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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Tesina de diplomado Ciclo III

Cooperación internacional, ONGs y desarrollo local

Autora:

Patricia Carron

Tutora:

Dra. C. Marta Rosa Muñoz Campos

La Habana, noviembre 2015

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INDICE

1. INTRODUCCIÓN..............................................................................................................................3

2. DESARROLLO LOCAL Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL.................................................................4

2.1. DEFINICIÓN DEL DESARROLLO Y DESARROLLO LOCAL............................................................4

2.1.1. El desarrollo..............................................................................................................................4

2.1.2. El desarrollo local.....................................................................................................................5

2.2. DEFINICIÓN DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL..............................................................5

3. LOGICAS DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL............................................................................7

4. LOS EFECTOS DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL SOBRE EL DESARROLLO LOCAL..................10

5. CONCLUSIONES............................................................................................................................14

6. BIBLIOGRAFÍA...............................................................................................................................16

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1.INTRODUCCIÓN

Trabajando durante ocho años en ONGs suizas y desarrollando proyectos internacionales,


la autora se enfrentó al mundo de la cooperación al desarrollo. Al inicio de su carrera, tenía
una impresión muy positiva de los proyectos desarrollados por las ONGs, cuyos objetivos
era ayudar a las personas en situación de pobreza, para que tengan una vida mejor. Siempre
tuvo mucho entusiasmo con la idea de trabajar para una ONG, aunque no conocía bien
cómo funcionaba. Desde que tuvo la oportunidad de trabajar en una ONG, la autora empezó
rapidamente a cuestionarse sobre la manera de manejar los proyectos, el asistencialismo, la
actitud paternalista y colonizadora de algunas ONGs así como de sus trabajadores.

Tuvo la oportunidad de hacer una maestría en Ayuda Humanitaria y Desarrollo en la


Universidad de Ginebra, en una clase dónde la mayoría de los estudiantes pertenecían a
países receptores de la ayuda internacional, tales como Colombia, Haití, Chad, Congo,
Costa de Marfil, Birmania, etc. Eso le permitió confrontar su punto de vista sobre la
cooperación internacional y el desarrollo con profesionales de otras culturas. Esta
experiencia fue muy valiosa y se reprodujo durante los diplomados de desarrollo social
cursados en FLACSO- Cuba.

En el diplomado perteneciente al Ciclo III de la Maestría en Desarrollo Social, hemos visto


una serie de temáticas vinculadas a la cooperación internacional y el desarrollo local como
la concepción teórica y metodológica de la Educación Popular; el diseño y evaluación de
proyectos de desarrollo así como el desarrollo local y comunitario. La autora pudo
reflexionar y compartir sus opiniones con los otros estudiantes así como con los profesores
y enriquecer sus conocimientos con la bibliografía consultada. Eso le ayudó a encontrar
elementos teóricos sobre problemáticas que veía en su trabajo cotidiano y a entender mejor
el malestar que sentía a veces en su rol de representante de una ONG internacional. Por esta
razón, la autora eligió desarrollar la temática de la cooperación internacional en el ámbito
del desarrollo local.

El presente trabajo pretende analizar, a partir de los elementos teóricos dados en las
diferentes materias del Ciclo así como de la experiencia propia de la autora, cuáles son las
lógicas de la cooperación internacional y sus efectos sobre el desarrollo local. El texto
incluirá como epígrafes: las definiciones del desarrollo local y de la cooperación
internacional, para seguidamente analizar las lógicas de la cooperación internacional y sus
efectos sobre el desarrollo local. Finalmente, se presentan las conclusiones.

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2 DESARROLLO LOCAL Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL

2.1. DEFINICIÓN DEL DESARROLLO Y DESARROLLO LOCAL

2.1.1 El desarrollo

El paradigma clásico capitalista del desarrollo es el de la Modernización que, cómo explica


el Profesor José Bell es: “el proceso mediante el cual las formaciones sociales
subdesarrolladas transitarían hacia una sociedad caracterizada por determinado nivel de
industrialización, generalización de las relaciones mercantiles y estructuras sociales y
políticas semejantes a los de los países dominantes del sistema capitalista”.

Con el discurso de Truman del 20 de enero de 1949, el desarrollo capitalista clásico se


impuso como “único camino” para toda la humanidad hacia el futuro. Paralelamente,
surgieron teorías alternativas que proponen una visión más compleja del desarrollo, tales
como la teoría de la CEPAL, la teoría de la dependencia y la teoría del Sistema-Mundo.

La mejor representación de la Modernización en términos de ayuda internacional es la del


Plan Marshall: una inversión masiva y directa de capital extranjero en el país
subdesarrollado, que estimule la creación de infraestructuras y la industrialización. Gracias
al Plan Marshall, Europa pudo restablecerse y hasta mejorar su economía después de la
segunda guerra mundial. Pero no se debe olvidar que el Plan Marshall funcionó porque fue
destinado a países ya dotados de infraestructuras modernas, con una población formada y
con legislaciones adecuadas y respetadas (p.ej. el derecho comercial). Estos son
ingredientes que no se encuentran en muchos países dónde llega la ayuda al desarrollo.

Con la descolonización y el crecimiento global de la pobreza, se hicieron planes parecidos


en prácticamente todo el Tercer Mundo. El Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional empezaron a ofrecer préstamos millonarios a los países pobres, a cambio de
planes de ajustes estructurales que desarrollaran sus economías. La “ofensiva neoliberal” de
los años 80 y 90 fue, entre otras cosas, un crecimiento enorme de estos préstamos, que al
final generaron más pobreza y mayor endeudamiento de los países del Tercer Mundo. Estos
planes favorecían las empresas y las multinacionales que venían de los países ricos y no a
las poblaciones o las iniciativas locales.

Cuando las instituciones y los gobiernos donantes se dieron cuenta que esta estrategia no
funcionaba y que los países subdesarrollados no se desarrollaron como estaba previsto,
empezaron a interesarse en las ONGs cómo medio para alcanzar los planes de desarrollo. A
partir de los años 80, los gobiernos empezaron a financiar a las ONGs con una cantidad
importante de dinero.

2.1.2 El desarrollo local

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El desarrollo local es un concepto muy complejo, que tiene que ver con todos los sectores
de la vida cotidiana: económico, social, político, cultural, etc. La definición encontrada en
el sitio web EcuRed nos parece muy completa e interesante, porque introduce también la
noción de cooperación con agentes externos:

“Se puede definir el desarrollo económico local como el proceso de transformación de la


economía y de la sociedad local, orientado a superar las dificultades y retos existentes, que
busca mejorar las condiciones de vida de su población mediante una acción decidida y
concertada entre los diferentes agentes socioeconómicos locales, públicos y privados, para
el aprovechamiento más eficiente y sustentable de los recursos endógenos existentes,
mediante el fomento de las capacidades de emprendimiento empresarial local y la creación
de un entorno innovador en el territorio. En este enfoque también se considera la
importancia del capital social y los enlaces de cooperación con agentes externos para
capturar recursos humanos, técnicos y monetarios, entre otros, que contribuyan a la
estrategia local de desarrollo.”

El desarrollo local surge fundamentalmente en Europa, como respuesta a las crisis


macroeconómicas. Es la expresión de una lógica de regulación horizontal. Emerge de la
dialéctica global-local propia de la globalización.

En el año 1975 el Banco mundial expone una definición de desarrollo en el que el


desarrollo local es entendido como: "una estrategia diseñada para mejorar el nivel de vida,
económico y social de grupos específicos de población".

2.2. DEFINICIÓN DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL

La ayuda internacional tiene como objetivo explícito favorecer el desarrollo de países


considerados subdesarrollados y atender y prestar apoyo a la población menos favorecida
de éstos, a través de la implantación de políticas, programas de cooperación u otras
actuaciones específicas. Las ONGs internacionales son parte del grupo de actores que
componen la ayuda internacional. Entre otros actores, podemos nombrar a las Naciones
Unidas (ONU), la Cruza Roja Internacional, el Banco Mundial, los Estados (a través de
programas de ayuda al desarrollo y cooperación), las empresas privadas y transnacionales
(a través de programas de desarrollo).

Habría también que diferenciar ayuda y cooperación. En la bibliografía encontrada, se


habla de ayuda y de cooperación y más o menos tienen igual significado y no se encontró
un texto que presente las diferencias entre estos dos términos. Para la autora, el término
“ayuda” tiene una connotación negativa y asistencialista, mientras que el término de
“cooperación” hace pensar que todos los actores son iguales y trabajan juntos por un
objetivo común, al menos en teoría.

El término “Organización no gubernamental”, lejos de tener la aprobación de todos,


apareció en las Naciones Unidas en 1945 y es resultado del artículo 71 de la Carta de las
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Naciones Unidas para designar organizaciones independientes de los Estados, y precisa que
el Consejo Económico y Social (ECOSOC) "puede tomar todas disposición útiles para
consultar las organizaciones no gubernamentales que se ocupan de cuestiones que
dependen de su competencia". Hoy, recubre un campo muy ancho de organizaciones, por lo
que no existe una definición única, ni cuantificación exacta. Para Marie-Claude Smouts,
investigadora al Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), las ONGs
son unas "organizaciones compuestas de individuos que voluntariamente se reagrupan en
asociaciones para perseguir objetivos comunes". Ellas son también sin ánimo de lucro y su
actividad a menudo tiene un objetivo de utilidad social, y se sitúan así en el campo de la
economía social.

Una red de ONGs francesas, Coordinación Sur, aporta otro elemento a esta definición y
explica que por esencia, las ONGs tienen pues a priori un origen no gubernamental y
reposan en la voluntad de defender una causa o ideas pero esta acepción se encuentra lejos
de ser verificada. Por otra parte se plantea que algunas ONGs tienen su origen
estrechamente vinculado a la voluntad de un poder político (una élite dirigente a menudo no
democrática) de crear una ONG capaz de drenar la ayuda internacional con fines de desvío,
o bien de contrarrestar la acción de las ONG que laboran contra este poder.

En la Europa francófona, las ONGs tienen un estatuto de asociación, y el término es


utilizado de hecho para designar asociaciones que tienen una actividad de carácter
internacional, mientras que en el mundo anglosajón se utiliza para designar asociaciones
comunitarias investidas en el desarrollo local (Community Based Organizations) tanto en el
Norte como en el Sur.

Las ONGs se implican en tres sectores principales: desarrollo y humanitario, derechos


humanos y medio ambiente. Paralelamente a las misiones de terreno, las numerosas ONGs
llevan campañas con el fin de influir sobre decisiones políticas, por ejemplo para la
anulación de la deuda de los países pobres o contra las bombas a submuniciones. De nuevos
campos son también investidas, como el desarrollo sostenible o la lucha contra la
corrupción.

Desde finales de los años 90, las ONGs quieren la emanación de una "sociedad civil
internacional", particularmente vía la organización de foros sociales mundiales. Este marco
permite a diferentes tipos de ONGs crear alianzas con otros actores sociales sobre temas
transversales.

Las ONGs tienen a priori un fin no lucrativo pero el desarrollo creciente de ONGs que
apunta a la implantación de actividades comerciales conduce a interrogar este criterio y la
pertenencia de estas últimas a la categoría de las ONGs. Existen también unas ONGs
creadas a través de la iniciativa de proveedores de fondos internacionales (p.ej. Banco
Mundial) o de multinacionales (p.ej. Nestlé) y cuyo fin es la puesta en ejecución de los
proyectos de estos últimos. Lo que caracteriza por otro lado las ONGs, es la extrema
diversidad y la especialización fuerte de las temáticas abordadas, así que su flexibilidad,

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adaptabilidad, conocimiento de los contextos y capacidad de alcanzar a las poblaciones las
más marginalidades.

3.LOGICAS DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL

De forma general, la ayuda internacional funciona de manera simple: los países más ricos y
considerados como desarrollados (22 en total) ayudan a los países pobres y considerados
como subdesarrollados a través de proyectos de desarrollo o de transferencia de fondos. Las
ONGs, que sean internacionales o locales, son una herramienta de la ayuda internacional.
El término de cooperación internacional deja pensar que la relación entre donante y
receptor es igualitaria, de solidarida y de colaboración.

Hoy en día, existe una multitud de ONGs internacionales y locales y no se sabe


exactamente su nombre. Un factor que puede explicar la explosión de ONGs
internacionales se encuentra en los años 60, período durante el cual hubo muchos
movimientos de paz en Europa y E.E.U.U. así como revoluciones sociales importantes
(p.ej. mai 68). Estos movimientos llevaron a muchas personas a integrar organizaciones de
solidaridad y de lucha contra el capitalismo en su propio país o en el extranjero. Muchas
ONGs se crearon en este momento, como por ejemplo la organización para la cual trabaja
la autora del presente trabajo, Eirene Suiza, organización que se creó en 1964, cuyo
objetivo es el envío de profesionales suizos calificados para apoyar y capacitar a ONGs
locales.

Desde esta época hasta los años noventa, las ONGs eran portadoras de una ideología de
desarrollo alternativo. En los años 90, como constatación de que las teorías oficiales no
podían explicar porque los países en vía de desarrollo no se desarrollaban, los protagonistas
de las teorías clásicas y alternativas hicieron alianzas para alcanzar sus objetivos. Así,
vimos un crecimiento exponencial del dinero que los gobiernos otorgaron a las ONGs.

De hecho, no puede olvidarse que las ONGs empezaron a tener el protagonismo


internacional con que cuentan hoy en día en el momento en que el Banco Mundial decidió
convocarlas, en 1982, para estudiar el papel que deberían desempeñar en el contexto de la
política neoliberal que se iba a aplicar, a escala global, en los años siguientes y que
afectaría a la mayor parte de los países.

Evidentemente, no son razones humanitarias o de índole solidaria las que empujan al Banco
Mundial o a otras instituciones multilaterales políticas o financieras, así como a gobiernos
nacionales, a promover y a dotar de recursos a las ONGs, sino más bien la consideración de
que éstas son un instrumento adecuado para desarrollar una labor asistencial que sirva para
amortiguar el malestar social de la población perjudicada por la implantación de aquellas
directrices económicas (Colectivo Etcétera: 1997: 66).

La eficacia supuestamente contrastada de estas organizaciones en movilizar recursos con


rapidez y llegar a sectores de población inaccesibles para el Estado, el alto índice de
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motivación del personal que trabaja en ellas, unido al coste reducido de sus actividades y el
elevado grado de integración en las comunidades en que desarrollan su labor, reafirmarían
la impresión de que son particularmente aptas para estos menesteres y, especialmente, para
canalizar la ayuda de emergencia.

Sin embargo, desde el crecimiento de la financiación de las ONG por parte de las
instituciones oficiales, las ONGs se han profesionalizado, es decir que se abrieron escuelas
y carreras universitarias para la formación de profesionales de la ayuda internacional, que
sea de emergencia o de desarrollo. Los voluntarios son poco a poco reemplazados por
profesionales asalariados y el costo de funcionamiento de las ONGs aumenta. Entre las
ONGs se instala cada vez más una mayor competencia en la captación de recursos
financieros, con el fin de asegurar sus sobrevivencias. Hoy en día, muchas ONGs son
comparables con empresas. Aunque todavía son organizaciones no lucrativas, se nota que
sus dirigentes y responsables reciben salarios muy confortables. Muchos colaboradores de
ONGs importantes que trabajan en el terreno reciben también un salario alto, que les
permite vivir como reyes en el país dónde trabajan. Algunos se benefician de casas y carros,
así como de domésticos, a costa de los gastos de la ONG por la cual trabajan.

En la ciudad de Puerto Príncipe, en Haití, se ha notado una fuerte inflación después del
terremoto, sobre todo en las viviendas, debido a la llegada de innombrables ONGs
internacionales y a las capacidades de sus colaboradores de pagar altos precios. El mismo
fenómeno se observa en Ginebra, Suiza, por la fuerte concentración de organizaciones
internacionales.

La postmodernidad apuesta por la necesidad de reducir el Estado y promueve traspasar


responsabilidades a la sociedad civil. El ‘boom’ de las ONGs forma parte de este envite y
sólo es comprensible bajo los parámetros de esta retórica antiestatatista. El entusiasmo por
las ONGs es compartido tanto por sectores neoliberales como desde la izquierda, que ve en
ellas una nueva forma de modelar sus proyectos sociales transformadores en un momento
en que se carece de modelos políticos revolucionarios. Sin embargo, la inclinación a
mostrar a las ONGs como paradigma de un desarrollo alternativo es exagerada.

Además, tampoco resulta evidente que las ONGs sean más efectivas que el sector público,
ni siquiera en la reducción de costos. Por otra parte, en cualquier caso el Estado es por
principio responsable ante los ciudadanos, mientras que las ONGs sólo están obligadas a
responder ante sus financiadores, que son quienes en última instancia determinan el tipo de
intervención (Etesse, 1988: 15). Acaso la única ventaja clara de las ONGs, en términos
comparativos, sea su mayor capacidad de aproximación a las poblaciones. Pero aquí es
preciso cuestionar cómo es utilizada esta aptitud y en beneficio de quién.

Aquí si observa, a escala global, un fenómeno que calificaríamos de esquizofrénico: según


A.J. Kozlowski, director ejecutivo del International Council of Voluntary Agencies de
Ginebra, en 1982, casi todos los gobiernos del DAC 1 elaboraron un esquema de
1 Development Assistance Committee, comisión de asistencia al desarrollo del OSCE, también conocida
como DAC-OECD.
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financiación según el cual el 50% (a veces hasta el 80-90%) de un proyecto tiene
financiamiento gubernamental. Esta situación nos hace pensar que, cómo se ha descrito
arriba, los gobiernos disminuyen sus presupuestos dedicados al servicio público, pero por
otro lado financian a ONGs para que se encarguen de proveer los servicios que hacen falta.
Como entendemos, los hacen para aliviarse de sus responsabilidades frente al pueblo.

4.LOS EFECTOS DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL SOBRE EL


DESARROLLO LOCAL

Petras y Vieux (1995: 65-73) argumentan la funcionalidad de las ONGs y de la cooperación


internacional en general en la reproducción del orden capitalista, dejando el discurso de la
solidaridad y las contradicciones de la labor asistencial que llevan a cabo, con claras
repercusiones políticas por lo que supone de renuncia al conflicto social. Interpretan el
apoyo que los gobiernos del Primer Mundo y los organismos internacionales prestan a las
ONGs como un intento de contener el desarrollo de actitudes que desafíen a las políticas
neoliberales: suministrando a una parte de la población que recibe las consecuencias
negativas del ajuste una porción de los recursos sustraídos (las ONGs no aportan nuevos
servicios, sino que en el mejor de los casos los reponen), se amortiguan eventuales
convulsiones sociales y disminuye el potencial de movimientos anti sistema.

En concreto, aducen que la actuación de las ONGs ha tenido un impacto negativo en el


desarrollo de movimientos sociales autónomos, desmovilizando a grupos y a asociaciones y
reemplazando a sus líderes naturales por otros. La “ideología de la autoayuda” ha permitido
desviar la atención de las causas profundas de la pobreza y despolitizar los problemas así
como las soluciones.

La implantación de programas específicos proyectados a escala local, que atienden más los
aspectos microeconómicos que los estructurales y que se formulan interiorizando valores
exógenos, no sólo han creado dependencias culturales (también técnicas y económicas),
sino que, a su vez, fragmentan el espacio social local, han despedazado las
circunscripciones auténticas de los movimientos populares.

En su estudio, Marta Feliú llega a la misma conclusión que la descrita arriba: “En algunos
casos no parece lícita la crítica al trabajo de las ONGs con respecto a su actividad de ayuda
urgente o de cubrir las necesidades básicas de la población; pero [...] esta labor potenció en
Nicaragua una visión financiera de la cooperación y la desviación de la atención desde el
origen de la situación de empobrecimiento de la población y el estudio de las posibles
soluciones a las injusticias padecidas. Al mismo tiempo, crea competencia entre las
comunidades beneficiadas por los escasos recursos: y este destruyó la solidaridad de clase
que había antes.”

La autora del presente trabajo pudo observar trabajando en Haití después del terremoto, que
muchas organizaciones de base desaparecieron por culpa de la mala gestión de la ayuda

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internacional. Las razones de lo que pasó son múltiples. Primero, las organizaciones
internacionales organizaron la ayuda entre ellas misma, sin consultar, o poco, las
organizaciones de base. También lo hicieron en inglés, idioma que pocos de los haitianos
dominan. Los haitianos de las organizaciones locales relataron que se sintieron excluidos de
las discusiones, porque no se hicieron en francés o criollo haitiano y entonces no
participaron más.

Después, muchas organizaciones internacionales empezaron a realizar proyectos ellas


mismas, sin pasar por las organizaciones locales, reemplazando de esta manera el papel de
las organizaciones locales. Muchas organizaciones locales perdieron entonces los
presupuestos que tenían antes, a favor de las organizaciones internacionales. Luego, las
organizaciones locales que tuvieron “la suerte” de seguir con los financiamientos
internacionales vieron sus presupuestos explotar. Una organización de base con la cual
trabajó la autora vio su presupuesto anual aumentar de 1'000 USD a más de 100'000 USD
en el espacio de unos meses. Qué pasó con este cambio: la organización empezó a
desarrollar proyectos costosos que no sabían manejar. Aumentó los salarios, contrató a
nuevos colaboradores, se compró un carro, se alquiló una oficina. Creó muchas
expectativas en las comunidades con las cuales trabajaba. Pero este presupuesto de 100'000
USD era parte de un proyecto de dos años financiado por organizaciones internacionales.
Cuando se acabó el proyecto, la organización de base no pudo sobrevivir porque se había
creado una maquinaria que necesitaba mucho dinero para funcionar. Además, las
comunidades no entendieron que la organización no podía cumplir con sus expectativas y
perdieron la confianza en sus miembros. Eso pasó con muchas organizaciones locales en
Haití y muchas de ellas cambiaron sus objetivos iniciales para cumplir con los requisitos de
financiamiento extranjeros que les permiten funcionar con los programas creados después
del terremoto, en la emergencia, y que muchas veces, no coinciden con las necesidades
reales ni con la cultura haitiana. Además, eso lleva a una participación artificial de los
beneficiarios y los proyectos son desarrollados de arriba hacia abajo con el objetivo de
cumplir con las condiciones impuestas por los donantes.

Este ejemplo nos permite tener una vista sobre lo que pasa realmente en el terreno a la hora
de intervención de las ONGs y cual impacto tiene a largo plazo. Nos enseña cuanto es
importante la participación de las comunidades y que las organizaciones internacionales no
pueden sustituirse a las organizaciones locales o al Estado, pero deben trabajar juntos a
ellos, cooperando. También nos enseña la importancia de contestar a las necesidades reales
de las comunidades y que el dinero mal administrado puede ser una fuente de problemas,
hasta destruir en poco tiempo organizaciones locales que funcionan desde años.

Para alcanzar un desarrollo local, el proceso debe desarrollarse de abajo-arriba, es decir


partir de la participación y propuesta de la comunidad, con recursos endógenos. Lo que
podemos observar, como lo describe P. Flores-Crespo, es que muchas veces, “los planes y
programas de desarrollo locales para pequeñas localidades, pobres en su mayoría, se
diseñan “desde arriba”, es decir desde las esferas de influencia de las autoridades federales
y estatales, quienes determinan las necesidades básicas de los individuos y cómo
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satisfacerlas.” Además, muchos proyectos de desarrollo locales son diseñados por parte de
organizaciones internacionales trabajando en este sector, por especialistas extranjeros qué
no saben de la cultura ni siquiera de la realidad de las comunidades.

Son entonces expertos que diseñan los proyectos de desarrollo locales, que responden a las
consideraciones del órgano para el cual trabajan y que conocen mal el ámbito de la
comunidad para la cual el proyecto es previsto. Además, observamos que a menudo, los
recursos utilizados en este tipo de proyecto no son endógenos y provocan nuevas
necesidades y dependencias. Podemos dar como ejemplo proyectos de construcciones de
viviendas en Haití, para los cuales se importa materiales de otros países y se contrata a
expertos extranjeros, junto a la construcción de habitaciones tradicionales con recursos
locales y de formar personas en las comunidades en las técnicas de construcción. La
población se encuentra entonces con habitaciones que no corresponden a sus criterios
culturales.

Durante su experiencia profesional, la autora pudo darse cuenta que la utilización de las
herramientas de la gestión de proyecto tenían también sus limitaciones. En efecto, la
gestión de proyecto responde a las preocupaciones de financiadores y está hecha por parte
de los que van a ayudar, llevando sus creencias, sus maneras de ver el desarrollo, su manera
de hablar, etc. Para la autora, utilizar la gestión de proyectos en países dónde la cultura es
diametralmente opuesto a la suya es muy difícil y da una impresión de seguir una lógica de
post-colonización por el hecho que las informaciones necesarias a la gestión de proyecto
siguen un modelo occidental. En su tesis, el antropólogo Stefano Portelli habla de esta
problemática “La misma metodología del cuestionario, de hecho, es un producto cultural,
y exportador de un mensaje; aunque estos formularios fueron redactados por un operador
local de la ONG, su formación y práctica se llevó a cabo dentro de una institución europea;
su forma de trabajar por lo tanto es fruto del sistema expatriado, aunque reinterpretada a
partir de su cultura nacional.” Además, hablando de la gestión de proyecto global, añade:
“Los puntos centrales del proyecto, las palabras clave, los problemas individuados y
las estrategias de soluciones propuestas, se basan sobre un lenguaje y teorías que no
pertenecen a los beneficiados. Pertenecen a los donantes, a los responsables del ONG, y los
beneficiados como máximo pueden integrarlas y reinterpretarlas; pero no es de una
comunicación, de un intercambio, de un encuentro entre culturas, que surgió el proyecto”.

Todo proyecto de desarrollo local debería partir de una propuesta de la comunidad que
debería manejar las diferentes etapas del proyecto y gestionar los recursos endógenos
necesarios, con una visión de autosostenibilidad. Con respecto a la participación, debe ser
verdadera, es decir que se debe respetar la opinión de todos los miembros de la comunidad.
Se conoce muchos casos en los cuales se hicieron diagnósticos con metodologías
participativas y finalmente, el proyecto desarrollado para la comunidad no contenía los
elementos llevados por esta misma, porque el financiamiento estaba condicionado (dirigido
a otras temáticas). Cuando los miembros de una comunidad experimentan este tipo de
experiencias, pierden después la confianza en los líderes así como las motivaciones para
futuros proyectos. Stefano Portelli también hizo esta constatación: “El problema
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fundamental es precisamente éste: que se redactó el proyecto antes de conocer la realidad
específica en que se iba a trabajar, antes de tomar contacto con ella. La programación se
llevó a cabo teniendo en cuenta las exigencias de la ONG, no de la comunidad. Los
donantes imponen sus condiciones, y estas condiciones a menudo son muy lejanas de las
realidades en que se realizan luego los proyectos. Los donantes están influenciados por el
mercado, por los intereses económicos, por las modas y sus opciones tienen más que ver
con la situación de los países del Norte que los del Sur.”

A través de su trabajo, la autora conoce bien esta posición de estar entre los donantes, que
condicionan el financiamiento y que esperan resultados con informes muy precisos y la
realidad del trabajo en las comunidades. El problema intercultural, según ella, es el desafío
más importante. Por ejemplo, cómo conciliar el tiempo “Suizo” con el tiempo “Haitiano”?
En las ONGs, los proyectos deben desarrollarse muy rápidamente y a los donantes no les
gustan mucho que un proyecto no se termine a tiempo o que las actividades previstas no se
han hecho. Por otro lado, el tiempo en las comunidades haitianas no es el mismo, la gente
tiene otras prioridades y los contratiempos son múltiples. Por esta razón también, la
participación de las comunidades en el diagnóstico y el proyecto muchas veces no es
respetada, por falta de tiempo. La autora piensa que para lograr un proyecto que tenga
sentido en una comunidad, hay que tomar el tiempo de conocerla, ganar su confianza y
diseñar el proyecto con ella, los principios mismos de la educación popular y de la
participación. Puede ser que sin la participación de la comunidad, un proyecto puede ser
útil, cómo llevar agua en la comunidad, pero entonces ¿que pretende hacer la ONG además
de sustituir al Estado, proveyendo servicios públicos a la población?

A pesar de todo, parece que en algunos países, la cooperación funciona mejor. En el caso de
Cuba, cómo en el caso de Ruanda, se nota una satisfacción de la población, de los actores
sociales y del Estado con la cooperación internacional. Hablo aquí de cooperación y no de
ayuda, porque en estos dos casos, observamos que el Estado tiene una posición fuerte y que
la soberanía no está atacada. La queja principal de la cooperación extranjera, así como de
los actores sociales locales, es que la carga administrativa y el control del Estado sobre los
proyectos es muy fuerte y entonces se demoran en empezar. Pero pensamos que el hecho de
tener un Estado fuerte, responsable, con una capacidad de decisión y de control sobre lo
que ocurre en su país, asegura que los proyectos locales estén en armonía con el proyecto
nacional y canaliza la ayuda en lo necesario. Además, pone en una posición igualitaria a los
actores y entonces podemos hablar de cooperación. Una constatación interesante: en ambos
países se nota poca presencia de ONGs extranjeras y la cooperación trabaja directamente
con las organizaciones de base.

5.CONCLUSIONES

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Al inicio de los movimientos de cooperación internacional, las ONGs tenían cómo meta la
lucha contra las injusticias, contra los sistemas represivos o creadores de pobreza y
quisieron proponer un desarrollo alternativo, lejos del modelo propuesto por las
instituciones financieras y los Estados ricos. Pero poco a poco, los dos modelos hicieron
compromisos y se unieron. Las instituciones y Estados con el fin de lograr sus objetivos de
imposición del modelo capitalista y para una globalización “ideal” y las ONGs atraídas por
el financiamiento importante que podrían percibir por su colaboración con los primeros.

La autora piensa que la mayoría, sino todas las personas que trabajan en la cooperación los
hacen con buenas intenciones, las de aliviar a las personas en las necesidades y luchar
contra las injusticias, llevándoles ayuda y consideraciones humanas. Pero cómo dice un
adagio en francés: “El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones.” 2 Eso
significa que a pesar de todas las buenas intenciones, uno puede hacer daño sin querer. Es
lo que pasa con la ayuda internacional, que se ha transformado, sin querer en una
herramienta del capitalismo y de la globalización. Hay colaboradores de ONGs que se dan
cuenta de este hecho, pero siguen haciendo su trabajo sin cuestionarlo mucho, porque
encuentran otras satisfacciones, en su estilo de vida, su salario, el prestigio y la admiración
de los cuales gozan y hay otros que siguen estando ciegos y no se dan cuenta de lo que
ocurre, poniendo la culpa del fracaso de los proyectos sobre las comunidades, el Estado, o
en cualquier otra persona que no sean ellos.

A pesar de todos los discursos, las comunidades locales no participan verdaderamente en su


desarrollo, muchas veces por falta de tiempo y porque los donantes condicionan el
financiamiento en temáticas que no confluyen con las necesidades reales de los
beneficiarios. También hemos visto que a la vez de favorecer las luchas de clase, la ayuda
internacional mata a las iniciativas y dejan los beneficiarios en una postura de asistido y de
pasividad.

Pero en los lugares dónde el Estado o los actores sociales logran decidir sobre los proyectos
que no les parecen buenos o útiles y que toman una posición activa, vemos que la
cooperación puede ser verdadera y llevar a la satisfacción general, a pesar de los obstáculos
que se encuentran.

Esta tesina permitió a la autora confrontar su opinión y poner palabras sobre lo que
experimentó en su trabajo. Será muy útil en su futuro, porque no solamente habrá que
continuar apoyando a las comunidades locales, pero habrá también que luchar para que la
ayuda se transforme en cooperación verdadera, que la voz de los beneficiarios sea
escuchada y que los colaboradores de las ONGs no sigan trabajando sin cuestionarse.

2 “L'enfer est pavé de bonnes intentions.”


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6.BIBLIOGRAFÍA

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