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Leyenda del charro negro

Personajes
Charro negro (hombre)
Padres
Lucifer

Narrador
Cuando el sol comienza a esconderse y las gallinas trepan los árboles para
dormirse, las madres meten a sus hijos, las puertas de las casas son
atrancadas y los viajeros apresuran el paso mientras rezan. Nadie quiere
encontrarse con el

Charro Negro.
Los citadinos tenemos suerte pues el Charro Negro solo acecha en las
lejanías de la urbe y se presenta ante aquellos que viajan solos.

Narrador
El Charro provenía de una familia humilde. Sus padres, aunque lo amaban,
nunca pudieron cumplirle sus caprichos. Al Charro siempre le gustó ir bien
vestido, a veces incluso, no comía durante días para ahorrarse unos pesos
y con lo juntado, poder completar para un buen sombrero.

Padres
-hijo te amamos pero no podemos darte lo que tu quieres

Charro negro
-ya estoy arto de esta pobreza

Narrador
Sin embargo, estaba cansado de su inagotable pobreza. Por más que
trabajaba, el dinero nunca le alcanzaba y tenía que andar todo el día con
las manos llenas de tierra.

Charro negro
-yo no deberia estar haciendo esto

Narrador
Tiempo después, murieron sus padres. Al quedar solo, la miseria del
Charro aumentó considerablemente por lo que tomó una decisión que
cambiaría su vida: invocar al diablo para pedirle riqueza.

Charro negro
-ya no aguanto vivir asi ya se y si………

Narrador
por lo que tomó una decisión que cambiaría su vida: invocar a lucifer para
pedirle riqueza.

Charro negro
-lucifer quiero mucha pero mucha riqueza

Narrador
No se sabe cómo lo consiguió, pero finalmente, Lucifer se apareció.
Aquella entidad supo leer los ojos y el espíritu del hombre que lo había
llamado, así que de inmediato le ofreció cantidades de dinero que ni
siquiera en dos vidas podría gastar. Lo único que pedía a cambio, era su
alma.

Lucifer

-yo se lo que piedes y asi que hare esto rapido ¿Cuánto es lo que quieres?
$1000 $10000 $100000

Yo te puedo dar todo lo que tu me pidas

Narrador
Lo único que pedía a cambio, era su alma.

Lucifer
Pero para que tu ouedas tener todo eso solo necesito que me entreges tu
alma

Narrador
El Charro, en ese entonces era altivo y valiente no había logrado asustarlo
y aceptó.

Charro negro
-Ay si ya lo que sea deme mi riqueza

Narrador
Pasó el tiempo y poco a poco la juventud del Charro comenzó a
despedirse. De repente, se dio cuenta de que estaba cansado de gastar
sus riquezas en mujeres, apuestas, vino y costosos trajes. A la par, la
sensación de soledad le oprimía el pecho y apenas lo dejaba respirar.
Nadie lo quería por lo que era sino por las riquezas que poseía.

El Charro ya se había olvidado de aquel trato que lo maldijo. Por eso,


cuando se le apareció el diablo para recordarle que la hora del cobro
estaba cerca, se asustó como nunca.

Lucifer

-holo hola te acuerdas de mi?

Charro negro
-Ay orale no asustes

Lucifer
-ay te asuste bueno a lo que venimos es la hora decumplir la ultima parte
des tratro

Charro negro
- tratro cual tratro?

Lucifer
-Ay no te hagas el tontoacuerdate que si yo te daba toda la riqueza que
querias me hibas a entregar tu alma|
Narrador

El terror invadió a el charro negro hasta el último rincón de sus entrañas.


Recordó su deuda y, por cobardía, comenzó a ocultarse.

Charro negro
- a fijate que tengo muchas cosas que hacer a ver si luego pasas y
aclarmos el tema si bueno adios

Narrador

El charro huyendo se fue a su hacienda mandó al personal de su hacienda


a poner cruces por toda su propiedad y a construir una pequeña capilla.

No obstante, el recuerdo de la deuda pendiente no lo dejaba dormir ni


disfrutar de los pocos meses que le quedaban de vida. Así que, en un
arranque de miedo tomó a su mejor caballo junto con una bolsa que
contenía unas cuantas monedas de oro que no se había gastado.
Emprendió el viaje durante la noche, para que nadie lo viera huir.

Sin embargo, el diablo se dio cuenta de que el Charro faltaría a su palabra


así que volvió a aparecer frente al jinete y su caballo pero esta vez, con el
fin de llevárselo.

Lucifer
-hola uyy por poco y te me vas o eso es lo que querias?

Charro negro

-Ay como crees no solo salia dar la vuelta

Lucifer
-Ay mira llege en un muy buen momento por que ahora si es momento que
pages lo prometido y ni creas que te me vas a ir hIba a esperar a que
murieras para cobrar la deuda que tienes conmigo, pero, como te ocultas
cobardemente, te llevaré ahora
Narrador

El Charro no tuvo tiempo de responder. Cuando se dio cuenta, su caballo,


encabritado, trató de patear al demonio pero era tarde, los brazos de su
amo habían comenzado a secarse y su carne a desaparecer. Solo le
quedaba el ajuar de Charro encima de los huesos blanquecinos. El diablo
volvió a hablar:

Lucifer
-Veo que tu bestia te es fiel, por eso ha de ser maldita igual que tú y
condenada a acompañarte a tu viaje hacia el infierno. Aunque, de vez en
cuando, quiero que hagas algo por mí, cobrarle a mis deudores. Si haces
bien tu trabajo, dejaré que el hombre que acepte esa bolsa con monedas
de oro que traes, tome tu lugar.

Narrador

Desde entonces, aquel hombre fue condenado a sufrir incontables


tormentos en el infierno y a salir de ahí solo para cobrar a quienes tienen
deudas pendientes con Lucifer. Esto con la esperanza de que una noche,
algún viajero, traicionado por su avaricia, tomé su lugar. Solo así, el Charro
Negro y su caballo podrán descansar en paz.

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