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Las historias de éxito en el sector de las tecnologías y el entretenimiento son extensas, pero también

hay muchas más que no lograron la gloria y que pueden ser analizadas por escuelas de negocios y
emprendedores; el gran caso de aprendizaje de este 2020 es Quibi.

Mientras que plataformas de videollamadas como Zoom veían crecer su negocio durante la pandemia, y
TikTok se coronaba como la aplicación más descargada del 2020; Quibi se lanzaba al mercado
estadounidense y canadiense como la próxima gran plataforma de contenido para equipos móviles de
manera exclusiva.

La premisa detrás de esta compañía era la de crear contenido de series y películas que tendrían una
duración menor de 10 minutos, y que podía consumirse a pantalla completa, tanto con los dispositivos
de manera vertical como horizontal. La empresa entendía que el ritmo de vida acelerado y de consumo
de contenido rápido y en cualquier lugar es la regla para los millenials y generación z.

Según datos de la empresa, esta logró recaudar más de mil setecientos cincuenta (1,750) millones de
dólares entre diferentes inversionistas que apostaron y vieron interesante la idea de Quibi. Dicha
cantidad económica se destinaría a las producciones exclusivas de la plataforma, la cual había fichado
a grandes figuras del entretenimiento como Steven Spielberg, Guillermo del Toro, Dwyane Johnson,
LeBron James, Liam Hemsworth, entre otros más.

Pero luego de seis meses de haber sido lanzada al mercado, el director ejecutivo y fundador de Quibi,
Jeffrey Katzenberg, quien fue uno de los altos ejecutivos de Disney y cofundador del estudio de
producción DreamWorks, anunció el cierre de la plataforma.

Entonces... ¿cómo una idea innovadora, atractiva y fresca fracasó tan estrepitosamente? La respuesta a
esta pregunta tiene diversas aristas que se deben abordar.

Lo primero es que Quibi se enfrentaba a un mercado con titanes del contenido streaming como Netflix,
Amazon Video, HBO Max, Hulu y los nuevos competidores como Disney+ y Apple TV. Además, estos
cuentan con un presupuesto muy superior; por ejemplo, los 1.7 mil millones de dólares de Quibi se
enfrentaban a los más de 17 mil millones de dólares que planeaba invertir Netflix en el 2020.

El segundo factor que frenó el éxito de la empresa fue el mal momento en el que fue lanzada. La
plataforma fue pensada para ser consumida en el trayecto al trabajo, en los pequeños recesos o
durante el almuerzo; pero con el confinamiento ocasionado por la pandemia este nunca vio su uso
verdadero en funcionamiento.

De hecho, Katzenberg reconoció el duro impacto que ocasionó dicha situación al decir en una carta
abierta: “Quibi no lo logró, probablemente por una de dos razones: porque la idea en sí no era lo
suficientemente fuerte como para justificar un servicio de transmisión independiente o debido a nuestro
tiempo.”

A este problema se le puede agregar que la empresa no supo adaptarse a la situación, pues la
aplicación no permitía a los usuarios, en primera instancia, transmitir el contenido móvil a la pantalla de
su televisor; no fue hasta días antes de anunciar su cierre que la empresa implementó dicho permiso.

Otro elemento fue el tema de los precios, la empresa tenía un plan de cinco dólares al mes con
contenido con anuncios y uno de ocho dólares libre de comerciales. Aunque estos costos puedan
parecer bajos, Quibi se enfrentaba a la plataforma de contenido de corta duración, y gratuito, más
grande del planeta, y que a su vez es el segundo buscador más utilizado en la web, YouTube.

También la incapacidad de compartir o crear contenido a partir de escenas memorables de sus shows,
evitó que se creara la llamada publicidad “de boca en boca” para sus más de 50 producciones.

Quibi era una buena idea que no fue desarrollada completamente y que no se adaptó rápidamente a la
época en que le tocó ser lanzada. Aunque los ejecutivos de la empresa no han mencionado la

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