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Autora:
Patricia Carron
Tutora:
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INDICE
1. INTRODUCCIÓN..............................................................................................................................3
2.1.1. El desarrollo..............................................................................................................................4
5. CONCLUSIONES............................................................................................................................14
6. BIBLIOGRAFÍA...............................................................................................................................16
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1.INTRODUCCIÓN
El presente trabajo pretende analizar, a partir de los elementos teóricos dados en las
diferentes materias del Ciclo así como de la experiencia propia de la autora, cuáles son las
lógicas de la cooperación internacional y sus efectos sobre el desarrollo local. El texto
incluirá como epígrafes: las definiciones del desarrollo local y de la cooperación
internacional, para seguidamente analizar las lógicas de la cooperación internacional y sus
efectos sobre el desarrollo local. Finalmente, se presentan las conclusiones.
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2 DESARROLLO LOCAL Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL
2.1.1 El desarrollo
Cuando las instituciones y los gobiernos donantes se dieron cuenta que esta estrategia no
funcionaba y que los países subdesarrollados no se desarrollaron como estaba previsto,
empezaron a interesarse en las ONGs cómo medio para alcanzar los planes de desarrollo. A
partir de los años 80, los gobiernos empezaron a financiar a las ONGs con una cantidad
importante de dinero.
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El desarrollo local es un concepto muy complejo, que tiene que ver con todos los sectores
de la vida cotidiana: económico, social, político, cultural, etc. La definición encontrada en
el sitio web EcuRed nos parece muy completa e interesante, porque introduce también la
noción de cooperación con agentes externos:
Una red de ONGs francesas, Coordinación Sur, aporta otro elemento a esta definición y
explica que por esencia, las ONGs tienen pues a priori un origen no gubernamental y
reposan en la voluntad de defender una causa o ideas pero esta acepción se encuentra lejos
de ser verificada. Por otra parte se plantea que algunas ONGs tienen su origen
estrechamente vinculado a la voluntad de un poder político (una élite dirigente a menudo no
democrática) de crear una ONG capaz de drenar la ayuda internacional con fines de desvío,
o bien de contrarrestar la acción de las ONG que laboran contra este poder.
Desde finales de los años 90, las ONGs quieren la emanación de una "sociedad civil
internacional", particularmente vía la organización de foros sociales mundiales. Este marco
permite a diferentes tipos de ONGs crear alianzas con otros actores sociales sobre temas
transversales.
Las ONGs tienen a priori un fin no lucrativo pero el desarrollo creciente de ONGs que
apunta a la implantación de actividades comerciales conduce a interrogar este criterio y la
pertenencia de estas últimas a la categoría de las ONGs. Existen también unas ONGs
creadas a través de la iniciativa de proveedores de fondos internacionales (p.ej. Banco
Mundial) o de multinacionales (p.ej. Nestlé) y cuyo fin es la puesta en ejecución de los
proyectos de estos últimos. Lo que caracteriza por otro lado las ONGs, es la extrema
diversidad y la especialización fuerte de las temáticas abordadas, así que su flexibilidad,
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adaptabilidad, conocimiento de los contextos y capacidad de alcanzar a las poblaciones las
más marginalidades.
De forma general, la ayuda internacional funciona de manera simple: los países más ricos y
considerados como desarrollados (22 en total) ayudan a los países pobres y considerados
como subdesarrollados a través de proyectos de desarrollo o de transferencia de fondos. Las
ONGs, que sean internacionales o locales, son una herramienta de la ayuda internacional.
El término de cooperación internacional deja pensar que la relación entre donante y
receptor es igualitaria, de solidarida y de colaboración.
Desde esta época hasta los años noventa, las ONGs eran portadoras de una ideología de
desarrollo alternativo. En los años 90, como constatación de que las teorías oficiales no
podían explicar porque los países en vía de desarrollo no se desarrollaban, los protagonistas
de las teorías clásicas y alternativas hicieron alianzas para alcanzar sus objetivos. Así,
vimos un crecimiento exponencial del dinero que los gobiernos otorgaron a las ONGs.
Evidentemente, no son razones humanitarias o de índole solidaria las que empujan al Banco
Mundial o a otras instituciones multilaterales políticas o financieras, así como a gobiernos
nacionales, a promover y a dotar de recursos a las ONGs, sino más bien la consideración de
que éstas son un instrumento adecuado para desarrollar una labor asistencial que sirva para
amortiguar el malestar social de la población perjudicada por la implantación de aquellas
directrices económicas (Colectivo Etcétera: 1997: 66).
Sin embargo, desde el crecimiento de la financiación de las ONG por parte de las
instituciones oficiales, las ONGs se han profesionalizado, es decir que se abrieron escuelas
y carreras universitarias para la formación de profesionales de la ayuda internacional, que
sea de emergencia o de desarrollo. Los voluntarios son poco a poco reemplazados por
profesionales asalariados y el costo de funcionamiento de las ONGs aumenta. Entre las
ONGs se instala cada vez más una mayor competencia en la captación de recursos
financieros, con el fin de asegurar sus sobrevivencias. Hoy en día, muchas ONGs son
comparables con empresas. Aunque todavía son organizaciones no lucrativas, se nota que
sus dirigentes y responsables reciben salarios muy confortables. Muchos colaboradores de
ONGs importantes que trabajan en el terreno reciben también un salario alto, que les
permite vivir como reyes en el país dónde trabajan. Algunos se benefician de casas y carros,
así como de domésticos, a costa de los gastos de la ONG por la cual trabajan.
En la ciudad de Puerto Príncipe, en Haití, se ha notado una fuerte inflación después del
terremoto, sobre todo en las viviendas, debido a la llegada de innombrables ONGs
internacionales y a las capacidades de sus colaboradores de pagar altos precios. El mismo
fenómeno se observa en Ginebra, Suiza, por la fuerte concentración de organizaciones
internacionales.
Además, tampoco resulta evidente que las ONGs sean más efectivas que el sector público,
ni siquiera en la reducción de costos. Por otra parte, en cualquier caso el Estado es por
principio responsable ante los ciudadanos, mientras que las ONGs sólo están obligadas a
responder ante sus financiadores, que son quienes en última instancia determinan el tipo de
intervención (Etesse, 1988: 15). Acaso la única ventaja clara de las ONGs, en términos
comparativos, sea su mayor capacidad de aproximación a las poblaciones. Pero aquí es
preciso cuestionar cómo es utilizada esta aptitud y en beneficio de quién.
La implantación de programas específicos proyectados a escala local, que atienden más los
aspectos microeconómicos que los estructurales y que se formulan interiorizando valores
exógenos, no sólo han creado dependencias culturales (también técnicas y económicas),
sino que, a su vez, fragmentan el espacio social local, han despedazado las
circunscripciones auténticas de los movimientos populares.
En su estudio, Marta Feliú llega a la misma conclusión que la descrita arriba: “En algunos
casos no parece lícita la crítica al trabajo de las ONGs con respecto a su actividad de ayuda
urgente o de cubrir las necesidades básicas de la población; pero [...] esta labor potenció en
Nicaragua una visión financiera de la cooperación y la desviación de la atención desde el
origen de la situación de empobrecimiento de la población y el estudio de las posibles
soluciones a las injusticias padecidas. Al mismo tiempo, crea competencia entre las
comunidades beneficiadas por los escasos recursos: y este destruyó la solidaridad de clase
que había antes.”
La autora del presente trabajo pudo observar trabajando en Haití después del terremoto, que
muchas organizaciones de base desaparecieron por culpa de la mala gestión de la ayuda
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internacional. Las razones de lo que pasó son múltiples. Primero, las organizaciones
internacionales organizaron la ayuda entre ellas misma, sin consultar, o poco, las
organizaciones de base. También lo hicieron en inglés, idioma que pocos de los haitianos
dominan. Los haitianos de las organizaciones locales relataron que se sintieron excluidos de
las discusiones, porque no se hicieron en francés o criollo haitiano y entonces no
participaron más.
Este ejemplo nos permite tener una vista sobre lo que pasa realmente en el terreno a la hora
de intervención de las ONGs y cual impacto tiene a largo plazo. Nos enseña cuanto es
importante la participación de las comunidades y que las organizaciones internacionales no
pueden sustituirse a las organizaciones locales o al Estado, pero deben trabajar juntos a
ellos, cooperando. También nos enseña la importancia de contestar a las necesidades reales
de las comunidades y que el dinero mal administrado puede ser una fuente de problemas,
hasta destruir en poco tiempo organizaciones locales que funcionan desde años.
Son entonces expertos que diseñan los proyectos de desarrollo locales, que responden a las
consideraciones del órgano para el cual trabajan y que conocen mal el ámbito de la
comunidad para la cual el proyecto es previsto. Además, observamos que a menudo, los
recursos utilizados en este tipo de proyecto no son endógenos y provocan nuevas
necesidades y dependencias. Podemos dar como ejemplo proyectos de construcciones de
viviendas en Haití, para los cuales se importa materiales de otros países y se contrata a
expertos extranjeros, junto a la construcción de habitaciones tradicionales con recursos
locales y de formar personas en las comunidades en las técnicas de construcción. La
población se encuentra entonces con habitaciones que no corresponden a sus criterios
culturales.
Durante su experiencia profesional, la autora pudo darse cuenta que la utilización de las
herramientas de la gestión de proyecto tenían también sus limitaciones. En efecto, la
gestión de proyecto responde a las preocupaciones de financiadores y está hecha por parte
de los que van a ayudar, llevando sus creencias, sus maneras de ver el desarrollo, su manera
de hablar, etc. Para la autora, utilizar la gestión de proyectos en países dónde la cultura es
diametralmente opuesto a la suya es muy difícil y da una impresión de seguir una lógica de
post-colonización por el hecho que las informaciones necesarias a la gestión de proyecto
siguen un modelo occidental. En su tesis, el antropólogo Stefano Portelli habla de esta
problemática “La misma metodología del cuestionario, de hecho, es un producto cultural,
y exportador de un mensaje; aunque estos formularios fueron redactados por un operador
local de la ONG, su formación y práctica se llevó a cabo dentro de una institución europea;
su forma de trabajar por lo tanto es fruto del sistema expatriado, aunque reinterpretada a
partir de su cultura nacional.” Además, hablando de la gestión de proyecto global, añade:
“Los puntos centrales del proyecto, las palabras clave, los problemas individuados y
las estrategias de soluciones propuestas, se basan sobre un lenguaje y teorías que no
pertenecen a los beneficiados. Pertenecen a los donantes, a los responsables del ONG, y los
beneficiados como máximo pueden integrarlas y reinterpretarlas; pero no es de una
comunicación, de un intercambio, de un encuentro entre culturas, que surgió el proyecto”.
Todo proyecto de desarrollo local debería partir de una propuesta de la comunidad que
debería manejar las diferentes etapas del proyecto y gestionar los recursos endógenos
necesarios, con una visión de autosostenibilidad. Con respecto a la participación, debe ser
verdadera, es decir que se debe respetar la opinión de todos los miembros de la comunidad.
Se conoce muchos casos en los cuales se hicieron diagnósticos con metodologías
participativas y finalmente, el proyecto desarrollado para la comunidad no contenía los
elementos llevados por esta misma, porque el financiamiento estaba condicionado (dirigido
a otras temáticas). Cuando los miembros de una comunidad experimentan este tipo de
experiencias, pierden después la confianza en los líderes así como las motivaciones para
futuros proyectos. Stefano Portelli también hizo esta constatación: “El problema
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fundamental es precisamente éste: que se redactó el proyecto antes de conocer la realidad
específica en que se iba a trabajar, antes de tomar contacto con ella. La programación se
llevó a cabo teniendo en cuenta las exigencias de la ONG, no de la comunidad. Los
donantes imponen sus condiciones, y estas condiciones a menudo son muy lejanas de las
realidades en que se realizan luego los proyectos. Los donantes están influenciados por el
mercado, por los intereses económicos, por las modas y sus opciones tienen más que ver
con la situación de los países del Norte que los del Sur.”
A través de su trabajo, la autora conoce bien esta posición de estar entre los donantes, que
condicionan el financiamiento y que esperan resultados con informes muy precisos y la
realidad del trabajo en las comunidades. El problema intercultural, según ella, es el desafío
más importante. Por ejemplo, cómo conciliar el tiempo “Suizo” con el tiempo “Haitiano”?
En las ONGs, los proyectos deben desarrollarse muy rápidamente y a los donantes no les
gustan mucho que un proyecto no se termine a tiempo o que las actividades previstas no se
han hecho. Por otro lado, el tiempo en las comunidades haitianas no es el mismo, la gente
tiene otras prioridades y los contratiempos son múltiples. Por esta razón también, la
participación de las comunidades en el diagnóstico y el proyecto muchas veces no es
respetada, por falta de tiempo. La autora piensa que para lograr un proyecto que tenga
sentido en una comunidad, hay que tomar el tiempo de conocerla, ganar su confianza y
diseñar el proyecto con ella, los principios mismos de la educación popular y de la
participación. Puede ser que sin la participación de la comunidad, un proyecto puede ser
útil, cómo llevar agua en la comunidad, pero entonces ¿que pretende hacer la ONG además
de sustituir al Estado, proveyendo servicios públicos a la población?
A pesar de todo, parece que en algunos países, la cooperación funciona mejor. En el caso de
Cuba, cómo en el caso de Ruanda, se nota una satisfacción de la población, de los actores
sociales y del Estado con la cooperación internacional. Hablo aquí de cooperación y no de
ayuda, porque en estos dos casos, observamos que el Estado tiene una posición fuerte y que
la soberanía no está atacada. La queja principal de la cooperación extranjera, así como de
los actores sociales locales, es que la carga administrativa y el control del Estado sobre los
proyectos es muy fuerte y entonces se demoran en empezar. Pero pensamos que el hecho de
tener un Estado fuerte, responsable, con una capacidad de decisión y de control sobre lo
que ocurre en su país, asegura que los proyectos locales estén en armonía con el proyecto
nacional y canaliza la ayuda en lo necesario. Además, pone en una posición igualitaria a los
actores y entonces podemos hablar de cooperación. Una constatación interesante: en ambos
países se nota poca presencia de ONGs extranjeras y la cooperación trabaja directamente
con las organizaciones de base.
5.CONCLUSIONES
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Al inicio de los movimientos de cooperación internacional, las ONGs tenían cómo meta la
lucha contra las injusticias, contra los sistemas represivos o creadores de pobreza y
quisieron proponer un desarrollo alternativo, lejos del modelo propuesto por las
instituciones financieras y los Estados ricos. Pero poco a poco, los dos modelos hicieron
compromisos y se unieron. Las instituciones y Estados con el fin de lograr sus objetivos de
imposición del modelo capitalista y para una globalización “ideal” y las ONGs atraídas por
el financiamiento importante que podrían percibir por su colaboración con los primeros.
La autora piensa que la mayoría, sino todas las personas que trabajan en la cooperación los
hacen con buenas intenciones, las de aliviar a las personas en las necesidades y luchar
contra las injusticias, llevándoles ayuda y consideraciones humanas. Pero cómo dice un
adagio en francés: “El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones.” 2 Eso
significa que a pesar de todas las buenas intenciones, uno puede hacer daño sin querer. Es
lo que pasa con la ayuda internacional, que se ha transformado, sin querer en una
herramienta del capitalismo y de la globalización. Hay colaboradores de ONGs que se dan
cuenta de este hecho, pero siguen haciendo su trabajo sin cuestionarlo mucho, porque
encuentran otras satisfacciones, en su estilo de vida, su salario, el prestigio y la admiración
de los cuales gozan y hay otros que siguen estando ciegos y no se dan cuenta de lo que
ocurre, poniendo la culpa del fracaso de los proyectos sobre las comunidades, el Estado, o
en cualquier otra persona que no sean ellos.
Pero en los lugares dónde el Estado o los actores sociales logran decidir sobre los proyectos
que no les parecen buenos o útiles y que toman una posición activa, vemos que la
cooperación puede ser verdadera y llevar a la satisfacción general, a pesar de los obstáculos
que se encuentran.
Esta tesina permitió a la autora confrontar su opinión y poner palabras sobre lo que
experimentó en su trabajo. Será muy útil en su futuro, porque no solamente habrá que
continuar apoyando a las comunidades locales, pero habrá también que luchar para que la
ayuda se transforme en cooperación verdadera, que la voz de los beneficiarios sea
escuchada y que los colaboradores de las ONGs no sigan trabajando sin cuestionarse.
–Bell Lara, José. Introducción a las teorías y los problemas del desarrollo. FLACSO.
Universidad de la Habana. Cuba. 2009.
–EcuRed. www.EcuRed.cu.
–Feliu Marta, Reflexions sobre el moviment social i la seua tasca a Nicaragua. Ontinyent,
Valencia 1999.
–Flores-Crespo P., Análisisde la relación entre cooperativas, cultura y desarrollo local: los
casos de España, India y Bengladesh, Revista Contaduría y Administración, N°199,
Octubre-diciembre 2000.
–Larrea, A.M. 2010. La disputa de sentidos por el buen vivir como proceso
contrahegemónico, pp 15-27, En: “Los nuevos retos de América Latina. Socialismo y
sumak kawsay”. SENPLADES, Quito.
–Madrigal Tellini C., Una crítica al desarrollo local, Revista OIDLES, Vol 1, Junio 2007.
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