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PERSPECTIVAS TEÓRICAS SOBRE ÉSTAS PROBLEMÁTICAS:

-QUÉ NOS DICE EL PSICOANÁLISIS:

Desde Espacio Psico adherimos a los postulados de Beatriz Janín a éste respecto. (NO realizaremos el
recorrido teórico exhaustivo de los postulados Freudianos respecto a las etapas de desarrollo
psicosexual de Tres Ensayos, a Ana Freud y su genial Yo y los Mecanismos de Defensa, a los conceptos
de Castración, Fijación, Regresión, etc. ya que los damos por sabidos o al menos reconocidos , dentro
del bagaje teórico de la carrera de la licenciatura. Caso contrario, en caso de requerirlo, les facilitaremos
el material en pdf)

Qué dice B. Janín en relación a la problemática que nos convoca?

Afirma que el Control de Esfínteres cumple una función de ESTRUCTURACIÓN PSÍQUICA, ya que implica
una transacción entre una NECESIDAD y los imperativos CULTURALES.

Que es una situación Vincular.

Para lograrse se requiere haber adquirido la marcha y cierto nivel de adquisición del lenguaje (para
poder decirle NO al otro, delimitando el afuera), además de la posibilidad de esperar y poder evacuar en
un lugar que se designa culturalmente.

(La marcha se logra en la medida que hay otro que devuelve una representación unificada de sí a modo
de espejo, es decir, se requiere el logro de etapas previas )

El niño o niña debe poder dominar el objeto ( heces), renunciar a él, dominarse y aceptar ser dominado
por reglas impuestas por otros (y someterse al deseo materno, porque el niño cree que es un capricho
de la madre), lo cual pasa a ser un logro cultural.

Así, tan lineal? No, el niño o niña no se va a someter muy fácil. Puede intentar doblegar la voluntad de
ese adulto a modo de rebelión narcisista. Es decir: quién controla qué y a quién?

Y sí, puede fallar.

La Encopresis en tanto puede ser un Trastorno en la Estructuración psíquica o bien un Síntoma (o


puede ser Primaria o Secundaria), lo que sería diferenciar un proceso que no se adquirió nunca de lo
que constituye una Regresión. Puede ser Expulsiva o Retentiva ( por rebosamiento)

Hay niños que son Expulsivos pero que no registran las sensaciones en su cuerpo, donde la señal de
Angustia y alarma no funcionan y otros que sí, incluso anticipan que van a hacer.
En el primer caso Betariz Janín lo asocia a la idea del niño que ha padecido situaciones de ABANDONO,
son niños que quedan pasivos, sujetos al otro “que se va”, los abandona por lo que ellos repiten
literalmente el trauma. No pueden dominarlo. No hay elaboración del DUELO. La defensa es la
DESESTIMACIÓN de sus sensaciones, sus urgenicas y los límites de su cuerpo. No hay tiempo, no hay
espera.

En los segundos, a los que denomina la autora como “Tira bombas”, en cambio, registran la sensación
pero ELIJEN el cómo y el cuándo, lo que sería a modos de Hostilidad, una forma de agredir con el
cuerpo. Niños que Atacan y Ensucian, en general ligados a un historial de VIOLENCIA.

En los casos de Rebosamiento ( lo que sería consecuencia de la Constipación), prima el placer de la


Retención, no pueden renunciar al objeto.

Cualquiera sea el caso, Janin afirma que hay incidencia de SECRETOS FAMILIARES, por lo que el niño
presentifica en el cuerpo lo impensable, de lo transmitido sin palabras y /o del abandono de la madre o
la caída del padre.

En cuanto a la ENURESIS, suele ser vivida por los padres como un ataque hacia ellos.

La retención de la orina puede estar ligada a lo erótico y la excitación por apretar las piernas y tocarse
los genitales, a modo de placer autoerótico.

Hay registro de la necesidad pero se opera por desmentida o desestimación, y luego sucede el episodio
enurético.

En general también se la describe como Primaria si nunca se logró o Secundaria como consecuencia de
algún factor desencadenante. Denota una falla en la Represión y puede considerarse un síntoma
Conversivo.

Puede operar a modo de desmentida de la diferencia anatómica (niñas que pueden orinar de pié) o
como respuesta hostil frente a las exigencias de ser un “ buen niño/ buena niña” ( sosteniendo así el
Narcisismo)

QUÉ NOS DICE LA TEORÍA SISTÉMICA?:

Siguiendo a Andolfi , la aceptación de los supuestos sistémicos exige que la atención se centre sobre los
sistemas relacionales en los que participa el consultante y no sobre su persona. Esto implica un pasaje
de lo individual al sistema y un traslado del interés de la explicación de la conducta por vía causal a la
observación de las interacciones entre los miembros del sistema y de los demás sistemas con los que
éste interactúa.
En la consulta terapéutica un niño, identificado como portador de un problema, debe ser interpretado
como un sistema familiar que ha estabilizado un síntoma y encontrado en él un equilibrio. El síntoma
es causa de malestar, pero sin embargo es sostenido por el sistema y es organizador de las conductas.

Es por ello que cuando una familia asiste a la terapia con su hijo, mas que preguntarse sobre las
características específicas del síntoma, un terapeuta sistémico debe preguntarse que es lo que los otros
miembros de la familia hacen a lo largo del tiempo para que el síntoma se mantenga (Minuchin, 2007).

Síntomas como la enuresis, aparecen en la familia cuando el ciclo vital se disloca o interrumpe. El
síntoma indica que la familia está teniendo problemas para superar una etapa evolutiva y la reacción
normal del sistema familiar es ocuparse de ese síntoma de manera que comienza a organizarse en torno
de él.

En muchas ocasiones inclusive forma un subsistema nuevo con miembros que se aglutinan y miembros
que quedan desligados.

El problema mas frecuente de este tipo de organización es que un progenitor, que normalmente es la
madre, se alía con el niño en contra del otro en una relación triangular. La madre extremadamente
servicial y exasperada queda sobre-involucrada con el problema reclamando al padre mas colaboración.

El padre queda desligado, y a su vez cuando intenta intervenir es rechazado por la madre que le impide
colaborar lo que refuerza su aislamiento. Este nuevo sistema se refuerza a sí mismo pues el padre
desligado es excluido por su poca participación y la madre se ocupa con mayor intensidad del problema
lo que genera reclamos y promueven la autoexclusión del padre.

Si esta pauta se estabiliza el niño pasa a ocupar el rol de mediador en la comunicación entre los padres
y sirve como entretenimiento para ocultar problemas conyugales que la pareja no puede dirimir en
forma directa.

Los que quedan atrapados en este tipo de circuitos son los niños, que merced a que uno de sus padres
está ocupado en resolver el problema, se estanca en una etapa de desarrollo y queda infantilizado y con
poca o ninguna autonomía para ser parte de la solución del problema (Haley, 1980a). Entonces si le
brinda Estabilidad a la familia, es posible modificarlo?

Sí, es posible en la medida que se introduzca algún desequilibrio en el sistema que logre interrumpir el
mecanismo homeostático y el sistema evolucione novedosamente hacia un equilibrio distinto y más
funcional (Minuchin, 2007). Es por esto que la incorporación de los demás miembros de la familia a la
terapia es indispensable para observar las conductas relacionales, los modos de organización y la
presencia de recursos tendientes a la introducción de cambio en el sistema familiar.

(Se anexa bibliografía sobre alguno de los autores más destacados para quien desee interiorizarse)
Por su parte, QUÉ NOS APORTA LA MIRADA TCC?:

El postulado fundamental es que el modo en que las personas interpretan las situaciones, ejerce una
influencia en las emociones y en la conducta, las creencias que los individuos mantienen sobre sí
mismos, el mundo y el futuro condicionan los procesos cognitivos y sus afectos.

Conceptualiza los desórdenes psicopatológicos como modos de atribución de significados o


procesamiento de la información que tienden a ser sesgados, desadaptativos y rígidos para la persona.
Los objetivos van a consistir en flexibilizar esos modos patológicos del procesamiento de la información
y de ésta manera la persona pueda sentir y actuar de manera más adaptativa. Se trata de Aprender
nuevas formas o corregir aprendizajes.

Se trabaja “desglosando” el problema/ situación, en sus partes más pequeñas, para comprender cómo
las partes están conectadas entre sí, y de ésto derivan pensamientos, emociones, sensaciones físicas y
comportamientos. Cada una de éstas áreas afecta a las demás.

Entiende que la Enuresis o Encopresis son un problema bio-conductual, que implica la descarga
involuntaria de orina o heces y cuya consecuencia es el deterioro de la autoestima y capacidad de
socialización, ya que genera alteraciones en las actividades sociales del niño (p. ej., imposibilitándolo a
dormir fuera de casa), y además reduce su autoconfianza debido a la exclusión y burla de sus
compañeros o familiares.

Éste enfoque plantea que la enuresis o encopresis se deben a un fallo en ciertas circunstancias de
adiestramiento esfinteriano y a la interferencia de estresores en el aprendizaje/condicionamiento del
control vesical.

El control de esfínteres es una conducta aprendida y como tal puede modificarse.

Para realizar ese trabajo de “desglosado del problema” y modificación de lo aprendido, se suele hacer
uso de recursos materiales como Diarios, Registros, Planillas que pueden realizarse en el consultorio o
solicitar en el período inter-sesión. Desde lo Conductual se utilizan recursos como los de Alarma,
Entrenamientos, Refuerzo Positivo, todos orientados a la posibiliad de re aprender.

(Se anexa bibliografía)


ES POSIBLE INTEGRAR LAS MIRADAS PARA EL DIAGNÓSTICO Y LA INTERVENCIÓN?

Consideramos a cada niño y niña como seres únicos e irrepetibles. Tanto la mirada psicoanalítica como
sistémica otorgan a la problemática de la Enuresis o Encopresis la cualidad de SÍNTOMA y como tal, lo
entienden como MENSAJE que no pudo ser dicho y que se debe de decodificar o traducir, para poder
trabajar en su remisión.

Las tres perspectivas, de diferente manera, destacan la importancia del medio ambiente en el cual el
niño o niña se desarrolla, como facilitador de la aparición del síntoma y reconocen el malestar que se
genera en todos los sujetos involucrados, el cual se convierte en uno de los objetivos a trabajar, para
que disminuya.

En cuando a la fase diagnóstica, la mayoría de las pruebas que se sugieren son Proyectivas, las mismas
tienen su fundamento en la teoría psicoanalítica y en el concepto de Proyección Inconsciente como
mecanismo actuante (de fantasías , deseos, temores, etc,) sin embargo, al tratarse de pruebas que
exploran aspectos de la rutina y los vínculos cotidianos del niño o niña, permiten tener una apreciación
del funcionamiento del sistema familiar completo, pudiendo determinarse los lugares que cada uno
ocupa, los roles, desatacándose alianzas, coaliciones, exclusiones de personas significativas, y
describiendo límites y fronteras existentes entre los sub sistemas familiares ( fraterno, conyugal,
parental), como así también , permiten sacar presunciones sobre las conductas aprendidas, cuestiones
que deberán tomarse en consideración para la intervención posterior.

En cuanto al diagnóstico de la capacidad cognitiva, tener en cuenta el hecho de que el niño posea un
cierto modo de pensamiento ( concreto, formal, etc) va a determinar para la TCC la posibilidad de
abordaje utilizando o descartando alguna de las técnicas.

A la hora de intervenir, puede que a quienes utilizan el método psicoanalítico exclusivamente , les
resulte un tanto chocante o se sientan incómodos por utilizar métodos más directivos, quizás por temor
a manipular o sentir que están trabajando “sobre” el niño o niña y no “ para” el niño o niña. Si éste es tu
caso, sólo te podemos indicar que confíes en tu criterio para determinar y valorar la posibilidad de usar
los otros recursos de las otras corrientes cuando consideres que el monto de Angustia es realmente
problemático para el niño o niña (más allá del de sus padres) y que consideres que, de alguna manera u
otra, han acudido a consulta porque hay una cierta predisposición al cambio.

Los miembros de una familia se influyen mutuamente y esos vínculos devienen en modificaciones de sus
conductas recíprocas ( o de sus “lugares”), por lo que todo cambio en la posición subjetiva que se
genere en el consultorio (utilizando la técnica que fuera) va a generar cambios en el sistema ampliado
(la familia) y cada uno de sus miembros. Es aquí donde consideramos que las tres perspectivas teóricas
se anudan.
Por otro lado las técnicas de intervención TCC y sistémicas son particularmente útiles para dar respuesta
a los padres que, desde otros abordajes, suelen sentirse excluídos del trabajo de consultorio, siendo
testigos pasivos.

Los instrumentos que les vamos a dar en el curso del tratamiento, les va a permitir posicionarse como
sujetos activos, partícipes de la solución.

Al generar una actitud de participación positiva (un rol de ”co- terapeutas que trabajan entre sesiones
para ayudarnos”) disminuyen su actitud defensiva y van a mostrar mayor receptividad frente a
intervenciones psicodinámicas o sistémicas. Como papás, sentir que HAY UN PLAN oficia de bálsamo
frente a la Ansiedad y la Incertidumbre, acota la Angustia de sentirse malos padres y predispone hacia
la posibilidad de crear soluciones innovadoras y propias.

Tampoco vamos a ocultar las contrariedades… Muchos padres van a mostrarse abrumados si les
asignamos tareas, muchos otros se van a olvidar, para simplemente decir que nada sirve, o no van a
cooperar… (vamos a profundizar sobre algunas actitudes de los padres en el siguiente módulo)…es así.
No vamos a pretender tampoco resolver todos los problemas subjetivos de todos los involucrados
haciendo una intervención sistémica, no vamos a resolver todas las dinámicas disfuncionales analizando
las producciones ICC del niño o niña… las intervenciones en Enuresis y Encopresis pueden integrarse, sí,
en la medida que no se pierda el foco, es decir, que no olvidemos quién es el o la paciente.

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