Como comentario respecto al estilo, está caracterizada por un cierto latinizamiento de la
sintaxis, que suele situar al verbo al final de la frase al modo latino, y otros rasgos de esta naturaleza, como el uso del participio de presente, que lo aproximan al tipo de lenguaje de la escuela alegórico-dantesca del siglo XV, si bien resulta mucho más claro y llano. No obstante, es necesario diferenciar entre el estilo de las tres primeras partes, que lleva incólume mucho del autor original, muy elegante y pormenorizado en los sucesos, y el texto atribuible a Garcí Rodríguez de Montalvo, de muy inferior ingenio y brillantez. Las tres primeras partes reflejan el mundo del siglo XIII, mientras que el mundo de Garcí Rodríguez de Montalvo es el de principios del siglo XVI, y eso no puede dejar de percibirse en el estilo denso y algo pedante del Regidor de Medina del Campo. Sobre su valor literario vale decir que es grande, así también su valor didáctico y social. En él exaltan, efectivamente los sentimientos cardinales de todo buen caballero: el amor, el valor y la lealtad; sus personajes son más humanos y están más próximos a nosotros que los de los demás libros de caballería. Por esta razón, su difusión fue mayor y más duradera. Son los puntos que quisiera destacar de Amadís de Gaula como la novela más influyente en España entre los siglos XVI y XVII.