hemos
recibido de nuestros mayores es como es y hay que respetarlo”. En esta especie de conflicto se crea un
enmascaramiento, cuya teoría final es muy variada. Una respuesta seria el deísmo. “Dios es el creador, pero no
está en todas las cosas. No es el causante, el determinante, de cada uno de mis pecados, ni yo soy responsable
del todo”.

Las verdades de compromiso subsisten por lo menos hasta el siglo XVIII, en que los iluministas, es decir, La
Enciclopedia, Voltaire, Rousseau, vuelven a romper el equilibrio y dicen: “La concepción natural de la
naturaleza es esta, la concepción natural del hombre es esta; digámoslo sin ambages”. Todo el pensamiento de
Descartes está suavemente envuelto y estudiado. Lo mismo vale para los problemas de todas las formas de
conducta, también envueltas en un velo. La ley fue esta especie de conciliación, de enmascaramiento de una
concepción de la naturaleza y del hombre concebida como una verdad, pero que no podía ser expresada de
manera publica.

Quien intento hacerla pública, y todavia se lo sigue castigando por ello fue Nicolás Maquiavelo, que tuvo la
pequeña audacia de decir lo que todos pensaban. El esta en la línea de los que descubrieron los últimos
alcances de esta concepción del hombre que había elaborado la burguesia, y se atrevio a sostenerla
explicitamente, cuando ya predominaba esta tendencia al enmascaramiento.

El patriciado y las cortes

Ya hacia el siglo XVI las familias patricias eran tan ricas y poderosas que casi todos sus miembros habían dejado
de manipular de manera directa las cosas con las cuales habían ganado su primer dinero.

En realidad, estas cortes señoriales eran casas patricias que crecian e imitaban cada vez más, de una manera
gradual, la vida de los grandes señores. Terminaron así pareciendose y creando un gran equivoco: la idea de
que los grandes señores del siglo XV y XVI son efectivamente ramas del tronco señorial. Testimonios: de
Benozzo Gozzoli “El cortejo de los Reyes Magos” en el palacio Medici-Riccardi.

Este esplendor exterior del patriciado constituye el núcleo, el centro de lo que va a ser la concepcion fastuosa
y espectacular típica de las clases altas en las ciudades y en las cortes barrocas. Para explicar porque declinó y
como cambio la ciudad burguesa, la ciudad gótica, hay que poner el acento en este hecho fundamental. La
ciudad gótica dejó de ser, cambio de estilo, de esencia, cuando esa vieja sociedad, que había sido el gran
invento del siglo XI, perdió homogeneidad y se dividió violentamente en dos ciudades: una de ricos y
privilegiados y otra de pobres. Así la ciudad gotica se transmuto en ciudad barroca.

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