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COMUNICACIÓN ESTÉTICA

CESEP N° 14 NAMQOM Y ANEXO 12 DE OCTUBRE


Prof. Rodrigo VILLALBA ROJAS / 3704606346
FICHA n° 4
EL CANON DE BELLEZA

El canon de belleza es el conjunto de aquellas características


materiales o corporales, apreciables a simple vista que una
sociedad considera convencionalmente como lo hermoso o
atractivo sea en una persona (y muchas veces en un objeto). El
canon cambia según las épocas, y también según las culturas,
es decir que la idea sobre qué es lo bello y qué no, depende del
momento histórico en el que nos encontramos, y de la
comunidad a la que pertenecemos.

La belleza, definida según los cánones imperantes en una


época y lugar, se ha convertido en una unidad de medida
para juzgar si el aspecto de una persona es aceptable o no.
Esto ha tenido una consecuencia en la actualidad, que perjudica
más a las mujeres que a los hombres: la discriminación por la
figura. Esto significa que toda persona que no cumple con los
parámetros del canon de belleza vigente, o sea que no se ajusta a las exigencias de la belleza, será
considerada “fea”.

El canon de belleza contemporáneo es un modelo impuesto por la sociedad masculina y por la


filosofía del mercado. A partir de ello se logra convencer a la gente común de que sólo es
“aceptable” aquel cuerpo que se ajusta al modelo de belleza que aparece en las revistas y en la
televisión o en internet; empujan a creer que sólo ese cuerpo puede exhibirse, sólo ese cuerpo
“vende” y se consume con satisfacción. Como crítica al canon de belleza se dice que convierte a
las personas en objetos, restándole importancia a la personalidad y a los sentimientos. Los
modelos masculinos y femeninos generados por el canon de belleza reciben el nombre de
estereotipos.

La belleza a lo largo de la historia


Pero los cánones de belleza, variables y pasajeros, han respondido a motivos sociales y
económicos. Así, por ejemplo, las mujeres ricas de antaño debían ser gordas para demostrar que
no tenían por qué trabajar y que comían abundantemente. Hoy día, en los países desarrollados, la
obesidad es considerada una especie de epidemia que provoca miles de muertes debido a
enfermedades derivadas del exceso de peso. Y eso no vende.
Lo que hoy tiene éxito y se vende es un cuerpo delgado, ágil y
esbelto que demuestre a los demás que puede consumir
alimentos escogidos y tiene tiempo suficiente para ir al
gimnasio o hacer deporte.

Siempre ha habido motivos ocultos detrás de cada prototipo o


estereotipo de belleza que se fijaron sobre la figura femenina:
si se quiere incrementar el índice de la natalidad, el ideal de
belleza se forma con caderas anchas y pechos grandes; si se
quiere ostentar la condición de clase social dominante, se
muestra la gordura en tiempos de hambruna o crisis; si se

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quiere mostrar cuidado de la imagen, selección de alimentos,
exaltación de la juventud y tiempo libre para cuidarse
físicamente, se muestra un cuerpo con unas dimensiones de 90-
60-90 con cabellos rubios y aspecto frágil, o cuerpos delgados,
casi infantiles; si se quiere mostrar dinamismo, fortaleza física,
aventuras y exploraciones varias se presenta un cuerpo más
musculoso y una tez más curtida.

Parece ser que estos tres primeros modelos


se han alternado en la historia, aunque quizá
por distintos motivos y con leves variantes.
Existe un modelo más, el postmoderno. El
modelo postmoderno parece haberse
liberado de la estética para transformarse en
bienestar físico, mental, intelectualidad y
educación en valores, autosuficiencia y posicionamiento político (en defensa
de causas populares como la ecología, el feminismo o la lucha contra los
prejuicios). El modelo postmoderno se ha impuesto poco a poco en la
publicidad, luego de haber hallado una manera de representar a otros grupos
potenciales de consumidores, consumidores rebeldes y desinteresados.

El canon de belleza femenino tiene una fórmula clave: el culto a la imagen. Se persigue una
figura esbelta, altura superior a la media, apariencia deportiva sin incurrir en lo atlético ni
excesivamente musculoso, con numerosos detalles que buscan la proporción corporal. También
la eterna juventud se ha impuesto en la estética: la figura firme, la forma intacta y el resto de la
vida por delante para cumplir los grandes sueños. Éste es el
patrón del siglo XXI del que se beneficia el mercado.

El ideal de belleza masculino destaca la importancia del


ejercicio físico para conseguir el arquetipo, como había hecho
el mundo clásico de Grecia, de modo que la estatura superior a
la media, el cabello abundante, la frente ancha, los pómulos
prominentes, la mandíbula marcada, las extremidades y el
tronco levemente musculosos, la espalda ancha y las piernas
largas y deportivas no difieren
excesivamente del canon propuesto
por el Discóbolo de Mirón, salvo
quizá por unos pequeños detalles
como lo de los pómulos y las mandíbulas, que en Grecia eran más
redondeados y en la actualidad se prefieren más agresivos.

La belleza en otras culturas


Los ideales estéticos de hombres y mujeres han seguido unos pocos
patrones, de modo que el hombre ideal de la Antigüedad grecolatina,
el del Renacimiento y el contemporáneo son similares. Ahora bien,
hablamos de unos pocos patrones en el ámbito de la cultura
predominante, ya que si nos asomamos a otras quedaríamos atónitos
ante el ideal de belleza que existe en cada una de ellas. Por poner

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algunos ejemplos curiosos, en algunos pueblos de Birmania la belleza se mide por los
aros que se consigan colocar en el cuello de las mujeres, que puede alcanzar incluso
25 centímetros, hasta deformarlo por completo (les llaman las mujeres jirafa), de
modo que si llegasen a quitárselo se les romperían los huesos del cuello. En Etiopía,
las marcas de cicatrices en el cuerpo, son consideradas adornos hermosos y desde
pequeñas a las niñas se les hacen cortes en el estómago para que se formen cicatrices
y con el paso del tiempo crezcan; también deforman sus labios con discos de arcilla.
A las adolescentes de Papua Guinea les estiran los pechos para dejarlos caídos; así
tendrán más posibilidades de casarse. Las
txucarramae se afeitan parte de la cabeza. Otras
se liman los dientes; en otras tribus se estiran las
Venus de Willendorf S. orejas con peso o permiten que les venden
XXX a.C. los pies desde pequeñas para, con la
excusa de la belleza de los pies pequeños,
impedir su movimiento.

El canon, visto así, parece un catálogo de torturas, de las


que no está exenta nuestra cultura occidental, aunque
utilice otros medios. Y no muy distintos, pues qué otra
cosa que tortura es la perforación de las orejas para
colocar pendientes, los tatuajes, los piercings, el hambre
en las dietas, incluso los tacones, que producen daños en la espalda.

ACTIVIDADES:
1- ¿A qué se denomina canon de belleza?
2- ¿Por qué decimos que el canon se ha convertido en una unidad de medida para juzgar?
3- Averigüen en internet a qué se llama filosofía de mercado y expliquen brevemente en sus
carpetas. ¿Qué tiene que ver la filosofía de mercado con el canon de belleza?
4- Mencionen algunos ejemplos de estereotipos de belleza que se forman sobre la figura
femenina.
5- ¿En qué consiste el modelo postmoderno y cómo llega al mercado publicitario? Busquen al
menos dos ejemplos de modelos postmodernos.
6- ¿Cuáles son las características del “culto a la imagen” en nuestra época?
7- ¿Qué cambios ha presentado el canon de belleza masculino? ¿Por qué crees que estos
cambios han sido menos drásticos que en el caso femenino?
8- Teniendo en cuenta los diferentes cánones de belleza que se dieron a lo largo del tiempo y
que pueden observarse en otras culturas, reflexionen y escriban un breve comentario donde
comenten qué importancia tiene para ustedes la belleza física: ¿creen que debemos moldear
nuestros cuerpos a los estereotipos predominantes? ¿por qué? ¿cómo nos beneficiaríamos?
¿en qué otras dimensiones del ser humano podríamos buscar la belleza?

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