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ADORACIÓN 1.

Seas por siempre bendito y alabado…


Mi Jesus Sacramentado (3 veces)

Señor hoy iniciamos nuestro quinario a nuestra santa peruana rosa de lima, aquí tus hijos
los hijos de Socorro vienen a adorarte como una sola familia por eso hoy invitamos a
nuestra Madre, la Virgen María. Quien como compañera de camino, en las primeras
comunidades cristianas, animo la fe y seguimiento de los discípulos.
“Madre Orante que permaneces vigilante ante la mirada y voz de Dios. Sostén nuestra
fe débil, que se tambalea ante las contrariedades y exigencias del mundo. Abre nuestros
oídos ensordecidos por tantas preocupaciones, que nos distraen y agotan nuestra
voluntad. Toca y penetra nuestro corazón, para que lata al compás del corazón de Jesús.
Amen”
Aquí frente a nosotros, tenemos la Presencia Real de Jesús, Pan Vivo que se nos dona
como alimento espiritual. Junto a Él, esta nuestra Madre, la discípula fiel y atenta al
querer de Dios. Renovamos nuestra respuesta de seguimiento, como Familia
Consolación, agradeciendo y pidiendo con insistencia sus dones para responder en
fidelidad al llamado de Dios.

A cada alabanza decimos:

Te bendecimos Señor, eres nuestro Consuelo.

. Gracias Dios de la Vida, por tu Presencia en la creación y en el corazón de la


humanidad.
. Gracias Señor de la Historia, por llamar a María, mujer sencilla y abierta a tu Voz y
Voluntad.
. Gracias Dios de Amor, por hacerte uno de nosotros, pequeño, pobre y necesitado y
Por confiar cada día en nosotros.
. Te alabamos Señor, por tu Presencia Viva en la Eucaristía y en tu Palabra, llénanos
siempre de Ti.
. Te alabamos Señor, porque nos has llamado a tu servicio, fiándote de nosotros con
infinita misericordia.
. Te alabamos Señor, por Tu Madre, la Virgen María, quien es para nosotros maestra,
madre y guía.
. Bendito seas Señor, por el Consuelo que cada día recibimos de Ti, ayúdanos a ser
Consolación para los demás.
. Bendito seas Señor, por tu Iglesia, a través de ella recibimos tus sacramentos y misión.

Seas por siempre bendito y alabado…


Mi Jesus Sacramentado (3 veces)
Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.

ADORACIÓN 3.

Seas por siempre bendito y alabado…


Mi Jesus Sacramentado (3 veces)

Eterno Padre, yo te agradezco porque Tu infinito Amor me ha salvado, aún contra mi


propia voluntad. Gracias, Padre mío, por Tu inmensa paciencia que me ha esperado.
Gracias, Dios mío, por Tu inconmensurable compasión que tuvo piedad de mí. La única
recompensa que puedo darte en retribución de todo lo que me has dado es mi debilidad,
mi dolor y mi miseria.

Estoy delante Tuyo, Espíritu de Amor, que eres fuego inextinguible y quiero permanecer
en tu adorable presencia, quiero reparar mis culpas, renovarme en el fervor de mi
consagración y entregarte mi homenaje de alabanza y adoración.

Jesús bendito, estoy frente a Ti y quiero arrancar a Tu Divino Corazón innumerables


gracias para mí y para todas las almas, para la Santa Iglesia, tus sacerdotes y religiosos.
Permite, oh Jesús, que estas horas sean verdaderamente horas de intimidad, horas de
amor en las cuales me sea dado recibir todas las gracias que Tu Corazón divino me tiene
reservadas.
Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, me uno a Ti y te suplico me hagas partícipe
de los sentimientos de Tu Corazón Inmaculado.

¡Dios mío! Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no te aman.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco
el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente
en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de todos los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su
Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los
pobres pecadores.

Seas por siempre bendito y alabado…


Mi Jesus Sacramentado (3 veces)

Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.


ADORACIÓN 4.

Seas por siempre bendito y alabado…


Mi Jesus Sacramentado (3 veces)

Señor, yo te presento en el altar de tu misericordia todos mis pecados y delitos, cuantos


he cometido en tu presencia y de tus santos ángeles desde el día en que comencé a pecar
hasta hoy, para que Tú los abraces todos juntos y los quemes en el fuego de tu caridad,
quites todas las manchas de ellos, limpies mi consciencia de todo delito y me vuelvas a
tu gracia que perdí por el pecado, perdónamelos todos eternamente en el ósculo de tu
paz y amistad. ¿Qué puedo yo hacer por mis pecados sino confesarlos humildemente,
llorando e implorando tu misericordia sin cesar? Yo la imploro, pues, en tu divino
acatamiento, óyeme propicio, Dios mío. Aborrezco mucho todos mis pecados y no
quiero cometerlos ya más; antes, arrepentido y pesaroso de ellos mientras viviere, estoy
dispuesto a hacer penitencia y satisfacer según mis fuerzas. Perdona ¡oh Dios! Perdona
mis pecados por tu santo Nombre. Salva mi alma que redimiste con tu preciosa sangre.
Veme aquí que me encomiendo a tu misericordia, me entrego en tus manos. Haz
conmigo según tu bondad y no según mi malicia e iniquidad.

(Piensa ahora en las faltas que más te afligen, en la pasión que más te domina, y con las
palabras que te dicte tu propia necesidad pide a Jesucristo la gracia y el remedio, y forma
al mismo tiempo el propósito de seguir trabajando para vencerte, de prevenir o de huir
las ocasiones aunque te sean muy queridas y de no desmayar en el trabajo de la vida
espiritual. Invoca a la Santísima Virgen y a los santos patronos en este momento, que es
uno de los más importantes de la adoración.)

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Padre, Creador y Redentor mío, por ser
Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido, y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las
malas ocasione, confesarme, y cumplir la penitencia que se me fuere impuesta. Os
ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y confío
en vuestra bondad, y misericordia infinita me los perdonaréis, y me daréis gracia para
enmendarme, y para perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.

Seas por siempre bendito y alabado…


Mi Jesus Sacramentado (3 veces)
Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
ADORACIÓN 5.
Seas por siempre bendito y alabado…
Mi Jesus Sacramentado (3 veces)
Oh, Dios mío, que posees en una abundancia incomprensible todo cuanto puede haber de
perfecto y digno de amor, extingue en mí todo amor culpable, sensual y desordenado hacia las
criaturas, y enciende en mi corazón el fuego purísimo de Tu amor, a fin de que ame sólo a Ti,
por Ti, hasta el punto que, consumido en Tu santísimo amor, pueda yo ir a amarte eternamente
en el Cielo, con los elegidos. Amén.
Señor, ahora quiero hacer ante Ti reparación. Oh, Jesús, Víctima divina de nuestros altares,
grande y único Reparador, yo también me uno a Ti para cumplir, contigo y por medio Tuyo,
el oficio de pequeña alma reparadora.
Y me dirijo también a ti, oh Madre mía, para que así como en el Calvario ofreciste al Padre a
Tu Jesús, que se inmolaba por su gloria y por la salvación de las almas, así renueves en este
momento el místico ofrecimiento en mi lugar.
En el cáliz de Tu Corazón Inmaculado ofrece, oh Virgen dulce, los dolores de Jesús junto a
los Tuyos, para invocar la Divina Misericordia sobre mí y sobre el mundo entero. Después de
haberte dado gracias por Tus dones sin fin, ¿cómo puedo no confundirme a la vista de mis
culpas y de mis infidelidades? ¡Con cuánta ingratitud y frialdad he respondido a tus beneficios!
Postrado ante Ti, que tanto me has amado, lleno de confusión y de arrepentimiento, invoco Tu
perdón y Tu Misericordia.
Por el mal uso que hice de los dones naturales recibidos: mi vida, mis energías, mi tiempo, mis
sentidos, mi inteligencia, mi lengua,

R/: Oh, Jesús, ¡ten piedad de mí!


Por las desobediencias, pequeñas y grandes a Tu ley, R/.
Por los deberes descuidados o mal cumplidos, R/.
Por el bien que pude hacer y no hice, R/.
Porque dejé triunfar muchas veces en mí las malas inclinaciones del orgullo, de la vanidad y
del egoísmo, R/.
Porque no practiqué el mandamiento de caridad, como Tú lo ordenaste, R/.
Porque dejé estériles en mí tantas gracias, R/.
Por la tibieza con que practiqué mi vida de piedad, R/.
Por la indiferencia y frialdad con que respondí a los dones de Tu amor, R/.
Por haber preferido muchas veces a las criaturas y las satisfacciones humanas, en lugar de Ti
y de tus consolaciones, R/.
Por la poca fidelidad y generosidad con que he vivido mi consagración, R/.
Por la falta de fe y abandono en tu amor, R/.
Por la falta de dedicación a las almas y a la Iglesia, R/.
Por mis rebeliones y mi poco amor a Tu Voluntad y a Tu cruz, R/.
Me confundo en Tu presencia, oh mi Dios. Me arrodillo a Tus pies.
Me postro junto a Ti, oh Jesús, Hostia Divina, Redentor y Salvador mío, como un día la
Magdalena. Y si bien es cierto que soy indigno de Tu amor, estoy seguro que tendrás para mí,
la misma ternura misericordiosa.
Seas por siempre bendito y alabado…
Mi Jesus Sacramentado (3 veces)
Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
Seas por siempre bendito y alabado…
Mi Jesus Sacramentado (3 veces)

Oración final

Gracias, Jesús mío, por la bondad con que me habéis recibido


y permitido gozar de vuestra presencia y compañía amorosas.
Me vuelvo a mis ocupaciones. Mi corazón queda contigo.
En mi trabajo y en mis descansos me acordaré de Ti,
y procuraré vivir con la dignidad que merece vuestra amistad divina.
Dadme vuestra bendición y concédeme todas las gracias, que necesito,
para amaros y serviros con la mayor fidelidad.

Bendice, Señor, a nuestro Santísimo Padre el Papa,


vuestro Vicario en la tierra;
ilumínale, santifícale y líbrale de todos sus enemigos.

Bendice a vuestra Iglesia Santa


y haced que su luz brille en todas las naciones;
y que los paganos conozcan y adoren al único verdadero Dios
y a su Hijo Jesucristo.

Bendice a vuestros sacerdotes, santifícalos y multiplícalos.


Bendice y protege a nuestra nación.
Bendice a todos nuestros bienhechores
y concédeles la bienaventuranza eterna.
Bendice a los que nos han ofendido y cólmalos de beneficios.
Bendice a todos nuestros familiares
y haced que vivan todos en vuestra gracia y amistad
y que un día nos reunamos en la Gloria.

Da el descanso eterno a todas las almas de los fieles difuntos que están en el Purgatorio.

Da la salud a los enfermos.


Convierte a todos los pecadores.
Danos a todos vuestro divino amor,
para que la fe que nos impide ahora ver vuestro santísimo rostro
se convierta un día en luz esplendorosa en la Gloria,
donde en unidad con el Padre y el Espíritu Santo
te alabemos y bendigamos
por los siglos de los siglos.
Amén.

Seas por siempre bendito y alabado…


Mi Jesus Sacramentado (3 veces)

Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.

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