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Peste negra

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Este artículo trata sobre la pandemia histórica del siglo XIV. Para la descripción
clínica de la enfermedad, véanse Peste y Peste pulmonar.

Ciudadanos de Tournai enterrando víctimas de la peste negra. Miniatura de Pierart dou Tielt, c. 1353.
La peste negra o muerte negra fue la pandemia de peste más devastadora de
la historia de la humanidad, que afectó a Eurasia en el siglo XIV y que alcanzó un
punto máximo entre 1347 y 1353. Es difícil conocer el número de fallecidos, pero
modelos contemporáneos los calculan entre 80 a 200 millones en Eurasia y África
del Norte. Habría provocado la muerte de entre el 30 % y el 60 % de la población
de Europa, siendo un tercio una estimación muy optimista.1 La teoría aceptada
sobre el origen de la peste explica que fue un brote causado por una variante de
la bacteria Yersinia pestis.234 Es común que la palabra «peste» se utilice
como sinónimo de «muerte negra», aun cuando aquella deriva del latín «pestis»,
es decir, «enfermedad» o «epidemia», y no del agente patógeno.
De acuerdo con el conocimiento contemporáneo, la pandemia irrumpió en primer
lugar en Asia, para después llegar a Europa a través de las rutas comerciales.
Introducida por marinos, la epidemia dio comienzo en Mesina, actual Italia.
Mientras que algunas áreas quedaron despobladas, otras estuvieron libres de la
enfermedad o solo fueron ligeramente afectadas. En Florencia, solamente un
quinto de sus pobladores sobrevivió. En el territorio actual de Alemania, se estima
que uno de cada diez habitantes perdió la vida a causa de la peste
negra. Hamburgo, Colonia y Bremen fueron las ciudades en donde una mayor
proporción de la población murió. En cambio, el número de muertes en el este de
Alemania fue mucho menor.
Según las opiniones de la época, se habría tratado de «un acto de Dios».5 Las
consecuencias sociales de la muerte negra llegaron muy lejos; rápidamente se
acusó a los judíos como los causantes de la epidemia por medio de la intoxicación
y el envenenamiento de pozos. En consecuencia, en muchos lugares de Europa
se iniciaron pogromos judíos y una extinción local de comunidades judías. Aun
cuando líderes espirituales o seculares trataron de impedir esta situación, la falta
de autoridad debido a la agitación social, que a su vez era consecuencia de la
gravedad de la epidemia, generalmente no les permitía a aquellos tener éxito.6

Índice

• 1Antecedentes
o 1.1Situación política
o 1.2Situación demográfica
o 1.3Situación económica
o 1.4Situación social
o 1.5Ciencia
o 1.6Religión
• 2La enfermedad
o 2.1Síntomas y mortalidad
o 2.2El agente infeccioso
§ 2.2.1La Yersinia pestis
§ 2.2.2Otro u otros patógenos
• 3Expansión de la enfermedad
• 4Consecuencias
• 5Interpretación histórica
• 6Véase también
• 7Notas
• 8Referencias
• 9Bibliografía
• 10Enlaces externos

Antecedentes
Escudo de Plagas: La muerte coronada como vencedora. 1607-37, Augsburgo, Alemania.
Realmente, la peste negra no cuenta con antecedentes, debido a su carácter
multicontinental.nota 1 Griegos y romanos relataron infinidad de pestilencias,
algunas de gran mortalidad o morbilidad, como la que debió asolar el norte
de África hacia 125 a. C.; (Gonzálves Cravioto, 2003, p. 44) pero eran epidemias
muy localizadas en una ciudad o región concretas. La peste negra fue un mal que
atacó el norte de África, Asia, Oriente Medio y Europa,
excepto Islandia y Finlandia,8 con una mortalidad no alcanzada después por las
más graves epidemias como la viruela, diezmadora en América, o la pandemia de
gripe de 1918.9
Situación política
La situación política encontrada por el agente infeccioso fue de relativa estabilidad
comparada con lo vivido siglos antes en Europa y en buena parte de Asia. Por una
parte, las grandes migraciones con sus saqueos y ataques se habían detenido,
los vikingos, vándalos, húngaros o árabes se asentaron en distintos territorios de
una forma más o menos definitiva.10 En Asia, el imperio mongol se había dividido
en dos reinos que se despreciaban, indicando la poca cohesión interna
según Solar (2001, p. 52). Por su parte, toda la costa mediterránea de África ya no
sufría los envites de cristianos en forma de Cruzadas o invasiones provenientes de
la península arábiga, pues Bagdad había perdido el poder político tras los ataques
de Gengis Kan.11 Con todo, el ambiente político en Europa y Asia distaba mucho
de ser estable y en paz, entre otros motivos por la Guerra de los Cien Años, que
se solaparía con la epidemia y los acontecimientos vividos en el
desmembrado Imperio mongol, que terminaría arrasando Bagdad, la
capital abasí.12
Situación demográfica
La situación demográfica por su parte también aparentaba cierta prosperidad. Tras
vivir varios años de un clima benigno y buenas cosechas, la población en el Viejo
Continente aumentó hasta los 80 millones de habitantes aproximadamente.1 A
esto también contribuyeron las nuevas técnicas y artes agrarias, Walter de
Henley (1971) indicaba varias como el empleo de caballos en lugar de bueyes,nota 2
la utilización del arado con reja de hierro y la división de la tierra en tres cultivos en
lugar de dos, lo que se denomina cultivo de alternancia trienal,nota 3 Sin embargo,
esta situación tan benigna cambió en torno al 1300. Autores como Jacques Le
Goff (2002, p. 264 y siguientes) indicaban que dicho modelo comenzó a presentar
signos de agotamiento por la necesidad de más tierras y más caballos disponibles
para lograr alimentar a toda la población, el cultivo trienal no lograba regenerar
totalmente los campos. Tampoco el ganado tenía pastos suficientes por lo que
continuó la desforestación y esta la reducción de lugares para la caza con la
subsiguiente reacción de nobles. Estos problemas convergieron o fueron
causados por la conocida como Pequeña Edad de Hielo, según investigadores
como Brian Murray Fagan (2008), que debió comenzar hacia 1300, produciendo
una disminución en las cosechas, con el consiguiente incremento de hambrunas o
malnutrición. Por tanto, la epidemia encontró a dos o más generaciones
debilitadas desde la infancia por estos sucesos.
Situación económica
La economía por su parte había recibido cierto empuje debido a las buenas
producciones agrarias, a la reanudación constante de las caravanas comerciales
por la Ruta de la Seda gracias al control territorial de los mongoles y, dato de gran
importancia para la propagación de la enfermedad, la mejora de las técnicas de
navegación y construcción de navíos, con las que poder transportar cargamentos
de gran tamaño desde puertos en mar Negro o el Mediterráneo
hasta Barcelona, Marsella o las ciudades italianas.10 Este aumento de la riqueza
se puede constatar en las construcciones de importantes catedrales europeas
cada vez más grandes y más altas.14
Situación social
En el aspecto social, la llamada época del gótico trajo el crecimiento de las
ciudades respecto del campo, así como el progresivo desprecio a las personas
que no vivían en ellas, como eran los buhoneros, los pastores trashumantes y
los gitanos que aparecen por primera vez en la Historia de Occidente. Otro cambio
importante en las consecuencias traídas por la peste fueron las costumbres de
diferenciar a los grupos sociales por la indumentaria. Así la casada, la soltera y
la barragana pasarían a vestir de forma diferente; también los cristianos de los
judíos, para desgracia de estos últimos.10
Ciencia
Por lo que a la ciencia se refiere, realmente no existía como tal.
La medicina poseía cierta independencia de la filosofía en cuanto a disciplina
impartida en las universidades, pero era más empírica que científica y seguía
influida en buena medida por los conocimientos aportados por otros autores
griegos y latinos como Galeno de Pérgamo. El supuesto desarrollo se realizaba de
una forma reflexiva, partiendo de los textos clásicos, y no científica, basada en la
experimentación metodológica.15
Religión
Por último, la religión seguía unificando a Europa bajo la Iglesia Católica, si bien
existía cierta desafección debido al traslado de la corte papal a la ciudad francesa
de Aviñón y al consentimiento de Clemente VI a la hora de perder su autonomía
en aras de la seguridad brindada por el rey Felipe VI de Francia, como lo habían
hecho los tres pontífices anteriores en el Papado de Aviñón. Por otra parte,
muchos clérigos, obispos e incluso los propios papas eran dados a los placeres
mundanos, poseer y pasearse con concubinas o aceptar la simonía.16

La enfermedad
No termina de haber acuerdo entre los historiadores, médicos y biólogos sobre
qué agente infeccioso causó la enfermedad, por lo tanto, no hay consenso si fue o
no una variedad de la peste bubónica u otra enfermedad distinta, como
el carbunco, la llamada peste negra. En aquel tiempo la medicina no estaba
preparada, no ya para tratar la enfermedad, ni tan siquiera para investigarla, pese
a los heroicos esfuerzos y sacrificios de personas como Juan Tomás Porcell. No
obstante, la mayoría de variedades de Yersinia pestis se han encontrado en
China, lo que sugiere que la epidemia podría haberse originado en esa región.17
Síntomas y mortalidad
Varios cronistas de la época indican la brusquedad con la que aparecían los
síntomas. Una persona podía estar sana por la mañana y tener fiebre alta por la
tarde para morir al llegar la noche. Según la literatura médica y de otra índole, los
afectados padecían todos o varios de los siguientes síntomas según
Giovanni Boccaccio (2013) y otros autores:

• Fiebre alta incluso superando los 40 grados.


• Tos y esputos sanguinolentes.
• Sangrado por la nariz y otros orificios.
• Sed aguda.
• Manchas en la piel de color azul o negro debido a
pequeñas hemorragias cutáneas.
• Gangrena en la punta de las extremidades.
• Aparición de bubones negros en ingle, cuello, axilas, brazos, piernas
o detrás de las orejas, debido a la inflamación de los ganglios linfáticos.
• Rotura de los bubones supurando líquido con un olor pestilente.
Giovanni Boccaccio y otros autores describen un tipo de peste casi asintomático
que provocaba la muerte a las 14 horas aproximadamente. El calificativo negra se
debe a las manchas, bubones y al aspecto producido por la gangrena en los
dedos de manos y pies. La connotación de mal olor que posee la palabra peste 18
la dieron los hedores emanados al romperse los bubones, ganglios linfáticos
inflamados. Según varios testimonios, el surgimiento de dichos bubones y de las
manchas negras terminaba con la muerte del paciente en la inmensa mayoría de
los casos. Desde notar los primeros síntomas hasta producirse la defunción
pasaban cinco días habitualmente.
Por medio del ensayo y el error, las autoridades de distintas ciudades llegaron a la
conclusión de que la enfermedad tardaba no más de 39 días en aparecer y los que
lograban sobrevivir no volvían a contagiarse nuevamente. Esto se infiere de los
cuarenta días que pasaban viajeros y navegantes confinados a la llegada de
algunas ciudades italianas.nota 4 Científicos del siglo XXI indican que la enfermedad
podría tener un periodo de incubación no contagioso de unos diez o doce días. A
este seguiría un periodo de latencia asintomático, pero contagioso de unos veinte
o veintidós días. Posteriormente aparecerían los síntomas y la enfermedad
mataba en cuatro o cinco días más. De ser así, este periodo de incubación y
latencia tan largo sería una de las causas que permitió su rápida propagación.nota 5
Benedictow (2004, p. 9) reconoce lo poco preciso de las fuentes disponibles sobre
población existente y, por tanto, el porcentaje de afectados y de muertos. Los
documentos más fiables son censos con fines recaudatorios que no tienen en
cuenta la población exenta de impuestos por distintos motivos. Pese a todo, indica
que la peste negra pudo presentar una mortalidad del 80 %, extrapolando datos de
la epidemia padecida en Cantón hacia 1894.nota 6
El agente infeccioso
Hasta el siglo XIX no había una propuesta sólida sobre qué organismo habría
causado tal mortalidad sin comparación.20 Sin embargo, ese consenso se rompió
en la década de 1980 y en el siglo XXI aún perduran las discrepancias por distintos
motivos. A principios del siglo XXI, no existía consenso sobre si la peste negra fue
una enfermedad emergente o reemergente. Para Christopher
Duncan pertenecería al primer tipo proveniente quizá de mamíferos africanos.1
Para Ole J. Benedictow (2004, p. 66) sería del segundo, detenida durante siglos
como consecuencia de la interrupción comercial con África y Oriente Medio debido
a la caída del Imperio Romano.
La Yersinia pestis

San Roque en una pintura de Pietro Perugino de 1476-78, mostrando un bubón en el mismo lugar que
los producidos por la Yersinia pestis.
En 1894 el gobierno francés envió a Alexandre Yersin y al japonés Kitasato
Shibasaburō hasta la colonia británica de Hong Kong para enfrentar una epidemia
que se había llegado a la Provincia de Cantón ese año y causaba un 80% de
mortalidad en los afectados. Por supuesto una epidemia así alertó a las naciones
occidentales por la disminución del comercio y el peligro de que dicha plaga
llegase a las distintas metrópolis, por lo que destinaron gran cantidad de recursos
para indagar sobre la misma. Al examinar a los afectados ambos científicos
comprobaron que desarrollaban un bubón de color oscuro, parecido a las
representaciones de San Roque. Yersin escribió una carta a su familia en Gran
Bretaña mostrando su regocijo por haber encontrado la enfermedad causante de
la Gran Muerte. Sus informaciones serían publicadas en una revista científica con
el título La peste bubonique a Hong-Kong. El Dr. Yersin indicó como posible
vehículo de transmisión del mal a las ratas.21
Cuando la epidemia llegó a la India en 1905, las autoridades coloniales crearon
la Comisión de la India para la investigación de la peste con algunos de sus
mejores especialistas entre los que incluyeron al entomólogo William Glen Liston,
quien llevaba estudiando las pulgas dos años antes. Según comprobaciones de
Liston, la bacteria mataba a las ratas negras,nota 7 anfitrión natural de
las pulgas Xenopsylla cheopis. Estas, al verse privadas de su anfitrión, se veían
obligadas a buscar otro del que alimentarse, como los seres humanos.nota 8 Al
hacerlo inoculaban el patógeno. Cuando el humano moría, la colonia de parásitos
que se había criado alimentándose de su sangre podía infectar a otros humanos u
otras ratas.20
Además del bubón los datos que avalan el contagio por pulgas de la rata negra
eran:

• Las profesiones en contacto con las ratas se veían más afectadas, caso
de los carniceros, molineros o panaderos.22
• En Asia suelen aparecer cientos o miles de ratas muertas antes de
comenzar la infección. Los asiáticos lo saben y toman medidas.
• Las profesiones que repelían a las pulgas se veían menos afectadas,
por ejemplo, los toneleros, pastores o aceiteros.22
• La peste actual también puede contagiarse de persona a persona, pero
necesita previamente la infección de las ratas para producir la variante
pulmonar.23
• Pese al parecido entre la peste y el carbunco, las diferencias también
son muy grandes, por lo que no representa una explicación válida.
• Según Julio Martín (2011, p. 10), un equipo de científicos de Canadá,
Reino Unido y Alemania logró localizar bacterias en los restos
exhumados de un cementerio inglés en agosto de 2011 y en diciembre
del mismo año lograron secuencia el ADN de la bacteria, encontrando
que se trataba de la Yersinia pestis.
La teoría de las ratas y la Yersinia pestis cuenta con el mayor número de
partidarios. Tanto entre profesionales sanitarios, como puede ser el caso de Luis
Enjuanes,9 Rafael Nájera,24 Grahan Mooney o Ken Cage, y también historiadores
como María Jesús Fuentes (2008), Enrique Gonzálves Cravioto (2003) o Ole
J. Benedictow (2004).
Otro u otros patógenos
El biólogo, zoólogo y experto en ratas Graham Twigg (1985) publicó que la peste
bubónica no pudo ser la causante de la peste negra por razones como:1

• La peste bubónica de Asia y otras posteriores se desplazan a unos 20


km por año, cuando la peste negra lo hizo entre 2 y 8 km por día.
• Las fuentes literarias y archivísticas no mencionan o lo hacen pocas
veces el hecho de aparecer ratas muertas en los lugares afectados por
la peste; además la especie o subespecie de rata que transmite la
enfermedad era poco abundante, sobre todo en ciertas regiones
como Bretaña o Dinamarca.
• La peste bubónica es una enfermedad casi tropical que requiere de
unas temperaturas no inferiores a los 20 grados Celsius durante varios
meses consecutivos para desarrollarse, por lo que no hubiese podido
hacerlo en los inviernos europeos, especialmente teniendo en cuenta
que a mediados del siglo XIV se atravesaba una de las etapas más frías
de la Pequeña Edad del Hielo, sin embargo la enfermedad sí se
propagó en invierno e incluso afectó a Rusia y el norte de la península
Escandinava.
• La peste bubónica tiene un índice de contagio del 1 % y la peste negra
lo tuvo como mínimo de un 10 %, cuando no de un 78 %.25
• La peste bubónica no es contagiosa de los enfermos a los sanos, así
ninguna de las cuatrocientas personas que mantuvieron contacto con
los afectados en la epidemia de 1896 la contrajo. En cambio, los
testimonios medievales informan que la peste negra era muy
contagiosa.
• Solo un síntoma, el bubón, es lo que tienen en común ambas
enfermedades. Pero según escribió Giovanni Boccaccio (1353) en el
prólogo del Decamerón, la peste negra desarrollaba varios bubones
y pústulas, cuando la enfermedad asiática sólo producía uno y a veces
dos, en un porcentaje no superior al 5 % de los casos mortales, además
dichos bubones aparecieron en la ingle en un 60 o 70 % de los casos,
cuando la plaga europea los producía también en piernas, brazos y tras
las orejas.
• La variedad pulmonar de la peste bubónica posee muy poco alcance
porque desarrolla los síntomas en unas 48 horas, por lo que se la puede
atajar con cierta rapidez.
• Uno de los grupos más afectados fueron los comerciantes de telas, pero
la posibilidad de que una pulga de rata alimentándose de sangre
humana pueda contagiar a otro ser humano es muy baja.nota 9
Esta hipótesis la defienden entre otros el propio Twigg (1985), Samuel
Cohn o Christopher Duncan.

Expansión de la enfermedad
Difusión de la peste negra. En verde, las áreas de menor incidencia.
El, en ocasiones, calificado «peor desastre biológico de la historia de la
Humanidad»,16 posee un origen desconocido. En India y China no hay datos de
una epidemia especialmente relevante hacia el siglo XIV, en este último país la
referencia más antigua data del siglo VII, pero como descripción sintomática, no
epidémica y en la gran Enciclopedia de China no se menciona hasta la década de
1640, pese a que Lien-Tê Wu (1936, p. 47) atribuye un origen chino a la
enfermedad hacia 1346. Por lo tanto, solo existen hipótesis sobre si apareció en
el desierto de Gobi26 o en su llamada «patria ancestral»,27 es decir, los
actuales Yemen, Kenia y Uganda. Los árabes dan referencias de primera mano y
en especial Abu Halfs Umar Ibn al-Wardi quien indica que la epidemia surgió en la
Tierra Oscura,nota 10 pero sin precisar. El también musulmán Muhammad al-Maqrizi
es más detallado al indicar su aparición en Kanato a lo largo del año 742 de
la Hégira (1341-1342 d.C.).28Es Gabriele de Mussis quien da un lugar exacto para
constatar la propagación de la plaga cuando nombra la ciudad de Caffa como el
primer foco y cuenta la historia según los ejércitos mongoles que asediaron el
enclave genovés lanzando cadáveres infectados con catapultas dentro de la
ciudad para propagar la enfermedad y acelerar su caída.28 Sí se tiene constancia
de que la enfermedad salió en barco de dicha colonia genovesa en la península
de Crimea, en octubre de 1347 y llegó a Mesina a finales de dicho año.20
Algunos barcos no llevaban a nadie vivo cuando alcanzaban las costas. En 1347
sucedió una guerra entre el Reino húngaro y el napolitano, puesto que el rey Luis I
de Hungría reclamaba el trono luego del asesinato de su hermano Andrés, quien
murió asesinado por su propia esposa, la reina Juana I de Nápoles. De esta
manera, Luis condujo una campaña militar que coincidió con el estallido de la
peste negra. Ante tanta muerte por la enfermedad, la campaña pronto tuvo que ser
suspendida y los húngaros regresaron a casa, llevándose consigo varios de ellos
la enfermedad, cobrando vidas, como la de la propia esposa del rey húngaro. Así,
la peste se extendió desde Italia por Europa afectando territorios de las
actuales Francia, España, Inglaterra (en junio de 1348) y
Bretaña, Alemania, Hungría, Escandinavia y finalmente el noroeste de Rusia. Se
considera que fue la causa de la muerte del entonces rey de Castilla Alfonso
XI durante el sitio a Gibraltar en 1350.

Consecuencias

El triunfo de la Muerte (Museo del Prado, c. 1562), de Pieter Brueghel el Viejo, refleja la agitación social
y el terror que desató la peste negra, que devastó la Europa medieval.
La información sobre la mortalidad varía ampliamente entre las fuentes, pero se
estima que entre el 30 % y el 60 % de la población de Europa murió desde el
comienzo del brote a la mitad del siglo XIV.29 Aproximadamente 25 millones de
muertes tuvieron lugar sólo en el continente europeo, junto a otros 40 a 60
millones en África y Asia. Algunas localidades fueron totalmente despobladas y los
pocos supervivientes huyeron y extendieron la enfermedad aún más lejos.
La gran pérdida de población trajo cambios económicos basados en el incremento
de la movilidad social según la despoblación erosionaba las obligaciones de los
campesinos (ya debilitadas) a permanecer en sus tierras tradicionales. La peste
provocó una contracción del área cultivada en Europa, lo que hizo descender
profundamente la producción agraria. Esta caída llegó a ser de un 40 % en la zona
norte de Italia, en el periodo comprendido entre 1340 y 1370.30
La repentina escasez de mano de obra barata proporcionó un gran incentivo para
la innovación que ayudó a traer el fin de la Edad Media. Algunos argumentan que
dio pie al Renacimiento, a pesar de que el Renacimiento ocurriera en algunas
zonas (tales como Italia) antes que en otras. A causa de la despoblación, sin
embargo, los europeos supervivientes llegaron a ser los mayores consumidores de
carne para una civilización anterior a la agricultura industrial.
La peste negra acabó con un tercio de la población de Europa y se repitió en
sucesivas oleadas hasta 1490, llegó finalmente a matar a unos 200 millones de
personas. Ninguno de los brotes posteriores alcanzó la gravedad de la epidemia
de 1348.

Interpretación histórica

Honras fúnebres al pintor Tiziano, muerto durante la epidemia de peste en Venecia en 1576. Pintura
de Alexandre Hesse (1832).
Al margen del análisis de sus causas obvias, tales como la presencia del
bacilo Yersinia pestis, los historiadores han buscado, desde diversas perspectivas,
el significado de este gran acontecimiento. Corrientes herederas del marxismo y
estudiosos como el francés Guy Bois atribuyen a esta epidemia el papel de
demostración de la crisis del sistema feudal. Sin embargo, también murieron
muchísimos representantes de la nobleza. Reyes como Alfonso XI de
Castilla o Juana II de Navarra murieron de peste negra, así como Margarita de
Luxemburgo, la reina consorte húngara esposa de Luis I y Felipa de Lancaster, la
reina consorte portuguesa de Juan I de Portugal. Lo que contradice la teoría de
Guy Bois, ya que no era la pobreza el lugar exclusivo donde atacaba la «peste»,
sino que nadie estaba a salvo.
Así, el gran crecimiento demográfico que el mundo feudal había vivido durante
la Plena Edad Media había puesto en cultivo tierras cada vez de menor calidad y
de bajo rendimiento, lo que provocó una paulatina caída de la productividad y una
creciente malnutrición. En este contexto llegó un bacilo que en otra situación
habría sido recibido con fuertes defensas fisiológicas y no habría provocado gran
mortandad, pero que esta vez encontró un sistema inmunitario debilitado.
El principal medio de contagio de la peste eran las picaduras de las pulgas, que
campaban a sus anchas en una sociedad con tan poca higiene como la medieval.
Pese a que es difícil constatarlo con una enfermedad que afectó a tantas personas
de todo tipo y condición, sí que parece que determinadas ocupaciones estaban
más expuestas a padecer peste que otras, siendo más peligroso ser comerciante
de paños (las pulgas se esconden entre los tejidos) que, por ejemplo, herrero. De
hecho, pronto se dieron cuenta del peligro de las vestiduras y entre las primeras
medidas que se emplearon en Europa para evitar el contagio fue el de quemar la
ropa de los infectados o prohibir la entrada de cargamentos de tejidos en las
ciudades. Incluso en algunas ciudades se permitía la entrada al viajero solo
después de haberse deshecho de las ropas que se traía puestas, cambiadas por
otras «seguras» prestadas por la propia ciudad.31

Véase también
• Anexo:Cronología de epidemias
• Peste negra en la cultura medieval
• Plaga de Londres de 1563
• Peste de San Cristóbal de La Laguna (1582)
• Plaga de Londres de 1592-1593
• Epidemia de 1649
• Plaga Italiana (1629-1631)
• Gran plaga de Londres
• Gran peste de Viena
• Gran peste de Marsella
• Decamerón
• Flagelación
• Pogromo
• Danza de la Muerte
• Peste pulmonar
• Crisis del siglo XIV

Notas
0. ↑ Debido a su tamaño y población, debió ser Asia el continente más afectado por la
plaga, pero la mucha documentación elaborada en las distintas dinastías chinas, así
como en la India, no hacen mención a una epidemia de parecidas características, sólo
a brotes esporádicos.7 Ha sido Europa la que ha capitalizado el mayor número de
referencias a la misma, tanto literarias como archivísticas. Desgraciadamente,
indica Benedictow (2004, p. 9), dichas referencias son muy dispares, al no haber sido
realizados con fines demográficos sino tributarios y estar en gran cantidad de lenguas
distintas.
1. ↑ Los caballos eran más rápidos, podían dar la vuelta en menos espacio y tiempo, no
se detenían con tanta facilidad ante los obstáculos y eran más persistentes, como han
demostrado pruebas realizadas en el siglo XXI.13
2. ↑ En lugar de arar la mitad del terreno y dejar la otra mitad en barbecho, se plantaba en
un tercio un cereal de verano como el trigo, en el otro uno de invierno como el centeno
y la última tercera parte se dejaba en barbecho. Los tercios iban rotando todos los
años.
3. ↑ De ahí proviene «cuarentena» para referirse a cualquier periodo de aislamiento y
vigilancia médica.
4. ↑ En comparación con otras epidemias, la peste negra las supera por el doble o más.
La viruela posee un periodo de contagio asintomático comprendido entre los cuatro y
los ocho días.19 El SARS, por su parte, comienza a mostrar sus síntomas a los ocho
días aproximadamente.
5. ↑ De ser correcta la extrapolación, la peste negra dejaría muy atrás a la
variedad variola mayor de la viruela, con su 30 % de mortalidad19 y el SARS posee un
índice de mortalidad en torno a un 10%.
6. ↑ También conocida como rata doméstica o rata de barco por su especial capacidad
para vivir junto a los seres humanos y junto al grano, indica Benedictow (2004, p. 28).
7. ↑ Los habitantes de un atestado edificio de Bombay indicaban que se habían visto
atacados de repente por pulgas que no les dejaban dormir en sus habitaciones, según
recoge Benedictow (2004, p. 28)
8. ↑ Benedictow (2004, p. 31) hace hincapié en el dato de la Comisión India para
investigación de la peste según el cual cada cm³ necesita 10 000 bacterias como
mínimo para causar la infección y esa cantidad solo apareció en un 14 % de los casos.
9. ↑ "It began in the land of darkness." en el original de Joseph Patrick Byrne (2006,
p. 259-260).

Referencias
0. ↑ Saltar a:a b c d Leegaard, Lone; Baastrup, Mads (s.f.). «The plague in Europe» (vídeo).
Copenahgue: DR. Consultado el 26 de diciembre de 2013.
1. ↑ Haensch, Bianucci y Signoli, 2010.
2. ↑ «Comunicado de la Universidad de Tubinga: "Se demuestra la relación de la
bacteria Yersinia pestis con la Muerte Negra. (Black Death Bacterium Identified)» (en
inglés). Eberhard Karls Universität Tübingen. Consultado el 18 de noviembre de 2011.
3. ↑ V. J. Schuenemann, K. Bos, S. DeWitte, S. Schmedes, J. Jamieson, A. Mittnik, S.
Forrest, B. K. Coombes, J. W. Wood, D. J. D. Earn, W. White, J. Krause, H. N.
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5. ↑ Cuadrada, Coral. El llibre de la pesta (1a edició edición). ISBN 978-84-232-0767-
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6. ↑ Benedictow, 2004, p. 69 y 70.
7. ↑ Benedictow, 2004, p. 7 y 8.
8. ↑ Saltar a:a b Enjuanes, Luis (19 de enero de 2010). «Pestes. Sobre los virus que se
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de diciembre de 2013.
9. ↑ Saltar a:a b c García de Cortázar, José Ángel (12 de diciembre de 2013). «La época
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10. ↑ Abboud-Haggar, 2001, p. 61.
11. ↑ Abboud-Haggar, 2001, p. 59.
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13. ↑ Martínez de Aguirre, Javier (10 de diciembre de 2013). «La catedral de Toledo:
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