HACIA UN BUQUE IDEAL.
EL PROCESO DEL DISEÑO DEL GALEÓN PARA FLOTAS Y ARMADAS DURANTE EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XVII
Cruz Apestegui
Figura 2: Sección longitudinal de un galeón destinado a las Armadas
del siglo xvii artillado para defensa y ataque. Dibujo: Cruz Apestegui.
estructurales capaces de soportar las cargas a las que el
buque está sometido. Su interrelación, los condicionan-
tes mutuos y la forma en que una y otra evolucionan a lo
largo del siglo determinan las conclusiones de cualquier
análisis.
La complejidad del fenómeno lleva a buscar un am-
plio enfoque que permita analizar por separado cada
uno de los aspectos morfológicos y estructurales de los
barcos, de manera que puedan establecerse claramen-
te rasgos comunes y elementos diferenciadores. Cada
barco es una realidad, a la que se llega a través de un
proceso de cambios que lo convierten en un caso único.
Formular conclusiones de carácter general a partir de
soluciones particulares y dar valor de categorías a lo
que son simples anécdotas lleva frecuentemente a error.
Desde el punto de vista de la construcción, la tota-
lidad de los buques fabricados en los siglos xvi y xvii
emplean el sistema constructivo tradicionalmente de-
nominado como de «varenga-genol», que preferimos
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Figura 3: Sección longitudinal de un galeón destinado a las Flotas
artillado para una función meramente defensiva. Dibujo: Cruz Apestegui.
denominar como «sistema de ligazones» o «sistema de
ligazones superpuestas». El motivo es doble: en primer
lugar, varenga y genol son piezas o elementos que pro-
longan su vigencia hasta la actualidad, manteniendo su
denominación y función estructural, por lo que no re-
presentan una peculiaridad que caracterice al sistema.
En segundo lugar, el término no aporta ningún concepto
que describa el proceso constructivo.
Desde el punto de vista del proceso, el buque se
construye mediante la superposición de «orniciones» 4
o «ligazones», para describir cada una de las etapas
constructivas. Cada ligazón está formada por elementos
estructurales de gran tamaño y con una uniformidad en
cuanto a sus escantillones, distinta una a la siguiente,
que se labraban sobre el propio barco.
La técnica consiste en crear sobre la quilla una es-
tructura básica, que recibe el nombre de fiador, sobre
4  Fernández González, Apestegui y Miguélez, 1992: 66-70.