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Síndrome de Wanderlust:

necesidad de viajar sin importar el


destino
¿Quién ha sentido esas inmensas ganas de tomar la maleta y
aventurarse en un nuevo viaje?

¿A quién lo ha movido la necesidad de descubrir nuevos paisajes,


comida y personas?

Si eres de los que se la pasa viendo en Internet contenidos sobre viajes,


buscando ofertas en boletos de avión y hospedaje, y no puedes decir NO
a una nueva aventura; seguro padeces el Síndrome de Wanderlust. Pero
tranquilo, este mal llamado síndrome no es una enfermedad, ni se puede
diagnosticar como tal, al contrario para quien lo padece las
consecuencias son positivas.

La palabra wanderlust, es de origen alemán y viene de la unión de los


lexemas “wander” que significa vagar y “lust” que se traduce en pasión,
podemos definir este síndrome como la pasión por viajar.

Puede presentarse tanto en hombres como en mujeres en edades de


entre 20 y 40, sin embargo en la era digital que estamos viviendo, la
pasión por viajar y descubrir el mundo ha calado profundamente a la
llamada generación de los Millennials, un grupo de la población que
busca sensaciones nuevas, experiencias que den sentido a su vida,
naciendo así los llamados nómadas digitales. Esta generación de
nativos digitales prefiere ahorrar, hacer las maletas y recorrer el
planeta minimizando riesgos.

El Síndrome de Wanderlust genera en las personas que lo tienen un


deseo que nace de una “necesidad” fuera de lo común, de conocer
nuevos rincones y descubrir otras culturas. Este padecimiento es mucho
más que las ganas de viajar para tener unas vacaciones, se convierte en
una necesidad que arrastra la pasión por viajar, experimentando una
sensación ávida por buscar nuevas aventuras.

Además las personas que padecen este síndrome, sienten el impulso


irresistible por salir y visitar cualquier lugar, renunciando a una vida de
rutinas para salir a conocer el mundo.

Hay una parte científica que explica la razón de ser de este síndrome;
hay argumentos que demuestran la existencia del mismo; como el caso
de personas que sufren altos niveles de ansiedad cuando pasas
demasiado tiempo en un mismo lugar. Algunos científicos creen que
podría tratarse de una actitud remanente el hombre nómada de hace
miles de años.

Estudios realizados recientemente encontraron el llamado gen viajero;


consiste en la variación en una parte del genoma humano, en específico
el que codifica al DRD47r, un receptor de dopamina. Esta hormona es
responsable del placer y las decisiones que la provocan, por lo que dicha
alteración hace a las personas más propensas a probar nuevas
experiencias; investigaciones sostienen que este gen tiene una menor
sensibilidad a la dopamina, por lo que las personas que lo tienen buscan
experiencias que liberen más cantidad de esta hormona, por ejemplo
explorar, tomar riesgos, incluso probar nuevas comidas, nuevas
relaciones y hasta nuevas aventuras.

Algunos científicos aseguran que el espíritu aventurero o Síndrome de


Wanderlust se encuentra en nuestros genes. Para David Dobbs,
investigador de National Geographic, este gen provoca que las personas
que lo tienen acepten mejor los cambios y la aventura además de que se
sienten con mayor afinidad para asumir riesgos en cuanto a nuevas
ideas, comidas, relaciones, etc.

Ahora bien aparte de la necesidad de viajar las personas que portan el


famoso gen viajero, son personas creativas, que buscan conocer nuevas
culturas y otras formas de vida. En general cualquier cosa que aporte
crecimiento personal.
Cabe mencionar que no todas las personas tienen este gen; en 1999 el
profesor de la Universidad de California Chaunsheng Chen realizó un
análisis que determinó que solo alrededor del 20% de las personas
tienen ésta variación genética, la cual es mayor en las zonas del planeta
en las que tradicionalmente y a lo largo de la historia se ha fomentado la
migración.

Existen posturas que señalan que el comportamiento de las personas


que están obsesionadas con los viajes no se debe únicamente a que
tengan el gen y es que según el profesor Kenneth Kidd de la Universidad
de Yale, la alteración del gen no es suficiente para causar una diferencia
tan grande en el comportamiento.

Alison Gopnik, de la Universidad de California, sugirió que la infancia


podría ser un importante estímulo para “hacer” personas con una gran
pasión por viajar. El desarrollo de las capacidades imaginativas a través
del juego durante la niñez resulta determinante para que una persona
tenga el irresistible deseo de recorrer el mundo. Los niños con más
actividades de recreación son más propensos a desarrollar el Síndrome
de Wanderlust.

Sin embargo hay personas que no sienten la necesidad de viajar, que no


se mueve en ellas una inquietud especial por descubrir lugares. Se
plantean las vacaciones como un tiempo para descansar y estar
tranquilos o quizá para marcharse a un hotel y desconectarse, olvidarse
de preparar comidas o limpiar.

Contrario al Síndrome de Wanderlust, donde impera la necesidad de no


estar demasiado tiempo en un lugar y el deseo de viajar se convierte en
el centro de su vida de quienes lo padecen.

La gran diferencia entre quienes tienen el Síndrome de Wanderlust y los


que simplemente disfrutan de sus vacaciones son las ganas de viajar
por la experiencia que eso produce, sin importar el destino. Y es que el
destino pasa a un lugar secundario en el planteamiento del viaje, se
convierte en una mera excusa para disfrutar del placer de viajar, es
entonces cuando la experiencia wandelust adquiere todo su significado
y se transforma en una forma de vida.

Podemos identificar fácilmente a las personas que tienen este síndrome


y es que dentro de sus actividades cotidianas están navegar en Internet
por portales de viajes, buscar nuevos destinos, realizar reservas de
hospedaje, comprar tickets de avión. Experimentan además
sensaciones placenteras leyendo guías de viaje, viendo programas y
documentales del tema de viajes, y por si fuera poco sus ingresos los
destinan para aventurarse por lugares nuevos.

Hay otras señales que indican si eres una persona con el Síndrome de
Wanderlust:

-El equipaje te da igual; a la hora de viajar todo lo que necesitas es tu


equipaje, pasaporte y el espíritu de aventura. Es decir solo viajas con lo
esencial.

-El tiempo no es problema y es que no importa si es un viaje de fin de


semana, un viaje de semanas o incluso si viajas por un largo tiempo, lo
disfrutas al máximo.

-Cuando estas de viaje, prefieres invertir el dinero de tu presupuesto en


nuevas experiencias, dejando un poco de lado comprar souvenirs o
cosas materiales.

-Tienes una curiosidad máxima por descubrir nuevas comidas, nuevos


lugares, nuevos recuerdos y gente nueva, lo cual va de la mano con el
gen wanderlust.

– No haces planes; siempre estarás listo para descubrir algo nuevo y


extraordinario sin necesidad de atenerse a un plan.

– El lenguaje no es una barrera; las personas que padecen el Síndrome


de Wanderlust parecen estar absolutamente fascinados con abrazar el
mundo exterior que los rodea. Probablemente seas el tipo de persona
que celebra las diferencias entre culturas y no puedes esperar para
intentar sumergirte en un entorno aunque no conozcas el idioma.

– No tienes miedo a salir de tu zona de confort porque te gustan los


cambios y te adaptas a ello.

– En cuanto regresas de un viaje ya éstas planificando el siguiente,


echando mano de las páginas de internet, viendo documentales o
leyendo guías.

Como ya viste este síndrome trae consecuencias positivas a la vida de


quien lo padece, porque permite conocer nuevos lugares, culturas,
enriquece a la persona, incrementa la flexibilidad mental, hace más
abiertas a las personas para que vivan nuevas experiencias.

Podemos conceptualizar este padecimiento como la interpretación de


salir de nuestro entorno, es una vía de escape, una forma de rechazo
hacia un estilo de vida rutinario que parece encajonar a la persona en la
monotonía.

https://creacuervos.com/sindrome-de-wanderlust-necesidad-de-viajar/

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