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Relaciones al Código Civil y Comercial:


Artículo 573 - NACI - Cód. Civil y Comercial (P.L.N.) / Ley 26.994 (P.L.N.) - 9999-12-31 Artículo 573 -
NACI - Cód. Civil y Comercial (P.L.N.) / Ley 26.994 (P.L.N.) - 9999-12-31 CCC Reconocimiento de hijo.
Voces:
ACCION DE IMPUGNACION DE LA PATERNIDAD ~ CODIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACION
~ DERECHO DE FAMILIA ~ ERROR ~ FILIACION ~ IMPUGNACION DE LA FILIACION ~
RECONOCIMIENTO DE HIJO ~ VICIO DE LA VOLUNTAD
Tribunal: Juzgado de Familia de 2a Nominación de Córdoba(JFamiliaCordoba)(2aNom)
Fecha: 16/07/2020
Partes: C., B. c. C., A. K. y otro s/ nulidad de reconocimiento
Publicado en: RDF 2021-III , 147, Con nota de Adriana N. Krasnow;
Cita: TR LALEY AR/JUR/81642/2020

Sumarios:
1 . El actor no aportó prueba alguna en relación con sus manifestaciones relativas al error en el que incurrió al
efectuar el reconocimiento del hijo, siendo él quien debía probar este extremo. La existencia del error debe ser
demostrada por quien invoca ese extremo, teniendo en consideración que los actos jurídicos que se celebran
están destinados a ser eficaces, no siendo viable la simple alegación de haber incurrido en el error, si aportar
prueba que lo avale. Máxime si se encuentra comprometido el Estado de Familia de una persona, con las
consiguientes consecuencias que ello genera.
2 . Como principio general, el reconocimiento es irrevocable, de acuerdo con lo que dispone el art. 573 del
Código Civil y Comercial de la Nación. Sin embargo, quien lo haya realizado puede atacar la validez sustancial
del acto jurídico realizado por vicios que atañen a su eficacia constitutiva como tal —dolo, error o violencia—.
3 . De no dar lugar a la impugnación de la paternidad de oficio, se obligaría al propio hijo a iniciar una nueva
acción a los fines de lograr el desplazamiento de una filiación que ya no quiere, ni reconoce y cuyo extremo de
procedencia se encuentra además probado en la causa.
Texto Completo:
Expte. N° 872.0385
1ª Instancia.- Córdoba, julio 16 de 2020.
Resulta:
1) A fs. 10/12 comparece B. C., con el patrocinio de la Asesoría de Familia del Quinto Turno e interpone
demanda de nulidad del reconocimiento de paternidad en contra de G. E. C. y de la progenitora de éste A. K. C.
Dice que conoció a C. a fines del año 2000 iniciando una relación amorosa informal, que sólo se mantuvo por
un par de meses. Añade que se reencontraron en el año 2003 y que aquella le confiesa que tenía un hijo y que
pese a que al principio fue ambivalente, luego le confesó que ese hijo era fruto de su relación. Cuenta que a raíz
de ello retomaron el vínculo y contrajeron matrimonio el 15 de abril de 2004, formando junto al niño una
familia. Dice que en el año 2009 efectuó el reconocimiento del niño en el Registro del Estado Civil y Capacidad
de las personas, destacando que lo concretó en la convicción que era su hijo. Refiere que ese año comenzaron
con problemas de pareja y deciden separarse en el mes de agosto. Asevera que cada vez que se producía una
discusión, C. expresaba que G. no era su hijo, pero que nunca tomó esos dichos de manera literal, sino como
una forma de agresión por parte de aquella, pero que luego y ante el comentario de otras personas comenzó a
poner en dudas su paternidad. Ante ello, en el mes de agosto de 2018 acordaron con C. realizar un estudio de
ADN a los fines de despejar dudas. Afirma que el 17 de mayo de 2019 obtuvieron el resultado en el que se
confirma que no es el progenitor de G. Adita que por diferentes situaciones y en especial las dudas relativas a su
paternidad, fue perdiendo el vínculo con el hijo y desde el año 2011 no mantiene trato alguno con aquel. Señala
que el reconocimiento efectuado en su oportunidad fue inducido por un error ya que creyó fehacientemente que
era su hijo. Dice que el reconocimiento es ineficaz y debe ser declarado nulo. Ofrece prueba pericial,
documental y confesional.
2) Mediante proveído de fs. 13 a la demanda de nulidad de reconocimiento se le imprime trámite previsto en
los arts. 75 y ss. de la ley 10.305, y se corre traslado a la contraria. Asimismo, se ordena dar intervención al
Ministerio Público Fiscal y a la representante complementaria del adolescente.
3) A fs. 15 toma intervención la Asesora de Familia del Segundo Turno en su carácter de representante
complementaria y a fs. 17 y 21 hacen lo propio la Fiscal de Familia, y la Asesora de Familia de Cuarto Turno,
como “tutora ad litem” respectivamente.
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4) A fs. 25 comparece A. K. C., con el patrocinio de G. G. C. y tanto por derecho propio, como en
representación de su hijo menor de edad, G. E. C., se allana de manera real, incondicionada, total y efectiva a la
pretensión del actor. Sin embargo niega los hechos relatados por C. en relación a que se conocieran en el año
2000 e iniciaran una relación amorosa informal; que se reencontraran en el año 2003 y haberle confesado que el
niño era su hijo. Añade que la realidad de los hechos es que recién conoce al actor en el año 2003, cuando su
hijo ya contaba con un año de edad, por lo que es absolutamente imposible que el actor pueda creer que el niño
era su hijo, ya que al tiempo de la concepción no se conocían. Afirma que comenzaron en ese tiempo una
relación amorosa y que a los pocos meses C. se mudó a su domicilio, en donde dormía en una habitación
separada a la suya y a la de sus hijos. Dice que en el 2004 contrajeron matrimonio y allí se produjo un cambio
absoluto en el actor, ya que se volvió una persona autoritaria y violenta. Señala que en el año 2009 el acto
realiza en forma espontánea el reconocimiento de su hijo en el registro civil “aun sabiendo que el no era su
progenitor, sin informarme que iba a realizar dicho reconocimiento y como una forma de tratar de someterme a
su persona, según me confesara tiempo después” (sic). Dice que su hijo nunca llegó a formar vínculo con C. y
que en todos sus vínculos sociales siempre usa el apellido materno.
5) A fs. 26 se fija audiencia del art. 81 de la ley 10,305, la que es receptada con fecha 23 de diciembre de
2019. La misma se lleva a cabo en presencia del actor y la parte demandada, y al ser ratificada la demanda se
provee la prueba informativa.
a) A fs. 38/39 comparece B. C. y lo evacua. Luego de reseñar los pasos procesales desarrollado valora la
prueba de ADN incorporada en autos que excluye su paternidad en relación a G. E. C., sumado al allanamiento
de la contraria, lo que indica importa un reconocimiento liso y llano de lo alegado.
b) A fs. 41/42 formula su alegato la Sra. A. K. C. y también luego de reseñar las constancias de las
actuaciones realiza una valoración de la prueba incorporada en autos. En este sentido por una parte refiere que
no existe vínculo biológico entre G.. y el actor, de acuerdo a lo que arroja el análisis de ADN incorporada a la
causa. Sin embargo, por otra parte, señala que no existió vicio en la voluntad del actor al realizar el
reconocimiento, ya que actuó a sabiendas que G. no era su hijo. Finalmente solicita que se desplace la
paternidad de su hijo en relación al progenitor y que se ordene su inscripción con el apellido materno.
c) Por proveído de 43 y al haberse corroborado que G. E. C. adquirió la mayoría de edad se ordenó el cese
de la intervención de la representante complementaria. En consecuencia, se le corrió traslado para el mérito de
la prueba. De esa manera comparece ahora adulto G. E. C. a fs. 44/45 con el mismo patrocinio que su
progenitora, A. C. y contesta el traslado que se le corriera. Realiza el mismo análisis que su progenitora
(presenta prácticamente el mismo escrito, sólo modificando la persona que comparece), solicitando ser
desplazado del vínculo filial que mantiene con el actor, refiriendo que no existió vicio de la voluntad y solicita
además se inscripto con el apellido materno.
d) Corrido traslado final a la Fiscal de Familia, comparece a fs. 47/48 y lo contesta. En primer lugar analiza
la legitimación activa y pasiva entendiendo que la Litis se encuentra debidamente integrada. Luego analiza que
“si bien el actor alega error en el acto de reconocimiento, en la contestación de la demanda, los demandados
enfatizaron que el Sr. C. siempre supo que no era el progenitor de G. y que lo hizo en el marco de una relación
conflictiva con la Sra. C. No obstante, se allanan a la demanda”. Añade que “con abstracción del allanamiento,
la alegación de los demandados, que el Sr. C. conocía que el joven no era su hijo y efectuó un reconocimiento
insincero, no tiene respaldo probatorio alguno, siendo un hecho que le correspondía acreditar a aquéllos”. Por
eso entiende que “debido a la ausencia de medios convictivos los dichos del actor, sobre la errónea creencia de
revestir la calidad de progenitor de G. (arts. 265 y ss. del Cód. Civ. y Comercial), adquieren valor y tornan
verosímil la nulidad impetrada”. Valora también “la prueba biológica realizada en la persona del actor y del
joven demandado, excluye la paternidad, (estudio de ADN, fs. 6/9), y por ende la ausencia de vínculo biológico
entre el actor Sr. B. C. y el joven G. E. C.”. Por eso estima que “cabe valorar el allanamiento incondicional de
los demandados, que en el contexto del escrito presentado, se merita en cuanto reconocen que el actor no reviste
la calidad de progenitor de G. (quien asimismo, y debido a su mayoría de edad, se manifestó autónomamente al
respecto)”. Finalmente en relación al apellido del demandado dice que “en atención a la voluntad del joven G.
E. corresponde suprimir el apellido C. y mantener su inscripción con el apellido materno, C., y por tanto su
nombre queda conformado como G. E. C.”.
7) A fs. 49 se dicta el proveído de autos, el que ya quedo firme, por lo que la causa en estado de ser resuelta.
Considerando: I. Competencia: que mi competencia para la resolución de la presente causa deviene por lo
dispuesto por los arts. 16 inc. 5° y 21 inc. 1° de la Ley 10.305.
II. La traba de la litis: Que B. C., promueve demanda de nulidad del reconocimiento de la paternidad
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extramatrimonial en contra de G.. E. C. y de su progenitora de éste A. K. C. Alega haber incurrido en error al


realizar el acto del reconocimiento y que existe falta de vínculo genético entre él y G. E. Al contestar la
demanda por derecho propio y en representación de su hijo —por entonces menor de edad— A. K. C. se allana
“de manera real, incondicionada, total y efectiva”, pero al mismo tiempo refiere que el actor conocía que no
existía vínculo biológico con su hijo, ya que al tiempo de la concepción aún no se conocían, por lo que dice que
el reconocimiento efectuado resultó insincero. Por su parte, el propio hijo al adquirir la mayoría de edad,
coincidente con el momento de formular alegatos, refiere que pretende se haga lugar a la demanda, pero que el
actor conocía que no era su progenitor al formular el reconocimiento. Finalmente todos coinciden en que debe
modificarse el apellido y ordenarse la inscripción con el apellido materno.
III. La acción de nulidad del reconocimiento: Ingresando al examen de la cuestión, cabe señalar que en la
especie se impugna el reconocimiento del hijo a través de la acción de nulidad. Desde la doctrina se señala que
“la acción de nulidad, ataca la validez y persigue dejar sin efecto el acto jurídico del reconocimiento ante la
presencia de un vicio al momento de su celebración. No es una acción propia del derecho de familia. Tiende a
atacar el acto jurídico familiar que importa el reconocimiento y se rige por las normas que regulan la nulidad de
los actos jurídicos en general (arts. 386 y ss., Cód. Civ. y Comercial)” (Cfr.: Besostri, Sabrina: “La cuestión de
la legitimación del reconociente para impugnar la filiación. Una discusión que sigue vigente”, RDF: 2018-III,
90). Cabe destacar que como principio general, el reconocimiento es irrevocable, de acuerdo a lo que dispone el
art. 573 del Cód. Civ. y Com. de la Nación. Sin embargo quien lo haya realizado puede atacar la validez
sustancial del acto jurídico realizado (reconocimiento) por vicios que atañen a su eficacia constitutiva como tal
(dolo, error o violencia). Por tal motivo, el reconociente se encuentra legitimado activamente para el ejercicio de
la acción, desde que el cuestionamiento se fundamenta en la existencia de un vicio —en este caso, el error de
hecho— del que dice fue sujeto al momento de formalizar el reconocimiento y que justifica la ineficacia de
dicho acto jurídico, aun cuando también se cuestione, en definitiva, el vínculo biológico. Al respecto se ha dicho
que “por principio, la voluntad del reconociente no puede modificarse ni retractarse. Ello responde al principio
de seguridad jurídica que rige en el campo de la filiación que, sin embargo, no impide la posibilidad de que sea
impugnado a través de la correspondiente acción judicial por aplicación del principio de igualdad de las
filiaciones, pues si el marido puede impugnar su paternidad, no debería negarse el mismo derecho al padre
extramatrimonial si tomó conocimiento de que no es padre del nacido” (Herrera, Marisa; comentario al art. 573
en Herrera, Marisa; Caramelo, Gustavo; Picasso, Sebastián; “Código Civil y Comercial Comentado”, T. II; Ed.
Infojus; p. 313). En este marco conceptual, se deriva que B. C. se encuentra legitimado activamente para el
ejercicio de la presente acción y no se encuentra limitado por lo dispuesto en el art. 573 del Cód. Civ. y
Comercial, que prevé la irrevocabilidad del reconocimiento. A su vez, la demanda se dirige en contra del hijo y
la progenitora como codemandada, quienes conforman un litis consorcio pasivo necesario. De ello se colige que
la litis está correctamente integrada.
IV. Análisis de los hechos alegados:
a) Efectuada la calificación jurídica de la acción intentada, cabe entonces determinar si en el sub caso existió
un vicio en la voluntad del sujeto al reconoció al niño como hijo como propio.
b) En este sentido debo resaltar que el error consiste en creer que se conoce algo, siendo que en realidad se
toma por cierto un conocimiento falso (conf.: Rivera, Julio César y Crovi, Luis, Daniel “Derecho Civil - Parte
General”, Lexis Nexis, Bs. As. 2017, p. 828). Es decir que se toma por cierto algo que no se corresponde con la
realidad. Además para que resulte procedente la anulación del acto jurídico, es necesario que sea un error
“esencial”, es decir, que sea causa determinante del acto, lo que implica que, de no haber incurrido en ese error
el sujeto no habría otorgado el acto. También se requiere que ese error sea “reconocible”, ya que se siempre se
parte de la “validez de lo manifestado, habilitándose la nulidad en favor del emisor, sólo en los casos en el que
el yerro tendría que haber sido conocido por el receptor de haber actuado con diligencia” (Chiapero, Silvana
María y Palmero, Juan Carlos: “Manual de Derecho Privado - Parte General”), Advocatus, Córdoba, 2017, p.
299). Es decir que la persona no pudo evitar el error en el que dice ha incurrido si actuó con prudencia y
cuidado.
c) Entrando a analizar en el caso concreto si existió el error y más allá del allanamiento que realizara la parte
demandada, no puedo dejar de considerar que C. rechaza los hechos alegados por la parte actora en relación a
los presupuestos que viabilizan la acción de nulidad del reconocimiento. Expresamente la parte demandada
niega con énfasis que el actor haya desconocido que no era el progenitor de su hijo, es más asevera que conoció
a C. cuando su hijo ya había nacido. Ello adquiere relevancia, y resulta una verdadera incongruencia en su
posición procesal en relación al allanamiento formulado, ya que justamente como referí anteriormente es el
error de hecho invocado lo que da base y sustento a la acción entablada.

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Dicho ello, el actor no aportó prueba alguna en relación a sus manifestaciones relativas al error en el que
incurrió, siendo él quien debía probar este extremo. En este aspecto no resulta atendible el alegato de la Fiscal
en tanto afirma que el rechazo de los dichos del actor debía ser probado por la parte demandada. Es que la
existencia del error debe ser demostrada por quien invoca ese extremo, teniendo en consideración que los actos
jurídicos que se celebran están destinados a ser eficaces, no siendo viable la simple alegación de haber incurrido
en el error, si aportar prueba que lo avale. Asimismo siendo la nulidad por vicios de error una cuestión
excepcional, no puede exigirse que la demostración de lo contrario sea aportada por la parte demandada.
Finalmente debe señalarse que esa probanza resulta de significación central en una acción de desplazamiento
filial, en donde se encuentra comprometido el Estado de Familia de una persona, con las consiguientes
consecuencias que ello genera.
d) En base a lo analizado y al no haberse probado el vicio de la voluntad en la dice el actor que incurrió,
estimo que debe rechazarse la acción de nulidad del reconocimiento incoada.
V. Impugnación de la paternidad de oficio:
Sin perjuicio de lo referido y teniendo en consideración otros aspectos incorporados a la causa que no puedo
dejar de ponderar y de los especiales intereses en juego, debo meritar si corresponde adentrarme de oficio a
resolver una cuestión que hace al Estado de Familia de una persona y en la que se encuentra comprometido de
manera central su derecho a la identidad.
En este sentido considero la posibilidad de enhebrar de oficio la acción de impugnación del reconocimiento
prevista en el art. 593 del Cód. Civ. y Com. de la Nación. Tal como se refiere desde la doctrina esa acción
“persigue un desplazamiento de estado ante la falta de concordancia entre vinculo jurídico derivado del acto de
reconocimiento y el vínculo biológico entre reconociente y reconocido. De esa forma, si la acción prospera se
alcanza el desplazamiento del vínculo filial por no coincidir con la realidad biológica, conforme con los
términos fijados en el art. 593 del Cod. Civ. y Com.” (Kranow, A.: “Acciones de impugnación de la filiación
matrimonial y extramatrimonial”, en Krasnow, A.: “Tratado de Derecho de Familia”, T. III, LA LEY, Buenos
Aires, 2015, p. 262).
Soy consciente que la misma sólo puede ser incoada por quién tiene legitimación activa para hacerlo de
acuerdo al artículo referido (“los propios hijos o por los terceros que invoquen un interés legítimo”), no estando
los jueces, en principio llamados a declararla de oficio. Sin embargo en el presente caso se presentan una serie
de presupuestos que me habilitan a establecerla de esa manera, en base a lo que disponen los artículos 1 a 3 del
Cód. Civ. y Comercial.
Doy razones:
a) El propio G. E., principal legitimado activo y protagonista central de esta acción, ha expresado en sus
alegatos querer ser desplazado del estado de hijo de B. C. Dar una solución a su reclamo en esta instancia y en
esta causa hace al principio de tutela judicial efectiva que debe ser atendida y que cobra especial relevancia en
los procesos de familia, tal como lo disponen los artículos 706 del Cód. Civ. y Com. de la Nación y 15 inc. 1 de
la ley de procedimiento de familia de Córdoba (10.305).
Esa posición del hijo reconocido, quien al cumplir la mayoría de edad se constituyó en el proceso al
momento de formular los alegatos, tiene a mí entender una trascendencia central. Allí expresamente manifestó
que pretende ser desplazado del vínculo filial que tiene en relación a su reconociente. De sus dichos, reitero,
surge claramente que desconoce la filiación paterna que ostenta según su partida de nacimiento y con la que
además no se siente identificado ni personal, ni socialmente.
b) De no proceder de esta manera, se obligaría al propio hijo a iniciar una nueva acción a los fines de lograr
el desplazamiento de una filiación que ya no quiere, ni reconoce y cuyo extremo de procedencia se encuentra
además probado en la presente causa. Por tal motivo resolverla en esta instancia importa hacer viables los
principios de oficiosidad y celebridad/economía procesal, incluidos en los art. 706 del Cód. Civ. y Com. de la
Nación y 15 inc. 3 y 5 de la ley 10.305 y que marcan una pauta al juez que no se encuentra reñida con el
principio de congruencia. De manera contraria se ponderaría un rigorismo procesal que en esta especial
circunstancia no debe ser atendido, teniendo además en consideración que ambas partes (reconociente e hijo)
pretenden desplazar ese vínculo que no los representa y que no se condice con la realidad.
c) Además, como anticipé, esto se condice con la realidad biológica, ya que de la prueba de ADN
incorporada a fs. 6/12, surge que se excluye que B. C. sea el padre biológico de E. G. C. La certeza de ese tipo
de pruebas me lleva a entender que no existe vínculo por naturaleza entre ambos.

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d) Todo ello más allá que la limitada defensa técnica del hijo —y de su progenitora— haya errado el camino
procesal a seguir. Digo esto ya que si bien se allanó incondicionalmente a la demanda, a la vez negó los hechos
que dan fundamento al derecho invocado —concretamente el vicio del consentimiento—, sin reconvenir —o en
su caso iniciar— una acción de impugnación del reconocimiento.
e) Por ello, interpretando las expresas manifestaciones de G. E., y siendo él un legitimado activo para iniciar
la acción de impugnación del reconocimiento, es que entiendo debo resolver la cuestión tal como lo he
propuesto.
f) Ante ello, y fundamentado en el derecho a la identidad del hijo que en nuestro sistema tiene resguardo
legal y constitucional y que debe ser entendido como un derecho subjetivo y personalísimo, estimo que de oficio
y en base el principio “iura novit curia” (el juez conoce el derecho), debe reencausarse la acción y ordenar la
impugnación del reconocimiento efectuado en los términos del art. 593 del Cód. Civ. y Com. de la Nación.
VI. Modificación del apellido: Dicho ello y como consecuencia de lo que se resuelve, entiendo que debe
suprimirse el apellido paterno con el que se encuentra inscripto G.. E. y ser modificado por el apellido materno
C., tal como el propio interesado se siente identificado y reconocido socialmente. Solo de esa manera se
completará su efectivo derecho a la identidad.
VII. Remisión de antecedentes a la justicia penal: Teniendo en cuenta que se presume que existió un
reconocimiento complaciente, es decir en el que se concretó el mismo sabiendo que no era su progenitor y que
la progenitora nada hizo al respecto, debe remitirse los antecedentes al Fiscal de Instrucción de Turno a los
efectos de la investigación del delito de supresión del Estado Civil (art. 138 del CP).
VIII. Costas: Las costas se imponen por el orden causado, teniendo en cuenta lo resuelto, los fundamentos
esgrimidos y la actitud procesal de las partes.
IX. Regulación de honorarios: a) A los fines de la regulación de honorarios del Asesor de Familia de Quinto
Turno (art. 24 de la ley 9459), es de aplicación el art. 74 de la referida ley arancelaria, y en consecuencia deben
regularse entre ... y ... jus, estimando adecuado de acuerdo a las actuaciones realizadas y la complejidad de las
tareas desarrolladas, regular la suma de ... jus, que según su valor al día de la fecha arroja la suma de pesos ... ($
...). Los mismos deberán ser afrontados por el Sr. B. C., cuando mejore fortuna, debiendo oficiarse a la
Dirección de Administración del Poder Judicial a sus efectos.
b) No se regulan honorarios al Ab. G. G. C., en base a lo que dispone el art. 26 del Código Arancelario,
entendido en sentido contrario.
Por todo lo expuesto, considerando lo expresado por la representante del Ministerio Público, y disposiciones
legales citadas resuelvo: I. Rechazar la demanda de nulidad del reconocimiento entablada por B. C., en contra
de G. E. C. y de la progenitora de éste A. K. C. II. Ordenar de oficio, en interpretación de lo que expresamente
peticiona el hijo, la impugnación del reconocimiento de paternidad efectuado por B. C., DNI ..., en relación a E.
G. C., DNI N° ..., declarando que no es su hijo, de acuerdo a lo que dispone el art. 573 del Cód. Civ. y
Comercial. III. Ordenar al Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas de la ciudad de Córdoba, la
inscripción de la presente sentencia en el acta N° ..., Tomo ..., Serie ..., de fecha ..., debiendo modificar además
el apellido del hijo y ser inscripto como G. E. C. IV. Imponer las costas por el orden causado. V. Regular los
honorarios del Asesor de Familia del Quinto Turno en la suma de pesos ... ($ ...), los que deberán ser afrontados
por B. C., cuando mejore fortuna. Ofíciese a tales efectos a la Dirección de Administración del Poder Judicial.
VI. No regular honorarios al Ab. G. G. C. VII. Remitir los antecedentes de la presente causa al Fiscal de
Instrucción que por turno corresponda a los efectos de poner en conocimiento la posible comisión del delito de
supresión del Estado Civil. Protocolícese, hágase saber y dese copia. — Gabriel E. Tavip.

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