Está en la página 1de 2

1.

Alba Flores, la actriz que hace de Nairobi en ‘La casa de papel’, tiene de cabecera en su
perfil de Twitter una imagen que dice: ‘Todos los animales son/somos iguales’. ¿Estás de
acuerdo con esta afirmación? ¿En qué sentido se puede decir que somos iguales? Si no
estás de acuerdo, ¿dónde o cómo podemos trazar la línea entre unos animales y otros?
Sea cual sea tu posición, justifica tu respuesta.

La oración ‘Todos los animales son/somos iguales’ siempre ha tenido muchas controversias
a lo largo del tiempo. Personalmente, pienso que esto no es del todo correcto, ya que desde
hace mucho tiempo hemos infravalorado a los animales por el hecho de que no tienen la
misma capacidad de razonamiento que nosotros. Es cierto que todos somos seres vivos y
debemos respetar la vida de los otros, sin embargo, un animal no puede cumplir esto de
manera razonada porque simplemente no tiene la posibilidad de hacerlo. Lo que me lleva a
diferenciar a los humanos de los animales debido a que nunca podremos compartir un
mismo instinto de vivencia. Las personas hemos podido evolucionar y ahora podemos tomar
decisiones sin tener que guiarnos por los instintos animales, aunque no siempre, en cambio
los otros no pueden ignorarlos.

Por otro lado, el hecho de que no todos los animales son iguales es distinto, a unos los
tratamos mejor que a otros dependiendo de lo que sea. Por ejemplo, cuando vemos a un
perro lo solemos tratar mucho mejor que si viéramos a una araña. Es cierto que una araña
no va a tener el mismo afecto hacia los humanos como los perros, ya que con estos
convivimos de manera más cercana; sin embargo, no tenemos por qué menospreciarla ni
intentar matarla cada vez que la veamos. Podríamos decir que nos va a picar o nos puede
causar miedo, aun así, tenemos que tener en mente que no nos va herir porque disfruta
viendo como sufrimos, lo único que hace es seguir sus instintos de supervivencia. Este caso
suele ocurrir más con los insectos, animales callejeros como son las ratas o los gatos en
algunos casos. Otro ejemplo importante son los animales de granja, las vacas, gallinas,
cerdos,... Verdaderamente necesitamos de la crianza de dichas criaturas porque
necesitamos alimentarnos de estos, el problema es que nos excedemos a la hora de
producir y consumir. Con el paso del tiempo cada vez el trato a estos ha ido empeorando y
la gente únicamente se centra en la obtención de alimento, no tienen piedad en el trato a
estos animales y simplemente nacen condenados a sufrir hasta el momento de su muerte.
No exijo que se erradique esta práctica, pero sí que pensemos un poco más en la vida
animal, ya que todos somos seres vivos. Tal vez nos podría haber tocado a nosotros ese
papel de animal de consumo y no hubiéramos querido el trato que están recibiendo ellos
ahora mismo.

2. Elige uno de entre los dos dilemas éticos que encontrarás a continuación (Cotorras en
Madrid y caso Excalibur) y responde a sus preguntas. Usa los enlaces incluidos en los
enunciados y las preguntas para profundizar en el tema.

En una noticia de hace unos meses vi este mismo tema, donde se explicaba la situación
con las cotorras argentinas. Al leerlo me quedé sorprendida, no solo por todos los daños
que están llegando a causar, realmente me decepcionó la manera tan irresponsable por
parte de los ciudadanos que habían liberado a estas aves. Las cotorras son animales
extranjeros, es decir, su hábitat natural no se encuentra aquí en España y el hecho de que
ahora vivan como si fueran parte del ecosistema es un problema que las personas han
causado. Deberían haberse parado a pensar en las consecuencias que podrían contraer el
hecho de tener un animal de compañía procedente de otro país, del que no deben
deshacerse asi por asi.

Por culpa de esto, ahora se tienen que tomar medidas drásticas para solucionar el gran
problema que están causando. Estos animales provocan daños en el arbolado y algunas
construcciones, están exterminando otras especies y transmiten enfermedades. Claramente
no lo hacen porque ese sea su deseo, sino que es su manera de sobrevivir y prosperar, es
decir, están siguiendo sus instintos. Aun así, creo que se debería acabar con el problema de
las cotorras, no específicamente erradicarlas por completo, pero sí reduciendo su número
de individuos. Para ello me voy a apoyar de la teoría ética de Jeremy Bentham, el
utilitarismo. Esta dice que cuanto mayor placer proporcione y menos daños se causen será
buena éticamente la acción realizada. Si pensamos de esta manera y analizamos el
problema podemos deducir que debemos reducir el número de individuos porque es más
útil para la sociedad que hayan menos cotorras. Si hay menos no habrán tantos problemas
causados y seremos más felices, para ello tomamos una decisión de como solucionarlo. No
creo que lo mejor sea disparar a cada cotorra que veamos, tenemos que observar y estudiar
otras maneras menos despiadadas. Un ejemplo, puede ser la esterilización de los huevos,
donde no se mata directamente al ser que ya está viviendo en contacto con el exterior, a lo
mejor así se puede reducir el número poco a poco.

En conclusión, como seres con capacidad de razonar que somos no deberíamos haber
alterado un ecosistema porque simplemente queríamos tener un bonito pájaro en nuestra
casa, debemos reflexionar anteriormente sobre las consecuencias. Aun así, ahora debemos
abordar esta situación de la manera más considerada posible.

También podría gustarte